miércoles, 30 de noviembre de 2011

#books #history | Odd Couples : A History of Gay Marriage in Scandinavia

Odd Couples : A History of Gay Marriage in Scandinavia / Jens Rydström
Aksant Academic Publishers, Amsterdam : 2011 [11]
236 p.
ISBN 9789052603810

/ EN / ENS
/ Derecho / Escandinavia / Historia – Siglo XX / Historia – Siglo XXI / Legislación / Matrimonio / Parejas / Política
TEXTO COMPLETO | OAPEN
http://www.oapen.org/search?identifier=381654

The concept of marriage as a union of a man and a woman was fundamentally challenged by the introduction of registered partnership in Denmark in 1989. “Odd Couples. A History of Gay Marriage in Scandinavia” is the first comprehensive history of registered partnership and gay marriage in Scandinavia. It presents an outstanding study of the interaction between gay activism and traditional party politics. Based on interviews, parliamentary print and party documents, it gives a first-hand account of how the political stakeholders acted in a short and decisive period of Scandinavian history. The author traces the origins of laws which initially were extremely controversial - inside and outside the gay community - but have now gained broad popular and political support. The different experiences in all Scandinavian countries (Denmark -including Greenland and the Faroe Islands-, Norway, Sweden, Iceland, and Finland) are investigated in order to present a nuanced understanding of a fascinating political process that began in the 1960s and continues to change the ways we understand family, sexuality and nation.

#libros #heterosexualidad | Desafíos a la heterosexualidad obligatoria


Desafíos a la heterosexualidad obligatoria / Sara Martín Alegre
UOC, Barcelona : 2011
86 p.
Colección: Cuerpo y Texto ; 7
ISBN 9788493880279 [2011-11] / 12 €
ENS / ES / UNE / UOC
Heterosexualidad / Identidad sexual / Orientación sexual

Pese a su importancia crucial en la construcción social y personal del género y la sexualidad, la heterosexualidad no ha sido analizada a fondo como tal. Al igual que ha sucedido con la masculinidad y la raza blanca, su normatividad la ha preservado del escrutinio al que debe ser sometida no sólo para privarla de esa posición normativa sino también para que podamos construir una nueva consciencia de su mutabilidad histórica que lleve a un modelo realmente igualitario de ciudadanía. Debemos, además, distinguir cuidadosamente entre la heterosexualidad, que puede ser perfectamente antipatriarcal y aliada de las personas LGTB, de la normatividad patriarcal que nos oprime a todos, heterosexuales incluidos. Construyamos, pues, una heterosexualidad desafiante y disidente, contraria a toda norma opresora y represora.

domingo, 20 de noviembre de 2011

hemeroteka | Freddie Mercury: La añorada reina del rock

Imagen: Noticias de Alava
Freddie Mercury: La añorada reina del rock
Este jueves se cumplen 20 años del fallecimiento de un Freddie Mercury cuya figura sigue en lo más alto
Carlos González | Noticias de Alava, 2011-11-20

Un provocador tímido a más no poder, una gran voz que nunca se quiso educar, un compositor brillante al que a veces le costaba expresarse al hablar, un rockero que hacía música disco, un homosexual enamorado de una mujer... Todo eso y mucho más era Freddie Mercury, un genio lleno de contradicciones que hoy sigue de actualidad y eso que no quería vivir para siempre. El 24 de noviembre de 1991 el mundo se estremeció al conocer su muerte a causa del sida, una enfermedad que le costó reconocer aunque era vox populi que la padecía. Este jueves se cumplirán 20 años de esa fatídica jornada y mientras se sigue sin saber dónde se esparcieron sus cenizas, hay quien anuncia incluso la publicación de temas nuevos grabados por él.

Más allá del uso inmisericorde que se hace en cualquier competición deportiva del We are the champions, cualquiera con un mínimo interés musical, aunque esté alejado por completo del rock, es capaz de reconocer temas como Bohemian rhapsody, Under pressure, I want to break free, Who wants to live forever, Another one bites the dust, Crazy little thing called love, The show must go on... ¿Quién no ha acompañado alguna vez con sus palmas la batería de We will rock you? Mercury, sobre todo con Queen pero no sólo a través de su grupo, creó un sello propio tanto en su sonido como en sus apariciones en directo. Hoy es el día en el que absolutamente nadie ha conseguido superar su fuerza, capacidad, actitud, aptitud, carisma y extravagancia sobre un escenario, por mucho que incluso algunas supuestas reinas del pop quieran emularle. Él, dos décadas después, sigue muy por encima del resto.

Eso sí, el estiramiento que algunos están haciendo de su legado resulta indigno para muchos de sus seguidores en todo el mundo. El resto de Queen (es decir, Brian May, Roger Taylor y John Deacon) ha ido buscando en este tiempo un sustituto para no aportar nada nuevo al sonido de la banda, sólo para hacer el karaoke por medio mundo sacando dinero del que ya no está. Apariciones como la que hace unos días se produjo en los EMA de la cadena MTV ponen los pelos como escarpias a unos fans que, con buen criterio, prefieren quedarse con el combo antes de aquel 24 de noviembre. Claro que esto no es nada, puesto que el trío superviviente planea para 2012 sacar un disco de duetos que Mercury dejó, por ejemplo, con el también malogrado Michael Jackson. Hay muertos muy vivos en esto de la música.

La persona y el personaje Es indudable la huella que Freddie ha dejado en muchos artistas, más allá de un género o disciplina concreta. Y como gran figura mediática que fue son casi incontables los rumores, leyendas y cuentos chinos que rodean su persona, máxime teniendo en cuenta que él ya no está para defenderse (su último compañero sentimental también falleció el año pasado dejando para los restos una biografía, cuando menos, cuestionable).

En realidad, este inglés nacido en Zanzíbar bajo el nombre de Farrokh Bulsara y que se despidió de la vida con sólo 45 años fue un artista que vivió el mundo de la música hasta el exceso pero siendo celoso de su intimidad y, sobre todo, combinando su fama internacional con una timidez que siempre destacaron sus más cercanos. Para los cotillas quedará su relación con su ex pareja y amiga Mary Austin, o las crónicas de sus supuestas fiestas multitudinarias, o...

Su música y su leyenda han contribuido a mantener viva la figura de un hombre que, no hay que olvidarlo, fue fustigado en muchas ocasiones por la crítica especializada, que llegó a insultar de manera grave alguno de sus discos y determinadas polémicas actuaciones y vídeos. Y, sin embargo, 20 años después nadie ha conseguido que su espectáculo termine.

Fuente
Freddie Mercury: La añorada reina del rock
Este jueves se cumplen 20 años del fallecimiento de un Freddie Mercury cuya figura sigue en lo más alto
Carlos González | Noticias de Alava, 2011-11-20

jueves, 10 de noviembre de 2011

#hemeroteca #federicogarcialorca #homosexualidad | Lecturas homoeróticas de García Lorca

Federico García Lorca, Madrid, 1934
Lecturas homoeróticas de García Lorca.
Luis Antonio de Villena. Escritor | I Encuentro de Internacional de Escritores: Lorca, viajero por América, 2011-11-10
http://www.casamerica.es/literatura/lorca-viajero-por-america
Texto: Centro Virtual Cervantes
https://cvc.cervantes.es/literatura/lorca_america/lorca_lecturas.htm

Circunstancias casuales (o no tanto) de la vida y el hecho de que Federico García Lorca fuera asesinado en trágicas circunstancias de guerra con 38 casi recién cumplidos, hizo que yo llegara a conocer —y en dos ocasiones con mucha intimidad— a notables personajes que habían sido muy amigos del propio Federico. La mayoría de las cosas que sé sobre la intimidad homoerótica de Lorca (con anécdotas casi «incontables») me las narraron ellos en largas tardes y años de conversaciones íntimas. Ellos también eran gais (como Federico) y sabían que estábamos entre amigos, porque fuera de tal amistad jamás hablaban de ese tema. Esos amigos comunes —la frase suena rara también para mí— fueron: Vicente Aleixandre (con el que compartí catorce años de muy estrecha relación amistosa), Rafael Martínez Nadal —el depositario de los manuscritos de ‘El público’— al que conocí algo más tarde, pero con quien la cordialidad fluía rápida, porque había algo en Rafael (esa misma cordialidad) que propiciaba la confidencia. Y finalmente —y lo traté menos— el escritor gallego (exilado en Argentina muchos años) Eduardo Blanco-Amor, al que conocí en sus años últimos, y siempre en el Café Gijón de Madrid, presentado por un simpático médico gallego, Juan Haguindey de nombre, que hacía por entonces (finales años 70) «mala vida» en la noche madrileña, de donde —lo confieso— vino mi trato y el hecho de que él me presentara a Blanco-Amor…

Blanco-Amor era un viejito lúcido y muy cordial (me parece que murió a fines de 1979) que conoció al Lorca de La Barraca. Les unió «el epentismo», más al pronto que la misma literatura... «Epentismo» y «epente» eran (según todos, pero yo lo supe primero por Aleixandre) términos inventados por Federico para aludir a la homosexualidad o a los homosexuales en contextos donde la palabra —en los años 30 y aún con la libertad de la República— era indecible. Por ejemplo, todos sabían (en intimidad) que el gran erudito José María de Cossío era homosexual, pero eso era secreto y nadie lo hablaba. Así en una comida Federico le decía a Vicente: «He oído que Cossío es un gran estudioso del epentismo. ¿Tú lo sabías?». Y Aleixandre contestaba: «Sí, lo sabía. Sé que lo ha estudiado mucho. Es un epente muy notable». (De este modo me lo narró una de tantas tardes en su casa Vicente Aleixandre). Curiosamente Lorca dejó un testimonio escrito de esa palabra en un soneto dedicado al modernista uruguayo Julio Herrera y Reissig, prototipo de alambicado simbolista, decadente y aún protosurrealista, pero no «epente», que sepamos. Como de 1934 (pero puede ser aún posterior) se fecha el soneto «En la tumba sin nombre de Herrera y Reissig en el cementerio de Montevideo» en la edición de ‘Sonetos’ de Lorca que editó en 1996 la editorial Comares y la Fundación Federico García Lorca, en Granada. El primer endecasílabo del citado soneto (hecho como otros poemas al uruguayo para un número homenaje que le pensaba dedicar, pero no hubo tiempo para hacerlo, la revista de Neruda ‘Caballo Verde para la Poesía’) dice así: «Túmulo de esmeraldas y epentismo...». Ahí está el término y no lo conozco escrito en ningún otro sitio de la época. «Epéntico» (no epentismo) viene en el diccionario de la RAE, pero como adjetivo de «epéntesis», que es una figura de dicción, que consiste en añadir un sonido. Como se ve, nada que ver con «epentismo» (que no epéntesis) o «epente» que no «epéntico». No creo que los matices lingüísticos fueran a propósito, pero salieron bien.

Unidos por el epentismo y la literatura, Blanco-Amor vio los amores de Lorca (ya en 1935) con un muchacho gallego que trabajaba en La Barraca. A ese chico Lorca le dedicó los «Seis poemas galegos» de ese mismo 1935, en los que Blanco-Amor hubo de ayudarle, pues Federico no sabía gallego...

Rafael Martínez Nadal (que murió muy viejo, en 2001) fue un interesantísimo testigo de su época y del exilio en Inglaterra. Profesor de Literatura, escribió sobre Lorca, sobre Cernuda, y sobre él mismo colaborador (con pseudónimo) de la BBC antifranquista. Aficionado a los deportes y homosexual también (según Aleixandre) Rafael nunca hablaba de él mismo —estaba casado y tenía hijos— sino de la normalidad con la que veía y trataba a sus amigos homosexuales, como lo hacía el embajador de Chile y común amigo de casi todos, Morla Lynch. Conocía Rafael todo sobre la vida sexual de Federico (de nuevo, según Aleixandre, porque él la propiciaba o la compartía). Aleixandre —que después de la guerra no se hablaba con Martínez Nadal—, (incluso le tenía un pequeño encono) me contó que, sobre el año 35, estando él sentado en un café madrileño con Dámaso Alonso, cuya homofobia era bien conocida, aparte de los tardíos testimonios que aportó Cernuda que lo detestaba, vio pasar por otro extremo a Martínez Nadal que saludó a Vicente con un gesto de la mano. Entonces Dámaso le preguntó: «¿Quién es ese?» Y Vicente le contestó que un amigo muy cercano de Federico. Parece que Dámaso añadió: «Será maricón, entonces...» A lo que Vicente respondió, tratando de echar un cable: No lo creo. Es un hombre muy viril. Enormemente aficionado al deporte, incluso al boxeo. A lo que Dámaso habría replicado, inmisericorde: «Esos son los peores». La conversación, claro está, cambió de tercio. Martínez Nadal que, según él, conservaba muchas cartas cariñosas y agradecidas de doña Vicenta, la madre de Federico, por lo bien que se había portado con su «Federiquito», no se llevaba bien, al final, con la familia García Lorca, entre otras cosas (no pretendo saber todas las razones) porque, estando en Londres, les mostró a Francisco García Lorca (hermano del poeta) y a su mujer, Laura de los Ríos, el manuscrito de 'El público'. Se lo mostró para que vieran su autenticidad pero se negó a prestárselo... Hasta ahí sé. El caso es que además de 'El público' y algunos otros papeles creativos sueltos, Martínez Nadal poseía un enorme epistolario de Federico dirigido a él mismo y en parte publicado y autocensurado por el propio Rafael. Lo curioso es que al menos algunas de las cosas censuradas de cara al público —algunas— eran habladas con total naturalidad en privado. A fines de 1981 yo le leí en su casa de «El Olivar» a Martínez Nadal páginas de mi libro de memorias noveladas ‘Ante el espejo’ que se publicaría —con poco gusto de mi madre— en 1982. Leí para Rafael las partes más íntimas de contenido homoerótico. Al acabar, él me las alabó con enorme generosidad y me animó a publicarlas. «Será bueno para todos», me dijo o algo muy parecido. Poco después añadió que como yo le había hecho un bonito regalo leyéndole aquellas páginas de mi libro, él no quería dejar de corresponderme y me iba a hacer otro pequeño regalo... No dijo cuál. Salió un momento del salón, y al poco volvió con una carpeta clásica en la mano, una carpeta de cartón azul. Yo sólo la vi, no la toqué. De pie, Rafael pareció buscar entre los papeles que había dentro, y de repente me extendió una cuartilla escrita a mano por las dos caras y que empezaba diciendo «Querido Rafael». Me di cuenta antes de ver el «Federico» final, que se trataba de una carta de García Lorca fechada en Nueva York (creo recordar) a fines de 1929. Todo el misterio de la carta estaba en que Federico le contaba a su amigo —con alguna expresión muy viva— que la noche anterior había participado en una orgía con varios negros. Al final de la carta, incluso después de la firma, una línea decía: «Cuando la leas rómpela». Cuando Martínez Nadal vio que yo había completado la lectura y levantaba los ojos hacia él, me dijo sonriente: «Y la voy a romper». Será fácil imaginar mis inmediatas protestas. Le dije que yo entendía que la hubiese roto entonces (cuando la recibió) pero que si la había guardado tantos años sería por algo y que no la debía romper ya. No recuerdo bien las razones que argumentó pero el resultado era el mismo: Llegado el momento, la rompería. Tuve en las manos esa carta y la leí, nunca más la he vuelto a ver ni sé qué ha sido de ella y a buen seguro de otras más o menos similares en el recuento de la sexualidad…

Cuando llegó el centenario del nacimiento de Lorca, en 1998, cené un día con su biógrafo por antonomasia, Ian Gibson, que quería que yo le contara lo que sabía de Lorca por sus amigos. Vicente Aleixandre y Blanco-Amor habían muerto ya, pero Martínez Nadal (al que por entonces yo veía menos) no. Conté a Gibson lo que antecede y lo vi lleno de interés. Martínez-Nadal (me dijo) nunca jamás había querido entrevistarse con él y nunca lo hizo. Gibson me dijo si podía añadir mi relato a su libro, y le respondí que por mí sí. Pero que si Martínez Nadal decía que yo mentía (aunque nunca lo supuse) su palabra tendría lógicamente más valor que la mía. Gibson añadió mi relato con todo detalle a su renovada biografía de Federico García Lorca, que se reeditó en 1998 y Martínez Nadal nunca dijo nada. Que se enteró del libro lo supe por varios amigos comunes y porque en las pocas ocasiones en que lo volví a ver estuvo algo más distante conmigo, dentro de la cordialidad. Nuestros momentos cenitales habían quedado en todo lo largo de los 80. Según Aleixandre me explicó en su día, el pudor «epéntico» de Martínez Nadal no procedía de una salvaguarda de Federico, de quien cada vez se sabía más, sino de un pudor hacia sí mismo. Yo ni agrego ni quito.

Vicente sí me pareció siempre el gran amigo de García Lorca. Jamás lo llamaba por sus apellidos (por mucho que hablásemos de él y hablamos mucho) siempre era «Federico». Me habló de sus manías dilapidadoras —dejar un taxi esperando en la puerta mientras estaba más de una hora con Vicente—, su falta de simpatía por Miguel Hernández (no compartida por Aleixandre), sus gustos sexuales «pasivos» y sobre todo la historia con quien Aleixandre calificaba como «el gran amor frustrado» de su vida, Emilio Aladrén, escultor joven, al que dedicó un poema en el ‘Romancero gitano’ («El emplazado»). Según Aleixandre la pasión había sido total y real, y se había cumplido por primera vez en un fin de semana que pasaron en Ávila. Desde allí Federico llamó por teléfono a Vicente por la mañana para darle la buena nueva. Pero Aladrén era bisexual y no gay y terminó yéndose con una mujer al parecer, como él, muy atractiva. Federico sufrió tanto por esa separación o ruptura que fue eso (el deseo de curación y lejanía, y en eso también coincidía con Martínez Nadal) lo que le llevó a Nueva York y en ningún caso la voluntad de aprender inglés... Con frecuencia (solía terminar Aleixandre, que admitía que Federico iba a menudo con algunos chicos por dinero) Lorca se enamoraba de muchachos que no eran homosexuales o no principalmente y él tenía muy claro que esa fue su personal y reiterada tragedia.

Podría añadir muchísimos más detalles (incluso alguno levemente picante) de entre los muchos que Aleixandre me fue refiriendo en tantos años, pero creo que lo narrado es suficiente para que entendamos dos cosas: Federico fue natural y totalmente homosexual y (segunda) a nivel superficial él vivió esa condición, entre sus amigos más próximos, con entera naturalidad y sin problemas aparentes... Y sin embargo el lector de Lorca, sabe que la homosexualidad (tan visible en su obra) no dejaba de tener sesgos problemáticos para el poeta. ¿Por qué?

En primer lugar —y es preciso tener en cuenta la época— la familia de Lorca o no sabía la condición sexual del poeta o le parecía negativa y procuraba ocultarla. Es obvio que Lorca tuvo temor y respeto en vida por su familia... Después de su asesinato podía (y debía) haber sido distinto, pero la realidad es que tardó mucho en serlo. Su hermano Paco —según me ha narrado su propia hija Laura— «no llevaba bien» la homosexualidad de su hermano. Y su hermana Isabel (a la que conocí) lo negó mientras pudo, hasta que muy a la postre no pudo oponerse a las evidencias, pero aún entonces era un tema del que eludía hablar. Además ¿qué podría saber ella, de verdad, de la vida privada y sexual de su hermano? En aquella época (y no sé si ahora) un hermano adulto no hablaría nunca ni una palabra de esos temas con la hermana más chica. Federico hubo de sortear siempre el problema familiar, y aún así fue más valiente de lo que se supone, pues la «Oda a Walt Whitman» (de ‘Poeta en Nueva York’) se editó en 1935, en Madrid, en una bella «plaquette». No fue un poema conocido solo «post mortem», ni mucho menos... Por lo demás, y como he demostrado en un trabajo editado varias veces: «La sensibilidad homoerótica en el ‘Romancero gitano’», ‘Revista Turia’, 1998 y ‘Revista Digital Castilla’ de la Universidad de Valladolid en 2011, he dejado claro, me parece, y sin alusión ninguna a su vida privada, que los ejes semánticos de todos los poemas del ‘Romancero’ son una continua celebración de la virilidad y de la belleza masculina, hombres o mozos... ¿Cómo entender sino esto?: «Niños de cara impasible / en la orilla se desnudan, / aprendices de Tobías / y merlines de cintura...» O esto otro: «Moreno de verde luna / anda despacio y garboso. / Sus empavonados bucles / le brillan entre los ojos». Y más: «Lo que en otros no envidiaban, / ya lo envidiaban en mí. / Zapatos color corinto, / medallones de marfil / y ese cutis amasado / con aceituna y jazmín. / ¡Ay Antoñito el Camborio / digno de una Emperatriz». Los ejemplos se podrían repetir casi «ad nauseam» pero no hace falta. El que no tiene anteojeras ya lo ha visto... Otra cosa es la posterior «Oda a Walt Whitman», espléndido poema, sin duda, en el que se enfrentan dos tipos contrapuestos de homosexualidad. De un lado la pura homosexualidad de los camaradas (la que Whitman buscaba) o la de «el niño que escribe / nombre de niña en su almohada, / ni contra el muchacho que se viste de novia / en la oscuridad del ropero, (...) pero de otro está, y de ella abomina y contra ella va, la homosexualidad de los “maricas de las ciudades, / de carne tumefacta y pensamiento inmundo...”». Sin embargo hoy sabemos bien que la homosexualidad que Lorca vivió plenamente como adulto era precisamente la que condena, la del «pensamiento inmundo», la del «marica» de la ciudad... ¿No hay en este poema una profunda contradicción en Lorca, que hace que muchos homosexuales no se reconozcan en él, pese a la belleza del texto? Sin duda. Este poema muestra, como ninguno, que una parte muy profunda de García Lorca (ya sabemos que la superficial no) vivía la homosexualidad como un personal, íntimo conflicto. Unos lo ponen en relación con la idea de un Lorca «afeminado» en sus gustos homoeróticos, que llega a sentir en sí mismo la tragedia (hoy diríamos que antigua) de ‘Yerma’. La «pasividad» de Lorca, el no hallar el amor de hombres no homosexuales sería otra una parte sustancial de este conflicto íntimo, muy hondo. Será ya muy difícil sino imposible resolverlo de veras. Pero (como el elogio a la belleza moceril) está y es evidente.

Creo que aún faltan estudios profundos —habiendo ya algunos— sobre el mundo y el sentir homoeróticos en la obra total lorquiana. Y creo, ítem más, que aún es tiempo de completar sexual y sentimentalmente su biografía y saber (por ejemplo) qué ha sido de las cartas que Martínez Nadal no publicó y aún qué textos o párrafos suprimió en su libro de recuerdos y correspondencia (lujosamente editado) ‘Federico García Lorca. Mi penúltimo libro sobre el hombre y el poeta’, Editorial Casariego, Madrid, 1992. Por ejemplo, en una carta escrita por Lorca a Rafael desde Granada a Madrid a su vuelta de América le dice, al final: «tengo muchos versos de ‘escándalo’ y teatro de escándalo también». (...) «Aquí en Granada me divierto estos días con ‘cosas deliciosas’ también. Hay un torerillo...». Y aquí se corta la carta, porque el propio Rafael la autocensura. ¿Se podrá conocer entera? ¿Habrá muchas más como la de la orgía de negros, que vi y no he vuelto a ver más? Queda mucho íntimo Lorca por dirimir y tanto la altura del hombre y del poeta, como la claridad y normalidad de la vida homosexual (sometida a tanto mal trato y tapujo) lo precisan y lo merecen. Mi testimonio, básicamente, opta por ello. Por ver a Lorca finalmente sin penumbra...

martes, 1 de noviembre de 2011

#libros #homosexualidad #historia | Raro : una historia gay de Chile


Raro : una historia gay de Chile / Óscar Contardo.
Santiago de Chile : Editorial Planeta Chilena, 2011 [11-01].
402 p.
ISBN 9789504930037

/ ES / ENS
/ Chile / Crónicas / Estigma / Historia / Homofobia / Homosexualidad / Persecuciones políticas / Población indígena / Testimonios / VIH-Sida

Este es un libro raro, sobre un tema extraño, que se propone develar aquello que queda olvidado en la trastienda del relato oficial. No es un libro que se concentre en una minoría como un grupo aislado, sino el reflejo de la forma de vida de una mayoría. La particular mirada del periodista y escritor Óscar Contardo nace de una acabada investigación que podría sintetizarse en la siguiente secuencia de palabras: sodomita, maricón, invertido, homosexual, gay. Cada una de ellas no solo representa un tipo humano, sino también una época y una distribución particular del poder. ‘Raro’ transita por escenas y períodos que se van desplegando desde la sociedad desde la que zarparon los conquistadores españoles hasta el siglo XXI. Una princesa que siembra la duda sobre la sexualidad de su hermanastro para arrebatarle el trono; la historia de un oidor de la Real Audiencia recluido por las habladurías del pueblo; la de machis hombres mapuches despreciados por los criollos por un aspecto que ellos consideraban femenino y amanerado. ‘Raro’ describe las redadas policiales para capturar varones homosexuales en Valparaíso a principios de siglo XX y los allanamientos a discoteques cien años más tarde; asimismo relata el incidente que casi terminó con la carrera de un pianista en Australia y la hazaña de un partidario de la UP que defendió La Moneda el día del golpe, a pesar de haber sufrido el repudio de sus camaradas. También es el relato sobre la silenciosa desaparición de una generación de hombres víctimas del sida. ‘Raro’ es, por último, un relato histórico sobre la violencia, la vergüenza y el miedo.

Óscar Contardo. Escritor y periodista chileno, ha logrado una gran repercusión en el panorama editorial de su país gracias a sus libros ‘Siútico’ y ‘La era ochentera’. Contardo ha trabajado para medios como Artes y Letras, aunque ahora se dedica al periodismo freelance. 

DOCUMENTACIÓN
Raro tema: hablar sobre la historia olvidada.
Pablo Lacroix | Letras s5, 2013

http://letras.s5.com/ocon260313.html
Raro. Una historia gay de Chile (Óscar Contardo).
Lo que leímos, 2012-02-06

http://www.loqueleimos.com/2012/02/raro-una-historia-gay-de-chile-oscar-contardo/
Raro: antes, ahora y mañana en la historia gay de Chile.
Eduardo Labarca | El Mostrador, 2012-01-12

http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2012/01/10/raro-antes-ahora-y-manana-en-la-historia-gay-de-chile/
Óscar Contardo, autor de "Siútico" habla de su nuevo libro "Raro: una historia gay de Chile": “El cura Berríos decía que admitir homosexuales en la iglesia era como poner el gato cuidando la carnicería”.
Camila Gutiérrez | The Clinic, 2011-12-01

http://www.theclinic.cl/2011/12/01/el-ano-93-el-cura-berrios-decia-que-admitir-homosexuales-en-la-iglesia-era-como-poner-el-gato-cuidando-la-carniceria/
Libro que revisa la historia gay de Chile relata detención de Claudio Arrau.
Oscar Contardo, autor de ‘Siútico’, regresa con ‘Raro’, investigación sobre la homosexualidad local que se lanza hoy en la Feria del Libro.
Estefanía Etcheverría | La Tercera, 2011-11-05
http://diario.latercera.com/2011/11/05/01/contenido/cultura-entretencion/30-89419-9-libro-que-revisa-la-historia-gay-de-chile-relata-detencion-de-claudio-arrau.shtml
Una historia rara.
Hace tres años, Óscar Contardo publicó ‘Siútico’, vendió más de 30 mil ejemplares y se convirtió en uno de los cronistas más importantes de nuestro país. Ahora vuelve con Raro, una historia gay de Chile.
Diego Zúñiga | Qué pasa, 2011-11-03
http://www.quepasa.cl/articulo/cultura/2011/11/6-6870-9-una-historia-rara.shtml/
>
RESEÑAS
Raro. Una historia gay de Chile, de Óscar Contardo / Gonzalo Andrés Salazar · Universidad de Chile.
En: Revista Nomadías, n. 16 (2012 Noviembre), p. 269-279

http://www.nomadias.uchile.cl/index.php/NO/article/viewFile/25025/26376