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Raúl Solís, autor de 'La batalla trans': "Por primera vez las personas trans van a dejar de estar tuteladas".
El periodista publica con Bellaterra Edicions una trabajada y documentada crónica sobre el "acalorado" debate que se produjo a cuenta de la conocida como Ley Trans que está en tramitación en las Cortes y que causó división en el movimiento feminista.
Raúl Bocanegra | Público, 2022-03-12
https://www.publico.es/politica/raul-solis-autor-batalla-trans-primera-vez-personas-trans-dejar-tuteladas.html
‘La batalla trans’ (Bellaterra Edicions) es una trabajada y documentada crónica, redactada en estilo ágil y fresco, sobre el "acalorado" debate que se produjo a cuenta de la conocida como Ley Trans que está en tramitación en las Cortes y que produjo una profunda división en el movimiento feminista, cuyos ecos han llegado hasta este pasado 8-M. Es el segundo libro, después de ‘La doble transición’ (Libros.com), en el que el periodista Raúl Solís, aborda la temática trans.
Solís, que se toma un café con Público en un bar de Triana en Sevilla –un ejemplar de su libro sobre la mesa– es un firme defensor de la ley, que eliminará, cuando se apruebe, mediante la libre autodeterminación de género, los requisitos médicos y burocráticos para reconocer los derechos de las personas trans. Solís cree que debe ampliarse su protección, por ejemplo, al terreno laboral, con con un cupo para facilitar el empleo público de las personas trans.
Afirma Solís: "Las personas trans, que son unas 50.000 en España, una minoría, son tratadas de partida como enfermas mentales. Necesitan un informe de médico o psiquiatra que les diga que no están enfermas o un proceso de hormonación durante dos años. Con la ley trans las hormonas van a ser optativas, una persona no va a tener que mutilar su cuerpo para poder ser lo que ya es. Lo importante de la ley es que las personas trans por primera vez van a dejar de estar tuteladas por el Estado, la religión o sus propias familias, hasta ahora han estado tutelaras siempre. Ellas saben quiénes son, no hace falta que les digamos quiénes son".
"Las personas trans –agrega el autor– están en exclusión laboral, no pueden entrar en el mundo laboral, muchas de ellas solo tienen como salIda la prostitución y para las personas mayores, las que tienen 60 años o más, el denominador común es la pobreza: muchas vienen de haber estado trabajando en el espectáculo o la prostitución y no han podido cotizar. La ley no contempla pensiones, sí contempla esa realidad, una gran parte vive situaciones de precariedad muy grande, pero también debería considerar un cupo trans para el acceso al empleo público".
La hipótesis con la que Solís trabaja su crónica es que el debate que ha tenido lugar dentro del feminismo y la reacción "antitrans" no obedece realmente a una discusión sobre la ley, sino que esconde "una reacción a la pérdida de la hegemonía dentro del feminismo por unas determinadas mujeres, en la órbita del PSOE" y que "todo el entramado de ese sector del feminismo ha usado la ley trans como pelota de ping-pong". "De hecho –argumenta Solís–, ahora que la ley trans va camino de aprobarse y han decidido calmar el tema, han sacado el tema de la abolición de la prostitución con el que han seguido dividiendo otro poquito más el feminismo".
Las esencias
"Es una lucha por las esencias. Es como cuando en el 15M nació y el típico comunista del pueblo decía: ¿dónde van estos niñatos? Nosotros llevamos toda la vida luchando. Pues esto es lo mismo, la feminista del pueblo ha dejado de ser la única feminista del pueblo y en lugar de alegrarse porque hay más mujeres luchando por la igualdad, se ha enfadado porque ha dejado de ser la única".
Así lo narra Solís: "Ocurrió en la escuela Rosario Acuña de Gijón, que es la escuela de feminismo vinculada al PSOE más importante, es el ‘think tank’. En esa escuela se decidía por dónde iba a ir la agenda institucional del movimiento feminista y en unas jornadas en julio de 2019 que organiza Amelia Valcárcel, la gran ideóloga de este movimiento, la filósofa feminista más importante que ha dado España junto con Celia Amorós en los últimos 40 años, se empieza a decir que las leyes trans borran jurídicamente a las mujeres. Esta era la agenda del movimiento vinculado al PSOE: cuando digo vinculado al PSOE no digo que es del PSOE, digo que son mujeres que están en la órbita del PSOE; el PSOE como partido político ahora está apoyando la ley trans. Curiosamente han sido las mismas mujeres que desde 2014 han estado apoyando en todos los parlamentos las leyes autonómicas: hasta 14 hay ahora mismo". Más allá de la discusión teórica y de sus consecuencias, Solís expresa también una preocupación por el uso que de esta polémica hace la ultraderecha. Algunas de estas intelectuales de referencia han sido utilizas "como fuente de autoridad" por Hazte Oir, y en tuits de algunos dirigentes de Vox, afirma Solís.
Feminismo popular
El autor analiza también el surgimiento del movimiento feminista que hoy conocemos: "El 8M de 2018 surge el 15M del feminismo. Nace un feminismo popular que no ha leído a Simone de Beauvoir, que han visto vídeos de YouTube. Son chavalas que viven el feminismo de un modo intuitivo, casi telúrico. Ellas son conscientes de que viven peor que el resto de sus compañeros: estas mujeres salen a la calle, es un feminismo que saca a las trabajadoras del campo, a las trabajadoras domésticas, a las altas ejecutivas también. Hay una amalgama y el feminismo deja de ser solo de las académicas y se deja de ocupar de la paridad del Íbex 35 y de los partidos políticos que es a lo que se había estado dedicando hasta hace nada: la paridad por arriba y por abajo patriarcado".
"El feminismo se empieza –prosigue– a interesar por las camareras de piso, por los temas materiales, por las violencias callejeras, pone en la agenda política las preocupaciones de las nuevas generaciones de mujeres. Son mujeres que además viven en un contexto económico de máxima precariedad. Una chica con 30 años además de sufrir violencia machista, sufre también la incapacidad de poder desarrollar un modelo de vida. Y en ese totum revolutum esas mujeres que yo llamo antitrans, en lugar de alistarse con el feminismo popular que es hegemónico y que llena las calles un año tras otro, se ponen en plan pepito grillo y empiezan a buscar motivos de diferenciación en busca de quién es la verdadera feminismo, un movimiento esencialista que trata de buscar el sujeto del feminismo".
Solís, que se toma un café con Público en un bar de Triana en Sevilla –un ejemplar de su libro sobre la mesa– es un firme defensor de la ley, que eliminará, cuando se apruebe, mediante la libre autodeterminación de género, los requisitos médicos y burocráticos para reconocer los derechos de las personas trans. Solís cree que debe ampliarse su protección, por ejemplo, al terreno laboral, con con un cupo para facilitar el empleo público de las personas trans.
Afirma Solís: "Las personas trans, que son unas 50.000 en España, una minoría, son tratadas de partida como enfermas mentales. Necesitan un informe de médico o psiquiatra que les diga que no están enfermas o un proceso de hormonación durante dos años. Con la ley trans las hormonas van a ser optativas, una persona no va a tener que mutilar su cuerpo para poder ser lo que ya es. Lo importante de la ley es que las personas trans por primera vez van a dejar de estar tuteladas por el Estado, la religión o sus propias familias, hasta ahora han estado tutelaras siempre. Ellas saben quiénes son, no hace falta que les digamos quiénes son".
"Las personas trans –agrega el autor– están en exclusión laboral, no pueden entrar en el mundo laboral, muchas de ellas solo tienen como salIda la prostitución y para las personas mayores, las que tienen 60 años o más, el denominador común es la pobreza: muchas vienen de haber estado trabajando en el espectáculo o la prostitución y no han podido cotizar. La ley no contempla pensiones, sí contempla esa realidad, una gran parte vive situaciones de precariedad muy grande, pero también debería considerar un cupo trans para el acceso al empleo público".
La hipótesis con la que Solís trabaja su crónica es que el debate que ha tenido lugar dentro del feminismo y la reacción "antitrans" no obedece realmente a una discusión sobre la ley, sino que esconde "una reacción a la pérdida de la hegemonía dentro del feminismo por unas determinadas mujeres, en la órbita del PSOE" y que "todo el entramado de ese sector del feminismo ha usado la ley trans como pelota de ping-pong". "De hecho –argumenta Solís–, ahora que la ley trans va camino de aprobarse y han decidido calmar el tema, han sacado el tema de la abolición de la prostitución con el que han seguido dividiendo otro poquito más el feminismo".
Las esencias
"Es una lucha por las esencias. Es como cuando en el 15M nació y el típico comunista del pueblo decía: ¿dónde van estos niñatos? Nosotros llevamos toda la vida luchando. Pues esto es lo mismo, la feminista del pueblo ha dejado de ser la única feminista del pueblo y en lugar de alegrarse porque hay más mujeres luchando por la igualdad, se ha enfadado porque ha dejado de ser la única".
Así lo narra Solís: "Ocurrió en la escuela Rosario Acuña de Gijón, que es la escuela de feminismo vinculada al PSOE más importante, es el ‘think tank’. En esa escuela se decidía por dónde iba a ir la agenda institucional del movimiento feminista y en unas jornadas en julio de 2019 que organiza Amelia Valcárcel, la gran ideóloga de este movimiento, la filósofa feminista más importante que ha dado España junto con Celia Amorós en los últimos 40 años, se empieza a decir que las leyes trans borran jurídicamente a las mujeres. Esta era la agenda del movimiento vinculado al PSOE: cuando digo vinculado al PSOE no digo que es del PSOE, digo que son mujeres que están en la órbita del PSOE; el PSOE como partido político ahora está apoyando la ley trans. Curiosamente han sido las mismas mujeres que desde 2014 han estado apoyando en todos los parlamentos las leyes autonómicas: hasta 14 hay ahora mismo". Más allá de la discusión teórica y de sus consecuencias, Solís expresa también una preocupación por el uso que de esta polémica hace la ultraderecha. Algunas de estas intelectuales de referencia han sido utilizas "como fuente de autoridad" por Hazte Oir, y en tuits de algunos dirigentes de Vox, afirma Solís.
Feminismo popular
El autor analiza también el surgimiento del movimiento feminista que hoy conocemos: "El 8M de 2018 surge el 15M del feminismo. Nace un feminismo popular que no ha leído a Simone de Beauvoir, que han visto vídeos de YouTube. Son chavalas que viven el feminismo de un modo intuitivo, casi telúrico. Ellas son conscientes de que viven peor que el resto de sus compañeros: estas mujeres salen a la calle, es un feminismo que saca a las trabajadoras del campo, a las trabajadoras domésticas, a las altas ejecutivas también. Hay una amalgama y el feminismo deja de ser solo de las académicas y se deja de ocupar de la paridad del Íbex 35 y de los partidos políticos que es a lo que se había estado dedicando hasta hace nada: la paridad por arriba y por abajo patriarcado".
"El feminismo se empieza –prosigue– a interesar por las camareras de piso, por los temas materiales, por las violencias callejeras, pone en la agenda política las preocupaciones de las nuevas generaciones de mujeres. Son mujeres que además viven en un contexto económico de máxima precariedad. Una chica con 30 años además de sufrir violencia machista, sufre también la incapacidad de poder desarrollar un modelo de vida. Y en ese totum revolutum esas mujeres que yo llamo antitrans, en lugar de alistarse con el feminismo popular que es hegemónico y que llena las calles un año tras otro, se ponen en plan pepito grillo y empiezan a buscar motivos de diferenciación en busca de quién es la verdadera feminismo, un movimiento esencialista que trata de buscar el sujeto del feminismo".
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