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miércoles, 10 de febrero de 2021

#hemeroteca #trans #feminismo | El terremoto de la ley Trans

Imagen: ctxt / Manifestación por los derechos trans en Buenos Aires

El terremoto de la ley Trans.

Nuestras certidumbres no son adquiridas para siempre. Es mejor acercarse a una situación que afecta o perturba miles de sensibles adolescentes, jóvenes y menos jóvenes, sin prejuicios, tijeras y martillos
Nicole Muchnik | ctxt, 2021-02-10
https://ctxt.es/es/20210201/Firmas/35022/ley-trans-autodeterminacion-de-genero-movimiento-feminista-nicole-muchnik.htm 

Se puede ser feministas o socialistas “históricas” y no tener la sensibilidad necesaria para entender la profunda mutación en el género humano que es la transexualidad, realidad y concepto. Y reaccionar con saña, desprecio y casi odio a la propuesta de la ministra María Jesús Montero de pedir a Pedro Sánchez que no se apruebe la “Ley Trans” de Irene Montero. Todo eso amparándose en una carta que además de Ángeles Álvarez, ex diputada y ex portavoz de Igualdad socialista y Amelia Valcárcel, que fue consejera de Estado a propuesta del PSOE, firman seis escritores más y publicada, claro, en VozPopuli.

En la propuesta de ley de Irene Montero se define a la persona transexual como “aquella cuya identidad de género no se corresponde con el sexo asignado en el momento del nacimiento”. Entre otras propuestas, la norma quiere despatologizar a las personas trans, y recoge el derecho a la “autodeterminación de género”. O sea el derecho a la “vivencia interna e individual del género tal y como la persona la siente y autodefine sin necesidad de un informe médico o psicológico previo”.

La rabia de las “feministas duras” les une contra la “autodeterminación de sexo” y precisan en un artículo de Lidia Falcón publicado en Diario 16 que “el género no significa nada. En la especie humana hay hombres y mujeres, y eso no lo inventamos nosotras, son ‘categorías antropológicas”, explica. “Tanto los genitales como los aparatos reproductores de los fetos se forman en el embrión y cuando se produce el parto no hay que “asignar” sexo alguno, sólo observar”. Vaya precisión...

Y todo por la “defensa de las mujeres, del mantenimiento de los espacios reservados, de las cuotas, las ayudas, la diferenciación por sexos en competiciones deportivas, o los datos desagregados por sexo para analizar el comportamiento social”. “Tomar medidas frente a las desigualdades entre los sexos son otros de los derechos conculcados si se sustituye sexo por género sentido”, concluyen las feministas citadas anteriormente.

“El borrado jurídico del sexo que operan las leyes de autodeterminación de género imposibilita la aplicación de cualquier acción positiva basada en dicha categoría, destinada a corregir la situación de discriminación que sufrimos las mujeres en el espacio público por el mero hecho de ser mujeres y dinamita, por tanto, toda la legislación en materia de igualdad”, señalan desde Confluencia Movimiento Feminista. Por otra parte, algunas diputadas históricas del PSOE critican que la autodeterminación de género compromete los derechos de las mujeres al no poner el foco en lo que consideran la base de la problemática: una sociedad sexista que reproduce estereotipos y roles asumidos perpetuando la desigualdad. Todo un programa. ¿Estamos otra vez al borde de una cerrazón? Negar la evidencia nunca ha sido una solución sino una retirada para luego saltar más lejos, en el mejor de los casos. Mientras tanto, hay sufrimiento real.

Podemos recordar que la transexualidad ya no está considerada como una enfermedad mental en Francia, primer país en el mundo que saca el transexualismo de la lista de las afecciones psiquiátricas, según un decreto publicado en 2010 en el Journal Officiel del país. Y en el año 2018, la OMS excluyó la transexualidad como enfermedad. Menos mal, ya que según un estudio realizado para ‘L’Obs, el 14% de las personas entre 18 y 44 años se consideran no binarias y un 8% entre las de más edad. Unas cuantas intelectuales, entre ellas la historiadora Mona Ozouf, reivindican el derecho de “no ser presa del sexo asignado por el Estado Civil”.

Otras intelectuales a la vanguardia del combate social se muestran propensas a querer romper los códigos, y consideran que la no binaridad corresponde totalmente a su idea de género. Solo quieren que la sociedad sea más inclusiva y que la dominación masculina deje de ser inherente a nuestra cultura. Que la nueva identidad de genero no suponga sistemáticamente un cambio de sexo o de preferencia sexual ya que todos los no-binarios no son transgéneros.

“Somos parte de los feminismos y de las luchas de las mujeres. Nuestros derechos no limitan los derechos de otras, sino que le dan valor, textura y diversidad”, se defienden los partidarios de la propuesta de ley.

En todo caso, estos conceptos nuevos, binarios, no binarios, y la formulación relativamente nueva de “autodeterminación de género” han desatado un terremoto. Y recuerda lo difícil que ha sido y es todavía para las feministas de ciertos países sacar a Dios del útero y obtener el aborto libre. En el fondo es la misma querella: nacemos como nacemos y no hay médico, psicólogo o especialista o genitor que valga para opinar o imponer algo que no sea en acuerdo con los sentimientos, lo vivido de la persona.

Es cierto que es difícil encontrar hoy un terreno sólido para asentar su "identidad", después de haber perdido la religión, el concepto de raza humana, la nación confundida con el territorio. Nos quedaba el concepto de “género”. Hombre o mujer, punto. ¡Francamente parece que uno/a ya no tiene dónde agarrarse!

Queridas amigas, no hay piloto en el avión, nada está programado, aquí no se trata de adaptación o de resiliencia. En todo caso, mejor acercarse a una situación que afecta o perturba a miles de sensibles adolescentes, jóvenes y menos jóvenes, sin prejuicios, tijeras y martillos.

“Las personas trans, así como las lesbianas siempre fuimos parte de los feminismos”... “Somos parte de los feminismos y de las luchas de las mujeres. Nuestros derechos no limitan los derechos de otras, sino que le dan valor, textura y diversidad”, precisan las/los autores de la propuesta de ley. “Frente a una crisis global de dimensiones históricas, las mujeres y las personas LGBTQ+ nos estamos levantando con el reto de articular una respuesta global”.

Mientras tanto, el Movimiento Feminista está redescubriendo el significado de la solidaridad internacional y discuten la necesidad de encuentros transnacionales para coordinarse mejor, compartir miradas, análisis y experiencias. Cara al 8 de marzo.

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