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lunes, 6 de mayo de 2019

#hemeroteca #homofobia | Brunéi da un paso atrás en su decisión de lapidar a homosexuales y adúlteros

Imagen. El País / Hassanal Bolkiah, sultán de Brunéi
Brunéi da un paso atrás en su decisión de lapidar a homosexuales y adúlteros.
El sultán Hassanal Bolkiah extiende la moratoria sobre la pena de muerte a la polémica legislación.
Paloma Almoguera | El País, 2019-05-06
https://elpais.com/sociedad/2019/05/06/actualidad/1557139819_771373.html

Las críticas han podido con el sultán de Brunéi. En un giro inesperado, Hassanal Bolkiah ha anunciado la extensión de la moratoria sobre la pena de muerte –vigente para varios delitos en el país- a la reciente legislación que contempla la ejecución por lapidación en casos de adulterio o relaciones sexuales entre hombres, tras recibir la condena internacional y que estrellas como George Clooney o Elton John llamaran al boicoteo de los lujosos hoteles que posee por el mundo.

“Soy consciente de que hay mucha confusión y dudas sobre la puesta en práctica de la legislación islámica (‘sharia’). Sin embargo, creemos que, una vez todo se aclare, las ventajas de la ley serán evidentes”, aseguró el sultán durante un discurso pronunciado el pasado sábado, en la víspera del comienzo del Ramadán.

En la alocución, inusualmente traducida al inglés y divulgada después por su gabinete, el sultán recordó que la moratoria sobre la pena de muerte por otros delitos -como asesinato con premeditación o tráfico de drogas- lleva aplicándose más de dos décadas, y subrayó que también se impondrá sobre los nuevos casos sujetos al castigo capital. El sultanato, situado en la isla de Borneo y próspero gracias a sus ricas reservas de petróleo y gas, no ha llevado a cabo ninguna ejecución desde 1957. Alrededor de dos tercios de su población de 420.000 habitantes son musulmanes.

Hassanal Bolkiah, que sucedió a su padre en el cargo cuando este abdicó del trono en 1967, comenzó a instaurar castigos basados en la sharia en 2014, en un plan por etapas que dio un paso más el pasado 4 de abril. Entonces entró en vigor una reforma del Código Penal que incluye la lapidación por adulterio y sexo entre hombres; la mutilación de la mano o el pie por robo; la pena capital por apostatar, blasfemar o difamar el nombre del profeta Mahoma, y la flagelación por abortar, entre otros castigos.

La nueva batería de medidas recibió la condena de la ONU, organizaciones de derechos humanos y varios países occidentales, además de la crítica de estrellas del mundo de la televisión, el cine y la música como Ellen DeGeneres, George Clooney o Elton John, quienes llamaron al boicot de los hoteles del sultán, entre ellos el Dorchester de Londres o el Beverly Hills de Los Ángeles. Varias multinacionales prohibieron a sus empleados hospedarse en estos establecimientos y algunas agencias de viajes dejaron de promover Brunéi entre sus destinos.

El sultán, educado en el extranjero y dueño de una vida poco pía, ha defendido con ahínco su decisión de implantar preceptos de la ‘sharia’ en la nación, un caso único en el sureste asiático. A sus 73 años, se ha casado en tres ocasiones y divorciado en dos, y hasta ahora era más conocido por sus extravagancias y derroches -como pagar a Michael Jackson para que cantara en su 50 cumpleaños o su colección de Ferraris- que por sus convicciones religiosas.

“Tanto la ley común como la ‘sharia’ buscan preservar la paz y la armonía del país. También son cruciales para proteger la moral y la decencia del país, así como la privacidad de los individuos”, añadió, manteniendo su compromiso con el giro conservador de la pequeña nación. De hecho, no especificó qué ocurrirá con otros castigos contemplados por la reforma, como los latigazos a mujeres acusadas de sexo lésbico o la amputación de la mano o el pie por robo.

“No debería haber ninguna preocupación sobre la sharia, ya que esta incluye la misericordia y bendiciones de Alá (...), que jamás nos impondría leyes pensadas para infligir crueldad”, añadió. También aseguró que Brunéi ratificará la convención de la ONU contra la tortura con el fin de “mantener nuestros compromisos y obligaciones internacionales”.

Phil Robertson, subdirector para Asia de Human Rights Watch, consideró que el sultán “está intentando calmar la presión sobre Brunéi”, pero advirtió de que “puede cambiar de opinión mañana”.

jueves, 25 de abril de 2019

#hemeroteca #racismo #crimenesdeodio | Texas ejecuta a un supremacista blanco por el linchamiento de un negro

Imagen: El País / JohnWilliam King (c), tras ser condenado en 1999
Texas ejecuta a un supremacista blanco por el linchamiento de un negro.
John William King murió por inyección letal por asesinar a James Byrd en 1998 tras encadenarlo y arrastrarlo con una camioneta.
Yolanda Monge | El País, 2019-04-25
https://elpais.com/internacional/2019/04/24/estados_unidos/1556121589_457665.html

Ocho minutos después de las siete de la tarde hora de Texas (las dos de la mañana en la España peninsular), John William King moría por inyección letal en el penal de Huntsville. Según el funcionario de prisiones Jeremy Desel, King mantuvo los ojos cerrados y contestó con un no al alcaide cuando le preguntó si quería pronunciar unas últimas palabras antes de que una dosis letal de barbitúricos inyectados en sus venas acabara con su vida.

La ejecución de King, el hombre que orquestó uno de los crímenes raciales más brutales de los últimos tiempos, no ha logrado llevar paz a algunos miembros de la familia de James Byrd, cuya hermana declaró que no sentía ningún "alivio". Clara Byrd Taylor definió la ejecución como "un simple castigo".

La historia se remonta a hace más de 20 años. El cráneo de James Byrd estaba prácticamente intacto a pesar de que su cuerpo fue arrastrado durante casi cinco kilómetros atado con una cadena por los pies a una camioneta. Según los forenses, Byrd trató de protegerse la cabeza con las manos durante su ajusticiamiento y las pruebas forenses indicaron que forzó moverse de lado a lado mientras se golpeaba con la carretera para evitar el dolor. Las descripciones de las heridas que sufrió este hombre negro de 49 años cortan el aliento y no pertenecen a la época de la esclavitud, la segregación o los linchamientos del Ku Klux Klan.

Su sufrimiento solo paró cuando su cuerpo ya mutilado chocó contra una alcantarilla y se partió en dos. Los despojos de Byrd fueron abandonados por John William King, 23 años, Lawrence Russell Brewer, 31, y Shawn Berry, 23, a las afueras de una iglesia negra, donde fueron encontrados en la mañana del domingo, 7 de junio de 1998 cuando los feligreses se dirigían a la homilía.

James Byrd
fue masacrado en Jasper (Texas) por tres hombres blancos cuando faltaban dos años para acabar el siglo XX por el simple hecho de ser negro y su muerte (junto con la de un joven de Wyoming [Matthew Shepard] torturado y golpeado hasta la muerte por ser gay) marcó un punto de inflexión, al firmarse una ley que lleva el nombre de ambos que endureció las penas contra los crímenes de odio.

John William King, uno de los tres hombres condenado por el asesinato de Byrd en 1998, ha sido ejecutado por inyección letal. En 2011, moría a manos del Estado otro participante del crimen, Lawrence Brewer. El tercer hombre, Shawn Berry, cumple cadena perpetua, ya que según la fiscalía se sumó al linchamiento por “la mera excitación” pero no compartía las creencias supremacistas de Brewer y King.

Estableciendo que todos los asesinatos son brutales, la crueldad y la violencia del crimen de Byrd conmocionaron a Estados Unidos. Dennis Rodman, estrella de la NBA, pagó por el funeral de Byrd, que era padre de tres hijos. Se hicieron numerosos documentales, canciones e incluso un poema. Parte de la familia de Byrd ha declarado en numerosas ocasiones que preferirían que King pasara el resto de su vida en prisión a que sea ejecutado. “No se puede luchar el crimen con más crimen”, declaró su hijo Ross Byrd a la agencia Reuters la noche de 2011 en que fue ejecutado Brewer.

Cuando King fue atado a la camilla para aplicarle la inyección letal, dos de las hermanas de Byrd estaban al otro lado del cristal contemplando su agonía. Louvon Byrd Harris, una de las hermanas, declaró antes de la ejecución que por fin se haría justicia. “Le trataron como a un animal, eran una amenaza para la sociedad”, declaró esta mujer al diario The Washington Post. King será el tercer preso en Texas (y el cuarto en Estados Unidos contando con una ejecución en Alabama en febrero) ejecutado este año, según datos del Centro de Información sobre la Pena de Muerte (DPIC, siglas en inglés).

Tras conocer su sentencia en 1999, King escribió una carta a Brewer, ambos reconocidos supremacistas blancos, en la que le decía que pasara lo que pasara, ya habían “hecho historia”. “Muerte antes que deshonor”, escribió King, para continuar redactando el saludo nazi: “”Sieg Heil!”.

Según datos que proporciona la revista Newsweek en un extenso artículo sobre el linchamiento de Byrd y la ejecución prevista para este miércoles de King, las estadísticas sugieren que los crímenes contra la población afroamericana se han reducido considerablemente en las dos últimas décadas. Según datos del FBI, en 1999 hubo 3.679 negros víctimas de crímenes de odio, un 67% del total, la mayor proporción de cualquier otro subgrupo.

Los números más recientes son de 2017, y aportan 2.458 víctimas negras de crímenes de odio (un 48,5% del total). Entre 1999 y 2017, el número de personas negras que sufrieron crímenes de odio cayó un 33%. Pero a pesar de que la fotografía de los datos parecía estar mejorando, según la organización que trata estos temas, Southern Poverty Law Center (SPLC), las estadísticas parecen que empeoran desde que Donald Trump está en el poder. Durante las dos Administraciones de Barack Obama, el número de víctimas negras por violencia racial cayó cerca de un 25%. Pero en los tres años desde que Trump anunció su candidatura en 2015 y el final de su primer año en la presidencia en 2017, ese número ha vuelto a crecer.