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Un documental del director indio Parvez Sharma narra la difícil fusión entre homosexualidad e Islam en países donde realidad y legalidad no van de la mano. Algunos de los más represivos ofertan centros de ocio para gays, y los que no la ven como delito pueden ser los más homófobos
Aana Ibarra | Noticias de Navarra, 2011-02-10
Jihad es una palabra árabe que se encasilla como guerra santa pero en realidad significa lucha interior, crecimiento personal. Un film del director indio Parvez Sharma, musulmán gay, desveló ayer en las salas de Yamaguchi las vidas ocultas de gays, lesbianas y transexuales de varios países musulmanes, personas que no renuncian a su religión y a su cultura, e intentan reconciliar fe y orientación sexual.
El largometraje documental titulado Jihad por love (Una lucha por amor) aborda así la difícil coexistencia entre el islam y la homosexualidad, destacó ayer Pedro Malpica, sociólogo y profesor de la Universidad de Sevilla, acompañado por Javier Aisa, de IPES, en el marco del ciclo Árabes e islam: Derechos humanos y vida cotidiana. Doce países, de cuatro continentes y nueve idiomas, con sus "diferentes grados de desarrollo cultural, social y económico" porque no existe un mundo árabe o musulmán "homogéneo".
El largometraje documental titulado Jihad por love (Una lucha por amor) aborda así la difícil coexistencia entre el islam y la homosexualidad, destacó ayer Pedro Malpica, sociólogo y profesor de la Universidad de Sevilla, acompañado por Javier Aisa, de IPES, en el marco del ciclo Árabes e islam: Derechos humanos y vida cotidiana. Doce países, de cuatro continentes y nueve idiomas, con sus "diferentes grados de desarrollo cultural, social y económico" porque no existe un mundo árabe o musulmán "homogéneo".
¿Qué relación política y social existe entre el islam y la homofobia en los países árabes o musulmanes?
Podemos encontrar países que se enmarcan entre los que tienen las legislaciones más duras (los que contemplan la pena de muerte) y que en la práctica albergan centros de ocio para homosexuales más o menos conocidos y aún sí tolerados -es el caso de algunos Emiratos del Golfo. Frente a este ejemplo, están los contrarios: países que no contemplan la homosexualidad como delito, pero que ello no es óbice para que emprendan campañas de brutal represión homofóbica; es el caso de Egipto entre 2001 y 2004, aplicando como excusa de una ambigua ley sobre el libertinaje. Al final, frente la importancia de la legislación, de la tradición, o de la propia religión, es secundaria; se trata de un asunto de voluntad política por parte de gobiernos e instituciones autoritarias.
¿La ley islámica persigue la homosexualidad como dogma?
Las lecturas más cerradas e intolerantes de la Sharía suelen condenar la homosexualidad masculina femenina, la prostitución, el adulterio...
¿Cuáles son los países más represivos y hasta qué niveles?
Los listados de países más represivos en materia de legislación, que contemplan la pena de muerte son Arabia Saudí, Irán, Sudán, Mauritania, Yemen, a los que a veces se añaden Emiratos Árabes Unidos, Afganistán, norte de Nigeria y algunas zonas de Somalia. Hemos de prestar atención a la iniciativa que haría de Uganda un nuevo país en esta lista, sustentada en un enfoque fundamentalista de la religión, pero en este caso del cristianismo.
¿Qué expectativas hay en países que ahora explosionan a favor de las libertades y la democracia como es el caso Egipto o Túnez y que de entrada parecen más aperturistas?
Ni Túnez ni Egipto poseen movimientos por la libertad sexual, a diferencia de otros países árabes (Líbano o Palestina) y musulmanes (Turquía). En Túnez y Egipto existen pequeñas iniciativas incipientes y clandestinas, formadas prácticamente sólo por connacionales migrados a países de Europa o América del Norte, por lo que su capacidad de acción es muy pequeña. Todo ello hace poco posible que exista una capacidad de proponer avances por la libertad sexual por parte de sectores organizados y con influencia real. Además, no olvidemos que en el caso de Egipto se trata de uno de los países árabes donde más recientemente ha tenido lugar una dura campaña de represión contra las minorías sexuales. Estoy seguro de que en la Plaza de la Liberación de El Cairo habrá gays y lesbianas, pero que no se atreven a hacer explícitas sus demandas por pánico a la represión. Más factible será que el potencial de reformas en pro de los derechos de las mujeres pueda favorecer un clima de apertura política y social.
¿Van a triunfar las corrientes más fundamentalistas o las progresistas en esta nueva escalada de revoluciones?
En estos procesos de cambios (Túnez, Egipto y los que vengan), los distintos sectores, de dentro y de fuera de dichos países, querrán llevar el agua a su molino: los sectores laicos y progresistas querrán promover determinados cambios, pero las fuerzas conservadoras y moralistas también, por lo que no podemos descartar ningún escenario, incluso de retroceso. Occidente podría tener un papel de cooperación con algunos de esos sectores de la sociedad civil que piden democracia y derechos humanos, escucharles y apoyarles.
¿Los gays prefieren que se impongan las opciones pro occidentales?
En Líbano y Palestina, los activistas comparten los movimientos de liberación sexual sin renunciar a su identidad árabe y a su orgullo nacional. Es decir, en la mayoría de los casos no son pro occidentales.
¿Qué ha aportado Occidente? Señalaba en la presentación del documental que se ha vivido un recrudecimiento de la homofobia en Irak tras la ocupación de Estados Unidos.
Desgraciadamente, la experiencia nos muestra que cuando Occidente interviene en estos países lo hace de forma torpe y autoritaria, y suele provocar un empeoramiento de la situación para mujeres y minorías sexuales. Los ejemplos están en Irak, Afganistán y Palestina. En Irak, además de favorecer la ocupación americana la llegada de determinadas fuerzas de inspiración religiosa más conservadoras en el Gobierno, las imágenes de las cárceles de Abu Ghraib que simulaban felaciones y penetraciones anales han creado una corriente de opinión pública de rechazo hacia el gay que se identifica como traidor, sodomita al dictado del ocupante....
¿Qué ocurre con los jóvenes emigrantes gays o lesbianas?
Son la piedra de toque que puede generar cambios en sus países de origen. Muchos de los que huyen de sus países en busca de mayor tolerancia sexual se quejan de que, en cambio, tienen que soportar, el peaje de la islamofobia. Allí por gay, aquí por árabe me discriminan.
Fuente
Pedro Malpica | Sociólogo | "Los homosexuales árabes que emigran en busca de tolerancia encuentran islamofobia"
Un documental del director indio Parvez Sharma narra la difícil fusión entre homosexualidad e Islam en países donde realidad y legalidad no van de la mano. Algunos de los más represivos ofertan centros de ocio para gays, y los que no la ven como delito pueden ser los más homófobos
Aana Ibarra | Noticias de Navarra, 2011-02-10
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