lunes, 31 de octubre de 2005

#revistas #homosexualidad | Archipiélago | 67 | Crisis de la heterosexualidad y reinvención de la condición humana


Crisis de la heterosexualidad y reinvención de la condición humana / Pierre Bourdieu... [et al.].
En: Archipiélago, n. 67 (Octubre 2005).
/ ES / REC / MON / Revistas
/ Cultura gay / Familias / Homosexualidad / Identidades / Literatura / Matrimonio / Parejas
Biblioteca UPV/EHU
https://millennium.ehu.es/record=b1630577~S1*spi
Biblioteca UPV/EHU. Revista
https://millennium.ehu.es/record=b1653157~S1*spi

CARPETA
Crisis de la heterosexualidad y reinvención de la condición humana

Es casi banal decir que no ha existido ni existe una sola modalidad de familia, o de pareja, o de agrupación humana indispensable para la procreación biológica y la reproducción social. Es casi fútil decir que el matrimonio por amor, la formación de una familia exclusivamente por lo que pensamos que significa el amor, es algo reciente —aun cuando en su envés esconda que uno suele amar en el otro su propio destino y elije parejas que le permitan reproducir su condición. La lectura de cualquiera de los clásicos de la literatura especializada, como la “Polémica sobre el origen y la universalidad de la familia”, de Lévi-Strauss, nos alejaría de cualquier forma de reduccionismo androcéntrico y familiocéntrico y nos permitiría comprender que sólo un empeño terco, homófobo y conservador puede pretender reducir esa multiplicidad a una unidad convertida en fundamento santo y consagrado de la sociedad. En este número de Archipiélago pretendemos explorar cuáles son los fundamentos androcéntricos de nuestro pensamiento y cómo nos impiden concebir otras alternativas y configuraciones, incluso a las mujeres (Pierre Bourdieu); queremos conocer la génesis histórica de los conceptos de género y sexualidad, comprender cómo las relaciones entre sexo (macho y hembra) y género son siempre indirectas y están medidas por la cultura (Óscar Guasch); pretendemos entender de qué forma se construyó a contracorriente la identidad gay y cómo va siendo necesario abandonar ciertas uniformidades para dar cabida a su propia heterogeneidad interna (Alberto Mira); queremos hacer notar que la familia nuclear y monógama es la excepción y que el amor y sus posibilidades deben adaptarse siempre al caos imperante (Ulrich Beck); pretendemos conocer cómo son las nuevas familias con padres homosexuales que retan al orden tradicional (Anne Cadoret); tratamos de explorar cómo el androcentrismo estricto de la mitología judeocristiana había excluido la posibilidad misma de la diferencia, y cómo las nuevas teologías se preocupan por derrocar ese fundamento homófobo (Elizabeth Stuart); indagamos, también, cómo los avances sociales en materia homosexual deben a la literatura de ficción gran parte del impulso imaginativo que los ha hecho posibles (Alfredo Martínez) y queremos rastrear, finalmente, cómo la pujanza de la identidad gay y lesbiana genera su propio universo semántico, inventa nuevos términos e invierte el significado de otros preexistentes (Ferran Pereda).

Pierre Bourdieu escribió en “La dominación masculina”: “Sólo una acción colectiva que busque organizar una lucha simbólica capaz de cuestionar prácticamente todos los presupuestos tácitos de la visión falonarcisista del mundo puede determinar la ruptura del pacto casi inmediato entre las estructuras incorporadas y las estructuras objetivadas que constituye la condición de una verdadera conversión colectiva de las estructuras mentales, no sólo entre los miembros del sexo dominado sino también entre los miembros del sexo dominante, que no pueden contribuir a la liberación más que liberándose de la trampa de sus propios privilegios”, y a eso mismo pretende contribuir este número de “Archipiélago”.

A PROPÓSITO
¿Sí, quiero? Deshojando la margarita del matrimonio homosexual

Aunque André Gide escribiera que la familia es el infierno, ésa es en todo caso una experiencia personal que cada uno valorará o cualificará como crea conveniente y a la que cada cual debe aspirar en absoluta igualdad de derechos y obligaciones. El matrimonio, si lo separamos de su estrecha y maniquea definición judeocristiana, es en todo caso un derecho de libre ejercicio y la expresión de un deseo y una convicción personales. Cabe, por tanto, respaldar antropológicamente su legitimidad; cabe, sin embargo, rechazar su denominación por razones etimológicas; cabe despreciarlo porque no deja de ser una institución añeja que no goza de muy buena salud; cabe celebrarlo, finalmente, como extensión de la normalidad. Los cuatro artículos que componen esta sección se han concebido como una especie de reflexión epistolar e intercambio de ideas entre cuatro personas que, aun sosteniendo la misma convicción fundamental en la equivalencia de derechos y obligaciones civiles entre todos los ciudadanos de una sociedad democrática, matizan el interés, alcance y significado de la institución del matrimonio. 

SUMARIO
MINIMA MORALIA
3 / Triunfo del matrimonio / Agustín García Calvo
5 / ¡Que viene la república! / Ignacio de Llorens

CARPETA
Crisis de la heterosexualidad y reinvención de la condición humana
9 / La dominación masculina revisitada / Pierre Bourdieu
23 / Género y sexualidad. Una perspectiva social y política / Óscar Guasch Andreu
33 / La cultura gay ha muerto. Viva la cultura gay / Alberto Mira
43 / El caos cotidiano del amor / Ulrich Beck y Elisabeth Beck-Gernsheim
55 / Paternidad homosexual: la construcción de una nueva figura familiar / Anne Cadoret
69 / Teologías gay y lesbiana / Elizabeth Stuart
76 / El poder de la imaginación: literatura española de temática homosexual / Alfredo Martínez, Bifo
83 / El cancaneo. Comunicación y argot en gays, lesbis y trans / Ferran Pereda

A PROPÓSITO
¿Sí, quiero? Deshojando la margarita del matrimonio homosexual
102 / En favor del verdadero matrimonio (artificial) / Joaquín Rodríguez López
TEXO COMPLETO | Archipiélago
http://archipielago.webcindario.com/67/rodriguez.html
107 / Llamar al matrimonio por su nombre / Álvaro Pombo
115 / Matrimonio y columpio / Luis Antonio de Villena
118 / Dadle una oportunidad a la mediocridad / Luisgé Martín

#libros #queer | El eje del mal es heterosexual : figuraciones, movimientos y prácticas feministas "queer"


El eje del mal es heterosexual : figuraciones, movimientos y prácticas feministas "queer" / introducción, edición y traducción, Carmen Romero Bachiller, Silvia García Dauder y Carlos Bargueiras Martínez (Grupo de Trabajo Queer)
Madrid : Traficantes de sueños, 2005 [10]
181 p. : il.
Colección: Movimiento ; 8
ISBN 8496453049
/ ES / ENS / REC / Open Access
/ Feminismo / Homosexualidad / Lesbianismo / Teoría Queer / Transexualidad
Biblioteca UPV/EHU
http://millennium.ehu.es/record=b1502792~S3*spi
TEXTO COMPLETO | Traficantes de Sueños
http://www.traficantes.net/libros/el-eje-del-mal-es-heterosexual

"El eje del mal es heterosexual" versa sobre movimientos, prácticas y figuraciones queer contextualizandolas dentro del contexto peninsular y europeo.Este libro surgió de una serie de encuentros donde problematizamos tanto el concepto como las teorías y prácitcas queer,y analizamos sus relaciones, acuerdos y desacuerdos con otros movimientos feministas, okupas y de gays y lesbianas. Este libro es deudor de esas discusiones y de una particular visión de lo político: queríamos reclamar lo trans y lo inter de lo queer; queríamos hablar de complejidades y contradicciones de las identidades múltiples; queríamos discutir las conexiones constitutivas de las diferentes opresiones; queríamos,también, hacer un texto que rompiera con el referente estadounidense y tuviera diferentes voces y tonos. Este híbrido, surgió del hartazgo de que, como señala Barbara Smith, la transfobia, la homofobia y la lesbofobia sean las últimas opresiones en ser mencionadas, cuestiones poco serias que distren la lucha contra los "enemigos principales" y fragmentan a la "izquierda"; al tiempo que se acusa a los movimientos queer de ser particularistas e interesarse solo por "lo meramente cultural", lo "estético", lo "teatral" de la sexualidad. Ello nos ha llevado a reflexionar sobre cómo se construyen los consensos y las multitudes en los colectivos o movimientos sociales, sobre la base de posponer, desdibujar o incluso eliminar determinadas demandas de la agenda como "secundarias" o "particulares". Este libro surge también del rechazo a la dicotomía personal/político y al establecimiento de un determinado espacio político como el único desde el que reclamar la resistencia. Porque para muchas personas,lo quieran o no,sus propios cuerpos abyectos ya son "política", cotidianos campos de batalla susceptibles de ser interpelados violentamente y su vez cuerpos-resistencia que cortocicuitan las normatividades.

martes, 18 de octubre de 2005

#hemeroteca #feminismo | Mujeres, raza y clase

Mujeres, raza y clase / Angela Yvonne Davis ; traducción de Ana Varela Mateos.
Madrid : Akal, 2004 [10-18].
240 p.
Colección: Cuestiones de antagonismo.
ISBN 9788446020936 / 24,50 €

/ ES / ENS / EN*
/ Activismo / Estrategias / Feminismo / Movimientos sociales / Mujeres / Población racializada

El presente libro trata de desvelar las causas que llevaron a que las reivindicaciones de las mujeres negras fueran sistemáticamente invisibilizadas a pesar del potencial revolucionario que encerraba un movimiento semejante. En sus distintos capítulos, Angela Y. Davis ofrece un análisis riguroso y esclarecedor que no sólo pone de manifiesto las estrategias de lucha de las mujeres negras, sino los problemas de composición de las diferencias que siguen desgarrando los movimientos políticos actuales. 

Angela Yvonne Davis. Fue catedrática de la Universidad de California, Santa Cruz, en el Departamento de Estudios Afroamericanos y Feministas entre 1994 y 1997. Profesora vitalicia en el Departamento de Historia de la Conciencia de dicha universidad, ha sido miembro del Partido Comunista estadounidense desde 1968 y participó activamente en los movimientos que sacudieron Estados Unidos durante las décadas de 1960 y 1970.

jueves, 13 de octubre de 2005

in memoriam | Guillaume Dustan, pionero de la 'autoficción' gay

Imagen: El País
Guillaume Dustan, pionero de la 'autoficción' gay
Octavi Martí | El País, 2005-10-13


Destinado a una carrera de funcionario de élite, Guillaume Dustan, es decir, William Baranès, que ése era su nombre verdadero, decidió renunciar a todo en 1990, al descubrir que era seropositivo. Hasta ese momento su carrera era la de un hijo ejemplar, que había culminado de manera brillante sus estudios en Ciencias Políticas y en la prestigiosa ENA (Escuela Nacional de Administración) para incorporarse precisamente a la Administración de justicia.

Ese día de 1990 se acabó Baranès y nació Dustan, que entre 1996, y 1998 publica tres libros de éxito, tres novelas autobiográficas -autoficción le llaman hoy quienes cultivan el género- en las que el protagonista nos descubre su pasión por pasar los domingos en bares gay en los que se consumen drogas y amores. Luego, de regreso a casa, el joven Baranès recuerda el desenfreno de Dustan mientras él se toma un té.

Dans ma chambre (1996) le revela en el doble sentido del término. Se convierte en una figura del mundo homosexual y crea una colección gay en la editorial Balland, experiencia que sólo se prolonga durante dos años, pues la editorial suspende pagos. En 1999 obtiene el premio del café de Flore por su novela Nicolas Pages.

Entre 2000 y 2002 aporta su contribución a la elección del socialista Bertrand Delanoë al frente de la alcaldía de París. La fiesta de La noche blanca es un invento que el actual consejero de Cultura municipal no ha dudado en atribuir a Dustan-Baranés.

Sus descripciones explícitas de su práctica sexual han generado diversas polémicas, pues no ha faltado quienes le reprochasen la crudeza del mundo que refería pero, sobre todo, ha provocado indignación entre la colonia gay más militante que no soportaba que Dustan sostuviese que "el preservativo no puede ser obligatorio ni la regla en materia de sexualidad". En 2004 Dustan publicó el que habrá sido su último libro en vida, Dernier roman.

La muerte atrapó a Baranès el pasado lunes 3 de octubre, en circunstancias calificadas como "intoxicación medicamentosa involuntaria". Fue su familia quien descubrió el cuerpo en el apartamento que el escritor ocupaba desde hacía apenas un mes.

Fuente
Guillaume Dustan, pionero de la 'autoficción' gay
Octavi Martí | El País, 2005-10-13

miércoles, 5 de octubre de 2005

#hemeroteca #literatura | Mohamed Chukri: 'No busco el martirio, pero si me ataca un loco por la calle me defenderé con mi cuchillo'

Mohamed Chukri: 'No busco el martirio, pero si me ataca un loco por la calle me defenderé con mi cuchillo'
Javier Valenzuela | El País, 2002-10-05

http://elpais.com/diario/2002/10/05/babelia/1033775411_850215.html

Condenado a muerte por los integristas, es el escritor maldito de la literatura árabe actual. El Bukowski marroquí, un analfabeto que aprendió a escribir para ofrecer al mundo el puñetazo de El pan desnudo, publica en España Rostros, amores, maldiciones, la última entrega de su trilogía autobiográfica.

Mohamed Chukri le pide al camarero que traiga 'una botella del mejor vino que haya', y el camarero, que ha entendido perfectamente a Chukri, aunque éste haya hablado en castellano, trae una de Médaillon, un cabernet de la zona de los Uled Thaleb, en Benslimane. Chukri prueba y aprueba el vino. '¿El primer trago del día?', pregunta el periodista con una sonrisa que indica que sabe que la pregunta es tonta y la respuesta negativa. 'No', responde Chukri. 'Esto es vodka', dice señalando el vaso con un líquido blanco que bebía antes de la llegada del periodista. 'Aquí ya me he tomado tres; y en mi casa, un whisky de Chivas para desayunar'. Chukri dirige la mirada a un plato con rodajas de plátano bañados en otro líquido y añade: 'Y eso tiene un poquito de Baileys'.

Pregunta. Usted siempre ha bebido mucho, ¿no?
Respuesta. ¡Ufff! ¡Barriles! Tabernas enteras, bodegas enteras, grandes bares, pequeños bares, restaurantes, burdeles, hoteles... He bebido sin parar.

P. Y sigue bebiendo.
R. ¡Claro! Mi cuerpo lo soporta hasta ahora. Y a mi edad no tengo nada que perder. Nada que perder, oye.

Chukri nació en una aldea del Rif en 1935, en la época del Protectorado español en el norte de Marruecos, y desde su juventud vive en Tánger. A sus 67 años es un tipo de cabello leonino y canoso, amplia frente cruzada por una cicatriz, bigote de puntas caídas bajo una nariz de halcón y ojos chicos y tan vivos e inteligentes como tristes. También es una leyenda viviente de la literatura magrebí y árabe. En 1972 escribió “El pan desnudo”, el furibundo y doloroso relato de su infancia y adolescencia en el rebelde y miserable Rif ocupado por los españoles y en el Tánger cosmopolita de la época internacional. Fue el retrato de un lugar y un tiempo desde el lado de los que limpiaban botas, vendían cigarrillos de contrabando, trapicheaban con quif, cometían pequeños hurtos o se prostituían con los extranjeros. Luego, en “Tiempo de errores”, Chukri contó su extraordinario esfuerzo para convertirse en escritor desde su condición de pícaro analfabeto. Ahora cuenta un puñado de historias tangerinas, autobiográficas una vez más y de las que te golpean al hígado, en “Rostros, amores, maldiciones”, recién publicado en España.

P. “Rostros” arranca con los personajes del bar Granada, unas prostitutas llamadas Lala Chafika, Malika, Fati... Usted ha ido mucho de putas, ¿verdad?
R. ¡Mucho! Antes yo podía follar dos o tres veces al día con mujeres distintas y luego hasta me masturbaba antes de dormirme. Cuando tenía 19 años, hubo un día en que eché nueve polvos. Claro, ahora sólo una o dos veces al mes, ya no estoy tan en forma. Pero las putas de antes eran más cariñosas y tenían cultura, al menos tenían cultura oral. Sabían contar historias, ¿entiendes? Como Fati, Fátima, marroquí pura, de Larache, que todavía vive en Dinamarca. Y las de antes tenían tiempo. Las de ahora ponen el reloj y ni disimulan: 'Son quince minutos'.

P. ¿Hay algún gran amor frustrado en su vida?
R. He tenido algunos amoríos. Pero yo me he casado con mis lecturas, mis escritos y mis amigos. Y si me casara algún día con una mujer, no querría tener un hijo. Temo comportarme como mi padre se comportó conmigo, ¿entiendes? Siempre he vivido con ese complejo.

El padre de Chukri era un desertor del Ejército colonial español que ataba al niño Chukri a un árbol y le azotaba con un cinturón de cuero, y que un día, en un arrebato de cólera, estranguló hasta causarle la muerte al hermano de Chukri. Chukri contó esa historia, y el odio al padre que enraizó en su alma, en “El pan desnudo”. Y lo hizo del mismo modo directo y descarnado con el que ahora habla en Rostros de las prostitutas del “Granada” o de Alal, el hijo que le hace una felación a su anciano padre para evitar que se case de nuevo y tener que compartir su herencia. Así que sus temas y su estilo le han convertido en un escritor maldito, en un escritor que ha sido comparado al norteamericano Bukowski y al cubano Pedro Juan Gutiérrez. Pero la condición de maldito es aún más explosiva en el mundo árabe y musulmán. En 1989, Chukri fue condenado a muerte por el régimen de Jomeini y en los noventa sus obras fueron prohibidas en Egipto por la presión de los ulemas.

P. Cuando salió la traducción al castellano de “El pan desnudo”, Juan Goytisolo escribió que usted había escrito la primera autobiografía árabe honesta, sincera, verdadera. En el mundo árabe es rarísimo el que uno proclame públicamente sus debilidades y sus vicios. ¿De dónde le viene la fuerza?
R. Las autobiografías árabes, que se cuentan con los dedos de una mano, están escritas con pocas confesiones. Yo, para escribir mi trilogía autobiográfica, me he servido más bien de ejemplos occidentales, como san Agustín y sus “Confesiones”, Jean-Jacques Rousseau, Somerset Maugham, Colin Wilson, “Les mots” de Sartre, Juan Goytisolo y “Coto vedado”... Estas lecturas me han dado coraje para expresarme. Sabemos muy bien que la literatura árabe clásica era más libre que la de ahora. Ahora abundan los tabúes. Pero en la época preislámica y al principio del islam había una literatura, como “Las mil y una noches” o “El jardín perfumado”, que tenía más libertad de expresarse. Hubo una decadencia en la cultura árabe, sobre todo cuando los árabes salieron de España, hace cinco siglos. Se perdió la libertad de expresarse y reinaron el fanatismo y la religión. Y la religión lo ha matado todo, ¿entiendes? Los tabúes matan la libertad, la creación.

P. El fanatismo también quiere matarles a Salman Rushdie, Naguib Mahfuz y usted.
R. Sí, vamos para abajo, no para arriba. Pero esto no me para, no es el muro de Berlín, ni es la Muralla de China. Esto no me impide seguir escribiendo lo que escribo. Si a mí me ataca un loco por la calle y me da una puñalada y muero, me importa un pepino. Porque tú te vas pero la idea queda. Yo no busco el martirio, pero si me toca la mala suerte, pues que toque. No tengo miedo de seguir escribiendo tal como escribí el primer libro. Yo también llevo conmigo un cuchillo. De gran tamaño. No quiero irme solo al cementerio. Que vayan conmigo uno o dos, oye. Puedo llevarme por delante uno o dos de esos locos. No me voy solo.

P. Cuando le he contado a algunos amigos de la burguesía tangerina que venía a la ciudad para entrevistarle, me han dicho: '!Oh, no, Chukri da tan mala imagen de Tánger!'.
R. Claro, los compatriotas son a veces... Bueno, yo te voy a hacer otra pregunta: esta gente que te dice que Chukri da una mala imagen de Tánger, ¿quiénes son esta gente? Son gilipollas, gilipollas sociales. Que te invitan a un tayín, un cuscús o una harira en sus casas y no han leído ni media docena de libros. Yo he leído cuatro mil libros y puedes creer en mí más que en ellos. A ti te invitan a un tayín y a pasarlo bien y a fumar unos pitillos de quif o de hash, pero, oye, no te van a convencer con esto, ¿no? Lo que te convence más es la palabra. Al principio existió la palabra. Éstos son cagones, no han realizado nada en sus vidas.

P. Vale, Chukri. Hablemos, pues, de Tánger. Hubo tres grandes ciudades cosmopolitas en el Mediterráneo árabe: Alejandría, Beirut y Tánger. A Alejandría se la han cargado el nacionalismo y el islamismo, pero con Beirut y Tánger aún no han podido, aunque las han dejado pachuchas. Tánger sigue siendo diferente, libre y canalla. ¿Tú cómo definirías Tánger?
R. Hombre, Tánger es una ciudad mítica. Y el mito no se explica. Si lo explicas cesa de ser un mito. Tiene sus secretos.

La conversación se desarrolla en el tangerino hotel Ritz, que no tiene nada que ver con los lujosos Ritz de París y Madrid. Allí tiene su “oficina” Chukri, allí recibe por las mañanas. Y mientras el escritor y el periodista almuerzan y charlan, la botella de Médaillon mengua a marchas forzadas. La charla es en castellano, lengua que Chukri, como tantos tangerinos, habla con fluidez y gracia.

P. Chukri, a usted se le nota que le gusta mucho España.
R. ¡Hombre, hombre! Yo he tenido aquí grandes amigos españoles, a partir de los gitanos y los andaluces, que eran como nosotros, marginados. Y también he tenido maestros, profesores y escritores españoles que han sido y son mis amigos. Pero nunca he tenido un amigo francés. Francamente. Y con los ingleses y norteamericanos era otra cosa. Era para follarles y para follarme. No físicamente, espiritualmente.

P. ¿Lee a escritores españoles?
R. ¡Claro! Y también he traducido poetas españoles. He traducido poemas de Bécquer, los Machado, Vicente Aleixandre, Gabriel Celaya, Lorca, Labordeta, Susana March... Los he traducido al árabe.

P. ¿Y cuál es su escritor español favorito?
R. Ahora me da la impresión de que América Latina ha superado a España. Con Juan Rulfo, Cortázar, García Márquez, Vargas Llosa... Esos nombres no tienen equivalentes en la actual narrativa española. Pero admiro a Juan Goytisolo y Torrente Ballester. Y de los clásicos, soy un gran admirador de Cervantes.

P. ¿Los lee en español?
R. ¡En español! ¿En qué voy a leerlos?

Con la botella de tinto vacía y los estómagos apaciguados, Chukri y el periodista se van a la casa del escritor, un ático en un inmueble próximo al Ritz. Chukri sube los cinco pisos a pie -no hay ascensor- y sin dejar de fumar. La casa es un rastrillo de ropas, vajillas, aparatos electrónicos anticuados, libros, folletos y fotos de Chukri con escritores: Paul Bowles, Alberto Moravia, Jean Genet, Goytisolo, Tahar Ben Jelloun... Hay también un retrato bien visible del líder rifeño Abdelkrim. Chukri enseña a su invitado sus propios libros, incluidas las 48 traducciones a otras tantas lenguas de “El pan desnudo”, y su colección de muñecas “inválidas” -así las llama él-; muñecas a las que les faltan ojos, brazos, piernas, cabezas.

El periodista le ha traído a Chukri dos botellas de vino Málaga, una de parte del arabista Bernabé López García, que vivió muchos años en Tánger, y otra como regalo propio. Chukri abre una, sirve dos vasos generosos y pone en el vídeo una casete. Es una emisión de “Apostrophes”, el programa televisivo de Bernard Pivot, de hace 20 años y aún en blanco y negro. Chukri estaba invitado -'fue mi primera salida de Marruecos'- a hablar del odio al padre con motivo de la aparición en Francia de “El pan desnudo”. 'Ahora', dice, 'comprendo mejor a mi padre. Su violencia venía de la violencia y la miseria en la que vivía Marruecos bajo el colonialismo. Cuando me escapé de casa, yo vivía en los cementerios para no ser violado por los mayores'.

P. Pero la cosa no ha mejorado tanto tras más de cuarenta años de independencia. Las ciudades marroquíes están llenas de niños, adolescentes y jóvenes que viven en chabolas, se ofrecen como guías, venden chocolate, se prostituyen o hacen de alcahuetes, sueñan con emigrar a Europa en patera.
R. Ahora es casi peor, oye. Y yo sigo hablando de eso. Estoy considerado un escritor pornográfico en el mundo árabe porque hablo de la sexualidad. Pero intento dar algunos valores en mis libros.

P. ¿Qué valores?
R. Yo estoy comprometido socialmente. Me inclino a defender a las clases marginadas, olvidadas y aplastadas. No soy Espartaco, pero creo que todas las personas tienen una dignidad que tiene que ser respetada. Aunque no hayan tenido oportunidades en la vida.

P. En el Tánger de los años cuarenta, cincuenta y sesenta vivieron o recalaron personajes como Paul y Jane Bowles, Truman Capote, Cecil Beaton, Tennessee Williams, Gore Vidal, William Burroughs, Allen Ginsberg, Jean Genet, Alberto Moravia, Jack Kerouac... Era la época del Tánger bohemio, del Tánger “jet-set”, del Tánger “beatnik”, del Tánger de los “globe-trotters”. Y, sin embargo, usted dijo una vez que esos extranjeros venían a Tánger 'como quien va a ver saltar a un mono de árbol en árbol'. ¿También piensa eso de sus amigos Genet y Bowles?
R. No lo pienso de Genet, que era auténtico, pero sí de Bowles. Él vino aquí en busca de un Marruecos “naif”. Le hubiera gustado que Marruecos siguiera como en los años treinta. Bowles no amaba a los marroquíes, amaba a su propio Marruecos. Casi todos esos extranjeros de la época dorada de Tánger venían aquí en busca de exotismo y placeres, para fumar quif y hash, para tener chicas, chicos... Yo no estoy en contra de esa gente, pero a mí no me dieron la oportunidad de vivir como ellos. Lo malo era vivir en el otro lado. Lo malo era la humillación de los que vivíamos en el otro lado. A mí también me hubiera gustado vivir esa buena vida. Pero la buena vida de esa gente era a costa de aplastar a los demás. Y aplastar a los demás es algo primitivo, ¿entiendes?

P. Pero Bowles le hizo un regalo: tradujo al inglés “El pan desnudo”.
R. ¡Hombre, un gran regalo!

P. ¿Cómo trabajó con Bowles en la versión inglesa de “El pan desnudo”?
R. Yo lo traducía en mi cabeza del árabe a mi español y se lo iba dictando. Bowles, que hablaba un buen español, mejor que el mío, lo iba escribiendo en su español y luego lo traducía al inglés. Oye, un moro y un americano se entendían entonces en Tánger en español.

P. ¿Está escribiendo algo nuevo ahora?
R. No, estoy corrigiendo cosas viejas. Oye, te voy a hacer una confesión: yo quiero matar la fama que me dio “El pan desnudo”. Escribí “Tiempo de errores” y no se murió. He escrito “Rostros” y tampoco. “El pan desnudo” no quiere morir. Y me aplasta. Me siento como esos escritores aplastados por la fama de un solo libro. Como Cervantes con “Don Quijote”, o Flaubert con “Madame Bovary”, o D. H. Lawrence con “El amante de Lady Chaterley”. “El pan desnudo” sigue sin morir, el hijo de puta. Los niños por la calle no me llaman Chukri, me llaman “El pan desnudo”. Ese libro me dice todos los días: 'Aquí estoy, vivo'.

P. Así que va a seguir intentando matar “El pan desnudo”.
R. ¡Claro! Yo soy cabezón. Soy Aries. Sabes que el lobo te va a comer, pero le das cornadas. “Rostros” no es mi despedida de la escritura. El escritor nunca se despide hasta que lo llevan a su tumba.

P. Y usted no tiene la intención de irse pronto a la tumba.
R. !No, no, no!

Vaciada la primera botella de Málaga, Chukri abre la segunda.