martes, 30 de junio de 2020

#hemeroteca #lgtbi #orgullo | ‘Embrace’, la red de empleados del Banco Santander que impulsa al colectivo LGBT+

Imagen: Attitude / Embrace participa en un Orgullo LGTBI

‘Embrace’, la red de empleados del Banco Santander que impulsa al colectivo LGBT+.

Lanzada en 2015 por un pequeño grupo de empleados del banco en Reino Unido, la iniciativa interna cuenta ya con 3.100 integrantes.
El Plural, 2020-06-30
https://www.elplural.com/sociedad/embrace-red-empleados-banco-santander-impulsa-colectivo-lgbt_242974102 

La pandemia sanitaria no ha apagado la celebración de la semana del Orgullo Gay 2020, que arrancó el pasado domingo con su tradicional desfile y se extenderá hasta el 5 de julio. Aunque eso sí, cumpliendo las medidas de seguridad: desde casa, en pequeños grupos y con todos los actos adaptados al formato online.

Cada vez son más las manifestaciones públicas en favor de este amplio colectivo. Pero aún así todavía queda mucho por recorrer en el camino hacia la plena inclusión y la diversidad. Precisamente sobre estos temas giró la semana pasada el evento virtual organizado por Banco Santander, en el que representantes del propio banco, además de BBVA, Inditex y Telefónica, se unieron para debatir sobre las iniciativas que están ayudando al colectivo LGBT+ durante la crisis del coronavirus y discutir sobre cómo las empresas entienden los desafíos de sus empleados, de qué manera sus integrantes superan esta situación y porqué es importante seguir trabajando en este terreno y potenciar su visibilidad. Entre los participantes en el acto estuvieron Chema Palomo, Global Talent Group Vice President de Banco Santander; Lluis Casanova, CEO de Santander Global Tech; José Antonio Gallego Vásquez, Diversity Leader de BBVA; Nacho Mora Ariza, Director de Diversidad e Inclusión de Inditex; María Ángeles Velázquez Dominguez, gerente de Transformación Cultural y Diversidad de Telefónica; Eva Díaz, CEO de Appogeo y Niurka Gibaja, FELGTB. Este evento resaltó la importancia de la integración de este colectivo en el normal funcionamiento de las grandes empresas y el apoyo que estas compañías están ofreciendo para la total adaptación de sus trabajadores al conjunto de sus plantillas.

Mucho han cambiado las cosas desde los orígenes de Embrace, la red LGBT+ de empleados de Banco Santander. En la actualidad, la entidad cuenta ya con redes LGBT+ en Estados Unidos, España, Brasil y México. Este mes de julio, los líderes de la red en cada uno de los países se reunirán por primera vez para compartir las mejores prácticas locales y desarrollar los primeros objetivos globales de la red LGBT+ para 2021 y años posteriores.

En muchos de los principales mercados del grupo, Santander ha planificado actividades para empleados y para la sociedad en general con el fin de contribuir a sensibilizar y mostrar su apoyo a los derechos LGBT+.

La entidad que preside Ana Botín abandera las iniciativas en favor de la integración en todos los países en los que opera el grupo con este propósito. Una encuesta realizada en 2018 por ADIM entre empresas españolas y portuguesas puso de manifiesto que el 72% de las personas LGBT+ en España no se sienten cómodas siendo ellas mismas y comportándose abiertamente con sus compañeros en el trabajo. Del mismo modo, el estudio La Diversidad LGTB en el contexto laboral en España, en el que ha colaborado Banco Santander, indica que sólo el 38% las personas LGTB+ están fuera del armario en su trabajo. Este porcentaje se eleva al 53% en el caso de aquellas empresas que llevan a cabo acciones específicas de inclusión de la diversidad, al conseguir crear entornos más respetuosos y seguros. Sin embargo, todavía hay gran porcentaje de profesionales, especialmente los más jóvenes, que vuelven al armario cada día en su entorno laboral para evitar ser blanco de rumores y prejuicios que puedan poner en riesgo su carrera laboral. El informe también destaca el hecho de que un 20% de las personas LGBT+ considera que en sus empresas no existe igualdad de oportunidades para ellas y que comportamientos y lenguajes poco inclusivos por parte de sus compañeros todavía se dan con mucha frecuencia.

Un sentimiento que Banco Santander está intentando cambiar. “Se tardará más de un día en concienciar a la población sobre los temores e incertidumbres a los que se enfrentan las personas a la hora de ser ellas mismas en el trabajo. Al fomentar la conversación y seguir compartiendo y escuchando estas experiencias, esperamos que quede aún más patente la importancia de nuestra diversidad y de la inclusión para nuestro negocio y para la sociedad en su conjunto”, afirma Chema Palomo, director global de captación de talento y uno de los líderes de la red Embrace del Grupo. Y parece que estas iniciativas empiezan a calar. Miguel Ángel Dorado, del Centro Corporativo, asegura en uno de los videos que ha grabado Banco Santander con declaraciones de empleados para conmemorar el Orgullo que “se siente orgulloso de trabajar en Banco Santander porque le permite participar en proyectos innovadores con personas muy diversas y creativas”.

En Santander UK, país donde en 2105 nació Embrace, se celebró el Orgullo virtual la semana del 15 de junio pidiendo a los empleados que compartieran vídeos en los que mostraran lo que el orgullo significa para ellos. Además, participó en el primer evento MyGWork WorkPride la semana del 22 de junio, con una sesión liderada por el responsable de Cultura e Inclusión de RRHH, Damien Shieber, sobre cómo usar los grupos de recursos para empleados (ERG, por sus siglas en inglés) como red de apoyo. Todos los empleados de Santander UK y Santander USA podrán utilizar el logotipo del Arcoíris Santander en sus firmas de correo electrónico y, por primera vez, se les animará también a incluir sus pronombres de género en sus firmas. "Trabajar en una organización diversa como Santander implica estar permanentemente en contacto con personas de otros países, culturas, generaciones y estilos de vida, por lo que puedes aprender algo nuevo cada día" aseguró Vanessa Santos Arnaiz, del Centro Corporativo en España.

En Estados Unidos, equipos de distintos Estados celebraron juntos un Orgullo virtual, compartiendo fotos del Orgullo de años anteriores. El año pasado, los equipos de Santander participaron en las marchas del Orgullo en Boston y Miami, así como en el evento del Orgullo Mundial celebrado en Nueva York. Por otra parte, los cajeros automáticos de Santander en Estados Unidos tuvieron un salvapantallas de temática LGBT+ y cada una de las redes locales de Embrace celebraron una serie de eventos online de carácter lúdico: ‘trivia nights, lunch and learns’ y debates enfocados a concienciar sobre la importancia de la salud. James Adamo, de Santander USA, señaló que “está orgulloso de trabajar en Santander porque puedo ser yo mismo cuando voy a trabajar”.

‘Great Place to Work’ reconoció a Santander Brasil en 2019 como la mejor empresa para empleados LGBT+ del país. La red LGBT+ de Brasil fue creada ese año junto con el Allyship Journey, un programa educativo para aquellos profesionales que deseen aprender a ser más inclusivos con compañeros y clientes LGBT+. Desde su lanzamiento en septiembre de 2019, cerca de 1.200 empleados se han adherido como aliados. Este año, Santander Brasil celebró el Orgullo compartiendo materiales educativos entre todos los aliados y enviando una ‘newsletter’ para sensibilizar sobre la diversidad LGBT+ a los 48.000 empleados de Brasil. A finales de junio también se celebró un evento virtual para que los empleados discutieran lo que el Orgullo significa para ellos. En este evento participaron cuatro empleados que representan diferentes tipos de diversidad LGBT para compartir sus experiencias personales superando barreras y sintiéndose orgullosos de sí mismos dentro y fuera del trabajo.

En Argentina, Banco Santander lanzó a finales de mayo una campaña para formar comunidades de empleados que ayuden a crear soluciones innovadoras dirigidas a los siguientes colectivos sociales: género, LGBT+, vulnerabilidad socioeconómica y discapacidad. Además, los profesionales del grupo bancario han cambiado sus logotipos a la llama del Arcoíris y el día 29 de junio celebrarán un ‘workshop’ en el que discutirán sobre la diversidad LGBT+.

En México, la red LGBT+ se ha constituido este año, pero ya puede presumir de tener grandes planes. El equipo ha cambiado todos sus logotipos por el del Arcoíris Santander durante todo el mes de junio. Se utilizó un vídeo con el presidente del comité de inclusión de Santander México, Héctor Chávez, para concienciar sobre las políticas de inclusión locales y su implantación. También Héctor Mancera, director de Tuiio, apareció en un grupo de 42 directivos mexicanos LGBT+ en la edición de la revista Expansión de 2020. Asimismo, el banco participó en el festival de inclusión Love 4 All, compartiendo un vídeo de empleados y aliados LGBT+ en el que se hablaba sobre la diversidad en Santander. En México destacan que “Pride es el amor, el respeto, la tolerancia y la dignidad hacia las diferencias”.

Por último, en Puerto Rico también han crecido las redes de diversidad e inclusión del banco español y durante la celebración del Orgullo se cambiarán el logotipo en las firmas de correo electrónico y se publicarán varios artículos sobre la diversidad LGBT+. Se ha organizado un evento virtual con empleados que ha incluido un debate con un especialista en psicología industrial sobre la importancia de la aceptación, el aprendizaje y el entendimiento en el camino hacia la inclusión.

#hemeroteca #vih | Sanidad estudia la incidencia de la COVID-19 en personas con VIH en tratamiento antirretroviral

Imagen: SINC

Sanidad estudia la incidencia de la COVID-19 en personas con VIH en tratamiento antirretroviral.

Las personas VIH positivas en tratamiento con tenofovir/emtricitabina tienen menor riesgo de infección y hospitalización por coronavirus que otras personas VIH positivas con distintas pautas de tratamiento. Así concluye una nueva investigación, publicada en ‘Annals of Internal Medicine’, realizada en 60 hospitales de toda España.
SINC, 2020-06-30
https://www.agenciasinc.es/Noticias/Sanidad-estudia-la-incidencia-de-la-COVID-19-en-personas-con-VIH-en-tratamiento-antirretroviral

El Ministerio de Sanidad, a través del Plan Nacional Sobre el Sida, ha realizado un estudio en el que se recoge la incidencia y severidad de la COVID-19 en personas con VIH que están recibiendo tratamiento antirretroviral. La investigación, publicada en ‘Annals of Internal Medicine’, se ha llevado a cabo en 60 hospitales de toda España.

Por un lado, los resultados sugieren que el riesgo de diagnóstico no es mayor en las personas VIH positivas que en la población general. Además, si estas se encuentran en tratamiento con tenofovir/emtricitabina (TDF/FTC) tienen un menor riesgo de infección y hospitalización por coronavirus que otras personas VIH positivas con distintas pautas de tratamiento.

Para llegar a estas conclusiones, los expertos –coordinados por Julia del Amo, directora del Plan Nacional sobre el Sida– recopilaron y analizaron el riesgo de diagnóstico, hospitalización, ingreso en UCI y mortalidad de 77.590 pacientes infectados por VIH en tratamiento antirretroviral. De estos, 236 fueron diagnosticados de COVID-19, 151 fueron hospitalizados, 15 ingresaron en la UCI y 20 murieron.

Los autores concluyen que se precisan más estudios y ensayos aleatorizados que confirmen la posible eficacia de los fármacos utilizados para la profilaxis preexposición al VIH en la prevención de COVID-19 entre personas previamente sanas.

Un avance para los más vulnerables
La confirmación de estos datos supondría un importante avance para la prevención del contagio en los profesionales sociosanitarios expuestos y en personas vulnerables.

En esta línea, se está desarrollando el Ensayo Clínico para la Prevención de la Infección por Coronavirus en Sanitarios (EPICOS), que pretende evaluar el riesgo de desarrollar la enfermedad sintomática por COVID-19 en personal sanitario de alto riesgo.

El estudio se lleva a cabo en 67 hospitales de 14 comunidades autónomas y cuenta con la participación de 4.000 profesionales. Se trata de uno de los mayores ensayos clínicos de estas características en Europa y uno de los más grandes del mundo.

Referencia:
Julia del Amo, Rosa Polo, Santiago Moreno, et al.: Incidence and Severity of COVID-19 in HIV-Positive Persons Receiving Antiretroviral Therapy. A Cohort Study. Annals of Internal Medicine. https://doi.org/10.7326/M20-3689

#hemeroteca #lgtbi #orgullo | COGAM y FELGTB, organizadores de la manifestación del orgullo LGTBI

COGAM y FELGTB, organizadores de la manifestación del orgullo LGTBI.

El Orgullo estatal LGTBI, que se celebrará desde ventanas y balcones, ha creado una agenda centrada en la reivindicación, la visibilidad y la denuncia que ofrecerá seminarios, tours online, directos y jornadas educativas, entre otras.
AmecoPress, 2020-06-30
https://amecopress.net/COGAM-y-FELGTB-organizadores-de-la-manifestacion-del-orgullo-LGTBI 

La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB) y COGAM, Colectivo LGTB+ de Madrid, entidades organizadoras de la manifestación del Orgullo LGTBI Estatal, presentan la agenda oficial del Orgullo 2020 que, para garantizar la seguridad de toda la ciudadanía, se celebrará en formato online.

Tal y como explican estas dos entidades, este Orgullo es “más necesario que nunca” debido a la situación de especial vulnerabilidad en la que la crisis del Covid-19 ha dejado a gran parte del colectivo y a la necesidad urgente de aprobar una legislación estatal que garantice los derechos de las personas trans y del resto del colectivo LGTBI. Así, este 2020 y al igual que en años anteriores, el Orgullo ofrece una agenda centrada en la reivindicación, la visibilidad y la denuncia.

Así, este evento cultural y reivindicativo contará con un amplio programa de directos, tours virtuales, concursos, seminarios y jornadas educativas, entre otras actividades, para llevar las realidades y necesidades del colectivo LGTBI mucho más lejos gracias a las nuevas tecnologías. Además, desde este viernes, 26 de junio, banderas arcoíris empezará a ondear en balcones y ventanas de instituciones públicas, entidades, empresas y hogares.

Así, entre las actividades programadas entre este 26 de junio y el próximo 4 de julio, COGAM y FELGTB celebrarán jornadas sobre educación en diversidad LGTBI, salud sexual y las realidades LGTBI en los países de América Latina, entre otras, en formato online y abiertas al público en general. Asimismo, se ofrecerán recorridos virtuales por los orgullos de los últimos años a través de documentos gráficos, por las obras del museo del Prado desde una perspectiva LGTBI y por los lugares más emblemáticos del barrio de Chueca. Igualmente, se presentará un informe elaborado por UGT con la colaboración de FELGTB para identificar y denunciar las discriminaciones que sufren las personas LGTBI en el ámbito laboral.

Por otra parte, en el marco del año temático “2020, Mujeres LTB: Sororidad y Feminismo", se celebrarán varios directos a través de las redes sociales de estas entidades para hablar de referentes trans, sororidad y feminismo y del papel de las mujeres lesbianas, trans y bisexuales en el activismo LGTBI, entre otros aspectos, así como un ciclo de literatura LTB.

Y antes de cerrar el Orgullo 2020 con una gran manifestación virtual a la que toda persona interesada podrá sumarse para visibilizar su realidad o compartir su compromiso con los derechos de las personas LGTBI, se celebrará el encuentro el Madrid Summit, una conferencia internacional de derechos humanos, organizada por AEGAL, con la participación de COGAM y FELGTB.

lunes, 29 de junio de 2020

#hemeroteca #transfobia #terf | Lidia Falcón, contra la Ley Trans: "¿Es de izquierdas hormonar a un niño para que cambie de sexo?"

Imagen: El Español / Lidia Falcón

Lidia Falcón, contra la Ley Trans: "¿Es de izquierdas hormonar a un niño para que cambie de sexo?".

La histórica del feminismo arremete contra la norma que impulsan Irene Montero y Podemos desde el Gobierno.
Marcos Ondarra | El Español, 2020-06-29
https://www.elespanol.com/espana/politica/20200629/lidia-falcon-ley-trans-izquierdas-hormonar-cambie/501200291_0.html 

El feminismo vive una batalla convulsa en su seno. Un choque frontal entre dos cosmovisiones irreconciliables: el feminismo radical, de raigambre marxista, y el transfeminismo, que acepta los postulados de la teoría queer. Este último acusa al primero de "tránsfobo" por negar que existe la "autodeterminación de género".

Una de las protagonistas de esta pugna ideológica es Lidia Falcón (Madrid, 1935), que aguanta estoica los ataques que ha recibido en los últimos meses por defender que "mujer se nace, no se hace" -dándole la vuelta a la archiconocida frase de Simone de Beauvoir-. "Si desaparece la categoría biológica de mujer, ¿para qué sirve el feminismo", reflexiona.

La histórica activista, escritora y abogada, fue pionera en la defensa de los derechos de las mujeres durante el franquismo y la Transición. En 1977 fundó el Partido Feminista de España, que se integró en Izquierda Unida en 2015.

Este pasado mes de febrero, su partido fue expulsado de IU por rechazar la Proposición de Ley sobre la sobre la protección jurídica de las personas trans y el derecho a la libre determinación de la identidad sexual y expresión de género -también conocida como Ley Trans- registrada por Podemos y de la que ha hecho bandera Irene Montero en el Gobierno. La norma propone la "autodeterminación de género".

Falcón ha sido acusada recientemente de connivencia con la derecha por un artículo en el que critica "el engrudo ideológico del género". Recibe a El Español en su casa de Madrid para hablar de toda esta polémica.

P. Usted rechaza la Ley Trans, registrada por Podemos, que defiende que el sexo biológico no existe y es la decisión de la persona la que determina ser hombre o mujer. "Autodeterminación de género", lo llaman.


R. Nos tenemos que retrotraer a treinta años atrás, que es cuando empieza la historieta del género. Las universidades americanas fueron las que acogieron esa terminología, que es posmoderna. Ahora estamos en el esplendor de la ideología posmoderna, que nace para acabar con el marxismo.

El género es una construcción social que discrimina a la mujer, aunque esto daría para mucho... Nace para borrar la hegemonía del patriarcado, en teoría, pero el patriarcado ya está consolidado. Luego aparece la teoría ‘queer’ con la ilustre ideóloga feminista Judith Butler, que dice que la realidad no existe. Sólo existen los sentimientos, deseos, emociones, impulsos.

Sobre esto se ha escrito mucho, sobre la política de las emociones. No se fijan en la estructura económica del mundo ni en las relaciones de clases. Ahora todos nos dejamos llevar por las emociones, todo es subjetivo. Supongamos que un día yo descubro que quiero ser hombre, eso no me convierte en hombre.

P. ¿El género es un concepto ideológico o determina realmente la identidad sexual de la persona?


R. El género no existe, es un constructo lingüístico que sirve para clasificar cosas. El género lírico, por ejemplo. Cuando se le da esta interpretación, se borran las categorías: patriarcado, mujer, hombre y padre. Son categorías antropológicas tan antiguas como la humanidad.

P. Precisamente, esta ley también propone abolir las categorías legales de mujer y hombre, padre y madre, para hablar de "progenitores gestantes" y "progenitores no gestantes".


R. Sí, y defienden además el "género fluido". Ellas defienden que te asignan el sexo cuando naces. He preguntado muchas veces quién lo asigna: ¿El Registro Civil? ¿El médico? ¿El cura? El sexo se forma en el mismo momento de la concepción, de la inseminación, pero ellas defienden que unos personajes siniestros que rigen la sociedad actual son quienes asignan los sexos.

Un buen día, el niño puede decidir que es una niña. A partir de ese momento, según ellas, la sociedad debe aceptarlo. No hace falta que pase por ningún diagnóstico médico o psicológico. La familia puede estar en contra, pero la Ley propone que los padres no puedan decidir. Al niño se le asignará un defensor judicial. Irá a un juzgado donde, si la ley lo estipula, habrá de obedecer los deseos del niño.

Más allá de las cuestiones externas de la ropa y del nombre, al niño se le pueden dar bloqueadores de hormonas. Lo aconsejan, incluso, porque una transformación de este tipo en la edad adulta es más complicada. Por eso plantean que lo mejor es que a los nueve años se les trate con bloqueadores de hormonas.

P. Eso entraña riesgos...


R. Un bombardeo de hormonas no deja que crezcan los huesos, se descalcifican, no se constituyen los rasgos físicos del varón o de la mujer...

La Ley Trans dice que tenemos que autodeterminarnos, pero además podemos cambiar de sexo en cualquier momento de la vida porque todo es fluido. ¿Con esto que has hecho? Has abolido las categorías de mujer y hombre, en la que se dividen todas las especies mamíferas para que sea posible la reproducción.

P. ¿Qué consecuencias tendría para el feminismo negar que el sexo viene determinado por la biología?

R. Si desaparece la categoría de mujer, ¿para qué sirve el feminismo? El patriarcado ha discriminado a la mujer en función de su capacidad reproductora, pero ahora resulta que también hay hombres gestantes o progenitores gestantes.

En la práctica, se meten en asambleas feministas y reclaman su derecho a participar en las decisiones igual que las activistas y empiezan a derivar la estrategia y el trabajo que hacemos hacia temas que no tienen interés para la mujer y son perjudiciales para la sociedad. Es una distopía, un disparate.

P. En este sentido, el feminismo radical se ha dado cuenta de que la teoría ‘queer’ se ha convertido en un pretexto para que los hombres consigan nuevos privilegios. Por ejemplo, ya hay hombres transexuales que participan en deportes de mujeres.

R. Las deportistas se han enterado del peligro que esto supone. Hay hombres que aseguran que son mujeres pero tienen una estructura corporal mucho más fuerte, una masa muscular más grande. Así ganan competiciones que antes no ganaban.

También nos están llevando a situaciones en las que un detestable personaje que ha asesinado a una mujer se defiende diciendo que es una mujer. Así no entra a ser juzgado por violencia de género.

Me acusan de recoger anécdotas, pero no. No son anécdotas, son representaciones de un fenómeno preocupante. El fenómeno significa que las luchas, ya no solo de las mujeres, sino las luchas sociales, pierden su importancia porque no hay clases. Entonces, cada individuo por sí mismo es libre -aunque manipulan y pervierten el término de libertad- para dedicarse a la prostitución, por ejemplo.

P. El colectivo trans tiene otros puntos de fricción con el feminismo radical: la prostitución o los vientres de alquiler.

R. No conciben la prostitución como una esclavitud indigna, sino como algo divertido o que sirve para ganar dinero. No tenemos, entonces, que perseguirla y abolirla, porque entonces estás persiguiendo la libertad individual.

Estos personajes, aunque se llamen progenitores gestantes, no pueden tener hijos así que los fabrican en las barrigas de otras mujeres. Mujeres pobres, claro. Eso es un horror. Gestar un hijo que te van a quitar como si fueses una máquina de zapatos. Así se convierte la maternidad en un gran negocio.

Hay agencias que contratan a desgraciadas en Filipinas o en Ucrania para satisfacer las fantasías de estos personajes. Hay ferias de vientres de alquiler todos los años en Madrid donde se alquilan barrigas de muchachas. Nos hemos convertido en mercancías al servicio del beneficio que busca el capital.

Todo es una distopía, un mundo monstruoso, pero que beneficia al capital y al patriarcado. Ahora mismo estamos en una polémica muy agria en el seno del movimiento feminista.

P. Pese a las grandes incompatibilidades del feminismo y la teoría ‘queer’, ésta ha permeado en ciertos sectores del feminismo vinculados a la izquierda. ¿Cómo se explica?

R. Se ha introducido con mucha inteligencia y precisión en el seno de la sociedad. Ha convencido a ciertos sectores, élites universitarias.

P. Pero esas élites universitarias a las que ha convencido son de izquierdas. Podemos, que es quien ha tramitado la Ley trans, nace en un ambiente académico.

R. Podríamos hacer otra entrevista íntegra sobre la izquierda y dónde está, a qué le llaman izquierda. En Podemos no presumen de ser de izquierdas.

Pablo Iglesias decía cuando apareció en política que él no era de izquierdas ni de derechas. Eso lo repitieron Echenique, Errejón y también Carolina Bescansa. Ellos decían que esa clasificación no sirve y que ellos son "de la gente". Eso es populismo elemental. El populismo es algo antiguo, pero que ahora ha permeado exitosamente en las universidades.

P. ¿Se ha convertido la formación de Iglesias en el caballo de Troya que emplean los colectivos trans?

R. Una vez le dijeron a Pablo Iglesias que lo que decía era peronista y él respondió que sí, con desfachatez y tranquilidad. Este señor era profesor de Ciencia Política, no un tribuno de la plebe que sale de un sindicato o una asociación de vecinos.

La derrota de la izquierda, indudable con la pérdida de la URSS y la caída del muro de Berlín, significó la pérdida del norte de la izquierda. Está huérfana, desarbolada y busca el camino para triunfar. Ahora busca el triunfo a costa de perder los principios y la ideología.

P. Usted ha sido duramente criticada por defender el argumentario del PSOE, que reivindica a la mujer como sujeto político del feminismo, desmarcándose del activismo ‘queer’. Ese documento ha sido rechazado por el colectivo transexual, que lo considera "transfóbico".

R. Hasta a las socialistas les acusan de tránsfobas. Los insultos son gratis, puedes decir lo que quieras. A mí me han llamado fascista. Esa es su estrategia, no es casual ni inocente. De esta estrategia se benefician varios sectores: las clínicas de operaciones de cambio de sexo, los vendedores de anabolizantes, los psicólogos y psiquiatras. Además, se debilita el feminismo.

Nosotras estamos en la vanguardia de los cambios estructurales y sociales. Para eso llevamos luchando más de 200 años. Ya no hablan de mujeres, parece que somos entes, ectoplasmas. ¿Cuáles van a ser los temas fundamentales del feminismo? Para mí, que nos matan. Todas las semanas en España hay dos mujeres asesinadas por hombres. Nos violan.

P. Usted misma, que ha sido referente en la lucha por la igualdad, ha sido tachada de "tránsfoba" por el colectivo trans por defender ese documento. A nivel personal, ¿le afectan los ataques?

R. Después de tanto tiempo, yo soy un cocodrilo. Me pueden llamar lo que quieran. Queridos camaradas, sois tan tiernos... [ríe]

Lo que sí me preocupa profundamente es que esto pueda tener una influencia social y destroce la labor, el sacrificio de tantísimas personas, mujeres y hombres, que durante dos o tres siglos han luchado por cambiar este mundo.

Si realmente las nuevas generaciones caen bajo el influjo de las ideologías posmodernas y se creen estos disparates, van a perder y sólo saldrá ganando el capital y el patriarcado. Nuestras herederas tendrán que reconstruir el camino que hemos trazado las anteriores.

P. ¿Ha echado en falta que alguien dentro del PSOE saliera en su defensa?

R. Sí, claro. El sector de mujeres feministas del PSOE no ha estado nunca muy cerca de mi porque desde el Partido Feminista nos hemos definido siempre como marxistas. El PSOE es cómplice del capital. No creo que se ofendan por lo que digo, ahí está su trayectoria.

P. En los últimos años estamos viendo cómo los movimientos feministas y LGTB son patrimonializados por la izquierda. Ahora, incluso se rebelan contra parte de ésta. ¿Se están convirtiendo en movimientos cada vez más excluyentes?

R. Bueno, es que el movimiento gay fue pervirtiéndose tras un inicio de petición de igualdad y justicia legítimo. Se fue pervirtiendo. Shangay Lily, en ‘Memorias del gaycapitalismo’, describe cómo aquellos movimientos heroicos de lucha por conseguir respeto y justicia se habían convertido en un negocio: los hoteles para gais, el Día del Orgullo Gay... Todo un negocio.

Una opción sexual no es una opción política. En la derecha había y hay muchos homosexuales. La homosexualidad es una opción sexual. Ahora, eso no supone una visión política, de cambio social y lucha contra la opresión económica. Un montón de señores homosexuales están instalados en las élites económicas, en los grandes bancos. Y así es desde el Imperio romano.

¿Ser homosexual es ser de izquierdas? No. Tú puedes ser, incluso, partidario de la pena de muerte y ser homosexual, o votar a Trump y ser homosexual. Esto ha confundido a la izquierda. Una cosa es defender los derechos humanos de la gente que tiene esa opción sexual y otra es que te confundan para llegar a los trans.

Los trans están haciendo campaña por la pedofilia desde hace tiempo. Las organizaciones homosexuales vinieron al Partido Feminista a dar su discurso y vinieron a defender la sexualidad infantil con una perversa deformación de la teoría freudiana.

P. ¿Cómo?

R. Defendían que había que permitirles las relaciones sexuales con adultos... ¿Eso es de izquierdas? ¿Es de izquierdas hormonar a los niños con todos los peligros físicos y mentales que supone porque se les ha ocurrido a los seis años decir que quieren tener otro sexo? Es inaceptable desde el punto de vista ideológico y social. Y lo que es aún más inaceptable es que se convierta en una ley. Esto es una de las grandes regresiones que nos ha traído Podemos.

P. ¿Por dónde pasa el futuro feminismo?

R. Por recoger los avances pasados. ¿O tendremos que volver a discutir la abolición de la esclavitud? Estamos discutiendo la abolición de la prostitución cuando en 1905 se celebra la primera convención contra la trata de blancas, donde el movimiento comunista, anarquista y humanista de avance se pronuncia para acabar con la prostitución.

La prostitución se abolió en España en el año 31 con la República. ¿Un siglo después tenemos que volver a discutirlo? Hay medio millón de mujeres en España explotadas, tratadas, violadas, humilladas, asesinadas... Y se considera normal. Nuestra sociedad asume ese fenómeno como asume los accidentes de tráfico. Eso sí que es triste.

#libros #literatura | Bendita tú eres

Bendita tú eres / Carlos Barea.

Barcelona [etc.] : Egales, 2020 [06-29].
134 p.
Serie: Narrativa ; 260.

/ ES / NOV / Literatura / Libros / Cultura pop / Identidades / Monjas
📘 Ed. impresa: ISBN 9788417319984 / 16,90 €

[.es] Ángela es una monja que lleva más de treinta años enclaustrada en un convento. Una noche, tras terminar de rezar en su celda, tiene un accidente que provoca que el resto de hermanas descubran el secreto que llevaba guardando durante décadas. Tras ser expulsada de la congregación, acabará resguardándose en un modesto piso del barrio de Lavapiés desde el que tendrá que aprender a vivir en un mundo al que pensaba que nunca más tendría que volver a enfrentarse. ‘Bendita tú eres’ es una historia con tintes de novela iniciática que gira en torno a la búsqueda —forzada— de la identidad y donde se mezcla el imaginario religioso con elementos de la cultura popular. Un relato que pone en cuestión la constante necesidad de categorizar las identidades, así como los mecanismos sociales que obligan a ello.

sábado, 27 de junio de 2020

#hemeroteca #homosexualidad #armarios | Cuando ser Chanquete impidió a Antonio Ferrandis 'salir del armario'

Rita Barberá y Antonio Ferrandis, homenajeado en la Mostra de Valencia en 1998 //

Cuando ser Chanquete impidió a Antonio Ferrandis 'salir del armario'

Valeria Vegas | El Mundo, 2020-06-27

https://www.elmundo.es/loc/famosos/2020/06/27/5ef54454fdddff3f9f8b4651.html

Antes de que Pablo Alborán decidiese contar su verdad, otros famosos también tuvieron que esconder su condición sexual, conscientes de que podían sufrir el rechazo del público o acabar con sus carreras.

"Fue un hombre maravilloso, muy sensible. Un hombre muy discutido, que en estos momentos no es conveniente de aclarar. Pero fue un amor imposible. Esa unión era imposible. Y no digo más, por Dios". Esas fueron las esquivas palabras de Carmen Sevilla cuando acudió en 1983 al programa de José María Íñigo y tuvo que contestar sobre la petición de matrimonio que antaño le había propuesto el tenor Luis Mariano.

El denominado rey de la opereta, nacido en Irún y mitificado en Francia, rodó junto a Carmen Sevilla cuatro películas en las que ejercía de galán. Frente a la cámara cumplía su cometido, pero fuera de rodaje no disimulaba su risa aguda o su amaneramiento, desatando la ira del productor. Su homosexualidad, pese a ser 'vox populi' dentro de la profesión, resultaba inconfesable en la década de los 50, y ni la propia Carmen Sevilla encontraba palabras para explicarlo 30 años después.

También Vicente Parra tuvo que amoldarse a los tiempos en que vivía. Tras cautivar a España entera con su interpretación en '¿Dónde vas, Alfonso XII?', comenzó a emprender el rol de apuesto seductor. Resultaba incompatible vivir abiertamente su condición sexual y seguir protagonizando películas en las que diera la réplica a glorias nacionales como Concha Velasco, Paquita Rico o Sara Montiel. En las entrevistas aseguraba haber estado enamorado de Natalia Figueroa y Analía Gadé, intentando ocultar un secreto que empezaba a desmoronarse. Con la llegada de la Transición y casi a modo de rebeldía, en 1976 decidió posar desnudo para la extinta revista 'Papillón', siendo así pionero en el destape masculino y provocando que el Ministerio de Información y Turismo ordenase el cierre de la publicación. Eso sí, con toda la sorna y mala baba, aquel reportaje llevaba por título: 'El descanso de la guerrera'.

A veces no hacía falta ser el protagonista que enamoraba a las mujeres para que cayese sobre el actor una losa que lo condicionase a las falsas apariencias. Es lo que le ocurrió a Antonio Ferrandis, siempre perfecto en papeles de hombre honrado o de padre de familia. El intérprete de la oscarizada 'Volver a empezar' no ocultaba su sexualidad frente a los compañeros de profesión, conscientes todos ellos de que mantenía una relación sentimental con el ayudante de producción de José Luis Dibildos, aunque ambos viviesen en apartamentos separados. El hecho de encarnar al entrañable Chanquete de 'Verano Azul' lo alejaba todavía más de cualquier confesión que pudiese ser motivo de escándalo. Cuando Pilar Eyre lo entrevistó para 'Interviú' en 1982, aseguró no necesitar a las mujeres a ningún nivel, confesó ser un hombre sexualmente frío y ante la pregunta de qué opinaba sobre la homosexualidad, dijo así: "Es otra forma de sexualidad. Me hace gracia que la gente diga que es una aberración. Hay casos entre hombre y mujer mucho más aberrantes que la homosexualidad".

El ambiente teatral, al ser quizás menos comercial y más permisivo, toleró que Paco Morán declarase en alguna ocasión sus relaciones con otros hombres y que se desvelase el romance entre Enric Majó y el escritor Terenci Moix.

La industria musical también ha contribuido a ocultar la condición sexual de sus más comerciales fichajes, desde los tiempos del cantaor Pedrito Rico hasta el más reciente Pablo Alborán. A principios de los 80, las quinceañeras se deshacían en gritos y halagos hacia Pedro Marín, que arrasaba con éxitos como 'Aire' o 'Que no'. En las entrevistas aseguraba haber estado enamorado de todas sus amigas, e incluso que le gustaban todas sus fans. Años después de su debut declaró ser bisexual, y poco tiempo más tarde abandonaría su carrera musical, llegando a alegar que la compañía discográfica ejercía un control demasiado fuerte. Era la época en que también triunfaban Los Pecos e Iván, aunque era Miguel Bosé quien se alzaba como el número uno. Respaldado por una oleada de enloquecidas admiradoras que soñaban con que fuese su amante bandido, Bosé esquivaba cualquier pregunta amorosa con ambigüedad e incluso llegó a vaticinar por entonces que jamás contraería matrimonio. Se volvió experto en jugar a los equívocos y no fue hasta hace unos pocos años cuando se supo de la existencia de Nacho Palau, su pareja durante más de dos décadas.

"A dos milímetros escasos de tu boca" era el estribillo que entonaba el presentador Jesús Vázquez, cuando a principios de los 90 se convirtió en el nuevo ídolo destinado a forrar las carpetas de las adolescentes. Aseguraba no tener tiempo para el amor, aunque accedió a realizar un reportaje en el que la francesa Marlene Mourreau ejercía de amante ocasional. El injusto y prejuicioso Caso Arny destapó la homosexualidad del presentador, así como la del humorista Jorge Cadaval, que también había posado en algún momento con alguna supuesta novia. Lo que fue una intolerable caza de brujas les sirvió a su vez para coger fuerzas y vivir con plena libertad su condición sexual.

viernes, 26 de junio de 2020

#hemeroteca #lgtbi | La responsabilidad de los periodistas en el mundo LGBTI

El Confidencial / Paloma del Río //

La responsabilidad de los periodistas en el mundo LGBTI.

Es una de las voces más emblemáticas en las retransmisiones deportivas, especialmente de gimnasia, patinaje e hípica. En 2019 ganó el Premio Ondas como mejor presentadora.
Paloma del Río | Vanitatis, El Confidencial, 2020-06-26
https://www.vanitatis.elconfidencial.com/famosos/2020-06-26/responsablidad-periodistas-mundo-lgbt_2653419/ 

Llega junio y llega el mes de las celebraciones del Orgullo. En todo el país se hace algo para reivindicar un modo de vida y unos sentimientos: charlas, conferencias, encuentros, mesas redondas... y todo culmina con el desfile del Orgullo del Paseo de Recoletos de Madrid.

No es que en otras ciudades no haya desfiles y concentraciones pero el de Madrid es 'el desfile', y conozco a muchas personas que, aún celebrándolo en sus propias ciudades, se desplazan ese fin de semana para vivir en Madrid el culmen del mes del Orgullo.

Anónimos y conocidos; gais y heteros. Todos juntos van a disfrutar y lo normal es divertirse y pasárselo bien. Parece una burbuja de aceptación de duración limitada. Me pregunto por qué lo que se vive durante esos días no puede extenderse al resto del año, pero no encuentro la respuesta. Todo lo contrario: lo habitual es encontrarse noticias en las que se habla de ataques a hombres y mujeres homosexuales por el hecho de serlo.

¿Qué les molesta?
También me pregunto qué le puede molestar a la gente que yo sea lesbiana y que ame y quiera compartir mi vida con una persona de mi mismo sexo. ¿Qué les molesta? ¿Qué les importa? Si ellos supieran que su vida a mí me parece perfecta si es la que ellos han decidido vivir... No soy yo nadie para criticar o juzgar la vida, los gustos de todo tipo (musicales, gastronómicos, de apariencia, el estilo de vida..., en fin, mil cosas) de los demás y no entiendo por qué los demás tienen que juzgar la mía.

No creo que lleguemos a saber nunca el efecto que un reconocimiento de la homosexualidad de alguien popular tiene sobre personas que, en el anonimato y en el ocultamiento, viven situaciones angustiosas y castrantes. El dolor que sufren, el señalamiento de su entorno, el estigma que viven, el sambenito que les cuelgan por ser diferentes. No hay ningún método para cuantificar el bien que hacen los personajes populares, hombres y mujeres, que deciden hablar abiertamente de su homosexualidad, y los medios de comunicación somos los que llevamos esas noticias a las casas de la gente, de la sociedad.

La mayoría de la población se informa a través de la prensa generalista y un grupo reducido lo hace a través de medios, revistas, blogs o páginas webs, especializados en el mundo LGBTI. Los periodistas, seamos homosexuales o heterosexuales, tenemos la obligación de trasladar esas noticias de manera objetiva y respetuosa para aquel que decide hablar abiertamente de su vida y de su mundo.

Valor y respeto
El paso que está dando una persona popular al reconocer su modo de vida y de amor es muy grande, y solo los que han pasado por ese puente saben el dolor que, en la mayoría de los casos, hay detrás de él. Lo mínimo que se pide es un poquito de respeto, y los periodistas, los medios de comunicación en general, estamos obligados, deontológica y moralmente, a tratar esa noticia con el mismo respeto con el que tratamos cualquier otra noticia, sea del ámbito que sea.

Tener que oír “qué pena, con lo guapo que es” cuando recientemente Pablo Alborán ha dado el paso de hablar de su vida personal hace que a mí, personalmente, se me caiga el alma a los pies y me lleve a pensar cuánto respeto nos falta por aprender a los periodistas.

Se habla mucho de la RSC (Responsabilidad Social Corporativa) como un objetivo prioritario de las empresas, pero yo me bajo a la RSI (Responsabilidad Social Individual) como objetivo prioritario de cada uno de nosotros para con los demás y su forma de vida. Sea la que sea.

El mundo ha avanzado. Sigamos avanzando y vivamos y dejemos vivir a los demás como quieran hacerlo. No soy juez y no juzgo pero no voy a consentir que me juzguen, ni a mí ni a nadie que yo conozca, por amar a quien amo.

Como ya comenté en otra ocasión, la vida ya tiene muchos dramas como para que amar a la persona que amas sea otro más. Seamos responsables.

#hemeroteca #lgtbi #universidades | Unizar lanza una encuesta para conocer las actitudes, valores y necesidades del colectivo LGBT+

Imagen: Aragón Digital / Diversidad en Unizar

Unizar lanza una encuesta para conocer las actitudes, valores y necesidades del colectivo LGBT+.

María Ester de Val | Aragón Digital, 2020-06-26

https://www.aragondigital.es/2020/06/26/unizar-lanza-una-encuesta-para-conocer-las-actitudes-valores-y-necesidades-del-colectivo-lgbt/ 

Unizar presenta con motivo del Día del Orgullo una encuesta a partir de la cual pretenden conocer las actitudes, valores y necesidades del colectivo LGBT+. Esta saldrá a la luz durante el próximo fin de semana del 27 y 28 de junio y permanecerá durante todo el mes de julio. Como coordinador del Plan Estratégico para el fomento del respeto, la diversidad y la igualdad del colectivo LGBT+ de la Universidad de Zaragoza, Ángel Pueyo afirma que esta encuesta les tiene que llevar “a desarrollar toda una serie de políticas que hay que trabajar con el Gobierno de Aragón, hay que recoger las propuestas también que se hagan desde el Estado nacional para que quede un sistema de trabajo que sea inamovible”.

Precisamente, el Gobierno de Aragón también apoya esta iniciativa. El director general de Universidades, Ramón Guirado cree que “esta encuesta va en la buena dirección y ayudará a hacer una Universidad mejor, más abierta, que sea sinónimo de libertad”. En este sentido, piensa que es “muy importante desde las instituciones profundizar en cualquier aspecto que pueda avanzar en la libertad; es importante que todo el estudiantado se sienta en libertad de querer a quien quiera, de ser como quiera, de reconocerse a sí mismo como quiera”.

El rector de la Universidad de Zaragoza, José Antonio Mayoral, también quiere avanzar hacia la libertad porque, afirma, “no podemos dejar que nadie se sienta detrás por su creencia, su color, por su estado económico, por a quién quiere querer y con quién quiere vivir… Esto es en este momento impensable”. Añade que lo que pretende esta encuesta es “plantear soluciones a futuro, porque revisar el pasado está bien, pero no lo vamos a cambiar”.

La encuesta es un cuestionario confidencial que consta de 37 preguntas con cinco ámbitos de consulta y, antes de lanzarla, se pasa por protección de datos. Una vez revisada, la encuesta se consensa con los estudiantes “porque necesitábamos saber si la encuesta contenía las preguntas que debíamos hacerles”, afirma la vicerrectora de la Universidad de Zaragoza, Ángela Alcalá. La encuesta se lanzará a una muestra de alrededor de 30.000 personas, de las que la Universidad de Zaragoza espera que responda, al menos, el 10%; pero Mayoral espera que contesten “muchas más”; se basa en la encuesta que lanzaron durante el confinamiento sobre la situación en la ciudad de Zaragoza y en la que obtuvieron “más de 5.000 respuestas sin prácticamente difusión”.

El Gobierno de Aragón ha aprovechado para manifestar que también quiere “arrimar el hombro”, tal y como ha explicado Guirado, y va a incluir en la programación 20/23 un aspecto de formación que englobe al profesorado de ambas universidades “para que ellos se formen y también formen en valores constitucionales tan básicos como respetar la diversidad afectivo-sexual”.

Por otra parte, va a reconocer el esfuerzo de las universidades el avance de la defensa de los derechos LGTBI que, asegura, “puede parecer poco pero es extremadamente importante, porque los estudiantes no solo se van a sentir defendidos o identificados, sino que además saben que instituciones muy potentes están detrás y que van a apoyar a este estudiantado para que sean como quieran, para que amen a quien quieran amar y que no se avergüencen de ello, sino que lo expresen con orgullo”.

#hemeroteca #lgtbi #orgullo #politica | Zaragoza aprueba seguir trabajando a favor del colectivo LGTBI

Imagen: Aragón Digital / Orgullo LGTBI en Zaragoza

Zaragoza aprueba seguir trabajando a favor del colectivo LGTBI.

Unizar lanza una encuesta para conocer las actitudes, valores y necesidades del colectivo LGBT+. La bandera arcoíris ya luce en el Ayuntamiento en un acto “reivindicativo y de libertad”.
Guillermo Pemán Portella | Aragón Digital, 2020-06-26
https://www.aragondigital.es/2020/06/26/zaragoza-aprueba-seguir-trabajando-a-favor-del-colectivo-lgtbi/ 

El Pleno del Ayuntamiento de Zaragoza ha aprobado, con el apoyo de todos los grupos municipales a excepción de Vox, una moción de Zaragoza en Común para seguir trabajando en el principio de no discriminación al libre desarrollo de la personalidad humana y a adoptar medidas para que la igualdad del colectivo LGTBI sea una realidad. La moción ha instado, también, al Gobierno de España a impulsar una ley estatal de igualdad.

La concejal de ZeC, Luisa Broto, ha lamentado la falta de unanimidad para apoyar esta iniciativa. “Estamos en un riesgo de involución con Vox. Hemos tenido que sacar adelante una moción y no una declaración institucional y eso es un cambio cualitativo a como se hacía antes”.

La concejal de Vox, Carmen Rouco, ha subrayado que los derechos de este colectivo ya están reconocidos por la Constitución española y la legislación autonómica. “Sus derechos, como los de todos los españoles están ya reconocidos y queremos que se proteja a todos por igual”.

La oposición al Gobierno de Zaragoza ha lamentado la falta de unidad y consenso de este año en el Ayuntamiento de Zaragoza. La portavoz socialista, Lola Ranera, ha cargado contra Vox y le ha acusado de venir a las instituciones a “romper los consensos” y a “retroceder en derechos”.

Por su parte, el portavoz de Podemos-Equo, Fernando Rivarés, considera que todos tienen que ser iguales en derechos y oportunidades y ha subrayado que quieren “ser libres” y cómo “nos dé la gana de ser”.

La concejal de Igualdad, María Antoñanzas, se ha comprometido a que el equipo de gobierno, liderado por PP-Cs, siga trabajando “para que los pasos que se están dando en favor del colectivo sean firmes, constantes y decididos para no tener que desandar ni un milímetro todo lo avanzado”.

La moción manifiesta su apoyo a todas las actividades que se convocan con motivo del Orgullo, tanto desde las instituciones como desde los diferentes colectivos LGTBI+ en torno al día 28 de junio, a la vez que anima a la población a sumarse a las mismas.

#hemeroteca #lgtbi #orgullo | CCOO de Madrid se suma a las celebraciones virtuales del Orgullo LGTBI 2020

'Visibilidad con Orgullo' de CCOO
CCOO de Madrid se suma a las celebraciones virtuales del Orgullo LGTBI 2020.

Tras la suspensión de las actividades de celebración del orgullo y su manifestación en las calles de Madrid de manera presencial, CCOO de Madrid con la campaña “Visibles con Orgullo. CCOO Diverso” participa, una vez más, en la celebración virtual de la Semana del Orgullo LGTBI.
CCOO, 2020-06-26

Como cada año en estas fechas CCOO de Madrid refuerza su compromiso con la lucha y los derechos de las personas LGTBI. No cabe duda que en la actualidad la pandemia sanitaria lo envuelve todo pero, precisamente por ello, el sindicato quiere llamar la atención sobre la desigualdad que sufren las personas LGTBI y el riesgo que existe que la crisis derivada del COVID 19 derive en más discriminación y exclusión. Con diversas actividades como un Concurso Fotográfico como forma de participación en el Bus virtual de CCOO o la charla “Visibilidad, LGTBI y postCoronavirus”, el sindicato vuelve este Orgullo a mostrar su implicación en la lucha por los derechos de lesbianas, gais, transexuales, bisexuales e intersexuales.

La Secretaría de Política Social y Diversidad considera que es más importante que nunca demostrar el compromiso, visibiliarse y reforzar los consensos y la unidad, para evitar que el precio de la normalidad, en tiempos de coronavirus, sea a costa de la vuelta a atrás, de la regresión de derechos, ni de abrir paso a nuevos brotes de discriminación y discursos de odio, como ya sucedió en la crisis anterior.

Desde el sindicato se exige un Pacto de Reconstrucción Social regional que cuente con todos y todas y donde los derechos de las personas LGTBI sean una prioridad, incorporando políticas inclusivas reales, participadas y suficientemente financiadas para avanzar en líneas de acción en materia de igualdad real y efectiva. Los discursos excluyentes, del odio y de tintes lgtbifobicos tienen un caldo de cultivo en la crisis derivada del COVID19. Aprendamos de anteriores crisis y pongamos dique de contención con la visibilidad y la unidad como armas imbatibles, opina CCOO.

Con la campaña de este año #VisiblesConOrgullo #CCOOMadDiverso, el sindicato quiere poner el acento en la importancia de la visibilidad en los centros de trabajo. Según el estudio “La diversidad LGTBI en el contexto laboral en España” tan solo un 38% de las personas LGBTI está completamente fuera del armario en sus lugares de trabajo, cuando esas mismas personas, en un 56%, si lo están en su ámbito personal. Esta diferencia está relacionada, directamente, con el miedo cierto a la discriminación, a convertirse en blanco de burlas, chistes y desprecios. De la misma forma, en los centros de trabajo donde tanto la empresa como la representación legal de las personas trabajadoras se han mostrado públicamente a favor de la igualdad de las personas LGTBI y/o en centros de trabajo, donde hay personas con orientación sexual, identidad y expresión de género que se han hecho visibles, se reduce, sustancialmente, el número de situaciones irrespetuosas y discriminatorias. Lo cual demuestra que visibles somos más fuertes frente a la discriminación laboral, insiste CCOO.

La lucha por la igualdad, la no discriminación y los derechos de las personas LGBTI se mantiene como un objetivo sindical de primer orden y esto es porque, desgraciadamente, a pesar de tener cimientos sólidos para la igualdad como el matrimonio igualitario (del que celebramos su 15 aniversario), las leyes autonómicas, los avances legislativos siendo imprescindibles deben ir acompañados de voluntad política para ponerlos en marcha, de líneas de trabajo y presupuestos específicos, y de la corresponsabilidad de todos los agentes implicados para implementarlos. Por todo ello, el sindicato concluye que emplaza al Gobierno Regional a utilizar los canales establecidos en la legislación madrileña para promover espacios reales de participación para la construcción de una sociedad inclusiva, tolerante e igualitaria porque la realidad de discriminación continúa y en algunas personas, como mujeres y trans, de manera insoportable. 
 
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#hemeroteca #lgtbifobia #lgtbi #orgullo | Un juzgado obliga a Cádiz a retirar la bandera LGTBI de la fachada del Ayuntamiento


Un juzgado obliga a Cádiz a retirar la bandera LGTBI de la fachada del Ayuntamiento.

El auto se ha producido tras la denuncia de la asociación Abogados Cristianos.
El País, 2020-06-26
https://elpais.com/espana/2020-06-26/una-sentencia-obliga-a-cadiz-a-retirar-la-bandera-lgtbi-de-la-fachada-del-ayuntamiento.html

El Ayuntamiento de Cádiz deberá retirar la bandera del colectivo LGTBI que ondea en el Consistorio, según el auto dictado este viernes por Juzgado de lo Contencioso-Administrativo 1 de la ciudad. El pronunciamiento se ha producido después de que la asociación Abogados Cristianos denunciase al municipio por izar la enseña, un acto que consideraban que colisionaba contra el pronunciamiento del Tribunal Supremo que impide la presencia de banderas no oficiales en las fachadas de edificios públicos. El Consistorio aún no ha arriado la insignia y asegura que antes analizará el auto con sus servicios jurídicos.

El auto del juzgado gaditano hace suyo buena parte del argumento expuesto por la Sala de lo Contencioso del TS que, el pasado 26 de mayo en recurso de casación, fijó como doctrina que no es legal “la utilización, incluso ocasional, de banderas no oficiales en el exterior de edificios y espacios públicos”, tal y como argumenta la jueza Carmen Beardo en un auto al que ha tenido acceso El País. En el caso de Cádiz, Beardo le recuerda al Ayuntamiento que la enseña del colectivo LGTBI no tiene carácter de oficialidad ni “puede atribuírsele la representatividad de todo un pueblo o nación”.

El Consistorio izó la insignia arcoíris en un cuarto mástil temporal y separado de las tres banderas oficiales —la de España, la de Andalucía y el Pendón de Cádiz— el pasado lunes, de cara a los actos de la Semana del Orgullo. Igualmente lo elevó en otro gran mástil ubicado en la plaza de Sevilla en el que el Ayuntamiento coloca diferentes símbolos, oficiales o no. Apenas dos días después, la asociación Abogados Cristianos presentó una querella por prevaricación contra el alcalde de Cádiz, José María González ‘Kichi’. En dicha actuación, la entidad solicitó además la medida cautelarísima de retirar el símbolo ubicado en la fachada consistorial, a la que ahora la titular del Contencioso Administrativo ha accedido.

“Estas denuncias demuestran que el discurso del odio sigue vigente. Ante eso no podemos permanecer indiferente y no queda más que posicionarnos a favor de la inclusión, la diversidad y la libertad”, ha asegurado este viernes la concejala de Feminismos y LGTBIQ+ del Ayuntamiento, Lorena Garrón en un comunicado. Pese a que la jueza Beardo le ordena la retirada y aclara que contra su pronunciamiento no cabe recurso —solo alegaciones en el plazo de tres días—, el Ayuntamiento aún no ha quitado la enseña y, desde el Consistorio aseguran que los servicios jurídicos municipales ya están analizando el auto, antes de tomar una decisión.

Aunque González aún no se ha pronunciado sobre la decisión judicial, este jueves defendió la permanencia de la enseña LGTBI tras la querella de la asociación. “Se ha querellado contra mí por izar esa bandera, a mí me merece la pena el disgusto de volver a pasar por los juzgados, otras personas fueron encarceladas, torturadas, violadas y defenestradas, simplemente por ser diferentes, lo mío no es nada comparado con lo que ellas y ellos sufrieron”, defendió el regidor en una publicación en su cuenta de Facebook.

Otras administraciones públicas de España que también tienen sus fachadas exornadas en estos días con los colores arcoíris han manifestado su intención de mantenerlos, como es el caso de Cáceres, informa Marcos Lema. En el Ayuntamiento de Zaragoza han colocado este mismo viernes una banderola sobre el balcón y aseguran que no tienen constancia de recurso alguno, según informa Juan Carlos Espinosa. En Valladolid han tomado la misma postura, además de afanarse en aclarar que, en su caso, tampoco es bandera, sino pancarta. El único representante de Vox en el Consistorio, Javier García Bartolomé, ha solicitado que se retire de manera “inmediata” porque “no resulta compatible con el marco constitucional y legal vigente”, informa Juan Navarro.

Protesta para el lunes
La decisión judicial tendrá contestación popular en forma de una concentración de protesta convocada por tres asociaciones gaditanas para el próximo lunes a las siete de la tarde. El Equipo de Gobierno del Ayuntamiento ya ha anunciado que se sumará al acto de protesta y ha pedido a “grupos políticos y al resto de la ciudad a que se sume”. “Que se hayan molestado por una bandera que simboliza la diversidad y la libertad de un colectivo históricamente oprimido demuestra que queda mucho camino por recorrer”, ha denunciado Garrón.

No es la primera vez que el Consistorio de Cádiz se ve envuelto en un lío de banderas con los juzgados de por medio. Tanto en 2016 como en 2017 fue obligada por los tribunales a retirar la enseña republicana, pese a que en la segunda ocasión lo intentó izándola en un mástil exento cerca del monumento de las Puertas de Tierra. En aquellas ocasiones fue la Subdelegación del Gobierno —entonces en manos del PP— la que denunció la colocación de estos símbolos. Ahora, con esta nueva decisión se complica aún más la exhibición de enseñas —como la bandera trans— de otros colectivos que también se colocaban en el cuarto mástil del Consistorio.

jueves, 25 de junio de 2020

#libros #lgtbi #activismo | Orgullo : la lucha por la igualdad del movimiento LGTBI+

Orgullo : la lucha por la igualdad del movimiento LGTBI+ / Matthew Todd ; traducción de Mariano Tapas Aparicio.
Madrid : Anaya Multimedia, 2020 [06-25].
192 p.
Serie: Libros Singulares.

/ ES / EN* / Libros / ENS / Activismo / Cultura LGTBI / Derechos / LGTBI / Stonewall / Testimonios
📘 Ed. impresa: ISBN 9788441542174 / 29,95 €
Cita APA-7: Todd, Matthew (2020). Orgullo: la lucha por la igualdad del movimiento LGTBI+. Anaya Multimedia.

[.es] En junio de 1969, la policía hizo una redada en el Stonewall Inn, un bar gay de Nueva York. Nacía entonces el movimiento que luchó por la igualdad de derechos para la comunidad LGTBI. 'Orgullo' cuenta lo que ocurrió aquella noche, y los disturbios que se produjeron en los días y noches siguientes, así como el consiguiente nacimiento del activismo LGTBI y los cincuenta años posteriores en los que tanto gente corriente como activistas dedicaron sus vidas a cambiar la posición que la sociedad tenía con respecto a nuestra comunidad. 'Orgullo' recoge los momentos clave en la lucha por la igualdad de la comunidad LGTBI, desde los triunfos de los primeros activistas a la aprobación de leyes contra la discriminación, recogiendo el gradual aumento de la aceptación de la comunidad LGTBI en mundo como el de la política, el deporte, la cultura o los medios de comunicación. Se han incluido imágenes y documentos poco conocidos referidos a algunos de esos momentos clave del movimiento, además de testimonios personales de figuras fundamentales abordando diferentes aspectos. Desde Maureen Duffy rememorando los inicios del movimiento a Asifa Lahore reflexionando sobre la religión. Jake Shears habla sobre música, Will Young sobre problemas mentales y Paris Lees sobre la imagen pública de los transexuales. 'Orgullo' es una celebración diferente de la cultura LGTBI, pero también un repaso a los desafíos a los que nos enfrentamos como comunidad. Pretende igualmente dejar constancia de que la igualdad de derechos de la que muchos disfrutamos es el resultado de la pasión y la constancia de los que formamos parte de este movimiento social de masas.

miércoles, 24 de junio de 2020

#hemeroteca #libros #homosexualidad | Elena Lázaro: «Este libro es una mezcla de elementos, de intereses, de miradas e incluso de estilos»

Imagen: Next Door / Elena Lázaro

«Este libro es una mezcla de elementos, de intereses, de miradas e incluso de estilos»

Elena Lázaro Real | Next Door Publishers, 2020-06-24

https://www.nextdoorpublishers.com/este-libro-es-una-mezcla-de-elementos-de-intereses-de-miradas-e-incluso-de-estilos/ 

Nunca he sido un hacha clasificando conceptos. Tampoco recibiré nunca el Nobel de la adjetivación y creo que semejante limitación no tiene otra razón que no sea mi alergia al etiquetado. Soy incapaz de categorizar, de comprimir la realidad. Y esta vez no iba a ser una excepción.

¿Cómo definiría ‘Un científico en el armario’? Si tengo que hacerlo yo vamos a necesitar demasiado tiempo porque este libro es bien parecido a su autora, es decir, una mezcla de elementos, de intereses, de miradas e incluso de estilos.

‘Un científico en el armario’ podría ser una biografía, por cuanto existe en sus páginas una narración histórica de la vida de Pío del Río Hortega, científico perteneciente a la Escuela Histológica Española exiliado en Argentina tras la Guerra Civil.

‘Un científico en el armario’ podría ser una obra de divulgación por cuanto pretende contribuir a entender la investigación histológica y neurológica a partir de la obra de uno de los científicos más relevantes del primer tercio del siglo XX, dos veces candidato al Premio Nobel.

‘Un científico en el armario’ podría ser el relato de una vida imaginada a partir de las pistas contenidas en unas cartas firmadas hace casi un siglo por Nicolás Gómez del Moral, la persona con la que Pío del Río Ortega compartió su vida; su pareja.

‘Un científico en el armario’ podría pues ser una obra de historia política escrita por una aprendiz de historiadora, una obra de divulgación narrada por una periodista científica o sencillamente una novela breve imaginada por una aficionada a la narración de historias, una “cuentista”[1]. Pero no seré yo quien la defina. Eso es tarea para alguien más capacitado que su autora, es decir, las personas que la lean.

Así que lean y etiqueten.

[1] Supongo que contadora de cuentos sería más adecuado, pero esa etiqueta de “cuentista” me la puso mi madre hace demasiados años cuando adaptaba la realidad en mis explicaciones y trataba de adornar mis meteduras para ahorrarme broncas y siempre me ha parecido una palabra entrañable.

#libros #homosexualidad #testimonios | Un científico en el armario : Pío del Río Hortega y la historia de la ciencia española

Un científico en el armario : Pío del Río Hortega y la historia de la ciencia española / Elena Lázaro Real ; prólogo de Javier Armentia.

Pamplona : Next Door, 2020 [06-24].
176 p.
Serie: El Café Cajal ; 11.

/ ES / ENS / BIO / Libros / Ciencia / Gais / Historia – Siglo XX / Homofobia / Homosexualidad / Memoria histórica / Neurociencia / Nicolás Gómez del Moral / Pío del Río Hortega / Testimonios
📘 Ed. impresa: ISBN 9788412159837 / 19,00 €

[.es] El primer tercio del siglo XX fue un tiempo de avance político, social y cultural en la Historia Contemporánea española en el que la ciencia vivió su Edad de Plata... Sin embargo, aún se mantienen ocultas las vidas y obras de parte de sus protagonistas. ‘Un científico en el armario’ recupera la vida personal y la obra científica de una de las personas más relevantes de la neurociencia universal: Pío del Río Hortega, candidato en dos ocasiones al premio Nobel y doctor honoris causa por la Universidad de Oxford. Hablar de Pío del Río Hortega es hablar de la investigación neurológica y algunas de sus principales figuras, pero, sobre todo, es dar a conocer la transformación social y cultural del país que tuvo lugar el pasado siglo. El profesor compartió su vida con Nicolás Gómez del Moral con naturalidad y sin ocultarse, en un tiempo en el que para algunos atacar la homosexualidad era un deber patriótico. Nicolás Gómez del Moral acompañó al científico en sus éxitos y en sus fracasos, siguiéndole hasta su exilio primero en Inglaterra y después en Argentina. En un tiempo como el nuestro en el que la identidad sexual y de género es reivindicada públicamente, la ciencia española debería sacar del armario en el que encerró hace años a uno de sus mejores investigadores.

#hemeroteca #trans #memoria | Sylvia Rivera, La pionera Latinx que estuvo al frente de la revolución por los derechos LGBTQ+ en Estados Unidos

Imagen: Al Dia / Sylvia Rivera

Sylvia Rivera, La pionera Latinx que estuvo al frente de la revolución por los derechos LGBTQ+ en Estados Unidos.

“El infierno no conoce la furia de una drag queen despreciada.”
Ana María Enciso Noguera | Al Día, 2020-06-24
https://aldianews.com/es/articles/culture/sylvia-rivera-la-pionera-latinx-que-estuvo-al-frente-de-la-revolucion-por-los 

Con motivo del mes del orgullo LGBT recordamos a Sylvia Rivera: una gran líder y activista trans latina, que estuvo en Stonewall, hizo parte del nacimiento del movimiento por los derechos civiles, guió iniciativas innovadoras para apoyar y proteger a la comunidad LGBT de la violencia estructural.

Sylvia Rivera marcó un antes y un después.

¡La revolución finalmente está aquí!
Stonewall Inn era un bar controlado por la mafia. Ese, el famoso bar en Greenwich Village en que empezaron los disturbios que marcaron el inicio de la lucha por los derechos LGBT el 28 de junio de 1969.

La mafia no tenía especial compasión por la comunidad gay y lesbiana de Nueva York. Se trataba, simplemente, de un tema de negocios: había un sector de la población que nadie más quería pero que estaba dispuesto a pagar para tener un lugar. Y donde hubiera dinero, la mafia estaba.

Los vínculos que la mafia tenía con la policía hacían que habitualmente fueran avisados de las redadas que se llevarían a cabo en sus bares, pero el día de Stonewall fue diferente.

Las redadas eran tan frecuentes y el mecanismo entre los dueños de los bares y la policía estaba tan preestablecido, que habitualmente la policía llegaba temprano, alineaba a todos los clientes del bar afuera, revisaban documentos, arrestaban a quienes no tuvieran y a las personas trans y luego se iban. Acto seguido, el personal del bar sacaba el licor que tenían en una bodega trasera aparte y retomaban funciones suficientemente temprano para que, aún con el operativo, fuera una noche habitual de negocios para el establecimiento.

Ese 28 de junio el inicio fue el esperado, pero no el desenlace. Los carros de policía en que se habrían llevado a las personas arrestadas tardaron en llegar; los que habrían podido irse no se fueron y una batalla se desató entre los clientes del bar y la policía.

Sylvia Rivera contaba que en el momento en que vio la primera bomba molotov volar por los aires, hacia la policía, se dijo a sí misma, en español, “¡Dios mío, la revolución finalmente está aquí!” y empezó a gritar “Freedom! We’re free at last!”.

Al ver los videos que se conservan de ella hablando en público –como el discurso que dio en la marcha de la liberación de 1973– es fácil imaginarla con esa furia de fiera maltratada y herida, esa furia que ni el infierno conoce, rugiendo “Freedom!”, confrontando a la policía, gritando, golpeando oficiales y lanzando botellas.

Porque al fin había llegado el momento en que todos habían decidido que era suficiente. El momento que marcaría un antes y un después.

Hay versiones encontradas sobre este hecho. Sylvia sostuvo hasta la muerte que estuvo allí, pero según otras narraciones, ella estaba dormida, luego de haberse inyectado heroína.

Sobre dos cosas no hay controversia: uno, que en ese momento estuvo Marsha P. Johnson, recordada como la Rosa Parks de los derechos trans, y dos, que Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera harían un dúo incansable en la lucha por los derechos LGBT, incluso en los momentos en que su propia comunidad les daba la espalda.

Damas a la espera
Sylvia Rivera nació bajo el nombre de Ray Rivera el 2 de julio de 1951 en Nueva York y murió a los 50 años, el 19 de febrero de 2002, de cáncer de hígado, en la misma ciudad.

De ascendencia puertorriqueña y venezolana, sufrió a una temprana edad el abandono de su padre y a los tres años el suicidio de su madre. Quedó bajo al custodia de una de sus abuelas, con quien tuvo una relación conflictiva por sus gestos afeminados y por haber empezado a maquillarse en cuarto grado.

A los diez años y medio huyó de casa y empezó su vida en la prostitución y cometiendo crímenes menores. Pero su abuela siguió velando por ella en la distancia y muchas veces pagó su fianza, como le contaría a Eric Marcus –el anfitrión del podcast Making Gay History– en una entrevista en 1989. Fue un grupo de drag queens quienes la acogieron y la llamaron Sylvia, nombre al que respondería durante la mayoría de su vida adulta.

Para este momento Sylvia se identificaba como drag queen porque era la palabra que había en el momento para describir las identidades sexuales que no se sentían en consonancia con el sexo asignado al nacer. Los términos “transexual” y “transgénero” empezaron a aparecer a medidados de los 60’s y como términos en manuales de patología sexual.

De hecho, la Organización Mundial de la Salud sacó la transexualida de su lista de enfermedades mentales apenas en junio de 2018.

Como dijo Sylvia Rivera en un fragmento de su libro “Travestis callejeros, revolucionarios de acción: supervivencia, revuelta y lucha antagonista queer”, las drag queens soportaron toda la opresión imaginable, como damas en espera, esperando a que algo pasara. Y cuando pasó, ellas estaban en el lugar indicado.

Nace STAR
Sylvia Rivera y Marsha P. Johnson fundaron STAR, Street Transvestite Action Revolutionaries, en 1970.

La idea original se le ocurrió a Rivera y era a la vez simple e inmensamente compleja de realizar: dar un refugio a quien lo necesitara y evitar que tuvieran que pasar por lo mismo que ella.

Sylvia y Marsha, con el apoyo del Gay Liberation Front consiguieron un apartamento de cuatro habitaciones en el 213 East 2nd Street, en el East Village de New York. El apartamento no tenía electricidad ni calefacción y ellas adecuaron, aún sin saber bien cómo se hacía.

En la casa STAR, Marsha y Sylvia recibieron personas trans y gay sin hogar y les protegieron. Ellas dos siguieron ejerciendo la prostitución para lograr mantener a quienes acogían al margen de las calles.

Simultáneamente, STAR también fue una plataforma para el activismo con la que Sylvia se relacionó con los movimientos por los derechos civiles más radicales que había, los Young Lords de Puerto Rico y las Panteras Negras entre ellos.

Desafortunadamente, la casa STAR sólo duró un año. El 15 de julio de 1971 las dos activistas fallaron en el pago del alquiler, por la precariedad en que ya vivían y sostenían a tantas personas y el dueño del apartamento los desalojó.

“Todos ustedes deberían callarse, más bien”
La historia de Sylvia y Marsha nos lleva a recordar la manera en que los privilegios y las formas de discriminación se cruzan entre sí.

Ellas no solamente lucharon contra la discriminación por ser transexuales, sino también por ser mujeres de color. Y en su momento fueron discriminadas incluso por la comunidad gay, por cuyos derechos lucharon tanto.

La postura de Sylvia podría describirse como una búsqueda por la liberación, mientras que buena parte del movimiento gay de la época podría caracterizarse como de asimilación.

Por eso las mujeres trans no eran bienvenidas: porque destacaban, les chirriaban los dientes de lo distintas y, con frecuencia, estrambóticas que eran: mientras Sylvia y Marsha salían a marchar en spandex y plumas, la primera marcha gay fue en traje de paño y corbata.

Uno de los momentos de indignación más grandes para Sylvia, cuando más dolorosamente se sintió traicionada por el movimiento, fue en la marcha por la Liberación de 1973: tras todos sus esfuerzos por los derechos LGBT, a Sylvia le habían prometido un espacio para dar un discurso público. En vez de eso, fue empujada al fondo de la marcha, con vergüenza por su transexualidad.

Sylvia, harta, se abrió paso a los codazos y en el video en blanco y negro se ve la cara de desconcierto del anfitrión de la ronda de discursos cuando vio que no había manera de evitar que ella hablara. Sylvia le arrebató el micrófono –en un momento parece que le fuera a pegar con el trípode que lo sostenía– y acalló a la multitud que la abucheaba.

Marsha P. Johnson murió en 1992. El caso fue cerrado como si se tratase de un suicidio en el río Hudson, pero sus familiares y amigos sostienen que ha debido tratarse de un homicidio.

Tras su muerte, Sylvia vivió en la calle durante años, hasta que gracias al apoyo de Rusty Mae Moore y Chealsea Goodwin se recuperó del alcoholismo y retomó el activismo.

A pesar de que la lucha por los derechos de la comunidad LGBTQ ha avanzado en los últimos treinta años, la población trans, y más aún la población trans de color, sigue siendo terriblemente vulnerable. A penas la semana pasada la Corte Suprema reconoció que no era constitucional negar a alguien el derecho al trabajo por ser transexual.

Pero esta furia que llevaba Sylvia en el pecho ha seguido y seguirá empujando la conquista de los derechos que en toda ley les pertenecen.

#hemeroteca #diversidad #politica | Crítica de la crítica a la diversidad


Crítica de la crítica a la diversidad.

Bernabé no parece querer llegar a ninguna conclusión política tan fuerte como sus hipótesis, y de hecho su libro concluye limitándose a reconocer la trampa de la diversidad pero sin proporcionar herramientas para combatirla.
Alberto Garzón Espinosa · Coordinador federal de IU | El Diario, 2018-06-24
https://www.eldiario.es/opinion/tribuna-abierta/critica-critica-diversidad_129_2762336.html 

El escritor Daniel Bernabé acaba de publicar 'La trampa de la diversidad', un polémico libro escrito con tanta brillantez como agudeza y que tiene el objetivo de confrontar con cierta visión política y social de la izquierda. El libro no aspira a ser un manual ni tampoco tiene pretensiones académicas, y quizás por ambas razones no siempre es fácil esclarecer cuál es la tesis principal del libro y cómo se combina con sus diferentes argumentaciones. La trampa de la diversidad es, ante todo, una gran queja ante el comportamiento reciente de una parte de la izquierda, que por otra parte nunca es señalada ni definida en términos claros.

El razonamiento del libro podría resumirse del siguiente modo. El neoliberalismo es un proyecto estratégico de las élites que ha utilizado al posmodernismo para desmantelar a la izquierda y para extender su amoralidad y cinismo como valores aceptables. Esto lo habría conseguido a través de dos mecanismos. El primero, usando reivindicaciones justas, como las del feminismo y la defensa de los animales, para blanquear valores culturales tales como el de la competitividad y el individualismo. De esa forma el neoliberalismo extiende la cultura del posmodernismo por todos los ámbitos de la sociedad sin que sea percibido como algo negativo sino, de hecho, todo lo contrario. El segundo, el neoliberalismo es la causa de la gran ficción de la clase media, una identidad aspiracional que fue fortalecida para que sirviera de guardia pretoriana al nuevo orden en detrimento de la clase trabajadora industrial. La consecuencia de todo ello habría sido doble. Por un lado, la política se ha transformado en un producto en sí mismo en la que las organizaciones políticas tratan de dar respuesta a unas identidades débiles y fragmentadas, haciendo que los movimientos críticos contemporáneos sean una herramienta inútil para los problemas cotidianos de la gente. Por otro lado, este proceso evita que hallemos esa identidad que nos lleve a la ideología de la acción política colectiva, esto es, a una identidad común de las víctimas del capitalismo y el neoliberalismo que nos permita conseguir objetivos políticos también comunes. En suma, la trampa de la diversidad es precisamente este proceso por el cual lo que aparentemente es bueno y justo, el reconocimiento de la diversidad, es usado por el neoliberalismo como arma para fortalecer su proyecto social y político.

Como se puede comprobar, Bernabé lanza varias hipótesis fuertes y muy polémicas. A mi juicio, la mayoría de ellas no quedan demostradas en su libro y hay razones fundadas para pensar que son erróneas. Además, pienso que asumir como cierto el argumento del autor conllevaría empujar a la izquierda a posiciones políticas inadecuadas. No obstante, antes de entrar en la crítica en sí, cabe hacer un apunte preliminar.

Bernabé no parece querer llegar a ninguna conclusión política tan fuerte como sus hipótesis, y de hecho su libro concluye limitándose a reconocer la trampa de la diversidad pero sin proporcionar herramientas para combatirla. Creo que es fácil imaginar por qué. Las políticas de la diversidad incluyen aspectos como abolir la tauromaquia o usar un lenguaje no sexista, de modo que negarle cierto grado de importancia sería equivalente a recaer en un discurso ortodoxo y economicista propio de la II Internacional. Y Bernabé trata de que esa no sea la conclusión. A pesar de eso, él mismo reconoce que «la hipótesis (...) de renunciar a las políticas de representación una vez que la diversidad se ha vuelto un producto identitario, podría parecer la respuesta más obvia para concluir este libro» (pp. 231). Por eso durante toda la obra recuerda que no es un libro contra la diversidad y que lo importante para él es encontrar alguna forma de compatibilizar las políticas de diversidad con las reclamaciones estructurales, que aparentemente se refieren a las del conflicto capital-trabajo. No obstante, Bernabé acusa directamente a la izquierda de padecer una sobrerrepresentación de la diversidad (pp. 238), y afirma claramente que las respuestas a la troika son más importantes que las políticas de la diversidad (pp. 234). Podría concluirse, en definitiva, que la aspiración de Bernabé es la de reducir el peso de las políticas de la diversidad en la estrategia de la izquierda. Sin embargo, lo que defenderé en estas líneas es que, efectivamente, la conclusión lógica de sus hipótesis y argumentos es precisamente la de no conceder importancia a las llamadas políticas de la diversidad.

Un problema metodológico

A pesar de que las hipótesis de Bernabé son muy fuertes, no hay claridad en las definiciones ni en los mecanismos causales que deberían fundamentar las explicaciones. Conceptos centrales como posmodernismo, neoliberalismo, clase media o diversidad son definidos de forma ambigua, como si fueran conceptos evidentes por sí mismos. Y nada más lejos de la realidad, pues se tratan de elementos cuya definición es imprescindible para que la explicación sea consistente.

De forma aún más gravosa, el argumento utilizado para combinar esos conceptos es preferentemente funcionalista. Los argumentos funcionalistas son circulares y la mayor parte de las veces teleológicos, y se puede percibir con claridad que eso contamina toda la obra. Como se sabe, el funcionalismo trata de explicar el comportamiento de las partes del sistema de acuerdo a las necesidades del propio sistema. Necesidades, claro está, que han sido preestablecidas de antemano y que tampoco quedan claras. Esto es un error muy habitual en parte de la tradición marxista, aunque fue duramente combatida en los años ochenta por autores tan diversos como los marxistas analíticos (John Elster, Erik Olin Wright...) y los marxistas estructuralistas (Louis Althousser, Nicos Poulantzas, Göran Therborn... ). El problema de este tipo de explicaciones es que no son legítimas, aunque sean de recurso muy fácil. De hecho, algunos las padecemos continuamente en el quehacer cotidiano, especialmente desde las posiciones más izquierdistas. Y es que hay cierto marxismo que es capaz de explicar la irrupción de Podemos, el ascenso de Ciudadanos, la derrota de Pedro Sánchez, la victoria de Pedro Sánchez, etc. todo a partir del mismo recurso: es funcional al sistema. ¿Por qué echaron a Pedro Sánchez? Porque el sistema lo necesitaba. ¿Por qué ganó Pedro Sánchez las primarias y la moción de censura? Porque el sistema lo necesitaba. Este tipo de explicaciones son ilegítimas.

Como decía, Bernabé cae en muchas explicaciones de este tipo, aunque más sutiles. Cabe recordar que no es lo mismo decir «el Estado es utilizado por la burguesía para reforzarse», lo que sería una descripción legítima, que «el Estado existe para reforzar a la burguesía», que sería una explicación funcionalista ilegítima. Y desgraciadamente las hipótesis de Bernabé tratan de explicar fenómenos sociales a través de argumentos funcionalistas que, como veremos, son ilegítimos.

Un ejemplo de este tipo de explicaciones se ve cuando Bernabé asegura que «las mujeres de clase media estadounidense debían fumar para que la industria tabacalera pudiera aprovechar los adelantos tecnológicos» (pp. 15), explicando una acción de un grupo social a partir de las necesidades de un sistema tecnológico-empresarial, o cuando afirma que «la clase media, que fue una ficción pensada para el control social, cumple eficazmente su función» (pp. 99). De forma similar el libro sugiere, como hemos visto, que el posmodernismo es una creación del neoliberalismo para acabar con la izquierda o que el feminismo y las políticas de la diversidad son funcionales al sistema y que por ello se explica, como mínimo, su moda. Especialmente llamativo es, como hemos visto, el papel de la clase media, que parece ser explicada también por la necesidad del sistema. Este modo de argumentar es erróneo y descarta explicaciones alternativas que están mucho mejor fundadas y que para empezar describen el cómo, es decir, el mecanismo por el cual las necesidades del sistema se vinculan con las acciones individuales.

Pero es que en la trampa de la diversidad apenas hay sujetos intencionales que sean definidos. Casi todas las explicaciones operan sin sujetos activos –una característica del argumento funcionalista-. Como ahora veremos con detalle, la clase media es un espacio inerte que fue creado y evoluciona sin capacidad de decisión de sus componentes. También existe la clase trabajadora, mitificada e identificada la mayor parte de las veces con los trabajadores industriales en un grupo homogéneo que tiene a su vez traslación cuasi-perfecta en sindicatos y partidos. Y no existen las clases dominantes: no está claro quiénes son éstas, qué tipo de unidad mantienen entre sí, cómo se ponen de acuerdo y dónde están en cada momento. ¿Cómo crearon la clase media? ¿Cómo se pusieron de acuerdo para utilizar el posmodernismo? ¿Estaban todos los que conforman las clases dominantes de acuerdo en esa estrategia? ¿Qué mecanismos usan para desactivar a la izquierda y cómo lo hacen? El sujeto de acción en esta parte es en todo momento el neoliberalismo y el sistema. Es una característica clara de explicaciones funcionalistas que, insisto, no me parecen válidas.

Como consecuencia de lo anterior, el único recurso que parece que Bernabé usa para dotar de coherencia interna a su argumento es el de la ideología dominante. Toda la obra parece sugerir algún tipo de versión de la tesis de la ideología dominante, según la cual el sistema es el que modela las creencias y pensamientos –no se describe cómo, más allá de vagas referencias al cambiante sentido común- de una parte de la sociedad –tampoco queda claro por qué a una parte y no a toda. Así, según la tesis de Bernabé el sistema es capaz de crear una identidad aspiracional en una parte de la clase trabajadora, lo que la convertiría en esa clase media aspiracional que es una ficción, mientras que no es capaz de llegar a otra parte de la clase trabajadora, que quedaría protegida de dichas influencias. Nada de esto queda claro cómo sucede y por qué.

Probablemente no sea el lugar para profundizar sobre las críticas a estos procedimientos explicativos, pero al menos sí debo hacer notar mi discrepancia con la ausencia de fuentes empíricas que apoyen las hipótesis. Por ejemplo, se asegura que las clases, y la sociedad en su conjunto, ha cambiado su modo de pensar e incluso sus valores, pero las fuentes utilizadas son indirectas y meramente culturales. En efecto, el apoyo de Bernabé es la interpretación de libros y películas, de los que extrae comportamientos generalizables al conjunto. Pero, entre otras dudas, ¿estamos seguros de que esas obras elegidas son reflejo de la sociedad en cada momento? La pregunta no es menor, porque tanto las hipótesis como el conjunto del espíritu del libro nos describe una sociedad que, invadida por el neoliberalismo, ha difundido con éxito valores basados en la competitividad y el individualismo. Y aunque eso suceda en determinadas obras de ficción, que probablemente operan más como casos extremos que como reflejos, en la realidad no parece observarse. En todas las encuestas recientes los españoles sitúan a la familia como la principal prioridad, por encima de los ingresos del hogar o del trabajo (una puntuación de 9,2 sobre 10 en el caso de la encuesta de valores humanos del BBVA de junio de 2013 y de 9,69 en el barómetro del CIS de octubre de 2016). Respecto al trabajo, es mayoritario en España el enfoque de que ha de permitir un equilibrio con la vida, por encima de ganar más sueldo (la citada encuesta de BBVA), y en todas las encuestas la ciudadanía española contesta que prefiere pagar impuestos y tener buen sistema de servicios públicos a pagar menos impuestos y tener peor o ningún sistema de servicios públicos. Todos estos datos se repiten continuamente y parecen desmentir la hipótesis sobre el triunfo del neoliberalismo cultural en nuestra sociedad, que es uno de los ejes del libro de Bernabé. Cabría hacer un examen más pormenorizado, pero este no es el lugar. Me limito a observar lo frágil de las fuentes en las que se apoyan las hipótesis del autor.

Al fin y al cabo, lo más probable es que el trabajador de reparto a domicilio trabaje a destajo y precariamente porque lo necesita para sobrevivir en un mercado ferozmente competitivo (que no es rasgo únicamente de la etapa posmoderna) y que no proteste ni se sindique sobre todo por dificultades estructurales y no tanto porque haya sido contagiado con el virus neoliberal de la competencia desenfrenada. En esto, creo que hay que ser mucho más ortodoxo y clásico de lo que lo es Bernabé, y debemos atender más a la dinámica y lógica del sistema y de sus instituciones concretas (mercados, reglas, etc.) que a los elementos culturales que, antes de servir para cohesionar como presupone toda lógica funcionalista, son contradictorios y abiertos.

Posmodernismo
El posmodernismo es uno de los ejes del libro, pero como hemos dicho es definido de forma vaga. No obstante, desde luego es obvio que aquí es entendido como creación cultural del sistema para acabar con la izquierda. Esto queda claro en los pasajes en los que se refiere a los nuevos filósofos franceses de los años setenta del siglo XX. Según Bernabé, quien en esto sigue a Perry Anderson, esos filósofos (Jean-François Lyotard, Michel Foucault, Jacques Derrida...) fueron lanzados a la fama por la burguesía francesa para evitar que el Partido Comunista Francés pudiera llegar al Gobierno aprovechando la ventaja de que «para hacer frente a los comunistas se debía contar con alguien percibido como afín a lo rebelde, no a lo conservador» (pp. 47).

Esta explicación del surgimiento del posmodernismo, o de su moda y difusión, descarta otras explicaciones alternativas que son mucho más rigurosas. Por ejemplo, que el posmodernismo fue una de las reacciones de la izquierda ante la crisis evidente tanto de los proyectos políticos realizados en su nombre como, sobre todo, del marco teórico historicista propio del marxismo. Es decir, los autores de la nueva izquierda francesa, incluidos bajo la etiqueta de posmodernismo, iniciaron un nuevo tipo de revisionismo de las tesis originales del marxismo. Un revisionismo diferente al de Bernstein o el de Lenin, pero revisionismo al fin y al cabo.

Cabe recordar, como hace también Bernabé, que el posmodernismo es una reacción contra el sentido de historicidad propio de la modernidad, es decir, con la idea teleológica y determinista de que las sociedades progresan de acuerdo a unas leyes inmanentes que garantizan su evolución hasta una meta final que ya estaba contenida en el inicio. Esa, la historicidad, es una característica no sólo del marxismo sino también del liberalismo y, en suma, de cualquier proyecto de modernidad. A partir de ese esquema teleológico, que Marx hereda de Hegel, el marxismo clásico elaboró y desarrolló determinadas trayectorias esperables del sistema económico y de la estructura de clases. Por ejemplo, Marx y después Kautsky y toda la II Internacional, teorizaron la polarización de clases entre la cada vez más rica burguesía y el cada vez más pobre proletariado. De la no realización de esas predicciones surge el primer tipo de revisionismo, el de Bernstein y la socialdemocracia alemana. Pero los autores clásicos también teorizaron que las sociedades socialistas sólo podrían construirse cuando las relaciones de producción capitalistas se hubieran desarrollado al completo, cosa que el revisionismo de Lenin también combatió posteriormente. Y tras el ascenso del fascismo, la extensión de la clase media, la II Guerra Mundial, la estabilización de la economía, el acceso a bienestar material por parte del proletariado, etc. el otro gran tipo de revisionismo que devino fue el de los autores posmodernos.

Efectivamente, según muchos de esos autores posmodernos «se creó una especie de presente continuo, donde se abandonaba el sentido de continuidad y por tanto de aprendizajes históricos o conclusiones para el mañana» (pp. 52), que suponía abandonar por completo los principios básicos de lo que se conoció como materialismo histórico. Todo ello es cierto, y la tendencia a abandonar el estudio de la economía política redujo notablemente la capacidad de estos autores de hacer una crítica rigurosa y sobre todo efectiva al sistema capitalista en su conjunto. Es el salto que ve bien entre el estructuralismo y el posestructuralismo. Pero también es cierto que entre muchas de sus obras pueden encontrarse lúcidos comentarios sobre el papel del lenguaje, de la cultura y de aspectos no economicistas de la sociedad.

En consecuencia, sería inapropiado no ver al posmodernismo como una reacción cultural ante las insuficiencias teóricas y prácticas del proyecto modernista del marxismo. Y es del todo arriesgado, y erróneo, limitarse a verlo como una reacción del sistema ante un hipotético avance definitivo del marxismo y sus instituciones. En primer lugar, porque idealiza el status del marxismo en aquellos años, que distaba de ser perfecto y masivo. En segundo lugar, porque contribuye a inhibir de posibles críticas a ese mismo marxismo al verlas como potenciales ataques de los enemigos de clase, en la peor de las tradiciones del dogmatismo marxista. En definitiva, conviene abandonar la explicación funcionalista por una basada en un análisis concreto de una realidad que distaba mucho de ser ideal.

Clase media

Operando con una metodología similar, Bernabé identifica a la clase media como un producto cultural del neoliberalismo y descarta entenderla como una realidad compleja que tiene causas económicas, sociales y culturales.

En realidad no queda claro en qué momento y por qué surge, para Bernabé, la clase media. En un pasaje se dice que en los años ochenta algunos votantes «anhelaban sentirse diferentes una vez que la perspectiva de transformar el mundo parecía posponerse indefinidamente» (pp. 70), sugiriendo que se trata de otra creación cultural del neoliberalismo para garantizarse la hegemonía política. Según esta interpretación, que se deduce de las páginas del libro, la clase media fue creada para contar «con la aquiescencia de una parte de la población entusiasmada por un nuevo espíritu de individualidad mientras que la izquierda era asediada por la duda posmoderna» (pp. 74). No obstante, Bernabé precisa que esos «nuevos votantes no querían formar parte de ninguna clase social, aunque de hecho lo fueran, ya que ser parte de una clase, una categoría dentro de la producción capitalista, no se elige» (pp. 71). Como se puede comprobar, si la descripción de Bernabé es cierta estaríamos ante un inteligente doble movimiento del neoliberalismo, que conseguía quitar a la izquierda una parte de su base social creando la clase media y al mismo tiempo creaba para el resto un producto de despiste llamado posmodernismo. Es improbable que las cosas sucedieran de ese modo.

La clase media no es una creación de la burguesía ni del neoliberalismo. De nuevo, es distinto decir que la clase media es la base social en la que se apoya el neoliberalismo que decir que la clase media se explica por su apoyo al neoliberalismo. Lo primero es legítimo y lo segundo no. La clase media es el concepto que se ha usado tradicionalmente para poner de relieve las insuficiencias del modelo dicotómico de capitalistas/trabajadores propio de la Economía Política clásica y especialmente del marxismo. Hace referencia, en todo caso, a realidades heterogéneas que no encajaban en ninguno de los dos modelos ideales señalados, y podían incluir desde el artesanado precapitalista o capitalista hasta el directivo de grandes empresas, pasando por el trabajador no manual de una empresa de servicios. En realidad, nunca ha existido en la estructura de clases un sistema dicotómico como el que se usa de forma abstracta en el estudio de la economía política clásica. Marx era consciente de ello, pero él pensaba que la dinámica del capitalismo llevaría a una polarización entre trabajadores y capitalistas, lo que haría que esos estratos intermedios desaparecerían absorbidos por algunos de los dos polos, particularmente hacia el de los trabajadores. Esa predicción no fue correcta, y de ahí devino la primera gran crisis del marxismo a principios del siglo XX. Fue la dinámica del capitalismo la que moldeó la estructura de clases en cada país, haciéndola más heterogénea y compleja de acuerdo a la propia estructuración de la división del trabajo. Más allá de cómo se defina la clase trabajadora, algo en lo que tampoco fue claro Marx, como tampoco Lenin o Gramsci, lo cierto es que la complejidad de la estructura de clases ha llevado a múltiples análisis con nuevas categorías económicas, sociales o culturales dentro del marxismo. Pero en la mayoría de esos estudios de clase desde una perspectiva marxista se considera a los estratos económicos que entran dentro del concepto de clase media como el resultado de la lógica del propio capitalismo y sus relaciones de producción, y en ningún caso se puede simplificar como una creación cultural. Entre otras cosas porque las bases materiales de esos sectores existen y es muy importante entenderla.

No cabe duda de que el sentimiento de pertenencia a la clase media es una construcción cultural que depende, de alguna manera, de las bases materiales de las personas referidas. Así, es más improbable que una familia de bajos ingresos se considere de clase media que una de altos ingresos, pero no es imposible. El hecho de que esto pueda suceder no es porque sea necesario para el sistema sino porque hay una encarnizada batalla cultural y política por la construcción de identidad, que como veremos ahora tampoco es una cuestión solamente de discurso. En 1992 el porcentaje de españoles que se consideraba de clase media era del 47,5%, mientras que en 2007 ese porcentaje era del 63,4%. En el peor momento de la crisis y los recortes, 2013, el porcentaje disminuyó hasta el 48,3% y actualmente es del 57,2%. Se puede suponer que estamos ante una evolución correlacionada con la actividad económica de nuestro país, lo que no parece que sea debido a la necesidad del sistema o el deseo de los gobernantes. Un problema adicional es que Bernabé parece defender que la clase media es una construcción que deviene, lógicamente, junto con el neoliberalismo. A mi juicio, como se ha podido deducir ya, esto no tiene mucho sentido. En 1974 el 55% de la población española se definía como clase media, lo que es un porcentaje similar al actual. Es cierto que es perfectamente posible definirse como clase media y clase trabajadora al mismo tiempo, y es una hipótesis a considerar que el porcentaje de gente que se define como clase trabajadora haya disminuido (desgraciadamente no tenemos datos), pero eso estará vinculado a otros problemas no abordados en el libro de Bernabé.

Idealización del movimiento obrero del siglo XX
En realidad, hay una idealización exagerada del movimiento obrero del siglo XX. Incluso refiriéndose a los años setenta, Bernabé dice que «hablamos de un contexto donde la organización sindical era abrumadora, donde la hegemonía de las ideas de izquierdas era prácticamente total en la sociedad» (pp. 47). En ninguna parte se apoyan con datos esta hipótesis y, de hecho, el resultado electoral de los partidos que eran de izquierdas no parece acreditar tales afirmaciones. Los partidos eurocomunistas tuvieron mejores resultados que los partidos que les sucedieron, por ejemplo, pero lo hicieron al coste de renunciar a muchos de los postulados básicos de la izquierda. Lo mismo se puede decir de los partidos socialdemócratas, convertidos ya de facto en los setenta y ochenta en partidos socioliberales. Pero incluso si nos remontamos a principios del siglo pasado, las propias instituciones del movimiento obrero –partidos y sindicatos fundamentalmente- siempre estuvieron fragmentadas, divididas y enfrentadas como consecuencia de discrepancias esenciales en diagnósticos y estrategias. De hecho, no es fácil identificar en la historia o en el presente cuál es la verdadera “idea de izquierdas” que ha de hegemonizar al resto. Parece todo el relato más bien una racionalización a posteriori.

En otra ocasión, Bernabé habla de que «si a mediados de los setenta existía una ideología realmente transversal a la cuestión de raza, nacionalidad, etnia o religión esa era la del socialismo, que en sus múltiples encarnaciones estaba presente en los Gobiernos o el juego político de todos los continentes habitados» (pp. 51), algo que parece avalar su hipótesis sobre la trampa de la diversidad pero que no es posible contrastar afirmativamente. ¿No será tal vez que eso sólo sucedía en la teoría, y tampoco por completo, y que en la práctica se dejaba fuera de lugar las reclamaciones del feminismo, ecologismo y otras demandas distintas a las del capital-trabajo, motivo por el cual surgieron después críticas desde dentro?

En general, todo el libro aborda el pasado pre-neoliberal de una forma cuasi-nostálgica y mitificada en la que el movimiento obrero parecía estar al borde de hacer la revolución, se autoidentificaba como clase trabajadora y luchaba en consecuencia, pero un montón de obstáculos creados por el neoliberalismo impidieron su realización. El propio Bernabé vincula claramente la derrota de la clase trabajadora a la irrupción de la clase media cuando afirma que «la identidad de clase trabajadora fue barrida por el concepto totalizador de clase media y rellenada por decenas de identidades frágiles, cambiantes, superficiales y sin una conexión real con la vida de los individuos» (pp. 183). Creo que se trata de una explicación poco realista, no fundada y que funciona como frágil sostén de sus hipótesis para explicar la situación actual de la izquierda.

Ultraderecha, discurso y conclusiones

En la misma línea que combina mitificación del movimiento obrero con argumentos funcionalistas, Bernabé da explicación al surgimiento del fascismo. En suma: el fascismo habría surgido en los años veinte y treinta para frenar la revolución roja. Entre otras cosas, dice el autor: «con el auge revolucionario izquierdista y sindical, los fascistas tuvieron que adaptar su mensaje al contenido obrerista, en ese momento el centro del tablero político» (pp. 176). Esto parece contradecir todos los hechos históricos, dado que el fascismo en ningún momento se adapta al mensaje obrerista sino que es mensaje y proyecto obrerista desde el principio. La figura de Mussolini, quien había sido dirigente comunista, ilustra a la perfección que no hizo falta ninguna adaptación. El fascismo es un proyecto en sí mismo, que desde luego fue preferido –y alentado posteriormente- por la burguesía frente al socialismo, pero que se explica por fenómenos distintos a los de la conspiración burguesa. El problema de esta forma de ver las cosas es que, de nuevo, el argumento funcionalista nos impide comprender las raíces y causas reales del fascismo. Tanto del pasado como del presente. Otras explicaciones del fascismo son más verosímiles, además de más materialistas. Ernest Bloch, por ejemplo, consideraba que el marxismo alemán había centrado su atención en el proletariado industrial, excluyendo al campesino de su proyecto y éste, desesperado como lo estaban todos los trabajadores en aquellos años de crisis económica, abrazó el fascismo. Karl Polanyi, en cambio, consideraba que el fascismo era un resultado natural, como también lo era el socialismo, ante la crisis económica que provocaba el desarrollo del libre mercado y que fuera uno u otro proyecto el vencedor dependía de batallas políticas. Pero en ningún caso se reducía el fascismo a un proyecto de reacción ante el socialismo sino ante los efectos negativos del capitalismo. Por eso la ultraderecha crece hoy en el norte de Europa, por razones materiales y culturales vinculadas al desarrollo capitalista, y no porque haya una revolución roja en ciernes.

Y desde luego, el problema no es únicamente de discurso. La sorpresa es mayúscula al comprobar que Bernabé tira de bagaje ortodoxo en múltiples campos (el esquema dicotómico de clases, el determinismo que le lleva a imaginar que la trayectoria normal tras la crisis era el crecimiento de la izquierda, una visión teleológica implícita en todo el libro...) pero que deviene en posmarxismo textualista a la hora de identificar las causas del crecimiento de la ultraderecha.

Así, Bernabé considera que «tras años en los que la izquierda, en vez de buscar qué unía a grupos diferentes y desiguales para encontrar una acción política común, pasó a destacar las diferencias entre esos grupos para intentar seducirlos aisladamente, el discurso de la ultraderecha encontró un asiento que parece respaldarlo» (pp. 186). Y concluye que «mientras que la izquierda no ha sabido articular un discurso que conjugue su defensa del multiculturalismo con estos conflictos (...) la ultraderecha ha sido lo suficientemente hábil para ampliar su base electoral haciendo que el mercado de la diversidad juegue en su favor» (pp. 199). En todo el capítulo dedicado a la ultraderecha actual el problema parece ser de discurso y no de una práctica política material. Y esto es importante, porque lo que está diciendo Bernabé, aunque no se atreve a llegar tan lejos explícitamente, es que hay que dejar de hablar tanto de diversidad y hablar más de clase trabajadora y de sus «problemas cotidianos». Todo esto es central.

En primer lugar, porque al situar el problema en el ámbito discursivo comete los mismos errores que los autores posmodernos a los que lleva criticando todo el libro, y descarta hacer referencia a la construcción de identidad que se hace a través de la praxis. Precisamente es ahí donde está la respuesta necesaria de la izquierda ante los retos actuales, pues es en la construcción de tejido social antifascista/socialista (la creación de ateneos, cooperativas, clubes, bares, bibliotecas, asociaciones de vecinos, etc.) donde residió la fuerza del movimiento obrero del siglo XIX y la vacuna contra el fascismo. Y es en esa práctica material donde no es necesario tener que elegir entre discursos de la diversidad y discursos de clase, puesto que en la práctica es posible combinar ambas expresiones.

En segundo lugar, porque incluso al terminar el libro no queda nada claro a qué se está refiriendo Bernabé con la cuestión de la diversidad. Examinados sus presupuestos metodológicos uno puede concluir, como he hecho yo, que se refiere a todo aquello que no sea el conflicto capital-trabajo y la cuestión material. Pero no queda nada claro qué integra “la diversidad” y qué no lo hace. ¿Por qué iba a ser menos material las políticas para dejar de consumir plástico que un nuevo convenio colectivo que reconozca el teletrabajo? ¿Por qué no se considera “problema cotidiano” el machismo o la homofobia si para millones de personas eso es precisamente el eje central de su contradicción con el sistema? ¿Por qué a una pensionista mujer y lesbiana le debe parecer más importante hablar de clase trabajadora que de feminismo y políticas de diversidad?

El problema es que, como avancé en las primeras líneas, la conclusión lógica de todos estos argumentos, y que se deriva también de las preguntas que acabo de lanzar, es precisamente la que no quiere aceptar Bernabé: que la política de la diversidad no es importante. Aunque no sea su pretensión, el libro de Bernabé es un instrumento útil para negar las políticas de diversidad. Aunque él afirma que se trata de negar sólo la instrumentalización que se hace de esas políticas, lo cierto es que podría decirse lo mismo de la tecnología, las instituciones, el lenguaje y así sucesivamente con todas las herramientas que, siendo buenas, pueden usarse también para el mal. Pero él ha escrito un libro llamado la trampa de la diversidad y no la trampa de la tecnología.

Y, en realidad, este es el motivo por el que tras terminar de leer el libro opté por hacer la crítica. Sabiendo que me dejaba muchas cosas en el tintero, que ya es suficientemente larga la crítica, y movido por el compatible respeto al autor, consideré necesario apuntar algunos comentarios que espero puedan servir para que la izquierda no recorra el camino que se sugiere lógicamente en todo el libro. Me gustaría, por el contrario, que los lectores de este y otros libros, evitaran las argumentaciones funcionalistas y trataran de explicar los mismos fenómenos que nos preocupan a partir de presupuestos metodológicos distintos y más rigurosos. Al fin y al cabo, Bernabé aborda problemas muy reales, muchos de los cuales no he tenido espacio para reseñar (como el del tipo de compromiso militante, la espectacularización de la política, el mercado de consumo en general, etc.) pero que requieren una respuesta adecuada y contundente de la izquierda. Pero, honestamente, creo que el planteamiento de este libro no ayuda a ello.