Tras 30 años de carrera en cine, teatro y televisión, su palmarés contiene, entre otros premios, un Emmy, un Globo de Oro —ambos por su interpretación de Marcia Clark, la fiscal que trató de condenar a O. J. Simpson, en la primera temporada de la antología 'American Crime Story'— y un Tony por su papel en la obra de teatro ‘Appropriate’. Pero el reconocimiento más especial que ha recibido
Sarah Paulson (Tampa, Florida, 1974) no está en su casa, en Los Ángeles, desde donde concede esta entrevista por videollamada, sino en un restaurante en Nueva York. En mayo de 2024, Sardi’s, un legendario establecimiento del distrito teatral de Manhattan, decidió colgar en una de sus paredes una caricatura de Paulson, sumándola así al exclusivo club de retratos de intérpretes de Broadway que las pueblan. El homenaje tenía para ella un significado singular: cuando la madre de la actriz se mudó, a finales de los setenta, con sus dos hijas de cinco y dos años a Nueva York, su primer trabajo fue en Sardi’s. ¿Soñaba la hija de la camarera con acabar en las paredes del restaurante donde trabajó su madre? “Sí, pero la idea de vivir como actriz de teatro en Nueva York me parecía inimaginable. Y eso que empecé en Broadway. De pequeña, mi madre me llevaba a ver obras de teatro y, por supuesto, he estado en ese restaurante muchísimas veces y he visto tantas noches de estreno allí... He ido mucho a lo largo de los años, y veía a todos esos actores que admiro en la pared, y pensaba...”. En ese momento la conversación se interrumpe porque Paulson recibe una llamada, que rechaza. “Qué gracioso. Era mi madre”.
P. Mientras hacía 'Appropriate', contó en una entrevista que en su tiempo libre solo podía dedicarse a ver 'Las Kardashian' y ahora acaba de trabajar con Kim Kardashian en la última serie de Ryan Murphy, ‘All’s fair’, sobre un bufete de abogadas matrimonialistas, que se estrenará en otoño. ¿Cómo ha sido trabajar con ella, junto con Glenn Close y Naomi Watts? Mi relación con todas ellas es realmente especial y el rodaje lo he disfrutado muchísimo. Acabamos de terminar hace cuatro días. De Kim te puedo decir que era la más dispuesta y divertida. A veces nos costaba no reírnos en mitad de una escena. Ya le hemos pedido a Ryan Murphy que publiquen un vídeo de tomas falsas. Y fue difícil porque en realidad estamos interpretando a abogadas muy serias. Es divertida y generosa. No tengo palabras para describir mi experiencia trabajando con ella. Y es la estrella de esta serie, algo mucho mayor de lo que ya hizo en ‘American Horror Story’ [participó en su duodécima temporada]. Nos han enseñado el tráiler y creo que la gente se va a volver loca.
P: No le gusta verse en pantalla. De hecho, hasta donde sé, nunca se ha visto interpretando a Marcia Clark, uno de tus trabajos más célebres. ¿Por qué? Cuando era joven sí lo hacía, porque no me podía creer que estuviera en pantalla. Y luego, a medida que fui creciendo y empecé a trabajar más, me di cuenta de que mi tendencia natural a la autocrítica estaba arruinando mi experiencia como actriz. Hacer ‘American Crime Story: El pueblo contra O. J. Simpson’ ha sido, sin duda, una de las experiencias más extraordinarias de mi vida creativa. Y pensé: “Dios mío, si la veo, sé que encontraré los defectos”. Y luego, cuando la gente empezó a reaccionar tan positivamente y se convirtió en un punto de inflexión en mi carrera, sentí que no podía verla porque “todo el mundo cree que es genial. ¿Y si la veo y la odio? No quiero convertir este éxito, tanto para la serie como para mí, en algo negativo”.
P. Pero desde que es productora ejecutiva, sí tiene la obligación de verse. ¿Por qué decidió pasar al otro lado? ¿Cómo lleva enfrentarse a su imagen durante el rodaje? Ryan Murphy me lo ofreció. Nunca antes nadie me había preguntado si quería serlo. Me lo tomé muy en serio y lo hago porque soy una persona con opiniones firmes. Últimamente, en cualquier cosa que hago, me han ofrecido esa oportunidad, lo que significa que tengo una especie de obligación contractual escrita de que me escuchen. Y sí, eso quiere decir que tengo que verme. Y eso es un desafío. Pero, de alguna manera, puedo ponerme en una perspectiva diferente, porque pienso más en la obra en su conjunto y menos en mí individualmente.
P. Usted ha dicho: “Nadie podría decirme tantas cosas terribles como las que yo me digo”. ¿Sigue hablándose así? Estoy intentando mejorar en eso. Y creo que ya lo estoy haciendo, pero cuando eres una persona con opiniones firmes... Constantemente busco maneras de mejorar. Y fallo todo el tiempo. Pero soy una persona a la que le importa este tipo de autoevaluación.
P. También le he oído hablar de la importancia de estar orgullosa de una misma. Y esto de alguna manera encaja con lo que estoy diciendo. Antes me preocupaba más de lo que pensaban los demás y ahora me interesa más evaluar mi propio trabajo. Al principio de mi carrera, pensaba que conseguía los trabajos por casualidad. Y ahora sé que me he ganado mi lugar en el orden de las cosas. No significa que no quiera o espere hacer más, pero sí sé que he logrado cosas en mi vida laboral. Y, por supuesto, ya tengo la edad suficiente para dejar que eso se filtre. Así que hay una especie de batalla interna entre la autocrítica y la autocelebración. Y pienso que hay un equilibrio sano. Intento integrarlas para que ninguna sea más que la otra.
P. Algunos de sus mejores amigos desde hace muchos años son actores, como Pedro Pascal y Amanda Peet. ¿Cree que es falso el cliché, a lo ‘Eva al desnudo’, de la rivalidad entre intérpretes? ¿O lo ha visto en otros? Lo he visto en otros y lo he visto en mi propia vida también. No con los que mencionas, pero sí con otros.
Con Pedro no competimos por los mismos papeles y con Amanda, somos mejores amigas desde hace 25 años. Y tenemos una amistad tan profunda que podemos hablar y reírnos de ello. Es un cliché, no hay duda, pero como muchos clichés, tiene su origen en algo real. Un actor tiene oportunidades que están a merced de decisiones ajenas y tienes la constante sensación del burro y la zanahoria. Es duro. Yo he tenido muchísima suerte, pero también hay cosas que no he conseguido. Y he perdido algunos amigos por lo que mencionas, y ha sido muy doloroso. Pero cuando miro a la gente a mi alrededor, estoy muy agradecida de tenerlos y me siento muy segura a su lado.
P. Hablando de 'Eva al desnudo', su primer trabajo como actriz fue ser la suplente de Amy Ryan en una obra de teatro en Broadway, con 19 años. ¿Qué le gustaría decirle a aquella joven desde su experiencia de hoy? Le diría: “Chica, no tienes ni idea de lo que te va a pasar. ¡Ni idea! Tus sueños se quedan cortos”. Nunca pensé que ganaría un Emmy, nunca pensé que ganaría un Globo de Oro, nunca pensé que interpretaría a un personaje con dos cabezas [en ‘Freak Show’, la cuarta temporada de ‘American Horror Story’]… Lo diré hasta el día en que me muera, le debo mi carrera a Ryan Murphy.
P. Y a usted misma, a su talento... Pero conozco a muchos actores increíbles que no han tenido las oportunidades que yo he tenido. Y parte de ello se debe a que tuve suerte y a que Ryan cambió las reglas del juego contando con un grupo de actores entre los que me encuentro para hacer series antológicas donde cada vez interpretábamos a un personaje diferente. El público lo captó y yo pude desarrollarme como actriz sin encasillarme. La gente que quiere trabajar ahora conmigo sabe lo que soy capaz de hacer, no tengo que demostrárselo.
P. Ya que lo dice, creo que la versatilidad es una de sus claves como actriz. Tiene nueve nominaciones al Emmy y son por nueve personajes diferentes. ¿Le gustaría interpretar a un personaje de largo recorrido o es algo que evita? Muchos actores tienen muchas nominaciones por el mismo personaje. En mi caso es genial saber que cuando me nominan, no lo hacen porque se hayan enamorado de un personaje que llevo años haciendo, sé que están valorando solo mi trabajo. Pero siempre tuve mucha envidia de Claire Danes en ‘Homeland’. De que siguiera la trayectoria de un personaje.
P. Justo le iba a preguntar qué personaje reciente le gustaría haber interpretado. Déjame pensar en uno aún más reciente que el de ‘Homeland’. Vale, me habría encantado interpretar a Shiv Roy en ‘Succession’. Sarah Snook (la actriz que lo interpretó) es maravillosa. Me habría gustado hacer esos dos papeles, pero nunca habría podido hacerlo tan bien como ellas.
P. No solo algunos de sus mejores amigos son actores, sino que su pareja, Holland Taylor, también es actriz. ¿Cómo lo llevan? ¿Se dan consejos mutuamente? ¿Se ayudan a pasar texto la una a la otra? La admiro muchísimo porque es una de las grandes actrices de nuestro tiempo. Y ahora mismo está preparando algo que es genial y muy diferente a todo lo que ha hecho hasta ahora y estoy muy emocionada por ella. No tenemos nada de competitividad entre nosotras, la admiro y su opinión sobre lo que yo hago me importa mucho. En el teatro vio ‘Appropriate’ unas 10 veces. Y después de cada función siempre estaba deseando conocer su opinión.
P. En estos 10 años de relación, ustedes se han convertido en un referente para la comunidad LGBTIQ+. ¿Lo siente como una responsabilidad extra? ¿Es una carga? No lo llevo como una carga, pero no siempre me gusta sentir que mi relación le pertenece a alguien. Es algo extraño. Sin embargo, lo que me alegra es que, de alguna manera, a través de nuestra relación, podemos dar ejemplo de dos personas que se enamoraron. Para muchos nuestra diferencia de edad [31 años] es muy desconcertante. Por eso me gusta representar algo tan positivo y tan poco convencional, porque vivir según normas sociales predeterminadas es aburrido ¿y por qué vas a seguir un camino que no es el tuyo? Así que sí, me gusta representar algo tan positivo. Y al mismo tiempo, mi relación me pertenece.
P. ¿Qué opina de la situación de Estados Unidos? Para mí es un momento increíblemente difícil. Cuando veo o leo las noticias, simplemente me quedo perpleja. A veces quiero mudarme.
P. En España sería más que bienvenida. Para terminar, me gustaría saber qué pregunta le gustaría responder que no le hacen nunca.Dios. Me deberías haber hecho esa pregunta al principio, para darme tiempo para pensar... Creo que las cosas que me gustaría que me preguntaran no puedo contestarlas en público. Solo con una copa de vino en un restaurante.