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domingo, 4 de agosto de 2024

#hemeroteca #inmemoriam | Homenaje a Efigenio Amezúa desde Londres

Homenaje a Efigenio Amezúa desde Londres
Por ser pionero y por sus enseñanzas, merece pasar a la historia como el “padre” de la sexología en España
Arturo Ezquerro | La Vanguardia, 2024-08-04
https://www.lavanguardia.com/participacion/lectores-corresponsales/20240804/9851931/homenaje-efigenio-amezua-londres.html 

Cartel de 'Calle Mayor', 1956 //
Son ya varios años los que llevo disfrutando de este rol como corresponsal ad hoc de ‘La Vanguardia’ en Londres y, por supuesto, como lector. Me ha tocado escribir sobre el Brexit, las actitudes xenófobas hacia los inmigrantes, las fechorías de Boris Johnson y sus secuaces, el desmantelamiento insidioso del Servicio Nacional de Salud, la teoría del apego del psiquiatra británico John Bowlby, el maltrato a Julian Assange y, también, en defensa de la humanidad ante el sufrimiento innombrable del pueblo palestino. Incluso escribí un obituario sobre su Graciosa Majestad, la reina Isabel II, tras casi 40 años de haber sido su “súbdito”.

En esta ocasión, desde la distancia londinense, quiero escribir un sentido y cercano homenaje a Efigenio Amezúa (1941-2024), mi maestro, mentor y amigo, con quien me formé de 1982 a 1984 en el Instituto de Ciencias Sexológicas (INCISEX), en el contexto de ‘La Movida’ madrileña, justo antes de mi traslado a Londres.

Por su trabajo pionero y sus prolíficas enseñanzas a través de cinco décadas, formando sexólogos y contribuyendo a la riqueza del pensamiento de otros profesionales, el profesor Amezúa, doctorado por la Universidad de Lovaina, en Bélgica, merece pasar a la historia como el “padre” de la sexología en España.

El 23 de julio pasado, recibí una llamada de Nadette, su esposa, para comunicarme que Efigenio había fallecido esa misma mañana. Sentí un dolor profundo; al mismo tiempo, me di cuenta de que él seguirá siendo una parte importante de mi vida, hasta que llegue mi hora.

Considero a Efigenio como un rara avis que gradualmente modeló una disciplina, la sexología, que había estado ausente en España, por decreto, durante los interminables años de la dictadura franquista.

Él supo aglutinar como nadie introspecciones y hallazgos de múltiples campos del saber. Su enfoque humanista de la sexualidad, basado en su propia concepción de ella como el “hecho sexual humano”, dio lugar a una orientación que es a la vez científica y poética, analítica y apasionada, contracultural y terapéutica.

Dicho esto, la belleza de la sexualidad puede ser distorsionada a través de concepciones reduccionistas que la perciben como una fontanería de los genitales, una expresión que aprendí, cómo no, de Efigenio Amezúa.

De él también aprendí que el hecho sexual humano va más allá de la anatomía, la fisiología y la procreación: nos ofrece oportunidades enriquecedoras para sentirnos deseados, queridos y valorados, y ayuda al autoconocimiento y a la aceptación de nuestro cuerpo y de otros cuerpos, de nuestro ser. De alguna manera, la sexualidad es todo nuestro ser.

A mí me gusta decir que la sexualidad, el alimento y el apego son los tres pilares básicos de la existencia humana, sin los cuales la supervivencia no sería posible y la vida no tendría sentido.

Para la co-construcción de la identidad personal, dentro de un desarrollo psicosocial óptimo, la integración de la sexualidad y del apego resulta clave.

Cuando hablo de co-construir la identidad, me refiero a que dicho proceso conlleva, inevitablemente, una tensión entre la búsqueda de singularidad o distintividad (de aquello que hace única y diferente a cada persona) y el establecimiento de la comunalidad que compartimos con los demás y que nos da un necesario sentido de pertenencia.

En este punto, me gustaría compartir con el lector unas reminiscencias personales de mi encuentro con Efigenio, como expresión de gratitud hacia él, por la calidad y la calidez de sus enseñanzas, por su simpar contribución a la génesis y el desarrollo de la sexología en España, y por su influencia en mi pensamiento y en mi crecimiento personal y profesional.

Fui privilegiado de vivir en Madrid durante el comienzo de la llamada Movida y de formar parte de un grupo muy especial: la promoción 1982-1984 del INCISEX, fundado por Efigenio Amezúa en 1975, el mismo año en que murió el Generalísimo.

El INCISEX se constituyó en uno de los integrantes del cambio cultural, sociopolítico e intelectual que, en un contexto más amplio, representó La Movida: un periodo de extraordinaria creatividad en el que la sexualidad se liberó, en gran medida, de décadas de control y censura por parte del Régimen, que se inmiscuía en los asuntos más íntimos de los ciudadanos, incluida su vida sexual.

Como antídoto a la falta de educación sexual durante la férrea etapa del Movimiento Nacional, en el primer curso, Efigenio sugirió la lectura de un interesante libro, recién salido del horno: ‘¿Qué hace el poder en tu cama?’. Este incisivo texto, publicado por Josep Vicent Marqués en 1981, me ayudó a entender algunas de las dinámicas controladoras y educastrantes, impuestas por las estructuras franquistas.

Otros textos que formaron parte del programa de formación de ese curso fueron el ‘Libro de buen amor’, escrito por Juan Ruiz Arcipreste de Hita en 1330, la novela erótico-filosófica del Marqués de Sade, ‘Justine, ou Les Malheurs de la Vertu’, que vio la luz en 1791, y la ‘Fenomenología de la percepción’ del existencialista Maurice Merleau-Ponty, publicada en España en 1975. Viva la diversidad.

Efigenio tuvo ese toque de genialidad, de aglutinar diversas ramas del saber, así como de ligar a autores dispares. Con el tiempo, él supo integrar esta amalgama de “ciencias sexológicas” en una disciplina coherente y respetada: la sexología, concebida desde la perspectiva humanista.

Recuerdo que, en clase, nos hablaba con un tono de voz pausado que, a veces, parecía contener una estudiada desgana, que nos seducía y nos estimulaba a generar nuestros propios pensamientos acerca de la sexualidad, de modo amplio, crítico, original y desmitificador.

A un nivel más interpersonal, en uno de los descansos entre clase y clase, tuve la oportunidad de conversar vis a vis con Efigenio sobre ‘Calle Mayor’, una obra maestra del cine español dirigida por Juan Antonio Bardem, que estuvo a punto de ser estrangulada por la censura franquista. Efigenio conocía muy bien que Palencia, su ciudad natal, había sido elegida por Bardem para reflejar el vivir cotidiano de una capital de provincia. El rodaje comenzó en enero de 1956.

Efigenio era un adolescente de apenas 15 años y yo aún no había nacido. No exento de ironía, me comentó que las vidas de sus conciudadanos palentinos se vieron alteradas por dicho rodaje, con su despliegue de la ineludible parafernalia cinematográfica, que incluyó la llegada de famosos artistas, todo un acontecimiento para una ciudad provinciana.

Sin embargo, este proyecto no siguió el curso previsto. Todo quedó congelado tras una manifestación antifranquista en Madrid, en la que fue detenido el propio Bardem, junto con otros opositores al Régimen. Se le culpó de lo que entonces se llamaba “delito de opinión”, subterfugio frecuente para arrestar a aquellos que se arriesgaban a expresar puntos de vista diferentes del pensamiento único imperante en aquella época.

Bardem fue encarcelado sine die, otra práctica muy común por aquel entonces. Franco quiso sustituirlo por un director que fuese afín al Régimen, pero le salió el tiro por la culata.

En su bello y riguroso libro, ‘La Rioja en la Historia’, el periodista y autor Marcelino Izquierdo narra con detalle las vicisitudes de este film que tuvo como protagonista a la actriz estadounidense Betsy Blair, quien había sido acusada de comunista por el senador y cazador de brujas Joseph McCarthy, del Partido Republicano. Esto la obligó a exiliarse de Estados Unidos a Europa y estableció su base en Londres, donde murió en 2009. En esta ciudad, aún se la recuerda con afecto.

Betsy Blair no estaba dispuesta a rendirse ante las exigencias del Generalísimo y se negó de modo rotundo a continuar el rodaje sin Juan Antonio Bardem. Su valentía atrajo el apoyo de cineastas mundialmente influyentes, como el inglés Charles Chaplin, director, guionista e interprete de otra joya del séptimo arte: ‘El Gran Dictador’, estrenada en 1940.

Ante tal presión internacional, Franco decidió poner en libertad a Bardem. Sin embargo, a la hora de regresar a Palencia para continuar su trabajo, el ambiente hostil hacia su persona, que se había generado en dicha ciudad castellana, desaconsejaba su regreso.

Entonces, el irredento director buscó un lugar alternativo y eligió Logroño, mi ciudad natal, que también era capital de provincia (de La Rioja, para más señas), pero que ofrecía un vino que resucita a los muertos, según expresaba la sabiduría popular desde tiempos inmemoriales.

El guion de ‘Calle Mayor’ está basado en la desventura de una joven provinciana, que ve pasar los años sin que nadie se fije en ella como persona, al tiempo que siente languidecer su hermosura.

En realidad, ella seguía siendo bella; su sentimiento era el resultado de la situación en la que se encontraba el género femenino en la España de la época: toda mujer estaba obligada a casarse, a meterse monja o a ser un fracaso social.

Desde una crítica sutil, Bardem esquivó con maestría la agobiante censura a que fue sometido y analizó los aspectos trágicos que padecía una “solterona” (como despectivamente se decía entonces) y la insufrible presión que la sociedad ejercía sobre ella. Por otro lado, no existían solterones, sino “solteros de oro”. Eran los tiempos de “viva la desigualdad de género”.

A los pocos días de nuestra conversación acerca de ‘Calle Mayor’, en una sesión de trabajo del INCISEX, Efigenio nos invitó a pensar a todos sus alumnos sobre nuestra propia identidad sexual o de género. Recuerdo que hubo un ligero desconcierto en el aula. Cada uno de mis colegas afirmó que su identidad de género coincidía con sus características sexuales anatómicas.

Cuando llegó mi turno, quizá influido por la complicidad palentino-riojana que había surgido entre Efigenio y yo, dije que sentía curiosidad por saber cómo podría verse el mundo desde la perspectiva femenina. Añadí que, caso de disponer de diez vidas, me gustaría vivir tres de ellas como mujer. Y me quedé más ancho que largo.

De inmediato, Luis Bellet, uno de mis compañeros de grupo, comentó que esas tres mujeres tendrían que ser, necesariamente, Agustina de Aragón, Juana de Arco y Marie Curie.

Todos los miembros del grupo (incluido Efigenio) rieron con ganas. Luis trabajaba como director de cine en Barcelona y poseía un ojo especial para percibir matices subliminales de la realidad; por aquel entonces, él barruntaba un fascinante proyecto: ‘Sol de invierno’.

Más allá de que yo fuese percibido como guerrero o científico, parecía claro que esos roles todavía eran considerados características masculinas más que femeninas. Eran otros tiempos…

Estos recuerdos son parte de mi inmensa gratitud a Efigenio Amezúa, fundador y miembro honorario de la Asociación Española de Profesionales de la Sexología, cuyo legado permanecerá y será transmitido a futuras generaciones. ¡Hasta siempre Efigenio!

viernes, 26 de julio de 2024

#hemeroteca #inmemoriam | Adiós a Efigenio Amezúa, referente y decano de la formación sexológica en España

Efigenio Amezúa //

Adiós a Efigenio Amezúa, referente y decano de la formación sexológica en España

Ana Isabel Sabater Sala | Información, 2024-07-26

https://www.informacion.es/alicante/2024/07/26/adios-efigenio-amezua-referente-decano-106105728.html 

El pasado 23 de julio falleció nuestro querido profesor, referente y decano en la formación sexológica española Efigenio Amezúa Ortega. Nacido en Palencia en 1941, fue un sexólogo cuya trayectoria profesional y académica ha dejado una huella indeleble en el campo de la sexología, tanto a nivel nacional como internacional.

Calificado por muchos profesionales como el “padre de la sexología en España”, su recorrido fue mirífico. Amezúa se formó en Ciencias Humanas, así como en Psicoterapia, y se licenció en Ciencias Sexológicas por la Universidad de Lovaina (Bélgica), obteniendo su doctorado en 1971.

Por aquel entonces, fue nombrado miembro del equipo de Educación para la Salud del Ministerio de Sanidad. Posteriormente impartió clases en la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, con mucha ilusión, pero se dio cuenta de que al final los universitarios esperaban información sobre anticonceptivos y temas muy elementales de educación sexual. Esta demanda que hacían no acababa de ser de sexología como tal.

Él defendió la sexología como una ciencia con bases empíricas y elaborados teóricos, al mismo tiempo que con utilidad práxica. No se trataba de la simple acumulación de datos, conocimientos, instrucciones o pautas. No era cuestión de poner el enfoque en dar respuestas, sino en hacerse preguntas.

Fue fundador del Instituto de Sexología Incisex en Madrid, en el año 1975. Brillante y valiente hazaña en aquellos tiempos de los últimos coletazos de la dictadura franquista, pues la sexualidad todavía era considerada un tabú en muchos sectores de la sociedad. Así, creó y dirigió el Máster de Sexología en convenio con la Universidad de Alcalá y se convirtió en referente en nuestro país para el estudio y enseñanza de la sexología como ciencia. Desde entonces, nos formamos con él muchas personas, y nos caló todo ese conocimiento que transmitía de una forma tal que, como fue mi caso, sentías a cada minuto que aquello era un gran giro respecto a lo que sabíamos sobre sexología hasta entonces (en general, poco). Ahí aprendimos sexología.

Gran divulgador, investigador y defensor de una sexología como disciplina, nos transmitió un concepto de sexualidad único, como una entidad central y propia de la historia de cada persona. Con estas premisas, fue fundador y editor de la Revista Española de Sexología (1979), prestigiosa colección de monografías que contó con más de 150 números. Obras célebres, como “El ars amandi de los sexos” y “Teoría de los sexos: la letra pequeña de la sexología”, han sido fundamentales en la conceptualización de la sexología y la educación sexual.

Además, Amezúa desarrolló el Modelo del Hecho Sexual Humano, un marco teórico innovador y único, que aborda el hecho de los sexos de manera integral, desde seis campos conceptuales. Esta gran aportación ha guiado y sigue guiando el pensamiento y práctica profesional de much@s sexolog@s, entre las que me incluyo.

Y es que Amezúa no dejaba indiferente a nadie. En mi promoción del máster nos denominábamos las “niñas de Efigenio”. Llegábamos a Madrid sedientas de conocimientos, y su razonamiento “socrático”, que algunas acuñamos como “efigénico”, siempre nos hacía reflexionar. El Incisex era nuestra casa, así nos lo hizo sentir él.

Con ese toque de humor inteligente, que te hacía sorprenderte en cada reflexión, argumento, observación..., pocos profesores tuve así (total respeto al resto, bastantes en toda mi vida académica). Frases genuinas como “el sexo es la materia prima del amor”, “el amor es la pregunta, el sexo es la respuesta” o, en referencia a la sexualidad, “una cualidad se estudia, se analiza y se cultiva, una herramienta se utiliza”, llevan su particular y personal sello.

No sólo se trató de un aprendizaje sexológico innovador, sino de una gran experiencia personal. Amezúa cambió nuestra forma de mirar el mundo, al menos, la mía, llegando hasta tal punto de lanzarme a realizar el doctorado en sexualidad.

Amezúa era una gran persona, entrañable, sencilla y, sobre todo, modesta. Quienes tuvimos la fortuna y el placer de conocerle, así como de disfrutar de él, le echaremos muchísimo de menos.

Ana Isabel Sabater Sala.
Matrona. Máster en Sexología. Licenciada en Antropología Social y Cultural.

martes, 7 de abril de 2015

#hemeroteca #sexologia | Efigenio Amezúa: "El sexo es una mercancía y la industria, la clínica y el poder sacan tajada de ello"

Efigenio Amezúa //

Efigenio Amezúa: "El sexo es una mercancía y la industria, la clínica y el poder sacan tajada de ello"

"Se ha medicalizado, psicologizado... No lleva a nada eso de para cualquier cosa pastilla, pastilla"
Faro de Vigo, 2015-04-07
https://www.farodevigo.es/pontevedra/2015/04/07/efigenio-amenzua-sexo-mercancia-industria-16951330.html 

"Si hubiese más erotismo, habría menos pornografía", señala Efigenio Amezúa, que ayer habló en Pontevedra de deseo, erotismo o genitalidad ya en los antiguos griegos. "Acertaron en muchas cosas", explica para consolar de las dudas a la periodista, "y en otras se equivocaron, pero volvían sobre el tema, mantenían la duda, así que siga preguntándose, pregúntese; pocas certezas, que de seguros estamos aburridos".

-¿Qué tipo de sexología defiende?
-La considero una disciplina con una coherencia que no es que sea una serie de pizcas, que si le ponemos un poquito de fisiología o medicina, un poquito de psicología, de sociología, luego le ponemos moral todo alrededor y ya está. Me canso de repetirlo: no es una disciplina hecha de pizcas, llevamos más de 100 años, momento en el que se plantea el tratado más fundamental.

-¿Cómo debemos entender el sexo?
-Pues como ya planteaba esa obra en 1905, que es cuando se escribió el tratado más fundamental, en donde viene a decir que el sexo no es un tema trasversal ni de soslayo, es decir hay unos que lo toman en serio, otros a broma, otros como moral, otros como psiquiatría o patología, pero ha llegado el momento de ver que el sexo es una realidad que es estudiable como tal, bajo un nombre diferente que no es el sexo sino el hecho de ser sexuados, el hecho sexual humano. Todos somos sexuados.

-¿Cómo nos repercute el hecho de ser seres sexuados?
-Yo tengo la impresión de que si partimos del hecho de ser sexuados, la primera consecuencia que vemos es que no es un hecho periférico sino central, ser un ser sexuado vertebra toda nuestra biografía así como la biografía también vertebra la sexualidad que cualquiera vive, para bien o para mal, pero hay que darle un lugar central como estudio, como disciplina, a la sexología y no solo un poquito de si la fisiología dice esto o otra ciencia dice otra anécdota, sino que el hecho de ser seres sexuados nos abre otro horizonte, como es reconocer, conocer y estudiar el sexo, que, repito, no es banal o un tema moral, en plan si esto es bueno, lo otro no, o incluso si es bueno o malo para la salud.

-¿Todos esos discursos hay que superarlos? ¿Conviene alertar de ellos?
-Podemos convivir con ellos, de hecho lo hacemos, pero conviene advertir que hay muchos intereses en no dejar que crezca una concepción central, troncal.

-¿Por lo mismo de siempre, intereses económicos?
-Si, si, lo de siempre, vamos a ver, los laboratorios... Pues, ¿cómo van a dejar que los hombres que llegan a la madurez no tengan que tomar fármacos? En lugar de asumir que tendrán disfunciones eréctiles. ¿Y cómo a las mujeres las van a dejar sin más cuando tienen la menopausia? No, habrá que recetarles algo, habrá que ganar dinero con ello. Le diría más: es muy curioso, la mayoría de los problemas que se llaman sexuales son simples, y digo simples, dificultades del tejido mismo que hemos creado sobre el sexo, se ha medicalizado, psicologizado.

-Y puesto en él enormes expectativas
-Enormes, enormes, como decir a la gente que puede tener orgasmos inmensos, que puedes, tú puedes, tú puedes, oye, pues no, si conocemos un poco la modestia de lo que conocemos lo que no se puede hacer es decirle a nadie "yo te voy a curar" de un tema sexual, porque si tiene dificultades hay unas formas de asesoramiento que le permitirán ver qué es lo que se puede hacer y qué no será posible, qué es lo que le va a uno, lo que le va a otro y qué es lo que le va a la relación de dos, pero venir como los laboratorios a toda pastilla, y nunca mejor dicho, no lleva a nada, eso de para cualquier cosa, pastilla, pastilla.

-¿Lo hemos convertido en una mercancía?
-Creo que ese es un punto de partida bastante útil que yo explicaría posiblemente en otros términos de carácter técnico pero sí, es una mercancía, y el mercado coge lo que quiere del sexo y la industria coge lo que puede del sexo, e incluso sin intentar herir a nadie, toda la clínica saca tajada del sexo, porque ahí es donde se receta, y el poder saca réditos del sexo; así es que todas las fuerzas tiran, es una mercancía y la industria, la clínica y el poder sacan tajada de ello. Pues ahí es donde digo que la sexología cuando se la estudia despacio y con consideración da otra panorámica y consecuencias, mucho más razonables y vivibles.

-¿Qué otros aspectos sobre el sexo, además de que es central en nuestra biografía, debemos pensar?
-Por ejemplo, hay que pensar qué idea nos hacemos del sexo, lo entendemos como lo que hacemos con los genitales y solo con los genitales, es muy curioso, decimos sexo y en qué pensamos, perdón en qué nos han hecho pensar, en genitales, es triste pero nos han convencido de que sexo son los genitales. Estamos cansados, en el buen sentido de la palabra, en el Master de Sexología que hacemos en la Universidad de Alcalá y que cumple ahora 40 años, de ir a institutos a hacer educación sexual y ver como a los jóvenes les gusta, les interesa lo que nosotros planteamos, no es como cuando van de un centro de salud, te dicen "otra vez la charla del preservativo", y es que quienes las imparten entienden por sexo solo genitalidad, cuando a los chicos les interesa el Eros, el erotismo.

lunes, 31 de marzo de 2003

#libros #trans | Transexualidad : la búsqueda de una identidad

Transexualidad : la búsqueda de una identidad / Antonio Becerra-Fernández (ed.)
Madrid : Díaz de Santos, 2003 [03]
270 p.
ISBN 9788479785673 / 34 €

/ ES / ENS / REC
/ Identidad sexual / Intersexualidad / Medicina / Psicología / Psiquiatría / Reasignación sexual / Transexuales / Transexualidad / Transgénero

Esta obra de más de 30 autores, dirigida por el doctor Becerra, probablemente sea la más completa y actual publicada en español. Entre los autores se encuentran: psiquiatras, endocrinólogos, cirujanos plásticos, psicólogos, sexólogos, fisiólogos, ginecólogos, etc., que aportan todas sus experiencias e investigaciones en este tema multidisciplinar que es la Transexualidad.

Treinta y un autores nacionales e internacionales colaboran en la elaboración de 21 capítulos que abordan aspectos muy diversos del tema. Entre ellos, además de endocrinólogos, hay psicólogos, sexólogos, psiquiatras, fisiólogos, ginecólogos y especialistas en cirugía plástica y reparadora, todos ellos profesionales implicados en diferentes aspectos de la atención al transexual. Sorprenden muy gratamente los 2 capítulos elaborados por miembros pertenecientes a grupos de transexuales españoles.

A lo largo de los 21 capítulos, se desarrollan desde el proceso fisiológico de la diferenciación sexual, hasta la cirugía de reasignación de sexo, pasando por el diagnóstico de la transexualidad y su tratamiento médico.

El libro finaliza con un capítulo dedicado a la calidad de vida tras la cirugía de reasignación sexual que resulta realmente interesante. Merecen especial mención los capítulos en los que se explica la historia y situación actual del problema, dentro y fuera de nuestro país, así como los dedicados a temas tan interesantes y tan alejados de la endocrinología clásica como el test de la vida real, los aspectos legales del transexualismo y los relativos a la educación sexual.

Tras la lectura de este libro, se hace más patente la necesidad de que sean equipos multidisciplinarios, formados por psicólogos, psiquiatras, endocrinólogos, ginecólogos y cirujanos, entre otros, los que se encarguen del cuidado de las personas transexuales.

Hacía falta una aproximación seria y científica a la transexualidad, alejada de frivolidades y chistes fáciles, para dar a conocer su diversidad y complejidad a los diferentes profesionales implicados en el diagnóstico y tratamiento del problema. El libro del Dr. Antonio Becerra-Fernández llega para llenar, en gran parte, el vacío existente sobre el tema en la bibliografía nacional. Recomiendo su lectura a todos los profesionales interesados en el tema en general, no sólo desde el punto de vista médico, sino también psicológico o social.

SUMARIO
1) El proceso de diferenciación sexual / Carmen Castillo Robles, Teresa Priego Cuadra, Jesús A. Fernández-Tresguerres
2) Biología del transgenerismo / José Enrique Campillo Álvarez
3) Los estados intersexuales / Adela Rovira Loscos
4) El transexualismo, una forma de intersexo / Louis J.G. Gooren
5) Aproximación epidemiológica a los trastornos de identidad de género / Marcelino Gómez Balaguer, Eva Solá Izquierdo, Sandra Garzón Pastor, Santiago García Torres, Pilar Cubells Cháscales, Antonio Hernández Mijares
6) Tratamiento hormonal de los trastornos de identidad de género: efectos beneficiosos y efectos adversos / Antonio Becerra-Fernández
7) El tratamiento de la transexualidad: el modelo holandés / Jos A.J. Megens
8) Test de la vida real: ¿una mujer más? / Olga Cambasani
9) Aspectos legales del transexualismo: asistencia sanitaria / Rafael Barril Vicente
10) Las asociaciones de transexuales en España / Juana Ramos Cantó
11) Cirugía de reasignación de sexo en transexuales de hombre a mujer / Stan J. Monstrey, P. Hoebeke
12) Cirugía de reasignación de sexo en transexuales de mujer a hombre / Stan J. Monstrey, P. Hoebeke
13) Cirugía de mamas / Mª Jesús Cancelo Hidalgo
14) Cirugía plástica feminizante en la reasignación de sexo / Esteban Sarmentero Ortiz
15) Algunos problemas diagnósticos de la transexualidad / Cristina Garaizabal Elizalde
16) Aspectos psiquiátricos de los trastornos de identidad de género / I. Moraga Guerrero, A. Díaz Pérez, A. Charro Salgado, C. Ponce de León
17) Psicoterapia y transgenerismo / Maximinio Lozano Suárez, Jesús J. Padín Calo
18) Sexualidad y transexualidad / Lidia Montoya Videla
19) Identidad: cuerpo, género y subjetividad / Cristina Garaizabal Elizalde
20) Transexualidad: aspectos relativos a la educación sexual / Efigenio Amezúa
21) Calidad de vida tras la cirugía de reasignación sexual / Rosa Abenoza Guardiola