Público / Banderas LGTBI en una calle de Malasaña //
La paradoja del caso del joven de Malasaña: él no habría cometido delito pero sí los dos hombres que le marcaron.
La invención del ataque homófobo podría tener nulas consecuencias para el joven al haberse retractado antes de que el juzgado investigase la agresión. En cambio, sus dos compañeros sexuales podrían ser acusados de un delito de lesiones, aunque el tatuaje en un glúteo con la palabra 'maricón' fuera consentido.
Ana María Pascual | Público, 2021-09-09
https://www.publico.es/politica/paradoja-caso-joven-malasana-no-habria-cometido-delito-hombres-le-marcaron.html
El caso del joven del barrio de Malasaña que se inventó una agresión homófoba por parte de ocho encapuchados podría dar más sorpresas en los próximos días. El chico de 20 años podría quedar exento de reproche penal pero no así los dos compañeros sexuales que le tatuaron en un glúteo la palabra 'maricón', pese a que haya mediado presuntamente el consentimiento tácito del primero, según él mismo acabó confesando a la Policía tres días después de haber denunciado la falsa agresión.
El único delito que se le podría imputar al joven sería el de simulación de delito, penado con entre seis y nueve meses de multa. El delito de denuncia falsa, que conlleva hasta dos años de prisión, queda descartado en este caso porque para su perpetración es imprescindible señalar claramente a una persona o a varias como autores del falso delito. En este caso, el denunciante se refirió a ocho encapuchados sin identificarlos.
Sin embargo, al haberse retractado ante la Policía antes de hacerlo ante el juez podría librarse de la imputación del delito. Lo explica Manuel Cancio, catedrático de Derecho Penal de la Universidad Autónoma de Madrid: "La ley exige que para que se contemple el delito de simulación de delito debe haberse iniciado una actuación procesal. Las diligencias policiales no están consideradas actuaciones procesales. El chico se ha retractado antes de que la Fiscalía o el juzgado hayan iniciado diligencias. Por lo tanto, no se podría hablar de delito".
Así, pues, se podría producir una curiosa paradoja en este caso porque el causante de la invención, que dio lugar a una gran movilización social y política contra las agresiones homófobas, podría quedar exonerado de reproche penal pero no así sus compañeros sexuales que le tatuaron la palabra 'maricón' en una nalga, según la confesión del joven. Este chico ha asegurado a la Policía que se inventó la agresión para ocultar a su pareja la relación de infidelidad en la que acabó marcado. "En las lesiones producidas por relaciones sexuales sadomasoquistas no prima sólo la voluntad del que pide que le inflijan daño. Si las lesiones son permanentes, si son graves, deformantes, etc. puede actuar de oficio la Justicia acusando de un delito de lesiones al que ha provocado el daño", señala el catedrático Manuel Cancio.
En este sentido, indica que habría que conocer el alcance de las heridas, saber el tiempo de curación que ha requerido, el tamaño del tatuaje y si la cicatriz será permanente para poder determinar el peso del posible delito de lesiones. "En este caso, al estar la lesión en un lugar no visible, escondido, es menos grave que si le hubieran marcado en la cara, por ejemplo", dice Cancio.
Según el artículo 155 del Código Penal, al haber sido producidas las lesiones con consentimiento tácito, la condena sería sensiblemente rebajada. "En otros casos, en este tipo de relaciones, se han producido secuelas muy graves, como amputaciones, y podemos hablar de penas de hasta doce años de prisión para quien ha infligido el daño", explica Manuel Cancio.
El citado artículo indica que en los delitos de lesiones, "si ha mediado el consentimiento válida, libre, espontánea y expresamente emitido del ofendido, se impondrá la pena inferior en uno o dos grados. No será válido el consentimiento otorgado por un menor de edad o una persona con discapacidad necesitada de especial protección". "Por lo que sabemos hasta ahora, y sin conocer la gravedad de la lesión que se le ha podido ocasionar al tatuarle de esa manera, la pena podría oscilar entre un año y medio y seis años de prisión", explica el catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid.
En este caso, el joven necesitó asistencia médica. El centro hospitalario que lo atendió el pasado 6 de septiembre, la Fundación Jiménez Díaz, envió un parte de lesiones al juzgado; lesiones que independientemente de que hayan sido producidas con o sin consentimiento tienen que tener una respuesta judicial, insisten los juristas. El parte de lesiones ha acabado en el Juzgado de Instrucción 52 de Madrid, que ahora debe decidir, en base al atestado policial y a la postura de la Fiscalía, si archiva la causa para el falso agredido y si abre diligencias contra los dos hombres que le tatuaron.
La suerte del joven de Malasaña depende de si la Policía le pide al juez investigar la simulación de delito.
El Juzgado de Instrucción 52 de Madrid aguarda el atestado policial, donde se podría pedir el inicio de una investigación por simulación de delito, penado con hasta doce meses de multa. En caso contrario, las diligencias podrían ser archivadas al no existir autores de la falsa agresión homófoba.
Ana María Pascual | Público, 2021-09-09
https://www.publico.es/politica/suerte-joven-malasana-depende-policia-le-pide-juez-investigar-simulacion-delito.html
El joven de 20 años que denunció falsamente haber sufrido una agresión homófoba en el madrileño barrio de Malasaña podría enfrentarse al pago de entre seis y doce meses de multa o quedar completamente exonerado. El tipo penal que se le podría aplicar es la simulación de delito, penado con entre seis y nueve meses de multa, por informar a la Policía de que ocho encapuchados le habían agredido por su condición homosexual, tatuándole con una navaja la palabra 'maricón' en un glúteo. Pero podría librarse del reproche penal al no existir autores del delito inventado, según informan a Público fuentes jurídicas.
En todo caso, su suerte dependerá del atestado policial que a estas horas aún no ha llegado al Juzgado de Instrucción 52 de Madrid, según confirman a Público fuentes judiciales. A ese juzgado llegó el pasado domingo, 5 de septiembre, por vía de reparto un parte de lesiones, con la consiguiente apertura de diligencias previas. Si la Brigada Provincial de Información de la Policía, que actuó en la averiguación de los hechos denunciados por el joven, pide al juez una investigación por presunta simulación de delito, la maquinaria judicial se pondrá en marcha y es muy probable entonces que el joven reciba reproche penal.
De momento, el juzgado sólo tiene ese parte de lesiones que le llegó el pasado domingo desde el hospital Fundación Jiménez Díaz, donde el joven, junto con su pareja, acudió ante las heridas provocadas con arma blanca en un glúteo. Al existir ese parte de lesiones también es posible que el juzgado, de oficio, incoe diligencias, pues aunque esas lesiones hayan sido el resultado de un juego erótico consentido, según confesó el joven finalmente a la Policía, dependerá de su gravedad la decisión de abrir una investigación. En todo caso, al ser consentida la acción, la posible responsabilidad penal podría verse reducida, según establece el Código Penal, indican fuentes jurídicas.
La Fiscalía Provincial de Madrid aún no ha recibido nada de este caso. Será el juzgado quien le traslade el atestado policial y entonces tendrá que decidir si observa la comisión de un posible delito, según indican fuentes del Ministerio Público.
En este caso no se estaría ante un presunto delito de denuncia falsa, pues éste implica que la denuncia se hubiese dirigido contra persona determinada y en el caso concreto el joven se refirió a personas "encapuchadas". No obstante, en su primera declaración ante la Policía llegó a inventarse también a una falsa testigo de los hechos inventados, declarando que una vecina llegó a reprochar al grupo de encapuchados que dejaran en paz a la víctima. La denuncia falsa está penada con hasta dos años de prisión.
El caso de esta agresión homófoba que alarmó a la sociedad dio este miércoles un brusco vuelco después de que trascendiese que la falsa víctima había terminando confesando que todo era mentira y que interpuso una denuncia simulada a instancias de su novio, que desconocía lo ocurrido, y para ocultarle que las laceraciones que tenía en el glúteo fueron fruto de una práctica masoquista consentida con otros dos hombres.
La denuncia en la comisaría de Centro, en la calle Leganitos, se produjo después que ser atendido en la Fundación Jiménez Díaz. Fue en el centro sanitario donde ante la gravedad de las lesiones dieron parte al juzgado, según establece el protocolo. Entonces, el joven acudió a la Policía con la falsa agresión, con el objetivo de ocultar a su pareja la infidelidad.
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