lunes, 30 de abril de 2018

#recursoselectronicos #libros #feminismo | Contra el patriarcado : economía feminista para una sociedad justa y sostenible

Contra el patriarcado [Recurso electrónico] : economía feminista para una sociedad justa y sostenible / María Pazos Morán.
Pamplona : Katakrak, 2018 [04-30].
264 p.
ISBN 9788416946129 / 20 €

/ ES / ENS / RE / RE-Katakrak / Open Access
/ Capitalismo / Cuidados / Economía feminista / Feminismo / Mujeres – Trabajo / Neoliberalismo / Patriarcado
TEXTO COMPLETO | Katakrak
https://katakrak.net/cas/editorial/libro/contra-el-patriarcado

La fiscalidad y los modelos de políticas públicas estructuran buena parte de la vida cotidiana y de las mentalidades. El sistema fiscal bajo el que nos encontramos en la actualidad fomenta la desigualdad entre mujeres y hombres y sigue perpetuando la idea de que las mujeres tienen más responsabilidad sobre el trabajo de cuidados. Es decir, fomenta y sostiene la División Sexual del Trabajo. El actual momento político, en el que se cruzan la intervención institucional con la nueva ola del feminismo (tercera o cuarta según tradiciones), es un momento idóneo para trabajar, pensar, discutir e intervenir sobre la estructura fiscal y económica. María Pazos Morán analiza en este libro la estructura capitalista y patriarcal que sostiene el actual régimen y desgrana las políticas públicas que perpetúan División Sexual del Trabajo. La mirada se completa con la observación de modelos fiscales que han tenido la voluntad de fomentar la igualdad entre hombres y mujeres. El horizonte de trabajo que plantea la autora es una sociedad sin DST y el reto, además, el trabajo desde una óptica anticapitalista. Preguntas, horizontes y caminos intermedios son vías posibles para avanzar en la transformación social y en la búsqueda de horizontes más emancipadores.

María Pazos Morán (Cañamero, 1953). Licenciada en Matemáticas por la Universidad Complutense de Madrid (1977), realizó un Máster en Estadística en la Universidad de Harvard (1991) tras obtener una beca Fullbright y se especializó en el estudio de los sistemas de bienestar nórdicos en las universidades de Estocolmo (2006), Islandia (2009) y Aalborg (2015). Ha sido docente en matemáticas, ha formado parte del Cuerpo de Actuarios, Estadísticos y Economistas de la Seguridad Social y del Departamento de Estudios socio económicos del Ministerio de Trabajo. En 1993 se incorpora al Instituto de Estudios Fiscales y desde 1999 hasta 2002 fue Administradora de la Dirección de Política Social de la OCDE. Desde 2003 desempeña el puesto de Jefa de Estudios de Investigación en el Instituto de Estudios Fiscales. La militancia política feminista ha sido un eje fundamental de su vida que ha atravesado con su labor profesional y académica. Está especializada en el análisis de las políticas públicas y fiscales desde una perspectiva de género. En la actualidad su trabajo militante fundamental se desarrolla en la Plataforma por los Permisos Iguales e Intransferibles por Nacimiento y Adopción (PIINA).

DOCUMENTACIÓN
Libro Contra El Patriarcado disponible en PDF
Blog de María Pazos Morán, 2018-10-04

http://mariapazos.com/libro-patriarcado-disponible-pdf/

#libros #activismo | La trampa de la diversidad : cómo el neoliberalismo fragmentó la identidad de la clase trabajadora

La trampa de la diversidad : cómo el neoliberalismo fragmentó la identidad de la clase trabajadora / Daniel Bernabé.
Tres Cantos, Madrid : Akal, 2018 [04-30].
256 p.
Colección: A fondo.
ISBN 9788446046127 / 18 €

/ ES / ENS
/ Activismo / Diversidad / Identidades / Interseccionalidad / Neoliberalismo / Política / Sociología

Un llamamiento a la unidad frente a la fragmentación promovida por el actual activismo. «Llegaron a España las guerras culturales, conflictos en torno a derechos civiles y representación de colectivos que situaban lo problemático no en lo económico o lo laboral y mucho menos en lo estructural, sino en campos meramente simbólicos. El matrimonio homosexual, la memoria histórica, el lenguaje de género o la educación para la ciudadanía empezaron a copar portadas de los medios y a crear polémica.

¿Estamos afirmando que los ejemplos mencionados carecen de importancia? En absoluto. Es importante que un grupo social pueda tener los mismos derechos civiles que el resto o reconocer desde las instituciones nuestra historia y la dignidad de los republicanos olvidados. Lo que decimos es que estos conflictos culturales tenían un valor simbólico en tanto que permitían a un gobierno que hacía políticas de derechas en lo económico validar frente a sus votantes su carácter progresista al embarcarse en estas cuestiones.»

Extraña paradoja la que plantea este libro: ¿son los sistemas de privilegios, opresiones y revisiones una forma efectiva de enfrentarse a la desigualdad?; ¿dónde quedó, entonces, el conflicto capital-trabajo? Sin embargo, debemos dar una respuesta urgente a estas preguntas, si no queremos que la fuerza de lo colectivo se acabe diluyendo en el irremediable individualismo de lo identitario.

En un mundo donde lo ideológico se ha convertido en una coartada para afirmar nuestra personalidad aislada, el activismo se esfuerza en buscar las palabras adecuadas para marcar la diversidad, creando un entorno respetuoso con nuestras diferencias mientras el sistema nos arroja por la borda de la Historia. Ya no se busca un gran relato que una a personas diferentes en un objetivo común, sino exagerar nuestras especificidades para colmar la angustia de un presente sin identidad de clase. Ha llegado el momento de tener unas palabras con la trampa de la diversidad…

Daniel Bernabé es diplomado en Trabajo Social, aunque desde hace unos años trabaja lo más cerca que puede, o le dejan, del mundo de la literatura y el periodismo. Ha sido librero casi diez años en Madrid, pero actualmente escribe para la revista La Marea, donde tiene una columna semanal y realiza reportajes, crónicas y entrevistas. Se deja caer también por medios como Público, CTXT o El Salto. Ha hecho radio en El Estado Mental y publicado dos libros de relatos, ‘De derrotas y victorias’ y ‘Trayecto en noche cerrada’.

#hemeroteca #vih #comic | 'Trapicheos en la Segunda Avenida', cuando el tráfico de drogas luchaba contra el sida

Imagen: El Diario / Detalle cubierta de 'Trapicheos en la Segunda Avenida'
'Trapicheos en la Segunda Avenida', cuando el tráfico de drogas luchaba contra el sida.
Joyce Brabner narra la historia de cómo activistas LGTBIQ tuvieron que aliarse con la mafia para combatir el VIH en un fantástico cómic ilustrado por Mark Zingarelli.
Francesc Miró | El Diario, 2018-04-30
https://www.eldiario.es/cultura/comics/Trapicheos-segunda-avenida-trafico-luchaba_0_762924655.html

Sobre el papel, el encargo no era demasiado difícil. Lo único que tenía que hacer Raymond -un enfermero de Cleveland- era llevar una furgoneta vacía hasta Brooklyn. Sin embargo, en el mismo instante en el que aparcó delante de una funeraria del Upper East Side supo que aquello se podía complicar.

"¿Sabías que todos los billetes de EEUU pesan exactamente un gramo?", le dijo medio en broma un tío mientras cargaba, en bolsas de cartón, medio millón de dólares en la parte trasera del vehículo. Ahora resultaba que Ray tenía que llevar aquello a Red Hook, hasta la puerta de una pizzería diminuta llamada Italian Heroes dónde alguien le vaciaría el cargamento para llenar el maletero de unas pesadas cajas cuyo contenido era mejor no saber. Y acto seguido tenía que acudir rápidamente a una tienda de ropa del Soho, dónde alguien se quedaría las llaves del vehículo. Si sobrevivía o no daba con sus huesos en la cárcel sería un milagro.

Pero más le valía no hacerlo porque su misión no tenía nada que ver con aquello. Se trataba de hacerle un favor a un médico que traficaba con el cártel colombiano porque era la única persona que conocía que le podía importar Ribavirina, un fármaco que en los ochenta se pensaba que combatía los efectos del VIH. Raymond era gay y llevaba demasiado tiempo viendo como sus amigos morían día sí día también. Así que si tenía que trabajar para un cártel para ayudarles, lo haría sin pestañear.

Podría sonar a escena de película de serie b de los setenta, incluso narrada con cierto nervio podría tratarse de una historia digna de un thriller urbano contemporáneo. Sin embargo, esta aventura forma parte de la historia de 'Trapicheos en la segunda avenida', un cómic escrito por Joyce Brabner e ilustrado por Mark Zingarelli que narra cómo a principios de los ochenta mafiosos, camellos y activistas conspiraron contra lo que llamaban 'la plaga'. Conmovedor drama convertido en novela gráfica que acaba de llegar a nuestro país de la mano de la editorial Dos Bigotes, y que rescata una de esas historias de compromiso social que la Norteamérica reciente parece haber olvidado.

Una lucha olvidada
Ronald Reagan sucedió a Jimmy Carter en 1981, el mismo año en el que el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida empezó a cobrarse sus primeras víctimas en Los Ángeles. Sin embargo, el presidente tardó seis años en reconocer su existencia y pronunciar públicamente la palabra sida en un medio de comunicación.

Y cuando lo hizo fue para secundar la teoría del 'paciente cero' según la cual un asistente de vuelo canadiense fue el culpable de introducir el VIH en la comunidad homosexual neoyorquina. Teoría desmentida en múltiples ocasiones, pues como recordaba la revista Nature en 2016, aunque el epicentro de la pandemia se dio en Nueva York, en 1976 ya había llegado a California y dispersado por todo el continente.

Aquellos años Norteamérica se enfrentó a una crisis sanitaria gravísima con un Gobierno que le daba la espalda a todo aquello que tenía que ver con la enfermedad: asistencia, curas, investigación, medicamentos… todo. Seis años de una venda en los ojos de la política y de colectivos LGTBIQ en lucha directamente con la muerte.

Una etapa negra de la historia reciente de EEUU que el cine y la televisión han tratado en numerosas ocasiones. Desde el drama médico de principios de los noventa En el filo de la duda, hasta extrañas miniseries de toque religioso como 'Ángeles en América' -con Al Pacino y Meryl Streep-, pasando por relatos cinematográficos contemporáneos como 'Dallas Buyers Club' de Jean-Marc Vallée o 'The Normal Heart' que narraba la historia real del activista gay Larry Kramer.

Muy pocas veces, sin embargo, hemos tenido la oportunidad de descubrirla en forma de novela gráfica. La encargada de la hazaña es Joyce Brabner, conocida por ser cocreadora del cómic 'American Splendor', la serie más famosa de Harvey Pekar cuya historia llegó al cine. Sin embargo, es también una de las autoras de novela gráfica de corte político más importantes del panorama contemporáneo gracias a títulos como 'Real War Stories' o 'Our Cancer Year'.

Su prosa de carácter periodístico se ajusta como anillo al dedo a la crónica del activismo LGBTIQ que resulta ser 'Trapicheos en la Segunda Avenida'. Relato que no reniega de su emotividad, pues tiene como protagonista a un íntimo amigo de la autora, y transita firmemente por el humor ácido, la sátira política, la aventura desenfrenada y el drama intimista. De hecho, la obra le ha valido el Lambda Literary Award. 

Su partenaire en la ilustración, Mark Zingarelli, se permite escasas florituras. Pliega su estilo deudor de Robert Crumb a la narrativa de Brabner. También lo deja al servicio de una arquitectura de la página con poquísimos experimentos que favorece la lectura de 'Trapicheos en la Segunda Avenida' cómo una tranquila charla entre amigos y recuerdos. Si acaso resultan imposible no destacar los deliciosos bodegones con los que el dibujante retrata minuciosamente la psicología y la vida de un personaje en una sola imagen.

Una reivindicación de la memoria activista
"Entonces, ¿cómo terminamos?", le pregunta Brabner a Raymond en el cómic, "es decir, ¿esto termina alguna vez? Todos los días vivimos con el recuerdo de gente a la que hemos perdido…", reflexiona la autora. "Sintiéndonos viejos y tristes, no", contesta Raymond con una sonrisa apesadumbrada.

Trapicheos en la segunda avenida es, más que un eficiente drama, un canto al activismo y a la acción social militante contra la injusticia evidente. Raymond traficó con marihuana para poder comprar medicamentos que el sistema de salud público estadonunidense se negaba a ofrecerle. Y aún así tuvo que enterrar a muchos de sus amigos, compañeros y amantes. Aquello casi acaba con él, que nunca tuvo sida pero sí sufrió estrés post traumático y depresión.

Según el último Informe de ONUSIDA, se estima que actualmente hay en todo el mundo 33,3 millones de personas con VIH. Aunque el porcentaje mundial de personas afectadas se ha estabilizado desde el año 2000, aún hoy tenemos al menos 10 millones de personas que necesitan un tratamiento al que no tienen acceso. De hecho, una de cada cuatro defunciones relacionadas con el sida se produce a causa de la tuberculosis, una enfermedad prevenible y curable.

Joyce Brabner empodera desde las páginas de su novela gráfica, sobre el recuerdo de quienes hicieron lo posible por ayudar en una causa en la que creían. Sabiendo que todo lo que hacían era abiertamente ilegal: desde médicos que recetaban en contra de las directrices sanitarias gubernamentales de los ochenta, hasta actores y actrices que se disfrazaban y falsificaban documentación para pasar medicamentos de un lado a otro de la frontera con México. Todos ellos supieron ver que si la legislación vigente no estaba de su parte, había que desobedecer. 'Trapicheos en la Segunda Avenida' nos lo recuerda en cada viñeta.

domingo, 29 de abril de 2018

#hemeroteca #memoria #lgtbi | La noche en que la dictadura acabó con el ambiente gay de Torremolinos

Imagen: Diario Sur / Bar Gogó, 1971
La noche en que la dictadura acabó con el ambiente gay de Torremolinos.
Una macrorredada policial dejó en 1971 cientos de detenidos, varios locales clausurados y la protesta de la prensa internacional y las embajadas: «Llegaron con metralletas».
Alberto Gómez | Sur, 2018-04-29
http://www.diariosur.es/costadelsol/noche-dictadura-acabo-20180427153250-nt.html

Cuando España languidecía bajo el yugo de la dictadura franquista y su constreñida moral, Torremolinos abría la puerta a la libertad, los excesos y la diversidad. Eran los años 60. En la plaza de La Nogalera y el pasaje Begoña se vivía de noche y se dormía durante el día. Allí, lejos de las rancias crónicas oficiales, abrieron el primer bar gay del país, el Toni's bar (1962), y el primer club para lesbianas, Porquoi pas? (1968). Otros locales como Fauno, Incógnito o Düsseldorf terminaban de completar un paisaje insólito en aquella época.

Aunque el ambiente predominante era LGTBI, también había restaurantes frecuentados por familias, tablaos flamencos, clubes de alterne y coquetos establecimientos de jazz. Se pinchaban las últimas novedades musicales y circulaban las drogas más modernas. Los libros esquivaban la censura y llegaban intactos desde París o Londres. Había germinado un movimiento contracultural, una barra libre de diversión, alcohol, sexo y arte que disfrutaban desde John Lennon hasta Sara Montiel. El dinero que dejaba el turismo animó a las autoridades a mirar hacia otro lado durante años. Torremolinos se convirtió así en una pequeña Nueva York, una excepción incontrolable y feliz en medio de un régimen desolador. Hasta 1971. El 24 de junio de ese año se produjo una macrorredada policial que lo cambió todo.

Eran las once de la noche. La Policía irrumpió en los locales de la zona para cerrarlos o multarlos en el mejor de los casos. Alegaban supuestas infracciones contra la moralidad pública y las buenas costumbres. Algunas informaciones de la época sostienen que fueron detenidas 139 personas. Otras crónicas elevan la cifra por encima de las 400, sobre todo turistas. No resulta fácil encontrar testimonios de aquella fatídica noche, desencadenada por las denuncias de los sectores más conservadores de la provincia. Ramón Cadenas, un empresario jubilado de 73 años, lo recuerda como si fuera ayer: «Fue horroroso. La Policía taponó la entrada y la salida del pasaje Begoña. Llevaban metralletas. Al principio vinieron con cuatro o cinco furgones, pero luego llegaron autobuses para llevarse a todos los arrestados».

Los más afortunados salieron del calabazo a las pocas horas con una multa de 3.000 pesetas. Los turistas fueron devueltos a sus países, un escándalo que saltó a la prensa internacional. La redada fue portada de Der Spiegel, la revista semanal más importante de Alemania. También informó sobre ella el diario británico The Sunday Times con el siguiente titular: «Tourists held in nightclub raids in Spain» («Turistas retenidos en redadas a locales nocturnos en España»). En su edición del 25 de junio, Sur publicó en su página dos: «Por el gobernador civil de la provincia (Víctor Arroyo) ha sido decretada la clausura de la sala de fiestas Caramela y de los bares nocturnos Evans y Noe, todos ellos locales públicos de la barriada de Torremolinos. La decisión del Gobierno está motivada por las reiteradas infracciones a la normativa en vigor referente a la moralidad pública y las buenas costumbres».

Otros locales como Pipper's fueron multados con 10.000 pesetas. Varias embajadas extranjeras protestaron ante el Gobierno español por la detención de turistas, pero las redadas se sucedieron durante los siguientes días. Cadenas había abierto un bar, Gogó, apenas un mes antes: «El negocio me duró 29 días. En la primera redada no me arrestaron porque mandé callar a todos los clientes, cerramos la puerta y las ventanas y cuando llamó la Policía no abrimos, pero luego me detuvieron un montón de veces. Yo lo llamaba el impuesto revolucionario, porque pagabas 3.000 pesetas y te dejaban suelto uno o dos días después, pero era insostenible y tuve que cerrar».

Aquellas redadas fueron un zarpazo al tejido económico de Torremolinos, que nunca recuperó el esplendor de los años sesenta, pero también supuso un atentado contra la libertad y la diversidad sexuales. «Fue el principio del fin. La gente más moderna y liberal acabó yéndose a otros lugares como Ibiza», explican desde Torremolinos Chic, la página web creada por José Luis Cabrera y Lutz Petry: «Es paradójico que en los años sesenta hubiera más libertad que a comienzos de los setenta, cuando se recrudeció la censura». El presidente de la Asociación Pasaje Begoña, Jorge Pérez, recuerda que la zona «se degradó muchísimo tras las redadas». El ambiente festivo dio paso a una hilera de locales vacíos que dibujaban un paisaje casi desértico.

La reinstauración de la democracia en España propició que Torremolinos recuperase su condición de eje del ocio y el turismo LGTBI, especialmente por la pujanza de La Nogalera. Aquel barrio de pescadores, ya sin la casposa normativa franquista, volvía a convertirse en la capital andaluza de la diversidad sexual años después de la redada que lo cambiaría todo.

sábado, 28 de abril de 2018

#libros #mayodel68 | 1968 : el año en que el mundo pudo cambiar

1968 : el año en que el mundo pudo cambiar / Richard Vinen ; traducción de Héctor Piquer Minguijón.
Barcelona : Crítica, 2018 [04-28].
528 p.
Colección: Memoria Crítica
ISBN 9788498929898 / 26,90 €

/ ES / EN* / ENS
/ 1968 / Historia – Siglo XX / Liberación sexual / Mayo del 68 / Movimientos sociales

Richard Vinen, profesor del King’s College de Londres, trata de recuperar los acontecimientos de 1968 para la historia, situándolos en un contexto más amplio y analizando lo que quedó de positivo para el futuro, una vez se hubo renunciado a la utopía, incluyendo aspectos como la liberación sexual, la transformación de las relaciones de familia o la influencia a largo plazo sobre el movimiento sindical y la lucha obrera. Vinen comienza estudiando el medio en que nació aquella generación de militantes, las universidades en que se desarrolló el movimiento, sus orígenes en los Estados Unidos, donde confluían la oposición a la guerra de Vietnam, la creación de una nueva izquierda y el poder negro, para pasar después al mayo de 1968 en Francia, al «largo 68» de Gran Bretaña y al papel de la violencia, para acabar debatiendo si el resultado final fue una derrota o una acomodación.

viernes, 27 de abril de 2018

#hemeroteca #delincuencia | 'La Manada' estuvo implicada en un robo en San Sebastián

Imagen: El Diario Vasco / La Manada en San Sebastián
'La Manada' estuvo implicada en un robo en San Sebastián.
El juez de Pamplona que llevó el caso de la agresión a la joven en los Sanfermines de 2016 investigó a los miembros de la Manada por la presunta sustracción de nueve pares de gafas en un comercio donostiarra.
El Diario Vasco, 2018-04-27
https://www.diariovasco.com/sociedad/lamanada-robo-sansebastian-20180426144455-nt.html

'La Manada' estuvo implicada en un robo en San Sebastián en 2016, un día antes de los Sanfermines. El titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Pamplona, que investigó la implicación de este grupo con el abuso sexual a una joven durante las fiestas en la capital navarra, remitió en noviembre de ese año a los juzgados de instrucción de San Sebastián las investigaciones realizadas por parte de la Policía Foral sobre el robo de nueve pares de gafas en un comercio donostiarra.

El juez vio entonces «indicios» de que los cinco acusados, los miembros de 'La Manada' por la agresión sexual en Sanfermines pudieron participar en el robo. La Brigada de Delitos contra las Personas de la Policía Foral le remitió un atestado en el que se informaba de varios mensajes enviados por uno de los acusados, A.B.F., en el que se hacía referencia a la sustracción el 5 de julio de 2016 de nueve pares de gafas en un comercio de San Sebastián. Además, el mismo atestado hacía referencia a que el robo se realizó «por parte de individuos coincidentes con las características físicas» de los cinco acusados, «sin que haya sido posible obtener información adicional de la Ertzaintza».

Dadas las fechas, el robo se pudo producir en el camino de los acusados hacia la capital navarra, ya que la agresión sexual de Sanfermines se produjo la noche del día 6 al 7 de julio, poco más de 24 horas después de producirse el robo en San Sebastián.

Una vez aceptada la inhibición del juzgado de Pamplona por parte del juez competente de San Sebastián, se remitió la copia del contenido de los teléfonos móviles en los que se produjeron las conversaciones junto con el resto de diligencias en formato digital, según informo en aquellas fechas el Tribunal Superior de Justicia de Navarra.

#hemeroteca #transexualidad #derechos | Aragón garantiza los derechos de las personas trans: una ley de máximos aprobada por unanimidad

Imagen: Ara / Activistas celebran la aprobación de la Ley Trans en Aragón
Aragón garantiza los derechos de las personas trans: una ley de máximos aprobada por unanimidad.
El pasado jueves 19 de abril se vivió una jornada histórica en el Parlamento Aragonés. Puede que el nombramiento del nuevo Justicia influyese, aunque desde luego no tuvo nada que ver la aprobación de la Ley del Taxi.
Alberto Alcaine | AraInfo, 2018-04-27
http://arainfo.org/aragon-garantiza-los-derechos-de-las-personas-trans-una-ley-de-maximos-aprobada-por-unanimidad/

El pasado jueves 19 de abril se vivió una jornada histórica en el Parlamento Aragonés. Puede que el nombramiento del nuevo Justicia influyese, aunque desde luego no tuvo nada que ver la aprobación de la Ley del Taxi. Estos eran dos de los puntos del Orden del Día de una sesión maratoniana entre la que, para los movimientos sociales del país, destacaba uno, el tercero: “Debate y votación del Dictamen de la Comisión de Ciudadanía y Derechos Sociales sobre el Proyecto de Ley de identidad y expresión de género e igualdad social y no discriminación de la Comunidad Autónoma de Aragón”.

Desde las nueve de la mañana un numeroso grupo de personas transexuales, acompañades por varias de las activistas LGTBI más destacadas de Aragón, nos reuníamos en las inmediaciones del palacio de la Aljafería con una tremenda satisfacción porque nuestro parlamento aprobaba la que habíamos llamado “ley trans”, una ley que habían trabajado los colectivos de personas transexuales, padres y madres y las asociaciones LGTBI del país en una mesa de trabajo propia que elaboró un texto para presentarlo al parlamento.

Muy pocas veces una iniciativa legislativa parte desde la base y llega hasta el final, aunque es cierto que durante el procedimiento legislativo sufrió bastantes recortes y el texto presentado por el Gobierno de Aragón venía descafeinado: el preámbulo no reconocía el trabajo de los colectivos en la redacción del texto, pretendía ser necesario acreditarse como mujer trans para recibir medidas de protección por violencia de género, no reconocía el derecho a la libre expresión de la identidad de género a les menores trans, no reconocía la intersexualidad o negaba los derechos reproductivos de las personas trans no permitiendo la congelación del tejido gonadal, entre otras cuestiones.

Durante la tramitación de la ley, los grupos parlamentarios de la izquierda aragonesa nos preocupamos porque la ley garantizase todos y cada uno de los derechos reivindicados por los colectivos, por una cuestión de justicia social, luchando por mantener el texto que trabajó la mesa de los colectivos LGTBI. En lo que a CHA nos toca, nuestro papel negociador permitió que finalmente la totalidad del arco parlamentario aceptase todas las reivindicaciones, incluida la despatologización de la transexualidad, apartándola del ámbito médico.

Se puede afirmar que el texto que aprobaron las Cortes es mucho mejor que el que entró en la cámara y, curiosamente, fue aprobado por unanimidad, ya que el proceso de tramitación y el trabajo de la Comisión de Ciudadanía y Derechos Sociales de las Cortes arrastró al Partido Popular hasta el voto favorable. Este tema no es baladí, puesto que garantiza la consolidación del texto legal y hace que sea más difícil que la norma decaiga si el parlamento aragonés tuviese mayoría de derechas en próximas legislaturas.

En conclusión, el movimiento LGTBI aragonés tiene motivos para salir satisfecho de este proceso legislativo, no sólo por el papel de la izquierda parlamentaria al lograr un acuerdo mayoritario en la cámara, sino sobre todo, porque sin la capacidad de trabajo del movimiento asociativo, sin su continua reivindicación y sin su potencial para influir en las instituciones públicas, no habría sido posible garantizar los derechos, en este caso de las personas transexuales.

El relato que empezó en Stonewall Inn el 28 de junio de 1969 tuvo una parada el 19 de abril de 2018 en las Cortes de Aragón, y todavía quedan algunas más, puesto que el siguiente paso es la tramitación, también en nuestro parlamento, de la Ley de igualdad y protección integral contra la discriminación por razón de orientación sexual e identidad de género en la Comunidad Autónoma de Aragón, que acaba de comenzar también su trayectoria parlamentaria. Esperamos que, en esta ocasión, desde la izquierda también seamos capaces de lograr el mismo resultado: una ley de máximos y por unanimidad.

Alberto Alcaine. Colla LGTBI de Chunta Aragonesista

jueves, 26 de abril de 2018

#hemeroteca #disidenciasexual #musica | Putochinomaricón: “Reivindico la humanización de las redes, por eso soy anti postureo”

Imagen: El País / Chenta Tsai
Putochinomaricón: “Reivindico la humanización de las redes, por eso soy anti postureo”.
Tras su primer EP, el propósito del artista para 2018 es “ser más chino, más puto y más maricón” y seguir sacudiendo conciencias.
Ignacio Gomar | Tentaciones, El País, 2018-04-26
https://elpais.com/elpais/2018/04/24/tentaciones/1524567707_024813.html

Con canciones como ‘Gente de Mierda’, ‘Tú no eres activista’, o ‘Tu Puta Vida Nos Da (Un Poco) Igual’, Chenta Tsai explora el tema principal que da sentido a la existencia de su alter ego, Putochinomaricón, y que es luchar contra la discriminación, empezando por la que existe dentro del propio colectivo gay, al que tilda de racista y ‘plumofóbico’.

Su alegato es claro: “Se discrimina a los que se salen del estereotipo, y no es cuestión de preferencias sexuales, es racismo y punto. Las filias son constructos sociales, cánones de belleza impulsados por los medios, la publicidad, etc. La contradicción está en que un colectivo que debería tener más conciencia ni siquiera se da cuenta. Por eso lucho por la interseccionalidad. En el orgullo LGTBIQ solo hay hombres homonormativos y se difunde por tanto la idea de que solo eres aceptado si eres blanco o musculado”.

Chenta es hijo de migrantes taiwaneses, vive en Madrid y tiene 27 años. Putochinomaricón es el artista nacido (empezando por el nombre) de su experiencia como parte de una minoría sexual, y otra racial, en España. Esa vivencia ha inspirado muchos de los temas que componen su primer EP, 'Corazón de cerdo con ginseng al vapor', que empieza con esta intro: “Puto chino maricón, la gente me llama así, no me robes mi trabajo, vete a tu puto país”. Una reivindicación de alguien que se sabe integrado: "Estoy extremadamente occidentalizado, aunque llevo mi arraigo asiático con orgullo. Mi objetivo de este año es ser más puto, más chino y más maricón. Noto que los chinos de segunda generación rechazan sus raíces. Yo estoy aprendiendo a escribir chino (ya lo habla) e historia de China”. Respecto a si conoce a más gais chinos en la capital, cuenta que la comunidad es pequeña y no es homogénea. "Muchos son analfabetos, imagínate... Como para reivindicar algo en español. Lucho por todos los que existen pero no pueden alzar la voz, básicamente porque las políticas de inmigración son una puta mierda”.

Se define ante todo como un sujeto disidente y actúa en diversos frentes, por ejemplo compartiendo el activismo ‘queer’ de plataformas como Orgullo Crítico, donde se siente como en casa. “Son radicalmente inclusivos hacia las personas trans y las minorías raciales y no renuncian a la lucha. Recordemos que el orgullo LGTB nace de un disturbio provocado por dos personas transgénero racializadas, tócate un pie”, recuerda. Y puntualiza que su mensaje social se filtra hacia lo político —“la identidad sexual también es política”— tanto como sus composiciones musicales o visuales, y especialmente en las redes sociales, donde es toda una celebridad y donde defiende su papel de millennial, del que se siente especialmente orgulloso.

“Descubrí lo más bonito que tienen estos días después de que me censuraran tres veces mis cuentas de Instagram. Debió ser gente que me denunció porque les molestaba mi nombre o mi discurso; me sentí como Ai Weiwei pero ‘cheap, low budget’ (de bajo presupuesto) [risas]. Recibí un apoyo tremendo. Tejer un entramado de personas disidentes y oprimidas que se apoyan entre sí es alucinante. En la universidad repartieron pegatinas en las que ponía ‘Free PCM’. Fue un ‘what the fuck’ tremendo… ¡Me sentí como el Che Guevara!”.

Al tiempo que las defiende, las agita y ridiculiza el postureo. “Reivindico la humanización de las redes, que sean una extensión de la persona y no una ventana para proyectar lo que no se es. Es dañino y contribuye a la creación de estereotipos falsos. Por eso soy tan fan de ‘Soy una pringada’, porque eleva el costumbrismo a lo artístico. Yo hago lo mismo, cojo lo más costumbrista y lo elevo a la híper relevancia. Como componer mientras friego los platos. Las entidades digitales tienen un humano detrás, siempre, por eso soy anti postureo”.

Sin embargo, Instagram, la red de la imagen, es su favorita. Lo es porque, afirma, ahí se puede descolonizar un espacio que no está pensado para la reflexión sino para la frivolidad. "De repente subes una foto fregando con una parrafada sobre ‘yellow facing’ y es brutal. La descontextualización de espacios digitales o físicos es fundamental. Verme en un bar obrero de Usera cantando ‘Gente de Mierda’, ocupando espacios que no son míos. Ahí está la innovación”.

El resto de ingredientes son la parodia de sus propias contradicciones y la defensa de una época convulsa y una generación ignorada. “Yo también sigo a ‘influencers’ y pienso 'ojalá estuviera en la playa ahora mismo o tuviera ese cuerpo'. En mis canciones siempre me río un poco de mí mismo, así tu mensaje llega más lejos. Reivindico el hoy. Hay tanto por explotar... Es un momento de crisis política y de identidad y con una multiculturalidad tan interesante que darle la espalda sería un error total. Escucho canciones de ahora y dicen cosas como ‘¡ay!, te llamé por teléfono’. ¿Quién llama por teléfono hoy? Nadie está usando el discurso post Internet. Mi siguiente álbum va a girar en torno a la era digital, es algo que no está explotado en absoluto. Voy a llevar la estética y la cultura de la España profunda y las voy a mezclar con la era post Internet. Un ‘collage’ mal hecho mezclando todos esos referentes”.

Habla con pasión de sus fuentes de inspiración, que van desde Charli XCX al diseñador Gosha Rubchinskiy, “por mezclar algunos oxímoron, como la estética BDSM y la moda deportiva”, y vuelve a la carga, esta vez contra las imposiciones del ‘mainstream’ en el terreno sentimental. “Es fascinante analizar cómo nos han vendido el amor como un acto de posesión y control. Muchos no saben distinguirlo de la violencia". Putochinomaricón solo cree en él como algo consensuado, ya sea monogamia o poliamor; el sexo para él ha pasado a un segundo plano; y ahora está más centrado en la revolución del amor dentro de la comunidad LGTB, algo que cree que se ha obviado totalmente. "La homonormatividad ha hecho mucho daño y ha asociado la liberación sexual con tener mucho sexo. Es absurdo, la auténtica revolución es que podamos escoger cómo queremos vivir nuestra sexualidad o nuestra vida amorosa. Cuando se nos pase la tontería de follar con todo el mundo, todo se estabilizará”.

Se despide anunciando que ya tiene listo el siguiente álbum, aunque esperará a lanzarlo “por si surge algún temazo más”. En lo político va a hablar de la posverdad y las noticias falsas y tiene una canción titulada ‘La Tierra es Plana’ que le encanta. Pero no se olvidará de lo único que le hace ser un ‘hater’. “No soporto a la gente intolerante que coarta nuestras libertades. Dicho así parece simple, pero esto incluye al 95% de la población. Hay que ser, no sé si radical, pero sí asertivo. Esta mierda hay que combatirla”.

#hemeroteca #cine #lesbianismo | Arantxa Echevarría: “La mujer gitana está pisoteada, aplastada y es invisible para payos y gitanos”

Imagen: Público / Fotograma de 'Carmen y Lola'
Arantxa Echevarría: “La mujer gitana está pisoteada, aplastada y es invisible para payos y gitanos”.
La cineasta debuta con ‘Carmen y Lola’, una valiente, muy necesaria y hermosa historia de amor entre dos jóvenes gitanas. Cine independiente, es una obra urgente para una creadora comprometida, que se ha ganado merecidísimamente su presencia en el Festival de Cannes.
Begoña Piña | Público, 2018-04-26
http://www.publico.es/culturas/arantxa-echevarria-mujer-gitana-pisoteada-aplastada-invisible-payos-gitanos.html

“Prefiero que se vaya con un gitano malo que con un buen payo”. Se te ponen los pelos de punta. Lola tiene dieciséis años, estudia, es una artista del graffiti y canta en el coro del culto. Vive en Madrid hoy, es trabajadora, es decidida. Y es gitana.

Hasta ahora ha esquivado el ‘inevitable’ futuro que la espera. Renunciar a la vida. Casarse o casarse, tener hijos y cuidar de ellos y de su marido. Además, a Lola le gusta Carmen, una gitana que ha conocido en el mercadillo donde trabaja la familia. Es ‘Carmen y Lola’, el más difícil todavía (mujeres gitanas lesbianas) con el que la cineasta Arantxa Echevarría debuta en el largometraje y con el que se ha ganado merecidísimamente su participación en el Festival de Cine de Cannes, en Quincena de Realizadores.

“O cuenta una paya la situación de la mujer gitana o no la cuenta nadie. Y desgraciadamente tiene que ser una paya porque ellos no tienen voz”, dice Echevarría, que ha conseguido lo imposible, o al menos, lo que todo el mundo a su alrededor le juraba que lo era. La directora y guionista ha rodado con intérpretes debutantes, gitanos y mercheros, una bellísima historia del primer amor, con la que denuncia la situación de las mujeres gitanas, atrapadas en unas tradiciones que se acercan a las que soportan mujeres en países musulmanes integristas. Pero mientras por éstas ponemos obligatoria y necesariamente el grito en el cielo, a las mujeres que tenemos en la calle de al lado ni las miramos. No las vemos. “La mujer gitana está pisoteada, aplastada, es invisible para payos y gitanos”.

Zaira Morales y Rosy Rodríguez son Lola y Carmen, protagonistas milagrosas de esta ópera prima, una de las mejores desde hace muchos años del cine español, la película más audaz y también hermosa de estos tiempos… y una obra urgente para una mujer como Arantxa Echevarría (a la que se le nota que ha visto mucho Saura) que asegura que su película podría llamarse ‘Carmen y Lola. Denuncia’. Producida por ella misma y Pilar Sánchez Díaz, que es la directora de fotografía, la película cuenta con música de Nina Aranda, y derriba así otros ‘muros’ del cine español.

P. ¿Para hacer el primer largometraje, una historia de mujeres gitanas lesbianas no era demasiado berenjenal?
R. Había tenido un mínimo contacto con unos gitanos en un rodaje de Gabriel Velázquez y me sorprendieron mucho, sobre todo su historia cultural. Luego leí la historia del primer matrimonio de dos mujeres gitanas, donde salía una foto de ellas de espaldas y con nombres anónimos, y quise saber más. Pero yo tenía ganas de hablar del primer amor, ése que piensas que es para siempre, que no olvidas. Mi primera relación sexual fue con alguien para quien también era la primera vez y fue un juego, muy divertido. Es un lío lleno de ilusión. Y pensé qué pasaría si fueran chicas gitanas.

P. ¿Cómo hizo todo el trabajo de investigación? ¿contactó con gitanas homosexuales?
R. Me puse a buscar, pero era imposible. No encontré ni una. Están ocultas. Un día me metí en Internet con el Nick ‘gitana guapa’. Me contestó una que me pregunto de qué familia era. Solo se me ocurrió decir que Heredia. Ella no quería ligar, solo hablar. Y encontré un núcleo, pero no quieren que las nombre. Son mujeres que han escapado o han sido repudiadas. Para poder ser aceptadas tienen que rechazar su sexualidad. Ellas quieren estudiar, no ser ‘pedidas’ con 16. La película es muy light comparada con su vida, que es terrorífica. Ahora que somos todos tan enrollados y que hablamos mucho de las mujeres afganas y de Somalia y de… habría que bajar también a la calle y ayudar al mundo gitano, darle más oportunidades.

P. ¿Cómo consiguió a Zaira Morales y Rosy Rodríguez?
R. Nos decían que no íbamos a encontrarlas, que una película así era imposible de financiar. Las encontramos. Zaira es ‘merchera’, que tienen costumbres muy parecidas a los gitanos, aunque se llevan fatal. Es una adolescente encantadora, muy chula, con mucha fuerza que quiso hacer la película para dar en la cara a todos. Su madre la apoyó. Y Rosy tiene una vida increíble, es una gitana mal casada a los quince años, sufrió malos tratos, fue a un centro de menores y se escapó. Es una desarraigada. Hicimos un casting de mil gitanas, seis meses.

P. Un beso de dos chicas que puede parecer muy inocente, ¿lo fue al rodarlo con ellas?
R. Yo tenía miedo de llegar a eso en el rodaje. Cuando lo hicimos, Zaira me dijo: “Yo la beso y luego escupo”. Se besaron y cuando se terminó la toma, Zaira me soltó: “Es la primera vez que me ven besarme con alguien. Espero que estés contenta”.

P. ¿Hay algo de usted en las dos chicas gitanas de la película?
R. Muchísimo. Los miedos de la adolescencia, la búsqueda del ser propio, saber que eres diferente, yo era la extraña porque quería hacer cine. Cuando le dije a mi padre que era lo que quería hacer, con diez años, me dijo que como era niña podía hacer lo que quisiera. Y mi padre era un hombre progresista.

P. Rodar con no profesionales y, en este caso, gitanos que hablan de este tema…
R. En esta película hemos tenido crisis de guion, de financiación, de casting y de rodaje. En el rodaje había reuniones de crisis cada dos días. Los actores, cuando rodábamos, lo primero que soltaban era ¡qué lacha! (¡qué vergüenza!). Al final decidí que iba a ser la película que tuviera que ser. Yo quería que fuera más documental y que todo fluyera, pero no fluía nada. Y como mujer, feminista y activista, éste ha sido el rodaje más duro de toda mi vida, porque tengo que respetarlos, no podía posicionarme.

P. ¿Cómo son los jóvenes gitanos de hoy?
R. Los jóvenes gitanos de hoy van hacia atrás. Van de Dolce&Gabbana y para ellos lo más importante es tener un buen móvil y que su novia sea la más guapa. No tienen nada de la profundidad de la cultura gitana.

P. ‘Carmen y Lola’ es una película que nace del compromiso, ¿una historia necesaria?
R. Me sorprende que no haya más películas necesarias, aunque ahora viene una generación de cineastas muy creativa, en España hay muy poco cine de autor y hay menos de cine social. Y vivimos en un momento en que hay que poner el dedo en la llaga en mil cosas.

P. ¿Cómo la situación de la mujer?
R. Sí, pero ahora las mujeres cineastas lo estamos petando, mira el palmarés del Festival de Málaga. Llevamos calladas mucho tiempo. Siempre he hecho trabajos de empoderamiento de la mujer. Mi corto ‘Yo, presidenta’ era de una mujer presidenta y luego hice un thriller, una de miedo sobre lo que nos da miedo a las mujeres.

P. ¿Qué le gustaría que resultara de todo este esfuerzo, además de lo ya conseguido?
R. Lo que decía en esas reuniones. Si conseguimos que lo que hemos hecho lo vea una madre gitana que tiene un hijo que quiere ser chica, por ejemplo, y después de ver la película le dice que haga lo que él crea y quiera, solo por esa persona vale la pena. Quiero que la película se vea en centros, asociaciones, colegios… y en los cines Islazul, que es donde los gitanos van a ‘ronear’ (ligar). Y si salen con el corazón un poco más rasgaíto…

#hemeroteca #lgtbi | El IVAM acoge un congreso sobre temática LGTB

Imagen: Twitter CruSev / Mesa I sobre 'Archivos precarios, archivos militantes'
El IVAM acoge un congreso sobre temática LGTB.
Las jornadas 'Resistencias del Sur' contarán con la presencia de más de una treintena de expertos.
Levante, 2018-04-26
http://www.levante-emv.com/cultura/2018/04/26/ivam-acoge-congreso-tematica-lgtb/1709760.html

Por primera vez en España, tiene lugar este fin de semana en el IVAM un congreso de temática LGTB organizado por varias universidades españolas, encabezadas por la Universidad de Murcia y con la colaboración del museo valenciano. Bajo el título "Resistencias del Sur", el congreso, que contará con la presencia de más de una treintena de expertos, como Alberto Mira (Oxford-Brookes University), Brice Chamouleau (Universidad de París 8 Vincennes-Saint Denis), Kerman Calvo (Universidad de Salamanca) o Lucía Egaña (Programa de Estudios Independientes-MACBA), entre otros, tiene como objetivo analizar las realidades culturales, sociales y políticas de trans, lesbianas y gais en la España de los años 70. El objetivo, problematizar algunos lugares comunes respecto a su historia e indagar en los puntos ciegos de los relatos que se han construido hasta ahora. Durante tres días, habrá sesiones de cine, ponencias, mesas redondas y performance artísticas, desde el jueves 26 de abril hasta el sábado 28.

El congreso está organizado como parte del proyecto "Cruising the 1970s: Unearthing Pre-HIV/AIDS Queer Sexual Cultures", financiado por el Programa de Investigación e Innovación Horizon 2020, en su modalidad Humanities in the European Research Area (HERA y ha sido coordinado desde la Universidad de Murcia en colaboración con el Intitut Valencià d´Art Modern (IVAM), de Valencia. Colaboran las universidades de Edimburgo, Varsovia, Newcastle, la Oxford-Brookes University, la Universitat Politècnica de València, la Universitat de València, la Universidad Carlos III y la Universidad Autónoma de Madrid y la de Castilla-La Mancha.

La performance artística "Antritenimiento 70" a cargo de Graham Bell Tornado, que tendrá lugar en el hall principal del IVAM, cerrará el congreso el sábado a las seis de la tarde.

miércoles, 25 de abril de 2018

#libros #historia #mayodel68 | Revoluciones : cuando el pueblo se levanta

Revoluciones : cuando el pueblo se levanta / Gero von Randow ; traducción de Ruth Zauner.
Madrid : Turner, 2018 [04-25].
280 p.
Colección: Noema.
ISBN 9788416714247 / 22,90 €

/ ES / DE* / ENS
/ Historia – Siglo XX / Mayo del 68 / Movimientos sociales / Política / Revolución Rusa / Sociología

¿Qué son las revoluciones? ¿Por qué se producen? ¿Sirven para algo? Y, lo más importante: ¿se pueden predecir? Un siglo después de la Revolución Rusa y cincuenta años después de los movimientos estudiantiles de 1968, las revoluciones no parecen pasar de moda, ni haber perdido su atractivo. Gero von Randow explora todos los aspectos de una revolución, analizando las grandes revoluciones del pasado y del presente, sus detonantes, su desarrollo y su legado. Un relato ameno, accesible, en el que los grandes pensadores se unen a las reflexiones del autor, comunista de acción en su juventud.

Gero von Randow (Hamburgo, 1953), estudió derecho y desde muy joven se comprometió con la izquierda radical. Durante dos años dirigió el departamento de ciencias del Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung, y desde 1992 ha colaborado con Zeit, donde ha desempeñado el puesto de editor de Zeit Wissen, editor en jefe de Zeit Online, y corresponsal en Francia. Ha escrito varias obras, ‘Revoluciones’ es la primera en traducirse al español.

#hemeroteca #lesbianismo | Las lesbianas le dan un portazo al armario: "Ser visible es existir"

Imagen: El Diario / Fefa, Tatiana y Maribel
Las lesbianas le dan un portazo al armario: "Ser visible es existir".
Cinco mujeres hablan de lo que supone salir del armario, la falta de referentes o la lesbofobia para mostrar que no hay una única manera de ser lesbiana. "Siempre que sufro una agresión vivo lesbofobia, racismo y sexismo. Es algo que no puedo separar", dice Tatiana, mexicana que reside en Madrid. Para todas, la visibilidad es una reafirmación de su propia vida: "Estamos, existimos y no nos vamos a esconder", dice Maribel Torregrosa.
Marta Borraz | El Diario, 2018-04-25
https://www.eldiario.es/sociedad/lesbianas-dan-portazo-armario_0_764673966.html

Resistencia, deseo, una forma de vida, una orientación sexual más, un soplo de aire en una identidad negada, una reafirmación. No hay una sola manera de ser lesbiana. Fefa, Maribel, Lucía, Tatiana y Noelia son conscientes desde su propio lugar, en el que viven su lesbianismo de formas diversas desafiando el relato que las convierte en una sola. En el Día de la Visibilidad Lésbica le dan un portazo al armario para reivindicarse como ‘bolleras’ y lesbianas. Esas palabras que a muchas les costó tanto pronunciar ante un espejo.

"Creo que lo fui siempre. Mi primera experiencia sexual fue con 15 años con una amiga, pero nosotras decíamos que practicábamos para los chicos. Yo no sabía qué pasaba porque entonces ni se hablaba", dice Tatiana Romero al otro lado del teléfono. Tiene 34 años y vive en España desde hace dos después de pasar por Berlín, donde comenzó a visibilizarse como lesbiana tras abandonar su México natal.

De dejar atrás orígenes también sabe la socióloga Fefa Vila, que con 14 años se fue del pueblo de Ourense en el que vivía con su familia, Laza, para aterrizar en Vigo y más tarde en Madrid. En la capital se dio de bruces con el feminismo, que le ayudó a "reafirmar" su sexualidad. Un tránsito que conllevó también un exilio interior: "Me ha costado volver a mi pueblo, allí me encontraba como una extraña. Es duro, sentía que no era mi lugar y es algo que continúa. De alguna manera ser lesbiana supone un extrañamiento continuo. Cuando sales de tu ‘modus vivendi’ y de tu entorno de seguridad, tienes esa sensación".

Al igual que Fefa, que hoy tiene 50 años, para Lucía también fue duro salir del armario, aunque algunas décadas después. Esta joven de 15 años reconoce la sensación de no poder nombrar qué le pasaba cuando en 6º de primaria supo que le gustaban las chicas. "Ser visible es necesario para concienciar y para acabar con la lesbofobia", explica al tiempo que recuerda cómo cuando se cortó el pelo la insultaban llamándola ‘bollera’. "Ahora tengo la suerte de que en mi colegio hay un entorno bastante favorable".

El precio del armario
La visibilidad ha sido para todas un paso hacia adelante, una afirmación a la que antes le sucedieron secretos, presunciones y escondites. A sus 37 años, Noelia Heredia es cantautora de flamenco y percusionista, pero además es una mujer lesbiana y gitana que ha dejado atrás la época en la que sentía que era "el patito feo y un bicho raro", afirma. "Incluso cuando averigüé lo que pasaba, me decía a mí misma que no estaba bien, que era algo malo".

Noelia pelea por abrirse camino en un mundo especialmente masculinizado y también por construir referentes LGTBI en el pueblo gitano porque califica de "urgente" poner sobre la mesa la diversidad de los gitanos y gitanas. "Siendo mujer gitana sufro un machismo aplastante, también lesbofobia y gitanofobia", explica la artista, que pide para este Día de la Visibilidad Lésbica que "nuestro propio pueblo no nos castigue. No dejamos de ser gitanas por ser LGTBI".

"Si no eres visible, no existes y si no existes, no eres y si no eres, no puedes ser contada. Ser visible es existir y eso incluye la vida misma, la biografía personal y colectiva. ¿Cómo no vamos a ser visibles si implica ser lo que queremos ser? Eso es un acto de valentía en un mundo heteronormativo", cuenta Fefa Vila con palabras de socióloga pero con el convencimiento de la que ha hecho de "lo personal es político" algo más que una consigna.

Al intentar desentrañar el precio de ese estar en el armario, Tatiana se acuerda de cuando veía a parejas de mujeres por la calle: "Las veía de la mano y lloraba sin parar, y no sabía por qué... Cuando no te reconoces y no eres visible, realmente no vives en ti, no habitas tu cuerpo ni tus deseos. Es un desgarro constante".

Una Historia propia

Escuchar a Maribel Torregrosa evoca al "una es más auténtica cuanto más se parece a lo que ha soñado de sí misma", el discurso que pronunció el personaje de La Agrado en la película 'Todo sobre mi madre'. A sus 60 años demuestra que nadie es demasiado mayor para ser transexual después de haber iniciado su transición pasados los 50. Siempre le gustaron las mujeres, así que cuando comenzó a visibilizarse como mujer, también lo hizo como lesbiana: "Lo he sido siempre, pero no lo sabía", bromea.

Para ella, su identidad es sinónimo de "un golpe en la mesa" para evidenciar "que estamos, existimos y no nos vamos a esconder", sostiene mientras apunta "a un mismo frente" enemigo del feminismo y el movimiento LGTBI. "Cuando llegué al feminismo me daba miedo que no me aceptaran por ser una mujer trans, pero me he sentido acogida y las mujeres que no lo hacen son residuales". Se refiere a los espacios feministas en los que se cuestiona la participación de las mujeres trans.

Su experiencia demuestra que no hay una manera única de ser mujer, como ser lesbiana no supone ser de una sola forma. "Somos lesbianas de muchas maneras y estamos atravesadas por circunstancias muy diferentes como la clase social, la raza, la edad...", aclara Fefa, a la que le ha atravesado la experiencia de la maternidad también a ojos del resto. "Puedes tener el reconocimiento legal, pero no te aceptan de la misma manera porque no estás reproduciendo el orden heterosexual".

Tatiana vive la interseccionalidad en su propia piel. "Nunca he sufrido una agresión en la que no vaya todo junto. Siempre sale la lesbofobia, el racismo, que he sufrido mucho, y el sexismo. Y es algo que no puedo separar" y recuerda alguna de esas veces: "Me han dicho y gritado 'lesbiana sudaca' o 'deberías volverte a la junta, bollera de mierda'", dice antes de añadir que el movimiento LGTBI "debe incorporar la cuestión racial como elemento fundamental de su lucha".

Son muchos los retos y las realidades que anhelan las cinco. Hablan del fin de la lesbofobia, de la visibilidad, de la liberación sexual –los cuartos oscuros para bolleras, dice entre risas Tatiana– o de la ruptura de las normas morales. ¿Qué queda? "Que una lesbiana sea presidenta del Gobierno", bromea Fefa: "La construcción de referentes que desplacen el poder patriarcal, que haya lesbianas que se reconozcan como tales y que hablen. No se trata de pedir permiso para ser o para que nos acepten, es escribir nuestra propia Historia".

#hemeroteca #vih | Tengo VIH, ¿y qué?

Imagen: El País / 'Todos juntos podemos parar el sida' de Keith Haring, Barcelona, 1989
Tengo VIH, ¿y qué?
Emilio de Benito | Tentaciones, El País, 2018-04-25
https://elpais.com/elpais/2018/04/23/tentaciones/1524502317_381722.html

Tengo VIH, ¿y qué? Pues depende de cómo se lea la frase. Si se hace con un poco de altanería, resulta un desplante asertivo: “Lo tengo y no me importa decirlo”. Sobre todo, porque ya se lo he dicho a todos los que me importan. No a todos a la vez ni en el mismo momento. De este, como de los demás armarios, se sale cada día. Pero tengo ya el grueso del trabajo hecho y puedo exponerme sin medias tintas.

Pero ese “¿y qué?” del titular pide respuestas. Porque podría parecer que tener VIH o no tenerlo da lo mismo, y no es así. Una cosa es que amigos, familiares, compañeros y jefes en mi caso lo sepan y ya no les afecte (destaco el "en mi caso" y el "ya", que son matices importantes), y otra cosa es que eso vaya a ser así para todos. Así que si no eres Conchita Wurst —que hizo público el pasado 15 de abril que es portadora del VIH— y tu sueldo depende de un jefe al uso, piénsate bien si lo dices, no sea que te la juegues.

O que tengas mucha suerte. Porque yo puedo decir que tengo VIH, y puedo añadir un “¿y qué?”, gracias, en primer lugar, a la suerte. Para empezar, la de poder contarlo, tanto en su sentido literal —trabajo en un medio de comunicación y mis allegados ya han superado el disgusto inicial de enterarse hace muchos años— como en el de la expresión popular: he vivido para contarlo, y eso que en 1997 mis probabilidades de celebrar un año más eran escasas.

Pero que yo ya me haya aceptado y haya aprendido a vivir con el virus no quiere decir que no me haya dejado pelos en la gatera. Porque ese “¿y qué?” tiene muchas respuestas.

Tengo VIH, y por eso no he conseguido que un banco me dé una hipoteca. También tuve que darme de baja de mi aseguradora sanitaria privada, que no me garantizaba una atención integral.

Tengo VIH y, después de 25 años, mi hipertensión, problemas renales, reumáticos, hepáticos, óseos y mentales empiezan a ser los propios de la edad, pero seguramente agravados por el virus o los efectos adversos de las medicaciones varias que en todo este tiempo he tomado. Y, relacionado con esto, soy un visitante frecuente de toda clase de servicios médicos, desde luego mucho más asiduo que otras personas de mi edad.

Tengo VIH, y todavía no puedo ver películas como ‘Filadelfia’ porque me recuerdan las agonías y las ausencias. Y tengo VIH, y cada día tengo que ver los efectos de la lipodistrofia en mi cuerpo (he ahí mi cuello).

Tengo VIH, y cada vez que conozco a alguien me tengo que plantear si se lo voy a contar o no, y cómo puede interferir eso en la relación profesional o social que vamos a entablar. Y si lo que quiero es una relación más íntima, debo plantear unos prolegómenos sobre prácticas seguras u otras alternativas que tienen mucho de anticlímax y que, de vez en cuando, tienen como efecto una despedida antes de que hayamos entrado en harina.

Sé que muchos de estos “¿y qué?” se deben a que llevo 25 años con el virus, y que quien se haya infectado recientemente no va a vivir las mismas consecuencias. Pero hay que poner las cosas en su justa medida.

Y es que habría preferido que no fuera el caso, pero tengo VIH. ¿Y qué?

martes, 24 de abril de 2018

#hemeroteca #mujeres #politica #mujeres | El Pleno vota por unanimidad las próximas Medallas de Oro de la ciudad

Imagen: Madridiario / Boti García Rodrigo en el pleno del Ayuntamiento de Madrid
El Pleno vota por unanimidad las próximas Medallas de Oro de la ciudad.
Madridiario, 2018-04-24
https://www.madridiario.es/455487/concha-velasco-jugadoras-hockey-club-campo-elena-garcia-armada-boti-garcia-medallas-oro-madrid

La actriz Concha Velasco, las jugadoras de hockey femenino de Club de Campo, la ingeniera industrial del CSIC Elena García Armada y la activista de los derechos LGTBI Boti García Rodrigo recibirán las Medallas de Oro de Madrid por apoyo unánime del Pleno. Las propuestas han sido elevadas por la Alcaldía. La entrega será el 15 de mayo, día del patrón de la ciudad, San Isidro.

Por unanimidad, el Pleno del Ayuntamiento de Madrid ha aprobado este martes el reconocimiento con la Medalla de Oro de Madrid a Concha Velasco, las jugadoras de hockey femenino de Club de Campo, Elena García Armada y Boti García Rodrigo.

La portavoz del Gobierno local, Rita Maestre, ha destacado que de las 67 medallas entregadas hasta ahora solo cuatro han sido para mujeres. "El año 2018 es un buen momento para cambiar un poco e ir a un justo reparto de las medallas de la ciudad", ha afirmado.

La entrega de las medallas tendrá lugar el 15 de mayo, día de San Isidro, patrón de la capital.

La actriz Concha Velasco ha sido destacada por ser una madrileña con una "larguísima" trayectoria profesional; de las jugadoras de hockey femenino de Club de Campo se celebra haber logrado convertirse un referente.

También ha sido propuesta para recibir este reconocimiento la ingeniera industrial del CSIC Elena García Armada, quien ha desarrollado el primer exoesqueleto biónico del mundo para niñas y niños con atrofia muscular espinal. La cuarta y última propuesta de Medalla de Oro es para la activista de los derechos LGTBI Boti García Rodrigo, presente en la bancada de invitados del Salón de Plenos del Palacio de Cibeles este martes.

#hemeroteca #filosofia | Judith Butler: "Yo quiero ser más débil"

Imagen: CCCB / Judith Butler
Judith Butler: "Yo quiero ser más débil".
Esperanza Escribano | El Salto, 2018-04-24
https://www.elsaltodiario.com/gsnotaftershave/judith-butler-yo-quiero-ser-mas-debil

Tiene el semblante serio. Su afilada nariz y las cejas forman una T perfecta. Lleva el pelo gris, ni corto ni largo y un traje de chaqueta y pantalón negro ajustado a su talla. No es ni hombre, ni mujer y es las dos cosas a la vez. Qué importa. Judith Butler está por encima de esa división con la modestia suficiente como para asumir que ese binarismo no va a desaparecer porque ella sea la punta de lanza de su disputa en la actualidad. Estuvo la semana pasada en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) para hablar de la ética de la no-violencia y de si somos o no adultos, pero siempre desde el género. ¿Qué aprendimos con ella?

“No me ahorro incomodidades”, dijo nada más erigirse frente al altar de su conferencia. Empezó concluyendo: “al final, es el Estado el que de forma violenta viene a decirnos quiénes son los violentos”. Para después descomponerlo todo y llevarnos a otro lugar. Marina Garcés, filósofa (de guerrillas) la había presentado con referencias obvias a lo que ha estado pasando en los últimos meses en Cataluña. Así que con los aforismos y la actualidad claras, descendió a los conceptos más básicos para que todas las que nos dábamos cita allí nos deconstruyéramos juntas para volver más sólidas.

Para entender la no-violencia, una teórica de las identidades tenía que empezar por preguntarse quiénes éramos nosotras. Las que estábamos allí una tarde de abril en el hall del CCCB. Somos humanas y “algo hay que nos une para estar todas allí” porque de lo contrario, no estaríamos, pero seguramente no podríamos considerarnos ni de la misma región, ciudad o Estado ni aunque lo fuéramos. Lo que estaba claro es que no éramos autosuficientes, porque esa teoría del hombre que lo es ya es, de por sí, ridícula y sexista.

Primer punto clave. Los hombres en islas que no necesitan a nadie ni a nada son un absurdo. La teoría que así los presenta “olvida que las personas no nacen adultas”. Nacen niñas y pasan de unas manos a otras, literalmente, hasta que aprenden a comer, caminar o hablar, cosa que tardan años en hacer. Esta reflexión tan a todas luces obvia no existe en el contrato social bajo el que nos relacionamos. Nuestras leyes y normas sociales se basan en ese modelo en el que somos seres individuales y adultos que no dependen unos de otros y nunca lo han hecho. Pero es esa dependencia la que nos hace iguales. Necesitar a los otros para ser quienes somos, porque igual que de pequeños necesitamos que nos alimenten y nos sujeten para estar de pie, de mayores necesitamos supermercados, fabricantes de cocinas, pavimentos y semáforos para lo mismo. ¿Quién puede entonces pensar que somos autosuficientes?

Si a estas alturas seguís el hilo, cosa que la misma Butler se preguntaba en la charla, ya estáis a punto de entender esta deriva. Siguiente punto clave. La única manera de sobrevivir es ser conscientes de la dependencia. La única manera de asegurar que vivamos en igualdad es aceptar la dependencia y hacernos aún más dependientes. Sólo si los gobiernos saben, pero sabiéndolo de verdad, que dependen unos de otros, pueden luchar contra el cambio climático, que es global. Si yo contamino en mi país, lo estoy haciendo en todo el mundo. Este agua contaminada llegará a todo el mundo. El aire que contamine otro país en la otra parte del mundo lo llegaremos a respirar aquí.

Tomar decisiones globales es difícil. Pero es hacia ahí hacia donde tenemos que avanzar. Y sólo hay una forma: aceptar la dependencia y con ella, la vulnerabilidad. Es difícil convencerse de que ser vulnerables es bueno cuando vivimos en un sistema capitalista que busca que seamos expertos en todo para no tener que pedir ayuda a nadie. Pero si lo que queremos es ser iguales y avanzar juntos, sólo puede ser aceptando que dependamos unos de otros por igual. Saber que necesitamos al otro y el otro a nosotros es la única manera de avanzar sin pisar cabezas, básicamente. Y esta es la verdadera clave de todo.

Se trata de depender de otros y de que otros dependan de nosotros. De lo contrario, estaríamos hablando de colonización. El problema no es ser vulnerables, es que alguien explota esa vulnerabilidad. Que el Estado nos abandone política y económicamente es la traducción de esa explotación. Y a la vez, lo que nos une a las personas de otras partes del mundo con las que no compartimos normas ni sistema legal, pero sí el abandono. Somos todas bastante igual de vulnerables, admitámoslo.

En ese abandono, en esa posibilidad de que aquello de lo que dependemos se comporte de forma no predicha, de una forma que no podemos controlar y nos haga daño es donde nace la agresión. Y la mejor manera de combatir esa violencia no es cuidándonos más, es dependiendo más, siendo más vulnerables. De la misma manera que lo más efectivo para luchar contra la violencia es la no violencia, la resistencia. Porque siendo vulnerables, defendiendo los cuidados, es como acabaremos con esa “masculinidad indiferente” que mata para defenderse. Le pondremos fin cuando todos aprendamos que matar al otro es matarnos a nosotros mismos, porque todos cuidamos de todos y dependemos de todos. Suena inocente pero, ¿no es ser sociales y apoyarnos unos en otros lo que nos diferencia del resto de animales? ¿No hay declaración más feminista que reconocer la interdependencia?

La dependencia limita la destrucción y potencia la ética, que es de lo que había venido a hablarnos Butler. Hay que repetirlo más porque, de momento, cargárselo todo es lo más normal del mundo. Quienes protestan son los vulnerables que se han aliado y constituyen la resistencia. Y al sentirse abandonados es cuando han entendido que la no violencia es la mejor manera de luchar contra la violencia. Resistirse es también un acto violento, porque se lucha casi siempre contra un poder legal y hace falta que ocurra la violencia para oponerse a ella. Para resistir, para oponerse sin violencia hay que cultivar el odio y aprender a transformarlo. A Butler le dijeron que esa afirmación era débil. Entonces, la T de su semblante serio cambió dando lugar a una sonrisa y contestó: “eso es lo que quiero, ser más débil”. Ahí es donde reside la fuerza. Y cuanto antes lo sepamos, mejor.