miércoles, 31 de marzo de 2010

#libros #historia | Sexualidad y confesión : la solicitación ante el Tribunal del Santo Oficio (siglos XVI-XIX)


Sexualidad y confesión : la solicitación ante el Tribunal del Santo Oficio (siglos XVI-XIX) / Adelina Sarrión Mora.
Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, Cuenca : 2010.
388 p. : il. gráf. / Bibliogr.: p. 381-388
Colección: Monografías ; 60
ISBN 9788484277316 [2010-03] / 26 €

/ ES / ENS
/ Historia / Iglesia católica / Inquisición / Mujeres – Historia / Religiones / Violencia sexual
Biblioteca UPV/EHU
https://millennium.ehu.es/record=b1624450~S1*spi
Otra ed.: Alianza, Madrid : 1994
Biblioteca UPV/EHU
https://millennium.ehu.es/record=b1070267~S1*spi

En una sociedad donde la mujer debía mantener unas rígidas normas de conducta para salvaguardar el honor y en la que al sacerdote se le exigía, en virtud de la obligación del celibato, alejarse de la mujer como causa mayor de pecado, el momento de la confesión suponía un encuentro único, de una intimidad inadmisible en otras circunstancias. En el confesionario, situado en un rincón apartado y oscuro de la iglesia, un hombre -que podía haber accedido al sacerdocio por causas diferentes a las vocacionales- debía exigir a la mujer penitente que olvidara temporalmente su recato para hacer un repaso exhaustivo a todo lo relacionado con el sexto mandamiento. Se trataba de un espacio en el que el creyente debía exponer todos los deseos y pasiones ocultas de su carne al juicio inapelable del sacerdote, estableciéndose de este modo una peculiar y estrecha relación entre sexualidad y confesión. Cuando el confesor se vale precisamente de su autoridad para incitar sexualmente o seducir al penitente -lo que se conoce como solicitación en confesión- se está minando uno de los pilares de la Iglesia postridentina. De resultas, se amenazaba también, en la España del siglo XVI, un orden político y social que precisaba el apuntalamiento de la institución eclesiástica. Por ello, el Tribunal de la Inquisición se dedicará a vigilar y castigar estas irregularidades a partir de entonces y hasta principios del siglo XIX. Adelina Sarrión ha investigado exhaustivamente la documentación del Tribunal de Cuenca, incluida la de su «archivo secreto» para, siguiendo el ejemplo de algunos de los trabajos históricos más significativos de los últimos años, rastrear las huellas de un mundo anónimo y prácticamente desconocido hasta el momento.

martes, 30 de marzo de 2010

#hemeroteca #gais | Ricky Martin: "Acepto como un regalo mi homosexualidad"

Imagen: El País / Ricky Martin
Ricky Martin: "Acepto como un regalo mi homosexualidad".
Agencias | El País, 2010-03-30
https://elpais.com/diario/2010/03/30/agenda/1269900005_850215.html

"Hoy acepto mi homosexualidad como un regalo que me da la vida. ¡Me siento bendecido de ser quien soy!". Así acaba la carta que colgó anoche (madrugada en España) el cantante puertorriqueño Ricky Martin en su página web personal. Y acaban, también, años de silencio, en los que mantuvo su "casi verdad", escribe. En el comunicado explica: "Dejarme seducir por el miedo fue un verdadero sabotaje a mi vida. Hoy me responsabilizo por completo de todas mis decisiones, y de todas mis acciones".

En ese mismo texto revela que la motivación principal que le ha llevado a admitir en público que es gay son sus dos hijos, Matteo y Valentino. "Valor y firmeza. Justo lo que necesito para mí y para los míos, y más ahora que soy padre de dos criaturas que son seres de luz. Tengo que estar a su altura. Seguir viviendo como lo hice hasta hoy sería opacar indirectamente ese brillo puro con el cual mis hijos han nacido. ¡Basta ya! ¡Las cosas tienen que cambiar! Está claro que esto no se supone que pasara hace cinco ni hace diez años atrás. Esto se supone que pasará hoy. Hoy es mi día, éste es mi tiempo, mi momento".

El anuncio de Martin provocó una catarata de reacciones en Twitter de seguidores y de otros compañeros artistas. Alejandro Sanz felicitó enseguida al cantante: "Un fuerte abrazo y toda mi amistad para Ricky Martin. Se te quiere, se te respeta y qué bueno que estés en paz contigo". René, del grupo cubano Calle 13, le escribió: "Ser hombre no tiene que ver con tu preferencia sexual, sino con la honestidad con la que sostienes tu palabra. Ricky, te felicito".

Antes de tomar la decisión de contar que es homosexual, Martin asegura que durante años siguió el consejo de personas a las que ama "con locura": "Mucha gente me dijo que no era importante hacerlo, que no valía la pena, que todo lo que trabajé y todo lo que había logrado se colapsaría. Que muchos en este mundo no estarían preparados para aceptar mi verdad, mi naturaleza".

Martin explica en la web personal que está escribiendo sus memorias desde hace meses, en un proceso que ha resultado ser catártico. "Desde la primera línea me di cuenta de que sería la herramienta que me ayudaría a liberarme de cosas que venía cargando desde hace mucho tiempo. Cosas que pesaban demasiado. Escribiendo este minucioso inventario de mi vida me acerqué a mis verdades. ¡Y esto es de celebrar!".

sábado, 20 de marzo de 2010

#hemeroteca #postporno | El postporno: lo hacen porque les gusta


El postporno: lo hacen porque les gusta
La “putificación” del feminismo
Esteban Hernández | El Confidencial, 2010-03-20
http://www.elconfidencial.com/sociedad/postporno-feminismo-mujer-liberacion-sexual-20100320.html

Las nuevas activistas como Itziar Ziga, Beatriz Preciado, María Llopis o Virginie Despentes, no ocultan su cuerpo, sino que lo sitúan en primera línea del frente. No ocultan su sexualidad, sino que dicen querer aprovecharla al máximo y en todas sus posibilidades. En sus performances, en sus películas y en sus escritos no dejan nada a la imaginación: son las protagonistas de un uso explícito del sexo, tanto para el placer privado como para dejar clara su posición militante.

Si bien, como explica Itziar Ziga, autora de “Devenir Perra”, y aun cuando hayan sido poco aireadas, siempre ha habido posiciones en el feminismo “que se desvincularon de la mojigatería reinante y optaron por hacer visibles sus cuerpos de una manera radical. Ahora existe una corriente amplia de performers, artistas y activistas que somos conscientes de que la mayor batalla del patriarcado se libra en nuestro cuerpo”. En ese sentido, ocultarlo, como hicieron algunas feministas en el pasado, “es una estupidez. No podemos caer en la trampa de estigmatizar nuestra sexualidad”.

Ziga asegura estar “orgásmicamente convencida de que estamos viviendo una revolución, una sexualización y una putificación del feminismo”, encarnada en pornofeministas como Annie Sprinkle, Marina Abramovic, Valie Export, Cosey Fanni Tutti o Verónica Vera, figuras de referencia que abrieron el camino a las activistas actuales.

Y es en este contexto donde el postporno juega su función. Según José Pons Bertrán, responsable editorial de Melusina, el sello literario que ha acogido a este movimiento, “se trata de apropiarse de cotos privados que antes estaban sujetos a un poder heteronormativo. Así, el porno era terreno del hombre heterosexual, y todos los contenidos estaban destinados a él. Ahora no: ellas han dado un golpe de estado a esa concepción”.

Lo que implica nuevos planteamientos. Ellas no lo hacen para ganarse la vida, sino porque les gusta y como forma de reivindicación política. “Y porque sí…Todos fabricamos nuestro porno. Lo que ocurre es que, además de hacerlo en nuestra casa, lo mostramos”. Y se trata de una actitud que sorprende a mucha gente. Lo que demuestra, según Ziga, “hasta qué punto la mujer ha estado dominada. Que nosotras lo hagamos delante y detrás de las cámaras o en un escenario, o en cualquier situación que nos apetezca, no tiene por qué generar ningún problema. ¿Por qué no puede haber mujeres que practiquen el sado delante de una cámara y disfruten con ello? Pero que una mujer sea dueña de su cuerpo es una de las cosas que más molestan a esta sociedad”.

Vivimos en un mundo, pues, que trata de normativizar lo sexual, frecuentemente convirtiéndolo en patológico. “Me aseguran que en el DSM V (el próximo manual diagnóstico de las enfermedades mentales editado por la American Psychiatric Association) la hipersexualidad va a ser considerada como patología. Y la pregunta es ¿quién me dice cómo tiene que ser la sexualidad moderada? ¿Cuántas veces tienes que hacerlo al día o al año, para ser considerada alguien normal?”.

“Damos miedo a los machos”

Quizá por ello, en las representaciones de la sexualidad que utilizan en sus prácticas artísticas (o en las simplemente pornográficas) yace una especie de desafío a las reglas dominantes tejido desde una actitud orgullosa y altiva. “Es que no puedes hacerlo de otra manera. No puedes exhibirte o ponerte a hacerlo en público a con miedo o con vergüenza. Llevan toda la vida diciéndonos que son cosas que sólo podemos hacer en la intimidad del hogar y sintiéndonos además culpables. Pues no es así”.

Y son actitudes que provocan, con cierta frecuencia, reacciones hostiles. La última, en Cádiz, donde Ziga participó recientemente en unas jornadas sobre prostitución organizadas por una asociación derechos humanos. “Quisimos hacer visible el asunto organizando en la calle un carril puta. Eso, dada la mojigatería reinante, fue recibido como una provocación, hasta el punto que terminó acudiendo la policía”. Hablamos de reacciones, asegura Ziga, dirigidas por el miedo. “Asusta que una mujer sea dueña de su cuerpo. Si eres directa, la gente se corta mucho. Si estamos en una discoteca y empezamos a jugar y a liarnos entre nosotras, nadie se atreve a tocarnos. Damos miedo a los machos porque vamos en grupo y no tenemos vergüenza”.

Comportamientos que, explica Ziga, están muy relacionados con un estado general de las cosas. “Hay quien nos pregunta por qué hacemos cosas así. La respuesta es evidente: porque vosotros nos habéis reprimido. A las mujeres se nos domestica socialmente a través del pudor: no debes hablar muy alto, ni decir lo que piensas, ni exhibirte. De modo que terminar con esos límites, hacer que exploten mostrándote como una zorra depravada, es lo mejor que podemos hacer las mujeres”. Y los resultados suelen ser muy positivos, afirma Ziga. “Soy más respetada por los hombres desde que voy de frente. Me tratan como a una igual. Me cuentan sus historias y sus temores y paso a ser una confidente para ellos”.

Narraciones fronterizas y subversivas
Sin embargo, el postporno no sólo se trata de una serie de comportamientos que se llevan a cabo delante de una cámara o en una performance o que son narrados en un montón de folios. También se trata de un movimiento teórico que ha decidido borrar los límites entre reflexión y práctica, afirma Ziga. “Lo maravilloso del postporno es que nosotras lo ideamos, lo proyectamos, lo reivindicamos, y lo ponemos en nuestro propio cuerpo. Aquí no hay distancia entre quien teoriza y quien practica”.

Y eso es también parte de sus méritos estéticos, asegura Pons, ya que la mezcla de géneros que aparece en sus textos los convierte en algo totalmente nuevo. “Se trata de una literatura fronteriza, donde se juntan ensayo, ficción y realidad que me fascina. Podríamos decir que tienen algo de Sebald, de los juegos de Borges y de la actitud de los beatniks”. María Llopis, performer, escritora y actriz porno, que acaba de editar en Melusina “El postporno era esto”, incide en la validez de esa mezcla de géneros. “Mi libro es una autoficción. En él trato temas muy personales, y mezclo hechos reales e inventados, pero es que todo es así. Todo lo que escribo es autobiográfico, pero es que la autobiografía también es ficción. Escribo como vivo”.

Para Pons, “ahora que la novela está de capa caída, la literatura está renovándose por un lugar insospechado, como son estas narraciones fronterizas y muy subversivas. Al igual que se dijo en una época que la mejor literatura que se hacía en Francia eran los ensayos de los postestructuralistas, ahora la mejor literatura es la que están haciendo estas mujeres”.

Y TAMBIÉN...
Postporno: la gran rebelión contra los estereotipos sexuales
Biobiochile, 2014-08-02

http://www.biobiochile.cl/2014/08/02/postporno-la-gran-rebelion-contra-los-estereotipos-sexuales.shtml

lunes, 15 de marzo de 2010

#libros #historia #lesbianismo | Elisa y Marcela : más allá de los hombres

Elisa y Marcela : más allá de los hombres / Narciso de Gabriel Fernández ; prólogo de Manuel Rivas. 
Barcelona : Libros del Silencio, 2010 [03-15].
480 p.
Colección: Contracorriente
ISBN 9788493755973 [2010-03] / 24 €

/ ES / GL* / ENS / BIO
/ Elisa Sánchez Loriga / Galicia / Lesbianismo / Matrimonio / Marcela Gracia Ibeas / Mujeres - Historia / Testimonios / Travestismo

Elisa y Marcela narra la historia real del primer precedente del matrimonio homosexual registrado en España, en tiempos de la Restauración. «La de Elisa y Marcela es una de las más extraordinarias historias de amor de todos los tiempos. La mismísima Emilia Pardo Bazán reconoció que nunca habría sido capaz de imaginar una novela semejante. Una obra singular, uno de los libros más excitantes, mentalmente, de los últimos años.» Manuel Rivas

Elisa y Marcela se conocieron en A Coruña a finales del siglo XIX, se hicieron amigas, se enamoraron... Hasta ahí su historia -que tiene visos de novela pero no lo es- podría ser como tantas otras, contadas o silenciadas. Lo que la hace excepcional es que Elisa y Marcela, ambas maestras, urdieron una complicada trama para burlar los prejuicios de aquellos años grises de la Restauración: Elisa se haría pasar por hombre. El engaño funcionó, al menos lo suficiente como para que el párroco de la iglesia de San Jorge las casara en 1901, pero pronto fueron descubiertas y obligadas a huir. Este libro nos cuenta su periplo, las dificultades a las que se enfrentaron y el juicio al que fueron sometidas por parte de las autoridades judiciales, académicas y eclesiásticas, y también de la prensa. A continuación, y siempre con su historia como hilo conductor, el autor nos ofrece sendas lecturas desde el punto de vista del hermafroditismo, el lesbianismo, el travestismo y el feminismo. Fruto de una larga investigación, «Elisa y Marcela» es el relato de las peripecias de dos «heroínas» que jamás quisieron serlo, pero también un alegato en defensa de todos aquellos que han sufrido las injusticias de una sociedad que arremete contra cualquiera que haga peligrar su concepto de «normalidad». 

Narciso de Gabriel (O Cádavo, Lugo, 1955) es catedrático de Teoría e Historia de la Educación y en la actualidad decano de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de A Coruña. Ha publicado diversos libros y artículos de carácter histórico-educativo, centrados especialmente en la historia de la escolarización, la alfabetización, la profesión docente, la cultura escolar popular, la educación de las mujeres y las relaciones entre escolarización y práctica lingüística. Algunos de estos trabajos le han valido, entre otros, los premios de investigación María Barbeito, Losada Diéguez, Crítica-Galicia y Concepción Arenal.

DOCUMENTACIÓN
Elisa y Marcela, las heroínas de Coixet

La cineasta prepara una película sobre estas dos mujeres que se casaron en A Coruña en 1901 por la Iglesia, siendo el primer matrimonio homosexual registrado en España
Amaia Mauleón | Faro de Vigo, 2012-05-04
http://ocio.farodevigo.es/cine/noticias/nws-75726-elisa-marcela-heroinas-coixet.html
“Un asunto ruidoso. Matrimonio sin hombre”
Bárbara G. Vilariño | Pikara, 2012-01-23

http://www.pikaramagazine.com/2012/01/un-asunto-ruidoso-matrimonio-sin-hombre/
Elisa y Marcela
elputojacktwist | Dos Manzanas, 2011-12-02

http://www.dosmanzanas.com/2011/12/elisa-y-marcela.html
Rescatando una historia única: “Elisa y Marcela”, de Narciso de Gabriel
Jordi Corominas i Julián | Revista de Letras, 2011-02-20

http://revistadeletras.net/rescatando-una-historia-unica-elisa-y-marcela-de-narciso-de-gabriel/
“Elisa y Marcela”, de Narciso de Gabriel
Culturamas, 2011-01-02

http://www.culturamas.es/blog/2011/01/02/elisa-y-marcela-de-narciso-de-gabriel-libros-del-silencio/
Narciso de Gabriel: “La historia de Elisa y Marcela es más de género que de sexo”
"La pareja de la primera boda gay, en 1901, inspiró a Felipe Trigo, pionero de la novela erótica"
Isabel Bugallal | La Opinión Coruña, 2010-04-08
http://www.laopinioncoruna.es/contraportada/2010/04/08/narciso-gabriel-historia-elisa-marcela-genero-sexo/373287.html
Marcela y Elisa, casadas en 1901
Más de 2.000 mujeres lesbianas se han casado en España gracias a la ley de Zapatero de 2005. Pero este avance social tiene un sorprendente precedente: Marcela y Elisa se casaron en A Coruña en 1901. Por la Iglesia. Pero las descubrieron, la justicia las persiguió y la prensa se ensañó con ellas. Una valiente historia feminista recogida ahora en un libro.
Cristóbal Ramírez | El País, 2010-03-14
http://elpais.com/diario/2010/03/14/eps/1268551610_850215.html
Son dos mujeres y se casaron en 1901
Manuel García Solano | Crónica, El Mundo, 2002-06-30

http://www.elmundo.es/cronica/2002/350/1025512666.html
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RESEÑAS
Narciso de Gabriel. Elisa y Marcela, más allá de los hombres / Bárbara Ramajo García
En: Anuario de Hojas de Warmi, n. 16 (2011)

TEXTO COMPLETO | UB · Universitat de Barcelona
http://www.ub.edu/SIMS/hojasWarmi/hojas16/articulos/BarbaraRamajo.pdf
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ENLACES
Milhomes | Elisa e Marcela

http://milhomes10.wordpress.com/category/elisa-e-marcela/
Milhomes | Marcela y Elisa
http://milhomes10.wordpress.com/category/marcela-y-elisa/
Normal | Marcela e Elisa, exposición
http://istoenormal.org/gl/exposicions/marcela-e-elisa
Marcela y Elisa. Más allá de los hombres
http://marcelayelisa.blogspot.com.es/
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AUDIOVISUALES
Marcela y Elisa, una historia de amor y rebeldía
V Televisión, 2011-12-03

http://www.vtelevision.es/informativos/2011/12/03/0031_26_112176.htm
Exposición Marcela y Elisa - NORMAL UDC - Festival Coruña Visible 2011
María Nieto | YouTube, 2011-11-25

https://www.youtube.com/watch?v=GgEV5Uh-hmo
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WIKIPEDIA | Precedentes del matrimonio homosexual en España

http://es.wikipedia.org/wiki/Precedentes_del_matrimonio_homosexual_en_Espa%C3%B1a

domingo, 14 de marzo de 2010

#hemeroteca #historia | Marcela y Elisa, casadas en 1901

Marcela y Elisa, casadas en 1901
Más de 2.000 mujeres lesbianas se han casado en España gracias a la ley de Zapatero de 2005. Pero este avance social tiene un sorprendente precedente: Marcela y Elisa se casaron en A Coruña en 1901. Por la Iglesia. Pero las descubrieron, la justicia las persiguió y la prensa se ensañó con ellas. Una valiente historia feminista recogida ahora en un libro.
Cristóbal Ramírez | El País, 2010-03-14
http://elpais.com/diario/2010/03/14/eps/1268551610_850215.html

Miren a la derecha. Dos muchachas serias. Vestidas de negro. No es un entierro. La imagen parece triste, pero es una foto de boda. El triunfo personal de Elisa y Marcela. Se casaron en 1901. Por amor. Porque querían ser libres. Porque sí. La foto no cuenta los palos que les dio la vida. Comienza una historia real que parece novela.

-¡Ay, mamá! ¡Si vieses qué amiga más simpática y más buena tengo! Estoy encantada.

Un día, Marcela le soltó esto a su madre, y ya nunca se separaría de Elisa. La relación entre las dos chicas fue intensa desde el principio. Sentían la necesidad de estar juntas siempre. A toda costa. La madre de Marcela diría a un periodista: "Yo, que dominaba a mi esposo y que podría dominar a un regimiento con caballos y todo, no pude hacer nada bueno de ella". Marcela y Elisa se fueron a vivir juntas a Dumbría, un pueblecito coruñés a cuya escuela fue destinada la primera. Después de un tiempo, las dos muchachas fingieron pelearse. Era parte de una estrategia: Elisa dijo que no aguantaba más, que se iba; Marcela anunció que se casaría con Mario, un primo de su amiga, y se anticipó a los futuros comentarios:

-No he visto cosa más parecida a Elisa. Es de su misma estatura, tiene la misma voz e iguales maneras. ¡Hasta su mismo genio!

Elisa se fue un tiempo a A Coruña para transformarse en Mario: se cortó el pelo y empezó a usar trajes de chaqueta y a fumar. Para casarse, tenía que estar bautizado como hombre, así que se presentó ante un cura para convertirse al cristianismo. El cura ni lo miró bien: no dudó en ganar un creyente para la causa católica.

La boda se celebró el sábado 8 de junio en la iglesia coruñesa de San Jorge. A las siete y media de la mañana. Discreción. La pareja se hizo un retrato en el estudio del fotógrafo francés José Sellier. Como toda pareja feliz. Y al día siguiente volvieron a Dumbría en la típica diligencia de la época. Una señora que también iba dentro no se pudo reprimir:

-Si no es doña Elisa, es el diablo en su figura.

La mentira duró poco.

Así fue la primera boda homosexual en España de la que se tiene constancia, 104 años antes de que Zapatero promulgara la ley que permite los matrimonios entre personas del mismo sexo. A comienzos del siglo XX, dos maestras de escuela reventaron las conciencias santurronas y biempensantes de la época de la Restauración. A nadie le entraba en la cabeza.

Narciso de Gabriel, catedrático y decano de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de A Coruña, ha investigado la historia en profundidad durante 15 años. La ha reconstruido. El resultado es el libro “Elisa y Marcela. Más allá de los hombres”, que se publicó en gallego hace unos años y ahora la editorial Libros del Silencio lo saca en castellano la próxima semana. De Gabriel ha rastreado periódicos antiguos (de donde se han extraído la mayoría de las palabras de los personajes para este reportaje), ficheros, registros y bibliotecas con polvo. Antes que él, el colectivo coruñés Milhomes reivindicó las figuras de estas dos mujeres como precursoras del feminismo y la lucha contra la discriminación sexual. Esta asociación incluso otorga el premio Elisa y Marcela a las iniciativas que luchan por los derechos de gays, lesbianas y transexuales. Y hace tiempo que piden una calle con sus nombres en A Coruña. Aún no lo han conseguido.

Y por cosas como ésta, las primeras esposas no son conocidas en España. Gonzalo Canedo, el editor de Libros del Silencio, no tenía ni idea de las dos valientes. Cuando leyó el volumen en gallego, no dudó en traducirlo. "Me sorprendió que todo esto sucediera en una ciudad de provincias como A Coruña. Sí me lo podría haber imaginado en Nueva York o Londres, pero no aquí". Tanto le inspiró la historia que el título inaugurará la colección A contracorriente, en la que Canedo pretende publicar textos narrativos, biográficos o ensayísticos sobre personas que se sentían libres y les cortaron las alas. Por sus ideales sexuales, religiosos o políticos. "Es una defensa de los que han sufrido las injusticias de una sociedad que arremete contra el que haga peligrar su concepto de normalidad", señala Canedo. Quiere que retumbe la voz de los silenciados.

Marcela y Elisa fueron pioneras. El 22 de julio de 2005 hubo codazos entre los cámaras de televisión, los fotógrafos y los periodistas en la boda de las primeras mujeres que se casaron por la ley de Zapatero. El acontecimiento tuvo lugar en los juzgados de Mollet del Vallès (Barcelona). Una española y una argentina. Sebastiana y Verónica. Pareja de hecho desde hacía años. Estrenaron la reforma del Código Civil. Eran las primeras mujeres que se unieron en matrimonio en España. Y ninguna se tuvo que travestir porque todo era legal.

En julio de 2010 se cumplen cinco años de la entrada en vigor de la ley. Desde 2005 y hasta junio del año pasado se han casado 2.121 mujeres en España (no están disponibles datos más actualizados). El caso de Elisa y Marcela toma nueva vigencia. Refleja la invisibilidad de las lesbianas durante siglos. Hasta que un gobierno las sacó al escaparate social. A ellas y a los gays. Elisa y Marcela se adelantaron a la pareja de Cataluña. También a ellas se les abalanzó la prensa. Pero de otra forma.

"Novios de contrabando" fue uno de los titulares más conocidos. O "Asunto ruidoso. Un matrimonio sin hombre". La prensa estaba tras las chicas coruñesas, pero también las autoridades. Las amadas se escaparon a Oporto. Pensaron que en otro país estarían a salvo. Pero la vida les dio un guantazo de los grandes: las arrestaron. Al día siguiente, todo Oporto conocía la historia de la boda de dos mujeres ante Dios. Entre tanto, Mario juraba que era hombre. Sólo quería justificar todo el embrollo. Pero dos médicos la reconocieron y concluyeron que su sexo era femenino. La obligaron a vestirse de mujer. Acababan tres meses de travestismo.

Un paréntesis. Quizá usted lo está pensando. Si ya vivían juntas y llevaban una vida de pareja, ¿por qué se empeñaron en casarse y asumir riesgos? Raquel Platero es hoy profesora de Secundaria en Madrid, una de las pocas investigadoras sobre el lesbianismo en España, y adelanta una respuesta: "Hacerse esa pregunta forma parte de un presentismo perverso. Hay que contextualizar las cosas del pasado en su momento. En la historia de las dos muchachas subyace todo un discurso sobre la masculinidad. Elisa se convierte en hombre porque eso refuerza la idea de persona controladora. Ahora nos puede parecer fatal, pero es comprensible porque venimos de una tradición muy machista". Además, recalca Platero, la boda no fue un acto de rebeldía, sino una continuación con los patrones de la época. Casarse en una iglesia significaba estar en sociedad. Ser normales.

Aun así, A Coruña, Madrid y Barcelona se llevaron las manos a la cabeza. Los periódicos se vendían como puñados de garbanzos. Algunos medios obviaron el caso y cuestionaron los detalles pornográficos de otros. Incluso la escritora Emilia Pardo Bazán, en La Ilustración Artística, se lamentaba: "¡Cuánto siento que sea tan escabrosa la inaudita novela que estos días se ha divulgado en la prensa!". Los periódicos luchaban por tener los detalles más suculentos. El semanario Nuevo Mundo, que incluía imágenes, vendió 19.000 ejemplares sólo en Madrid en dos días. De los periódicos madrileños, fue El Imparcial el que más espacio le dedicó a la historia, con titulares como "Un folletín en acción. Dos mujeres que se casan". El Heraldo de la Industria fue más allá: "España, país de locos".

El pueblo portugués se volcó con Elisa y Marcela. Las consideraban dos desgraciadas. El juez las dejó en libertad, por la presión popular, tras pasar 13 días en prisión. Las amadas continuaron viviendo en Oporto. La historia quedó disuelta en el recuerdo, pero el Día de Reyes de 1902 ocurrió algo que fue más que un tornado: Marcela tuvo una niña de no se sabe quién. El autor del libro sostiene la teoría de que fue otra estrategia: dar más credibilidad al matrimonio con Elisa y tener descendencia. Los periódicos, encantados, volvieron a ocuparse de ellas. Muchos textos eran caricaturas, como refleja este extracto: "Marcela ha tenido una niña de generación espontánea, como las lombrices". Elisa, con su pronto, se enfrentó a un periodista:

-¿Es cosa del otro mundo que nazca un niño o una niña? No hay nada más natural: ¡una mujer tiene un hijo! (…) ¡No somos dos criminales!

La desesperación. Y, aun así, siguieron adelante con su vida. Raquel Platero cree que existen más casos de lesbianas que nunca se escondieron a pesar de los tiempos opresivos. "Esta historia la conocemos porque hay fallos en el plan trazado", arguye. "No sabemos nada de las historias de éxito porque salieron bien". Platero no cree que ausencia de información significa inexistencia. Ella ha investigado sobre el lesbianismo en el franquismo. "Casi todos los libros dicen que fue inconcebible en esta época. Lo que era pecado, también era delito y enfermedad. Una tríada. La mujer era un ser infantil y tutelado. Pero empiezas a escarbar en la historia y ves que no es así".

No es así porque ha descubierto que, aunque la ley de vagos y maleantes era férrea, las mujeres lesbianas se las apañaban para sortear la represión. Estaban las mujeres que vendían aguardiente en el Retiro y mantenían relaciones sexuales entre ellas. Estaban las salas de matrimonios en las cárceles femeninas para aquellas que tenían pareja. Estaban las pandillas de lesbianas barcelonesas que quedaban para ir de cámping y se reconocían al preguntarse si eran libreras o del asunto. Y de todo esto poco se sabe. Platero se queja de que el lesbianismo prácticamente no se ha investigado en España.

Elisa y Marcela están esperando su final. Sigue así: cansadas de pasarlas canutas, decidieron partir a Buenos Aires, como miles de gallegos, en 1902. A ver si las dejaban en paz. Trabajaron un tiempo como criadas, pero no podían verse todo lo que deseaban. Había que hacer algo: Elisa se casó con un anciano al que no le quedaban muchos años de vida. La idea era no trabajar para poder estar más tiempo con Marcela y volver con ella cuando enviudara del viejo. Pero éste se enteró de todo. Y montó en cólera. Y las denunció. La prensa bonaerense apenas se ocupó del caso, quién sabe por qué. La pista de las enamoradas invencibles y libertarias se perdió de repente. No se sabe si fueron felices o se pasaron la vida huyendo.

Miren la foto del principio. Todo esto pasó recién abierto el siglo XX.

Y TAMBIÉN…
Cierra la editorial Libros del Silencio
El sello no sobrevive a la muerte de su fundador, Gonzalo Canedo, fallecido en enero
El País, 2013-09-17
http://cultura.elpais.com/cultura/2013/09/16/actualidad/1379358071_760104.html

sábado, 13 de marzo de 2010

#jemeroteca #literatura #chile | Pedro Lemebel: "Mi escritura es un género bastardo"

Pedro Lemebel | "Mi escritura es un género bastardo"
De paso por la Argentina, donde vino a ver la versión teatral de una de sus novelas, el escritor y perfomer chileno habla de su escritura y de sus febriles días de juventud
Martín Lojo | La Nación, 2010-03-13
http://www.lanacion.com.ar/1241380-mi-escritura-es-un-genero-bastardo

Hablar con Pedro Lemebel produce la misma sensación de alteridad radical y encantamiento que leer la prosa barroca de sus relatos y crónicas, o ver los registros de sus performances. La entonación abolerada y los adjetivos filosos del escritor, artista visual y militante chileno son las armas con que atrapa la singularidad del mundo marginal y castiga a la farándula cómplice del pinochetismo en las crónicas de "La esquina es mi corazón" (1995) y "De perlas y cicatrices" (1997). Ese estilo marca también el tono de su posición política que, ajena a toda conciliación heteronormativa, intensifica las diferencias para retratar el mundo homosexual en "Loco afán" (1996), sus "crónicas del sidario", donde otorga un lenguaje afirmativo a aquellos a quienes "se les ha pegado la sombra". Aunque las crónicas llevan lo mejor de su escritura, es más conocido en la Argentina por la novela "Tengo miedo torero" (2001), en la que cuenta la historia de la Loca del Frente, un gay soñador que se enamora de un militante del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, en la víspera del atentado contra Augusto Pinochet que la organización realizó en 1986. De visita en Buenos Aires por el estreno de una versión teatral de la obra, adaptada por Gerardo Begérez, Lemebel cuenta cómo se gestó esa historia de amor en tiempos violentos.

-¿Por qué elegiste narrar en tu novela el atentado a Pinochet?

-Porque yo estuve ahí. Contarlo hoy es como cantar "El oso": yo vivía en un barrio muy contento hasta que me golpeó la puerta un joven muy hermoso. Me pidió que le guardara unos paquetes pesados. Decía que eran libros prohibidos. Presté mi casa para que se hicieran reuniones y para que se guardaran otras cosas.

-¿Sabías que eran integrantes del Frente Patriótico y que planeaban un atentado?

-Sacarse al tirano de manera violenta era impensable en Chile. Era muy difícil establecer una organización que resistiera al gobierno en una ciudad tan pequeña, donde todo se sabe, donde siempre hay una vieja mirando detrás de una cortina, dispuesta a delatar. Yo no supe nada hasta que conocí al joven que se presentó a mi puerta.

-¿Cuándo descubriste qué era lo que ocultaban en tu casa?

-Vivía con dos amigas en una casa abierta. Cuando llegaban los chicos del Frente a dormir, no me dejaban verlos. Eso ya era sospechoso. Un día llegué a la casa y estaba mi amiga acostada con la cabeza sobre un tubo enorme de cobre. Le dije: "Pero niña, por Dios, ¿qué es eso?, parece condón de dinosaurio". Me dijo que eran unos planos de la universidad que había dejado el Carlos. Lo paramos, le quitamos la tapa y nos encontramos con la punta del rocket que se usó en el atentado.

-¿Nunca te sentiste en peligro?

-Un día, fuimos con una amiga gay a entregar unas bolsas y nos encontramos con la policía que detenía gente. Llevábamos las bolsas colgadas del brazo disimulando el peso. Nos preguntaron de dónde veníamos. Les dije "del mercado", y nos contestaron: "¿Por qué no nos cocinan algo?" La homosexualidad también sirvió de escudo. Aunque mis compañeros me decían que si me agarraban, se iban a hacer un festín. En su tiempo la sacamos muy suave. Cayeron todas las casas de alrededor, que servían de seguridad, y la nuestra no. Era un lugar donde había homosexuales y hippies, había música todo el día. No era sospechoso.

-¿Cuándo decidiste escribir la novela?

-Tenía veinte papeles que escribí en esos años de urgencia y luego se perdieron. Los encontré en los años noventa y, al releerlos, vi que había material para una novela. La escribí en seis meses. No se llamaba Tengo miedo torero. Se podría haber llamado La loca del frente, por ser una loca como cualquier otra, y a la vez por el Frente Patriótico. Un día me encontré con una travesti vagabunda de casi ochenta años, que me dijo que hacía show de la Sarita Montiel. "¿Y qué cantas?", le pregunté. "Bueno, ´El relicario´ y ´Tengo miedo torero´, que va así: ´Tengo miedo torero/ que en la tarde tu risa flote´". ¡Qué bello! Le puse el título por eso, me encantó. Es evidente que si no hubiera leído El beso de la mujer araña, no la habría escrito. Manuel Puig es una referencia gravitante en la novela. Pero allá resultó curiosa la participación de este homosexual en sucesos violentos. No estaba en la imaginación chilena la polvera explosiva ni el rímel de nitroglicerina.

-¿Cómo fue recibida en Chile?

-Cuando la escribí había un boom de la nueva novela, aunque se trataba más del nuevo mercado de los escritores jóvenes. En ese momento yo era el maricón de la crónica y no les importaba a los editores, que buscaban "novelistas", "la representación del mundo". Me tiré con esta novelita y me resultó. A Bolaño no le gustó. Le parecía una novelita rosa, un folletín. ¡Eso era, pues, niño! ¡Un folletín cursi!

-¿Por qué preferís dedicarte a la crónica más que a la ficción?

-Soy un poco antificción, porque aunque la escritura sea un trabajo simbólico, necesito que lo que escribo haya pasado por este cuerpecito de alguna manera. Empecé escribiendo cuentos y me fue muy bien. Pero en algún momento sentí que se vivía una situación tremenda en mi país. Había un horror que estaba tapado por el esplendor económico de esos años, entre 1980 y 1986. Nos íbamos a Brasil y comprábamos de todo, era el "deme dos" que ustedes también vivieron. Me di cuenta de que no podía escribir cuentos cuando la realidad estaba quemando mi acontecer. Por eso me dediqué a la crónica, que me quedó como anillo al dedo.

-¿Cómo encontraste tu estilo de cronista?

-Mi crónica no es la que hacen los cronistas latinoamericanos ahora. Los periodistas dicen que hago literatura y los literatos, que hago crónica. En ese intermedio se mueven mis letras y aparentemente se mueven bien. Mi escritura es una mezcla de estilos, un género bastardo, un pastiche de la canción popular, la biografía, el testimonio, la entrevista, las voces y los susurros de la calle. Con esos materiales, literarios o no, me muevo.

-También te dedicaste a la performance con el grupo colectivo Las Yeguas del Apocalipsis. ¿Cuándo empezaron su trabajo?

-En 1987. Cuando entrábamos nosotros, ponían guardias: "¡Vienen Las Yeguas del Apocalipsis!", como si fuéramos quinientos españoles bárbaros, y éramos dos, Francisco Casas y yo. Aunque después hemos entrado en la historia del arte latinoamericano, en ese momento nadie sabía qué hacíamos. Nos decían que hacíamos performance. "Ah, ¡qué linda palabra!" -decía yo- "suena como un pasaje a Nueva York". Y así fue.

-¿Cuál era la intención del grupo?

-Quisimos poner en escena la homosexualidad, que no estaba en el programa del gobierno democrático que venía. Se hizo un gran acto al que se invitó a todos los artistas que apoyaban la democracia, menos a nosotros. Llegamos con unos abrigos largos hasta el suelo y nos sentamos en la primera fila. Cuando se apagaron las luces, nos sacamos el sobretodo y saltaron las plumas y las lentejuelas. Desplegamos un lienzo que decía "Homosexuales por la democracia". Se quedaron con la boca abierta, hasta que empezaron a aplaudir. Después nos sacaron a empujones y se censuraron las fotos.

-¿Qué actos fueron los más importantes?

-Hemos hecho un trabajo más extenso por los detenidos-desaparecidos. En la Comisión de Derechos Humanos bailamos una cueca chilena, como la que bailaban las mujeres solas, cuyas parejas habían desaparecido. Hicimos ese baile descalzos sobre un mapa de América latina lleno de vidrios. Con un micrófono pegado en el pecho, escuchábamos el latido de nuestro corazón que nos marcaba el ritmo, pero afuera se escuchaba sólo la quebradura de los vidrios. Ese trabajo sí me gustó, porque fue tenso. Zapateábamos con fuerza y no nos cortábamos. Nos criticaron porque supuestamente teníamos que reivindicar la homosexualidad y los desaparecidos no tenían nada que ver con nosotros. Pero pensábamos que la condición homosexual se reivindicaría en algún momento, mientras que entonces lo más importante y doloroso eran las víctimas de las violaciones a los derechos humanos, y nosotros poníamos el corazón donde nos dolía. Eran actos con una carga simbólica mucho más fuerte que el travesti y que la pluma. Los homosexuales también estábamos ausentes de la vida pública, recluidos en la peluquería.

-¿Qué expectativas tenés de la recepción de la obra teatral?

-Creo que la puesta en escena de Tengo miedo torero puede ser comprendida en la Argentina porque hay cicatrices comunes en los dos países. Acá hubo guerrilla, hubo dictadura y hay homosexuales también, ¿o no? Tuvo que haber habido homosexuales comprometidos con la oposición a la dictadura, aún más que en Chile, porque acá había una aversión por el hippismo y las ideas de Mayo del 68, toda esa revuelta sexual y política, drogadicta y rockera.

-¿En Chile no se reprimía a los homosexuales?

-No tanto. Nos disfrazábamos de hippies y pasábamos un poco colados. Los gringos que van buscando el Auschwitz de los homosexuales chilenos no lo encuentran. El maquillador de Lucía Pinochet era una gorda muy gay. Servimos de adornos florales de la dictadura. Los paseos de Chile estaban llenos de topless y de homosexuales. Todas las locas tenían un pariente general o almirante. Las disco gay estuvieron abiertas en plena dictadura. En la Argentina había otros referentes de homosexuales, más relacionados con la izquierda, como Néstor Perlongher.

-¿Lo conociste?

-Sí. Maravilloso, Néstor. ¡Qué lástima que lo hayan reconocido tan tarde! Y que se tuviera que ir a Brasil. Lo conocí en Valparaíso el año en que se murió, y ya estaba muy mal. Esa noche le regalamos un guante de novia y seguimos de fiesta por la ciudad, pero él ya no pudo. El sida era un tema que no estaba presente en ese entonces en Chile. Estaba en Estados Unidos, era de los gringos. Nosotros aquí, indígenas, estábamos sanos. "Del mar los vieron llegar".

lunes, 1 de marzo de 2010

#libros #literatura | Malditos

Malditos / Luis Antonio de Villena
Barcelona : Ediciones B, 2010 [03]
288 p.
ISBN 9788402421159 / 17 € 
/ ES / NOV
/ Crónicas / Eduardo Haro Ibars / Historia - Siglo XX / la Movida / Literatura / Madrid 

Luis Antonio de Villena rinde aquí, en "Malditos", su última novela, un homenaje a una época y a unos personajes en verdad memorables: el legendario Madrid de la «movida» de los años setenta y un grupo de jóvenes que, alrededor de Emilio Jordán (trasunto del joven y desaparecido escritor Eduardo Haro Ibars) se lanzan a la aventura de vivir sin límite en busca de la libertad absoluta. Así, descubren la noche, la droga, el alcohol, la homosexualidad y el amor en todas sus facetas, del sublime al más canalla. Con una prosa sabia, de sostenido poder cautivador, Luis Antonio de Villena nos ofrece un magnífico retrato de época y pone en pie una serie de personajes que perviven en la memoria del autor.

Documentación
Luis Antonio de Villena viaja al Madrid maldito
Ricardo Grande | El País, 2010-04-08

Luis Antonio de Villena, en torno al malditismo
Bruguera edita unas memorias del poeta centradas en la figura de Haro Ibars
Álvaro Cortina | El Mundo, 2010-04-03 
L.A. de Villena invita a pasear por el lado salvaje de los 70 en "Malditos"
Alicia G. Arribas | EFE | Público, 2010-03-22

Mediateca | Audio

libro | Placeres ocultos : gays y lesbianas en el cine español de la transición

Placeres ocultos : gays y lesbianas en el cine español de la transición / Alejandro Melero Salvador
Madrid : Notorious, 2010 [03] 
280 p.
ISBN  9788493714888
PVP 28,22 €

Gays y lesbianas en el cine español de la transición. La representación de gays y lesbianas en el cine español encuentra su punto álgido en el cine hecho durante los años de la Transición, tal vez la época de nuestra historia reciente más reclamada y recordada desde distintos frentes.

Por vez primera, aquellos que no habían tenido la oportunidad de hacer escuchar sus voces encontraron la oportunidad de ser oídos en un país que cambiaba para siempre sin detenerse demasiado a mirar hacia atrás. El cine, espejo que refleja y modela la sociedad que lo contempla, fue fiel testigo de un fenómeno insólito que iba a dejar un legado de gran relevancia hasta nuestros días.

Dividido en bloques temáticos que atienden a los distintos géneros cinematográficos, "Placeres ocultos. Gays y lesbianas en el cine español de la Transición" revisa el cine de esta época para dar con lesbianas vampiresas, mariquitas de chiste, mujeres hipererotizadas que disfrutan de su cuerpo y del de otras mujeres, homosexuales solitarios que luchan por encontrar su identidad en un mundo para el que no han sido educados; y también adolescentes quinquis que despiertan a una sexualidad desconocida, activistas comprometidos de una causa aún por perfilar, jóvenes pre-movida que experimentan con lo desconocido, guardesas de internados que ocultan pasiones que escandalizan. Para ello, se recurre a material inédito que incluye escenas censuradas nunca vistas y guiones originales, además de entrevistas y testimonios a testigos de la época.

A veces realizando una labor de arqueología hasta dar con representaciones insospechadas, y otras revisando y reivindicando obras de enorme interés pero olvidadas en la actualidad, este libro rememora una época única a la que nuevas generaciones de españoles deben mucho, y sin la que sería imposible entender los nuevos caminos de las representaciones contemporáneas de gays y lesbianas en el cine español.

Alejandro Melero Salvador. Trabaja actualmente como profesor de Comunicación Audiovisual en la Universidad Carlos III de Madrid. Anteriormente ha trabajado en la Universidad de Limerick y en Queen Mary University de Londres, donde obtuvo su doctorado en estudios de cine. Tiene diversas publicaciones sobre cine, representación y cultura audiovisual. También ha publicado obras de ficción y relatos cortos. 


De esposa fiel a vampiresa lesbiana
El libro Placeres ocultos' estudia la presencia de gays en el cine español durante la Transición
Jesús Rocamora | Público, 2010-07-03

He aquí una historia típica del cine de la Transición: matrimonio heterosexual ve su estabilidad en peligro por la llegada de una tercera persona a la relación, una vampiresa lesbiana que contagia a la mujer y la introduce en los placeres y vicios homosexuales. Perdida y atormentada, la pobre esposa no es liberada hasta que interviene su marido, que consigue acabar con la villana y devolver la normalidad. Si no es una historia típica, al menos fue muy recurrente en lo que entonces se llamó fantaterror, que cultivaron directores como Jess Franco y que dibujaba a las lesbianas como una criatura mezcla entre deseable y terrorífica, una depredadora capaz de poseer a otras mujeres como el diablo. Y que terminaba siendo castigada.

Como dice Alejandro Melero, autor de Placeres ocultos. Gays y lesbianas en el cine español de la transición (Notorius), en el fondo, la imagen del homosexual de estas películas no hacía sino repetir los miedos heredados del franquismo (la homosexualidad como algo contagioso y capaz de llevar a la ruina). "Esa época de consenso político que admiramos dejó muchas puertas sin cerrar. El pacto de silencio dejó que los derechos de los homosexuales se pospusieran. También en el cine: hasta que no murieron los directores del cine fascista y homófobo, no se empezaron a ver homosexuales en pantalla", dice Melero.

Destape y cine político

Hubo muchos "cambios de chaqueta". Paradigmático fue Ignacio F. Iquino (1910-1994), que pasó de rodar cintas religiosas y profascistas, como Alma de Dios (1941), al erotismo soft del destape, sin abandonar la moralina propia del franquismo. O incluso a cosas más hardcore: ahí está Los violadores del amanecer, de 1978, que contiene escenas explícitas e iguala el sexo lésbico al masoquismo, la perversión y la violencia. Para Melero, profesor de Comunicación Audiovisual en la Universidad Carlos III, "el apartado ideológico de la dictadura no tenía ninguna lógica" y producía estos contrastes, ya que se "condenaba lo que durante 90 minutos se vendía como disfrutable".

El recorrido que ofrece Placeres ocultos va más allá, abarca los años 1973-1982 y recoge un catálogo de tipologías y estereotipos gays tratados a partir de los géneros: junto a esta lesbiana terrorífica estaba la más sensual del destape ("que al margen de ideologías, fueron las primeras oportunidades para ver homosexuales") y la sexploitation española (Con las bragas en la mano), y de la comedia de mariquitas (Haz la loca, no la guerra) a la homosexualidad como tragedia (Fraude matrimonial).

Y, por fin, el cine político. Tuvieron que venir directores homosexuales, como Eloy de la Iglesia (Los placeres ocultos) y Pedro Olea (Un hombre llamado Flor de Otoño), "para pasar de la vergüenza al orgullo". Ellos abrirían el camino a sangre fresca, como Almodóvar.

Fuente
De esposa fiel a vampiresa lesbiana
El libro Placeres ocultos' estudia la presencia de gays en el cine español durante la Transición
Jesús Rocamora | Público, 2010-07-03


Documentación
El destape también fue gay
Un ensayo sitúa en la transición política el kilómetro cero de la visibilidad de homosexuales en el cine.
Elena Hevia | El Periódico Extremadura, 2010-07-12 
Placeres ocultos, de Alejandro Melero. El cine de temática homosexual durante la transición española.
Javier García Rodríguez | El Celuloide Rosa, 2010-05-05
Editan un libro sobre gays y lesbianas en el cine español de la Transición 
EFE | Mujer Hoy, 2010-03-13

Y además...

Pablo Vázquez | Miradas de cine, n. 107, 2011-02-00