Imagen: El Mundo |
REBIUN, 2020-03-07
https://www.rebiun.org/sites/default/files/2020-03/Declaracionafavordelconocimientoabiertoysostenible.pdf
La lucha contra la pandemia del COVID-19 ha puesto en evidencia la importancia de compartir el conocimiento científico de forma inmediata y abierta entre la comunidad investigadora.
En el mundo moderno, la circulación del conocimiento científico se ha venido haciendo mediante revistas a las que se suscribían investigadores, universidades, centros de investigación, hospitales, etc. a través de sus bibliotecas.
La migración del contenido de las revistas al formato digital y a Internet multiplicó la facilidad de acceder a su contenido, aunque ha mantenido la necesidad de disponer de fuentes de financiación para suscribirlas. Los investigadores han podido acceder a los artículos en cualquier momento y desde cualquier lugar siempre que la institución en la que trabajan suscribiera las revistas en las que se publicaban.
El conocimiento científico queda así liberado de trabas físicas, pero sujeto aún a muros económicos que hacen que su acceso dependa de la existencia de suscripciones. El movimiento del Acceso Abierto y de la Ciencia Abierta persigue que el resultado de la investigación científica esté disponible de forma inmediata para la comunidad investigadora y la sociedad en general. Abrir los resultados de la investigación mejora y acelera la ciencia y contribuye a encontrar soluciones a los grandes retos sociales que afrontamos como puede ser hoy, por ejemplo, la pandemia del COVID-19.
En los últimos años las editoriales han obtenido beneficio de la presión para publicar en abierto cobrando por hacerlo a través de los llamados APC (costes de procesado de artículos). El pago de estos costes recae sobre los investigadores y se suma a lo ya pagado por las instituciones en suscripciones. El resultado es que, en ocasiones, la comunidad científica paga dos veces por lo mismo.
Los consorcios, grupos de compra, asociaciones e instituciones que firman esta declaración y que estamos contratando revistas para las bibliotecas académicas, queremos manifestar que el conocimiento mundial es patrimonio de la humanidad y que el mundo actual necesita que esté accesible de forma abierta e inmediata por parte de cualquier persona.
Manifestamos también que la comunicación científica tiene sus costes y que abierto no significa gratis. Las instituciones que representamos no quieren dejar de contribuir a su coste, pero consideran que el dinero que ya se está pagando en suscripciones a las publicaciones científicas debe ser suficiente para mantener el sistema actual al mismo tiempo que se ponen en Acceso Abierto.
De forma parecida a lo hecho por nuestros colegas a nivel internacional o en algunos países (Francia, Reino Unido, etc.), con esta declaración queremos urgir tanto a las instituciones que apoyan y realizan investigación como a los editores y proveedores de servicios de información a que aceleren la transición hacia el Acceso Abierto dentro de un marco de sostenibilidad económica.
En el mundo moderno, la circulación del conocimiento científico se ha venido haciendo mediante revistas a las que se suscribían investigadores, universidades, centros de investigación, hospitales, etc. a través de sus bibliotecas.
La migración del contenido de las revistas al formato digital y a Internet multiplicó la facilidad de acceder a su contenido, aunque ha mantenido la necesidad de disponer de fuentes de financiación para suscribirlas. Los investigadores han podido acceder a los artículos en cualquier momento y desde cualquier lugar siempre que la institución en la que trabajan suscribiera las revistas en las que se publicaban.
El conocimiento científico queda así liberado de trabas físicas, pero sujeto aún a muros económicos que hacen que su acceso dependa de la existencia de suscripciones. El movimiento del Acceso Abierto y de la Ciencia Abierta persigue que el resultado de la investigación científica esté disponible de forma inmediata para la comunidad investigadora y la sociedad en general. Abrir los resultados de la investigación mejora y acelera la ciencia y contribuye a encontrar soluciones a los grandes retos sociales que afrontamos como puede ser hoy, por ejemplo, la pandemia del COVID-19.
En los últimos años las editoriales han obtenido beneficio de la presión para publicar en abierto cobrando por hacerlo a través de los llamados APC (costes de procesado de artículos). El pago de estos costes recae sobre los investigadores y se suma a lo ya pagado por las instituciones en suscripciones. El resultado es que, en ocasiones, la comunidad científica paga dos veces por lo mismo.
Los consorcios, grupos de compra, asociaciones e instituciones que firman esta declaración y que estamos contratando revistas para las bibliotecas académicas, queremos manifestar que el conocimiento mundial es patrimonio de la humanidad y que el mundo actual necesita que esté accesible de forma abierta e inmediata por parte de cualquier persona.
Manifestamos también que la comunicación científica tiene sus costes y que abierto no significa gratis. Las instituciones que representamos no quieren dejar de contribuir a su coste, pero consideran que el dinero que ya se está pagando en suscripciones a las publicaciones científicas debe ser suficiente para mantener el sistema actual al mismo tiempo que se ponen en Acceso Abierto.
De forma parecida a lo hecho por nuestros colegas a nivel internacional o en algunos países (Francia, Reino Unido, etc.), con esta declaración queremos urgir tanto a las instituciones que apoyan y realizan investigación como a los editores y proveedores de servicios de información a que aceleren la transición hacia el Acceso Abierto dentro de un marco de sostenibilidad económica.
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