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viernes, 14 de julio de 2017

#hemeroteca #pinkwashing | El Orgullo de defender Palestina

Imagen: Pikara / BDS Pinkwatching en el World Pride de Madrid
El Orgullo de defender Palestina.
Isabel Pérez | Pikara, 2017-07-14
http://www.pikaramagazine.com/2017/07/pinkwashing-israel-wold-pride/

Asociaciones LGBTIQ+ han rechazado la legitimación de la anexión ilegal de Jerusalén como ciudad israelí en la gala de clausura del World Pride 2017, ofreciendo su apoyo a ‘BDS Comisión Pinkwatching’ (Boicot, Desinversiones y Sanciones contra Israel), que denuncia cómo el Gobierno de Israel instrumentaliza la diversidad sexual y de género para presentarse ante el mundo como una democracia ‘gayfriendly’.

Corrían los años 90. La franja de Gaza era un hervidero de familias colonas traídas por el Gobierno israelí. Vivían en cómodas viviendas conectadas a carreteras privadas. A su disposición estaban las mejoras líneas de costa. Desde 1967 la población gazatí había visto cómo esa ocupación explotaba sus recursos naturales, hundía su día a día en una miseria y fragmentaba familias. Dividir familias en el espacio y el tiempo había sido (y es) uno de los apartados del manual cómo colonizar Palestina hasta el último rincón, también romperlas, por dentro, utilizando una de las tácticas más abominables. En cuanto los israelíes conocían la existencia de una persona palestina homosexual, la extorsionaban. A veces incluso no era necesario que dicha identidad fuese real. El aparato de inteligencia israelí iba principalmente a por ellos, los palestinos. Más fáciles de descubrir en sus encuentros con otros hombres y más valiosos para el fin último de dicho chantaje: convertirse en espías, colaboradores de Israel. Si no lo hacían, la noticia llegaba a oídos de su familia, cuyos miembros masculinos no permitían desviaciones de la norma heteropatriarcal.

Con la llegada del año 2005 se produjo la reubicación de las tropas israelíes alrededor de la franja de Gaza, bloqueándola por mar, tierra y aire. Las colonias se desmantelaron y sus ocupantes fueron conducidos fuera de la misma, a Israel. Sin embargo, la presión a personas LGTBIQ+ palestinas para semejantes fines sigue llevándose a cabo en Cisjordania y Jerusalén-Este, todavía bajo la presencia militar israelí.

Tiñendo de rosa el rojo de la sangre derramada
Israel, según la ONU, es la “entidad ocupante” de Palestina. Con una doctrina largoplacista diseñada para extenuar al ocupado, el pueblo palestino, incumple varios tratados internacionales y la carta universal de los Derechos Humanos. Con ese sistema a sus espaldas y un historial de explotación homófoba contra gente palestina, Israel no duda en presentarse al mundo como una democracia gay-friendly. Arrojando litros y litros de pintura rosa, Israel quiere mostrarse como un país de acogida para la comunidad LGTBIQ+. Esto es lo que activistas que defienden los derechos del pueblo palestino llaman “pinkwashing”, un “lavado rosa”.

“Con el pinkwashing intentan, por un lado, lavarse la imagen porque Israel está violando los derechos humanos en Palestina y, por otro, quieren atraer más turismo a Tel Aviv”, cuenta una activista española. Todavía recuerda cómo vivió una de las operaciones militares israelíes sobre la franja de Gaza. De hecho, poco le faltó para perder la vida en uno de los bombardeos. “Recuerdo también a un niño en Qalandia, Cisjordania. Por la noche, los israelíes habían terminado de levantar el muro y a la mañana siguiente ese niño y sus padres se toparon con la cruel realidad. Nunca olvidaré esa mirada”, continúa.

La activista forma parte de un colectivo, el LGTBIQ+, acostumbrado a luchar por sus derechos, por su visibilidad, por su libertad. “Como activista de derechos humanos que somos, nos comprometemos a luchar contra el apartheid y el colonialismo en su conjunto. Tejemos vínculos con personas, como la gente palestina, que tienen el mismo sufrimiento”, asegura.

Este año 2017, en el contexto del World Pride en Madrid ha estado presente la solidaridad con Palestina, la denuncia del apartheid y el colonialismo israelí. Aunque tampoco ha faltado el pinkwashing. “Israel dedica muchísimo dinero a esa estrategia, que el año pasado fue criticada duramente por el colectivo LGTBIQ+ israelí porque se estaba gastando más dinero fuera que dentro. En España también está presente”, asevera la activista. Este año se estrena la Comisión BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones contra Israel) ‘Pinkwatching’, de vigilancia del pinkwashing israelí en nuestras sociedades.

LGTBIQ+ bajo apartheid israelí
ASWAT, ‘Palestinian Gay Women’, es una de las asociaciones LGTBIQ+ que trabaja, codo con codo, con la Comisión Pinkwatching del BDS en España. Una de sus activistas, Ghadir Al-Shafie, ha participado en la extensa agenda del Orgullo Crítico con conferencias y acción de calle realizadas en Madrid del 26 de junio al 2 de julio. “La intersección con otros grupos es importante – afirma Al- Shafie-, de este modo conseguimos ganar más atención sobre LGTBIQ+, el pinkwashing israelí y la lucha contra la ocupación y el régimen colonial de asentamientos”.

ASWAT trabaja junto con otros grupos de la sociedad civil palestino-israelíes. La misma Al-Shafie es palestina con nacionalidad israelí. Es profesora y por esta razón puede hablar con propiedad sobre una de las demandas principales del colectivo LGTBIQ+: más educación para combatir la homofobia. El sistema educativo israelí se divide en dos ramas: el hebreo y el árabe. La división es una buena herramienta que permite aplicar políticas de discriminación y segregación al sistema minoritario, el que acoge a la población palestina: el sistema árabe. Un hecho constatado en informes de organizaciones de igualdad y justicia social en Israel. “Como vimos que el ministerio les estaba financiando [al sistema hebreo] para aumentar la concienciación con respecto al LGTBIQ+, quisimos negociar también para hacer lo propio en nuestras escuelas”, relata Al-Shafie. Pero no consiguieron la misma bienvenida que la representación del sistema educativo hebreo. “¡En la reunión nos dejaron hablar solo dos minutos!”, critica Al-Shafie.

Como dice la activista palestino-israelí, la sociedad palestina no es más homófoba que otra sociedad del mundo y es imperante que se desarrolle un buen currículo porque no son pocas las personas (incluidas madres y padres) que acuden a sus conferencias sobre diversidad sexual. Si la educación no incluye esta realidad, seguirá siendo fácilmente utilizada como una herramienta para la ocupación y el apartheid en detrimento del pueblo palestino.

“Lo más significativo es que el BDS, Boicot, Desinversiones y Sanciones contra Israel, se ha convertido en un movimiento muy extendido en todo el mundo – recalca Al-Shafie.- El BDS busca el respeto de los derechos humanos y, hay que decir, está siendo muy beneficioso el trabajo realizado desde España donde desenmascaran el pinkwashing israelí”.

“Quien defiende los derechos humanos los defiende todos”
Sin embargo, el World Pride 2017 culminó el domingo 2 de julio con, tal y como apunta la Comisión BDS Pinkwatching, “la mayor escenificación de pinkwashing y legitimación del apartheid y ocupación israelí jamás realizada fuera de Israel”. Según informó la Comisión, la Asociación de Empresas y Profesionales para Gays y lesbianas de Madrid y su Comunidad (AEGAL) se había comprometido con la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) y la Plataforma 28J, una confluencia de diferentes colectivos LGTBIQ+ madrileños, a que en dicha gala “no tuviera lugar la participación de la embajada de Israel y que no habría presencia de signos físicos, como por ejemplo la bandera de Israel u otros relacionados”.

Asociaciones LGTBIQ+ y de derechos humanos, así como partidos políticos como Izquierda Unida y Podemos Comunidad de Madrid se habían adherido a dicha demanda, pero en el evento de clausura, muy al contrario de lo esperado, la ciudad de Jerusalén fue relacionada enteramente con el Estado de Israel, mientras la ley internacional mantiene que Jerusalén-Este es una ciudad palestina bajo ocupación.

“El pinkwashing israelí alimenta la arabofobia. ¿Qué pasa con nuestros compañeros y compañeras LGTBIQ+ de Palestina? ¿Qué ocurre con las personas que quieren salir del armario?”, afirma sin titubeo Roberto, miembro de la Comisión BDS Pinkwatching y de la plataforma 28 J. “Esa doble vida, necesaria para las personas LGTBIQ+, como salir de casa de tus padres, trasladarte de un pequeño pueblo a una ciudad, buscar un trabajo, hacerte independiente… Eso no existe en Palestina bajo ocupación israelí porque no hay libertad de movimiento”, denuncia Roberto.

La Comisión BDS Pinkwatching ha exigido a la junta directiva de AEGAL que rectifique públicamente por la complicidad con el apartheid israelí, “precisamente cuando se cumplen 50 años de ocupación ilegal de Palestina”, apunta en una nota de prensa. Pide, además, la auditoría de las cuentas del evento para conocer si ha existido financiación por parte de Israel.

A pesar del desenlace de este año, Roberto subraya la necesidad de que siga existiendo una sinergia, la lucha unida de la comunidad LGTBIQ+ en cualquier país del mundo junto a Palestina. Y añade: “Quien defiende los derechos humanos los defiende todos”.

viernes, 15 de abril de 2016

#hemeroteca #lgybifobia | Voces contra la homofobia marroquí

Imagen: El País / Concentración en apoyo a los agresores de Beni Melal
Voces contra la homofobia marroquí.
El pequeño colectivo clandestino Aswat (Voces) lucha contra el acoso y la discriminación.
Francisco Peregil | El País, 2016-04-15
http://internacional.elpais.com/internacional/2016/04/15/actualidad/1460731309_635539.html

Pongamos que él se llama Hasán y ella Zora. No quieren dar sus verdaderos nombres, ni siquiera aparecer de espaldas en una foto. La razón de tantas prevenciones es el artículo 489 del Código Penal, que prevé en Marruecos penas que de hasta tres años de cárcel, como sucede en Túnez y Argelia. Zora tiene 31 años y disfruta de trabajo estable. Solo se atrevió hace tres años a hablarle a su madre con franqueza.“Intenté usar palabras vagas. Le confesé que yo me sentía distinta de las otras mujeres. Y después de un rato le pregunté: ‘¿Me aceptas como soy?’ Me dijo que no. Pero yo creo que fue la reacción del momento, el susto. Después hemos seguido con nuestra relación igual que antes. Pero sin mencionar nunca mi orientación sexual, sin que me haya vuelto a preguntar sobre el tema. Eso es muy típico de Marruecos. Es el país de la contradicción y de la hipocresía”.

El 9 de marzo cinco hombres entraron en la casa de un homosexual que yacía en la cama con su pareja en la ciudad de Beni Melal. Los golpearon, los insultaron y los sacaron desnudos a la calle mientras filmaban la escena con un teléfono y la difundían dos semanas después en Internet. En un primer juicio, una de las víctimas fue sentenciada a cuatro meses de cárcel mientras los agresores escapaban en libertad condicional. El caso trascendió, escandalizó a los medios marroquíes más progresistas y trascendió las fronteras del país. Pero esta semana, en una segunda vista, los jueces determinaron que las víctimas sean condenadas con 3 y 4 meses de prisión condicional, con lo cual no irán a la cárcel, mientras que dos de los agresores estarán presos durante medio año. En Beni Melal, un municipio de 163.000 habitantes, a unas tres horas en coche desde Rabat, ya se han celebrado varias manifestaciones en contra de los dos homosexuales y a favor de sus agresores.

El entorno en el que Hasán y Zora viven se puede resumir con la mención de cuatro casos recientes: en junio fueron detenidos en Rabat dos hombres “en flagrante delito” de homosexualidad, según la ficha policial. Sus nombres y domicilios fueron difundidos por un canal público de televisión, lo cual provocó que se organizaran sendas manifestaciones frente a sus domicilios. En julio del año pasado una turba apaleó y desnudó en Fez a un supuesto travesti. En septiembre también golpearon y desnudaron a un joven de 17 años en Casablanca. En ambos casos fueron difundidos los vídeos en Internet y arrestados algunos de los agresores.

Hasán tiene 26 años y mantiene una relación estable con un hombre. Pero su familia y su entorno no lo saben. O al menos, él no les dice nada. “A mí nunca me han golpeado. Pero la homosexualidad aquí es un estigma social, un pecado y un crimen. Son tres razones poderosas para no hablar”, explica. Desde pequeño supo que era distinto de la mayoría de sus amigos. “Pero no sabía en qué consistía esa diferencia. No conocía tampoco el concepto de homosexualidad. Y a los 18 años supe que esa era mi identidad. Descubrí también que no soy ningún enfermo mental ni un pervertido y lo acepté”.

Las veces que ha ligado han sido casi siempre por Internet. “Con un desconocido jamás me atrevería en la calle. Es muy peligroso”. Zora y Hasán pertenecen al colectivo clandestino Aswat (voces), que lucha contra la discriminación sexual. Les gustaría decir que lo integran mil personas, pero en realidad son apenas 15, sin ninguna jerarquía entre ellos. No obstante, sus mensajes llegan cada vez más lejos.

Aseguran que vivir junto a sus parejas en un piso es relativamente fácil, siempre y cuando mantengan las apariencias ante el exterior. “Todo en Marruecos gira en torno a las apariencias”, explica Zora. “Si alguien en la calle te ve algo raro se siente legitimado para llamar a tus padres o incluso a la policía. En un bar de Casablanca estaba con mi exnovia a punto de besarnos y el dueño del local nos echó. Enfrente había una pareja heterosexual besándose y le pregunté que por qué ellos podían y nosotras no. Me dijo que este es un país musulmán y con ellos no pasaba nada”.

Zora vivió tres años con su exnovia en Rabat y no sufrió grandes problemas. “Los únicos percances vinieron por nuestra militancia. Las dos pertenecemos al colectivo Aswat. Así que cuando el año pasado hubo detenciones de homosexuales y el colectivo se movilizó un policía se dedicó a vigilar nuestra casa”.

Tanto Zora como Hasán afirman que quienes más sufren en esta sociedad son las personas transgénero. “Ellas no pueden fingir como lo hacemos nosotros. Un miembro de nuestra organización aprovechó un día que caminaba por una calle vacía para andar tal cual es realmente y tal como se siente en su interior. Pero alguien lo vio y comenzó a apedrearlo. Y a él solo le quedó la opción de salir corriendo”.

Zora y Hasán no sueñan con irse de Marruecos. “Yo solo quiero despertarme una mañana y no tener miedo a expresarme”, dice Zora. “Estoy cansada de una sociedad que persigue a los diferentes. Mi deseo es que desaparezca el artículo 489 del código penal, el que castiga la homosexualidad”.

Ni el Gobierno ni la oposición pretenden reformar ese artículo. Zora y Hasán asumen que aún queda bastante tiempo para alcanzar sus sueños, pero creen que ya se ha avanzado mucho en los últimos años. “Al menos hemos llevado el debate a la sociedad. Antes ni siquiera se hablaba de esto”, aclara Hasán. “Nos hemos dado a conocer dentro y fuera del país”, añade Zora, “y ahora sería muy difícil para el Estado cortar nuestro trabajo de golpe”.

martes, 16 de junio de 2015

#hemeroteca #feminismo | Carta abierta a Femen: descolonicemos el feminismo

Carta abierta a Femen: descolonicemos el feminismo
La imagen de dos activistas francesas en Rabat, en la tumba del héroe de la descolonización, enarbolando un lema de inspiración estadounidense, fija en la opinión pública marroquí la idea de que las reivindicaciones LGTBI son una amenaza ligada a las potencias coloniales. Ni una sola palabra sobre los colectivos locales, cuyo trabajo se ha visto comprometido por una acción arrogante y etnocéntrica.
Brigitte Vasallo y Gerard Casas | Pikara Magazine, 2015-06-16
http://www.pikaramagazine.com/2015/06/carta-abierta-a-femen-descolonicemos-el-feminismo/

“Vengo de hablar con mis colegas de Rabat y están muy agobiadas, tristes e indignadas… La gente del colectivo está decepcionada: estaban avanzando y haciendo cosas a su ritmo en estos dos años, y zasca… Sabíamos que esto podía pasar, pero no de este modo o a causa de esto… Es tan duro, es tan injusto…” Así acababa el viernes pasado un activista cercano a Aswat, el mayor colectivo marroquí por los derechos de las personas LGTBI, su narración de lo sucedido en la última semana. Una semana de represiones que culminó con una acción de Femen en Rabat que ha venido a complicar extremadamente sus luchas en el país.

Desde ese agobio compartido os escribimos esta carta. Con la rabia, la tristeza, la indignación, el desaliento y la impotencia que nos invade cada vez que emprendéis acciones racistas en nombre del feminismo y de los derechos LGTBI. La escribimos con la rabia y la tristeza pero vamos a intentar, en honor a ese mismo feminismo, abrir con vosotras un espacio de diálogo, para explicar por qué rechazamos la acción en Rabat, y por qué vuestra forma de relacionaros con las mujeres, las feministas y l*s activistas en Marruecos y el mundo árabo-musulmán pertenece a una época que necesitamos urgentemente dejar atrás.

El contexto de las luchas LGTBI en Marruecos: Aswat como ejemplo
El artículo 489 de la Constitución marroquí sanciona “los actos licenciosos o contra natura con un individuo del mismo sexo” con penas de tres meses hasta seis años de prisión y multas de 120 a 1200 dírhams. Este mismo artículo, sin embargo, no surge de una tradición histórica propia de Marruecos sino que constituye una de las herencias de la colonización francesa, que cambió radicalmente la percepción existente en el país sobre prácticas sexuales no heteronormativas ampliamente recogidas en la literatura, las historias populares y los cotilleos de barrio, y les asignó una categoría permanente (y europea): LGTBI. El rechazo a esta categoría y, ahora ya sí, a unas prácticas que se han resemantizado nacen tanto del heterocentrismo reinante en todo el planeta como de resistencia a la colonización. Y esta cuestión, en referencia a la acción del pasado 2 de junio, es de una extrema importancia.

En los últimos dos años el colectivo Aswat, (lo tomamos como ejemplo no solo por su importancia sino por conocerlo de cerca) surgido a partir de una revista virtual que llevaba funcionando desde 2012, se ha consolidado y ha llevado a cabo numerosas campañas y acciones en defensa de los derechos LGBTI en Marruecos. En 2013 y 2014 lanzaron varios vídeos de protesta en contra de la ley 489, crearon KAYNIN, una mini serie web que pretende mostrar y denunciar casos de homofobia, y salieron a la calle a repartir mano en mano una carta que el colectivo había escrito conjuntamente para compartir la discriminación que sufren y exigir su hueco como ciudadanos y ciudadanas en la sociedad marroquí. Este año, como parte de la campaña del día internacional contra la homofobia y la transfobia, Aswat ha emitido un manifiesto, firmado por activistas y figuras públicas diversas, en el que formalmente se exige la abolición del artículo 489 de la constitución. Aswat ha recibido cientos de fotografías de personas de todo el mundo en muestra de apoyo y solidaridad, en las que, por primera vez, también se incluye un gran número de personas marroquíes a cara descubierta. Personalidades del mundo del arte y la cultura como el escritor Abdelah Taia y la cantante OUM también han manifestado públicamente su apoyo al trabajo de Aswat.

Desde el terreno, los colectivos conocen mejor que nadie sus objetivos, sus luchas, sus dinámicas, sus horizontes y sus riesgos. Si desconocemos sus luchas no es porque no existan, es porque somos ignorantes, sin más.

La acción en Rabat como imagen estática del colonialismo europeo
Marruecos tiene infinidad de lugares perfectamente reconocibles e icónicos en los que llevar a cabo una acción de protesta. La elección de eso que la prensa está denominando ‘Torre Hassan’ es posiblemente la peor de todas, porque ese lugar es, precisamente, donde está ubicado el mausoleo del rey Mohamed V, que es, a ojos de la opinión pública marroquí, el héroe nacional de la independencia respecto a Francia. Es el rey que fue expulsado del país por los colonos, que luchó por la descolonización y que regresó al país para negociar los términos de la independencia. Mohamed V es un icono de la identidad nacional marroquí frente a la ocupación.

En ese lugar con tanta carga colonial, se presentan dos activistas francesas, es decir, súbditas de la metrópolis colonizante. Y llevan inscrito un lema, por si fuese poco, que dice: ‘In Gay we trust’ haciendo un juego de palabras absolutamente desafortunado con el emblema ‘In God we trust’ que aparece en los dólares, la moneda de Estados Unidos, la otra gran potencia colonial responsable, os lo recordamos, de la guerra civil en Iraq y aliada de Israel y de Arabia Saudí, país que está imponiendo en el resto del mundo árabo-musulmán el wahabismo, una de las miradas más retrógradas y fascistas del islam. La alianza Estados Unidos-Arabia Saudí-Israel es uno de los grandes problemas de las comunidades LGTBI del mundo árabo-musulmán. Con todas esas piedras habéis topado.

Dos activistas francesas en la tumba del héroe de la descolonización enarbolando un lema de inspiración estadounidense, es un resumen perfecto de toda la iconografía colonial. Es una imagen estática que fija en las retinas de la opinión pública marroquí, activistas y personas LGTBI incluidas, la idea de que las reivindicaciones LGTBI son una amenaza ligada a esas mismas potencias coloniales que les joden la existencia a diario. Es generar una unión indisoluble de conceptos que va a ser muy difícil deconstruir. Y que no la vais a deconstruir vosotras: con eso tendrán que lidiar en los próximos años esas personas a las que decís apoyar.

Si queríais un lugar de alto poder simbólico para los movimientos civiles marroquíes, deberíais haber ido al Parlamento, a la Avenida Mohamed V o a Bab el Had, donde los movimientos locales realizan sus acciones. La ventaja de la Torre Hassan es que es un lugar mucho más tranquilo. Vuestra lideresa, Inna Shevchenko, acaba de explicar que lo escogisteis porque allí iba a edificarse la mayor mezquita del mundo musulmán. Parece una broma: ese proyecto fue abandonado en el siglo XII, y sus restos destruidos por un terremoto en el siglo XVIII. Ahí no hay mezquita, sino símbolos de la independencia marroquí. Y mucha calma (como se ve en el vídeo) para hacer una acción de poco riesgo y dejar el marrón detrás vuestro.

El lujo de la ignorancia
Cuando hay vidas en juego, y no son precisamente las vuestras, (ellas mismas cuentan que les permitieron fumar en comisaría) no podemos permitirnos el lujo de la ignorancia. Bastaban un par de llamadas para que cualquier persona vinculada a los derechos civiles o a la historia de Marruecos os avisase de que aquel era el peor lugar y esa la peor consigna. Bastaba buscar el lugar en Wikipedia para conocer su simbología, tan sencillo era.

Pero la cuestión va más allá: una acción de este tipo solo puede salir desde el terreno mismo y estar articulada con los y las activistas sobre el terreno. Y ni tan solo con una persona o con un pequeño grupo: la decisión era demasiado importante como para tener poco consenso. Cabe la posibilidad (y agradecemos a Ángeles Ramírez el habernos señalado el punto) de que esa articulación haya existido y debáis mantenerla en secreto por motivos de seguridad. Estupendo. Nada de la entrevista con la lideresa deja entrever una articulación. Ni una sola palabra sobre los movimientos civiles marroquís. Ni una sola palabra sobre las luchas o las reivindicaciones locales. Nada. “Femen exige a Marruecos abolir sus leyes homófobas”. ¿Y sabemos qué le piden las ciudadanas y ciudadanos marroquíes a Marruecos? ¿Sabemos cuáles son las prioridades de los movimientos civiles y LGTBI?

Aunque hubiese habido algún tipo de contacto con asociaciones locales, lo importante de las acciones es el mensaje que envían, y la imposibilidad de visibilizar la (dudosa) articulación le quita validez a la acción. Porque el mensaje que queda es un mensaje racista (ya no digamos clasista). Y ni siquiera nos sorprende, de ahí que os demos poco margen de duda. Vuestro historial de acciones en el mundo árabo-musulmán, y valgan un par de ejemplos por si nos falla la memoria a corto plazo, juegan en vuestra contra.

En navidad de 2013 amenazasteis con una acción en la iglesia de la Natividad de Belén. Ante las protestas de los y las habitantes de la ciudad, la respuesta de la lideresa Inna Shevchenko fue contundente: “Respetamos nuestra guerra desnuda contra la opresión, y si hay culturas que no saben coexistir con esa idea, significa que son anti-humanistas y no merecen nuestro respeto“. No nos queda claro si “esas culturas” hacían referencia a la israelí o a la palestina pues, como sabemos la mayoría, Belén es una ciudad palestina estrangulada económicamente por la ocupación israelí. Sus habitantes dependen del turismo religioso para resistir unas condiciones de vida infrahumanas. Sus protestas no tenían que ver con la coexistencia con vosotras y vuestra desnudez, ni con la anti-humanidad de la muy castigada y muy digna población palestina (“We teach life, sir“ ¿recordáis el spoken word de Rafeef Ziadah?), sino con su supervivencia bajo la ocupación israelí. La respuesta de la Shevchenko sí es un ejemplo clarísimo de la deshumanización de las identidades subalternas. Del desprecio absoluto por el dolor de los y las demás.

(Las acciones de Femen Israel en el interior de sinagogas o en el Muro de las Lamentaciones, dicho sea de paso, se están haciendo de rogar. De momento, planos generales de Jerusalén, y mucha petición de acabar con la discriminación de las mujeres, pero ninguna dirigida a la discriminación que sufren las también mujeres palestinas por parte del Estado de Israel).

En marzo de 2013, la activista de Femen tunecina (esta vez sí, local) Amina Tyler realizó una acción de torso desnudo en las redes. El apoyo que recibió de las activistas de Femen de todo el mundo fue la llamada Topless Yihad que llevó a la propia Tyler a abandonar el grupo por islamófobo. Infinidad de mujeres musulmanas de todo el mundo reaccionaron exigiendo a Femen que dejasen su misión de salvamento no solicitada (mientras otras mujeres musulmanas, como la abogada tunecina Bochra Belhaj Hmida, organizaban la defensa de la Tyler ante los tribunales).

La respuesta de la Shevchenko volvió a ser espectacular, y en una carta reproducida en los medios les preguntaba, por ejemplo: “Decís que tenéis la vida que os gusta. ¿Ser la quinta esposa en un harén o, como máximo, la favorita, eso es?“ Nos sangran los ojos al leer estar frase y pensar en todas las luchas que llevan a cabo las mujeres musulmanas. Se nos desgarra el cuerpo entero al pensar, sin ir más lejos, en las guerrilleras de Rojava, musulmanas también, que han plantado cara al mismísimo Estado Islámico, sin financiación opaca y sin photocall de lujo. ¡Un poco de respeto por las compañeras que han puesto su vida en la lucha, y un poco menos de arrogancia y de ignorancia! Si de lo que queréis hablar es de poligamia, hablemos: para empezar, el número máximo de esposas permitido es 4 esposas, en ningún caso de 5 (eso también hasta Wikipedia lo sabe) y si actualmente la poligamia es una práctica residual en buena parte del mundo árabo-musulmán, y si ha sido eliminada de muchos códigos de familia, es gracias a las luchas de esas mujeres que menospreciáis, no a la arrogancia desinformada de una lideresa de tómbola europea. La poligamia obligatoria es una de las grandes batallas de las mujeres musulmanas, feministas o no. Y en cuanto a la poligamia decidida, voluntaria, no estaría de más que abriésemos líneas de diálogo para escuchar sus estrategias, nosotras que estamos empantanadas en los hilos mortíferos del amor romántico y sus violencias, que se cobran la vida de tantas de nosotras cada año, cada día.

El mensaje que lanza esta acción vuelve a recordar estrepitosamente a las asociaciones pro-vida negándonos el derecho a abortar “por nuestro bien”. Realizar una acción de este tipo sin contar con un amplio (¡amplio!) apoyo de las activistas del terreno es subalternizarlas, invisibilizarlas, usurparles el lugar de enunciación, no reconocerles la agencia para decidir sobre sus cuerpos y sus circunstancias. Y está siendo, como lamentablemente ha sucedido, poner en peligro su trabajo, su integridad y sus vidas. No solo es de una estupidez desmesurada, de un egoísmo e inconsciencia aterradores, sino que el mensaje es profundamente machista, racista y colonial.

Colonialismo, patriarcado, etnocentrismo
La desgracia de no conocer la historia o de ignorar sus enseñanzas es que se repiten los mismos errores durante siglos y siglos. Esta acción de Femen es típica no solo de un feminismo autoreferencial, blanco, anticuado y casposo, sino que pertenece, directamente, al siglo XV. Un feminismo que no se alimenta en las luchas de liberación sino que se ahoga en los lodazales de la opresión, directamente heredero de la evangelización y las misiones, de las grandes empresas conquistadoras que llamaban a llevar “el bien” a las poblaciones “sin civilizar”. La idea de evangelización fue cambiando de nombre a través de los siglos, pero conservó sus fondos: de “evangelizar” pasamos a “civilizar”, a imponer nuestras democracias a base de bombas y nuestra paz a base de guerras. Femen ha ido a Marruecos a explicar a l*s pobres indígenas qué es la libertad. De tanto creer que estáis inventado la rueda, estáis rodando sobre ideas que remontan a cinco siglos y que jamás en cinco siglos nos llevaron a buen puerto. No tenemos tiempo para seguir repitiendo, infinitamente, los mismos errores.

El colonialismo es el proyecto de destrucción masiva de un puñado de hombres blancos, cis y heterosexuales orgullosos de serlo, que se creen dueños del mundo y ejercen como tales. Que imponen sus ideas y sus cuerpos, que se erigen como dueños y señores de una verdad única, de una forma de vida única, de un único futuro posible que pasa por ellos y el ejercicio de su privilegio en detrimento de las vidas, los pensamientos, la integridad y los futuros posibles del resto de existencias. Desgraciadamente, no están solos, y de ahí les viene su poder. Esos amos del mundo tienen una miríada de sirvientes deseos*s de ser sus iguales, mendigantes por unas migas de poder y una sonrisa aprobatoria.

Cuando no nos articulamos ampliamente, cuando ignoramos los privilegios que se nos señalan, cuando oprimimos, obcecadas como estamos en la propia opresión y sin entender, ni escuchar, a quién ya ha explicado y demostrado que se puede ser sujeto oprimido y sujeto opresor simultáneamente, cuando el sistema sexo-género nos impide ver el bosque de ejes de la diferencia que nos atraviesan, cuando solo nos interesa lo que nos duele personalmente, lejos de ser radicales nos convertimos en las buenas esposas que le hacen, serviles, la cama al patriarcado, esperando los aplausos de un amo que se regocija con nosotras y aprovecha nuestra ignorancia para lanzar ataques feroces a través de nuestros cuerpos serranos.

En el documental Ucrania no es un burdel, de la cineasta Kitty Green, aparece Victor Svyatski, el hombre que os fundó, hablando de vosotras en estos términos: ”Estas chicas son débiles, no tienen un carácter muy fuerte. Por el contrario, son sumisas, sin garra, impuntuales y otras muchas cosas que les impide ser activistas políticas. Son cualidades que es necesario enseñarles”. Decís haberos librado del hombre machista que os fundó. Ahora es tiempo de libraros de las mujeres racistas que os lideran. No podéis seguir ignorando las quejas de las personas a las que decís apoyar. No podéis seguir hablando de libertad sin respetar la libertad de las luchas sobre el terreno, particulares, situadas, diversas, interseccionales, articuladas. ¿Cuántas cartas harán falta para que respetéis la libertad de todas para decidir sobre nuestros cuerpos, nuestras estrategias, nuestros modos? ¿Tanto más importantes son vuestras acciones que nuestras vidas? ¿Tanto más vuestra fama que nuestro futuro colectivo?

Y las y los demás, las feministas hegemónicas, las blancas, las que surgimos de la historia colonial, no podemos seguir justificando a Femen con argumentos también paternalistas: que si son jóvenes (como si la empatía tuviese edad, como si tod*s l*s jóvenes fuesen idiotas), que si son ignorantes, que si ya aprenderán. Que si sus acciones directas tienen atractivo para las chavalas jóvenes… Jóvenes y blancas, añadimos, del mismo modo que el machismo, nos dicen algunos hombres, es una mierda pero es tan divertido…

No podemos esperar a que os iluminéis cuando todo el conocimiento está ya a vuestro alcance. Cuando lo hemos hablado, debatido y escrito centenares de veces. Cuando en el resto del mundo se están articulando prácticas infinitamente más interesantes que nuestras tetas y nuestros vuelos chárter. No podemos seguir siendo complacientes con acciones que alimentan el racismo y el colonialismo, que legitiman la idea de que podemos ir por el mundo con nuestras cremas solares y nuestro privilegio de pasaporte europeo a liarla parda para luego volver a nuestros sofás. “Después de mí, el diluvio”, como cuenta la leyenda que afirmó Luis XV, otro gran déspota. ¡Basta ya de sembrar tempestades!

El feminismo racista es machismo disfrazado
Por todo esto, por las fracturas que generáis, porque vuestro lugar de enunciación remite al nuestro, y por el asco, la rabia, la tristeza que nos provoca ese lugar compartido, porque formamos parte del entramado colonial y racista, y no podemos ni queremos girar la cara y evitar posicionarnos, os mandamos esta carta. No por vosotras, ni siquiera por las y los compañeros marroquíes que se bastan y se sobran para frenaros, sino por tod*s l*s que creemos que el feminismo es una mirada transversal y transformadora.

No caeremos en la trampa de decir que lo vuestro, de feminismo, tiene poco. No somos expendedor*s de carnets de feminista®. ¿Os nombráis feministas? Sea. Pero no pactaremos sobre un feminismo que ignora, sistemáticamente, los propios privilegios. Un feminismo que, con su ignorancia y etnocentrismo, está renunciando a alianzas, nos está apartando de de movimientos de los que tenemos mucho que aprender, de los que necesitamos aprender mucho. Porque no es suficiente con indignarnos y nombrarnos decoloniales e interseccionales. Porque nos sentimos, mal que nos pese, responsables también de vuestras acciones, y necesitamos urgentemente hacer resistencia activa desde nuestros entornos hegemónicos a esa gran máquina de opresión que es el feminismo colonial. El feminismo machista que tan bien representáis.

miércoles, 10 de junio de 2015

#hemeroteca #homofobia | Colectivo gay marroquí se desmarca del acto de Femen de desnudarse en Rabat

Imagen: Google Imágenes / Placebo
Colectivo gay marroquí se desmarca del acto de Femen de desnudarse en Rabat.
EFE | La Vanguardia, 2010-06-10
http://www.lavanguardia.com/vida/20150610/54432737197/colectivo-gay-marroqui-se-desmarca-del-acto-de-femen-de-desnudarse-en-rabat.html

El colectivo gay marroquí Aswat, único activo en el país y de carácter clandestino, se desmarcó del acto protagonizado la pasada semana por dos activistas de Femen-Francia en Rabat, en el que se fotografiaron semidesnudas y besándose en un lugar público.

"No podemos de ningún modo adherirnos o participar en una acción similar a la de Femen en Marruecos, que va contra nuestra visión de un compromiso y una lucha pacífica, y no la provocación y el choque, para defender nuestra causa, que es la de los derechos humanos", señalan en un comunicado.

Las activistas de Femen, desnudas de cintura para arriba y con el lema "In Gay we trust" estampado en su torso, explicaron su acción como un llamamiento contra las leyes homófobas marroquíes, que castigan hasta con tres años de cárcel la homosexualidad.

El comunicado está en realidad centrado en lo sucedido posteriormente a dos homosexuales locales, detenidos en el mismo lugar en el que las activistas de Femen se habían fotografiado.

El ministerio del Interior marroquí hizo públicas sus identidades y sus fotografías en las horas siguientes, y la primera cadena de la televisión pública las difundió en su informativo más visto, lo que para Aswat constituye "una campaña de difamación para con los dos detenidos antes de su proceso, ya que supone un juicio social".

El colectivo gay recuerda que, tras la difusión de sus identidades y sus fotos, las familias de los dos hombres tuvieron que soportar la "visita" de grupos de manifestantes homófobos que profirieron ante sus domicilios eslóganes contra los gays y lesbianas "sin que la policía interviniese para garantizar la seguridad de esas familias o parar estas manifestaciones de odio".

La homosexualidad no solo está castigada penalmente en Marruecos, sino que además sufre de una gran reprobación social, como en el resto del mundo musulmán.

jueves, 4 de junio de 2015

#hemerotheque #homophobie | Qui va sauver les homosexuels marocains?

Qui va sauver les homosexuels marocains?
Abdellah Taïa | Telquel, 2015-06-04

http://telquel.ma/2015/06/04/tribune-abdellah-taia-va-sauver-les-homosexuels-marocains_1450375

L’écrivain marocain Abdellah Taïa réagit à la condamnation de trois hommes à Taourirt à trois ans de prison pour homosexualité. Un cri du cœur pour défendre ceux qu’on oublie.

J’ai vu hier soir un film japonais sur l’esclavage, le chef-d’oeuvre “L’intendant Sansho” de Kenji Mizoguchi, où un père donne à son fils ce dernier conseil: «L’homme sans pitié est inhumain. Sois dur pour toi et généreux pour autrui.»

Bouleversé par ces mots simples et tellement justes, je n’ai pu m’empêcher de faire immédiatement le lien avec les trois hommes de Taourirt, cruellement condamnés il y a quelques jours à trois ans de prison (peine maximale) pour «homosexualité» et déjà oubliés par les Marocains. Certes la presse a évoqué leur histoire et Internet a impitoyablement relayé les photos humiliantes, dégradantes, de leur arrestation «en flagrant délit» par la police suite à une dénonciation. Mais depuis, rien. Les homosexuels marocains, ce n’est vraiment pas la priorité pour le pouvoir et les citoyens hétérosexuels de ce pays. C’est de leur faute, n’est-ce pas, «ces pédés» n’avaient qu’à se repentir, se soigner, s’abstenir, bien se cacher…

Cela fait au moins 10 ans que l’homosexualité est omniprésente dans les médias marocains, largement débattue. L’association LGBT Aswat ne cesse de lancer régulièrement et courageusement des initiatives pour demander sa dépénalisation. Les chanteurs ouvertement homosexuels Elton John, Mika et Ricky Martin ont été officiellement invités à se produire au festival Mawazine et leur concert transmis en direct sur 2M TV (*). Mais, malgré cela, l’homosexuel marocain, lui, n’existe toujours pas. Il ne doit surtout pas exister si ce n’est comme un criminel. Quand il habite à Taourirt, là-bas, si loin de Rabat et de Casablanca, son sort n’intéresse personne au Maroc. Qui connaît d’ailleurs l’existence de la ville de Taourirt? Qui jamais parle de Taourirt? Ca se trouve où déjà, ce bled?

Un sondage récent nous apprend que plus de 80% des Marocains se déclarent contre l’homosexualité. Ils assument franchement cette intolérance, cette discrimination, ce racisme : l’homophobie. Quand je lis cela, j’ai honte et j’ai envie de pleurer. Chialer. Tellement c’est insupportable!

Le Marocain est-il à ce point égoïste, insensible, cruel? Le malheur et l’injustice que subissent ses frères et sœurs (homosexuels ou pas) ne l’intéressent pas? Ne le concernent pas? Pourquoi cette indifférence, ce silence, cette terrifiante politique de l’autruche?

Pour justifier leur condamnation de l’homosexualité, certains (la plupart en fait) évoquent sans aucune nuance l’islam, le Coran, nos traditions. Nous sommes des Arabes, des musulmans, nous n’acceptons pas parmi nous les invertis, les pervers! A ceux-là, j’ai envie de répondre ceci: le Coran recommande le pardon, l’islam incite à ne jamais se hâter dans la condamnation de l’autre et nos traditions elles-mêmes ont un cœur tendre pour nous, tous, absolument tous!

Pourquoi alors persister au Maroc dans la cruauté? Pourquoi la peine maximale de trois ans au mécanicien de Taourirt et à ses deux amis? Il est vrai qu’ils n’ont pas la chance, eux, d’être de nationalité britannique comme l’homosexuel Ray Cole qui, arrêté à Marrakech fin 2014 avec un Marocain, a été emprisonné puis, suite aux pressions médiatiques de son pays, vite libéré. Il faudra que quelqu’un nous explique officiellement cette différence de traitement. Le Marocain homosexuel est-il plus coupable aux yeux de la justice qu’un Britannique homosexuel? Au second, on pardonne tout et sur le premier, on s’acharne sans relâche?

Tout cela est d’une tristesse absolue.

Si j’écris ce texte c’est parce que je me sens plus que solidaire avec le pauvre mécanicien de Taourirt et ses deux amis. Je pense à eux dans leur cellule en ce moment, à comment on les traite, à comment on les regarde. J’imagine tout, facilement. L’horreur. Et je ne cesse de me répéter que, malgré tout ce qu’on dira au Maroc, ils n’ont commis aucun crime. Ils essayaient juste de vivre, de voler un moment de liberté sexuelle que la société et l’État marocains leur interdisent officiellement. Mais où est ce Marocain, ou bien cette Marocaine, qui respecte intégralement tout ce que prévoient la religion et les lois du pays ? Est-ce qu’il/elle existe seulement? La réponse est évidente. Et pourtant, quand on est «attrapé» au Maroc, on est si seul: plus personne pour vous reconnaître, vous aider, se battre avec vous. Bien au contraire : c’est alors pour beaucoup de monde l’occasion rêvée pour exister en vous enfonçant. Pas de pitié. Pas de générosité. Une mauvaise foi schizophrénique en veux-tu, en voilà.

Les libertés individuelles n’existent pas au Maroc. Il n’y a pas de lois pour protéger les citoyens qui, eux, veulent se libérer des contraintes, des condamnations sociales et assumer leurs choix de vie. Vivre librement ne signifie pas vivre d’une manière sauvage. Cela veut juste dire s’engager dans la société, en étant sincèrement qui on est, cesser de perdre son énergie à vouloir toujours satisfaire des exigences et des traditions depuis longtemps obsolètes.

Quand est-ce qu’on va enfin comprendre dans ce pays qu’un Marocain libéré et épanoui travaillera mieux, pour lui et pour son groupe, pour la société, pour le monde ? Je ne suis sans doute ni le premier ni le dernier à poser cette question plus que légitime et qui attend toujours une réponse sérieuse, adulte, et non pas un rappel à l’ordre systématique.

Je suis écrivain. Je suis marocain. Je suis homosexuel. Et, sincèrement, j’en ai plus que marre de constater que même ceux qui d’habitude défendent la liberté avec vigueur ne sont jamais là pour soutenir les homosexuels marocains dans leur combat. Ils se dérobent, ils se cachent, après tout ce n’est pas leur problème… Ils ont peur d’être «salis», de perdre leur soit-disant crédibilité dans le milieu où ils évoluent. Il faut d’abord régler tant de questions ici avant d’aborder celle des homosexuels! Ce n’est pas encore le moment! Soyez patients! Etc. Un discours hypocrite tout prêt et resservi à chaque fois avec beaucoup d’aplomb.

Il n’y a pas si longtemps j’étais encore un adolescent homosexuel dans la ville de Salé livré quotidiennement aux mâles sexuellement frustrés du quartier, insulté, violé, battu, obligé de baisser continuellement la tête dans l’espoir qu’on me laisse tranquille. En vain. Tout le monde savait l’enfer qu’on m’obligeait à vivre. La violence inouïe. Personne ne m’a défendu. Personne. J’ai payé dans mon petit corps le prix des contradictions vertigineuses de ce pays. Ce qui m’est arrivé petit arrive aujourd’hui encore à beaucoup de jeunes Marocains homosexuels. Était-ce de ma faute? Est-ce de leur faute ? Et que fait l’État pour protéger ces enfants, ces adolescents?

L’homosexuel(le) n’est pas un monstre. Ce n’est pas une honte ni un malade. C’est un être humain. C’est ton enfant, ton frère, ta sœur, ton père, ta tante, ton voisin, ton ami(e), ton professeur, ta nièce, ton député, le mécanicien de ton bloc… Quelqu’un avec qui nous vivons tous et que nous tuons chaque jour un peu plus. Jusqu’à quand ces horreurs et cette inhumanité? Qui va sauver enfin les homosexuels marocains?

(*) Cette chronique a été écrite quelques jours avant la manifestation des Femen à Rabat et le concert de Placebo.

DOCUMENTATION
Deux gays s’embrassent devant la tour Hassan, Al Aoula les «out» dans son JT
Telquel, 2015-06-04

http://telquel.ma/2015/06/04/gays-sembrassent-devant-tour-hassan-al-aoula-les-out-jt_1450580
Aswat dénonce de nouveaux emprisonnements pour homosexualité
Telquel, 2015-05-05

http://telquel.ma/2015/05/05/aswat-denonce-nouveaux-emprisonnements-homosexualite_1444811