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sábado, 4 de julio de 2020

#hemeroteca #homosexualidad #testimonios | El doble armario de Pío del Río

El País / Pío pasea con su pareja Nicolás
El doble armario de Pío del Río.

Hasta ahora, los libros sobre el científico, figura de relevancia mundial, ocultaban su homosexualidad. Una biografía rescata su figura al completo.
Antonio Calvo Roy | El País, 2020-07-04
https://elpais.com/cultura/2020/07/03/babelia/1593776787_936118.html 

La sombra de Ramón y Cajal es más alargada de lo que puede parecer, y eso que parece muy larga. Además de sus aportaciones en el campo de la neurología, revolucionarias en su momento y aún vigentes, fue capaz de crear una escuela histológica en la que, con frecuencia, su imponente presencia ha impedido ver a otros investigadores que por sí mismos son extraordinarios: el luminoso árbol de Cajal no ha permitido ver ese bosque de lumbreras. ‘Un científico en el armario’ es, más que una biografía al uso, la de Pío del Río Hortega (1882-1945), un paseo por ese bosque y por esa época deslumbrante, el primer tercio del siglo XX, la edad de plata de la cultura española.

Entre los más notables árboles neurológicos, además de Nicolás Achúcarro, fallecido muy prematuramente, con 37 años, destaca el trío de ases de Rafael Lorente de No, Fernando de Castro y el propio Pío del Río Hortega. Entre ellos, este último, tanto por sus aportaciones científicas como por su proyección internacional, es el más importante de todos, según el historiador de la medicina José María López Piñero. Y, como ocurre con frecuencia, de Del Río Hortega faltan biografías, como faltan de tantas personas, hombres y mujeres, que se han dedicado a la investigación en España. Esta cultura llena de lagunas —lacustre, según Augusto Monterroso— va desecándose poco a poco gracias a visiones nuevas, aportaciones originales, como esta de Elena Lázaro, que permiten entender y conocer personalidades influyentes y poliédricas, como la del histólogo vallisoletano. Biografías, afortunadamente, escritas y pensadas para el gran público.

Entre los investigadores alemanes que leían a Hortega se puso de moda el verbo ‘hortegieren’, “horteguear”, con el cajaliano significado de utilizar con precisión una técnica concreta de tinción en el laboratorio. De hecho, la disputa histórica entre Del Río y Cajal surgió, entre otros diversos y múltiples motivos, porque el discípulo desarrolló una técnica de tinción, la del carbonato de plata, ideada por él mismo. En histología, entonces, uno valía tanto como su capacidad de inventar y usar técnicas de tinción, los sistemas para distinguir qué hay en el interior de las células, una especialidad en la que Cajal había sido sobresaliente. Con su técnica, Del Río describió la microglía, un tipo de células neurológicas que forman el sistema inmunitario del sistema nervioso central, a las que Cajal había descrito erróneamente y que pasaron a llamarse células de Hortega. Más adelante describió también, incluidas las funciones en su último trabajo científico, la oligodendroglía, otro tipo de células del sistema nervioso. No en vano su laboratorio, heredado tras la temprana muerte de Achúcarro, era, según Cajal, “la más activa de las hijuelas del Laboratorio de Investigaciones Biológicas”, el que había creado el Nobel.

Tras la agria disputa con Cajal, Del Río hubo de cambiar la sede de su laboratorio, y esa circunstancia, precisamente, le permitió conocer, según el relato de Severo Ochoa, a Nicolás Gómez del Moral, el “íntimo amigo” que brindó “sus más solícitos y afectuosos cuidados” a Del Río, al que el encontronazo con Cajal había hecho enfermar con “elevada fiebre e incesante delirio”. Sin embargo, un llamativo silencio evita el nombre de Gómez del Moral en los trabajos sobre Del Río, incluso aquellos que hablan con detalle de su vida y de su infancia. Sale mucho Portillo, su pueblo natal, y muy poco Nicolás, su pareja, algo que no debería dejar de llamar la atención. ¿Es posible pensar en la vida de Severo Ochoa sin Carmen o en la de Cajal sin Silveria? ¿Tiene sentido, entonces, ocultar a Nicolás?

Por eso parece oportuno el libro de Lázaro, como es oportuno preguntarse si es pertinente hablar de la condición sexual del investigador. Javier Armentia, prologuista de este libro, astrofísico y vocal de PRISMA, la Asociación para la Diversidad Afectivo-Sexual y de Género en Ciencia, Tecnología e Innovación, asegura que “no entenderíamos el género biográfico sin alusiones al yo y a sus circunstancias. Pero además, cuando esa experiencia vivencial supone un delito (como lo era la homosexualidad en los tiempos de Pío del Río Hortega) y te puede hacer objeto de inquinas o desprecio, es algo relevante”. Si una biografía muestra cómo es una persona —qué hizo, dónde y cómo—, “es comprensible que el entorno familiar, social, las relaciones, la vida compartida sean parte de la historia, porque permiten entender un personaje que ha contado con esos apoyos (o esas trabas) en su desarrollo como persona destacada”.

Y con respecto al campo de la investigación, “ese que querríamos ver regido por la objetividad y la razón que aplica a su análisis del mundo”, dice Armentia, “la gente se comporta, sin embargo, movida por el prejuicio y la desconfianza, pero tiene menos lógica. Conocer, por tanto, a grandes personajes del mundo de la ciencia que fueron o son LGTBIQ proporciona una visibilización que desmonta esos prejuicios, que evidencia que la discriminación que existe no debería justificarse en que es de señores educados no hablar de con quién se va uno a la cama”.

Así, Elena Lázaro nos saca del doble armario en el que se encuentra a Pío del Río, el de la invisibilidad de los científicos y el de su condición sexual. Un título, pues, doblemente oportuno. Y una historia apasionante, la de la época y la de la peripecia personal de Pío del Río Hortega, vallisoletano, histólogo de relevancia mundial, republicano comprometido que murió en el exilio franquista y homosexual.

miércoles, 24 de junio de 2020

#hemeroteca #libros #homosexualidad | Elena Lázaro: «Este libro es una mezcla de elementos, de intereses, de miradas e incluso de estilos»

Imagen: Next Door / Elena Lázaro

«Este libro es una mezcla de elementos, de intereses, de miradas e incluso de estilos»

Elena Lázaro Real | Next Door Publishers, 2020-06-24

https://www.nextdoorpublishers.com/este-libro-es-una-mezcla-de-elementos-de-intereses-de-miradas-e-incluso-de-estilos/ 

Nunca he sido un hacha clasificando conceptos. Tampoco recibiré nunca el Nobel de la adjetivación y creo que semejante limitación no tiene otra razón que no sea mi alergia al etiquetado. Soy incapaz de categorizar, de comprimir la realidad. Y esta vez no iba a ser una excepción.

¿Cómo definiría ‘Un científico en el armario’? Si tengo que hacerlo yo vamos a necesitar demasiado tiempo porque este libro es bien parecido a su autora, es decir, una mezcla de elementos, de intereses, de miradas e incluso de estilos.

‘Un científico en el armario’ podría ser una biografía, por cuanto existe en sus páginas una narración histórica de la vida de Pío del Río Hortega, científico perteneciente a la Escuela Histológica Española exiliado en Argentina tras la Guerra Civil.

‘Un científico en el armario’ podría ser una obra de divulgación por cuanto pretende contribuir a entender la investigación histológica y neurológica a partir de la obra de uno de los científicos más relevantes del primer tercio del siglo XX, dos veces candidato al Premio Nobel.

‘Un científico en el armario’ podría ser el relato de una vida imaginada a partir de las pistas contenidas en unas cartas firmadas hace casi un siglo por Nicolás Gómez del Moral, la persona con la que Pío del Río Ortega compartió su vida; su pareja.

‘Un científico en el armario’ podría pues ser una obra de historia política escrita por una aprendiz de historiadora, una obra de divulgación narrada por una periodista científica o sencillamente una novela breve imaginada por una aficionada a la narración de historias, una “cuentista”[1]. Pero no seré yo quien la defina. Eso es tarea para alguien más capacitado que su autora, es decir, las personas que la lean.

Así que lean y etiqueten.

[1] Supongo que contadora de cuentos sería más adecuado, pero esa etiqueta de “cuentista” me la puso mi madre hace demasiados años cuando adaptaba la realidad en mis explicaciones y trataba de adornar mis meteduras para ahorrarme broncas y siempre me ha parecido una palabra entrañable.

#libros #homosexualidad #testimonios | Un científico en el armario : Pío del Río Hortega y la historia de la ciencia española

Un científico en el armario : Pío del Río Hortega y la historia de la ciencia española / Elena Lázaro Real ; prólogo de Javier Armentia.

Pamplona : Next Door, 2020 [06-24].
176 p.
Serie: El Café Cajal ; 11.

/ ES / ENS / BIO / Libros / Ciencia / Gais / Historia – Siglo XX / Homofobia / Homosexualidad / Memoria histórica / Neurociencia / Nicolás Gómez del Moral / Pío del Río Hortega / Testimonios
📘 Ed. impresa: ISBN 9788412159837 / 19,00 €

[.es] El primer tercio del siglo XX fue un tiempo de avance político, social y cultural en la Historia Contemporánea española en el que la ciencia vivió su Edad de Plata... Sin embargo, aún se mantienen ocultas las vidas y obras de parte de sus protagonistas. ‘Un científico en el armario’ recupera la vida personal y la obra científica de una de las personas más relevantes de la neurociencia universal: Pío del Río Hortega, candidato en dos ocasiones al premio Nobel y doctor honoris causa por la Universidad de Oxford. Hablar de Pío del Río Hortega es hablar de la investigación neurológica y algunas de sus principales figuras, pero, sobre todo, es dar a conocer la transformación social y cultural del país que tuvo lugar el pasado siglo. El profesor compartió su vida con Nicolás Gómez del Moral con naturalidad y sin ocultarse, en un tiempo en el que para algunos atacar la homosexualidad era un deber patriótico. Nicolás Gómez del Moral acompañó al científico en sus éxitos y en sus fracasos, siguiéndole hasta su exilio primero en Inglaterra y después en Argentina. En un tiempo como el nuestro en el que la identidad sexual y de género es reivindicada públicamente, la ciencia española debería sacar del armario en el que encerró hace años a uno de sus mejores investigadores.