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miércoles, 25 de septiembre de 2019

#hemeroteca #ligoteo #desigualdaddegenero | Tinder, una apisonadora emocional

Imagen: ctxt
Tinder, una apisonadora emocional.
En la ‘app’ de citas se entrecruzan de manera fascinante las lógicas del neoliberalismo, el consumismo de imágenes y experiencias y las estructuras desiguales de género.
Lionel S. Delgado | ctxt, 2019-09-25
https://ctxt.es/es/20190923/Firmas/28349/tinder-app-diferencias-de-genero-mirada-sexualizadora-lionel-delgado.htm

Todas hemos sentido alguna vez ansiedad a la hora de confeccionar un currículum: una de las grandes historias de terror en la época de la precariedad. Un terror ligado en parte a la exposición y a la valoración ajenas. Construirse un currículum tiene que ver con objetualizarse a una misma, convertirse en producto vendible y deseable para una mirada que nos valora duramente: de cómo nos presentamos depende nuestro éxito o nuestro fracaso.

La importancia de exponerse a la valoración ajena no es, sin embargo, única del currículum. Hoy, crear perfiles es común a muchas plataformas: LinkedIn –red social para profesionales–, Instagram, Badi (para buscar compañeras de piso). En nuestras sociedades estamos haciendo perfiles todo el rato. Como los que se hacen para Tinder, la aplicación, para ‘smartphones’, de citas más usada en España y que constituye ya una herramienta básica en la vida social de gran parte de la población. Creas tu perfil eligiendo unas fotos y poniendo (de forma optativa) una descripción, decides un rango de distancia de la persona respecto de tu dispositivo móvil y su edad... ¡Y ya está! Comienza el deporte favorito de muchísima gente: si te gusta lo que ves, le das al corazoncito (‘like’), si no te convence, le das a la X (‘Nope’). Rápido y sencillo, como todo lo que nos gusta.

En mi caso, cuando me abrí Tinder por primera vez, la dinámica se tiñó rápidamente de ansiedad: no tenía casi likes y los que yo daba a las demás casi nunca acababan en 'match' (cuando dos personas se gustan mutuamente). Delante de tus ojos aparece un desfile de personas preciosas con vidas interesantísimas posando en sitios paradisíacos. Y todas esas personas están lejos de ti. Lo de “apisonadora emocional” me lo dijo una colega y me pareció muy certero. En mi caso fue así durante meses.

La promesa de la felicidad

Estela Ortiz, autora del famoso perfil de Facebook e Instagram Filósofos del Tinder, relaciona este factor de ‘promesa de felicidad’ de la aplicación con una filosofía individualista ligada a la filosofía positiva y el fenómeno del ‘coaching’. La felicidad depende de la voluntad y no alcanzarla es un error atribuible cada uno. En este caso, la felicidad viene prometida en los perfiles que aparecen: gente genial a la que quieres parecerte o gente-símbolo que quieres poseer, a ver si su estatus también se te contagia. Posibles parejas que traen consigo la promesa de vacaciones en yate, fiestas privadas en azoteas, viajes por el mundo y mucha diversión. Si no consigues gustarles es por un problema en ti mismo: no eres lo suficientemente atractivo / interesante / aventurero.

Esto implicar introducirse en una lógica neoliberal de ‘venta del Yo-Marca’. Si valgo lo que me valoran, al final el perfil de Tinder (pero también el de LinkedIn, Instagram, etc.) es un espejo de mi valor real. Parece que con mi perfil debería comunicar “Cómprame, invertir en mi es una oportunidad de mercado”, algo bastante turbio si tenemos en cuenta que el fin último de la aplicación son las citas.

Esta lógica neoliberal, no obstante, se encarna de una manera diferencial según el género. Cuando empecé a investigar Tinder (hablando en plata, también con el interés de hacerme un mejor perfil) pregunté a la gente a mi alrededor y descubrí que la experiencia entre hombres y mujeres (cisgénero, la experiencia ‘trans’ tendrá su particularidad y no soy quién para hablar de ella) difiere radicalmente. Me centro en este artículo únicamente en la experiencia heterosexual ya que la experiencia homosexual merece un artículo aparte.

El perfil masculino

La masculinidad y el Tinder casan bien: el consumo de imágenes de mujeres es una constante en nuestra cultura. Valorar positiva o negativamente cuerpos ajenos, también. Para el hombre heterosexual, la experiencia Tinder es un ‘trance por consumo’, consumo de perfiles a los que se les da ‘like’ indiscriminadamente. Un hombre entiende rápidamente que su ‘like’ vale poco: normalmente no tenemos más que un ‘match’ por cada 20-30 ‘likes’ (o incluso más). Así que cualquier hombre hetero acaba aprendiendo que lo más lógico es no valorar perfiles: se da me gusta a todo y ya se criban luego los pocos que se consigan.

Es, sin embargo, en el momento de la creación del perfil donde los varones sudan más. La estructura de género patriarcal estipula que la que debe ser vista y valorada constantemente es la mujer. El hombre no construye su identidad a través de ‘la mirada sexualizadora del Otro’, y por ello, la creación de un perfil para ligar supone una incomodidad inicial tan fuerte para él.

Para la antropóloga Rita Segato, la masculinidad se presenta en el mundo a través de la exhibición de la ‘potencia’. Una potencia que el hombre demuestra como puede: mediante violencia, su físico, su poder económico, autoridad... Y a la hora de hacer el perfil esa necesidad de demostrar valía se nota: “Hay que sacar rentabilidad de tus puntos fuertes”, me dijo un amigo reflexionando sobre su perfil.

En el mío yo puse fotos de lo que se me daba bien: montaña (potencia aventurera), leer (potencia intelectual), dar charlas (potencia de autoridad) y salir de fiesta (potencia de diversión). Pero exponerse en lo mejor que tenemos y no recibir la atención esperada genera frustración. Y si no estamos atentos, pensaremos que el problema no es la aplicación sino el perfil, y sudaremos tiempo y energía para tener un perfil más atractivo.

De cualquier forma, pensar en cómo podemos llamar mejor al deseo femenino mediante imágenes y descripciones es algo nuevo para los hombres. Normalmente casi la única experiencia en la que nos objetualizamos es la de buscar trabajo. El hombre aprende desde temprano que él es el agente en el cortejo: en las discotecas, en las calles, en el puesto de trabajo. Él es el que le entra a la mujer. Por eso, convertirse en objeto visual y esperar las valoraciones implica salir de la zona de confort de la masculinidad.

El perfil femenino

Para la mujer la experiencia es bien distinta (entiéndase que hago generalizaciones, por motivo de tiempo y espacio, la experiencia es mucho más diversa). En una cultura hipersexualizadora donde la mujer interioriza desde pequeña que ‘ser mujer’ es ‘ser vista por otro’, a la hora de crearse un perfil de una aplicación de ligue, es normal que se muestre más desconfiada: elegirá fotos donde no se le vea mucho, donde no parezca una “fresca” o incluso fotos en las que aparece de lejos o no aparece, como una amiga que sólo puso una foto de su gato. “Quería mostrarme, pero preservando la intimidad”, me decía una colega al respecto. Aquí el ritmo lo marca la desconfianza y la sensación de estar siendo (otra vez) un objeto de escaparate (algo de lo que suelen huir).

Por lo que he ido escuchando, sin embargo, la primera sorpresa que suelen llevarse es la de cientos de 'likes' al poco rato. ¡Incluso la que ponía sólo la foto del gato! Eso, al principio, puede ser estimulante: ¿a quién no le gusta la aprobación de tanta gente? Como me dijo una amiga, “ahí dentro te sientes como una diva, mientras en el mundo de fuera todo es una mierda”. “Me caían los hombres por todos lados y te sientes como importante”, dijo otra.

Pero con el tiempo vas relativizando esa atención desmedida y al final, lo que importa es ‘filtrar’. Esa palabra aparece siempre que hablo con alguna amiga sobre Tinder. Con el tiempo, todo se trata de filtrar para expulsar al indeseable (“esos chicos de los músculos que solo quieren follar”) y conocer a alguien interesante. “Entre 200 tíos, ¿cómo sabes cuál puede ser guay sin perder mucho tiempo?”.

Huir del indeseable no es una cuestión solo de gustos: casi todas las amigas con las que hablé contaban cómo hay muchos tipos que se “ponen violentos” cuando no les respondes como quieren, cuando no accedes a follar rápidamente, cuando no le mandas fotos en las que se te ve más, o cuando no te muestras disponible. Tipos que del piropo pasan rápidamente al insulto cuando no tienen lo que buscan. Y de esos hay a montones.

Lo más interesante, sin embargo, es la contradicción que supone intentar escapar de la lógica Puta / Santa (que explico en otro artículo) en una aplicación de ligue: ¿cómo escapar de la hipersexualización de la Mirada Masculina pero a la vez estar en una aplicación para ligar? ¿Cómo plantearse como persona disponible sin convertirse en un objeto de acoso constante? ¿Cómo salirse del corsé que supone el papel de la Mujer Santa sin caer como castigo en la consideración de la Mujer Puta? Cada tres perfiles que ves, uno tiene que especificar “No encuentros de una noche” y a todas las mujeres con las que hablé les han preguntado sin mediar presentaciones si quieren follar. Querer ligar sin ser humillada en el camino: un difícil equilibrio en ‘apps’ como Tinder.

En este tipo de escenarios se entrecruzan de una manera fascinante las lógicas del neoliberalismo, el consumismo de imágenes y experiencias y las estructuras desiguales de género. Desigualdades específicas desde los dos lados: no conozco ni a un solo hombre al que le hayan insultado por no tener fotos (o por enseñar poco en las que tiene), o que le hayan ofrecido sexo en el primer mensaje. Aunque tampoco conozco ninguna mujer que haya pasado por dificultades enormes para tener un 'match', ni a ninguna que haya desarrollado una fuerte inseguridad por ver que su perfil no gusta.

En ambos casos hay condiciones que hacen que, para hombres y mujeres, estas aplicaciones constituyan una experiencia dura e incómoda. Basándonos, sin embargo, en la célebre cita de Margaret Artwood, podríamos decir que los hombres en Tinder, a lo sumo tienen miedo de que la mujer se ría de ellos; la mujer, mientras, tiene miedo de que su interlocutor pueda llegar a ser violento o acosador.

viernes, 16 de agosto de 2019

#hemeroteca #ligoteo #relacionesdepareja | Olvídate del bar: internet ya es la manera más común de encontrar pareja

Imagen: El País / Ana y David
Olvídate del bar: internet ya es la manera más común de encontrar pareja.
Las aplicaciones de citas ya han superado a los amigos en el papel de celestinas.
Yuly Jara | Verne, El País, 2019-08-16
https://verne.elpais.com/verne/2019/07/24/articulo/1563958036_092169.html

"Ana me dio un ‘match’ porque tenía una foto de Peppa Pig en mi perfil", cuenta entre risas David Medrano, profesor de programación de FP de 33 años, sobre cómo conoció a su pareja. Cuando Ana Mora, arquitecta técnica de 36 años, deslizó su foto hacia la derecha en una aplicación de citas, automáticamente se abrió un chat entre ambos.

A los 15 días de haber iniciado su conversación, cambiaron este mundo virtual por otro de carne y hueso. De eso hace ya tres años. Ahora viven juntos en Madrid y aseguran a ‘Verne’ desde el otro lado del teléfono que si no hubiese sido por Internet, probablemente no se habrían conocido. "Conozco a más gente en relaciones serias después de haberse conocido en Tinder que después de haberlo hecho en el gimnasio", indica Ana.

El porcentaje de parejas heterosexuales que se han conocido virtualmente ha crecido a pasos agigantados en las dos últimas décadas. Si en 1995 ese porcentaje era del 2%, en 2017 esa cifra ya era del 40%. Si cuatro de cada 10 parejas heterosexuales formadas en 2017 se conocieron gracias a Internet, el porcentaje aumenta a seis de cada 10 en el caso de las parejas homosexuales. Son algunas conclusiones del estudio ‘Disintermediating your friends’ (en pdf), publicado por la Universidad de Stanford el 15 de julio y para el que fueron entrevistadas más de 5.000 personas entre 2009 y 2017.

A ojos del sociólogo Francesc Núñez, de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), estos datos referidos a la población estadounidense son perfectamente extrapolables a la española. "Esto es un fenómeno global. Tal vez los países anglosajones nos llevan algunos años de ventaja, pero no muchos. Esta forma de conocer gente se está extendiendo muy rápidamente", explica.

‘Disintermediating your friends’ no solo habla del aumento de citas por Internet, sino también de cómo ese crecimiento ha supuesto la desaparición de los intermediarios a la hora de presentar a personas que acaban formando una pareja. Entre 1995 y 2017, el papel de los amigos como celestinas cayó del 33% al 20%. También el de los compañeros de trabajo, del 19% al 11%. Y lo mismo con los familiares, del 15% al 7% (aunque su papel ya llevaba en declive desde finales del siglo XX).

Los datos del estudio también indican que, desde el año 2010, cada vez más gente se conoce en bares y restaurantes. Pero no se trata de gente que coincida por casualidad en un bar sin haber hablado antes —esta forma de conocerse lleva en declive desde 1995—, sino de personas que ya habían entablado contacto por Internet y que deciden ‘desvirtualizarse’ en estos lugares. Irene Fernández, traductora jurada de 28 años, es de las personas que quedó con su último ligue en una terraza después de haberse conocido por Internet.

"Esa vez opté por comunicarme exclusivamente con ‘gifs’. Quedamos sin haber hablado nada previamente. Fue muy guay y me lo pasé muy bien", indica esta mujer murciana. Gracias a la ayuda de estos memes, ambos concretaron la hora y el lugar: plaza del 2 de mayo, a las ocho de la tarde. Una vez allí, se saludaron con dos besos y, mientras tomaban algo en una terraza, no pararon de charlar durante más de tres horas.

Las razones de este crecimiento
Hay muchas razones para que cada vez más gente se conozca a través de Internet. Por supuesto, la explicación más evidente es que, gracias a los ‘smartphones’, cada vez pasamos más tiempo conectados, lo que ha llevado a la proliferación de webs de citas. "La oferta en términos de mercado es muchísimo más grande", explica Núñez. Pero también hay otras razones menos evidentes.

Por ejemplo, la "asincronía", tal y como menciona el estudio. Esta palabra se refiere a que las personas ya no tienen que estar presentes al mismo tiempo para mantener una conversación, como ocurría antes, sino que pueden diferir sus preguntas y sus respuestas. Ocurre algo parecido con el espacio, de manera que las personas ya no están obligadas a coincidir en el mismo lugar, multiplicando las posibilidades comunicativas.

Otra de las razones que menciona el estudio son las posibilidades tecnológicas de las aplicaciones: "Pese a que haya razones para mantenerse escépticos ante la naturaleza científica de sus algoritmos para emparejar a gente, lo cierto es que estas aplicaciones tienen mayor margen para progresar tecnológicamente, frente a la naturaleza más estática de las redes de amigos".

Núñez también alude a estas cuestiones tecnológicas. "Para conocer a alguien en Internet, previamente has tenido que introducir una serie de gustos y preferencias, así cuando surge el 'match', más o menos, ya has elegido a esa pareja. Lo que pasa entonces es que quemas rápidamente esas etapas del conocimiento sobre el otro", explica.

Otra explicación para este crecimiento es la discreción. "Los usuarios prefieren estas aplicaciones antes que compartir sus preferencias a través de amigos o familiares", afirma estudio.

La estigmatización disminuye
La versión oficial para las familias de Beatriz y Antonio, de 27 años cada uno, es que se conocieron en un autobús de Madrid a Toledo en 2011. La historia no oficial, y que solo saben amigos muy cercanos, es que en realidad fue por Internet. Tardaron seis meses en conocerse en persona y la espera les valió la pena porque, siete años después, van a casarse.

¿Estaba estigmatizado conocer gente por Internet por aquel entonces? "Sí, mucho. Ahora hay más ‘apps’ y más facilidades para acceder este tipo de ligue. Hace siete años la gente pensaba que en Internet solo podías buscar relaciones sexuales", señala Beatriz.

La propia investigación se hace eco de lo que Pew Research Center, 'think tank' estadounidense, publicó en 2016: "las citas online han perdido gran parte de su estigma" y cada vez menos personas creen que quienes las usan "están desesperadas".

Cuando Carlos, un toledano de 30 años que trabaja en el área de marketing y ventas, empezó a usar aplicaciones de citas decidió no contárselo a ninguno de sus amigos. Sin embargo, sus dos últimas parejas surgieron gracias a Internet. Con una de ellas estuvo un año y tres meses, y con la otra, dos años y un mes. "No conté eso hasta hace poco, normalmente lo llevaba en secreto".

El próximo mes de diciembre un tocayo suyo, llamado Carlos Castillo, de 28 años e historiador, cumple tres años con su pareja, a la que conoció por Internet. Al principio cuenta que sentía cierta reticencia por este tipo de aplicaciones. "Mi generación ha vivido la transición entre lo analógico y lo tecnológico. Antes yo le daba más peso a conocerse en persona, porque pensaba que las de Internet no eran relaciones verdaderas y que eran una ficción. Pero al final uno se adapta", nos cuenta.

"En las vidas de los nativos digitales, así como de quienes no lo son pero van introduciendo Internet, se comparte con más naturalidad que las relaciones presenciales convivan con otras principalmente virtuales o que aparecen primero en el espacio virtual", señala el sociólogo Francesc Núñez. "La gente ha dejado de considerarlo un tipo de relación menos valiosa y lo considera otra manera de buscar relaciones o pareja".

Mejorar nuestras relaciones
Ante este aumento de las relaciones que surgen primero por Internet, Krizia Nardini, doctora en Antropología y género por la UOC y colaboradora del Centre Jove d'Atenció a Les Sexualitats de Barcelona, cuestiona el papel de estas aplicaciones de citas. "Estas apps funcionan dentro de un sistema de valores que ya existe independientemente de las apps: el patriarcado neoliberal", señala.

De este modo, según la especialista, las interacciones en Internet no escapan a algunas inercias propias del capitalismo avanzado. "Estas herramientas tecnológicas provocan la ilusión de que disponemos de un espacio infinito de posibilidades, lo que se alinea con la idea de que somos más libres cuanto mayor es nuestro margen de elección".

Krizia Nardini añade que, por estas mismas razones, las ‘apps’ para conocer gente en Internet pueden conducir a la desilusión "por la normalización de que podemos seguir buscando ilimitadamente opciones mejores". "Esto no significa que no se puedan encontrar parejas o relaciones satisfactorias. Depende del comportamiento de los usuarios o usuarias".

La experta también considera importante que no dejemos pasar la oportunidad de incorporar una mirada feminista a este cambio tecnológico. "Cabría preguntarse por la calidad de las relaciones que promueven, por la manera en que alientan el deseo femenino y masculino, por la manera en que facilitan la iniciativa de la mujer o por la posibilidad de que reconstruyan unos patrones más antiguos o más patriarcales", explica.

"Engaños hay siempre, ‘online’ y ‘offline’"
La primera vez que Enrique Anarte, un joven onubense de 26 años que vive en Berlín, decidió quedar con alguien por Internet no sabía muy bien cómo actuar. "No sabía ni qué decir porque al final no conoces de nada a esa persona. Tradicionalmente cuando quedabas con una persona había algún tipo de conexión. Aquí no sabes si le gusta hablar mucho o poco, por ejemplo. Y lo normal es sentirse raro".

Pero eso no le impidió ponerlo en práctica. Y ahora reconoce que probablemente jamás habría conocido a su novio de no haber sido por Internet. "No tengo ningún problema en decirlo y me alegro de que este tipo de aplicaciones, como Grindr o Tinder, sean un puente humano tanto para las relaciones de pareja como para la amistad".

Elisenda Ardèvol, antropóloga de la UOC que ha estudiado las relaciones surgidas por Internet en su investigación 'Las relaciones personales en Internet como producto de consumo', considera que la Red es un medio más para llegar a establecer un contacto, pero que es el encuentro físico y la capacidad de establecer una relación duradera lo que determina la continuidad o no de una relación. "Engaños hay siempre, ‘online’ y ‘offline’", sentencia.

miércoles, 19 de junio de 2019

#libros #ligoteo #aplicaciones | El algoritmo del amor : un viaje a las entrañas de Tinder

El algoritmo del amor : un viaje a las entrañas de Tinder / Judith Duportail ; traducción de Carolina Smith de la Fuente.

Barcelona : Contra, 2019 [06-19].
176 p. 
/ ES / ENS / Libros / Aplicaciones / Ligoteo / Privacidad / Relaciones amorosas / Tinder
📘 Ed. impresa: ISBN 9788412028706 / 17,00

[.es] Tras una ruptura amorosa, la periodista francesa Judith Duportail se abre una cuenta en Tinder, la aplicación para ligar más popular del mundo. Con ochocientos millones de facturación en 2018, la plataforma se jacta de tener presencia en más de ciento noventa países y promover más de un millón de citas por semana entre sus más de sesenta millones de usuarios: un nuevo escenario que ha cambiado radicalmente la manera en que las personas se conocen e intiman. Tras un primer momento de euforia y subidón de ego cuando los ‘matches’ —o ligues, en jerga de Tinder— se suceden uno detrás de otro, Judith descubre algo inesperado que la escandaliza y alimenta su curiosidad a partes iguales: la ‘app’ dispone y guarda escondida en su servidor una «nota de deseabilidad» de cada usuario. La imposibilidad de acceder a esta nota hará que emprenda una investigación con el fin de descubrir cómo funciona realmente la aplicación, qué información privada y sensible dispone de cada usuario y qué uso hace de esta, y al mismo tiempo averiguar también cuán deseable es ella misma.

Tras un sinfín de pesquisas, que incluyen una entrevista con Sean Rad, director general de Tinder, Judith logrará desvelar parte de la opacidad que se cierne sobre la célebre app de citas y hará un retrato poco halagüeño de su funcionamiento y de su revolucionario algoritmo, alejado de la política pretendidamente progresista de la empresa.

Mientras tanto, los encuentros sentimentales fruto de su actividad en Tinder se esfuman al poco de comenzar, y la creciente frustración por su anhelo de amor en un contexto de mercantilización emocional y relaciones efímeras desencadenará una crisis personal que pondrá al descubierto sus deseos más secretos.

‘El algoritmo del amor’ es un fascinante viaje a las entrañas de Tinder… y a las de Judith.

«Cada día, se producen dos mil millones de matches en Tinder. La aplicación está presente en más de ciento noventa países y afirma estar detrás de más de un millón de citas a la semana. ¡Un millón! El éxito de Tinder es indiscutible. Es una herramienta increíble. Tan increíble que los ingenieros de Tinder tienen ahora en sus manos un poder extraordinario, el de influir en la forma en que se conocen millones de personas, la forma en que se emparejan y se tejen los lazos. Solamente hoy, solo esta noche, mientras escribo estas líneas, hay unas ciento cuarenta mil citas made in Tinder en marcha.» -- Judith Duportail

jueves, 7 de marzo de 2019

#hemeroteca #sexo #ligoteo | La Guardia Civil investiga delitos contra menores que usan aplicaciones de citas como Tinder o Grindr

Imagen: El País
La Guardia Civil investiga delitos contra menores que usan aplicaciones de citas como Tinder o Grindr.
Los usuarios con menos de 18 años eluden los controles de edad de ‘apps’ para buscar pareja.
Isabel Rubio | El País, 2019-03-07
https://elpais.com/tecnologia/2019/03/05/actualidad/1551775362_888940.html

Julen, de 22 años, se descargó las aplicaciones de citas Grindr y Bender cuando tenía 15. En un año mantuvo relaciones sexuales con unos 20 o 30 chicos mayores que él a través de estas aplicaciones de citas. “Me gustaban de hasta 25 o 27 si tenían buen cuerpo. Cuando me preguntaban si era menor, generalmente mentía”, afirma. Y no es el único. Este periódico se ha puesto en contacto con varios jóvenes que han eludido fácilmente los controles de edad de aplicaciones de citas para mayores de 18 años como Tinder o Grindr.

La Guardia Civil está investigando en España varios casos de delitos contra menores que usan estas ‘apps’. Por ejemplo, a través de Instagram detectó un posible caso de abusos sexuales de un hombre, también usuario de Grindr, en contacto con menores. “También un menor ha sido denunciado por alguien de su centro escolar por ofrecer servicios en Grindr a cambio de dinero”, explica a El País el responsable del Equipo Mujer-Menor (EMUME) de la Guardia Civil, Daniel Moreno Gómez, que no ha concretado el número exacto de investigaciones abiertas. En cambio, la Policía Nacional afirma no haberse enfrentado a ningún caso de este tipo.

En España, la reforma del Código Penal de 2015 elevó la edad de consentimiento sexual de los 13 a los 16 años. Si un adulto tiene relaciones sexuales con un menor que aún no haya cumplido los 16, aunque estas sean consentidas, el adulto podrá ser condenado por “abusos” a una pena de entre dos y seis años de cárcel (hasta 12 años si hay penetración vaginal, anal o bucal).

“Es flipante la de chavales menores que hay hoy en día en Grindr. Muchos al principio te dicen que tienen 18 o 19 años y antes de quedar te cuentan que tienen 15. Mienten porque quieren quedar con tíos mayores y si de primeras dicen su edad de verdad nadie queda con ellos”, cuenta Alejandro, un joven de 23 años que lleva más de seis usando Grindr. Para él, “lo único peligroso de que haya menores en estas ‘apps’ es que la gente más mayor se aproveche de ellos”: “Con 15 o 16 años tienes una inocencia que con 23 ya no tienes. A mí me han llegado a hablar personas de hasta 70 años que buscan gente joven”.

“Malas experiencias usando estas aplicaciones tenemos todos”, cuenta Julen. Pese a que subraya no haber sufrido ningún tipo de abuso, reconoce haber mantenido relaciones sexuales “por compromiso”: “Polvos incómodos antes, durante y después de echarlos sí he tenido”. “Cuando eres tan joven a veces no te atreves a decirle a la otra persona que pare si, por ejemplo, a él le gustan los azotes pero a ti no y te está haciendo daño”, explica. Pero, con el tiempo, “te empoderas y dices no”.

Algunas de estas ‘apps’ también han tenido que enfrentarse a críticas por la discriminación de algunos usuarios. Cuando alguien escribe “ni arroz ni chocolate” en su perfil de Grindr, en realidad, se trata de un código con el que deja claro que no se relacionará con asiáticos ni con negros. Para Alejandro, las formas de algunos usuarios dejan mucho que desear. Recuerda como hace un tiempo le envió una foto suya “a un chico guapete”. Obtuvo un “qué feo” como contestación y, además, el chico le bloqueó. “Que te digan feo con 14 años te puede afectar porque te preocupa tu físico”. En este tipo de aplicaciones, “los chicos van bastante a saco”: “Lo primero que te preguntan es si eres activo o pasivo e incluso hay gente que directamente te pide por el chat si podría hacértelo a pelo”.

La posición de Tinder y Grindr
Al descargarse aplicaciones como Tinder o Grindr, solo es necesario introducir una fecha de nacimiento que acredite que se es mayor de edad. Este periódico se ha puesto en contacto con ambas compañías para saber qué medidas están tomando para comprobar que la fecha introducida es verdadera y evitar así que los menores eludan los controles de edad. Tinder, que aumentó laedad entrada para usuarios de 13 a 18 años en 2016, ha descartado hacer declaraciones al respecto. Un portavoz de la compañía le dijo a ‘The Guardian’ que la plataforma utiliza "una red de herramientas de moderación y revisión de vanguardia automatizadas y manuales, sistemas y procesos para prevenir, monitorizar y eliminar a los menores y otros comportamientos inapropiados de la aplicación”: “No queremos menores en Tinder".

Grindr ha afirmado sentirse preocupada ante cualquier presencia de menores en la aplicación y ha alentado a los usuarios a que denuncien cualquier cuenta que pertenezca a menores. “Nuestro equipo trabaja constantemente para mejorar nuestras herramientas de detección digital y humana para prevenir y eliminar el uso inadecuado de nuestra aplicación por menores de edad”, ha afirmado la compañía en un comunicado, que no aclara qué medidas concretas está tomando para evitar que los menores la usen.

Estas dos aplicaciones de citas son las más populares. Pero hay decenas de ellas en el mercado. Desde 'Adopta un tío', que usa más filtros y aumenta las posibilidades de acierto, a 'OKCupid', que realiza búsquedas por afinidad psicológica o 'Lovoo', que cuenta con un localizador ágil y preciso. También están 'Wapo', para gays y bisexuales, y 'Wapa', para lesbianas y bisexuales.

Esta última aplicación es la que utiliza normalmente Alba (nombre ficticio). Tiene 19 años y también ha probado Badoo y Tinder. “He usado estas apps desde que tenía 14 años y he quedado con chicas y chicos en sitios públicos, casas e incluso coches”. Ella, a diferencia de Julen, afirma que nunca se ha sentido incómoda y siempre ha sido consciente de las implicaciones de lo que hacía. “Yo sabía con la gente que quedaba y no he hecho nada que no haya querido”, explica por vía telefónica mientras está en una de sus citas. Ha quedado con una chica de 35 años que discrepa y se une a la conversación: “Yo no lo veo igual. Hay mucha gente colgada. Además, antes era mucho más complicado mandar fotografías tuyas, ya que no todo el mundo tenía cámaras. Hoy los menores mandan fotos comprometidas a la ligera sin saber realmente a quién se las están mandando”, concluye.

El Reino Unido pregunta a Tinder y a Grindr sobre sus medidas de control de edad
El Gobierno del Reino Unido ha preguntado a Tinder y a Grindr qué medidas toman para garantizar la seguridad de los menores y cerciorarse de que son mayores de edad. El secretario de Estado del Reino Unido para los Medios Digitales, Cultura, Medios y Deporte, Jeremy Wright, ha asegurado en un comunicado que recoge 'The Guardian' que si estas medidas no le parecen suficientes, tomará otras nuevas al respecto.

La policía británica ha investigado más de 30 casos de violación infantil desde 2015 en las que las víctimas contactaron con su agresor a través de estas ‘apps’, según el mismo periódico. Además, 'The Sunday' Times informa de que ha habido otros 60 casos de delitos sexuales contra menores como ‘grooming’ (engaño pederasta por Internet), secuestro y agresión sexual violenta. La víctima más pequeña tenía ocho años.

martes, 17 de abril de 2018

#hemeroteca #psicologia #ligoteo | Tinder (y Grindr) te están destrozando la vida

Imagen: GQ
Tinder (y Grindr) te están destrozando la vida.
Te explicamos por qué las apps de citas te causan tristeza y ansiedad cuanto más te conectas a ellas (y cómo aprender a usarlas bien). Los expertos Elena Requena y Gabriel J. Martín abordan cómo las apps de ligue afectan a nuestra salud mental. La clave está en nosotros mismos. ¿Es el colectivo gay más susceptible de padecer hábitos tóxicos en estas redes? Su experiencia emocional es mucho más traumática.
Victor M. González | GQ, 2018-04-17
http://www.revistagq.com/noticias/tecnologia/articulos/apps-sexo-grindr-tinder-depresion-salud-mental/28792

"No soy capaz de tener citas en persona". "Cuando quedo con alguien, el sexo siempre va primero". "Mi autoestima ya se basa solo en mis habilidades sexuales". "No me siento cómodo relacionándome con gente de otra manera". Quizá pensarás que son testimonios algo alarmantes, pero forman parte de una realidad cotidiana que puede que tú también conozcas: las apps de ligue. ¿Te ves reconocido en ellos? Son fragmentos de entrevistas con las que el psicólogo Jack Turban acompañó un reportaje, publicado en el portal estadounidense 'Vox' la semana pasada, cuyo objetivo es ilustrar a golpe de retazos de vida cómo estas redes sociales afectan a nuestra salud mental. Hay un factor adicional: la investigación se refiere solo a aplicaciones dirigidas al colectivo gay. Las afirmaciones con las que comenzamos el artículo pueden parecer elegidas para apoyar una tesis pesimista (de hecho, hace no tantos años hablábamos de lo mismo sobre los chats de internet), pero es un debate que ya está sobre la mesa y que merece la pena abordar también para el público heterosexual. ¿Pueden estas plataformas provocar adicción o depresión? ¿Fomentan ideales de belleza exclusivos e irreales? ¿Es la comunidad gay más susceptible de caer en hábitos tóxicos? Que hablen los expertos.

"No sé si llamarlo adicción, pero desde luego generan una enorme dependencia. Además están muy bien pensadas para ello", opina Elena Requena, médico de familia, sexóloga y asesora de parejas: "Igual que en las máquinas de los casinos, el que usa las apps de ligue siempre está esperando que en la próxima jugada le toque el premio gordo". Con esta analogía rescata una tesis que manejan los psicólogos sobre cómo nos seduce la tecnología (empleada además para explicar la ludopatía), que mencionaban también en el reportaje de 'Vox': el programa de reforzamiento variable sostiene que cuantas más veces hagas algo, más posibilidades hay de que logres lo que te propones, y en esa dinámica no es sencillo saber cuándo parar. Por eso te enganchan Twitter, Instagram, Facebook... y también Tinder, claro. "Generan una expectativa que, como una bola de nieve, cada vez es más difícil de cumplir, y seguimos enganchados esperando el milagro", continúa: "Eso nos produce sentimientos negativos, sobre todo de una gran frustración, desamparo y soledad, que se traducen en tristeza y nerviosismo difíciles de controlar, y que parece que solo van a desaparecer volviendo a entrar en ellas. Al final lo que predomina es el miedo a no llegar a una meta que se supone que tenemos que alcanzar a toda costa".

El perfecto selfie en el espejo del baño, la silueta a contraluz frente a la puesta de sol en una playa preciosa, una foto colectiva en el restaurante de moda... ¿Existe en estas plataformas un ideal de belleza y de estilo de vida que nos hace sentir mal si no podemos alcanzarlo? Así lo cree Requena: "Sucede con las redes sociales en general, no solo con las aplicaciones de ligue. Vendemos una imagen irreal de nosotros mismos porque queremos encajar, ser lo que se supone que el otro está buscando". Para averiguar si eso se potencia en un colectivo más minoritario como es el homosexual, recurrimos a Gabriel J. Martín, experto en psicología afirmativa gay y autor de los libros 'Quiérete mucho, maricón' y 'Sobrevivir al ambiente'. "En estas apps tener un cuerpo masculino, musculado y joven proporciona una ventaja competitiva sobre los otros y facilita que ligues. Si alguien se siente inseguro es probable que interprete cada rechazo como una prueba más de que existen razones para sentirse acomplejado". Pero también lo pone en cuestión: "Esos cánones son muy arbitrarios y debemos aprender a relativizarlos. Que mi físico no llame la atención en estas apps no significa que yo no sea atractivo, sino que mi público está en otro lado o que no soy fotogénico, y eso tampoco es un drama".

Es aquí donde entra en juego el punto que mayor conversación merece: según un reportaje de 'Highline' publicado en 2017 y que generó gran controversia en la comunidad, las personas homosexuales son más propensas a padecer patologías del corazón, depresión, ansiedad y a intentar suicidarse, y por tanto, víctimas fáciles de estas apps. Nuestros expertos están de acuerdo. "Mantener un estado de alerta constante, una sensación de miedo y nerviosismo desde edades tempranas, precipita la aparición de estas enfermedades. Incluso en chicos y chicas en los que el ambiente familiar es facilitador, estos sentimientos brotan debido a la presión ambiental", asegura Requena. Gabriel J. Martín también tiene claras las razones: "La violencia que hemos sufrido. Haber sido agredidos sistemáticamente, haber recibido insultos desde pequeños y haber crecido en una cultura que nos ha enseñado que nosotros y nuestras relaciones son menos valiosas, o aún peor, enfermizas o desviadas. Todo esto es extremadamente violento sobre todo durante la infancia y la adolescencia. Deja marcas a cualquiera". Requena añade: "Por eso es tan importante seguir trabajando en un ambiente más amable, acogedor e inclusivo. Todos somos distintos y eso es lo que nos convierte en maravillosos, ¿no crees?".

No obstante, ni Elena ni Gabriel nos aconsejan dejar de utilizar las apps de ligue. "Creo que la premisa es '¿qué quiero conseguir? ¿Es algo que deseo realmente o es autoimpuesto?'. Si nos surgen pensamientos de frustración, de malestar o de soledad, de degradación de nuestro autoconcepto, o nos encontramos haciendo un uso compulsivo, quizá tenemos que comentarlo con nuestro círculo de confianza y buscar ayuda". propone Requeña. Martín es más positivo: "En absoluto recomiendo dejar de usarlas, pueden ser realmente útiles. Es muy positivo para quienes viven en zonas donde es muy difícil hacerse visible a causa de la homofobia, o donde hay poca concentración de gais. Piensa en otros países. Y tampoco olvidemos que facilitan el sexo lúdico e incluso conocer a posibles candidatos a novio, aunque no sea lo más frecuente. Pero antes es bueno saber que uno se encuentra en un entorno artificial donde las relaciones son distintas, donde los demás pueden ser desagradables y aprender a no tomarlo como algo personal. Y fijarse un tiempo en ellas para no perder horas buscando no se sabe qué. Si no has ligado en media hora, no ligarás en cuatro". Y remata: "Sobre todo hay que emplearlas una vez hayamos aprendido que ligar no es lo más importante que hay en nuestras vidas".
 
Y TAMBIÉN…
Putochinomaricón: "La comunidad LGTBIQA es extremadamente racista y no lo ve, como cuando ponen en Grindr 'no busco chinos".
Hablamos con el cantante, arquitecto, violinista e influencer Chenta Tsai, conocido como Putochinomaricón, sobre su papel en la reivindicaciones contra el racismo y la homofobia. "Cuando dices algo reivindicativo la gente se ofende y se lo toma mal, pero si le pones una melodía pegadiza lo aceptan más", enfatiza el artista. Putochinomaricón critica que "a la mujer asiática que sale en El Hormiguero Pablo Motos la trata como si fuera una basura".
Moha Gerehou | El Diario, 2018-04-16
https://www.eldiario.es/desalambre/Putochinomaricon-Dentro-comunidad-LGTBI-racistas_0_760474763.html

viernes, 23 de junio de 2017

#hemeroteca #ligoteo | Tinder amplía las opciones de identidad de género en español por el Madrid World Pride

Imagen: El País / Anuncio de Tinder
Tinder amplía las opciones de identidad de género en español por el Madrid World Pride.
'Genderqueer', pangénero o dos espíritus son algunas de las 22 identidades que incorpora más allá del binario hombre-mujer.
Gloria Rodríguez-Pina | El País, 2017-06-23
https://politica.elpais.com/politica/2017/06/20/actualidad/1497976474_475883.html

Dicen que ligar nunca fue tan fácil. Con las aplicaciones de citas uno repasa un catálogo portátil de gente que busca gente y selecciona o rechaza candidatos con un ir y venir del dedo. En Estados Unidos las utilizaban ya un 15% de los adultos en febrero de 2016, según una encuesta de Pew Resarch. Hay aplicaciones sectoriales para quienes solo buscan sexo, para quienes prefieren una relación, para heterosexuales, homosexuales, lesbianas, etc., pero si tu género no encaja en la definición de ‘hombre’ o ‘mujer’, encontrar pareja suele ser bastante más complicado. Cristina Jiménez, de Transexualia, la Asociación Española de personas Transexuales, recuerda la última vez que intentó conectar con alguien online después de desvelar su identidad sexual: “Fue muy desagradable: me ofrecieron participar en una película X. La gente tiene un concepto distorsionado de las chicas trans. Lo relacionan con temas sexuales, espectáculos o prostitución”.

Tinder es la aplicación generalista más popular para las personas cisgénero, aquellas que, independientemente de su orientación sexual, se sienten a gusto con su sexo de nacimiento. A Jiménez le dices Tinder y lo primero que se le pasa por la cabeza, sin embargo, son casos como el de la youtuber mexicana trans Victoria Volkova, a quien le bloquearon su perfil después de varias denuncias de usuarios por su identidad sexual. La empresa estadounidense ha enmendado esta exclusión y desde este viernes los usuarios pueden actualizar la aplicación y elegir entre 22 identidades sexuales -y si no se encuentran, pueden incluir otras- y decidir si quieren mostrar el género que mejor les define o no.

El cofundador de la empresa, Jonathan Badeen, reconoce a El País que los usuarios de la comunidad LGTBIQ (lesbianas, gais, transexuales, bisexuales, intersexuales y ‘queers’) “no estaban teniendo la mejor experiencia” con la aplicación. Las personas trans, o eran acosadas o les acusaban de acosar y les bloqueaban. Badeen asegura que siempre han intentado ser inclusivos, pero el momento del lanzamiento de esta actualización no es casual: entre el 23 de junio y el 2 de julio se celebra el World Pride Madrid 2017. El año pasado en el Orgullo Gay el uso de la aplicación en Madrid se disparó en un 5%. Este año la capital espera atraer a tres millones de personas.

¿Por qué ha tardado tanto en llegar esta ampliación, disponible en Estados Unidos, Canadá y Reino Unido desde noviembre de 2016? “Sabemos que la identidad de género es compleja, es personal. Es más que una casilla que seleccionar, es quién es alguien y cómo se siente. En Tinder, uno de nuestros principios básicos es tener una plataforma muy simple. Queríamos hacer esto bien e intentar desarrollar el producto más sencillo posible a la vez que respondemos a las necesidades de todo el mundo”.

Para elaborar el listado de identidades sexuales Tinder ha contado con la ayuda de expertos de Transgender Europe -la ampliación también esta disponible en Francia y Alemania- y de la Federación Estatal LGTB (FELGTB) en España. Una portavoz de la FELGTB asegura que están muy satisfechos con el resultado: “Está bastante adaptada. Ahora mismo es la aplicación donde las personas LTGBI se pueden sentir más seguras”. Además, creen que esta apuesta sensibiliza a los usuarios y contribuye a extender valores inclusivos.

Según Badeen, Tinder también está reforzando con más recursos a su equipo de soporte. “Les formamos sobre los retos a los que se enfrenta la comunidad con género no conforme”, añade.

Jiménez, como mujer trans que prefiere evitar etiquetas, no termina de ver que tenga que seleccionar una casilla que la defina de otra forma que no sea como mujer. Cuando se le recita el listado de opciones que ya están disponibles responde con un “¡madre mía, qué ensalada! Eso es como sexo a la carta, todos con una pegatina en la frente”. Reconoce sin embargo que la ampliación puede ser útil para personas transgénero “que lo pasan mal” para entablar relaciones.

Tinder insiste en que cuando dos usuarios se conocen en su plataforma deben tomar las mismas precauciones que si conociesen a alguien como se ha hecho toda la vida. “En mi investigación con usuarios con género no conforme y transgénero, he visto que para estos colectivos conocer a gente a través de la plataforma resulta más seguro que en espacios públicos”, dice Jessica Carbino, socióloga de la compañía. “Para ellos, establecer conexiones con otras personas teniendo la posibilidad de presentarse con la identidad de género que les define y que la otra persona tenga interés en ellos les proporciona un sentimiento de seguridad y comodidad”.

Desde que implantaron la ampliación en los tres países pioneros, Tinder dice que se han hecho 13 millones de matches (cuando dos personas se gustan mutuamente y pueden empezar a chatear). La empresa no proporciona datos de usuarios que permitan saber qué porcentaje, por bajo que sea, representa esa cifra. La única referencia que da es que cada día tienen lugar 26 millones de matches en los 110 países en los que está presente. A Jiménez el dato le parece “estupendo” y pese a sus dudas iniciales, termina con un espontáneo “¡ojalá funcione!”. “Espero que sea algo positivo y que contribuya a normalizar”.

Las 22 identidades de género que incorpora Tinder

La FELGTB ha asesorado a Tinder “para ver si las identidades de género que tenían ya previamente identificadas en Estados Unidos tenían sentido en España”. “La idea de fondo de esta larga clasificación es acabar con el concepto binario del género, es decir, que todas las personas se tengan que identificar necesariamente con hombre o mujer”. Lo importante, dicen, es nadie sienta que su género “les viene impuesto” y que sepan que “tienen la libertad se identificarse como mejor consideren”.

Estas son las definiciones que ha incluido la aplicación en español (en inglés fueron 27) . “Son términos que están en construcción y que irán seguramente variando, pero consideramos que recogen una amplia gama de 'tonalidades de gris'”, dice la FELGTB.

1. Andrógino. Como explicaba ‘Verne’ en este Diccionario del arcoíris LGBTBI, son “aquellas personas cuyos rasgos externos [no sus genitales] no se corresponden con los propios de su sexo de forma definitiva, ni necesariamente con los del sexo contrario”.

2. Andrógina. Refleja la misma ambigüedad que el término anterior. Si David Bowie es un andrógino, Tilda Swinton sería andrógina.

3. Bigénero. La persona se identifica con dos géneros y su identidad puede oscilar hacia uno u otro según el momento.

4. Género fluido. No hay una identificación con ningún género, sino una fluctuación entre sentirse más masculino o femenina. “Te mueves entre los dos pero normalmente te quedas en medio”, explicaba una estudiante a The Guardian.

5. Género no conforme. La persona se define como fuera de la representación tradicional binaria de géneros, según la recopilación de términos de la web The safe zone project.

6. Género cuestionado. Es la etiqueta de quienes están buscando su identidad sexual.

7. Género variante. Quien por naturaleza o por elección no encaja en las expectativas de género de la sociedad.

8. Genderqueer. Se definen así quienes no se identifican con el concepto binario hombre/mujer y también se emplea como paraguas para otras identidades no conformes.

9. Género neutro. Pueden utilizarse igulamente los términos neutrois o sin género. Son personas sin conexión, o muy poca, con los conceptos de hombre o mujer, o que se ven a sí mismos sin género, según el listado de Sam Killermann, activista y autor de A guide to gender.

10. Género no binario. Se opone a la idea de que solo hay dos géneros y de que todo el mundo es hombre o mujer.

11. Pangénero. Puede combinar aspectos de hombre y mujer y otras identidades.

12. Otro. También, tercer género. Incluye a los que no ponen nombre a su identidad porque se solapan, o están difusas las separaciones entre identidad sexual, de género y orientación romántica.

13. Trans. Un término que cubre un rango de identidades que transgreden las normas de género sociales. Su sexo de nacimiento no concuerda con su género.

14. Hombre trans. Hombre que al nacer fue identificado como mujer.

15. Persona trans. Quien se identifica con el término genérico trans.

16. Mujer trans. Mujer que al nacer fue identificada como varón.

17. Transgénero. Quien ha nacido con un género con el que no se siente identificado pero no ha pasado por cirugía de reasignación de género.

18. Transexual. Como el transgénero, no se siente identificado con el sexo con el que nació y ya ha cambiado de género mediante cirugía.

19. Hombre transexual. Quién nació mujer y ha pasado por cirugía para ser hombre.

20. Persona transexual. Término que se considera más inclusivo que hombre o mujer transexual.

21. Mujer transexual. Quien nació varón y ha pasado por cirugía para ser mujer.

22. Dos espíritus. La FELGTB recomendó no incluir este término, que “en nuestro contexto cultural no tiene mucho sentido porque en origen es un concepto utilizado por los nativos americanos”. Esta población se refería así a quienes tenían cualidades o cumplían con roles de los dos géneros.

viernes, 3 de febrero de 2017

#hemeroteca #identidades | Éstas son las 27 nuevas identidades de género en Tinder explicadas una a una

Imagen: El Mundo
Éstas son las 27 nuevas identidades de género en Tinder explicadas una a una.
La aplicación de moda para ligar ha dejado fuera otras identidades sexuales cómo las personas multigénero, poligénericas o intergenéricas.
Diego Bermejo | FCinco, El Mundo, 2017-02-03
http://www.elmundo.es/f5/comparte/2017/02/03/586ce2c5ca4741d1778b4674.html

Una de las últimas novedades que ha presentado Tinder, la aplicación para ligar, ha sido la actualización de las identidades de género con las que autodefinirse a la hora buscar personas similares con las que poder llegar a concretar una cita.

Esta actualización ofrece un total de 27 identidades. Algunas de ellas desconocidas para muchos de los usuarios de esta app. Por ello, FCinco tratará de explicarlas una a una.
  1. Transgénero. Persona cuyo género no coincide con el que le fue asignado al nacer.
  2. 'Trans'. Término que procede de la palabra transgénero y que engloba a todas las identidades de género que difieren de las tradicionales etiquetas.
  3. Hombre transgénero o 'trans' . Persona transgénero que se identifica como hombre.
  4. Transgénero masculino. Etiqueta que engloba a los hombres transgénero y a aquellos que se encuentran en proceso para convertirse en una hombre trans.
  5. Mujer transgénero o 'trans'. Persona transgénero que se siente mujer.
  6. Transgénero femenino. Etiqueta que engloba a las mujeres transgénero y a aquellas que se encuentran en proceso para convertirse en una mujer trans.
  7. Persona 'trans'. Persona transgénero que no se siente identificada con ningún género.
  8. FTM (Female to Male). Etiqueta procedente del inglés para definir al hombre ‘trans’. Aunque para algunos puede resultar ofensivo, algunos hombres ‘trans’ prefieren utilizar esta expresión más explicativa.
  9. MTF (Male to Female). Etiqueta procedente del inglés para definir a la mujer ‘trans’. Algunas mujeres ‘trans’ la prefieren respecto a MTF.
  10. Transexual. Vocablo médico utilizado para referirse a las personas que deciden transformar su cuerpo adaptándolo al género con el que se sienten identificados.
  11. Transexual femenino o mujer transexual. Persona que busca reasignar su género al de mujer, o persona cuyo sexo ya ha sido reasignado al de una mujer.
  12. Transexual masculino u hombre transexual. Persona que busca reasignar su género al de hombre, o persona cuyo sexo ya ha sido reasignado al de un hombre.
  13. Andrógino. Persona cuya identidad está conformada por rasgos tanto masculinos como femeninos.
  14. Androgynous. Persona que se siente identificada con la estética andrógina sin que esto le tenga por qué convertir en andrógina.
  15. Neutrois.Persona cuya identidad no está conformada por ningún rasgo masculino ni femenino, también etiquetadas como género neutro.
  16. Dos espíritus. Personas que alternan actitudes masculinas y femeninas, tanto a nivel estético como a nivel social o sexual.
  17. Neither. Personas cuya identidad de género no se ajusta en su totalidad a la división binaria tradicional hombre / mujer. En español, se podría traducir como 'Personas de sexo no ajustado'.
  18. No-binario. Persona transgénero que no se identifica con el género binario, es decir, que no se siente ni hombre ni mujer.
  19. Genderqueer. Término paraguas bajo el que se engloban todas las personas que no son heterosexuales y que no se identifican con la tradicional división de género binaria.
  20. No conformes con el género. Personas que no identifican con el género binario ni tampoco con el transgénero.
  21. Género variante. Persona cuya identidad de género y cuyas expresiones difieren de las recogidas por las tradiciones sociales y culturales binarias.
  22. Género cuestionado. Persona que se encuentra en fase de exploración personal con el objetivo de averiguar la etiqueta de género con la que poder identificarse.
  23. Agénero. Persona que no se identifica con ningún género.
  24. Bigénero. Persona que se identifica con dos géneros pudiendo oscilar su identificación en un mayor grado hacia uno de los dos en un momento determinado. Además de la opción la binaria hombre / mujer también puede identificarse con la de agénero.
  25. Género fluido. Persona cuyo género fluctúa, al igual que ocurre con el bigénero, pero en lugar de hacerlo entre agénero, género masculino y género femenino, lo puede hacer entre cualquiera de todas las etiquetas posibles.
  26. Pangénero. Persona que se identifica con todas las etiquetas existentes a la vez y sin que ninguna de ellas se imponga sobre el resto.
  27. Otros. Personas cuya identidad de género no está recogida por ninguna de estas etiquetas o deciden no etiquetar su identidad.
Además de estas 27 identidades de género que Tinder ha recogido en su actualización, existen otras identidades no etiquetadas. Poligénero o multigénero, por ejemplo, engloban a personas con más de dos identidades de género, o la Intergénero, que hace referencia a personas cuya identidad se encuentra a mitad de camino entre dos géneros. Hay muchas más que quizás entren en la próxima actualización de la aplicación para ligar.