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jueves, 5 de febrero de 2015

#hemeroteca #historia | Lo nefando de la homosexualidad

Imagen: La Jornada
Lo nefando de la homosexualidad
Revisión crítica de la transgresión sexual prehispánica
Leonardo Bastida Aguilar | La Jornada, 2015-02-05
http://www.jornada.unam.mx/2015/02/05/ls-central.html

"Y acontecía meterse en este baño (temazcal) muchos hombres y mujeres, y allá dentro, con la calor, hombres con mujeres y mujeres con hombres y hombres con hombres, usados ilícitamente. En México había hombres vestidos en hábitos de mujer y éstos eran sométicos y hacían los oficios de mujeres, como tejer e hilar, y algunos señores tenían uno y dos para sus vicios”, narra el Códice Tudela, serie de pictografías mexicas elaboradas entre 1533 y 1554, pocos años después del contacto entre españoles y culturas prehispánicas.

Otro códice del mismo conjunto al que pertenece el Tudela, el Nutall, alude a que al interior de los temazcales “usaban en estos baños otras vellaquerías nefandas, hacían bañarse indios o indias desnudos en cueros y cometían dentro gran fealdad y pecado en este baño”, sin hacer referencia explícita a actos sexuales entre personas del mismo sexo pero dejando abierta la posibilidad de que ocurrieran.

Las crónicas y documentos elaborados por los frailes evangelizadores también advierten la existencia de personas que cometen actos carnales con personas de su mismo sexo. El monje franciscano Fray Bernardino de Sahagún en el Códice Florentino, un documento recopilador del conocimiento de la cultura nahua a partir de los testimonios de hijos de nobles indígenas elaborado medio siglo después del contacto cultural, da fe de prácticas homosexuales “entre los naturales de las Indias”.

De igual manera, soldados como Hernán Cortés o Bernal Díaz del Castillo aluden a la constante ocurrencia del “pecado nefando contra natura” en los diferentes poblados por los que pasaban y en todos los sectores de las sociedades por las que transitaban.

Los dioses ambiguos
A diferencia de la visión cristiana, el panteón mexica presentaba dioses y diosas que tenían aspectos masculinos y femeninos. Centéotl (dios del maíz) o Metetotl y Mayahuel (deidades del maguey) son ejemplo de ello, pues al dios del maíz, para la fiesta Uey Tozoztli, se le representaba con rasgos de mujer y un tocado de hombre.

A la deidad que más se ha relacionado con la homosexualidad es a Tezcatlipoca o “el espejo que humea”, llamado así porque era representado con un espejo en lugar de un pie. Era muy importante en la cosmogonía mexica, pues era todopoderoso y omnipresente. Era el que regalaba bienes, aunque tenía su cara negativa porque los bienes que regalaba también los quitaba y traía dificultades, problemas y enfermedades, además de ser nocturno.

Tal vez por esa razón, sus actitudes caprichosas para sembrar discordias y sus connotaciones negativas, en algunos pasajes del Códice Florentino lo tachan de cuiloni, aunque es la única fuente que lo hace, y por tanto, no hay certeza de que haya sido concebido como tal. Como señala Doris Heyden, al ser concebido como el dios supremo, rector del destino de los hombres, y por ende ser la deidad más importante, motivó a otros frailes a pensar que en el mundo mesoamericano sí era posible el monoteísmo.

Los términos
Algunos autores han identificado una serie de palabras como xochihua, cuiloni o patlachuia como términos que describen a las personas de sabidas conductas homosexuales.

El vocablo xochihua ha sido traducido como “el que es homosexual” o “pervertido”. Literalmente significa “el que porta la flor”. De acuerdo con Sahagún, “el xochihua se vestía como mujer, hablaba como mujer, corrompía, confundía y engañaba a las personas y poseía la flor”. Algunos autores como Peter Siga han interpretado esta última frase como “el que tiene el deseo sexual”.

La palabra cuiloni, según Sahagún, significaba “puto, excremento, corrupción, pervertido, perro de mierda, mierducha, infame, corrupto, vicioso, repugnante, asqueroso, afeminado, el que se hacía pasar por mujer”, e incluso, según otros autores, el “puto que padece”, es decir, el que lleva el papel pasivo en el coito.

Sobre el término patlachuia o patlache, la definición dada por el fraile franciscano es la de “mujer inmunda, mujer con pene, poseedor de un pene erecto, la que está con una mujer, procura mujeres jóvenes, la que se ve como hombre, la que lo hace con otra mujer”. Fray Alonso de Molina, autor del diccionario Vocabulario en lengua castellana y mexicana y mexicana y castellana, dice que significa “la mujer que lo hace con otra mujer”. Este término tiene una connotación curiosa debido a que por su representación en el Código Florentino fue traducido como “hermafrodita”.

Otro vocablo encontrado en el diccionario es el de yollococoxqui (enfermo del corazón), traducido por Molina como “loco desatinado”, aunque la palabra cocoxqui, además de enfermo, también significaba homosexual o afeminado o “el que lo hace a otro”, en clara referencia al ser activo en una relación carnal.

En el mismo vocabulario, Fray Alonso refiere la existencia de la palabra cuilonyotl, que significaba “pecado nefando de hombre con hombre”, y cuilontia, cuya traducción era “comete pecado nefando”.

La existencia de dichos términos es muestra de que el tema de la homosexualidad no era ajeno a las culturas prehispánicas, sin embargo, las traducciones realizadas por religiosos y soldados podrían no reflejar el significado real de dichas palabras e impedían comprender en su totalidad cómo se concebía a la disidencia sexual en las sociedades prehispánicas.

El pecado nefando
La descripción sobre la homosexualidad en el mundo mexica prehispánico tiene diferentes aristas. De acuerdo con el historiador Guilhem Olivier, por un lado, los testimonios recopilados por los frailes muestran reacciones de asco y rechazo hacia las prácticas homoeróticas, así como cierta condena al hecho. Esto es visible en la última parte de la descripción del cuiloni elaborada por Sahagún, en la cual menciona: “Se hace pasar por mujer. Merece ser quemado, merece ser puesto en el fuego”. Al sugerirse una sanción a la conducta, los frailes, asegura Olivier, elogian de alguna manera la moral prehispánica al asegurar en sus relatos que cada vez que se descubre un acto de sodomía, es castigado.

La visión de los soldados es que en los pueblos mesoamericanos hay una permisividad social de la homosexualidad y dichos actos van muy de la mano de las ceremonias rituales donde había antropofagia, como se lo describe Hernán Cortés al rey Carlos I de España en sus cartas: “…aun allende de lo que hemos hecho relación a Vuestras Majestades de los niños y hombres y mujeres que matan y ofrecen en sus sacrificios , hemos sabido y sido informados de cierto que todos son sodomitas y usan aquel abominable pecado”.

En ambos casos, tanto conquistadores como frailes traducen los términos indígenas para nombrar a las personas homosexuales como sodomitas, en franca alusión al pasaje bíblico de Sodoma y Gomorra, cuyo contenido rememora el castigo de Dios hacia los habitantes de la ciudad de Sodoma por haber “conocido” (término con el que se sobreentiende “hacer suyo”) a un par de ángeles varones.

Las palabras “pecado nefando” hacían alusión a la gravedad de la falta desde la perspectiva católica, debido a que las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo atentaban contra la naturaleza de las relaciones si se tomaba en cuenta que la pareja humana primigenia había sido la de Adán y Eva.

Redefinición
Si tomamos en cuenta que los frailes y soldados provenientes de los diferentes reinos de lo que hoy en día es España estaban formados en este ambiente de persecución hacia todo aquello ajeno a la moral y costumbres católicas, la visión que se ha construido en torno a la homosexualidad en el mundo mexica prehispánico está basada en esa visión de pecado y condena de las relaciones entre hombres o entre mujeres.

Podría suceder que a partir de nuevas lecturas críticas e interpretaciones de los códices, crónicas y documentos elaborados durante las primeras décadas del siglo XVI, que no tomen en cuenta los prejuicios asentados y, por el contrario, se fundamenten en mayores conocimientos de las sociedades prehispánicas, surgiera una mejor visión sobre el tema, para a partir de allí volver a comenzar la construcción de la historia de las diversidades sexuales en México.

domingo, 30 de noviembre de 2014

#articulos #historia | La persecución de la sodomía en 'Los Comentarios Reales' de Inca Garcilaso de La Vega

Imagen: Google Imágenes / Cultura mochica (actual Perú)
La persecución de la sodomía en 'Los Comentarios Reales' de Inca Garcilaso de La Vega.
Germán Navarro Espinach* | Crónicas de la Diversidad, n. 5 (Octubre - Noviembre 2014)
http://www.cronicasdeladiversidad.com/comentarios_reales.html

Sorprende mucho a cualquier persona que indague sobre la diversidad sexual en aquel pasado lejano los comentarios homofóbicos del Inca Garcilaso en sus Comentarios Reales, justificando el genocidio de los sodomitas llevado a cabo de forma implacable por los incas sobre determinadas poblaciones. Con esa actitud cruel contra la diversidad sexual en nada se diferenciaban esas matanzas de las realizadas por los españoles contra los pueblos precolombinos, reproduciendo la ideología dominante en la Europa medieval trasladada ahora al otro lado del Atlántico.

El 5 de octubre de 1513, días después del descubrimiento del Océano Pacífico, Vasco Núñez de Balboa mandó matar a varios cientos de indios panameños en la aldea de Quarequa, entre ellos unos cuarenta que practicaban la sodomía. La descripción del suceso procede del texto de Pedro Mártir de Anglería titulado "De rebus oceanicis et orbe novo decades tres", obra publicada en latín en 1530 y traducida al inglés en 1555. Este autor explica cómo Balboa descubrió que la casa del rey de Quarequa estaba infectada con “el libertinaje más abominable y antinatural”, pues encontró al hermano del rey y a otros muchos hombres jóvenes vestidos con ropa de mujer, lampiños y adornados de un modo afeminado. Por ello ordenó que fuesen lanzados a los perros de presa. Tal castigo ejemplar hizo que los indígenas entregaran a más hombres que también practicaban la sodomía porque tenían miedo de las represalias que pudieran tomar los españoles ante el silencio cómplice.

Recuérdese que el padre Bartolomé de las Casas, obispo de Chiapas, publicó en 1552 su obra "Brevísima relación de la destrucción de las Indias" confirmando las matanzas crueles llevadas a cabo por los españoles contra los indígenas americanos por ese u otros motivos. Esta obra también fue editada en Frankfurt con los grabados que realizó Théodore de Bry. Por aquellos años, el propio Hernán Cortés, cuyas matanzas en México igualaban a las de Balboa en Panamá, creía que aquellas civilizaciones precolombinas estaban infectadas de sodomía. En una carta escrita en 1519 decía que se les había informado y estaban muy seguros de que era cierto que todos eran sodomitas y practicaban ese “abominable pecado”.

Pero a los incas ¿de dónde les venía esa homofobia tan violenta y cruel?
Durante este mes de agosto de 2014 y en el marco de mi estancia como investigador invitado por la Maestría de Historia de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos he leído con detenimiento los "Comentarios Reales" de Inca Garcilaso con la mente puesta en los textos en que se narra el asesinato de los sodomitas por los incas, como sucede en el capítulo 13 del libro 3º o en los capítulos 11 y 19 del libro 6º. Y ha sido un verdadero placer comprobar, gracias al amigo Julio Lossio, que existía desde hacía más de una década un estudio excelente sobre este tema a cargo de Michael J. Horswell, profesor de literatura española y latinoamericana de la Florida Atlantic University. Dicho trabajo lleva por título 'Un sacrificio fundacional: el Inca Garcilaso y los “sodomitas” de Los Comentarios Reales' y está publicado en el libro de Jorge Bracamonte Allain (editor), “De amores y luchas. Diversidad sexual, derechos humanos y ciudadanía” (Lima, Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, 2001, págs. 81-103).

Según explica Horswell con acierto, Inca Garcilaso fijó una visión distorsionada del rol de la diversidad sexual en la época prehispánica porque se vio forzado a limpiar de la tradición incaica toda presencia de sexualidad transgresora del sistema de valores cristiano impuesto por los españoles. De manera que en su obra intentó asimilar a los incas dentro de las expectativas de género y sexualidad que gobernaban a los españoles para que los lectores europeos no tuvieran dudas de su “virilidad” civilizada frente a las prácticas sodomitas de la barbarie indígena.

Lo cierto es que muchos de estos comportamientos eran habituales en los ritos de la cultura andina, siendo calificados por el discurso colonial de los españoles como degenerados pero con el vocabulario de los lectores europeos de la época, es decir, actos sodomíticos. Y es que desde la Edad Media la ideología sexual de la doctrina cristiana condenaba cualquier práctica “no natural” de la sexualidad.

Identificando la sodomía con la barbarie la erradicación de la diversidad sexual sirvió como buena excusa para justificar el genocidio sobre las poblaciones indígenas que ejecutaron los españoles. Y en ese mismo sentido la obra de Inca Garcilaso de la Vega la utilizó para justificar la dominación de los incas sobre las otras culturas del antiguo Perú. La élite incaica se diferenciaba así de los bárbaros andinos no incaicos que practicaban sodomía o diversidad sexual. En realidad, esa versión de la historia dada por Inca Garcilaso correspondía más a las necesidades retóricas de sus lectores europeos que a las verdaderas costumbres de los Incas, quienes, por otro lado, que nosotros sepamos, nunca prohibieron la sodomía ni ordenaron castigos específicos para tales prácticas. Más aún, los sujetos de “tercer género” fueron respetados y celebrados.

Comparto con Horswell la idea de que reconocer cómo ha funcionado el discurso social en la discriminación y violación de los derechos humanos en tiempos pasados permite identificar y terminar con las mismas estrategias discursivas que hoy marginan a las minorías sexuales o de otro tipo en cualquier parte del mundo. Por eso recomiendo la lectura de su importante libro "La descolonización del sodomita en los Andes coloniales", cuya segunda edición ha sido publicada en Quito por la editorial Abya-Yala en 2013. La primera edición es de 2010, traducción de su "Decolonizing the Sodomite: Queer Tropes of Sexuality in Colonial Andean" (Austin, University of Texas Press, 2005). Se trata sin duda de un valioso estudio en el que se demuestra cómo la heteronormatividad dominante en la España medieval viajó a los Andes a través de la cronística y la literatura coloniales para servir de justificante contra el exterminio de las poblaciones autóctonas de América. La obra de Horswell es una historia alternativa, diferente, crítica respecto al discurso oficial del pasado, que merece la pena leer y divulgar para entender mejor nuestro presente y construir un futuro donde los derechos sexuales se defiendan frente a cualquier brote de homofobia. Como esos anuncios impresentables de gran formato que en las calles de Lima y en otras partes del Perú atacan la homosexualidad como una “abominación” citando la Biblia. Cuando lo que sí que es abominable es la falta de respeto a la diversidad humana bajo el paraguas del amor a un Dios supuestamente homofóbico.

* Director del Departamento de Historia Medieval, Ciencias y Técnicas Historiográficas y Estudios Árabes e Islámicos. Facultad de Filosofía y Letras Universidad de Zaragoza, España.

sábado, 12 de octubre de 2013

#hemeroteca #colonizacion | Antonio Espino: “Ejecuciones, mutilaciones, violaciones”, así fue la Conquista de América.


Imagen: El Confidencial
Entrevista con Antonio Espino, autor de 'La conquista de América': “Ejecuciones, mutilaciones, violaciones”, así fue la Conquista de América.
El catedrático presenta en su libro una revisión crítica de la colonización española analizando las armas, las batallas, y las sangrientas prácticas cometidas.
Javier Zurro | El Confidencial, 2013-10-12
http://www.elconfidencial.com/cultura/2013-10-12/ejecuciones-mutilaciones-violaciones-asi-fue-la-conquista-de-america_40390/

Masacres, asesinatos, amputaciones de manos y pies, heridas curadas con aceite hirviendo, violaciones… semejantes crímenes parecen sacados de una mente perturbada. Sin embargo esto era el día a día en las batallas que tuvieron lugar durante la conquista de América. Un periodo de nuestra historia que tiende a mitificarse obviando sus pasajes más oscuros. El catedrático de Historia Moderna en la Universidad Autónoma de Barcelona y especialista en Historia Militar, Antonio Espino López, según cuenta a El Confidencial, propone una mirada sin prejuicios de la colonización hispana en su libro ‘La conquista de América: Una revisión crítica’ (RBA Ediciones). En su obra, Espino se sirve de los testimonios dejados en las numerosas crónicas de Indias para describir con precisión las armas, tácticas, batallas y sangrientas prácticas que 'héroes' como Hernán Cortés llevaron a cabo.

¿Cuándo surge su interés por revisitar la conquista de América?

Desde siempre me he preocupado especialmente por cuestiones relacionadas con la historia de la guerra. Poco a poco fue surgiendo el interés por explicar mejor a mis alumnos las estrategias y tácticas militares empleadas en la conquista de América y ello me llevó a releer un número importante de Crónicas de Indias. Allí descubrí numerosos testimonios de las técnicas utilizadas para someter a las poblaciones aborígenes, todas ellas basadas en el terror, la crueldad y la violencia extrema. Una realidad muchas veces obviada por otros historiadores.

¿Por qué se tiene mitificada la conquista de América por parte de, sobre todo, la ficción?

Por un puro y simple desconocimiento histórico. Aquellos que se dedican a ello pueden conocer algunos datos, pueden tener algunas nociones, pero carecen habitualmente de una perspectiva historiográfica del asunto. Y, en buena medida, los culpables somos los historiadores, claro.

¿En qué son culpables los historiadores?
Una amplia mayoría, hasta hace muy pocos años, apenas se había atrevido a mostrarse crítica con el imperialismo hispano en las Indias, en América. Hay que tener en cuenta que, durante mucho tiempo, se había considerado que mostrarse crítico con las hazañas hispanas era sinónimo de ser un mal español, me atrevería a decir; de hacerle el juego a todos aquellos que habían fomentado la famosa “leyenda negra”. Me da la sensación que, por una cuestión de patriotismo mal entendido, siempre se ha negado cualquier exceso cometido en América o se ha querido justificar como una típica “acción de guerra” que, además, en el caso que nos ocupa duró muy poco tiempo.

¿Cree que existe miedo a reconocer la crueldad que usted describe en su libro?

En realidad todo el mundo es más o menos consciente de que tenemos una factura pendiente con los descendientes de las poblaciones aborígenes. Pero no sólo los españoles, sino todas las potencias europeas imperialistas en las épocas moderna y contemporánea. No hay que tener miedo a la hora de reconocer que cualquier imperialismo es expansionista y agresivo por definición, y prácticamente todos ellos usaron de la crueldad. Lo mejor es tenerlo claro, estudiarlo y aceptarlo para encarar cualquier crítica que se pueda hacer. No somos ninguna excepción. No somos ni mejores ni peores que los demás. Hay que entender este tipo de realidades, conocerlas y procurar erradicarlas en nuestro presente y en el futuro.

Nuestros conquistadores muchas veces son mostrados como héroes...
Una vez más, esa imagen es fruto del desconocimiento o la falta de reflexión. Es fruto de la idea tan generalizada de que los aborígenes ganaron mucho con la presencia hispana en sus tierras. Por lo tanto, si a la larga resultaron beneficiados, las “molestias” causadas eran asumibles y, en el fondo, poco importantes. Por otro lado, los conquistadores siempre se presentaron a sí mismos como héroes, sus ejemplos eran los antiguos hacedores de imperios: Alejandro Magno, Julio César… Los intelectuales de la época jugaron un papel importante transformando sobre todo a Hernán Cortés, y en menor medida a Francisco Pizarro, en nuevos héroes a la altura de los mencionados. Esa imagen fascinó y convenció a lo largo de los años, sobre todo en un país en el que no hubo grandes “héroes” a partir del siglo XVII.

¿Existe algún conquistador que destacara por su compasión?
Yo diría que nos encontramos en general con personas que utilizan la crueldad sólo cuando era necesario, el problema es que lo fue muy a menudo teniendo en cuenta las características de la conquista hispana de las Indias: contingentes hispanos muy reducidos, necesidad de imponerse sobre grandes poblaciones aborígenes, necesidad de demostrar firmeza ante los amerindios aliados…

¿Considera que fueron excesivas las medidas que se tomaron?

Las medidas que se tomaron fueron muy duras. La conquista de América fue un proceso terrible, muy alejado de la imagen idílica que habitualmente se tiene. No fue en absoluto un conflicto de baja intensidad. Fue una guerra muy dura bajo el paraguas jurídico-religioso del derecho hispano a su presencia en aquellas tierras con el único interés por la civilización y la evangelización de sus habitantes, cuando más bien lo que se escondía era un deseo brutal por obtener riquezas. Como se ha afirmado, la codicia fue el verdadero motor de la conquista. Leyendo numerosos testimonios de la época es evidente que fue así.

¿Cree que la conquista del territorio podía haberse llevado a cabo de una manera menos sangrienta?

Sinceramente, creo que no. Creo haber demostrado en mi libro que existió toda una tradición bélica a la hora de enfrentarse a un enemigo diferente, distinto, al europeo. En sus razzias en el norte de África, en la guerra de Granada, en la conquista de Canarias y en los primeros años de presencia hispana en las Antillas (y Panamá), los españoles fueron perfeccionando unas formas de enfrentarse a dichas poblaciones que culminarían en las conquistas de México y Perú. Se trataba de usar el terror para imponerse de manera contundente a un enemigo difícil que podía, en un momento dado, complicar mucho las cosas.

¿Culturalmente cree que la colonización fue positiva?

Claramente, de la atomización cultural aborigen imperante antes de 1492 se pasó a una cierta uniformidad cultural, pero una y otra vez se nos quiere dar a entender que sólo por la adquisición de un idioma europeo el beneficio obtenido puede justificar cualquier exceso cometido, y hay quien duda de que se cometieran excesos. En el caso de América, el etnocidio cultural cometido durante y después de la etapa colonial hispana es evidente.

Respecto a ese tema Carmen Iglesias, miembro de la RAE, declaraba hace poco que “A veces, la leyenda negra predomina, pero les dejamos una herramienta de unidad como es el español”. ¿Qué opina de ese punto de vista?

Es la típica reacción de aquel que, conociendo los muchos excesos cometidos, tiene que buscar una justificación adecuada. Y el idioma, por lo que vemos, es esa justificación. Sería algo así como la herencia amable recibida.

¿Cuántas tribus indígenas pudieron perderse o esclavizarse?
No soy especialista en etnología y, por lo tanto, no puedo ofrecer respuestas concretas. Lo que está claro es que numerosos grupos humanos sufrieron mucho con las guerras de conquista: hubo no sólo matanzas, sino también desplazamientos humanos importantes y ello tuvo consecuencias. Dicha circunstancias alteraban los equilibrios de poder en diversas regiones y todo ello tenía sus repercusiones en forma de nuevos conflictos. También es conocida la táctica hispana de usar los conflictos interétnicos en su provecho: se obtenían indios aliados y se les incitaba a la lucha contra sus enemigos aborígenes. Es de sobra conocido como poblaciones enteras en las islas Bahamas, La Española (Haití y República Dominicana actuales), en la costa de la actual Venezuela, en Panamá, en Ecuador y Colombia actuales, etc., resultaron muy mermadas.

Por otro lado, si bien la Monarquía procuró evitar en la medida de sus posibilidades la esclavitud del indio, lo cierto es que casi todas las poblaciones aborígenes sufrieron un trato equivalente al de la esclavitud

En el libro se citan muchas fuentes, basadas en testimonios, pero muchas de ellas se contradicen en las cifras, ¿qué es más normal en los documentos históricos la exageración o el esconder los hechos reales?
Siempre hay exageraciones a la hora de presentar, por ejemplo, los efectivos del enemigo, porque de esa manera justificamos y magnificamos no sólo la victoria conseguida, sino también las medidas terribles que se hubiesen podido tomar. Por otro lado, he detectado algunos casos en los que hubo una clara voluntad más que por esconder, por reducir a la baja las consecuencias de determinadas conductas basadas en la crueldad, en el terror. El problema es que numerosos historiadores de las últimas décadas, tanto españoles como extranjeros, han exhibido una cierta voluntad por “maquillar” mediante el lenguaje utilizado algunos pasajes de la conquista bastante conflictivos. No me atrevería a hablar de autocensura, pero estaríamos en el límite de la misma. Por otro lado, creo haber detectado entre algunos hispanistas un verdadero esfuerzo por justificar la conquista hispana de América de la mejor forma posible, dado que eran muy conscientes de los excesos cometidos por la denominada “leyenda negra”, un conjunto de opiniones que, en general, se caracterizan por ser muy burdas intelectualmente hablando.
Y TAMBIÉN…
Hernando de Soto, el fiero conquistador que recorrió Estados Unidos en busca de riquezas.
Emprendió en 1539 una expedición de más de 6.000 kilómetros por lo que hoy son diez estados norteamericanos sin hallar los tesoros soñados y con sangrientos conflictos con los nativos.
Manuel Trillo | ABC, 2013-07-15
http://www.abc.es/historia-militar/20130712/abci-hernando-soto-conquistador-201307111340.html

viernes, 31 de mayo de 2013

#libros #historia | La descolonización del “sodomita” en los Andes coloniales

La descolonización del “sodomita” en los Andes coloniales / Michael J. Horswell.
Quito, Ecuador : Abya-Yala, 2013 [05] / 2ª ed.
402 p.
ISBN 9789942091352

/ ES / ENS
/ América / Androginia / Civilizaciones precolombinas / Colonización / Feminidad / Historia / Masculinidad / Sodomía / Tercer sexo

Esta obra examina paradigmas alternativos de género y sexualidad del mundo colonial andino. El autor estudia cómo sujetos andinos de un tercer género, ni hombres ni mujeres, simbólicamente representaban un espacio liminal y mediaban entre las esferas masculinas y femeninas de la cultura andina indígena. Al deconstruir figuras literarias empleadas en el discurso colonial, lo que él llama tropos de sexualidad queer, Horswell provee una historia alternativa de los indígenas referidos en las crónicas e historia coloniales como "sodomitas". Este estudio revela cómo los valores de la sexualidad masculina dominante de la Iberia medieval viaja a los Andes a través de la literatura e histografía para emplearse retóricamente en la justificación de la conquista y la colonización de los Incas y otros pueblos de las Américas. Como consecuencia, la heterogeneidad pre-hispánica en las formas de expresión del género y la sexualidad se redujo a formas de expresión aceptables para el Catolicismo ortodoxo y el Humanismo literario de la temprana modernidad. Por lo tanto, este trabajo intenta recuperar ese conocimiento subalterno de mediación que informaba muchas de las tradiciones y ceremonias de los Andes precolombinos.

SUMARIO
Introducción / Tropos transculturadores de sexualidad, tinkuy y tercer género en los Andes
1 / Barbudos, afeminados u sodomitas. Representando la masculinidad en la España premoderna
2 / Descolonizando tropos de alteridad sexual. Crónicas y mitos de conquista
3 / De huaca supay a madre queer. Revalorizando lo femenino y andrógeno andino
4 / Iglesia y Estado. Inventando penitentes queer y otros tiránicos
5 / ¿Hibridez subalterna? El Inca Garcilaso y la transculturación de género y sexualidad en los Comentarios reales.
Epílogo / Danzando el tinkuy, mediando la diferencia
Bibliografía

domingo, 22 de abril de 2012

#hemeroteca #historia | La homosexualidad antes de la llegada española a América

Matanza de sodomitas ordenada por Vasco Núñez de Balboa, Panamá, 1513.
Grabado de Théodore de Bry ("America", 1594)
La homosexualidad antes de la llegada española a América.
Marvin Aguilar | La Página, 2012-04-22
http://www.lapagina.com.sv/editoriales/65477/La-homosexualidad-antes-de-la-llegada-espanola-a-America

Un acercamiento a las costumbres homosexuales de la época precolombina nos ayudará a comprender mejor si para la sociedad, la masa salvadoreña, es este un tema ancestral difícil de erradicar, estando preparada para que se comience un proceso de normalización amen de las creencias cristianas occidentales de esta preferencia sexual, veamos:

Hay que dejar de ver al pueblo como un menor de edad en cuanto al tema de la sexualidad -como ha sido la posición conservadora hasta hoy- . Es necesario partir de que la diversidad sexual es debido a los avances democráticos una esfera de los Derechos Humanos. Si se declaran liberales en lo económico ¿debido a que no lo son en lo social y político?

Por otro lado ¿qué tan extraño es para el arquitrabe latinoamericano la homosexualidad? Cabe decir que es antiguo. El Chilam Balam nos menciona que fue habitual que durante la cuarta edad del mundo existiesen las relaciones entre personas del mismo sexo: las flores del Naxcit y sus compañeros.

En San Antón, México, los conquistadores encontraron ídolos de oro y barro en donde se aprecian dos hombres cabalgando uno sobre otro, en forma de acto homosexual. Otra cerámica similar se puede observar en el museo del oro en Bogotá, Colombia.

Entre los Mayas-Yucatecos se encuentran figuras de barro en una perfecta orgía gay. En la cultura Mochica, asimismo, existen representaciones de este comportamiento sexual. Podemos apreciar otras figuras en el museo Rufino Tamayo de Oaxaca o en el museo de arte precolombino de Chile.

Hernán Cortés comenzó con lo que sería la primera campaña homofóbica en el continente, al declarar “sodomitas” a todos los mexicanos de la costa atlántica. Así refería el conquistador: “Hemos sabido y sido informados de cierto que todos son sodomitas y usan aquel abominable vicio”.

El cronista Bernal Díaz del Castillo dice al respecto: “Además desto eran todos ellos sodomitas y en especial los que vivían en las costas y tierras calientes, en tanta manera que andaban vestidos de en habito de mujeres, muchachos a ganar con aquel abominable vicio”.

La ciudad de Panuco, para sorpresa de los españoles, era una sociedad exageradamente homosexual, a tal punto que eran públicos sus amancebamientos, llegando a reunir a mil y más de ellos.

Vasco Núñez de Balboa, en la zona ístmica se dedicó a perseguir y quemar a todos los homosexuales. ¿Los primeros crímenes de odio? La etnia en mención es la de los indios cuevas, en donde lo que él pensó un vicio era una institución social. En efecto, tenían una costumbre que obligaba a determinados individuos a educarse, vestirse y comportarse como mujeres. Y esto para sorpresa de los españoles ocurría en la mayoría de los territorios de América.

A esta clase de institución indígena se le conoce con el nombre de: Bardaje. Álvar Núñez Cabeza de Vaca se los encontró en la Florida, EEUU. En Sudamérica existieron bardajes en casi toda la zona llanera: salivas, piapocos, guahibos.

Los Laches en Colombia, por explicar alguno tenían por ley que si la mujer paría cinco varones continuados sin parir hembra, uno de los hijos podía hacer de mujer; criados de aquella manera eran femeninos en el talle, ademanes, que nadie podía diferenciarlos de las mujeres. De igual manera, en algunos aborígenes venezolanos se encuentra este tipo de tradición. Otro ejemplo, los Tupinambos del Brasil tenían por valiente al varón activo dentro de la relación homosexual y por proeza esa conducta.

Es entre los aztecas que encontramos la actitud represiva y que castigaba severamente lo que los españoles llamaban el pecado nefando. La pena era la muerte para ambos. Muy similar en lo violenta e inhumana al Antiguo Testamento cristiano y al Coram islámico. Incluso entre los aztecas existía la costumbre del arresto de homosexuales en plan delincuencial. Es dentro de esta cultura que vemos que se reconoce el lesbianismo, ya que al igual que se capturaba al hombre vestido de mujer, de igual se hacía con la mujer vestida de hombre, según consigna el cronista Jerónimo de Mendieta. En el actual México antiguo Tenochtitlán las uniones gais son legales.

Los Incas tenían la categoría de delito que se castigaba con inmolación no sólo de la persona sino la quema de todos sus bienes materiales. Aplicada ésta no solo a los que se les demostrara ser homosexuales, sino también a los que lo parecieran. Guardar las apariencias era vital para la subsistencia.

El celibato - sacerdocio - homosexualidad
Este trinomio es viejo dentro de la historia amerindia. En efecto, otra vez Bernal Díaz del Castillo anota que en Cipalcingo, México, los sacerdotes eran hijos de principales y no tenían mujeres, pero practicaban la sodomía.

En Perú similar situación recoge Pedro Cieza de León: en los templos de los yungas, tienen uno o dos hombres vestidos de mujeres desde el tiempo de su niñez, hablando como tales, en sus maneras y demás remedando a las mujeres. Con estos celebran las fiestas y días principales, casi por religión y vía de santidad, los señores principales.

La palabra sodomía fue acuñada por una mal interpretación hecha por el monje benedictino Petrus Damianus en el siglo XI, él asoció conducta homosexual con este término.

La Biblia, releyéndola en relación a los sucesos de Sodoma y Gomorra condena la violación de un hombre así como el desacato a la tradición judía de la hospitalidad en instancia última, no a la homosexualidad en sí.

Burla, miedo a la obviedad femenina, muerte moral u física, instalación en las mentes de la gente que homosexualidad es algo perverso, llevando a la sensación de verse enfermos a sí mismos, sentimiento de culpa, autodestrucción, baja autoestima de los homosexuales y toda la parafernalia discriminadora denominada: homofobia son claramente algunas de las consecuencias que se perpetuaron con las ideas de la conquista.

La reforma constitucional salvadoreña
Algo que se ha perseguido por siglos que no es delito o enfermedad, que se resiste a desaparecer debería ser motivo de un abordaje distinto al que la historia ha evidenciado como una solución justa.

Igual es de hacer notar que las principales civilizaciones precolombinas persiguieron como forma de control social la homosexualidad, pero la toleraban en los niveles altos y religiosos. La doble moral de la España oscura encontró muy buen caldo de cultivo entre estas civilizaciones. Por el contrario en las etnias menos pendientes por el poder que vivían más cerca de la tierra y sus ancestrales raíces se mostraban tolerantes con esta conducta siendo para ellos muy natural. Las dos visiones encontradas en la actualidad.

Unos 500 años después de la llegada española a América, España legalizó las uniones homosexuales y la posibilidad de adopción entre parejas del mismo sexo. Los conquistadores enmendaron así un histórico error. La mayoría de países del hemisferio debido a sus insuperables ideologías, desconocimiento y temores sobre este tema, El Salvador entre estos, no se han atrevido a esta otra justa reparación en el continente. Violan derechos aunque se amparen en Dios cuando blindan a una forma de familia, dejando en el limbo la posibilidad de uniones, contratos o similar figura jurídica para los LGBTI.

domingo, 31 de julio de 2005

#books #history | Decolonizing the sodomite : queer tropes of sexuality in colonial Andean culture

Decolonizing the sodomite : queer tropes of sexuality in colonial Andean culture / Michael Jenkins Horswell
Austin : University of Texas Press, 2005 [07]
331 p.
ISBN 9780292712676

/ EN / ENS
/ América / Androginia / Civilizaciones precolombinas / Colonización / Feminidad / Masculinidad / Historia / Persecuciones políticas / Sodomía / Tercer sexo

Early Andean historiography reveals a subaltern history of indigenous gender and sexuality that saw masculinity and femininity not as essential absolutes. Third-gender ritualists, Ipas, mediated between the masculine and feminine spheres of culture in important ceremonies and were recorded in fragments of myths and transcribed oral accounts. Ritual performance by cross-dressed men symbolically created a third space of mediation that invoked the mythic androgyne of the pre-Hispanic Andes. The missionaries and civil authorities colonizing the Andes deemed these performances transgressive and sodomitical.

In this book, Michael J. Horswell examines alternative gender and sexuality in the colonial Andean world, and uses the concept of the third gender to reconsider some fundamental paradigms of Andean culture. By deconstructing what literary tropes of sexuality reveal about Andean pre-Hispanic and colonial indigenous culture, he provides an alternative history and interpretation of the much-maligned aboriginal subjects the Spanish often referred to as "sodomites." Horswell traces the origin of the dominant tropes of masculinist sexuality from canonical medieval texts to early modern Spanish secular and moralist literature produced in the context of material persecution of effeminates and sodomites in Spain. These values traveled to the Andes and were used as powerful rhetorical weapons in the struggle to justify the conquest of the Incas.

Michael J. Horswell is Associate Professor of Spanish and Latin American Literature, Director of Graduate Studies, and Associate Chair of the Department of Languages and Linguistics at Florida Atlantic University. He is also the university's Director of Caribbean and Latin American Studies.

CONTENTS
Acknowledgments
Introduction: Transculturating Tropes of Sexuality, Tinkuy, and Third Gender in the Andes
1. Barbudos, Afeminados, and Sodomitas: Performing Masculinity in Premodern Spain
2. Decolonizing Queer Tropes of Sexuality: Chronicles and Myths of Conquest
3. From Supay Huaca to Queer Mother: Revaluing the Andean Feminine and Androgyne
4. Church and State: Inventing Queer Penitents and Tyrannical Others
5. Subaltern Hybridity?: Inca Garcilaso and the Transculturation of Gender and Sexuality in the Comentarios Reales
Epilogue: Dancing the Tinkuy, Mediating Difference
Notes
Bibliography