Imagen: Cadena SER / Marcial Maciel y Katol Wojtyla |
J. Alfredo Reyes Ramos | Vanguardia, 2019-11-30
https://vanguardia.com.mx/articulo/el-violador-eres-tu
La poderosa canción feminista conocida como “Un violador en tu camino”, misma que las mujeres chilenas hicieron famosa el pasado 25 de noviembre, debería ser cantada frente a una de las instancias que ha dañado la vida de seres inocentes, niños, niñas y mujeres creyentes de la fe cristiana, que es lo que más agravia a las víctimas y a la sociedad en general.
Nos referimos a la sede del Estado Vaticano en México, donde se encuentra el nuncio apostólico que es el embajador de la llamada santa sede en nuestro País, el obispo Franco Coppola. Y, asimismo, “El violador eres tú” debería de manifestarse también frente a la sede de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), que son las instancias del clero católico que por muchas décadas han encubierto a los sacerdotes violadores.
Y aquí vamos a parafrasear a Gandhi, aquel humanista oriental que nos dijo una gran verdad a los cristianos de Occidente: “Me gusta el Cristo de ustedes. Lo que no me gusta son los sacerdotes cristianos de ustedes: no se parecen en nada al Cristo de ustedes”.
Y es que seguramente Mahatma Gandhi habrá leído en el Evangelio de San Marcos aquel pasaje del Cristo en Capernaúm, donde toma a un niño entre sus brazos y advierte a sus discípulos: “Y cualquiera que escandalizare a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si se atase una rueda de molino al cuello, y fuera echado en la mar” (Marcos 9:42).
Y tal parece que los sacerdotes cristianos en el mundo han hecho todo lo contrario: escandalizar con niños y niñas de la fe cristiana cometiendo con ellos las más aberrantes acciones, mismas que han sido solapadas por el Estado vaticano, sus nunciaturas y las conferencias episcopales en general.
Y es que la saga de horrores cometida por curas y obispos degenerados es espeluznante. Pero no hay que confundir ese sector podrido del clero con la iglesia católica en general. Se trata únicamente de una legión de espíritus malignos entre los que destaca Marcial Maciel, el infame pederasta fundador de los Legionarios de Cristo.
Señalamientos siempre han existido, pero en los tiempos del papa Juan Pablo II siempre se protegió y ocultó a los depredadores con sotana, como el citado Maciel, siempre pegado a Wojtyla, o el cura violador Fernando Martínez Suárez, fundador de uno de los colegios de más prestigio en Saltillo.
Y la evidencia está ahí para mirarla. En el libro que editó Grijalbo en el año 2006, “Manto Púrpura”, Sanjuana Martínez publica un anexo de 110 páginas con las fichas de 509 sacerdotes pederastas de todo el mundo titulada, “Fugitivos con sotana”, lista que en 15 años ha crecido en gran manera.
Actualmente en México hay 160 sacerdotes suspendidos por señalamientos de violación sexual. Delito abominable por el que ahora está preso el tal Naasón Joaquín García, que se hace llamar apóstol de Dios en el mundo, líder de otra secta religiosa.
“El violador eres tú”, canción de las feministas chilenas bien aplica a ese sector del clero pederasta. No a la comunidad cristiana que es la esencia misma de la iglesia del Evangelio. Y cierto es que no habrá suficientes ruedas de molino para atarlas al cuello de los violadores. Aunque Naasón y Maciel, seguramente, ya tienen la suya.
Nos referimos a la sede del Estado Vaticano en México, donde se encuentra el nuncio apostólico que es el embajador de la llamada santa sede en nuestro País, el obispo Franco Coppola. Y, asimismo, “El violador eres tú” debería de manifestarse también frente a la sede de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), que son las instancias del clero católico que por muchas décadas han encubierto a los sacerdotes violadores.
Y aquí vamos a parafrasear a Gandhi, aquel humanista oriental que nos dijo una gran verdad a los cristianos de Occidente: “Me gusta el Cristo de ustedes. Lo que no me gusta son los sacerdotes cristianos de ustedes: no se parecen en nada al Cristo de ustedes”.
Y es que seguramente Mahatma Gandhi habrá leído en el Evangelio de San Marcos aquel pasaje del Cristo en Capernaúm, donde toma a un niño entre sus brazos y advierte a sus discípulos: “Y cualquiera que escandalizare a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si se atase una rueda de molino al cuello, y fuera echado en la mar” (Marcos 9:42).
Y tal parece que los sacerdotes cristianos en el mundo han hecho todo lo contrario: escandalizar con niños y niñas de la fe cristiana cometiendo con ellos las más aberrantes acciones, mismas que han sido solapadas por el Estado vaticano, sus nunciaturas y las conferencias episcopales en general.
Y es que la saga de horrores cometida por curas y obispos degenerados es espeluznante. Pero no hay que confundir ese sector podrido del clero con la iglesia católica en general. Se trata únicamente de una legión de espíritus malignos entre los que destaca Marcial Maciel, el infame pederasta fundador de los Legionarios de Cristo.
Señalamientos siempre han existido, pero en los tiempos del papa Juan Pablo II siempre se protegió y ocultó a los depredadores con sotana, como el citado Maciel, siempre pegado a Wojtyla, o el cura violador Fernando Martínez Suárez, fundador de uno de los colegios de más prestigio en Saltillo.
Y la evidencia está ahí para mirarla. En el libro que editó Grijalbo en el año 2006, “Manto Púrpura”, Sanjuana Martínez publica un anexo de 110 páginas con las fichas de 509 sacerdotes pederastas de todo el mundo titulada, “Fugitivos con sotana”, lista que en 15 años ha crecido en gran manera.
Actualmente en México hay 160 sacerdotes suspendidos por señalamientos de violación sexual. Delito abominable por el que ahora está preso el tal Naasón Joaquín García, que se hace llamar apóstol de Dios en el mundo, líder de otra secta religiosa.
“El violador eres tú”, canción de las feministas chilenas bien aplica a ese sector del clero pederasta. No a la comunidad cristiana que es la esencia misma de la iglesia del Evangelio. Y cierto es que no habrá suficientes ruedas de molino para atarlas al cuello de los violadores. Aunque Naasón y Maciel, seguramente, ya tienen la suya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.