Nortes / Banderona trans en La Escandalera, Oviedo // |
Sobre creencias y cuerpos equivocados
El tiempo pondrá en su lugar a los adultos que combaten la Ley Trans.
Javier Ugarte Pérez | Nortes, 2023-06-10
https://www.nortes.me/2023/06/10/sobre-creencias-y-cuerpos-equivocados/
“Mamá, soy trans” es el “manual de autoayuda” de dos psicólogos, José Errasti y Marino Pérez, y una estudiante universitaria que ha desistido o destransicionado, Nagore de Arquer; es decir, la joven inició un proceso de transición sexual, pero se arrepintió. En un libro anterior, “Nadie nace en un cuerpo equivocado”, los mismos autores y la autora del prólogo, la filósofa Amelia Valcárcel, insistían en que nadie nace en un cuerpo equivocado, lo que resulta una afirmación sorprendente cuando las creencias e ideas erradas resultan tan ubicuas; su mismo texto abunda en ellas. Por lo tanto, ¿por qué no habrían de existir también los cuerpos desajustados? Precisamente, para solucionar tal problema se han desarrollado la cirugía y la farmacopea; por su parte, con el fin de eliminar los errores intelectuales se promueve la crítica y el diálogo abierto, y aun así...
Los autores abogan por dificultar la aplicación de la Ley Trans (que entró en vigor el pasado 2 de marzo) o directamente abolirla. Y, por cierto, ¿por qué Asturias, junto a Castilla y León, es la única Comunidad Autónoma que todavía carece de una Ley LGBT+?
Sobre la derogación de la Ley Trans expondré un par de experimentos mentales, como los ideados en Física cuando se intentan prever las consecuencias de una apuesta científica.
Dos supuestos
En el primer experimento mental, un líder reaccionario llega al gobierno español (como hizo Jair Bolsonaro en Brasil y Viktor Orbán en Hungría). Tras abolir la ley trans con la simpatía de feministas puritanas, el nuevo líder se plantea abolir la interrupción voluntaria del embarazo (Ley del aborto). Para alcanzar tal objetivo, el gobierno organizará conferencias y actos con mujeres arrepentidas de haber abortado; también invitará a psicólogos que señalen los traumas que padecen tales mujeres; especialistas en Ética que, en nombre de su conocimiento del Bien, equiparen aborto y asesinato; probablemente, también inviten a médicos que aireen las consecuencias físicas de los abortos provocados, junto a sociólogos que se indignen ante los millones de jóvenes que pierde la nación.
En el segundo supuesto, una teocracia rige el país (como en el actual Irán) o tiene enorme influencia en el gobierno (como en la España franquista) y se considera capaz de abolir el divorcio. Para ello promueve actos con mujeres arrepentidas de haberse divorciado; a la reunión también son convocados psicólogos que subrayan los traumas personales que conlleva la medida (sobre todo, para los hijos) y filósofos que, en clave existencialista, acentúan la angustia de la libertad porque ¡resulta tan difícil elegir sin equivocarse! También convendría la presencia de algún sociólogo que correlacionara el número de divorcios con la violencia de género, puesto que las mujeres sumisas no suelen ser asesinadas por varones patriarcales.
Fin de los experimentos mentales.
¿Y adónde lleva esto?
El tiempo pondrá en su lugar a los adultos que combaten la Ley trans. Por su parte, Nagore de Arquer tomó dos decisiones contrarias, según relata en una entrevista. Ahora bien, Nagore es joven y la juventud es una etapa de confusión y experimentación, por lo que merece comprensión. No obstante, su experiencia no puede constituirse en ejemplo para atacar un derecho reclamado por personas que saben lo que quieren con mucha mayor seguridad que Nagore. De igual manera, las mujeres arrepentidas de haber abortado no pueden servir de modelo para juzgar todos los abortos porque, por ese camino, nunca se obtendrán derechos. O solo tendremos libertad para reconocer que nos hemos equivocado: una ceremonia de arrepentimiento público donde se entone el ´'mea culpa', a la que seguiría una hoguera de las vanidades.
Por si hiciera falta la aclaración: si el Estado apoya la transición sexual es para evitar suicidios en quienes nacen en cuerpos equivocados y es una decisión que reconoce a menores de edad porque la transición es tanto más completa o ajustada a la propia necesidad cuanto antes se inicie el proceso. Debe asumirse el hecho de que el suicidio es la principal causa de muerte entre adolescentes españoles y, entre los factores que lo inducen, el acoso figura entre los más destacados; sin duda, un motivo habitual de acoso es el incumplimiento de los roles de sexo y género. Por ese motivo, el número de gobiernos que conceden derechos al colectivo LGBT+ se amplía progresivamente.
Los autores abogan por dificultar la aplicación de la Ley Trans (que entró en vigor el pasado 2 de marzo) o directamente abolirla. Y, por cierto, ¿por qué Asturias, junto a Castilla y León, es la única Comunidad Autónoma que todavía carece de una Ley LGBT+?
Sobre la derogación de la Ley Trans expondré un par de experimentos mentales, como los ideados en Física cuando se intentan prever las consecuencias de una apuesta científica.
Dos supuestos
En el primer experimento mental, un líder reaccionario llega al gobierno español (como hizo Jair Bolsonaro en Brasil y Viktor Orbán en Hungría). Tras abolir la ley trans con la simpatía de feministas puritanas, el nuevo líder se plantea abolir la interrupción voluntaria del embarazo (Ley del aborto). Para alcanzar tal objetivo, el gobierno organizará conferencias y actos con mujeres arrepentidas de haber abortado; también invitará a psicólogos que señalen los traumas que padecen tales mujeres; especialistas en Ética que, en nombre de su conocimiento del Bien, equiparen aborto y asesinato; probablemente, también inviten a médicos que aireen las consecuencias físicas de los abortos provocados, junto a sociólogos que se indignen ante los millones de jóvenes que pierde la nación.
En el segundo supuesto, una teocracia rige el país (como en el actual Irán) o tiene enorme influencia en el gobierno (como en la España franquista) y se considera capaz de abolir el divorcio. Para ello promueve actos con mujeres arrepentidas de haberse divorciado; a la reunión también son convocados psicólogos que subrayan los traumas personales que conlleva la medida (sobre todo, para los hijos) y filósofos que, en clave existencialista, acentúan la angustia de la libertad porque ¡resulta tan difícil elegir sin equivocarse! También convendría la presencia de algún sociólogo que correlacionara el número de divorcios con la violencia de género, puesto que las mujeres sumisas no suelen ser asesinadas por varones patriarcales.
Fin de los experimentos mentales.
¿Y adónde lleva esto?
El tiempo pondrá en su lugar a los adultos que combaten la Ley trans. Por su parte, Nagore de Arquer tomó dos decisiones contrarias, según relata en una entrevista. Ahora bien, Nagore es joven y la juventud es una etapa de confusión y experimentación, por lo que merece comprensión. No obstante, su experiencia no puede constituirse en ejemplo para atacar un derecho reclamado por personas que saben lo que quieren con mucha mayor seguridad que Nagore. De igual manera, las mujeres arrepentidas de haber abortado no pueden servir de modelo para juzgar todos los abortos porque, por ese camino, nunca se obtendrán derechos. O solo tendremos libertad para reconocer que nos hemos equivocado: una ceremonia de arrepentimiento público donde se entone el ´'mea culpa', a la que seguiría una hoguera de las vanidades.
Por si hiciera falta la aclaración: si el Estado apoya la transición sexual es para evitar suicidios en quienes nacen en cuerpos equivocados y es una decisión que reconoce a menores de edad porque la transición es tanto más completa o ajustada a la propia necesidad cuanto antes se inicie el proceso. Debe asumirse el hecho de que el suicidio es la principal causa de muerte entre adolescentes españoles y, entre los factores que lo inducen, el acoso figura entre los más destacados; sin duda, un motivo habitual de acoso es el incumplimiento de los roles de sexo y género. Por ese motivo, el número de gobiernos que conceden derechos al colectivo LGBT+ se amplía progresivamente.
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