Imagen: La Vanguardia / Seúl, Corea del Sur |
Corea del Sur ha pasado a ser ejemplo de lo peligroso que es la relajación de las medidas de control si no se extreman al máximo las precauciones.
Ismael Arana | La Vanguardia, 2020-05-11
https://www.lavanguardia.com/internacional/20200511/481081364796/seul-cierra-los-bares-tras-detectar-un-brote-en-una-zona-nocturna.html
En esto del coronavirus, Corea del Sur es uno de los países que seguir más de cerca. Durante semanas, su modelo de gestión se ganó el aplauso mundial por su efectividad, incluida la organización de unas elecciones legislativas sin un solo contagio. Pero con el reciente brote surgido en una zona de bares de Seúl a partir de un solo infectado, ahora ha pasado a ser ejemplo de lo peligroso que es la relajación de las medidas de control si no se extreman al máximo las precauciones, algo de lo que deberían tomar buena nota el resto de países en su camino a la normalización.
Los contagios de Itaewon, distrito famoso por sus bares y clubs nocturnos, comenzaron cuando un hombre de 29 años visitó cinco locales en la noche del 1 al 2 de mayo. El día 6, el joven dio positivo y fue puesto en cuarentena. Desde entonces, ya se ha dado con al menos 54 nuevos casos relacionados con él, de los que 43 visitaron los mismos establecimientos y 11 son allegados de estos últimos.
Las autoridades han instado a quienes visitaron los clubs a aislarse en casa y someterse a un test de detección aunque no presenten síntomas. Además, analizando los pagos con tarjetas de crédito o los registros de entrada, están tratando de dar con unas 5.700 personas que pudieron cruzar sus pasos con los infectados, aunque ayer por la tarde todavía no habían podido contactar con un tercio de ellos. Dar con todos puede ser más difícil de lo habitual dado que los cinco locales nocturnos están ligados a la comunidad LGTBI, objeto de intensos prejuicios y ataques.
Ante este rebrote, el Gobierno Metropolitano de Seúl decretó el sábado el cierre de los bares y clubes de la ciudad hasta nuevo aviso, mientras que en el resto del país se les obligará a mantener un estricto protocolo sanitario si quieren operar. “Estamos en una guerra prolongada. Le pido a todo el mundo que cumpla con las precauciones y reglas de seguridad hasta que la situación haya terminado, e incluso después de reanudar la vida cotidiana”, dijo en el discurso que marcaba su tercer año de mandato el presidente del país, Mun Jae In.
Otro ejemplo de lo difícil que es erradicar por completo la epidemia llegó de China. Tras unos días sumando cinco o menos contagios diarios, ayer se dio a conocer la presencia de 14 nuevos casos, dos de ellos importados.
El problema es que once se registraron en la ciudad de Shulan, en la provincia nororiental de Jilin. Ante esta situación, clasificaron la urbe como de “alto riesgo” y se ordenó la puesta en cuarentena de sus habitantes, por lo que sólo una persona por familia puede salir una vez al día de casa para hacer la compra. Se cree que este nuevo foco está relacionado con los ciudadanos chinos retornados de Rusia, donde ahora el patógeno está causando graves problemas, y han puesto en marcha los protocolos de actuación más estrictos para evitar la temida segunda ola. El contagio número 12 se registró en Wuhan, que llevaba más de un mes sin ver un caso nuevo.
Los contagios de Itaewon, distrito famoso por sus bares y clubs nocturnos, comenzaron cuando un hombre de 29 años visitó cinco locales en la noche del 1 al 2 de mayo. El día 6, el joven dio positivo y fue puesto en cuarentena. Desde entonces, ya se ha dado con al menos 54 nuevos casos relacionados con él, de los que 43 visitaron los mismos establecimientos y 11 son allegados de estos últimos.
Las autoridades han instado a quienes visitaron los clubs a aislarse en casa y someterse a un test de detección aunque no presenten síntomas. Además, analizando los pagos con tarjetas de crédito o los registros de entrada, están tratando de dar con unas 5.700 personas que pudieron cruzar sus pasos con los infectados, aunque ayer por la tarde todavía no habían podido contactar con un tercio de ellos. Dar con todos puede ser más difícil de lo habitual dado que los cinco locales nocturnos están ligados a la comunidad LGTBI, objeto de intensos prejuicios y ataques.
Ante este rebrote, el Gobierno Metropolitano de Seúl decretó el sábado el cierre de los bares y clubes de la ciudad hasta nuevo aviso, mientras que en el resto del país se les obligará a mantener un estricto protocolo sanitario si quieren operar. “Estamos en una guerra prolongada. Le pido a todo el mundo que cumpla con las precauciones y reglas de seguridad hasta que la situación haya terminado, e incluso después de reanudar la vida cotidiana”, dijo en el discurso que marcaba su tercer año de mandato el presidente del país, Mun Jae In.
Otro ejemplo de lo difícil que es erradicar por completo la epidemia llegó de China. Tras unos días sumando cinco o menos contagios diarios, ayer se dio a conocer la presencia de 14 nuevos casos, dos de ellos importados.
El problema es que once se registraron en la ciudad de Shulan, en la provincia nororiental de Jilin. Ante esta situación, clasificaron la urbe como de “alto riesgo” y se ordenó la puesta en cuarentena de sus habitantes, por lo que sólo una persona por familia puede salir una vez al día de casa para hacer la compra. Se cree que este nuevo foco está relacionado con los ciudadanos chinos retornados de Rusia, donde ahora el patógeno está causando graves problemas, y han puesto en marcha los protocolos de actuación más estrictos para evitar la temida segunda ola. El contagio número 12 se registró en Wuhan, que llevaba más de un mes sin ver un caso nuevo.
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