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domingo, 1 de noviembre de 2015

#hemeroteca #mujeres #islam | Natalia Andújar: “Hay un movimiento internacional de mujeres musulmanas que luchan, dentro del marco religioso, por su emancipación”

Natalia Andújar · Docente, escritora y feminista musulmana: “Hay un movimiento internacional de mujeres musulmanas que luchan, dentro del marco religioso, por su emancipación”.
Docente y escritora con una marcada área de influencia centrada en el Islam y las mujeres, Natalia Andújar feminista y musulmana dictó en Bilbao una conferencia.
Nekane Lauzirika | Deia, 2015-11-02
http://www.deia.com/2015/11/01/mundo/hay-un-movimiento-internacional-de-mujeres-musulmanas-que-luchan-dentro-del-marco-religioso-por-su-emancipacion

No fue educada ni en el catolicismo ni en el islam, al que llegó desde su agnosticismo tras ciertas inquietudes personales “que todo el mundo se plantea alguna vez”, puntualiza. “Mi contacto directo con personas musulmanas se estableció en Senegal, en un viaje de cooperación. Allí empecé a escuchar sobre el islam, sus prácticas y comencé a interesarme. Era una inquietud que tenía a la que no le ponía etiqueta”, reconoce la lingüista catalana. A Natalia Andújar la opción católica que veía en el Estado español, su estructura jerárquica y los intermediarios no le gustaban, mientras que en el islam veía una relación directa con Dios, “aunque la parte que más chirría”, que más le pesa es el tema de la mujer. Por ello pasó del contacto con las personas a investigar y a leer los textos ya en clave más intelectual. “Y me doy cuenta de que hay un movimiento internacional de mujeres que están luchando dentro del marco religioso por la emancipación de la mujer”, apunta Natalia Andújar. La lingüista musulmana ha visitado Euskadi invitada por Baltistan Fundazioa para hablar de género y desmontar prejuicios. Para ofrecer una visión más plural y más rica del islam, sin obviar que existe discriminación hacia las mujeres, “como en todas las religiones”, sostiene.

Feminista y musulmana ¿No suena a incompatible?
-La pregunta de por sí es un poco extraña para una mujer feminista. Dándole la vuelta a la cuestión es como si alguien que desconociera la cultura española dijera que como hay muchos feminicidios la cultura española es misógina, y por el hecho de ser feminista española no sería compatible. Llegar a esas ecuaciones tan rápidas serían incompatibles si se entendiera el islam de manera existencialista como una religión misógina patriarcal por esencia.

¿Y no es así?
-Si hacemos una lectura contextualizada y en clave feminista, no solo es compatible, sino que se constata que hay muchas mujeres feministas musulmanas.

¿En el Corán aparece discriminada la mujer?
-Aparecen pasajes que describen una sociedad del siglo VII, en la que evidentemente no podemos aspirar a que las religiones sirvieran a una sociedad igualitaria. Ocurre no solo en temas de género; la economía se basaba en la esclavitud, en una desigualdad, en los botines de guerra. Como todo mensaje divino que llega a lo largo de las épocas, van a ser unos mensajes revolucionarios al principio, porque irán en contra de los poderes establecidos; todos los profetas fueron mal acogidos en sus sociedades.

¿Quizá porque favorecían a los pobres?
-Se posicionaban con los marginados, los pobres, a favor de la igualdad, por la no opresión. Todo eso se enfrentaba con los poderes que había en la época. En general esos proyectos más embrionarios/revolucionarios acabaron diluyéndose en el tiempo y termina imponiéndose un patriarcado que ya existía, que era el sustrato que había en esa época

En el Corán aparece la discriminación patriarcal histórica de la mujer ¿Y en la sharia?
-La discriminación de la mujer aparece de manera descriptiva; la cuestión es diferenciar lo que pasa en una época con algo que sea normativo. Si acudimos al Corán, la sharia no es una palabra muy usada. No se le da mucha importancia. En el sentido coránico, sharia significa un camino que lleva a la fuente. Si hablamos estrictamente del Corán cada tradición espiritual tiene su propia sharia.

¿El cristianismo y el judaísmo también?
-Sí, cada religión tiene un camino que le va a llevar a una fuente que es el origen común. Todo eso ha pasado con los siglos y la historia a simplificarse y a reducirse en lo que sería la jurisprudencia. Hemos ido de una sharia en clave espiritual a una jurisprudencia donde el marco legal se ha hipertrofiado y, además, se ha reducido aún más a temas relacionados con castigos corporales.

En la evidente discriminación hacia la mujer en los países musulmanes, ¿hay más de costumbre que de religión?
-Hay discriminaciones, igual que en todas partes; el patriarcado no es exclusivo de los países de mayoría musulmana, aunque es cierto que se hacen lecturas muy conservadoras; poco respetuosas de los derechos de las mujeres. Eso se debe a que siempre las han interpretado los hombres que estaban en el poder y han decidido que eso era el Islam y las mujeres no han tenido derecho de interpretar. En una Cumbre internacional a la que acudí en Koala Lumpur en Malasia, había más de 300 activistas -intelectuales de todo el mundo- que hicieron una encuesta. Y una de las preguntas que formularon fue: ¿Cuál crees que es el elemento fundamental para la emancipación musulmana?

¿Qué respondieron?
-Había diferentes opciones. Se podía elegir entre la emancipación económica, la educación, etc, etc. Sin embargo, el punto que se llevó el 70% de los votos fue el acceso a la interpretación de los textos del Islam. Eso se entendía como la llave maestra para poder abrir los cerrojos.

¿Que una mujer no pueda conducir en Arabia Saudí, es discriminación, costumbre, culpa del Islam? ¿O el machismo no tiene religión?
-Si fuera culpa del Islam en todos los países de mayoría musulmana estaría prohibido conducir. Y evidentemente es la excepción; eso no tiene nada que ver con el Islam. Es una cuestión del patriarcado, de intentar infantilizar a las mujeres. El machismo es universal, es común, en todas las épocas y en todos los lugares.

Por el mismo delito de adulterio a un hombre le condenan a azotes-prisión o incluso le dejan libre y a una mujer se le lleva a la muerte.
-Eso ocurre en lugares contados y tiene que ver con las legislaciones de esos países. A todos los musulmanes, en los países donde se producen esas prácticas, les parecen una aberración. En el Estado español nos puede parecer una aberración que en EE.UU. se maten a latinos y a negros. Si nos posicionamos en contra de la violencia institucional tenemos que criticar todas las legislaciones que atentan contra los derechos humanos como en Irán, Arabia Saudí y también EE.UU.

No intento ser agresiva, pero que a millones de mujeres se les obligue a llevar velo, burka... ¿no se ve como una discriminación?
-Se ve como una imposición de los Estados y en Europa algunos como Francia imponen que una mujer se desvele y en otros imponen que se velen. El problema está en la imposición; lo que debe de primar es la libertad de cada mujer a cómo vestirse.

¿Pero cree de verdad que es una opción personal de millones de personas?
-En Irán no; y en Francia tampoco pueden ponérselo cuando quieren. Hay un Estado que les imponen como deben vestirse. Las motivaciones pueden ser muy diversas; muy pocas van a ser en clave espiritual y la mayoría serán, más bien, en plano político.

En un país donde prima la sharia, ¿mantiene una mujer casada todos sus derechos civiles?
-Hay países de mayoría musulmana que la mayoría de legislaciones que existen no tienen nada que ver con el Islam; por ejemplo, en el Magreb se basan en el Código Napoleónico y los países que fueron excolonias británicas en lo único en lo que deciden legislar sobre temas de sharia es en los códigos de familia, pero en el resto rige el sistema occidental; la banca , los impuestos son occidentales, prácticamente todo.

Aceptando que el Islam no es machista ni antifeminista. ¿Por qué en los países donde es mayoría el Islam, la ley otorga derechos civiles y penales diferentes a hombres y mujeres?
-Creo que no es nada que no haya pasado en Europa. Cuando llega la alianza entre el poder político y religioso acaban validándose el uno al otro. Pudiera pasar aquí en la época de la dictadura y el nacional catolicismo. Que existe el patriarcado es innegable y en los países que ha habido tradición musulmana se le va a poner el barniz de lo islámico, pero en realidad, los legisladores son hombres, no mujeres y van a ser ellas las principales víctimas de esas leyes.

¿Cree que feminismo y libertad van de la mano?
-El feminismo tiene que ver con la justicia, con la igualdad, pero al fin y al cabo eso de que somos libres... ¿Yo soy libre de ponerme una minifalda y un escote? Igual es el mercado quien nos está obligando a una cierta estética. Somos bastante esclavos de la sociedad en la que nos ha tocado vivir.

Le pregunto sobre mujeres e islam, ¿la situación de las mujeres musulmanas en países occidentales es distinta?
-Yo he vivido en Senegal, de mayoría musulmana, y hay ministras que son mujeres que abogan por el empoderamiento de la mujer. Volvemos a lo de siempre; hay que ver en qué países y qué legislaciones. En Arabia Saudí los hombres también son víctimas de ese sistema feudal, y los hombres defensores de los derechos humanos también estarán encarcelados; en Irán a los que están en contra de las políticas gubernamentales los encerrarán. Está la cuestión de género, pero toda la sociedad sufre ese tipo de teocracias; estamos hablando de cuestiones políticas. Hay otros países como Marruecos donde existen muchas feministas y no las matan por serlo.

En Lleida, en Ermua... ya hablan de que las mujeres sean vistas solo por médicos mujeres ¿Esto es una subversión de nuestra cultura?
-Estoy a favor de la negociación. Que en un primer momento las mujeres tengan acceso a la Sanidad. Hay que ponerse en la piel del paciente y ver de qué manera será beneficioso para su salud. A lo mejor, poco a poco, con proyectos pedagógicos, y con la confianza que le puedes dar al paciente sea esa misma persona la que dé el paso y acepte cosas que en un principio le iban a plantear como una barrera. Habrá mujeres muy pudorosas y hombres muy posesivos; el sanitario debe de poder negociar con esa persona y de común acuerdo llegar a un punto medio que satisfaga a todos.

¿Se ha sentido discriminada por ser musulmana?
-En primera persona no. Pero sí que muchas mujeres que llevan velo sufren discriminación. En ambientes académicos al entrar en debates noto mucha resistencia. El problema es que tenemos una doble lucha.

¿En qué sentido?
-Dentro de la comunidad musulmana para hacer avanzar las mentalidades y para dar la posibilidad, sobretodo, a que las nuevas generaciones entiendan que es posible hacer todo lo que hacen sin ir en contra de la religión. Por otro lado, en el ámbito no musulmán ni siquiera se nos permite pertenecer a la familia feminista; se nos expulsa diciéndonos que eso no es posible. También hay dogmas dentro del feminismo; hay estructuras que deciden quién es feminista y quién no. Y si no te adaptas al feminismo hegemónico: blanco, etnocéntrico y burgués , pues fuera de esa familia feminista, porque deciden que el islam es misógino y no hay nada que hacer.

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