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jueves, 12 de octubre de 2023

#hemeroteca #gais #testimonios | Santiago Escalante: "Mucha gente ha hablado de Costus sin tener ni puñetera idea"

Los Costus, Enrique Naya y Juan Carrero con Alaska (c).

"Mucha gente ha hablado de Costus sin tener ni puñetera idea"

Santiago Escalante es el impulsor de una serie, 'Costus. La Movida Inédita', sobre los acontecimientos de este movimiento y personajes que la rodearon, como Pedro Almodóvar, Fabio McNamara, Tino Casal o Alaska
Isabel Flores | La Voz del Sur, 2023-10-12
https://www.lavozdelsur.es/cultura/mucha-gente-ha-hablado-costus-sin-tener-ni-punetera-idea_303466_102.html

‘Costus. La Movida Inédita’ es el título de una serie para televisión. Una divertida comedia sobre los acontecimientos de la Movida y los personajes que la rodearon, como fueron Pedro Almodóvar, Fabio McNamara, Tino Casal, Alaska, y cómo no, Los Costus. Esta serie será una excelente oportunidad para recrearnos en la vida de unos personajes tan interesantes y bellos como Juan Carrero y Enrique Naya.

El proyecto consta de cuatro capítulos ya entregados: ‘La Casa’, ‘La Movida’, ‘Los Caídos’ y ‘Clausura’. Jesús García Giordia, productor y representante de Antonio Banderas y Álex de la Iglesia entre otros, será el encargado de poner en marcha el proyecto. Pero el artífice principal de este trabajo es Santiago Escalante. Con esta serie, Escalante les rinde un homenaje lleno de amor y admiración a sus queridos amigos. El argumento del escritor es mordaz, atrevido, divertido, ingenioso… en fin, muy Costus.

P. Santiago Escalante, qué le movió a hacer esta película sobre Costus y la Movida.

Fundamentalmente, mi profunda amistad con ellos y ahora con Ricardo Carrero, y con su marido Gonzaga, que son como mis hermanos. Conocí a Enrique Naya a través de mi marido Ramón Rivero, cuando ni siquiera había llegado Juan Carrero, y después cuando llegó Juan, fueron muchos años de una unión casi de hermanos. Yo he escuchado a mucha gente hablar de Costus, a Alaska, a su marido, a Capi… a gente que ni siquiera debería hablar porque no tiene ni puñetera idea.

Hace unos meses decidí hacer esta serie sobre ellos, con la idea de poner orden entre tanto desorden. Anteriormente, hice un guion, en el 95, junto a Jaime Chávarri, pagado por uno de los productores más importantes de Europa, Andrés Vicente Gómez. No llegó a rodarse porque, al parecer, Almodóvar decidió —con todo el poder que tenía entonces— ejercer de dictador y que la película no se rodara. Ahora mismo en la productora están los tres primeros capítulos, pero todo apunta a que serán cinco.

P. ¿La Movida de Costus fue tan intensa como la Movida de la época?
Es que la Movida la iniciaron Costus con Fabio Macnamara, Tino Casal y cuatro más. Luego a esa particular forma de vivir la llamaron Movida, una historia que nace en una casa, Casa Costus, donde también llegó Alaska. Estamos hablando de una vivienda donde se fraguaron proyectos muy importantes de la historia de España. Ese fue el inicio de la tan mal llamada Movida, y que Enrique y Juan siempre odiaron. Luego los políticos compraron a todos aquellos que se dejaron comprar. Enrique y Juan no se vendieron nunca. A partir de ese tiempo, la Movida se convirtió en una “movida política” y que murió asesinada por su propio éxito.

P. Qué vamos a ver y a descubrir que no sepamos.
Si yo te contara... Vamos a conocer a Enrique Naya y Juan Carrero, su historia. No la de aquellos que la han contado a su antojo, no, la mía, la de una persona que estuvo ahí, siempre. Hay cosas que van a sorprender mucho, incluso algunas que la gente no va a dar crédito, como el odio que en la Casa Costus crearon ciertas personas a proyectos como el de Mecano, y fundamentalmente a la figura de Ana Torroja. A un Tino Casal que fue una de las mejores personas que he conocido en mi vida. Sin Casa Costus, sin Enrique y Juan… Almodóvar jamás hubiese rodado ‘Pepi, Luci Boom...’ ya que en esa casa, sobre todo el espíritu de Enrique, está en el primer Almodóvar. El guion es una tragedia divertidísima con un Enrique arrasador y un Fabio Macnamara que puede dar lugar a una segunda temporada.

Pedro Almodóvar, Blanca Sánchez, Juan Carrero y Enrique Naya //

P. ¿Qué ha sentido, qué se le ha removido al escribir la vida de Costus, que en parte también es su propia vida?

Orgullo. Yo estoy orgulloso de mis Costus. Por supuesto que es mi propia vida porque juntos vivimos paralelamente muchas cosas. Estoy muy contento con el trabajo que he realizado. Sin duda alguna está entre mis mejores cosas, con ‘Madre Amadísima’, con ‘Paco España’. También estoy muy ilusionado con toda esa parte que se va a rodar en Cádiz, El Puerto de Santa María, Chiclana… aunque la mayor parte se rodará en Madrid, y la mexicana, en Las Palmas de Gran Canaria. Aunque la productora también tiene sede en México... ya veremos. En unos días sabremos más cosas.

P. Cuente quién será el director, los actores... ¿y qué protagonismo tendrá en la película Alejandro Sanz?
Todo va muy rápido. Estoy muy contento de trabajar en esto mano a mano con mi representante, el mítico Jesús García Ciordia, al que conozco desde hace muchos años. Él ha llevado a gente como Antonio Banderas y los actores más importantes de este país. Alejandro Sanz ha sido una de las primeras personas en conocer este proyecto. A mi marido y a mí nos une una gran amistad con Alejandro. Ya en el 93 iba a hacer la banda sonora de nuestra película ‘La Duquesa Roja’. Sé que tengo su apoyo. Todo está en manos de una productora europea muy importante y los actores serán muy jóvenes, porque todos los artistas que aparecen, todos los personajes eran muy jóvenes en aquel momento. El reparto va a sorprender mucho.

P. ¿Esta serie es un homenaje a Juan Carrero y Enrique Naya?

La serie es Enrique y Juan. Es un proyecto enorme en homenaje a ellos, pero nunca tan grande como el que se merecen porque ellos fueron enormes. Pero el presupuesto de este proyecto irá muy acorde a lo que fueron.

P. ¿Cómo deben ser recordados?
Hay dos formas, la real y la deformada. Esta serie, que será un antes y después en la historia de la Movida, es una historia paralela de esa España que nos dejó Franco. Evidentemente, la serie también es un grito de libertad, de gente como mi marido, Ramón Rivero y yo, comprometidos con nuestra sexualidad. Y luego el arte, porque la serie, será una historia de amor y mucho arte.

jueves, 24 de agosto de 2023

#hemeroteca #testimonios #memoria | McNamara, 40 años después de su disco con Almodóvar: "Ojalá pudiera borrar toda la Movida madrileña"

EPE / Fabio De Miguel con una guitarra en su estudio //

McNamara, 40 años después de su disco con Almodóvar: "Ojalá pudiera borrar toda la Movida madrileña"

David López Frías | EPE, 2023-08-24

https://www.epe.es/es/reportajes/20230824/mcnamara-40-anos-despues-disco-pedro-almodovar-86680723

Fabio De Miguel siempre pintó. Quizás usted lo recuerde con otro nombre (Fabio McNamara) y en otras facetas, como haber sido una de las estrellas de la Movida madrileña, un psiconauta radical que se lo metió todo en los 80 y un actor fijo en las primeras películas de Pedro Almodóvar. También fue su compañero musical en el primer y único disco que publicó el director manchego.

El álbum, titulado ‘Cómo está el servicio... de señoras’, fue el buque insignia de la tan manida Movida madrileña. Un LP que ya tiene 40 años. De todo eso se ha quitado ya. No hace películas, no sale, no se droga y no graba discos desde hace mucho. Fabio ahora sólo pinta, organiza exposiciones y va a misa. Nos atiende rodeado de sus obras, que llevan títulos como ‘Tiparraca rosa’, ‘Putón arrepentida’ o ‘Travesti de París’.

“Yo empecé pintando galaxias y nebulosas en tablas que encontraba por la calle y en óleos que robaba en Galerías Preciados”, nos cuenta. Eran tiempos en los que Fabio De Miguel (Ciudad Pegaso - Madrid, 1957), el hijo rarito de un pelotari y una secretaria de la Pegaso, era mecánico en la fábrica de camiones. “Se me olvidaba poner las juntas de los motores y los tenían que desmontar, porque iba de tripi”, cuenta de bromas entre amigos. Él ya tenía claro entonces que quería ser artista.

Lo consiguió. En la noche madrileña conoció a otros artistas raritos como él y se unió a sus locuras. Sin formación escénica ninguna, pero con un carisma infinito, Fabio se convirtió en el actor de moda, en el cantante de moda y en el compañero de farras de moda. En una de esas se cruzó con Andy Warhol, que andaba de fiesta por Madrid y le soltó: “You are a star”. El genio inclinándose ante Fabio, que ya había adoptado el alias de McNamara. Un alias “que me puse porque lo vi en una película, no tiene más historia”.

Ahora le da pereza recordar todo aquello: “Me hablas de la Movida y es como si me hablases de la Gripe Española de 1918. Es algo ya pasado. Y yo ya estoy hasta el coño de McNamara y de hablar de lo que me metía y todo eso. No he sacado nada en claro de aquella época. Ojalá borrarlo todo de un plumazo. Así, rasss”, revela hastiado, mientras acaricia a sus gatas, Amaría y Jerusa.

La Factory madrileña

Su faceta como pintor le permitió conocer a Costus (alias del dúo de artistas plásticos Enrique Naya y Juan Carrero), cuya casa era lo más parecido a la Factory neoyorquina en la que se reunían Andy Warhol, David Bowie o Lou Reed. La Casa Costus se convirtió en el epicentro del incipiente movimiento contracultural madrileño, entre los últimos años de la dictadura y los primeros de la Transición. Fabio, tal vez el tipo más ingenioso de aquella generación, enseguida se ganó a la concurrencia. "Nos juntábamos a beber, fumar, drogarnos, ver películas y pasárnoslo bien. Tino Casal, Carlos Berlanga, las Costus, etc. Todos están ya bajo tierra. Todos mis amigos están muertos", apunta ahora con tristeza.

Sobre su relación con Almodóvar cuenta que “a Pedro lo conocí en el bar La Bobia porque venía buscando extras para su película”. Ese encuentro se convirtió enseguida en flechazo. Fabio participó de figurante en el primer largometraje del manchego, en Súper 8, que se titulaba ‘Folle... folle... fólleme... Tim’ y que nunca llegó a estrenarse. También contó con él para el primer trabajo que sí se estrenó, la recordada ‘Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón’.

Asegura Fabio que "a Pedro le encantaban las cosas que yo decía, se moría de la risa. No me daba guion ni nada. Me decía "Abre la puerta y haz lo que quieras", y eso hacía yo, porque se me ocurrían cosas divertidas, me salían de dentro y a él le gustaban mucho mis intervenciones". La película, en la que Fabio interpretaba a una vendedora de Avon, se estrenó en octubre de 1980 en el Cine Peñalver de Madrid y de inmediato se convirtió en un éxito underground. Pedro y Fabio, por su parte, forjaron así una íntima amistad que perduró varios años.

El disco
"Vale, te voy a contar lo que yo recuerdo de la grabación del disco: no me acuerdo de nada porque estaba demasiado drogado", nos confiesa Fabio ahora en su casa, 40 años después, ante la atenta mirada de Jesús. Es su pareja desde hace 25 años y su compañero inseparable incluso en el arte de la pintura. "En el estudio tenemos dos caballetes junto a la ventana y a veces pintamos juntos" cuenta durante la sesión de fotos.

El Periódico de España también ha contactado con Pedro Almodóvar para hablar del disco, pero ha declinado atendernos. Se encuentra en plena vorágine de entrevistas, eso sí, pero para presentar su nuevo libro. Pedro no quiere hablar y Fabio dice que no se acuerda: "Ya expliqué todas las anécdotas en un libro que publicó Mario Vaquerizo y se titula ‘Fabiología’" [también ha servido de fuente de documentación para esta pieza].

Pero, aunque los protagonistas tengan amnesia selectiva sobre este tema, el disco existió y fue un bombazo en su época. El origen fue la segunda película de Pedro Almodóvar, titulada ‘Laberinto de Pasiones’. En ella, Fabio interpreta a una estrella del porno e Imanol Arias a un príncipe persa exiliado de incógnito en Madrid. Para la banda sonora del film, Almodóvar compuso, con la ayuda de Fabio, un par de canciones transgresoras que hablaban de sexo, drogas y rock and roll. Una se titulaba ‘Gran ganga’ y la otra ‘Suck it to me’.

Pero ese dúo jamás se hubiese conformado si no hubiera sido por una casualidad. Iban a rodar la escena de ‘Suck it to me’ en la que iba a actuar McNamara acompañado del artista Pedro Ayestarán, conocido como ‘Popocho’ (integrante de la Orquesta Mondragón) en la Sala Carolina de Madrid. Pero ‘Popocho’ nunca se presentó. Según cuenta Fabio, porque Javier Gurruchaga se lo prohibió. Entonces fue el propio Pedro el que decidió sustituirle él mismo, vestido de Guardia Civil. Ambos grabaron la escena, salió bien y ahí surgió el dúo musical, que en un principio se iba a llamar ‘Black Kiss Dolls’, pero que finalmente pasó a la posteridad como ‘Almodóvar y McNamara’.

Pedro y Fabio en un concierto en el Ku de San Sebastián en 1982. Almodóvar, Alaska y McNamara en el cartel de Nochevieja de 1983 en Rock Ola //
 
La gira
Asegura Fabio que "lo hacíamos todo por la risa, de broma, sin pretensiones. Sin pensar en el mercado. Y como nuestros amigos más cercanos eran músicos, decidimos hacer más temas. Componíamos juntos. Yo decía algunos disparates y Pedro los apuntaba", y ahí empezaron a conformar el repertorio que después conformó aquel primer y único disco del dúo. "Yo todo esto lo sigo viendo como una broma, pero gente como Alaska, Nacho Canut o Miguel Ordóñez dicen que esas letras son poesía", remata.

La película ‘Laberinto de pasiones’ se estrenó en 1982. El disco, ‘Cómo está el servicio... de señoras’, en 1983. "De lo que sí me acuerdo de aquella grabación es que nunca faltó un gramo de cocaína", apunta Fabio. Tras la publicación, rodaron por toda España. Actuaron en Barcelona, en Ibiza, en San Sebastián. Les invitaban a los programas musicales más vistos de la tele, como ‘Caja de ritmos’ de Carlos Tena o ‘La edad de oro’, de Paloma Chamorro.

Sus actuaciones eran surrealismo puro. Siempre vestidos de la forma más provocativa posible. Con vestidos, lentejuelas y mucha pedrería. A veces salían acompañados de grandes artistas como Carlos Berlanga, Bernardo Bonezzi o Nacho Canut. Otras veces se plantaban en el escenario sin músicos, con un radiocassette que reproducía la música. Fabio y Pedro cantaban e improvisaban ante el delirio del público.

Las letras hicieron que más de uno se echase las manos a la cabeza. Hablaban de atracar comercios (‘El rock de la farmacia’), de invitar a los amigos a un pico de caballo (‘Me voy a Usera’) o de tener un hijo para enseñarle a vivir de la prostitución (‘Voy a ser mamá’). "Era todo un desfase y la gente se volvía loca", apunta Fabio, que reconoce que "del 75 al 83 fueron mis años de vacas gordas. Luego vinieron 7 años de vacas yonkis".

Las vacas yonkis

El problema de Fabio, como el de muchos de los integrantes de aquel movimiento, fueron las drogas duras. Eran tiempos de chinos de cocaína y chutes de heroína. Las ganas de fiesta de la juventud tras la dictadura, unidas a la falta de información sobre las sustancias de moda y sobre las nuevas enfermedades, hicieron que aquellos talentosos jóvenes fuesen enganchándose y cayendo cada vez más rápido. "Creíamos que las drogas nos sentaban bien, pero era todo una mentira y se llevaron por delante a mis amigos", recuerda ahora con rabia.

La Movida se ha mitificado en torno a la creatividad de sus protagonistas. Pero, a efectos prácticos, aquellos chavales fueron cobayas de una nueva etapa. Un banco de pruebas siniestro. Una generación perdida de jóvenes cuyo principal pecado fue tener talento y experimentar con lo que había en aquella época. ¿Por qué te drogabas tú, Fabio?: "Me drogaba porque no era feliz. Porque quería estar en Hollywood y no lo estaba".

El desencuentro entre Almodóvar y McNamara empieza, según Fabio, en un concierto que dieron en la discoteca Leather de Madrid en verano de 1983: "No se me ocurrió otra cosa que tomarme dos rohypnoles que me dieron y mezclarlos con alcohol. Esa droga hace que se te olvide todo. Y así de colocado cogí un taxi para ir al sitio, pero le dije al taxista "lléveme, lléveme...", pero no me acordaba de dónde tenía que ir, así que al final le dije "lléveme... a casa". Y como no tenía dinero, le tuve que regalar mi reloj para pagarle la carrera".

Fabio dejó tirado a Pedro en aquel concierto y cree que ese fue el punto de inflexión para que la relación se fuese enfriando. "Empezaron a pagarnos por actuar y eso ya es más responsabilidad. Yo estaba a mi rollo y llegaba tarde o no aparecía para probar el sonido. Pedro lo pasaba mal y me regañaba. Y llegó un momento en el que mi vida era "hago lo que me da la gana y lo que la droga me permite hacer". Llegué a unos extremos de drogadicción que Pedro decía que yo era un mutante. Entonces empezó el mal rollo en la relación. Yo ya era una persona de la que no te podías fiar. Yo lo entiendo, si a mí me hacen eso de dejarme tirado en un concierto, también me enfado. Y el que no se enfade es porque es gilipollas", nos cuenta.

La separación

"La separación del grupo no fue turbulenta, era lo más natural que podía pasar. Él se empezaba a tomar más en serio su carrera como director y yo nunca había tenido ambición de ser tal o cual cosa. A mí cada vez se me podía controlar menos; aguantarme a mí en aquella época era muy fuerte", confiesa el pintor, que recuerda que Pedro también recurrió a él para su tercera película, ‘Qué he hecho yo para merecer esto’, y ahí encontró a un Almodóvar mucho más profesional, que le obligaba a repetir las tomas hasta la saciedad. Ahí se empezó a cansar Fabio del cine.

Los caminos se fueron separando. Pedro se convirtió en el director de cine español más universal, mientras que Fabio encadenó varias rehabilitaciones y recaídas que casi dan con sus huesos en el otro barrio. Siguió su trayectoria musical acompañado del guitarrista Luis Miguélez, con el que creó ‘Rockstation’, una maravilla punk-rock, uno de los discos de rock españoles más infravalorados. Pero la relación entre Pedro y Fabio ya se había enfriado del todo.

Por aquel entonces, Fabio concedió una entrevista a Diario 16 en la que le preguntaron cómo conoció a Almodóvar. "Como yo siempre digo muchas cosas inventadas para hacer reír, dije que le había conocido en una sauna y que estaba muy bien dotado". A Almodóvar no le sentó nada bien aquella broma (que aquel periódico llevó al titular) y le llamó para pedirle explicaciones. A pesar de que nunca se odiaron, fueron aquellos detalles los que acabaron con la relación. No le guarda rencor, pero ya no tienen relación de ningún tipo.

A Fabio le salvó la religión. En uno de sus peores momentos de salud, abrazó la fe cristiana y de ahí no se ha bajado. Dejó las drogas y va a misa diaria. Pero, sobre todo, sigue pintando. Expuso sus cuadros en el Bar Cock de Madrid hace dos semanas. Tiene mil secuelas, reniega del mito de la Movida, no quiere volver a hacer cine y sigue componiendo en casa, mientras pinta con su inseparable Jesús. Pide para sí mismo "el Premio Príncipe de Asturias a la perseverancia, porque todos mis amigos murieron y yo soy el único superviviente". Tras decirlo, silencio, mirada al frente y una dura sentencia: "Soy un superviviente, pero ya estoy cansado de serlo".

sábado, 16 de marzo de 2019

#hemeroteca #gais | Fabio McNamara: "La mejor droga es la eucaristía"

Imagen: El Mundo / Fabio McNamara
Fabio McNamara: "La mejor droga es la eucaristía".
Vive apartado de la vida pública. Ha cambiado los excesos de los 80 por la misa y por Jesucristo. Y no tiene trato con Almodóvar.
Antonio Diéguez | LOC, El Mundo, 2019-03-16
https://www.elmundo.es/loc/famosos/2019/03/16/5c8b74b021efa0ff598b45e5.html

Fue uno de los grandes exponentes de la Movida. Además de iniciarse en la pintura y de ejercer de presentador en los conciertos de Alaska y los Pegamoides, Fabio McNamara (62) cantó con Pedro Almodóvar. Coincidiendo con el estreno de 'Dolor y gloria' del manchego, LOC charla con McNamara, más espiritual que nunca. "Voy a misa todos los días y hago adoración a la Santísima. Luego también pinto", explica el artista, quien ya no va a actos sociales: "Como está todo tan decadente, tampoco tengo ganas. Ahora estoy en otro rollo, más íntimo y espiritual. No me apetece mucho lo mundano".

P. ¿Por qué este cambio?
R. Porque me ha llamado... Me ha tirado de la burra, como [San] Pablo se cayó del caballo.

P. ¿Hubo algún detonante?
R. No fue un día, sino poco a poco. La gente busca cosas materiales, dinero, fama... Cosas así. Pero luego, cuando las consigues todas, ves que te falta algo y ese algo es el Señor.

P. ¿Y cuando ve imágenes suyas de la Movida?
R. Hacía muchas locuras porque no estaba en mis cabales. Tampoco puedes llevar una vida igual a los 60 que a los 20. Si no cambias es porque estás un poquito mal de la cabeza. Además, en aquella etapa se me fue un poco de las manos... El mundo de la noche no era sano y hay mucho vicio.

P. ¿Habla de drogas?
R. De todo. De alcohol y drogas.

P. ¿Cómo consiguió salir?
R. Cuando acabas en un hospital, ves que la cosa es seria y que por ahí no puedes seguir. Luego, cuando conoces al Señor, te das cuenta de que te proporciona las cosas que buscabas con las sustancias. Hay una droga mejor: la eucaristía, la Santa Comunión, que es una droga sin efectos secundarios y gratis.

P. ¿Qué amistades tiene de los 80?
R. Todos mis amigos están muertos. Todos: Blanca [Sánchez], Tino [Casal], Carlos Berlanga, Bernardo [Bonezzi], Pablo Pérez Mínguez, Las Costus, Sigfido [Martín Begué]... Antonio Villa Toro es el único que vive pero tampoco le veo mucho.

P. ¿Alaska también es amiga?
R. Sí, desde hace 40 años. Y Mario es súper amigo. De hecho, ha escrito libros sobre mí, he salido muchas veces en su reality y me compra cuadros.

P. ¿Por qué finalizó su amistad con Almodóvar?
R. Cada uno tiró para un lado. Él se dedicó al cine y yo, a otras cosas. Teníamos un grupo, pero no hicimos más temas tras el primer disco.

P. ¿Hubo algún enfado?
R. Enfado no. Primero Carlos Berlanga, Bernardo, Pedro y yo íbamos al cine, a conciertos... Luego Pedro ya no. Hace cine y ese mundo es muy absorbente. Y como él se hizo famoso, cada uno fue por su lado.

P. Y dejó de salir en sus películas...
R. En una salí porque yo quería y también quería él... Cada película tiene un guión y unos personajes. Como yo siempre hacía de mí mismo, tampoco iba a salir siempre. El tema no daba para más.

P. ¿Se imaginaba que Pedro llegaría tan lejos?
R. Hombre, pues no. Pero, vamos, más lejos he llegado yo y tampoco me lo imaginaba.

P. ¿Qué le parecen sus últimas películas?
R. Si le han dado varios Oscar, será porque son buenas. A mí me gustan unas más que otras.

P. Pedro vuelve a trabajar con sus actores de antaño. ¿Le gustaría poder hacer algo juntos de nuevo?
R. Hombre, yo tampoco me veo haciendo nada -se ríe-. Ya no tengo ganas de salir ahí haciendo el... -se ríe-.

P. ¿Cuándo le vio por última vez?
R. Hace muchos años. Creo que en una exposición sobre Carlos Berlanga. Fue como cuando ves a un amigo de hace tiempo. "Hola, ¿qué tal?". Pero nada más.

P. ¿Le gustaría retomar la relación?
R. A mí me gustaría ser amigo de todo el mundo que tuviera buen rollo. Yo es que nunca he estado mosqueado ni con Pedro ni con nadie. Voy por la vida con buen rollo.

P. Algunas de las personas que trabajaron con Pedro en su primera época acabaron decepcionados.
R. A mí no me incumbe eso.

P. Hace unos meses, apareció en el Valle de los Caídos.
R. Tampoco quiero hablar de eso.

P. ¿Qué le parece la situación política actual?
R. A mí ni me va ni me viene. La única política que me interesa es la de Dios, el único político al que me creo, Jesucristo. A los demás no hay que votarles ni hacerles caso.

domingo, 3 de marzo de 2019

#hemeroteca #gais #musica | Armarios, dinero y gente tóxica: confesiones de Nacho Canut, el gran deslenguado del pop español

Imagen: El País / Nacho Canut
Armarios, dinero y gente tóxica: confesiones de Nacho Canut, el gran deslenguado del pop español.
Ha escrito los himnos más famosos del pop español y forma desde hace 30 años el dúo Fangoria junto a Alaska. Ha prometido dejar de decir todo lo que piensa y lo ha conseguido... a medias.
Guillermo Alonso | Icon, El País, 2019-03-03
https://elpais.com/elpais/2019/02/27/icon/1551262961_972427.html

Ex Pegamoide, ex Dinarama y actual mitad de Fangoria, para las nuevas generaciones Nacho Canut (Valencia, 1957) es conocido como el tipo silencioso que está en el escenario detrás de Alaska y que da muchas menos entrevistas que ella. Una pena: es el conversador más apasionado del pop español, un auténtico generador de sentencias corrosivas y aforismos sobre cualquier cosa. Pero, tras algunos palos en los medios y en las redes sociales, le ha podido la autocensura y ha decidido medirse. Confiesa que en las promociones lo que más le aburre es hablar de su disco, así que solventemos eso rápido: en ‘Extrapolaciones y dos preguntas’, Fangoria versiona a OBK, Los Planetas, Family o McNamara y además incluye dos canciones nuevas que, muy en su línea, hablan de culpa y paranoia a 128 BPM.

P. Me han dicho que le ha cogido miedo a las entrevistas.
R. Como todos los ciudadanos: cada vez que dices algo estás en peligro. Y como me encanta hablar, tengo que controlarme. Mi lema ahora es lo que siempre han dicho las Nancys Rubias [el grupo de Mario Vaquerizo]: “Callada y misteriosa”. Como ahora vivimos en la dictadura del ‘clic’ y cualquier frase puede hacer que miles de personas se metan en un artículo para insultarte (o para lo contrario), hay que medir lo que vas a decir. ¡Por otra parte está bien! Así todos vamos a empezar a pensar realmente y a hacernos responsables de lo que decimos.

P. Es una pena porque usted era nuestro Morrissey, alguien que expresaba sin ambages su opinión sobre los demás.

R. ¡’Era’! Porque la gente se tomaba lo que yo decía como algo personal. ¡Pero si ya no puedes ni decir “feliz Navidad” sin que alguien te corrija por “feliz solsticio de invierno”! Y yo soy ateo, ¿eh?

P. Hay gente que cree que el primer sencillo del nuevo disco, '¿De qué me culpas?', es una respuesta a las críticas que han recibido. ¿Es cierto?
R. No y sí. Con todo lo que hay actualmente en las redes o en la prensa estamos culpando a todo el mundo de todo tipo de cosas. Y no hablo de ‘Sálvame’, sino de la cultura de culpabilizar y acusar. Me da rabia que sea actual porque no me gusta nada hacer temas de actualidad. Pero cuando hicimos ‘¿A quién le importa?’ también nos pasó.

P. Entre sus seguidores pasa mucho que hay alguien que dice: “Están hablando de mí”. ‘Criticar por criticar’ es el ejemplo paradigmático: en 2006 todo Madrid creía que le habían dedicado ustedes la canción.
R. Claro, pero a mí me pasa lo mismo con los Pet Shop Boys. Cuando sacaron 'So hard' pensé que hablaba de mí. Y 'Please please please let me get what I want', de Morrissey, también. Son cosas que me podrían pasar a mí, pero luego también comprendo que tanto Neil Tennant como Morrissey son caballeros de mi edad y por lo tanto es normal que tengamos las mismas vivencias. Lo que pasa es que ellos escriben mucho mejor. Además, siempre hemos intentado… bueno, parece que uso el plural mayestático, pero estoy tan acostumbrado a hablar de mí y de Carlos, de “nosotros”, que… [Nacho habla de Carlos Berlanga, amigo de la infancia y compañero en todos sus grupos antes de Fangoria y fallecido en 2002]

P. Eso es muy bonito 17 años después de su muerte.
R. No sé cuántos años han pasado. Para mí una vez que una persona se ha muerto ha desaparecido y ya no pasa el tiempo más.

P. Pero sigue hablando de él en presente.

R. Porque estoy acostumbrado a trabajar con él. Y siempre hemos utilizado el neutro también, o sea, ni hombre ni mujer.

P. ¿Cómo los chiques o los ‘niñes’, términos tan reivindicados ahora?

R. ¡No! ¡Eso no! Yo estoy a favor de que todo el mundo hable como le dé la gana, pero yo nací en 1957 y no se me puede exigir que me comporte como una persona del siglo XXI. Cuando sea robot, que espero que ocurra de aquí a diez años, me podrán poner una especie de cosa y hacerme un ‘reboot’. Y entonces diré ‘chiques’ y ‘amigues’. Pero apoyo a todo el mundo que utiliza eso y me parece fenomenal que surjan palabras nuevas. Pero hay muchas palabras en el castellano que se pueden utilizar que son neutras sin decir ‘chiques, ¿eh?

P. A eso íbamos:’ que Carlos Berlanga y usted utilizaban un lenguaje neutro.

R. O el femenino. Siempre nos hemos referido entre nosotros y hacia los demás así: “Ay, amiga, qué tarde llegas”. Yo estoy acostumbrado desde 1978 a que todos hablásemos en femenino sobre hombres y mujeres. Por eso a mí lo de ‘amigues’… yo prefiero llamar a todo el mundo en femenino.

P. Es usted uno de los pocos gais visibles en España que nunca ha salido del armario porque nunca ha estado dentro.

R. Carlos y yo nos conocemos desde que teníamos poquísimos años. Cuando te crías con un amiguito que es… ¡es que ni había la palabra gay, no hacía falta decirlo! Luego conocimos a Alaska que, como ella está harta de decir, es otro maricón. Y a otros mariquitas amigas de Alaska. Llegó un momento a finales de los setenta en que estábamos metidos en la casa de las Costus [Enrique Naya y Juan José Carrero, pareja de artistas cuyo apartamento en Malasaña se convirtió en epicentro de la llamada Movida] y nos preguntamos: “Oye, ¿conocemos a algún heterosexual?”. A mí nunca se me ha ocurrido decir lo que no soy. El insulto que más nos dedicaban por aquel entonces cuando salíamos de Casa Costus, que estaba al lado de la sede de Fuerza Nueva, era "rojo maricón". "¡Rojos! ¡Maricones!". Así todos los días. Y yo pensaba: el problema no es mío, sino de esta persona. Si alguien ve raro que me gusten los hombres, el problema es suyo. Carlos y yo íbamos a México y nos preguntaban: “¿A ustedes les gustan las chicas rubias o morenas?”. Y nosotros respondíamos: “Pues mire, usted perdone, pero a nosotros nos gustan los hombres y personalmente a mí me da igual que sean rubios o morenos. ¿Y a ti, Carlos?”. Y él: “Pues yo prefiero rubios”.

P. ¿Y cómo reaccionaban?

R. Si tú te comportas con naturalidad la gente te va a tratar con total respeto. Por eso yo jamás he comprendido a artistas que son gais y no lo quieren decir. ¡Te metes en un callejón sin salida! Y cuanto más lo ocultes peor vas a quedar, porque en algún momento lo vas a tener que decir.

P. Es triste en 2019 ver a cantantes jóvenes en televisión, no voy a dar nombres pero los podemos imaginar, hablando de novias o diciendo cómo les gustan las chicas, ¿no cree?
R. Es muy triste porque… ¿qué está pensando esa persona de sí misma si para presentarse decide mentir sobre el aspecto más importante de tu vida? Yo sería incapaz, porque además no soy buen actor, ¡y es que me niego! ¡Desde el primer momento me he negado!

P. ¿No cree que hay algo monetario? Ricky Martin solo salió del armario cuando tenía todas su mansiones pagadas.
R. Sí, puede ser. Pero también tiene un manager, habrá firmado un contrato… Cuando nosotros empezábamos no ganábamos un duro, por dinero no lo íbamos a hacer. Además si yo digo en la tele que soy heterosexual y luego llego esa noche a Casa Costus, me tiran por el balcón. Cuando estás rodeado de mucha gente como tú te viene la sensación de estar traicionando a tu mundo, a tu gente.

P. Una frase suya que me encanta es...
R. ...¡Cuidado, que esas frases son ‘anteriores a’...!

P. Esta es inofensiva: dijo usted que la vejez es la nueva homosexualidad.

R. Si hay algo que ahora hay que disimular y que da vergüenza o que hay que intentar evitar es la vejez. Te perdonan ser todo lo que quieras ser, pero viejo no.

P. ¿Usted se considera viejo?
R. No, yo me considero adulto. Pero tengo que explicarlo: yo me considero adulto desde los 21 años. Una vez me vi con treinta años vistiendo chaqueta de cuero, vaqueros y zapatillas y me dije: “A ver, no. Parezco Disco Sally”. Y Genís Segarra, de Hidrogenesse, me dijo: ”Nacho, a partir de cierta edad, como un traje nada”. Cuando no te pueden atacar por ningún lado te acaban atacando por edad. Y si no que se lo digan a los que le llaman ese insulto nuevo que yo no entiendo: ‘pollavieja’.

P. Eso es lo que llaman algunos jóvenes a Pérez Reverte o a Javier Marías, por ejemplo.

R. Claro, ¿pero qué les están diciendo? ¡"Vieja"! No te perdonan ser viejo. Y además a Reverte o Marías, que son personas súper interesantes. Me alegro de que ellos tengan esa libertad de ser y de decir. Es absolutamente necesario que haya gente como ellos que sigan diciendo lo que piensan. ¿Qué quieren que hagan? ¿Que se suiciden? ¡Hay que aprender a ser viejo, no pasa nada! Nosotros, cuando éramos pequeños, cuando tenía yo 20 y Olvido 15, íbamos con gente mucho mayor. Habían vivido más y tenían mucho que contar. Yo con los viejos no tengo ningún problema.

P. Pero las radios sí. Ustedes suenan en Los 40, pero Madonna, Kylie o Pet Shop Boys ya no.
R. A mí me parece bien que Madonna y Kylie no suenen en la radio porque lo que hacen musicalmente ya no interesa. Pero lo que no puede ser es que no suenen porque son viejas. Perdone usted, pero Leonard Cohen, Picasso, Dalí, Bob Dylan… a ellos se les permite todo porque son hombres. Nadie se burlaba de Leonard Cohen en un escenario con 80 años. Y de Madonna, sin embargo, dicen: “¡Mira la vieja!”. Me temo que en ese sentido las mujeres lo tienen peor. A una mujer mayor no se le perdona nada. Mira, existe el concepto Disco Sally [como se apoda a quien sigue bailando en las discotecas con más de 50 años] pero no el concepto Disco Tom.

P. A Alaska la han llamado de todo, pero vieja aún no.
R. Es cuestión de tiempo. Ya la han llamado gorda y le ha dado igual. Lo de vieja también le va a dar igual, pero acabarán llamándoselo.

P. Cuando cumplió 50 años se hizo el propósito de dejar de estar con gente tóxica. ¿Quién es la gente tóxica?

R. Gente con la que yo he viajado y convivido y, de repente, hablan mal de Olvido y Mario [Vaquerizo] y al día siguiente los llaman para saludar. ¡Eso existe! Hay una edad en la que hay que decir: “Se acabó, señoras. Gótica, en su casa”. En todos nuestros seguidores, por ejemplo, cada vez que hay un intercambio generacional los que acaban de dejar de seguirnos nos empiezan a poner verdes y a insultarnos. Y los nuevos, en cambio, nos defienden a muerte.

P. Es que ustedes tienen algunos fans que es para darles de comer aparte.

R. Nosotros somos un grupo que, por nuestra manera de ser, atraemos a gente muy… apasionada. Que se lo toma todo de manera muy personal. Yo nunca he sido ese tipo de fan, pero como seguidor de Morrissey, Marc Bolan, Marc Almond, Madonna… ¡toda esa gente no es normal! Ni Olvido ni yo, no somos el chico de la puerta de al lado. Somos marcianas, decimos cosas que molestan, no somos cómodos, no nos llevamos bien con nadie…

P. Versionan en el nuevo disco ‘Gritando amor’, de McNamara. Como usted lo conoce: ¿lo suyo con la bandera del aguilucho en el Valle de los Caídos y su defensa de Franco es una ‘performance’?
P. McNamara, desde que yo lo conozco, es una persona de otro mundo y está loca. Está loca de verdad. Es muy especial y con él yo actúo siempre como público. Cuando le veo hacer esas cosas me digo: "Ay, Dios mío". No tengo que defenderlo, no soy quién. Alucino con él, pero siempre he alucinado con él. Cuando no eran estas cosas, eran otras. Siempre extremas. Y esto es lo más extremo que se puede hacer ahora. No es una ‘performance’ como tal. Todo lo que hace, lo cree. Es lo que él siente. Yo le quiero muchísimo porque es mi amigo, bueno, conocido, desde Casa Costus. Y asisto sorprendido a las cosas que dice, como la mayoría del público.

P. De toda su carrera musical, ¿qué etapa recuerda con menos cariño?
R. La de Alaska y Dinarama cuando tuvimos el éxito masivo. Era un rollo. De repente no sabíamos qué hacer, con quién hablar… estábamos rodeados de grupos que no nos interesaban nada. Cuando íbamos a una entrega de premios nos preguntábamos: "¿Pero quiénes son estas personas?". Ya luego llegaron Astrud o Los Planetas y nos sentimos acompañados.

P. ¿Ningún grupo contemporáneo de los ochenta les gustaba?
R. No. No es tanto que no me gustasen como que no teníamos relación. Ahora, cuando tocamos en festivales, la mayoría de los grupos no me gustan, porque a mí me gusta el tecno y el rollo Britney [Spears], pero al menos me caen bien. En aquel momento todos los grupos eran como robots aburridos. Además, Carlos [Berlanga] tenía muchos problemas de drogas y era un rollo tener que tratar con alguien con esos problemas.

P. ¿Recuerda el momento en que se hizo rico?

R. Cuando publicamos ‘Deseo carnal’ me dieron la Visa Oro, que al día siguiente la perdí. Al pedir otra en el banco me dijeron: “Mire, señor, no se la volvemos a dar”. Ese fue el momento en que realmente empecé a ganar dinero, pero por los conciertos. Yo nunca he ganado dinero por los discos. Cuando veo el dineral que ganaban otros grupos alucinaba: nunca he ganado tanto. Siempre he necesitado hacer conciertos. Al disolver Dinarama en 1989, Carlos se fue a vivir con sus padres y Olvido y yo nos quedamos en la calle. Carlos ganó mucho dinero gracias a hacer la música para una serie de su padre [‘Villarriba y Villabajo’, en TVE], pero Olvido y yo teníamos que ser pinchadiscos. No ganábamos nada de dinero. Poco a poco, nos fuimos recuperando con Fangoria y gracias a los directos. Mi madre era muy amiga de la madre de los Cano [José María y Nacho, de Mecano], fuimos al colegio juntos. Y ella me decía: “A ver, ¿por qué cuando yo voy a Nueva York me dice la madre de José y Nacho que puedo quedarme en su apartamento? ¿Dónde está tu apartamento en Nueva York?”. ¿En qué me he gastado yo el dinero? ¡Pues no lo sé! No tengo coche, mi casa tiene 65 metros cuadrados, nunca he sido drogadicto, no me gustan las joyas... Lo del dinero a mí no se me da muy bien.

P. Por favor, cuénteme alguna anécdota divertida con los Cano.
R. Yo iba más con Jose; Nacho era más pequeño e iba con mi hermano Johnny. Dejémoslo. Tengo muchas anécdotas, pero no te las voy a contar.

P. ¿Cuál es la celebridad que más le ha impresionado conocer?
R. Todos los famosos me impresionan, ¡todos! Olvido, Carlos y yo siempre hemos tenido ‘famositis’. Lo que pasa es que Olvido y yo no nos atrevemos a nada y Carlos siempre iba a pedir un autógrafo. ¿Que está ahí Billy Idol? Pues aunque a Carlos no le gustase, iba. Así me consiguió un autógrafo suyo. ¿Pero la persona que más me ha impresionado? A ver, ¡yo he visto a Neil Tennant [el cantante de Pet Shop Boys]! De lejos. No me acerqué.

P. ¿Es simpático?
R. No, no, no. No son simpáticos. [La asistente de Nacho entra a preguntar cómo vamos de tiempo]. Pues mira, me está diciendo que parecen simpáticos los Pet Shop Boys, así que necesito diez minutos más para explicárselo. [Vuelve a mí] A ver, es posible que alguien diga de mí que tampoco lo soy. Porque uno está con sus amigos y lo último que quieres es que venga un desconocido a decirte nada. Además, yo pienso: “¿Y qué le digo?”. “¡Neil, Neil!”. ¿Qué le digo yo a Neil o a Chris Lowe? Que, por cierto, recuerdo que una vez coincidieron en el [gimnasio] Holiday Gym aquí en Madrid Chris Lowe y Victor Sandoval [hoy colaborador televisivo de Telecinco, por aquel entonces amigo de Fangoria y cantante]. Y llega Victor a casa y me dice: “¿Sabes con quién he estado entrenando y quién me ha invitado a cenar?”. También he visto a Kraftwerk en persona, y a Damon Albarn [líder de Blur], a Siouxsie, pero a no ser que ellos me hablen a mí, ¿qué les digo? Solamente una vez por la calle Arenal paré a Sylvain Sylvain, una de las New York Dolls, y le dije: “¿Tú eres Sylvain Sylvan? ¡Viva tú!”. Y le hice una reverencia, ni una foto ni nada.

P. Los Pet Shop Boys tomaban a menudo a una musa en decadencia tipo Liza Minnelli o Dusty Springfield y le producían un disco. ¿Con cuál lo haría usted?

R. Recuerdo estar un fin de año en Galicia, en la gala de la televisión autonómica, y te encontrabas por allí a Boney M, a Sara Montiel, Massiel, Samantha Fox… era impresionante, una mesa muy grande donde estaban sentadas todas estas personas. Y de repente le dice Sara a Carlos: “¡Carlitos! ¿Cuándo me hacéis unas canciones?”. “Sara, cuando tú quieras”. Y lo hicimos, porque había algún contacto entre la familia de Carlos y Sara Montiel. Si no, no se nos hubiese ocurrido. Pero no lo hicimos para salvar la carrera de nadie. En el caso de los Pet Shop Boys sí podían hacerlo, pero nosotros… También escribimos una para Rafaella Carrá, 'No pensar en ti'. Que eso también fue impresionante. Porque Sara Montiel vale, pero yo crecí viendo los ‘playbacks’ de Rafaella en televisión. A mí Sara Montiel… yo no era ese tipo de maricón. Esas divas me vienen un poco más de segunda mano, que las aprecio, pero mis divas eran Iggy Pop, David Bowie… más ese rollo que Sara.

P. Y pudiese elegir una cantante ahora mismo para hacerle una canción, ¿quién sería?

R. Me encantaría hacer algo con la Pantoja porque es un personaje muy fuerte. También es por el hecho de ir a su casa, entrar en Cantora… Eso me impresiona. Con otros artistas que me impresionan ya hemos trabajado, como Raphael o Camilo Sesto. Me encanta Rosalía, pero ella se hace sus canciones. La Pantoja es la única que queda. Te puede gustar o no, puedes pensar lo que quieras de ella, pero es la última, cuando ella no esté ya no van a quedar más. Porque Alaska es la única que podría seguir esa estela, tiene un marido famoso y una vida complicada… bueno, qué tontería, complicada no, se la hacen complicada.

P. Desarrolle eso, ¿le hacen la vida complicada a su compañera?
R. No, a ver, siempre están diciendo cosas de ella que son mentira.

P. Y a veces le cae a ella el chorreo por cosas que en realidad dijo usted, como cuando dijeron que los discos están muy caros y varias tiendas retiraron sus álbumes.
R. ¡Yo lo dije, efectivamente! ¡Y nos retiraron los discos! Vamos a ver, entonces todos estos artistas tan solidarios, que hay tantos, tan a favor de público... ¿y nos retiran los discos a nosotros y a todos estos que van de rebeldes no les pasa nada? ¡Es porque van de rebeldes pero no dicen ‘na-da’! ¡Es tan fácil ser rebelde cuando estás diciendo cosas sabiendo que todos te van a aplaudir! ¡Di algo que no sea lo que la gente espera oír de ti, a ver si tienes cojones!

P. ¿Ve cómo no debería autocensurarse?
R. No. No puede ser. Decir lo que piensas es una fuente inagotable de disgustos. Alaska es una diva antigua que trata con todo tipo de gente y no le pregunta a nadie cómo piensa y qué ideas políticas tienen. Antes eso se daba. Ahora ya no, ahora solo te puedes juntar con gente con tus mismas ideas. Pero cada persona es diferente. Como dijo ese sabio del que hemos hablado antes, Fabio [McNamara]: “Cada maricón es un mundo”. Y volviendo a la pregunta de antes: a mí me encantaría trabajar con Britney, que es una persona muy interesante.

P. Pero se ha convertido ya en señora, allí asentada en Las Vegas.
R. Siempre lo ha sido. Yo la vi cuando era una niña chiquitita y ya era una señora americana. Toda esa generación es así. Kim y sus hermanas, todas las Kardashian, son señoras. Esas sí que siguen un poco la estela de la Dúrcal o la Jurado. Las Kardashian podrían ser perfectamente de Marbella. Si estuviesen las Kardashian en su casa, sonase el timbre y apareciese Rocío Jurado, ellas le dirían: “Pasa, Rocío”. Y no desentonaría. El mundo de Rocío Dúrcal, Rocío Jurado o Isabel Panroja siempre lo he visto muy unido al mundo del rap. Les pega todo, tendrían que tener novios raperos brutos, ‘reguetoneros’. A mí el ‘reaggeton’ es una cosa que me fascina, lo que más me gusta de lo que se hace ahora. Los cantautores, la ‘folktrónica’… ¡ay, qué pereza! Pero de repente apareció el ‘reaggeton’ con esas tetas, esos tangas… ¡Eso es el pop!

P. ¿Qué opina de C. Tangana?
R. Es de los pocos famosos con los que yo he coincidido en un ‘backstage’ y me atreví a pedirle un selfi. Me dijo: “¿Y tú quién eres?”. ¡Fue perfecto!

viernes, 20 de julio de 2018

#hemeroteca #testimonios | Fabio McNamara: de Peeedro a Franco

Imagen: Público / Fabio Mcnamara y Pedro Almodóvar en tiempos de La Movida
Fabio McNamara: de Peeedro a Franco.
Fabio de Miguel ha saltado a la palestra por su delirante exaltación del franquismo y por su bandera anticonstitucional en el Valle de los Caídos, pero bajo el águila planea un icono de la movida madrileña: cantante, musa, pintor y, ahora, ultracatólico.
Henrique Mariño | Público, 2018-07-20
http://www.publico.es/espana/fabio-mcnamara-franco-valle-caidos.html

Fabio no hay más que uno: grande y libre.

Antes fue santísima trinidad, el 3-en-uno que engrasa el catolicismo: Fanny McNamara, cuando Almodóvar; Fabio McNamara, cuando todo lo demás; Fabio de Miguel, cuando la conversión a la fe, que coincide con su entrada en las galerías de arte.

Firma sus cuadros con apenas cinco letras: Fabio.

‘Kitsch’ y pop.

Vírgenes y Marilynes.

Un figurativismo de colorín: ‘fab art’.

Warhol le dijo que era una estrella. O eso dice que dijo él su biógrafo, Mario Vaquerizo, en ‘Fabiografía’ (Espasa). La foto, oukaleeleada, es de Juan Gatti: el protagonista mira al ojo de la cámara, aureolado de querubines, mientras sujeta un cristo crucificado en la mano.

Fabio es de misa diaria, si bien hoy no aparece en los dos últimos rezos del día. Quizás haya ido a alguna de las tres ceremonias anteriores. La iglesia está situada en ‘El jardín de las delicias’ capitalino, un tríptico urbano donde se manifiestan todos los vicios humanos. La calle está en obras, el estado natural de Madrid: grava, pero estable.

Fabio, aunque ahora hablemos de Fanny, sabe de qué va el rollo. Se lo metió todo y más, pese a que ahora la religión es el opio de su pueblo: alterna la familia con la modernez y con el arriba España. Fuimos a buscarlo porque él otro día debió de pensar que la Roja había ganado el Mundial y acudió a celebrarlo al Valle de los Caídos envuelto en la bandera del aguilucho.

Antes, grabó un vídeo que parecía un nodo: “Españoles…”.

Luego animaba a los aficionados a ir a Cuelgamuros, como los merengues peregrinan a la Cibeles, porque resulta que quieren llevarse de allí a Franco. “Ésta es una guerra santa. Es una cruzada por España y por su liberación; para aplastar al enemigo y para que el Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María [las mayúsculas son nuestras] triunfen en España; y para que Franco resucite, salga vivo y sea nuestro Caudillo. Franco no ha muerto: Franco vive. ¡Viva España! ¡Arriba España!”.

Luego vaticina que la cruz y el Valle de los Caídos, mausoleo del Generalísimo, serán eternos: no hay goteras que valgan. “Las fuerzas del mal no la podrán destruir. ¿Por qué? Porque Dios es el todopoderoso”. Termina con un “amén”, barra baja, “amén”. Y, cuando todo parece haber acabado, pregunta al autor de la grabación: “¿Ya?”. No, la nostalgia es un delirante todavía.

Objeto de meme [“imagen o texto, a menudo de contenido humorístico, que se comparte viralmente en las redes sociales durante un periodo breve”, según la Fundeu], algunos usuarios de la cosa pensaron que se trataba de un memo. Su biógrafo, en cambio, lo definía en tres palabras como “único, irrepetible y genial” en un chat de ‘El Mundo’. El lector, al igual que Fabio apela a la retórica para ningunear los ataques de los rebeldes al Imperio Galáctico, también podría preguntarse por qué.

La historia no sorprende por larga, sino por viva.

Madrid, 1957. Fabio de Miguel nace en Ciudad Pegaso. Más que una ciudad, una colonia al este de la capital, en el distrito obrero de San Blas. Estudia en el Colegio Claret, fundado por los misioneros, valga la redundancia, claretianos. Algo premonitorio: el centro de enseñanza está situado en la calle del Corazón de María. Cuando cumple dieciocho, se va a vivir a Noviciado, fronteriza con el barrio de Malasaña, donde quienes pueden acunan la movida.

El piso de las Costus [atención, hipérbole: la Factory de aquí].

Tino Casal y Alaska.

Pablo Pérez-Mínguez fotografía a todo dios, en este caso con minúsculas.

Antes, Capi, primero amigo y luego cazatalentos: el productor Miguel Ángel Arenas descubriría a Los Pecos, Tequila, Mecano, Radio Futura, Nacha Pop y, luego, le partiría el corazón a Alejandro Sanz.

En la biografía, oficial, no consta ningún devaneo con Almodóvar, más allá del dúo que grabaría en 1982 el himno felador y estupefaciente 'Suck It to Me’: en román paladino: chúpamela. Forma parte de la banda sonora de ‘Laberinto de pasiones’, donde encarna a Patty Diphusa, autodenominada como estrella internacional de fotonovelas porno. Más cine con Peeedro, que gritaría Pe: antes, ‘Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón’; después, ¿Qué he hecho yo para merecer esto?

Solo, con Luis Miguélez o en compañía de otros, monta varios grupos. Algunos, pasajeros. Otros no llegan a poner un pie sobre el escenario: Fanny y los +, McNamara, Sarassas Music, Fabio & Glitter Klinik... Colabora con Villa-Toro, Fangoria y el propio Mario Vaquerizo, cantante de Nancys Rubias.

Años ochenta: Fanny es una loca y su música, ídem, pero la gente se lo pasa bien abajo. Costa escribe en ‘El País’ que los chistes sobre el palco se convierten en provocación gracias al altavoz de la prensa: “Almodóvar, junto a McNamara, desafinaba sobre instrumentos desafinados, en una melopea de risas”.

Aquel Madrid frivolón de chapa y pintura que se maquillaba más que el portalón de los Kiss.

Almodóvar, Olvido, Ceesepe, Alvarado y quienes se subieron a tiempo a los botes del Titanic viven para contarlo. Fabio lleva escrita la supervivencia en el rostro: aquí ha pasado algo. Y tanto.

Frecuentó farmacias y ferreterías, porque hay sustancias a las que no se les puede llamar otra cosa, ni siquiera droga. Carlos Arnaiz le preguntó en una entrevista cómo recordaba aquellos años: “A cámara lenta. Estábamos siempre colocados, y el tiempo pasaba como muy lento”. Cuando estuvo a punto de palmarla, tuvo una epifanía. “Sentí que estaba a punto de morirme y que de allí no me sacaba nadie más que Dios”. Cuando dice de allí, no se refiere al viaje de ida y vuelta al túnel de la muerte, sino al hospital en el que estaba ingresado, carcomido y demacrado.

Así pasa por capilla hasta el diablo, aunque él trasladó la aparición mariana al lienzo. Su pintura es imaginería religiosa: cualquier día pinta a Madonna, ‘like a virgin’, si no lo ha hecho ya.

En fin, pasaron los años, Pedro se encerró en su casa y Fabio se recluyó en la iglesia.

Más allá de sus cuadros, ¿qué ha quedado? Un par de himnos petardos que todavía sigue coreando la nueva chavalada moderna y el chochonismo, revelación o timo que explica en su libro: “El chocho define todo porque es el que manda en el mundo. Por el chocho sale todo: la civilización, la humanidad, desde Franco hasta Hitler”.

Habría que hacérsela antes, porque la suya no es una vida, sino un dramón. Infelizmente, el gancho informativo —es un decir— termina siendo su proyecto de repoblación del águila imperial.

- Queremos hacerte una entrevista.
- Ahora mismo estoy en una fase espiritual y no quiero hablar de política.

- Hablemos pues de música y de pintura.
- Lo siento, pero hace tiempo que no saco ningún disco. Tienes que disculparme.

Disculpado queda. Lo que dice Fabio va a misa.

Y TAMBIÉN…
La deriva fascista de McNamara: "Vayamos al Valle de los Caídos para que Franco resucite".

"Esta es una Guerra Santa. Es una cruzada por España y por su liberación para aplastar al enemigo [...] Franco no ha muerto. Franco vive". De adalid de la contracultura a fascista confeso, el que fuera uno de los prebostes de La Movida arenga a sus seguidores para que se manifiesten ante el mausoleo del dictador.
Público, 2018-07-18
http://www.publico.es/culturas/deriva-fascista-mcnamara-vayamos-valle-caidos-franco-resucite.html

martes, 21 de febrero de 2017

#hemeroteca #exposiciones #testimonios | Cuando Warhol visitó España por última vez

Imagen: El País / Andy Warhol en Toledo, 1983
Cuando Warhol visitó España por última vez.
Una exposición recuerda el paso del artista pop e icono moderno en 1983.
Jesús Ruiz Mantilla | El País, 2017-02-21
https://elpais.com/cultura/2017/02/17/actualidad/1487329306_876493.html

Antes de ser musa de la movida y dueña del bar Cock, Teresa Nieto fotografió a Andy Warhol durante todo un día. Fue en Toledo, un gélido febrero, allá por 1983. “Había venido para exponer en la galería de Fernando Vijande y quiso hacer una excursión. Me colé en un grupo de siete y no paré de hacerle fotos. Estuvo de lo más amable, no le importaba”, cuenta Nieto.

Guardó las copias en un cajón y, hace poco, su amiga Patricia Reznak le dijo que bien valían una exposición para calentar un poco el ambiente previo a Arco. Así que hoy cuelgan en las paredes de su bar en Chueca, del que Nieto es propietaria junto a dos socios. De aquel día pelón escoltando al marqués del arte pop, guarda recuerdo de vivos y muertos. “Estaban Fred Hughes, su secretario personal, Christopher Mako, amigo íntimo y fotógrafo artista de la Factory, Carlos Astiárraga, a quien Warhol llamaba ‘my spanish boyfriend’, Lorenzo Larios y Vicente Carretón. Estos dos, ya murieron”. Precisamente, el 22 de febrero se cumplen 30 años de la muerte del artista nacido en Pittsburgh.

Pero también le vienen a la memoria gustos extraños para quien se presentaba en la ciudad como templado icono moderno con fama de ‘vouyeur’ asexuado: “Estaba obsesionado con la arquitectura fascista. Además de Toledo, quiso que le llevaran al Valle de los Caídos. También con que le presentaran a ricos y aristócratas. Al final venía a vender y, esta gente, ya sabes”, comenta Nieto. “De mí no le podía atraer ningún relumbrón. Yo, de títulos, el de bachiller. No tengo ni el de Farmacia: lo dejé en cuarto”.

De lo primero, esa atracción por el lado oscuro de los monumentos, allá él. Lo segundo tenía su justificación. Venía a colocar unas obras valoradas entonces en torno a los 10.000 o 12.000 dólares. “Salvo los retratos, que costaban 25.000. De haber tenido algo, me hubiese llevado uno y hoy andaría retirada. Un amigo me acaba de decir que se deshizo del que le compró entonces y ha sacado más de dos millones de euros”.

Quien estuvo a punto de formar parte de uno de sus retratos fue Javier Cavero, hoy duque de Bailén. Cuando Warhol cayó con sus siete amigos por Toledo, le organizaron una comida en La Quinta de Mirabel, el cigarral que el aristócrata posee en los alrededores de la ciudad. “Se empeñó en hacerme un retrato ecuestre, pero, en vez de a caballo, montado en mi Harley Davidson”.

Cuando Cavero le preguntó qué sello original aportaría, Warhol le dijo: “Mi técnica propia. Cuando acabo las copias, las extiendo por el suelo y las meo encima”. Al final no lo hizo, lamenta hoy Cavero. “Oye, hubiese sido un honor”. ¿Y del Greco quiso saber algo? “Me parece a mí que el Greco se la ‘refanfinflaba’...”.

Warhol prefirió ver el Alcázar, y cuando en la casa le mostraron los tapices, las habitaciones y los aljibes, todas esas cosas de tanto pedigrí, se quedó alucinado con los reflejos invernales del agua sucia que salían, como fantasmas gélidos, de la piscina. “Tenía esa visión propia del artista, le gustaba lo que menos esperas”, comenta Piedad Aguirre, esposa entonces de Cavero y anfitriona aquel día. “Cuando quisimos saber qué le parecía realmente Toledo, contestó: como Disneylandia, pero de verdad”.

La escapada le dejó impertérrito. Paseaba por la ciudad y por las habitaciones del cigarral tan solo alerta al clic de su cámara Chinon. “La llevaba colgada, y para sacar fotos ni miraba por el objetivo, simplemente pulsaba mientras iba andando sin ni siquiera enfocar”, recuerda Nieto. En la cazadora iba poniendo los carretes gastados en el bolsillo izquierdo y sacando los nuevos del derecho. Todo mecánico, como un robot, picado de viruela, con el pelo blanco de hechicero pop y las gafas de pasta bien graduadas para detectar coleccionistas y cuentas corrientes.

Distante, pero amable. Divo discreto con un montón de ‘gruppies’ alrededor en el tiempo propicio para su evangelio entre rupturista y algo pedorro de la movida. "Su llegada fue un acontecimiento", recuerda Teresa. Le organizaron también fiestas en casa de la familia March y de Jacobo Hachuel. “Fabio MaCnamara se tiró a la piscina nada más llegar y, qué mono, le encantó que enseguida apareciera un mayordomo con un albornoz”, dice Nieto.

Era invierno y nadie le siguió en eso del chapuzón. Una lata ponerse a bailar empapados cuando Alaska comenzara con sus himnos de homenaje a Warhol... Con Almodóvar, cómo no, también en el ajo... Y los Costus... Y toda la parafernalia ‘movidesca’, pasada y presente, varios caídos no tanto por Dios y por España sino por culpa del exceso y las papelinas. Aquella fue la última vez que Warhol visitó España. Murió en 1987, al complicársele la convalecencia de una operación de vesícula. Dejó una estela que hoy perdura en la música, el cine, las artes visuales, así como el recuerdo de su educada impenetrabilidad por Madrid.

viernes, 3 de abril de 2015

#libros #testimonios | Fabiografía

Fabiografía / Fabio McNamara, Mario Vaquerizo
Barcelona : Espasa, 2014 [04-03]
288 p. : il.
ISBN 9788467036497 / 17 €

/ ES / ENS / BIO
/ Ambiente / Arte / Cultura / La Movida / Música / Testimonios / Transición

El autor y el biografiado, íntimos amigos, desatan pasiones cada uno en su círculo. Mario cuenta la historia de Fabio McNamara, a quien califica como la única obra de arte humana que conoce. El personaje, autodidacta donde los haya, es colaborador e inspirador de diversos personajes de la cultura española desde los años setenta: Juan Costus, Pedro Almodóvar, Tino Casal, Alaska, Pablo Pérez Mínguez, Carlos Berlanga…

"Fabio es Fabio. Una de las personalidades más auténticas, sinceras y puras que ha dado este país. Pintor, cantante, poeta y compositor. Él mismo es su mejor obra de arte humana. Una persona que jamás ha pasado indiferente y que anima la escena artística de un país a veces un tanto aburrido y demasiado políticamente correcto. Conocer a Fabio es sentirte un ser privilegiado y no querer hacer otra cosa que impregnarte de su genialidad. Una genialidad arrolladora que le convierte en un ser único". – Mario Vaquerizo

Mario Vaquerizo (Madrid, 1974). Es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. Ejerce como periodista desde los veintiún años y ha colaborado en publicaciones como El País de las Tentaciones, Vanidad, Primera Línea, Rolling Stone, Canal + y La Razón. En 1999 entra a formar parte del departamento de promoción de la discográfica Subterfuge, realizando el lanzamiento de diversos grupos, entre ellos Fangoria, con el que comienza a trabajar más estrechamente hasta convertirse en su manager personal.

Su espíritu ecléctico, polifacético y exento de corporativismo le lleva a ampliar horizontes y comienza a ser manager de personajes del mundo del cine, como Elsa Pataky o agente de prensa de Dover y Leonor Watling. Su último proyecto y pasión son las Nancys Rubias, el primer grupo autoprefabricado del pop español, del que es el líder en el rol de Nancy Anoréxica. Ha escrito la primera biografía oficial de Alaska. Prologó “El futuro ya está aquí”, además de participar en el libro “You are a Star” de Julio Pérez Manzanares, dedicado a la vida y obra de los pintores Costus.

Mario Vaquerizo publica 'Fabiografía', la biografía de McNamara
Mario Vaquerizo ha presentado la biografía de una de las personalidades más influyentes de la Movida Madrileña, Fabio McNamara.
Libertad Digital, 2015-04-03
http://www.libertaddigital.com/cultura/libros/2014-04-03/mario-vaquerizo-publica-fabiografia-la-biografia-de-mcnamara-1276514921/

Una persona "buena y al margen de todo", con un genio y carácter único que influyó en el germen de la Movida madrileña y un sentido del humor "chochoni" y surrealista a prueba de las vivencias más enfangadas. Así ve Mario Vaquerizo a Fabio McNamara tras dar forma a la primera biografía del singular artista.

"No hay nadie que conozca bien a Fabio McNamara que hable mal de él", ha declarado el propio Vaquerizo durante una entrevista después de culminar un proyecto largamente atesorado y en cuya redacción, dice, ha combinado su rigor como periodista con la admiración que profesa al personaje.

Desde 2003 intentaba convencer a McNamara de que le permitiera retratar literariamente una vida que en su juventud transcurrió de forma muy "extrema", aunque fue hace poco cuando el pintor dio el sí, "quizás por lo pesado que fui", afirma Vaquerizo.

"Es muy tímido, pero conmigo se ha abierto en canal", añade quien se declara uno de sus mejores amigos.

Con esa confianza, fue naciendo “Fabiografía”, resultado de charlas que se alargaron durante año y medio, en una doble sesión semanal en la que el homenajeado "vomitaba" sus pensamientos.

Contado en primera persona, Vaquerizo se encargó de dar forma a esas narraciones, dividirlas en capítulos y preservar un estilo particular para que, quien se acercara a la obra, sintiera que estaba "leyendo" al mismo McNamara, con esos vocablos tan suyos, como "chochonismo".

La obra arranca con su infancia en el barrio madrileño de Ciudad Pegaso y con el descubrimiento de una noche madrileña que, en los estertores del franquismo -"una dictadura que no era dictadura ni era nada", escribe-, comenzaba a repuntar y en la que, según cuenta, ya abundaban el "mariconerío" y las drogas, de las que abusó en exceso.

"Las drogas fueron su único amigo. Fabio no era de tener novios, no tenía una vida estable para ello", relata Vaquerizo ante la ausencia de referencias sentimentales.

McNamara se hizo uno con el ambiente "underground" de la ciudad, inspirado por el punk y el glam, apenas vestido con un tanga, un "mini pull aleopardado", y unos tacones, estilismos cada vez más imposibles que ideó, por ejemplo, durante su convivencia con Tino Casal.

A ritmo de las New York Dolls, Blondie "la Bowie" y la Velvet Underground, “Fabiografía” es una guía por los locales trascendentales de la Movida, con una banda sonora propia en la que no faltan los escarceos musicales de su dúo junto a Pedro Almodóvar.

Así, en la obra se da cuenta de su relación con los Pegamoides de Alaska, con Bernardo Bonezzi y con la "factoría warholiana" en que resultó "Casa Costus".

No hubo nada que frenara sus pulsiones vitales. "Quiso ser rock star y lo consiguió, quiso ser pintor y lo consiguió", afirma el periodista, que defiende también la "revelación" religiosa que, después de su hospitalización en el año 2000, le hizo cambiar completamente su modus vivendi y le llevó a su actual fervor católico, como refleja la portada de Juan Gatti.

"Yo aplaudo esa conversión, porque si no hubiera sido por eso, quizás no habríamos disfrutado de él, de sus cuadros y de un libro escrito por él", asegura Vaquerizo, que dice que "hay que conocerlo bien" para juzgar declaraciones como su reciente y controvertida defensa del aborto o su visión de la homosexualidad.

jueves, 9 de enero de 2014

#hemeroteca #endohomofobia | Fabio McNamara, de la 'movida' al catolicismo: "El aborto es lo peor que hay"

Imagen: Vozpópuli
Fabio McNamara, de la 'movida' al catolicismo: "El aborto es lo peor que hay"
El que en su día fuera compañero de escenario de Pedro Almodóvar en los escenarios de la 'movida madrileña' se confiesa ahora muy religioso y de derechas, y ha criticado duramente el aborto, tildándolo de sangriento, asqueroso, satánico o maldito. El director manchego dice no dar crédito a las palabras de McNamara, "portavoz delirante de Gallardón".
Vozpópuli, 2014-01-09
http://vozpopuli.com/actualidad/36953-fabio-mcnamara-de-la-movida-al-catolicismo-el-aborto-es-lo-peor-que-hay

"El aborto es satánico, aborto maldito, aborto sangriento, aborto asqueroso, aborto, lo peor que hay ya. Para que la gente se dé cuenta que eso es un sacrificio que la gente le hace a Satanás, donde la clínica es el templo, el quirófano es el altar, el médico es el matarife, que es el discípulo de Satanás, y la víctima que se le ofrece a Satanás es el niño. Pero más fuerte aún, porque es el niño dentro de su madre, es un doble crimen, doble asquerosidad, doble violencia, sangre por todos lados, dolor para ese niño, y eso solamente crea odio y más odio, que lo que va a conseguir es que la gente terminemos destruyéndonos y matándonos los unos a los otros, por culpa de unos cuantos que usan eso para sacar dinero. Es solamente Satanás dirigiendo el mundo", dice Fabio McNamara en un vídeo que circula por las redes sociales.

El artista cuyo nombre real es Fabio de Miguel, aparece titubeante dando explicaciones sobre su postura ante el aborto o ante la homosexualidad en plena Gran Vía madrileña, y sus declaraciones han sido difundidas por diversos medios católicos o de derechas. McNamara saltó a la fama en la movida de los 80 por ser el compañero de escenario de Pedro Almodóvar, protagonizando siempre escenas de transgresión y siendo uno de los iconos de la época. Sin embargo, tres enfermedades crónicas incurables le llevaron al borde de la muerte, lo que supuso en él un cambio radical: pasó a confesarse votante de Esperanza Aguirre, católico y de derechas.

En el vídeo difundido ahora, que comienza precisamente con imágenes de una de sus actuaciones junto al director manchego, se le puede ver explicando, con dificultad debido a las secuelas de sus enfermedades y de los excesos de la época de la 'movida', lo que piensa él del aborto, y termina con declaraciones no menos sorprendentes, animando a la gente a que tenga niños. "A los que sean gays, que se olviden de ser gays, que se echen una novia, que se casen, y que tengan muchos hijos. Y que si no les apetece, pues que se tomen algo para que les entren ganas, porque si no, nos vamos a quedar solos", expresa.

Religioso confeso desde hace años, este personaje calificado en su momento como Fanny, el “marcilón outsider”, no ha dejado indiferente a nadie. De hecho los primeros sorprendidos han sido los propios hermanos Almodóvar. La web aMENzing preguntó vía Twitter a Agustín, quien en un primer momento admitió que ni él ni su hermano daban crédito a lo que habían visto. Poco después, Agustín reproducía las palabras del director manchego: "Nunca imaginé que Fabio se convertiría en el portavoz delirante de Gallardón".