miércoles, 3 de junio de 2020

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ABC / Acción 'Carrying' en Donostia, 1992-09-26 //

Pepe Espaliú y el «carrying» que merecemos

Hace casi 30 años Espaliú nos alertó de las desigualdades generadas por otra pandemia
Jesús Alcaide | ABC, 2020-06-03
https://www.abc.es/cultura/cultural/abci-pepe-espaliu-y-carrying-merecemos-202006030047_noticia.html 

El 26 de septiembre de 1992, coincidiendo con el Festival de cine de San Sebastián, Pepe Espaliú (1955-1993) daba por finalizado el taller que durante tres meses había realizado en Arteleku con su conocida acción ‘Carrying’. Transportado por parejas, su cuerpo enfermo pasaba de una a otra, entre brazos entrelazados y sin que el suelo tocase sus pies desnudos. No hubo lágrimas, pero si lluvia, pues el ‘Carrying’ quiso convertir el dolor en lucha, y la rabia, en amor.

Como recuerdo de las maneras de gestionar los cuidados a los enfermos de sida en Nueva York por parte de las comunidades queer negras y latinas desde los inicios de la pandemia, Espaliú idea ‘Carrying’ como acción simbólica, una acción en el sida , en la que es transportado (‘carrying’) y, al tiempo, cuidado (‘caring' por una grupo de personas que hacen de muletas de un cuerpo enfermo. Espaliú la realiza como finalización del taller «La voluntad residual. Parábolas del desenlace», en el que, entre otros, había invitado a John Greenberg , de Act Up, para dar una charla. Nombrar el sida, sacarlo a la calle, ocupar los medios, vencer el miedo, organizarse y actuar.

El 1 de diciembre, la acción se repetía en Madrid. Era el ‘Carrying’ de «los famosos», el que ocupó las portadas de los diarios, el que fijó el instante en el que la esposa del presidente del gobierno, Carmen Romero , portaba el cuerpo de Espaliú por las calles de Madrid hasta su entrada en el Museo Reina Sofía. Sólo hubo una parada en el trayecto. Frente al Ministerio de Sanidad, la cadena humana reclamaba que el gobierno actuase y tomase medidas para los que luchaban día a día con una enfermedad que no solo afectaba al cuerpo propio, sino al de toda la sociedad del mal llamado bienestar.

Cuando han pasado más de 25 años, y en un momento de colapso vital a causa del covid-19, han sido muchas las referencias cruzadas que se han intentado realizar entre la realidad de aquella época y la de estos momentos de incertidumbre. Frente a la distancia social, nuevas redes afectivas, y una diferencia fundamental: mientras que los enfermos de sida en los 80 tuvieron que organizarse ante la inoperancia y ocultamiento de la enfermedad por parte de las autoridades sanitarias, en la pandemia actual, es el trabajo humano de la sanidad pública la que está consiguiendo reducir los efectos mortales del virus y combatir con cuidados lo que el material sanitario muchas veces no puede cubrir.

¿Qué nos ha enseñado el ‘Carrying’ en estos años? ¿Cuál es el mensaje que esta acción tiene hoy? ¿Qué puede hacer el arte en un momento en que redes, medios e instituciones nos quieren convertir en puro entretenimiento? ¿Qué se quedó sin hacer? ¿Cuál es -por parafrasear a Crimp- el 'carrying' que merecemos hoy?

Lo que estaba por llegar
Este febrero, en ARCO, dentro del programa ‘It’s Just a Matter of Time’, una de las esculturas homónimas de Espaliú colgaba en el estand de García Galería casi como una presencia premonitoria de algo que estaba por llegar. Allí, la pieza hablaba de aislamiento y enfermedad, de ocultamiento y necesidad del otro . Se apagaron las luces de la feria y a los días fueron las camas, los goteros y respiradores los que ocuparon el lugar.

Hace 25 años, fueron otras luces las que se apagaron. Entre los fuegos artificiales de la Expo'92 y los Juegos de Barcelona, el ‘Carrying’ desvelaba que el sida era más que una simple enfermedad. Decía Espaliú, a propósito del mismo, que el hecho de que el enfermo fuera descalzo tenía que ver con la idea de contagio. «Está aludiendo a algo imposible: cómo estar en el mundo sin tocar el mundo».

Tras los días de confinamiento, ¿vamos a seguir queriendo no estar en el mundo? ¿Van a seguir prohibiéndonos tocar con las manos la piel de otros? ¿Seguiremos proyectando la ficción de un mundo inmune? ¿Qué va a hacer el arte? ¿Seremos la comunidad artística de una vez por todas una comunidad de cuidados? El ‘Carrying’ que merecemos está aún por construir. ¿Seremos capaces de hacerlo?

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