viernes, 11 de marzo de 2016

#hemeroteca #mayores | Federico Armenteros: “Los mayores LGBT no queremos irnos al campo a plantar lechugas”

Imagen: Gay Invasión / Federico Armenteros
Federico Armenteros: “Los mayores LGBT no queremos irnos al campo a plantar lechugas”.
Javier D. | Gay Invasión, 2016-03-11
http://gayinvasion.com/mayores-lgbt/

La Fundación 26 de Diciembre es una organización que trabaja con el cuidado y atención de los mayores, bien sean lesbianas, gais, bisexuales y transexuales (LGBT) de Madrid y toda España, se encuentra en la calle Amparo, entre la zona de Lavapiés y Embajadores en Madrid. Las personas mayores LGBT, son un colectivo vulnerable y abandonado por la sociedad mayoritaria y por el propio colectivo, en la actualidad se encuentran sin recursos que puedan paliar el deterioro, la soledad y su situación de dependencia. He tenido la suerte de hablar con Federico Armenteros, el presidente de la Fundación 26 de Diciembre, y así conversar sobre el pasado, presente y futuro de la Fundación y de nuestros mayores LGBT; aquí va una pequeña entrevista:

– ¿Cómo es el día a día en la Fundación 26D?

La Fundación 26 de Diciembre está abierta de Lunes a Domingo, aunque ahora hemos parado acusa de las obras de remodelación. Por el día somos un centro psicosocial, donde psicólogos, trabajadores, educadores sociales, etc. ayudan de una manera profesional a nuestros mayores, muchos de ellos están con las necesidades básicas sin cubrir, con una débil salud mental, deprimidos, con intento de suicidio, nos estamos viendo con una población no atendida. En la Fundación 26 de Diciembre se les ofrece apoyo profesional y ayuda en casa, ya que muchos de ellos no se pueden mover ni hacer frente al pago de una asistencia. Antes de las reuniones con los profesionales les ofrecemos un servicio de desayuno. Algunos mayores no requieren la ayuda de los expertos y simplemente vienen a pasar al día buscando compañía y entretenimiento.

A mediodía es el turno del servicio de la comida y por la tarde somos un centro socio educativo, donde vienen todas las personas: mayores, voluntarios, colaboradores, vecinos y profesionales a participar en las actividades, se incorporan a juegos de mesa, grupo de teatro… También impartimos formación a voluntarios para el cuidado y acompañamiento de nuestros mayores.

El centro también está abierto a otras actividades para la gente del barrio, tenemos grupos de meditación, de auto defensa femenina, nos visitan políticos, próximamente tendremos un taller de costura… También estamos formando un grupo de autoapoyo entre iguales para personas (LGBT) mayores de 50 años que viven con VIH. En breve comenzaremos a formar grupos para una intervención en terapia grupal sobre el VIH/SIDA. Su acceso será gratuito.

– ¿Ha costado mucho sacar adelante y hacer funcionar la F26D? ¿Contáis con suficiente ayuda económica y de voluntariado para afrontar la demanda actual del colectivo?

Sí, está costando mucho. Te encuentras con muchas dificultades con la administración a la hora de darnos subvenciones. Queremos ser una Fundación autónoma y no depender de ningún colectivo, generar servicios de cuidado, de atención residenciales donde todos nuestros mayores LGBT tengan un lugar seguro a donde puedan ir. Hacer esto cuesta mucho dinero, nosotros empezamos con el capital mínimo para fundar la asociación, generamos puestos de trabajo y empleo a profesionales. Queremos pedir a la administración que dé respuestas a la demanda actual y futura de nuestras propuestas, ya que se prevé un aumento de la población mayor en los próximos años.

– ¿Cuál es el mayor reto que actualmente afronta la F26D?

Sacar adelante nuestro proyecto residencial es nuestro mayor reto ahora mismo, pero son muchos millones de euros y no disponemos actualmente de crédito ni de ayuda suficiente. Queremos hacer las cosas bien, que los profesionales que están al cargo de nuestros mayores estén bien remunerados y en un ambiente de trabajo con condiciones óptimas para el correcto desarrollo de sus labores. Además de los gastos de los profesionales, hay que sumar los gastos de alquiler, luz, agua, seguros sociales… toda una serie de gastos que van sumando una burrada de cifras de dinero, por esos estamos intentando que nos apoye la administración, el ayuntamiento y la comunidad de Madrid.

Queremos una residencia en el centro de Madrid, no queremos irnos solos al campo a plantar lechugas, a los mayores LGBT nos gusta estar en la ciudad, ir al teatro, al cine, incluso a la sauna o los clubs de sexo. No queremos una residencia ‘donde Cristo perdió el gorro’. Lo más importante es que podamos tener una vida lo más normal posible integrada con la sociedad y no fuera de ella. ¡Queremos ser visibles!.

– ¿Cuál es la historia más entrañable que ha pasado por la F26D?, ¿la recuerdan?

Una de las historias que más me ha llegado al corazón es la de Josete, una persona de 70 años que llevaba muchos años en soledad, excluido, aislado y enfermo. Nadie iba a verle, sus familiares no querían saber nada, los vecinos le repudiaban. Se sentía abandonado y con pocas ganas de vivir. Los servicios sociales no podían ayudarlo, ya que no les permitía su entrada al domicilio, solamente dejaba pasar a los sanitarios ya que estos le calmaba el dolor causado por su enfermedad. Los servicios sociales nos pusieron en aviso, ya que se intuía que Josete era gay, y que tal vez nosotros podíamos comprenderle y ayudarlo mejor que nadie. Acudimos veloces a su casa para conocer su historia, su entorno, su enfermedad… con la fortuna que desde ese momento le cambio la vida, tanto a él como a nosotros. Gracias a la gente de la F26D, se sintió querido, acompañado, abrazado, con una mano a la que agarrarse. Desde ese día, la F26D respetó todas sus decisiones, lo cuidábamos por turnos, los dos últimos meses de vida Josete los pasó en nuestra compañía.

Cuando Josete salió por última vez del quirófano estuvimos con él al momento de la operación y reanimación, realmente éramos su familia. Cuando le llevaron a la habitación estaba con otra persona que daba la casualidad que ya conocía la F26D, y se quedó sorprendido de cómo estamos montando una red de ayuda que era real, se quedó con la boca abierta con el apoyo que le dábamos a Josete, la atención, el cariño, no dejarle solo, todo eso cambió la vida del otro que salía de una operación de un tumor maligno y vio que la vida aún tenía sentido.

Estuvimos cuidando de Josete hasta que murió a causa de su dolorosa enfermedad, en su casa, tal y como el quería. Josete quiso que lo que había sucedido se repitiera en otras personas en su misma situación antes de que fuese demasiado tarde. Nos dejó un legado que nos ayudó a continuar con la Fundación. Murió tranquilo porque sabía que iba estar vivo en nuestro corazón y en nuestra mente para siempre.

– Ser mayor, ser gay, transexual, lesbiana, tener VIH/SIDA, estar solo, discriminado por la familia, ¿son motivos suficientes para acudir a la F26D? ¿Qué se encuentra esa persona cuando acude a vosotros?

La personas se sienten incrédulas de que podamos ofrecerle ayuda a cambio de nada, de que respetemos todas sus decisiones, están acostumbrados a que se le quite todo pero no a que se les dé nada. En una primera fase se sienten desconfiados, recelosos de su intimidad, no nos ponen nada fácil ganarnos su confianza. La F26D no pretende cambiar la vida a nadie, ya que cada persona es protagonista de su vida, el individuo es el que tiene que dirigir su vida, que aunque estés en situación de paliativo o muerte puedas decidir.

En la F26D algunos de nuestros mayores han encontrado el amor, el desamor y el sexo. Las personas mayores LGBT en general ya tienen el “no” como respuesta, le gusta tirar la caña a personas más jóvenes y si pican pues se lo comen. No hay que entenderlo como un acoso, los mayores LGBT también tenemos deseo sexual.

– ¿Ser mayor LGTB en una capital como Madrid es más fácil que ser mayor LGTB en una capital de provincia o pueblo?

¡Hombre claro! (risas). Es más fácil en el anonimato y sobre todo que tengas derecho a seguir con tu vida sexual activa. Una persona joven LGTB que vive en un pueblo tiene cualquier medio de transporte disponible para viajar a la ciudad y encontrar compañía. Una persona mayor lo tiene más difícil para desplazarse o moverse, viven en el pueblo con el peso de que su sexualidad ya la sabe todo el mundo. Muchos mayores LGBT que vienen a la ciudad son utilizados por personas más jóvenes para su provecho, otras veces se dejan utilizar para poder tener sexo de vez en cuando o un rato de compañía.

– La figura de los mayores LGBT en series, programas y anuncios de televisión es casi o directamente inexistente, ¿haría un favor los medios de comunicación a este colectivo a su visibilidad?

Ahora mismo la visibilidad es nula, apenas nadie se acuerda de nosotros a lo hora de hacer propuestas y proyectos dirigidos a nuestro colectivo. Los mayores en general no somos visibles casi en ningún sitio. Desde la F26D realizamos material didáctico para darnos a conocer y también hemos realizado la primera guía de sexualidad y mayores, si nos hacemos visibles nosotros mismos no lo hará nadie por nosotros.

– ¿Consideran la juventud LGTB actual frívola y hedonista, despreocupada por nuestros mayores LGBT?

En la juventud hay de todo, al igual que en las personas mayores, no podemos generalizar a todos los jóvenes ni a todos los mayores, tampoco todas las personas mayores somos una perlas, podemos llegar a ser a veces insoportables, hay que saber tratar con nosotros ya que hemos sido educadas en una sociedad y en un momento político muy delicado con vidas marcadas por la persecución y la represión por pertenecer a la minoría LGBT. Muchos de nuestros mayores LGBT vivieron su sexualidad e identidad sexual o de género de forma invisible. Hay jóvenes muy preocupados por las personas mayores, por su sociedad, por su historia…al igual que otros pasan olímpicamente, puedes encontrar las dos partes, a la F26D se acercan muchos jóvenes. Por suerte, mucha gente joven se siente atraída por las personas mayores, ya sea como amistad, relación sexual. No se sienten cautivados por la piel firme y tersa o por unos bíceps fuertes y prominentes, les gusta más la arruga de la vida.

– ¿Cómo podemos colaborar con la F26D?

Se puede ser socio colaborador de la F26D, mediante una cuota de participación, una donación o puedes venir a ser voluntario o simplemente colaborar con nosotros. Tenemos gente que estamos formando para la ayuda en hospitales y podamos atajar la soledad que siente el mayor. Tenemos psiquiatras, geriatras, abogados que colaboran desinteresadamente para hacer proyectos junto a nosotros. Ahora también está muy de moda la responsabilidad social corporativa y gracias a esto podemos sacar algún que otro proyecto adelante. Animamos a toda la gente joven a que participen económicamente con la F26D, ya que nosotros por ley de vida vamos a morir, pero el edificio va estar y es lo que vais a heredar de nosotros, por eso es fundamental ayudarnos a sacar adelante a personas que están en situación lamentable. Haceros saber que ya hay personas mayores que están cuidando de estas personas.

– Por último, ¿qué mensaje mandarían desde la F26D a la juventud LGBT actual y que un futuro serán los mayores LGBT de este país o del mundo?

Les diría que hagamos un camino juntos, no es la importancia de una generación ni la otra, ambas generaciones estamos viviendo el mismo presente. No hay que olvidar que este presente ha sido construido con un pasado que si no lo sabemos o recordamos, en el futuro se pueden repetir los mismos errores. Podemos disfrutar haciendo cosas y actividades juntos. La F26D es como una gran familia con sus más y sus menos, no todo es perfecto.

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