Sinetiquetas, 2015-04-27
http://sinetiquetas.org/2015/04/27/virgenes-de-la-puerta-la-lucha-y-el-coraje-de-las-mujeres-trans-en-el-peru/
En el Perú las cosas están cambiando y se están rompiendo estereotipos. La comunidad transgénero cada día es más visible, pero este cambio no va a un ritmo muy rápido. Siempre se les niega el empleo, y no tienen asistencia en programas de gobierno.
Muchas están destinadas a vivir en comunidades apartadas para protegerse entre ellas. Gracias a la marginación social la única posibilidad de empleo es la prostitución.
Juan José Barboza-Gubo y Andrew Mroczek siempre estuvieron interesados en la población transgénero. Barboza-Gubo a los nueve años presenció un crimen de odio contra una chica trans y se empezó a cuestionar por qué nadie ayudó a la víctima y por qué parecía estar bien acabar con su vida. Así nació el proyecto Vírgenes de la Puerta, una serie de fotografías de personas trans que busca convertirse en una exposición.
El nombre del proyecto hace referencia a la patrona de la ciudad de Otuzco. En 1664, la ciudad ubicada en el norte del Perú, fue asediada por piratas. Ante el temor de ser atacados los pobladores colocaron una imagen de la Virgen Marìa en la puerta de la ciudad. La ciudad nunca fue violentada.
Para los artistas, las mujeres transgénero que aparecen en la muestra son presentadas como íconos de fuerza y resistencia. Además, las coronas que se utilizan les dan una imagen de deidad.
¿Cuánto tiempo tienen preparando el proyecto?
–Comenzamos la investigación para el proyecto hace muchos años. Creo que nuestra primera discusión importante sobre lo que podría ser el proyecto fue en el 2009. Todo marchó mucho más rápido con nuestra colaboración, cuando Andrew fue invitado a ser el curador de mi muestra en la sala de exposición, Cecilia González Arte Contemporáneo en el 2013. Era la primera vez que Andrew conocía el Perú y no fue muy difícil que se enamorara de nuestro país. Él fue capaz de ver todo de golpe, como las personas de la comunidad LGTB están oprimidas innecesariamente y cómo es que existe esta carencia de leyes para protegerlas. Nos reunimos con varias personas durante el viaje, las cuales nos dieron una idea de lo que es ser una persona transgénero en Lima. Fue devastador. Pero, en verdad, también recuerdo el año 2001, siendo estudiante de la Pontificia Universidad Católica del Perú, me sentí atraído a personas que vivían sus vidas fuera de “las normas” . Estaba fascinado por los que desafiaban las categorías, los que no vivían bajo el radar restrictivo de nuestra sociedad. Y creé una escultura de Javier Temple. Él es tan real, elegante, un verdadero artista. En mi escultura hice sus gestos duros, hice hincapié en cada movimiento hasta que se congeló en un momento grave. Si conocen a Javier, sabrán que sus gestos realmente son graves, muy dramáticos; pero también había algo grotesco sobre la escultura. Él me dice incluso ahora que “lo hice como un monstruo”. Tenía razón. Lo hice. Yo estaba claramente en conflicto porque vi a Javier como ser, frente a quién él era como intérprete y artista, y lo que él es como ser humano. El conflicto se basa en lo que yo percibía como las identidades de las personas, sus identidades de género, sus orientaciones sexuales y sus expresiones de género. Y eso está claramente arraigado en las formas en que fui criado… las maneras en que se nos enseña: el miedo. Yo tenía unos nueve años cuando fui testigo de un crimen de odio en contra de una mujer transgénero en Lima. Recuerdo que fue en la noche, ahí mismo, en la vereda, el mismo lugar por donde caminaba todos los días… y nadie la ayudó. Todos se la quedaron mirando con disgusto. Cuando era niño mi impresión de lo que había visto tenía relación con lo que yo percibía como el bien en contra del mal… y lo que vi fue claramente erróneo. Pero yo no entendía por qué fue permitido. ¿Por qué no estaba mal el hacerle daño a esta persona o hacerle daño a “este tipo de personas”. Es fácil para el “adulto – en mi ” entender que el odio es algo que se enseña, pero para el “niño –en mi” en ese momento, trajo mucha confusión y una tristeza que se ha mantenido claramente en mi durante toda mi vida. Cuando crecí y aprendí el término “transgénero” quedé fascinado. Empecé a entender que era como una especie de transformación; pelando las capas de uno mismo con el fin de revelar la verdadera identidad… lo más puro “de ti”, algo que todos deberíamos de encontrar en nosotros mismos. Estas personas están luchando por su verdadero yo, su verdadera identidad. Para eso se necesita un coraje y fuerza que todo el mundo debería aplaudir y apoyar. Es una historia complicada, lo sé, pero ser testigo de aquel abuso y el hecho de que quedó impune, es probablemente la raíz de lo que se convertiría años más tarde en las “Vírgenes de la Puerta”.
¿Cuál es el concepto principal del proyecto? ¿Por qué los elementos religiosos?
–Como seres humanos civilizados tenemos la oportunidad de ser parte de una injusticia o ser parte de lo que la corrige… somos una o la otra: una parte del problema o parte de la solución. Nuestras fotografías celebran la fuerza y la resistencia de estas mujeres transgénero. Les damos fortaleza. Las mostramos como iconos. En lugar de oprimirlas, celebramos su imagen. Las apoyamos. Hay un doble significado en el uso de la iconografía religiosa en nuestro trabajo. El hombre ha utilizado las coronas y capas para deificar a nuestros reyes, a nuestras reinas y nuestros dioses. La Iglesia Católica otorgará una corona a cada Virgen o cada santo y con la misma mano destruye la vida de gente buena sólo por su orientación sexual o identidad de género. Estas coronas y capas no son propiedad exclusiva de la iglesia; son nuestras, de todos nosotros, y las hemos utilizado en estas imágenes para mostrarle al Perú y a todo el mundo que los iconos existen en todos los géneros, en todos los colores de piel, en todos los países. Vimos una oportunidad para apoyar un diálogo existente y para crear uno nuevo, y sumar nuestras voces al que ha existido durante cientos de años… ese es el propósito más importante de este proyecto.
¿Cómo fueron elegidas las locaciones?
–Con mucho cuidado. Estamos muy conscientes de los ambientes que utilizamos en nuestras imágenes. Todo está pensado, todo se considera. Hemos encontrado numerosos lugares en Lima: lugares que en alguna época quizá fueron majestuosos y lujosos, pero ahora se han descuidado. Colocamos a estas mujeres en esos escenarios para reforzar cuán resistentes son ellas. Los límites existentes en el concepto de las clases y rangos sociales en el Perú lentamente se han desmoronando, pero estas mujeres han sobrevivido. Los espacios apoyan este concepto.
¿Ha habido un cambio social que busca la igualdad en el Perú? Si es así, ¿cómo ves que se está avanzando?
–Sí, aunque la aceptación es una tarea muy difícil, sobre todo cuando se nos enseña o está presente el concepto de miedo y represión desde el momento en que nacemos. Pero como peruanos y seres humanos, creo que somos mejores que eso. Como artistas, Andrew y yo tenemos la oportunidad de difundir conciencia y apoyar a una comunidad marginada innecesariamente, es nuestra comunidad. Muchas veces pienso: ¿Somos tan débiles como sociedad, como peruanos, para pensar que nuestra cultura, nuestras creencias y nuestro país se destruirán porque hemos hecho legal que una persona transgénero pueda cambiar su nombre? O, el permitirles ser contratadas en trabajos sin ser discriminadas. O, darles la oportunidad de obtener educación. O, el ser capaz de defenderse de sus agresores. ¿Colapsarían las iglesias? ¿Tu creencia en Dios vacilaría? ¿Habría caos masivo? ¿Desaparecería la ley común? Me pregunto qué habría pasado, si cuando fui testigo de aquel crimen de odio, esta persona se hubiese señalado con el dedo a sí misma en lugar de a esa mujer. Solo se necesita una persona que sea lo suficientemente valiente para pararse a defender sus convicciones y crear un cambio. Es tiempo. Lo es desde hace mucho tiempo. Nuestro país es demasiado grande para caer bajo la presión de los líderes religiosos y políticos corruptos. Y si los artistas somos lo que se necesita para iniciar la revolución y demandar por igualdad y derechos humanos básicos, pues que así sea. Venimos de una cultura tan rica, una cultura que está llena de historia, una cultura que es relevante para toda la humanidad. Vibra en nuestra tierra, en lo que somos. Pero me pregunto… si todo terminase ahora, ¿cómo seriamos recordados? ¿Qué huella dejaríamos? ¿ Una huella de progreso? ¿De visión de futuro? ¿De aceptación? ¿O vamos a ser otra sociedad que ha caído por la tiranía, por la codicia, por un aislamiento forzado y una degradación? ¡Eso sería una lástima!
¿Ha habido un poco de inspiración en el recordado Giuseppe Campuzano? ¿Qué otros artistas, personas o referentes han tomado en cuenta en este proyecto?
–Dentro de nuestro proceso de investigación, Andrew y yo hemos revisado el trabajo de otros artistas que también han investigado y producido importantes obras sobre el mismo tema. En Perú, el trabajo relacionado con los problemas de género van de la mano de la crítica religiosa, social, política y es imposible separarlos sin que afecte una a la otra. Giuseppe Campusano es uno de esos artistas, pero como él también hay otros peruanos que han creado un diálogo e intercambio de ideas con el fin de crear cambios positivos para la comunidad LGTB en Perú. Para nombrar algunos de ellos está Jaime Romero, Frau Diamanda y Javier Vargas que han hecho importantes contribuciones a esta causa, educando, creando cambios, y creando conciencia en la sociedad sobre las injusticias y la opresiones hacia la comunidad LGTB. Estamos influenciados por esos artistas, porque compartimos una visión similar, una causa similar. Andrew y yo pasamos mucho tiempo revisando también el trabajo de muchos artistas prominentes incluyendo Gregory Crewdson, Desiree Dolron, Miguel Rio Branco, e incluso los retratos de Serrano. La Pintura del Renacimiento fue también un recurso importante, específicamente la forma en que la luz crea espacio, volumen y la piel es iluminada. Por último, y tan importante como los otros, pasamos una cantidad considerable de tiempo mirando imágenes vernaculares en un archivo fotográfico del Perú; cientos de miles de fotografías que fueron sacadas de álbumes familiares y de cientos de lugares privados. De primera impresión las imágenes nos dieron una idea sobre momentos muy particulares en la vida de los peruanos… desde el día a día, hasta imágenes de costumbres y celebraciones específicas. Aprendiendo acerca de los espacios tradicionales y las poses de los personajes, así como las historias. Fue un gran recurso, uno que ha proporcionado a nuestro trabajo un mayor sentido de autenticidad.
Buscan crear una exposición de Vírgenes de la Puerta y para ello necesitan una fuerte suma de dinero. ¿De qué forma se puede ayudar?
–Éramos conscientes de que esto iba a ser una batalla cuesta arriba desde el principio. Ya sea por la búsqueda de los recursos adecuados para la producción, el encontrar a las mujeres que fueran lo suficientemente valientes como para ser parte de esto, o recaudar los fondos que necesitamos para que esto ocurra, sabíamos que teníamos un duro camino por delante. Nos sentimos muy afortunados de haber recibido apoyo económico de Rhode Island College y de Lesley University para iniciar el proyecto, ya que personalmente invertimos más de 30 mil dólares para llegar a través de nuestro trabajo a medio camino. Era dinero que estábamos dispuestos a gastar en un proyecto y una comunidad en la que creemos, pero aún nos queda un largo camino. Cada pedacito de ayuda que recibimos de ahora en adelante nos permitirá continuar nuestro trabajo, y es por eso que empezamos la campaña de Kickstarter.
Para aquellos que son capaces de hacer una contribución, hasta lo más mínimo ayudaría. Pero si no puedes, por favor comparte nuestra historia, nuestro trabajo y nuestra campaña en tu página de Facebook. Hazla llegar a tus amigos. Hazles saber que las cosas están cambiando, que ellos pueden ser parte de este cambio, parte de algo bueno… para hacer una comunidad más fuerte, una sociedad más tolerante, y un Perú mejor.
Aquí puedes hacer un donativo para Vírgenes de la Puerta.
Muchas están destinadas a vivir en comunidades apartadas para protegerse entre ellas. Gracias a la marginación social la única posibilidad de empleo es la prostitución.
Juan José Barboza-Gubo y Andrew Mroczek siempre estuvieron interesados en la población transgénero. Barboza-Gubo a los nueve años presenció un crimen de odio contra una chica trans y se empezó a cuestionar por qué nadie ayudó a la víctima y por qué parecía estar bien acabar con su vida. Así nació el proyecto Vírgenes de la Puerta, una serie de fotografías de personas trans que busca convertirse en una exposición.
El nombre del proyecto hace referencia a la patrona de la ciudad de Otuzco. En 1664, la ciudad ubicada en el norte del Perú, fue asediada por piratas. Ante el temor de ser atacados los pobladores colocaron una imagen de la Virgen Marìa en la puerta de la ciudad. La ciudad nunca fue violentada.
Para los artistas, las mujeres transgénero que aparecen en la muestra son presentadas como íconos de fuerza y resistencia. Además, las coronas que se utilizan les dan una imagen de deidad.
¿Cuánto tiempo tienen preparando el proyecto?
–Comenzamos la investigación para el proyecto hace muchos años. Creo que nuestra primera discusión importante sobre lo que podría ser el proyecto fue en el 2009. Todo marchó mucho más rápido con nuestra colaboración, cuando Andrew fue invitado a ser el curador de mi muestra en la sala de exposición, Cecilia González Arte Contemporáneo en el 2013. Era la primera vez que Andrew conocía el Perú y no fue muy difícil que se enamorara de nuestro país. Él fue capaz de ver todo de golpe, como las personas de la comunidad LGTB están oprimidas innecesariamente y cómo es que existe esta carencia de leyes para protegerlas. Nos reunimos con varias personas durante el viaje, las cuales nos dieron una idea de lo que es ser una persona transgénero en Lima. Fue devastador. Pero, en verdad, también recuerdo el año 2001, siendo estudiante de la Pontificia Universidad Católica del Perú, me sentí atraído a personas que vivían sus vidas fuera de “las normas” . Estaba fascinado por los que desafiaban las categorías, los que no vivían bajo el radar restrictivo de nuestra sociedad. Y creé una escultura de Javier Temple. Él es tan real, elegante, un verdadero artista. En mi escultura hice sus gestos duros, hice hincapié en cada movimiento hasta que se congeló en un momento grave. Si conocen a Javier, sabrán que sus gestos realmente son graves, muy dramáticos; pero también había algo grotesco sobre la escultura. Él me dice incluso ahora que “lo hice como un monstruo”. Tenía razón. Lo hice. Yo estaba claramente en conflicto porque vi a Javier como ser, frente a quién él era como intérprete y artista, y lo que él es como ser humano. El conflicto se basa en lo que yo percibía como las identidades de las personas, sus identidades de género, sus orientaciones sexuales y sus expresiones de género. Y eso está claramente arraigado en las formas en que fui criado… las maneras en que se nos enseña: el miedo. Yo tenía unos nueve años cuando fui testigo de un crimen de odio en contra de una mujer transgénero en Lima. Recuerdo que fue en la noche, ahí mismo, en la vereda, el mismo lugar por donde caminaba todos los días… y nadie la ayudó. Todos se la quedaron mirando con disgusto. Cuando era niño mi impresión de lo que había visto tenía relación con lo que yo percibía como el bien en contra del mal… y lo que vi fue claramente erróneo. Pero yo no entendía por qué fue permitido. ¿Por qué no estaba mal el hacerle daño a esta persona o hacerle daño a “este tipo de personas”. Es fácil para el “adulto – en mi ” entender que el odio es algo que se enseña, pero para el “niño –en mi” en ese momento, trajo mucha confusión y una tristeza que se ha mantenido claramente en mi durante toda mi vida. Cuando crecí y aprendí el término “transgénero” quedé fascinado. Empecé a entender que era como una especie de transformación; pelando las capas de uno mismo con el fin de revelar la verdadera identidad… lo más puro “de ti”, algo que todos deberíamos de encontrar en nosotros mismos. Estas personas están luchando por su verdadero yo, su verdadera identidad. Para eso se necesita un coraje y fuerza que todo el mundo debería aplaudir y apoyar. Es una historia complicada, lo sé, pero ser testigo de aquel abuso y el hecho de que quedó impune, es probablemente la raíz de lo que se convertiría años más tarde en las “Vírgenes de la Puerta”.
¿Cuál es el concepto principal del proyecto? ¿Por qué los elementos religiosos?
–Como seres humanos civilizados tenemos la oportunidad de ser parte de una injusticia o ser parte de lo que la corrige… somos una o la otra: una parte del problema o parte de la solución. Nuestras fotografías celebran la fuerza y la resistencia de estas mujeres transgénero. Les damos fortaleza. Las mostramos como iconos. En lugar de oprimirlas, celebramos su imagen. Las apoyamos. Hay un doble significado en el uso de la iconografía religiosa en nuestro trabajo. El hombre ha utilizado las coronas y capas para deificar a nuestros reyes, a nuestras reinas y nuestros dioses. La Iglesia Católica otorgará una corona a cada Virgen o cada santo y con la misma mano destruye la vida de gente buena sólo por su orientación sexual o identidad de género. Estas coronas y capas no son propiedad exclusiva de la iglesia; son nuestras, de todos nosotros, y las hemos utilizado en estas imágenes para mostrarle al Perú y a todo el mundo que los iconos existen en todos los géneros, en todos los colores de piel, en todos los países. Vimos una oportunidad para apoyar un diálogo existente y para crear uno nuevo, y sumar nuestras voces al que ha existido durante cientos de años… ese es el propósito más importante de este proyecto.
¿Cómo fueron elegidas las locaciones?
–Con mucho cuidado. Estamos muy conscientes de los ambientes que utilizamos en nuestras imágenes. Todo está pensado, todo se considera. Hemos encontrado numerosos lugares en Lima: lugares que en alguna época quizá fueron majestuosos y lujosos, pero ahora se han descuidado. Colocamos a estas mujeres en esos escenarios para reforzar cuán resistentes son ellas. Los límites existentes en el concepto de las clases y rangos sociales en el Perú lentamente se han desmoronando, pero estas mujeres han sobrevivido. Los espacios apoyan este concepto.
¿Ha habido un cambio social que busca la igualdad en el Perú? Si es así, ¿cómo ves que se está avanzando?
–Sí, aunque la aceptación es una tarea muy difícil, sobre todo cuando se nos enseña o está presente el concepto de miedo y represión desde el momento en que nacemos. Pero como peruanos y seres humanos, creo que somos mejores que eso. Como artistas, Andrew y yo tenemos la oportunidad de difundir conciencia y apoyar a una comunidad marginada innecesariamente, es nuestra comunidad. Muchas veces pienso: ¿Somos tan débiles como sociedad, como peruanos, para pensar que nuestra cultura, nuestras creencias y nuestro país se destruirán porque hemos hecho legal que una persona transgénero pueda cambiar su nombre? O, el permitirles ser contratadas en trabajos sin ser discriminadas. O, darles la oportunidad de obtener educación. O, el ser capaz de defenderse de sus agresores. ¿Colapsarían las iglesias? ¿Tu creencia en Dios vacilaría? ¿Habría caos masivo? ¿Desaparecería la ley común? Me pregunto qué habría pasado, si cuando fui testigo de aquel crimen de odio, esta persona se hubiese señalado con el dedo a sí misma en lugar de a esa mujer. Solo se necesita una persona que sea lo suficientemente valiente para pararse a defender sus convicciones y crear un cambio. Es tiempo. Lo es desde hace mucho tiempo. Nuestro país es demasiado grande para caer bajo la presión de los líderes religiosos y políticos corruptos. Y si los artistas somos lo que se necesita para iniciar la revolución y demandar por igualdad y derechos humanos básicos, pues que así sea. Venimos de una cultura tan rica, una cultura que está llena de historia, una cultura que es relevante para toda la humanidad. Vibra en nuestra tierra, en lo que somos. Pero me pregunto… si todo terminase ahora, ¿cómo seriamos recordados? ¿Qué huella dejaríamos? ¿ Una huella de progreso? ¿De visión de futuro? ¿De aceptación? ¿O vamos a ser otra sociedad que ha caído por la tiranía, por la codicia, por un aislamiento forzado y una degradación? ¡Eso sería una lástima!
¿Ha habido un poco de inspiración en el recordado Giuseppe Campuzano? ¿Qué otros artistas, personas o referentes han tomado en cuenta en este proyecto?
–Dentro de nuestro proceso de investigación, Andrew y yo hemos revisado el trabajo de otros artistas que también han investigado y producido importantes obras sobre el mismo tema. En Perú, el trabajo relacionado con los problemas de género van de la mano de la crítica religiosa, social, política y es imposible separarlos sin que afecte una a la otra. Giuseppe Campusano es uno de esos artistas, pero como él también hay otros peruanos que han creado un diálogo e intercambio de ideas con el fin de crear cambios positivos para la comunidad LGTB en Perú. Para nombrar algunos de ellos está Jaime Romero, Frau Diamanda y Javier Vargas que han hecho importantes contribuciones a esta causa, educando, creando cambios, y creando conciencia en la sociedad sobre las injusticias y la opresiones hacia la comunidad LGTB. Estamos influenciados por esos artistas, porque compartimos una visión similar, una causa similar. Andrew y yo pasamos mucho tiempo revisando también el trabajo de muchos artistas prominentes incluyendo Gregory Crewdson, Desiree Dolron, Miguel Rio Branco, e incluso los retratos de Serrano. La Pintura del Renacimiento fue también un recurso importante, específicamente la forma en que la luz crea espacio, volumen y la piel es iluminada. Por último, y tan importante como los otros, pasamos una cantidad considerable de tiempo mirando imágenes vernaculares en un archivo fotográfico del Perú; cientos de miles de fotografías que fueron sacadas de álbumes familiares y de cientos de lugares privados. De primera impresión las imágenes nos dieron una idea sobre momentos muy particulares en la vida de los peruanos… desde el día a día, hasta imágenes de costumbres y celebraciones específicas. Aprendiendo acerca de los espacios tradicionales y las poses de los personajes, así como las historias. Fue un gran recurso, uno que ha proporcionado a nuestro trabajo un mayor sentido de autenticidad.
Buscan crear una exposición de Vírgenes de la Puerta y para ello necesitan una fuerte suma de dinero. ¿De qué forma se puede ayudar?
–Éramos conscientes de que esto iba a ser una batalla cuesta arriba desde el principio. Ya sea por la búsqueda de los recursos adecuados para la producción, el encontrar a las mujeres que fueran lo suficientemente valientes como para ser parte de esto, o recaudar los fondos que necesitamos para que esto ocurra, sabíamos que teníamos un duro camino por delante. Nos sentimos muy afortunados de haber recibido apoyo económico de Rhode Island College y de Lesley University para iniciar el proyecto, ya que personalmente invertimos más de 30 mil dólares para llegar a través de nuestro trabajo a medio camino. Era dinero que estábamos dispuestos a gastar en un proyecto y una comunidad en la que creemos, pero aún nos queda un largo camino. Cada pedacito de ayuda que recibimos de ahora en adelante nos permitirá continuar nuestro trabajo, y es por eso que empezamos la campaña de Kickstarter.
Para aquellos que son capaces de hacer una contribución, hasta lo más mínimo ayudaría. Pero si no puedes, por favor comparte nuestra historia, nuestro trabajo y nuestra campaña en tu página de Facebook. Hazla llegar a tus amigos. Hazles saber que las cosas están cambiando, que ellos pueden ser parte de este cambio, parte de algo bueno… para hacer una comunidad más fuerte, una sociedad más tolerante, y un Perú mejor.
Aquí puedes hacer un donativo para Vírgenes de la Puerta.