Noticias de Gipuzkoa / Mikel Corcuera // |
Fallece el crítico gastronómico Mikel Corcuera.
Nacido en Donostia en 1947 y colaborador del Grupo Noticias, fue Premio Nacional de Gastronomía.
Ana Úrsula Soto | Noticias de Gipuzkoa, 2022-03-22
https://www.noticiasdegipuzkoa.eus/vivir-on/gastronomia/2022/03/22/fallece-critico-gastronomico-mikel-corcuera/1195959.html
El crítico gastronómico y Premio Nacional de Gastronomía (1999) Mikel Corcuera ha fallecido este martes víctima de una enfermedad. Corcuera, muy conocido en el ámbito gastronómico por su larga trayectoria como crítico, colaboraba también con el Grupo Noticias elaborando semanalmente la página Gastroleku, en la que abordaba los secretos mejor guardados de los establecimientos hosteleros vascos.
Corcuera (Donostia, 1947) es autor de multitud de títulos relacionados con la cocina, como ‘Chacolí/Txakolina’, ‘Recetas de leyenda’, ‘25 años de la Nueva Cocina Vasca’ (2002) e ‘Historias del Comer’, entre otros. Precisamente, el libro que escribió sobre el vino blanco fue merecedor del Premio Nacional de Gastronomía a la mejor publicación de investigación de 2007. Asimismo, ha colaborado mano a mano con el afamado cocinero donostiarra Juan Mari Arzak en muchas de sus publicaciones.
Aunque su trayectoria vital le llevó a estudiar Derecho para convertirse en abogado especialista en el ámbito laboral, la vida le desvió por derroteros diferentes tras conocer a Rafael García Santos, quien sería su mentor en el ámbito de la crítica gastronómica, participando en diversas guías como Gorumetour, Campsa y Repsol.
Fue el inicio de una larga trayectoria como crítico que desempeñó en distintos medios de comunicación y formatos para dar a conocer lo que era su verdadera pasión: la gastronomía. Una pasión que también le hizo ser merecedor de distinciones como el Premio Euskadi de Gastronomía a la mejor labor periodística en 1998 y el Premio Nacional al mejor periodista gastronómico en 1999. Sus amplios conocimientos, además, le llevaron a desempeñar la labor de profesor de historia de la gastronomía en los inicios del Basque Culinary Center.
La enfermedad que le aquejaba desde hace un tiempo no le ha impedido seguir escribiendo sus leídas críticas que publicaba cada viernes en Noticias de Gipuzkoa, como las últimas que ha dedicado a la tortilla de patata. La cuarta y última entrega será publicada, desgraciadamente, a título póstumo este próximo viernes. Goian bego.
Corcuera (Donostia, 1947) es autor de multitud de títulos relacionados con la cocina, como ‘Chacolí/Txakolina’, ‘Recetas de leyenda’, ‘25 años de la Nueva Cocina Vasca’ (2002) e ‘Historias del Comer’, entre otros. Precisamente, el libro que escribió sobre el vino blanco fue merecedor del Premio Nacional de Gastronomía a la mejor publicación de investigación de 2007. Asimismo, ha colaborado mano a mano con el afamado cocinero donostiarra Juan Mari Arzak en muchas de sus publicaciones.
Aunque su trayectoria vital le llevó a estudiar Derecho para convertirse en abogado especialista en el ámbito laboral, la vida le desvió por derroteros diferentes tras conocer a Rafael García Santos, quien sería su mentor en el ámbito de la crítica gastronómica, participando en diversas guías como Gorumetour, Campsa y Repsol.
Fue el inicio de una larga trayectoria como crítico que desempeñó en distintos medios de comunicación y formatos para dar a conocer lo que era su verdadera pasión: la gastronomía. Una pasión que también le hizo ser merecedor de distinciones como el Premio Euskadi de Gastronomía a la mejor labor periodística en 1998 y el Premio Nacional al mejor periodista gastronómico en 1999. Sus amplios conocimientos, además, le llevaron a desempeñar la labor de profesor de historia de la gastronomía en los inicios del Basque Culinary Center.
La enfermedad que le aquejaba desde hace un tiempo no le ha impedido seguir escribiendo sus leídas críticas que publicaba cada viernes en Noticias de Gipuzkoa, como las últimas que ha dedicado a la tortilla de patata. La cuarta y última entrega será publicada, desgraciadamente, a título póstumo este próximo viernes. Goian bego.
Transgresor y caballero.
Josema Azpeitia | Noticias de Gipuzkoa, 2022-03-23
https://www.noticiasdegipuzkoa.eus/actualidad/sociedad/2022/03/23/transgresor-caballero/1196172.html
una buena amiga me lo describió ayer perfectamente en medio de la lluvia (diluvio, más bien) de wasaps de ánimo y duelo que recibí a raíz del fallecimiento de Mikel Corcuera. "Verdades como templos me decía cuando coincidía con él en algún sarao. Era de los que sabía mucho y no alardeaba nada".
"Le importaba un pito lo que dijeran de él y de su vida privada. Se mereció un homenaje en vida, pero esos se suelen hacer a los que no lo merecen tanto".
Estas frases, prácticamente improvisadas mientras se teclean en el móvil, recogen la esencia de Mikel Corcuera.
El donostiarra que colgó la toga y la cambió por la mesa y el mantel era un sabio tranquilo. Repartía conocimiento y no sentaba cátedra. Compartía sabiduría y no pedía nada a cambio. Derrochaba amabilidad y nunca empleaba una palabra más alta que la otra. Era pura mesura. No insultaba. No ofendía. No cruzaba las rayas rojas. Y siempre, siempre, estaba dispuesto a echar una mano.
Pero no nos engañemos. Mikel Corcuera no era un corderito. Era crítico y transgresor. Denunciaba las injusticias. Ridiculizaba a los soberbios. No se casaba con nadie.
Ante la duda, Mikel era de los que se ponían a favor del débil, ya estuviéramos hablando de política, de economía, de raza o de condición sexual. Y todo, con guante de seda, porque, a pesar de ser muy punki en sus convicciones, no le gustaba alardear de cresta. Era, haciendo un guiño cinematográfico, de esos que tanto le gustaba utilizar como apasionado que era del séptimo arte, "transgresor y caballero".
Con su comportamiento y su maravillosa manera de ser, Mikel consiguió no hacerse enemigos, o si los tuvo, tuvo los mínimos. Mikel nunca insultaba, pero sabía definir a los egoístas, a los pedantes y a los abusones con términos no hirientes que dejaban en peor lugar a sus receptores que una retahíla de palabrotas.
Ese era Mikel. Un caballero. Un genio. Un pozo de sabiduría. Un pedazo de pan. Un amor. ¡Cuánto vamos a añorar tu saber, tu cultura y tu templanza, Mikel!
El autor es periodista gastronómico y coordinador de Ondojan.com
Josema Azpeitia | Noticias de Gipuzkoa, 2022-03-23
https://www.noticiasdegipuzkoa.eus/actualidad/sociedad/2022/03/23/transgresor-caballero/1196172.html
una buena amiga me lo describió ayer perfectamente en medio de la lluvia (diluvio, más bien) de wasaps de ánimo y duelo que recibí a raíz del fallecimiento de Mikel Corcuera. "Verdades como templos me decía cuando coincidía con él en algún sarao. Era de los que sabía mucho y no alardeaba nada".
"Le importaba un pito lo que dijeran de él y de su vida privada. Se mereció un homenaje en vida, pero esos se suelen hacer a los que no lo merecen tanto".
Estas frases, prácticamente improvisadas mientras se teclean en el móvil, recogen la esencia de Mikel Corcuera.
El donostiarra que colgó la toga y la cambió por la mesa y el mantel era un sabio tranquilo. Repartía conocimiento y no sentaba cátedra. Compartía sabiduría y no pedía nada a cambio. Derrochaba amabilidad y nunca empleaba una palabra más alta que la otra. Era pura mesura. No insultaba. No ofendía. No cruzaba las rayas rojas. Y siempre, siempre, estaba dispuesto a echar una mano.
Pero no nos engañemos. Mikel Corcuera no era un corderito. Era crítico y transgresor. Denunciaba las injusticias. Ridiculizaba a los soberbios. No se casaba con nadie.
Ante la duda, Mikel era de los que se ponían a favor del débil, ya estuviéramos hablando de política, de economía, de raza o de condición sexual. Y todo, con guante de seda, porque, a pesar de ser muy punki en sus convicciones, no le gustaba alardear de cresta. Era, haciendo un guiño cinematográfico, de esos que tanto le gustaba utilizar como apasionado que era del séptimo arte, "transgresor y caballero".
Con su comportamiento y su maravillosa manera de ser, Mikel consiguió no hacerse enemigos, o si los tuvo, tuvo los mínimos. Mikel nunca insultaba, pero sabía definir a los egoístas, a los pedantes y a los abusones con términos no hirientes que dejaban en peor lugar a sus receptores que una retahíla de palabrotas.
Ese era Mikel. Un caballero. Un genio. Un pozo de sabiduría. Un pedazo de pan. Un amor. ¡Cuánto vamos a añorar tu saber, tu cultura y tu templanza, Mikel!
El autor es periodista gastronómico y coordinador de Ondojan.com
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