Ángeles Díaz Sánchez · Servicio de Cartografía | El Blog de la BNE, 2015-07-22
http://blog.bne.es/blog/egeria-escritora-y-viajera/
La curiosidad, el deseo de aprender, el anhelo de emprender viaje, a veces sin saber el final del mismo, forman parte de la propia idiosincrasia del ser humano. Viajar significa conocer nuevas culturas, caminar por los lugares soñados, ser partícipe del movimiento del mundo….
La primera gran viajera de la que tenemos conocimiento, sin duda experimentó este afán de saber, de deseo por contemplar y venerar aquellos lugares y regiones que fueron testigos de los sucesos que narraba la Biblia; de realizar, movida por la fe, un viaje de peregrinación a Tierra Santa a finales del siglo IV.
Egeria, como así se llamaba esta intrépida mujer, formó parte de aquellos creyentes que, tras el reconocimiento del cristianismo como religión oficial, optaron como práctica devocional dentro de la religión cristiana, por la peregrinación a Tierra Santa. En su peregrinaje dejó escrito, detallando de manera pormenorizada, los lugares a los que llegaba, las personas con las que se encontraba y la liturgia cristiana que se practicaba, constituyendo por lo tanto una fuente esencial para conocer la fisionomía de los Santos lugares, la vida monástica en Egipto y Palestina y cómo eran las ceremonias eclesiásticas en Jerusalén. Su relato iba dirigido a sus “señoras y hermanas de Hispania” a quienes transmitía sus sentimientos, impresiones y andanzas y a quienes ilustraba en la práctica del acontecer litúrgico.
En 1884, en la biblioteca del convento de Santa María de Arezzo (Italia) G.F. Gamurrini descubrió un códice medieval al que le faltaban las primeras y las últimas páginas. Se trataba de un libro de viajes que, en un principio atribuyó a Santa Silvia, hermana de Rufino de Aquitania. Sin embargo, posteriores investigaciones y sobre todo, el descubrimiento de una carta escrita por el abad Valerio a los monjes de El Bierzo, en el siglo VII, en la que se alaba a la “bienaventurada Egeria” que viajó a Tierra Santa “inflamada con el deseo de la divina gracia y ayudada por la virtud de la majestad del Señor”, contribuyeron a que se atribuyera unánimemente la autoría del Itinerarium a la dama Egeria. Su narración no se considera una obra literaria, aunque sí que es cierto que, sin ser consciente de ello, Egeria inicia un género que tendrá pronto continuadores: la literatura de viajes de las peregrinaciones de los viajeros de la Edad Media; y por ello en la “Historia de España” que dirige Menéndez Pidal se afirma que “Egeria ha de colocarse con todo derecho al frente de las escritoras españolas”.
El códice, que contiene el relato del viaje, fue escrito en el siglo XI, con toda probabilidad en el monasterio de MonteCasino, donde se conservó durante varios siglos. El texto está escrito en latín vulgar, con un lenguaje sencillo y fresco. Si bien es cierto que carece de una adecuada corrección sintáctica y que abundan formas y palabras bárbaras, constituye un testimonio excepcional desde el punto de vista lingüístico para el conocimiento del latín hablado por la aristocracia hispano-romana.
¿Pero quién era Egeria? Egeria debió de ser una dama de renombre, como queda atestiguado por la consideración y el respeto que le dispensaban los obispos, monjes y autoridades con las que se encontró en su peregrinaje. Los comentarios que Valerio hizo de ella a los monjes de El Bierzo originan la creencia de que se trataba de una monja, la monja Egeria. No obstante, en su obra, como ya hemos comentado, la autora se dirige a sus compañeras como “mis venerables señoras, mis hermanas, dueñas de mi alma, luz mí…” lo que evidencia una relación fraternal con ellas pero no una clara vinculación monacal. Poseía una vasta cultura -sabía griego y tenía conocimientos tanto literarios como geográficos- y no cabe duda de que fue una mujer de gran valentía y fortaleza, ya que el deseo de venerar los Lugares Santos la llevó a aventurarse sin miedo durante tres años por los caminos del decadente Imperio Romano de Occidente.
Acostumbrados como estamos a desplazarnos de un lugar a otro de forma rápida y cómoda, debemos hacer un enorme esfuerzo de imaginación para comprender las dificultades que encontraban quienes querían llevar a cabo cualquier clase de viaje, más aún un viaje tan largo como el que realizó Egeria. Su periplo comenzó en Galicia, (de donde se la considera oriunda), llegó hasta Tarraco (Tarragona), cruzó el río Ródano por el sur de la Galia, atravesó Italia, embarcó hacia Constantinopla y desde allí siguió hasta Jerusalén. Durante cinco meses permaneció en esta ciudad y cuando el calor remitió emprendió camino a Egipto con el fin de conocer a los monjes y anacoretas que vivían en el desierto. En el año 383 Egeria volvió a Jerusalén e inició su peregrinación al monte Sinaí, precisamente donde comienza el Itinerarium descubierto por Gamurrini. Tres años habían pasado desde que emprendió su viaje cuando decidió regresar a Hispania, sin embargo las palabras que, a modo de despedida, dirige a sus hermanas en su última carta “tenerme en vuestra memoria, tanto si continúo dentro de mi cuerpo como si, por fin, lo hubiere abandonado”, sugieren la posibilidad de que finalmente no retornara.
Hoy en día, muchos de nuestros desplazamientos los hacemos por el mero placer de conocer nuevas culturas, nuevas ciudades, nuevos mundos, algo impensable en el siglo IV. En aquella época el viaje se emprendía por necesidad y muy pocos (el privilegio de llevarlo a cabo correspondía a los hombres y no a las mujeres) se ponían en camino simplemente por el deseo de conocimiento. Ahí radica el valor de esta emprendedora mujer que, avivada por su fe, por el ansia de saber y la curiosidad quiso, a pesar de las dificultades, llevar a cabo un viaje complejo y fatigoso. Debemos, pues, acercarnos a la obra de Egeria con respeto, disfrutando de las vivencias de la que se considera la primera viajera en el más pleno sentido de la palabra.
Bibliografía
_Itinerarium [Texto impreso] / Egeria ; litographies = litografías de Antón Lamazares. – Paris : Raiña Lupa, [1999]
_Eteria [Texto impreso] : itinerario / prólogo, traducción y notas de Juan Monteverde, S.D.B.. – Ed. fasc.. – Valladolid : Maxtor, D.L. 2010. – 111 p: il., mapa, plano. Reproducción de la edición de: Buenos Aires : Plantin, 1955
_De Finisterre a Jerusalén [Texto impreso] : Egeria y los primeros peregrinos cristianos : Museo das Peregrinacións, Santiago de Compostela (2003) / Feliciano Novoa (coord.) ; Manuel Arias Martínez … [et al]. – [Santiago de Compostela]: Xunt a de Galicia, [2003]
La primera gran viajera de la que tenemos conocimiento, sin duda experimentó este afán de saber, de deseo por contemplar y venerar aquellos lugares y regiones que fueron testigos de los sucesos que narraba la Biblia; de realizar, movida por la fe, un viaje de peregrinación a Tierra Santa a finales del siglo IV.
Egeria, como así se llamaba esta intrépida mujer, formó parte de aquellos creyentes que, tras el reconocimiento del cristianismo como religión oficial, optaron como práctica devocional dentro de la religión cristiana, por la peregrinación a Tierra Santa. En su peregrinaje dejó escrito, detallando de manera pormenorizada, los lugares a los que llegaba, las personas con las que se encontraba y la liturgia cristiana que se practicaba, constituyendo por lo tanto una fuente esencial para conocer la fisionomía de los Santos lugares, la vida monástica en Egipto y Palestina y cómo eran las ceremonias eclesiásticas en Jerusalén. Su relato iba dirigido a sus “señoras y hermanas de Hispania” a quienes transmitía sus sentimientos, impresiones y andanzas y a quienes ilustraba en la práctica del acontecer litúrgico.
En 1884, en la biblioteca del convento de Santa María de Arezzo (Italia) G.F. Gamurrini descubrió un códice medieval al que le faltaban las primeras y las últimas páginas. Se trataba de un libro de viajes que, en un principio atribuyó a Santa Silvia, hermana de Rufino de Aquitania. Sin embargo, posteriores investigaciones y sobre todo, el descubrimiento de una carta escrita por el abad Valerio a los monjes de El Bierzo, en el siglo VII, en la que se alaba a la “bienaventurada Egeria” que viajó a Tierra Santa “inflamada con el deseo de la divina gracia y ayudada por la virtud de la majestad del Señor”, contribuyeron a que se atribuyera unánimemente la autoría del Itinerarium a la dama Egeria. Su narración no se considera una obra literaria, aunque sí que es cierto que, sin ser consciente de ello, Egeria inicia un género que tendrá pronto continuadores: la literatura de viajes de las peregrinaciones de los viajeros de la Edad Media; y por ello en la “Historia de España” que dirige Menéndez Pidal se afirma que “Egeria ha de colocarse con todo derecho al frente de las escritoras españolas”.
El códice, que contiene el relato del viaje, fue escrito en el siglo XI, con toda probabilidad en el monasterio de MonteCasino, donde se conservó durante varios siglos. El texto está escrito en latín vulgar, con un lenguaje sencillo y fresco. Si bien es cierto que carece de una adecuada corrección sintáctica y que abundan formas y palabras bárbaras, constituye un testimonio excepcional desde el punto de vista lingüístico para el conocimiento del latín hablado por la aristocracia hispano-romana.
¿Pero quién era Egeria? Egeria debió de ser una dama de renombre, como queda atestiguado por la consideración y el respeto que le dispensaban los obispos, monjes y autoridades con las que se encontró en su peregrinaje. Los comentarios que Valerio hizo de ella a los monjes de El Bierzo originan la creencia de que se trataba de una monja, la monja Egeria. No obstante, en su obra, como ya hemos comentado, la autora se dirige a sus compañeras como “mis venerables señoras, mis hermanas, dueñas de mi alma, luz mí…” lo que evidencia una relación fraternal con ellas pero no una clara vinculación monacal. Poseía una vasta cultura -sabía griego y tenía conocimientos tanto literarios como geográficos- y no cabe duda de que fue una mujer de gran valentía y fortaleza, ya que el deseo de venerar los Lugares Santos la llevó a aventurarse sin miedo durante tres años por los caminos del decadente Imperio Romano de Occidente.
Acostumbrados como estamos a desplazarnos de un lugar a otro de forma rápida y cómoda, debemos hacer un enorme esfuerzo de imaginación para comprender las dificultades que encontraban quienes querían llevar a cabo cualquier clase de viaje, más aún un viaje tan largo como el que realizó Egeria. Su periplo comenzó en Galicia, (de donde se la considera oriunda), llegó hasta Tarraco (Tarragona), cruzó el río Ródano por el sur de la Galia, atravesó Italia, embarcó hacia Constantinopla y desde allí siguió hasta Jerusalén. Durante cinco meses permaneció en esta ciudad y cuando el calor remitió emprendió camino a Egipto con el fin de conocer a los monjes y anacoretas que vivían en el desierto. En el año 383 Egeria volvió a Jerusalén e inició su peregrinación al monte Sinaí, precisamente donde comienza el Itinerarium descubierto por Gamurrini. Tres años habían pasado desde que emprendió su viaje cuando decidió regresar a Hispania, sin embargo las palabras que, a modo de despedida, dirige a sus hermanas en su última carta “tenerme en vuestra memoria, tanto si continúo dentro de mi cuerpo como si, por fin, lo hubiere abandonado”, sugieren la posibilidad de que finalmente no retornara.
Hoy en día, muchos de nuestros desplazamientos los hacemos por el mero placer de conocer nuevas culturas, nuevas ciudades, nuevos mundos, algo impensable en el siglo IV. En aquella época el viaje se emprendía por necesidad y muy pocos (el privilegio de llevarlo a cabo correspondía a los hombres y no a las mujeres) se ponían en camino simplemente por el deseo de conocimiento. Ahí radica el valor de esta emprendedora mujer que, avivada por su fe, por el ansia de saber y la curiosidad quiso, a pesar de las dificultades, llevar a cabo un viaje complejo y fatigoso. Debemos, pues, acercarnos a la obra de Egeria con respeto, disfrutando de las vivencias de la que se considera la primera viajera en el más pleno sentido de la palabra.
Bibliografía
_Itinerarium [Texto impreso] / Egeria ; litographies = litografías de Antón Lamazares. – Paris : Raiña Lupa, [1999]
_Eteria [Texto impreso] : itinerario / prólogo, traducción y notas de Juan Monteverde, S.D.B.. – Ed. fasc.. – Valladolid : Maxtor, D.L. 2010. – 111 p: il., mapa, plano. Reproducción de la edición de: Buenos Aires : Plantin, 1955
_De Finisterre a Jerusalén [Texto impreso] : Egeria y los primeros peregrinos cristianos : Museo das Peregrinacións, Santiago de Compostela (2003) / Feliciano Novoa (coord.) ; Manuel Arias Martínez … [et al]. – [Santiago de Compostela]: Xunt a de Galicia, [2003]
_Egeria, monxa galega do seculo IV [Texto impreso] / Casimiro Torres Rodríguez ; version galega de María García Paz. – Buenos Aires : Ediciones Galicia, [1976]
_Viajes y viajeros en la Europa medieval [Texto impreso] / coordinación, Feliciano Novoa Portela, F. Javier Villalba Ruiz de Toledo ; autores, Joaquín M. Córdoba Zoilo … [et al.]. – [Madrid] : CSIC ; Barcelona : Lunwerg, [2007]
_El viaje de Egeria : la peregrina hispana del siglo IV / Ana Muncharaz Rossi ; [traductora, Mercedes Villar]. – Madrid: Palabra, D.L. 2012
_Morato, Cristina. La primera viajera de la historia. Sociedad Geográfica Española, n 25 (2006 nov.)
_Hogenberg, Franz (1538-ca. 1590). [Jerusalén] [Material gráfico]. – [Colonia : s.n., entre 1575 y ca. 1650?]. – 1 estampa : aguafuerte y buril ; huella de la plancha de 310 x 450 mm, aprox. INVENT/21935
_Viajes y viajeros en la Europa medieval [Texto impreso] / coordinación, Feliciano Novoa Portela, F. Javier Villalba Ruiz de Toledo ; autores, Joaquín M. Córdoba Zoilo … [et al.]. – [Madrid] : CSIC ; Barcelona : Lunwerg, [2007]
_El viaje de Egeria : la peregrina hispana del siglo IV / Ana Muncharaz Rossi ; [traductora, Mercedes Villar]. – Madrid: Palabra, D.L. 2012
_Morato, Cristina. La primera viajera de la historia. Sociedad Geográfica Española, n 25 (2006 nov.)
_Hogenberg, Franz (1538-ca. 1590). [Jerusalén] [Material gráfico]. – [Colonia : s.n., entre 1575 y ca. 1650?]. – 1 estampa : aguafuerte y buril ; huella de la plancha de 310 x 450 mm, aprox. INVENT/21935
_Horn, Georg (1620-1670). Accuratissima orbis delineatio, sive Geographia Vetus, Sacra et Profana, exhibens, Quicquid Imperiorum, Regnorum, Principatuum, Rerumpublicarum, ab initio rerum, ad praesenten usque mundi flatum fuit ; praemissa est Introductio ad Geographiam antiq uam, qua Orbis vetus, Gentium Migrationes / auctore Georgio Hornio. – Hagae-Comitum : Apud Petrum de Hondt, 1740 GMG/364
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