Efigenio Amezúa // |
Adiós a Efigenio Amezúa, referente y decano de la formación sexológica en España
Ana Isabel Sabater Sala | Información, 2024-07-26
https://www.informacion.es/alicante/2024/07/26/adios-efigenio-amezua-referente-decano-106105728.html
El pasado 23 de julio falleció nuestro querido profesor, referente y decano en la formación sexológica española Efigenio Amezúa Ortega. Nacido en Palencia en 1941, fue un sexólogo cuya trayectoria profesional y académica ha dejado una huella indeleble en el campo de la sexología, tanto a nivel nacional como internacional.
Calificado por muchos profesionales como el “padre de la sexología en España”, su recorrido fue mirífico. Amezúa se formó en Ciencias Humanas, así como en Psicoterapia, y se licenció en Ciencias Sexológicas por la Universidad de Lovaina (Bélgica), obteniendo su doctorado en 1971.
Por aquel entonces, fue nombrado miembro del equipo de Educación para la Salud del Ministerio de Sanidad. Posteriormente impartió clases en la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, con mucha ilusión, pero se dio cuenta de que al final los universitarios esperaban información sobre anticonceptivos y temas muy elementales de educación sexual. Esta demanda que hacían no acababa de ser de sexología como tal.
Él defendió la sexología como una ciencia con bases empíricas y elaborados teóricos, al mismo tiempo que con utilidad práxica. No se trataba de la simple acumulación de datos, conocimientos, instrucciones o pautas. No era cuestión de poner el enfoque en dar respuestas, sino en hacerse preguntas.
Fue fundador del Instituto de Sexología Incisex en Madrid, en el año 1975. Brillante y valiente hazaña en aquellos tiempos de los últimos coletazos de la dictadura franquista, pues la sexualidad todavía era considerada un tabú en muchos sectores de la sociedad. Así, creó y dirigió el Máster de Sexología en convenio con la Universidad de Alcalá y se convirtió en referente en nuestro país para el estudio y enseñanza de la sexología como ciencia. Desde entonces, nos formamos con él muchas personas, y nos caló todo ese conocimiento que transmitía de una forma tal que, como fue mi caso, sentías a cada minuto que aquello era un gran giro respecto a lo que sabíamos sobre sexología hasta entonces (en general, poco). Ahí aprendimos sexología.
Gran divulgador, investigador y defensor de una sexología como disciplina, nos transmitió un concepto de sexualidad único, como una entidad central y propia de la historia de cada persona. Con estas premisas, fue fundador y editor de la Revista Española de Sexología (1979), prestigiosa colección de monografías que contó con más de 150 números. Obras célebres, como “El ars amandi de los sexos” y “Teoría de los sexos: la letra pequeña de la sexología”, han sido fundamentales en la conceptualización de la sexología y la educación sexual.
Además, Amezúa desarrolló el Modelo del Hecho Sexual Humano, un marco teórico innovador y único, que aborda el hecho de los sexos de manera integral, desde seis campos conceptuales. Esta gran aportación ha guiado y sigue guiando el pensamiento y práctica profesional de much@s sexolog@s, entre las que me incluyo.
Y es que Amezúa no dejaba indiferente a nadie. En mi promoción del máster nos denominábamos las “niñas de Efigenio”. Llegábamos a Madrid sedientas de conocimientos, y su razonamiento “socrático”, que algunas acuñamos como “efigénico”, siempre nos hacía reflexionar. El Incisex era nuestra casa, así nos lo hizo sentir él.
Con ese toque de humor inteligente, que te hacía sorprenderte en cada reflexión, argumento, observación..., pocos profesores tuve así (total respeto al resto, bastantes en toda mi vida académica). Frases genuinas como “el sexo es la materia prima del amor”, “el amor es la pregunta, el sexo es la respuesta” o, en referencia a la sexualidad, “una cualidad se estudia, se analiza y se cultiva, una herramienta se utiliza”, llevan su particular y personal sello.
No sólo se trató de un aprendizaje sexológico innovador, sino de una gran experiencia personal. Amezúa cambió nuestra forma de mirar el mundo, al menos, la mía, llegando hasta tal punto de lanzarme a realizar el doctorado en sexualidad.
Amezúa era una gran persona, entrañable, sencilla y, sobre todo, modesta. Quienes tuvimos la fortuna y el placer de conocerle, así como de disfrutar de él, le echaremos muchísimo de menos.
Calificado por muchos profesionales como el “padre de la sexología en España”, su recorrido fue mirífico. Amezúa se formó en Ciencias Humanas, así como en Psicoterapia, y se licenció en Ciencias Sexológicas por la Universidad de Lovaina (Bélgica), obteniendo su doctorado en 1971.
Por aquel entonces, fue nombrado miembro del equipo de Educación para la Salud del Ministerio de Sanidad. Posteriormente impartió clases en la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, con mucha ilusión, pero se dio cuenta de que al final los universitarios esperaban información sobre anticonceptivos y temas muy elementales de educación sexual. Esta demanda que hacían no acababa de ser de sexología como tal.
Él defendió la sexología como una ciencia con bases empíricas y elaborados teóricos, al mismo tiempo que con utilidad práxica. No se trataba de la simple acumulación de datos, conocimientos, instrucciones o pautas. No era cuestión de poner el enfoque en dar respuestas, sino en hacerse preguntas.
Fue fundador del Instituto de Sexología Incisex en Madrid, en el año 1975. Brillante y valiente hazaña en aquellos tiempos de los últimos coletazos de la dictadura franquista, pues la sexualidad todavía era considerada un tabú en muchos sectores de la sociedad. Así, creó y dirigió el Máster de Sexología en convenio con la Universidad de Alcalá y se convirtió en referente en nuestro país para el estudio y enseñanza de la sexología como ciencia. Desde entonces, nos formamos con él muchas personas, y nos caló todo ese conocimiento que transmitía de una forma tal que, como fue mi caso, sentías a cada minuto que aquello era un gran giro respecto a lo que sabíamos sobre sexología hasta entonces (en general, poco). Ahí aprendimos sexología.
Gran divulgador, investigador y defensor de una sexología como disciplina, nos transmitió un concepto de sexualidad único, como una entidad central y propia de la historia de cada persona. Con estas premisas, fue fundador y editor de la Revista Española de Sexología (1979), prestigiosa colección de monografías que contó con más de 150 números. Obras célebres, como “El ars amandi de los sexos” y “Teoría de los sexos: la letra pequeña de la sexología”, han sido fundamentales en la conceptualización de la sexología y la educación sexual.
Además, Amezúa desarrolló el Modelo del Hecho Sexual Humano, un marco teórico innovador y único, que aborda el hecho de los sexos de manera integral, desde seis campos conceptuales. Esta gran aportación ha guiado y sigue guiando el pensamiento y práctica profesional de much@s sexolog@s, entre las que me incluyo.
Y es que Amezúa no dejaba indiferente a nadie. En mi promoción del máster nos denominábamos las “niñas de Efigenio”. Llegábamos a Madrid sedientas de conocimientos, y su razonamiento “socrático”, que algunas acuñamos como “efigénico”, siempre nos hacía reflexionar. El Incisex era nuestra casa, así nos lo hizo sentir él.
Con ese toque de humor inteligente, que te hacía sorprenderte en cada reflexión, argumento, observación..., pocos profesores tuve así (total respeto al resto, bastantes en toda mi vida académica). Frases genuinas como “el sexo es la materia prima del amor”, “el amor es la pregunta, el sexo es la respuesta” o, en referencia a la sexualidad, “una cualidad se estudia, se analiza y se cultiva, una herramienta se utiliza”, llevan su particular y personal sello.
No sólo se trató de un aprendizaje sexológico innovador, sino de una gran experiencia personal. Amezúa cambió nuestra forma de mirar el mundo, al menos, la mía, llegando hasta tal punto de lanzarme a realizar el doctorado en sexualidad.
Amezúa era una gran persona, entrañable, sencilla y, sobre todo, modesta. Quienes tuvimos la fortuna y el placer de conocerle, así como de disfrutar de él, le echaremos muchísimo de menos.
Ana Isabel Sabater Sala. Matrona. Máster en Sexología. Licenciada en Antropología Social y Cultural.
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