lunes, 31 de enero de 2011

#libros #literatura | Caparazones

Caparazones / Yolanda Arroyo Pizarro.
Barcelona [etc.] : Egales, 2011 [01].
172 p.
Colección: Salir del armario ; 174.
ISBN 9788492813322 / 15 €

/ ES / NOV
/ Amores / Caribe / Lesbianas / Literatura / Mujeres

Nessa acaba de dar a luz y el evento dispara en su psiquis una serie de cavilaciones que le hacen cuestionar todas sus decisiones. Es una reportera de nacionalidad puertorriqueña que realiza trabajos freelance para varios medios de prensa escrita. Se dedica a cubrir asignaciones de terrorismo ecológico en varios lugares del mundo: Australia, Canadá y Costa Rica. La naturaleza de sus investigaciones la llevan, en ocasiones, a estar en peligro dada la complejidad de las manifestaciones en contra del cambio climático, las protestas por el mal manejo de los animales en experimentaciones, el peligro de extinción de ciertas especies de tortugas en El Caribe. Nessa se ha enamorado de una fotógrafa, Alexia, que es adicta al feng-shui y que posee dotes de percepción extrasensorial. Ambas deciden compartir una relación adúltera que las colocará en el vértice de una marejada de situaciones extremas.

«Caparazones de Yolanda Arroyo Pizarro es una novela coyuntural. En un momento en que las libertades civiles están en el filo de la navaja y en donde el discurso intolerante busca escurrirse con más fuerza en la conciencia colectiva, esta obra ejerce presión hacia un cambio literario.» - Nelson E. Vera Santiago

Yolanda Arroyo. Nació en Guaynabo, Puerto Rico, en 1970. Es novelista, cuentista y ensayista. Ha sido elegida como una de las escritoras latinoamericanas más importantes menores de 39 años del Bogotá39 convocado por la UNESCO, el Hay Festival y la Secretaría de Cultura de Bogotá. Ha sido merecedora de varios premios literarios a nivel nacional e internacional. Ha escrito para los periódicos “El Nuevo Día”, “El Vocero de Puerto Rico”, “Claridad” y “La Expresión”. Algunos de sus cuentos confluyen en las revistas culturales “Identidad de la UPR Aguadilla”, “Revista Púrpura”, “Preámbulos y Tonguas de la UPR Río Piedras”. Es autora del libro de poesía “Medialengua”, los libros de cuentos “Historias para morderte los labios” (2009), “Ojos de Luna” (Premio Nacional 2008, Instituto de Literatura Puertorriqueña; Libro del Año 2007 Periódico “El Nuevo Día”) y “Origami de letras” (2004), además de la novela “Los documentados” (Finalista Premio PEN Club 2006). Editora de “Cachaperismos: Poesía y narrativa lesboerótica” (2010). Otras obras: “Caparazones”, “Lesbianas en clave caribeña” y “Violeta”.

DOCUMENTACIÓN
Las lesbianas no son mujeres. Reseña a “Caparazones” por la Dra. Carmen González Marín
Boreales…, 2012-02-09
http://narrativadeyolanda.blogspot.com.es/2012/02/las-lesbianas-no-son-mujeres-resena.html

#libros #literatura | El muchacho persa

El muchacho persa / Mary Renault ; María Antonia Menini, traductora
[The persian boy. Español]
Trilogía de Alejandro Magno, v. II 

Barcelona : Edhasa, 2011 [01]
576 p.
Colección: Narrativas históricas
ISBN 9788435062152 / 29 €

/ ES / EN* / NOV
/ Alejandro Magno / Efebofilia / Grecia – Historia / Helenismo / Literatura

Censurada durante muchos años en España, debido al desprejuiciado modo en que expone los valores sexuales de la época, "El muchacho persa" al que alude el título es Bagoas, quien, vendido como esclavo cuando su noble padre fue ejecutado por traición, fue regalado a un joven conquistador que empezaba a ser ya conocido como Alejandro Magno. A través de la mirada de este joven, no sólo se nos muestran las más diversas facetas de un hombre poliédrico y de una subyugante personalidad, sino que se nos ofrece además un excepcional y colorista retrato del mundo de su tiempo y de los valores por los que se regía.

La obra de Mary Renault ha sido comparada a menudo con la de Robert Graves y Marguertie Yourcenar. Es autora de destacadas novelas históricas como "El rey debe morir", "Teseo, rey de Atenas", "La máscara de Apolo"... Mary Renault (de nombre auténtico Mary Challans) nació en el seno de una familia acomodada de Londres (Inglaterra) el 4 de septiembre de 1905. Su padre ejercía la medicina. Estudió Literatura Inglesa en el St. Hugh´s College de la Universidad de Oxfor, y enfermería en el Radcliffe Infirmary también de Oxford. Durante la Segunda Guerra Mundial, sirvió como enfermera para el ejército británico, al tiempo en que comenzaba a escribir. Viajó a Grecia e Italia, y en 1948, emigró a Sudáfrica, fijando allí residencia. Es autora de novelas en su mayoría históricas ambientadas en Grecia, con un gran rigor de datos. Una de sus principales obras es la trilogía sobre Alejandro Magno, “Fuego Del Paraíso” (1970), “El Muchacho Persa” (1973) y “Juegos Funerarios” (1981), todos publicados en Edhasa. En el año 1983 falleció a la edad de 79 años.

WIKIPEDIA | El muchacho persa
http://es.wikipedia.org/wiki/El_muchacho_persa

martes, 25 de enero de 2011

#libros #historia | Los invisibles : una historia de la homosexualidad masculina en España, 1850-1939

Los invisibles : una historia de la homosexualidad masculina en España, 1850-1939 / Francisco José Vázquez García, Richard Cleminson (eds.).
Granada : Comares, 2011 [01-25]
336 p.
ISBN 9788498367836 / 27,00 €

/ ES / Libros / ENS / España / Historia - Siglo XIX / Historia - Siglo XX / Homosexualidad

📘 Ed. impresa: ISBN 9788498367836
📝 Cita APA-7: Vázquez García, Francisco, & Cleminson, Richard (eds.). Los invisibles : una historia de la homosexualidad masculina en España, 1850-1939. Comares.

[.es] En los últimos quince años se ha podido asistir en España a una intensa proliferación de publicaciones sobre género y teoría “queer”. Sin embargo, los estudios históricos sobre la homosexualidad siguen siendo muy escasos. En “Los invisibles” se trata precisamente de reconstruir la génesis contemporánea del sujeto homosexual en España, utilizando fuentes de índole muy variada y valiéndose de una metodología que revisa críticamente el conocido modelo foucaultiano. Además de analizar el papel desempeñado por los expertos (médicos, psiquiatras, criminólogos, pedagogos, etc.) en este proceso, se ponen de relieve los fenómenos de alarma social y política –concernientes a la corrupción de la infancia, el declive de la raza y la decadencia nacional- conectados con el asunto. Finalmente, se examinan los contornos de una subcultura homosexual emergente entre la segunda mitad del siglo XIX y la Guerra Civil española. Sólo atendiendo a este pasado, soterrado en buena medida por la prolongada sombra del periodo franquista, se pueden comprender las dinámicas actuales de la masculinidad y del movimiento gay español en su lucha contra la estigmatización y la desigualdad.
 
DOCUMENTACIÓN
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Comares | Los invisibles
https://www.comares.com/libro/los-invisibles_112463/
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Publicada la versión española de "Los Invisibles". Una historia de la homosexualidad masculina en España, 1850-1939
Francisco Vázquez | Filosofía en Cádiz, 2011-01-27

http://filosofiacadiz.blogspot.com.es/2011/01/publicada-la-version-espanola-de-los.html

viernes, 14 de enero de 2011

#hemeroteka #indarkeria | Mikel Martin. EHGAMeko kidea: «Bono ministro ohiak ezbaian jarri zuen erasoa; zuzenketa eskatzen diot»

Berria / Mikel Martin //

Mikel Martin. EHGAMeko kidea: «Bono ministro ohiak ezbaian jarri zuen erasoa; zuzenketa eskatzen diot»

2005eko urtarrilaren 13an, Espainiako armadako lau militarrek Mikel Martin jipoitu zuten. Sei urte igaro diren honetan, Donostiako auzitegiak erasotzaileak zigortu ditu.
Jon Olano | Berria, 2011-01-14
https://www.berria.eus/paperekoa/1574/011/001/2011-01-14/bono-ministro-ohiak-ezbaian-jarri-zuen-erasoa-zuzenketa-eskatzen-diot.htm 
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Mikel Martin: «Bono ministro ohiak ezbaian jarri zuen erasoa; zuzenketa eskatzen diot» 
Oarsoaldeko Hitza, 2022-01-14

Espainiako armadako lau militarrek Mikel Martin Zutik-eko eta EHGAMeko militantea jipoitu zutela sei urte bete diren honetan, Donostiako auzitegiak gertakarien inguruko epaia jakinarazi du: bina urteko espetxe zigorra eta 300na euroko isuna bi akusaturi, eta 4.500na euroko isuna beste biei.

Martinen testigantza «oso koherentea» dela argudiatuta, ontzat hartu du epaileak biktimak kontatutakoa. Nahiz eta ezarritako zigorrak Martinen abokatuak eskatutakoak baino txikiagoak diren —hiru urteko zigorra eskatzen zuen bi akusaturentzat—, pozik da Martin: «Berandu bada ere, justizia egiten ari da».

Nola baloratzen duzu epaia?
Garrantzitsuena da azkenean epai bat badagoela, eta seigarren urteurrenaren egunean, gainera. Hiru gauza nabarmendu nahi ditut epaiaren harira. Lehena, garrantzitsuena, Jose Bono Espainiako Defentsa ministro zenak erasoaren biharamunean Espainiako telebistan zalantzan jarri zuen nire testigantza. Galdetu nahiko nioke Bonori ea, epaia eskuan izanda, zalantzak dituen oraindik ere. Esan zuena zuzentzeko eskatuko nioke. Bigarrena, hainbeste denbora eta gero, lortu dugula nahi genuena, alegia erantzunik gabeko erasorik ez egotea. Eta, hirugarrena, inpunitatea haustea lortu dugu; lau harroputz horiek uste zuten militarrak izateagatik edozer egin zezaketela, inork ezer esan gabe.

Ez nago erabat pozik, gure zigor eskaera handiagoa baitzen, baino nahikoa hurbiltzen zaio. Nire testigantza sinestea eta haien asmakizuna atzera botatzea izan da niretzat garrantzitsuena.

Errekurtsoa jartzeko asmorik al duzue?
Gaur bilduko naiz abokatuarekin, eta epaia hobeto aztertuko dugu. Ez dakit bi urteko espetxe zigorrarekin kartzela saihestuko duten ala ez, baina, behintzat, euren ibilbide profesionalean orban galanta izango dute.

Zer iruditzen zaizu erasoa izan zenetik epaia ezagutu arte sei urte igaro izana?
Egoera ugari gertatu dira epaiketa hainbeste luzatzeko —besteak beste, akusatuetako bat urtebete kanpoan lanean ibili izana, eta guk froga gehiago aurkezteko, epaiketa luzatzeko eskatu izana—, baina egia da auzia gehiegi luzatu dela. Eraso bat dagoenean, zenbat eta azkarrago izan epaia, askoz hobe.

Esan izan duzu jipoitu zintuztenetik ez zarela lehengo bera. Zertan aldatu zara?
Egia da; ez naiz lehengoa. Pertsona bera naiz, baina ez naiz bizi lehengo lasaitasunarekin eta konfiantzarekin. Oso pertsona fidakorra nintzen lehen, eta edonori laguntzeko prest nengoen. Kalean, berdin zitzaidan nire ondotik nor pasatzen zen; ez nion erreparatzen. Orain, ordea, nire erasotzaileen antzeko itxura duen norbait ikusten badut kaletik, beste espaloira noa.

Duela gutxi, norbait atzetik nuen kalean, eta, larritasunez egin nuen aurrera, atzera begiratu gabe. Lehen, ez zitzaidan hori gertatzen. Psikologoaren arabera, jarrera hori ona da, horrela, egoera arriskutsuak saihesten ditugulako. Ni, ordea, ez naiz lasaitasun osoz bizi.

Behin epaia ezagututa, argi al duzu zergatik eraso zintuzten?
Uste dut argi dagoela. Haien ideologia faxistari erreparatuta, kaletik nirekin topo egin, eta pentsatuko zuten: «Hara hemen euskalduntxo bat». Nire ustez, eraso xenofobo bat izan zen, euskaldun itxura nuelako jipoitu baininduten. Kaletik Espainiari gorazarre egiten zihoazen, eta, niri joka ari zirela, «ziur ETArekin eta Ibarretxeren planarekin ados dauden horietakoa zarela», esaten zidaten. Herri baten parte izateagatik eta nire ideia politikoengatik jo nindutela agerian uzten du horrek: ez zuten holandar bat, galiziar bat edo islamiar bat jipoitu nahi, euskaldun bat baizik.

Babesik jaso al duzu alderdi politikoen eta erakundeen aldetik?
Eraso ninduten astean, babes mezu andana jaso nuen, baita alderdi politiko guztien aldetik ere. Donostiako Udaleko alderdi guztiek gertatutakoa gaitzetsi zuten, eta Espainiako Parlamentuan auziaren inguruko galderak egin zituen Uxue Barkos NaBaiko parlamentariak. Ibarretxe lehendakari ohiak eta Iñigo Lamarca Arartekoak ere idatzi zidaten. Oraindik ere, Errenterian jende askok animoak ematen dizkit kaletik ikusten nautenean.

viernes, 7 de enero de 2011

#hemeroteca #trans #politica | Tomás Gómez ficha a la transexual Carla Antonelli para las listas del PSM

Imagen: El Confidencial / Carla Antonelli
Tomás Gómez ficha a la transexual Carla Antonelli para las listas del PSM.
El secretario general del PSM y candidato socialista a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Tomás Gómez, llevará en su lista electoral para las elecciones.
EP | El Confidencial, 2011-02-07
https://www.elconfidencial.com/espana/2011-02-07/tomas-gomez-ficha-a-la-transexual-carla-antonelli-para-las-listas-del-psm_225850/

El secretario general del PSM y candidato socialista a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Tomás Gómez, llevará en su lista electoral para las elecciones de mayo a Carla Antonelli, actriz y defensora de los derechos de los gais, lesbianas y transexuales, informaron a Europa Press fuentes socialistas. Antonelli se convertirá de este modo en la primera transexual que ocupe un escaño en la Asamblea de Madrid. La actriz, que ha estado muy relacionada con el PSOE en la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero, ha sido activista por los derechos de las personas transexuales de forma directa desde el año 1977 y se convirtió en la primera persona que solicitó el cambio de nombre y sexo en su DNI.

La futura diputada madrileña entró a formar parte de forma activa en el PSOE en 1997, siendo Coordinadora del Área Transexual del Grupo Federal GLTB. Además, trabajó en el programa electoral donde se incluyó el matrimonio homosexual y la Ley de Identidad de Género para las personas transexuales y colaboró en la redacción de la norma que posibilitaba a las mujeres transexuales ingresar en los módulos de prisiones femeninos, sin necesidad de una cirugía de reasignación de sexo.

El 1 de julio de 2007, tras salir adelante la Ley de Transexuales, anunció que dejaba su actividad política por "motivos laborales". Sin embargo, ahora vuelve a la vida política de la mano del líder de los socialistas madrileños. El nombre de Carla Antonelli se suma a otros ya conocidos que integrarán la lista electoral de Gómez para los comicios de mayo, entre los que se encuentran los que serán los números dos, tres y cuatro, Amparo Valcarce, Juan Barranco y Maru Menéndez, respectivamente; el ex consejero vasco José Manuel Freire; el alcalde de Alcorcón, Enrique Cascallana; la alcaldesa de Colmenarejo, Isabel Peces-Barba, y personas de máxima confianza del secretario general como Eusebio González o José Cepeda.

jueves, 6 de enero de 2011

#hemeroteca #libros | La identidad gay: del escándalo al reconocimiento social

La identidad gay: del escándalo al reconocimiento social
Carlos Bonfil | La Jornada, 2011-01-06
http://www.jornada.unam.mx/2011/01/06/ls-once.html

Antes de 1869, año en que se acuña el término clínico de homosexualidad para el deseo erótico cuyo objeto es una persona del mismo sexo, dicha atracción había conocido múltiples denominaciones –inversión, uranismo, sodomía–, cada una aproximativa y azarosa, ninguna de ellas interesada en reglamentar social y científicamente el deseo. Lo que propone el escritor italiano Paolo Zanotti, profesor de literatura en la Universidad de Bolonia, en su libro "Gay, la identidad homosexual de Platón a Marlene Dietrich", es un recorrido histórico por la construcción de lo que hoy llamamos una subcultura gay. El título original del libro también sugiere una crónica amena y documentada de “cómo fue inventada la identidad homosexual”.

La primera exploración la hace Zanotti en la Grecia clásica, una cultura donde los hombres que creían poseer un alma noble y un carácter viril, buscaban como objeto de placer sexual a sus semejantes, es decir, a otros hombres dueños de cualidades parecidas. Como lo señala Michel Foucault en su "Historia de la sexualidad", los roles sexuales actuales de activo y pasivo tuvieron entonces una connotación distinta. El hombre activo era el iniciador de los adolescentes a un mundo de la sexualidad que era también un mundo de madurez y de sabiduría; como las mujeres, el efebo debía ser sexualmente receptivo y no había en ello demérito alguno, solamente la pasividad adulta era objeto de condena social.

La tiranía de los roles sexuales

De acuerdo con el autor, en la era moderna la condena de la homosexualidad pasa por la reprobación de toda conducta capaz de menguar las cualidades intrínsecas al varón en la sociedad burguesa. Una de ellas es esencial: el control de las pasiones. El comportamiento viril idóneo se construye con prohibiciones nuevas: el hombre no debe llorar ni manifestar debilidad de carácter, no debe ceder a la coquetería en el vestir ni tampoco en el arreglo personal.

Contrariamente a la mujer, determinada desde su nacimiento por su sexualidad y por las funciones biológicas y sociales que con ella se relacionan, el hombre tiene la posibilidad y el deber de controlar sus impulsos sexuales con el fin único de “ganarse la anhelada identidad viril”. Zanotti reproduce la sentencia: “Mujer se nace, hombre se hace”. El varón que transgrede estas prohibiciones y se identifica con el sexo opuesto se coloca de inmediato como un renegado de su propio sexo y por lo mismo un paria digno de reprobación. Y añade el autor: “La prohibición del sexo entre hombres trae consigo otra importante novedad: la desconfianza hacia la amistad masculina. La intimidad entre dos hombres será fuente de una angustia creciente: a partir de 1770, por ejemplo, los chicos de los colegios ingleses ya no podrán compartir cama”.

La relectura de la historia de las civilizaciones a través del entendimiento de la sexualidad como una construcción social es el objeto de la llamada teoría queer, y es precisamente este marco teórico el que aborda Zanotti sin abusar de jergas académicas, para señalar que la homosexualidad es ante todo una construcción moderna donde el poder, encargado de reprimir los placeres, tiene paradójicamente la posibilidad de producirlos.

El dandismo, una matriz de las nuevas identidades
En la antigüedad las grandes ciudades (Atenas y Florencia, destaca el autor) fueron núcleos que facilitaron la diversificación de las sexualidades, los lugares en que se forjaron los primeros estereotipos de la identidad gay. En el siglo XIX la figura del dandy, ese artista empeñado en hacer de su vida una obra de arte (el Oscar Wilde de "El retrato de Dorian Gray", el J.K. Huysmans de "A contracorriente"), vuelve la mirada a un pasado que glorifica el artificio y las posturas trágicas, el culto de la sensibilidad extrema y el goce de iconos del sufrimiento como la figura de San Sebastián.

En la reivindicación hay un rechazo tajante de reglamentar la vida privada y del utilitarismo de una sexualidad fincada en la procreación. Un dandy, recuerda Zanotti, es un ser ocioso, elegantemente frío y estéril, alérgico al trabajo. Un ser como Des Esseintes, el dilettante en la novela "A contracorriente": “un tipo degenerado de clase alta: último vástago de una estirpe ilustrada venida a menos, con un sistema nervioso al límite del agotamiento después de una serie de experiencias juveniles en busca de los placeres más extravagantes, especialmente sexuales”. El personaje descrito tiene a menudo un fin trágico, en la cárcel o en un lecho de hospital, o termina, como el autor Huysmans, orillado a elegir entre el misticismo o el suicidio.

El dandismo provocador tiene larga vida en Europa y no son pocos los invertidos que en él encuentran su primer modelo de identificación exaltada. Luego de un aparente ocaso a raíz de revoluciones del siglo XX, y del prolongado dominio de una medicalización represiva, con los embates de la interpretación psicoanalítica y su entronización del Edipo y de la culpa, la sensibilidad homosexual es de nuevo reivindicada por la cultura pop y en 1964 la escritora estadunidense Susan Sontag le brinda un sustento teórico en sus "Notas sobre el Camp". Lo que en un inicio es un arma defensiva de las minorías sexuales, se transforma en elemento importante de una identidad homosexual crecientemente integrada a la cultura de masas.

Mente sana en un cuerpo de gimnasio
En los años setenta el cineasta Pier Paolo Pasolini reivindica el carácter declaradamente subversivo del deseo homosexual. Según su apreciación, las relaciones homosexuales no conllevan de modo espontáneo una lógica de reciprocidad, y el deseo polimorfo se expande como una vegetación venenosa que permea todas las capas de la sociedad burguesa ("Teorema", 1968). Los encuentros son fortuitos, clandestinos, sin vocación de trascendencia. Son ilegítimos y oscuros, como en una novela de Jean Genet, y requieren de la complicidad secreta de sus iniciados en baños de vapor, en mingitorios macilentos o en los cuartos oscuros de los bares.

Con la aparición del sida, la epidemia que perturba a las buenas conciencias, se opera una metamorfosis en la identidad y cultura del hombre gay, quien procura dar de sí mismo una imagen más sana, busca la aprobación social y la inserción a la vida cívica a través de la conquista de nuevos derechos, entre ellos el del matrimonio.

Dice Zanotti: “A partir de los años ochenta este ideal se difunde en todo el universo masculino y el hombre gay se convierte en su prototipo perfecto: el gay con cuerpo de gimnasio, hedonista y con un buen empleo, es el ejemplo más perfeccionado del macho actual, y el mercado enseguida se hará eco de ello. La imagen del antiguo dandy aferrado a una juventud irreal se ha sustituido por la del gay joven y saludable; lo que supuso que a los no tan jóvenes (por ejemplo, Foucault) les costara reconocerse en esta nueva identidad”. La construcción de esta identidad homosexual tiene como contraparte obligada una estrategia que consiste en desmontar los mitos, fetiches y prejuicios en torno a una minoría sexual que al cabo de siglos de discriminación y estigmas, aún reserva al mundo circundante de las mayorías, revelaciones siempre sorprendentes.

miércoles, 5 de enero de 2011

hemeroteka | Jean Genet, castrado por la censura

Imagen: Público
Jean Genet, castrado por la censura
La obra del autor francés fue prohibida por el órgano represor del franquismo y perseguida, como ocurrió con 'Diario de un ladrón', hasta 1976
Peio H. Riaño | Público, 2011-01-05

La formación al margen de la ley y la entronización de una sórdida ópera de presos, soldados, siervos y vagabundos tenía todas las papeletas para quedarse a las puertas de la Dirección General de Propaganda durante la dictadura franquista. Y así tumbó la censura una tras otra, incansablemente, las obras de Jean Genet (París, 1910-1986) que varios de los grandes editores en ciernes trataban de publicar en este país, mientras él se recreaba en la elaboración de un personaje que alardeaba de traidor, ladrón y homosexual. Uno de los más originales y sólidos novelistas franceses del siglo XX fraguaba a finales de los cuarenta una extraordinaria obra sobre criminales y sexo angustioso y España castraba a aquel genio arrebatado, del cual hace unas semanas Francia celebraba los cien años de su nacimiento.

Una vez pasados los fuegos artificiales, aquí el mejor homenaje que se le puede hacer al autor de Querelle de Brest (1947) es recordar cómo la censura le tenía todavía bajo cuchillo en 1974. El 22 de marzo de ese año, uno de aquella tribu que firmaba los expedientes de represión como "lectores", desautorizaba la impresión de 3.000 ejemplares de Diario de un ladrón (escrita hacía 25 años): "Se trata de la misma obra que fue denegada en su día a la editorial Anagrama [cinco años antes de este informe]. Como no han cambiado las circunstancias y el texto es un verdadero canto a las aberraciones sexuales, crimen y vida inmoral, de la que se diría se siente orgulloso el autor, además de contener ataques a España y nuestras instituciones por transcurrir gran parte de la narración en nuestro país, a mi juicio procede tener el mismo criterio de la ocasión anterior y considerar la obra no autorizable".

Si pensamos que en 1946 también se prohibía la importación y publicación del Ulises de James Joyce, no extraña que un ataque tan severo contra las técnicas coercitivas de la familia, el ejército, la escuela, el sistema judicial, la cárcel y la Iglesia pudiera recalar entre las librerías de aquellos años. Sin embargo, es curioso comprobar cómo los censores levantaban la mano ante la trascendencia de la trayectoria reconocida de otros autores como Yukio Mishima (Tokio, 1925-1970), quien compartía con Genet, además de su homosexualidad, su gusto por el teatro antes que la novela. "Es uno de los más grandes escritores japoneses contemporáneos, ha sido publicado en varios idiomas y recomendado por la Unesco[] Un poco nostálgico", escribía en 1962 sobre El pabellón de oro un censor entregado al criterio del máximo organismo internacional del patrimonio cultural.

Tampoco encontraron signos de subversión contra la moral católica del régimen en el Autorretrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde; Mrs. Dalloway, de Virginia Woolf; La bella y la bestia, de Jean Cocteau, o Una temporada en el infierno, de Rimbaud, a la que señalaron como el retrato de una "vida desequilibrada, apasionada e inquieta". Eso sí, nunca tragaron a Tennessee Williams ni a Truman Capote. De Desayuno en Tiffany's tachan y desautorizan la novela un año después de su publicación mundial por ser "morbosa y deshonesta", donde "el vicio de Lesbia ocupa buen lugar". Tres días después, la lee un nuevo censor: "Nada gana, ni el buen gusto ni la literatura, con esta obra".

Incluso el guión convertido en novela del Evangelio según Mateo, de Pier Paolo Pasolini, pasa el corte en 1965, sobre todo, debido al reconocimiento que tres años antes obtiene la película. "El tema, planteo y resultado de este filme ha sido últimamente discutido en todos los sentidos. En general, y pese a la filiación ideológica del autor, la crítica, incluso la católica, se ha pronunciado en sentido favorable", escribe el censor sobre el libro que llevaba introducción de José Monleón.

Miedo al genio

Algo parecido debieron pensar cada vez que les llegaba una nueva petición de publicación de Diario de un ladrón, de Genet. La primera vez que se encontraron con el texto fue por la solicitud de Jorge Herraldepara publicarlo en su editorial, diez años después de su aparición en Francia. La ficha de expediente del escritor francés demuestra que el verdadero peligro de Genet no eran sus temas, su universo macerado al calor de la voluptuosidad, sino su maestría al contarlo.

Aquellos ilustres cuervos sentenciaron a Genet al olvido para impedir su contagio: "La finalidad de esta obra literaria es la de poner de manifiesto la profundidad, la anchura e incluso la sublimidad, como vividas, de la abyección, de la inmundicia, de la aberración y del crimen, cuando uno se entrega a ellos en cuerpo y alma. Muy bien. Pero el caso es que la obra resulta excesivamente cochina, y como, además, por lo que se refiere a los homosexuales y pederastas (que es lo más frecuente en esta novela), se despiertan muchas vocaciones en nuestro tiempo, creo será mejor anteponer otros valores más sublimes que el valor literario de la obra. NO PUEDE PUBLICARSE".

Sólo una semana más tarde vuelve a confirmarse el juicio contra una de las grandes novelas, en las que Genet apuntaba la estrecha relación entre los delincuentes y las flores, ya que la fragilidad floral procedía de la misma naturaleza que la insensibilidad del criminal. En Diario del ladrón, la violencia, la traición, la histeria y la cobardía son formas de heroísmo. Los ojos del órgano represor lo veían inaceptable pero probable. Lo temieron porque la realidad no le era tan extraña al relato de Genet, y como si el censor ya tuviera constancia de quién era y qué hacía el escritor francés, apuntaba: "Novela típica de Genet. Autobiográfica. Historia de sus tiempos de mendigo, criminal, pederasta, etc, etc. Un canto a la homosexualidad, el delito, la suciedad, la coprofilia, etc, etc. [] y como además todo ello está muy bien escrito y por tanto resulta más convincente, creo que sobran los motivos para no autorizar la traducción de esta obra, sin la que el lector español puede pasar perfectamente".

Contra la homosexualidad

Aquella sociedad feudal ignoró que la obra de Genet fraguó el reconocimiento de Jean Cocteau, de Sartre y Simone de Beauvoir, que lo definió como un matón genial, un ser dogmático y libre. Sartre le dedicó su estudio sobre Baudelaire (1947) y lo consagró en su San Genet, comediante y mártir (1952). En Nueva York, nueva capital universal después de la Gran Guerra, Sartre presentó a Genet como el verdadero genio literario francés y la crítica norteamericana lo situó entre Proust y Céline. Mientras, en España no pasó de escritor maldito cuyo mayor delito a los ojos de la censura fue su abierta homosexualidad en obras como Santa María de las flores (1943), Milagro de la rosa (1946) y Pompas fúnebres (1947).

Y eso no cambió en años. En 1976 lo intenta la editorial Planeta. Las cosas han cambiado o, al menos, en apariencia; el 19 de mayo, el ya Ministerio de Información y Turismo Dirección General de Cultura Popular pasa un informe escrito todavía por una de aquellas siniestras mentes: "Autobiografía novelada de un homosexual. Es un canto constante a las aberraciones sexuales, al crimen y a la vida inmoral. Trata de forma irreverente a la Iglesia católica. Toda la obra es inmoral. A juicio del lector, salvo superior criterio, la obra DEBE SER DENUNCIABLE", sentenciaba en mayúsculas.

Cinco meses después de la muerte del dictador, la censura seguía mordiendo, aunque los trámites entonces ya obligaban a separar el "informe" de las "observaciones". Y los censores se camuflaron en democracia con los vestidos de la retórica, para no mostrar su veneno. Las observaciones se hacían apelando cínicamente a "un punto de vista estrictamente jurídico" para escribir en el último párrafo la sangría más obscena en nombre de la sanidad moral: "Lo conflictivo de la obra se centra en la descripción sin ningún recato del fenómeno homosexual. No existen ciertamente descripciones obscenas o directas; pero todo el libro es una exaltación a la homosexualidad, sin crítica alguna, que hace que su contenido deba considerarse socialmente peligroso e incluso incurso en la figura delictiva del escándalo público".

Con los años y la insistencia pasaron las obras de teatro Las criadas y Estricta vigilancia, de la que en su expediente de 1973 se cuenta que es una obra de teatro "insípida, sin el menor interés, reiterativa e irrepresentable". La censura había puesto el listón de Genet muy alto: en esta pieza ni siquiera se advirtieron "intención política alguna". Les decepcionó hasta cuando no se encontraron con el salvaje Genet.

Tennessee Williams, otro crucificado más

"De las tres obras de teatro que se recogen en este volumen, ‘Un tranvía llamado deseo' figura según los antecedentes como prohibida por la censura de teatro", sentencia el censor que confirmaba la prohibición de esta obra de teatro en 1953. La pieza de Tennessee Williams, Premio Pulitzer en la categoría de Drama en 1948, considerada como una de las obras más importantes de la literatura estadounidense, cuenta la vida altanera de Blanche DuBois, una dama sureña con delirios de grandeza.

Así que aquel censor advertía que el libro que reunía las tres obras podía publicarse, siempre y cuando se suprimieran todas las tachaduras que señalaba en ‘Un tranvía llamado deseo'. Para el siniestro personaje, una lectura tenía menos peligro que una representación teatral, pero los caminos de la censura son inexplicables: "El tema y el tipo central de la trama son francamente duros desde el punto de vista moral. Pero el lector estima que siempre que no se representen en público, sino que sirva exclusivamente de lectura a los aficionados de la literatura, puede autorizarse su publicación".

Insiste con ‘Verano y humo', que también lleva muchísimas tachaduras, en que la censura de teatro se aplique, pero no para el "literato aficionado". Sobre papel puede publicarse. Por otro lado, ‘El zoo de cristal' es calificado como "un problema de clase media inferior, completamente inocuo y puede autorizarse". El lápiz rojo se cernió sobre la obra de Williams por ser considerada "extravagante". La perversión de los censores hizo que también se refugiaran en criterios más allá de la moral para legitimar su actividad.
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Jean Genet, castrado por la censura
La obra del autor francés fue prohibida por el órgano represor del franquismo y perseguida, como ocurrió con 'Diario de un ladrón', hasta 1976
Peio H. Riaño | Público, 2011-01-05
Imagen: Público
La obra que Miguel Narros no pudo estrenar
El director recupera 'Los negros', de Genet, tras prohibírsele su montaje en 1971
P.H.R.| Público, 2011-01-05

La represión que padeció la novela Diario de un ladrón es comparable a la obra de teatro Los negros. Si para las novelas bastaba con un lector, la censura empleaba artillería pesada en el castigo contra el teatro. Miguel Narros sufrió la criba para representar la obra de Jean Genet. El 5 de noviembre de 1971 obtiene el resultado: prohibida, tal y como figura en el Archivo General de la Administración de Alcalá de Henares. Precisamente, casi 40 años más tarde, Narros estrenó la obra el pasado noviembre en Asturias. Ahora la trae a Madrid, a los Teatros del Canal.

"Para los españoles, tan alejados del problema racial, lo que se habla en escena (pues la acción es mínima) no tiene el menor interés. La obra es pesadísima y lo será en grado sumo para el espectador, aumentando esta pesadez el hecho de que carezca de interpretaciones", apuntaba el primer censor. Y añade sus críticas a los "pasajes fuertes" e "irreverentes", y advierte llevar "riguroso cuidado" con las danzas en grupo y vigilar acotaciones como la que se propone: "Se levanta la falda y baila una danza obscena".

Un tercer informe advierte de que podría estrenarse siempre y cuando se evitara "una mayor claridad en la exposición de la tesis". "La obra tiene numerosas tachaduras hechas por el adaptador y caben hacerse otras más", sentencia y confirma la autocensura del momento. El texto estaba tan mancillado que se quedaba en nada sin las alusiones al ejército, al suicidio, a la imposición por las armas del ejército blanco en la colonización.

Pero Narros no fue el primer director incapaz de evitar la censura sobre esta obra. Trino Martínez, en 1963, recibe el primer varapalo de la Junta de Censura Teatral, compuesta por 12 miembros, tres de ellos reverendos. La obra iba a montarse en el Teatro Maravillas de Madrid, dentro del ciclo Teatro de hoy, entre el 18 de junio y el 30 de julio. Pero en el mes de septiembre previo ya se decide su prohibición. Este informe podría pasar como el argumento de una novela de Kafka, similar a El proceso.

Un tal padre Artola niega el montaje, otro de ellos pide que se "retoque" el personaje del explorador: "Hay que quitarle cuanto le clasifica como obispo misionero católico, de suerte que quede como representante de valores espirituales morales, vagamente religiosos". Por si no fuera poco, añade que "convendría suprimir algunas groserías del lenguaje".

Sin embargo, la obra les confunde. Algunos se resisten a prohibirla y otros la defenestran a escenarios privados, a lo que entendían como "teatro de cámara", siempre con cientos de tachaduras por delante. Uno de los vocales informa que "salvo que se hiciesen modificaciones sustanciales a la obra voto por su prohibición". Y en un guiño de arrepentimiento absoluto se lamenta: "Y lo siento, porque la obra me parece estupenda, una obra magistral de las posibilidades actuales de un verdadero teatro poético". Para la historia quedará el gesto de Víctor Aúz Castro, que se planta y escribe: "Dada la índole de la obra, no veo inconveniente alguno en aprobarla". Y marca dos supresiones, muy irónicas en dos páginas: "Puta" y "sexo".

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La obra que Miguel Narros no pudo estrenar
El director recupera 'Los negros', de Genet, tras prohibírsele su montaje en 1971
P.H.R.| Público, 2011-01-05