Imagen: 20 Minutos / Octavio Salazar |
"Las mujeres acumuláis heroísmos que a nosotros no se nos exigen", dice el profesor de Derecho, feminista y autor de 'El hombre que no deberíamos ser'. "Los gais también son muy machistas". "Al patriarcado le interesa que estéis divididas".
Paula Arenas | 20 Minutos, 2018-01-23
https://www.20minutos.es/noticia/3240716/0/octavio-salazar-feminista-el-hombre-que-deberiamos-ser/
En 'El hombre que deberíamos ser' (Planeta), el feminista, padre, profesor de Derecho en la Universidad, miembro de la Red Feminista de Derecho Constitucional, Octavio Salazar traza un retrato, no del feminismo, sino del modelo masculino al que deberíamos tender.
- ¿Todos los hombres deberían ser abuelos antes que padres?
- Cuando vi a mi padre cómo era como abuelo me di cuenta de que era muy diferente a como había sido conmigo. Era un modelo más sensible, empático, cuidador, que el dedicaba todo el tiempo del mundo. Eso me hizo pensar. Antes no podían porque habían entendido que eso no era masculino.
- Con nosotros sin embargo los abuelos (ellos, no ellas), no fueron tan cercanos, ¿no?
- Es que esto es de generaciones más cercanas. Nos hemos visto en la necesidad de que nos echen una mano, cosa que hace unas generaciones era impensable.
- ¿Era un niño feminista?
- No, yo empecé a reflexionar cuando llegué a la facultad en el 87, y me dio clase Carmen Calvo, la ministra. Fue la primera que me habló del movimiento feminista y de las sufragistas. Nadie me lo había contado y fue abrirme una ventana deslumbrante.
- ¿Cómo llegó a plantearse un nuevo modelo de hombre?
- En la tesis, sobre participación política, vi que las mujeres no estaban. Eso me llevó a plantearme qué pintaba yo en esto que criticaba pero de lo que formaba parte. Y empecé un cambio personal: ¿qué pasa con los hombres? Hace falta una nueva construcción de la masculinidad.
- ¿Cómo va su lucha en la Red Feminista de Derecho Constitucional?
- Soy el único hombre de ese grupo de constitucionalistas cuyo fin es hacer una reflexión sobre el sistema constitucional desde un punto de vista feminista y plantear una reforma.
- ¿Por ejemplo?
- Que el principio de paridad estuviera en la Constitución y obligara a respetarlo y no pasaran cosas como las que hemos visto: en la mesa del Parlamento catalán de siete personas solo una era mujer.
- Hay muchas voces críticas en cuestiones de paridad... Ya sabe, aquello de "es que por ser mujer..."
- Bueno ahora hay un número de hombres solo por ser hombres. ¿Por qué se cuestiona la presencia equilibrada de mujeres si somos mitad y mitad? Como de manera natural no sale una paridad, pues habrá que obligar a ello. La ley de 2007 lo dice y no se cumple. Y no se cumple porque no hay carácter sancionador. Es uno de los defectos de las leyes de igualdad: que son un brindis al sol. En el Congreso no se llega al 39% de mujeres, y la Ley de Igualdad dice que ha de haber un mínimo de un 40% y no más de un 60% de otro sexo.
- ¿Y a nivel personal cómo trabaja el cambio?
- Una de las cosas que más me ha ayudado han sido las reuniones que hacíamos un grupo de hombres para hacer algo muy poco habitual entre los hombres: hablar de nuestras intimidades. Porque somos de contarnos las batallitas y nunca las fragilidades y pesares. En ese grupo trabajábamos eso. Es una perspectiva muy poco masculina que me permitió decir: Hay otra manera y mucho más satisfactoria de ser hombre.
- ¿Cuál?
- Uno que fuera consciente de que tiene privilegios y que esto no puede cambiar si no renuncia a algunos. Tenemos que denunciar las situaciones y dar un paso atrás si tenemos que darlo. Cuando me han pedido que participara en tribunales en la universidad y no había mujeres me he negado formar parte. Y ya hay algunos ejemplos de hombres jóvenes que se plantean de otro modo la paternidad, y no son militantes, lo hacen de modo inconsciente.
- ¿No es una manera de ejercer poder?
- Tampoco cocinaron hasta que entró en juego la palabra 'chef'. Claro, es una manera de ejercer poder y es algo que de nuevo nos da prestigio social: qué magnífico padre soy. Son cosas que hacéis vosotras y no se os reconocen y cuando las hacemos nosotros son un valor social. Por eso tenemos que cambiar las estructuras políticas.
- ¿Y nosotras?, ¿qué hacemos ante la presión: "llega tarde de trabajar y tiene hijos... no hace la compra nunca... etc."?
- Es que estáis acumulando heroísmos que a nosotros no se nos exigen. Asumís el doble o el triple que nosotros. Por eso hay que cambiar la manera de organizarse. Debería ser el tema central de la agenda política pero no se lo oigo a ningún grupo político.
- ¿Qué carga le quitaría a la mujer?
- El sentimiento de culpa y el concepto del amor romántico. La mujer está educada en el silencio, la culpa, y tener que demostrar mucho más lo que vale.
- ¿Y no cree que sería fundamental que nos aliáramos entre nosotras?
- Claro, el patriarcado ha sido la estrategia para dividiros. Mira los debates dentro del propio feminismo. Al patriarcado le interesa que estéis divididas. Si os peleáis, mejor. La filósofa Amelia Valcárcel dice algo fundamental: las mujeres tienen derecho a ser tan malas como los hombres y a equivocarse tanto como ellos. Partamos de ese derecho.
- ¿Qué modelo conocido de hombre citaría?
- Trump y Putin son para echarse a llorar. En la historia siempre han sido las mujeres las que en los conflictos bélicos han sido claves para la paz. En la dictadura argentina, en la antigua Yugoslavia. Ellas son las que dicen: no nos peleemos. El primer discurso que dio una mujer fue una matrona romana en el senado: "paren las guerras, son nuestros hijos los que mueren".
- Dice en el libro que el machismo no es patrimonio exclusivo de los heterosexuales...
- También hay gais muy machistas. Por tener una orientación sexual se presupone una sensibilidad especial, más sensible y no es así. Hay muchos gais que reproducen modelos patriarcales y machistas. No tiene nada que ver con la orientación, con quien te acuestes o te levantes sino con la construcción de una determinada masculinidad.
- ¿Por dónde empezamos?
- Estaría bien que un año los hombres tuvieran que vivir como mujeres y al contrario. Sentir las miradas y comentarios sobre una compañera. Yo no he estado nunca en una reunión que el director de departamento diga a un hombre: qué buen culo te hacen esos vaqueros.
- ¿Todos los hombres deberían ser abuelos antes que padres?
- Cuando vi a mi padre cómo era como abuelo me di cuenta de que era muy diferente a como había sido conmigo. Era un modelo más sensible, empático, cuidador, que el dedicaba todo el tiempo del mundo. Eso me hizo pensar. Antes no podían porque habían entendido que eso no era masculino.
- Con nosotros sin embargo los abuelos (ellos, no ellas), no fueron tan cercanos, ¿no?
- Es que esto es de generaciones más cercanas. Nos hemos visto en la necesidad de que nos echen una mano, cosa que hace unas generaciones era impensable.
- ¿Era un niño feminista?
- No, yo empecé a reflexionar cuando llegué a la facultad en el 87, y me dio clase Carmen Calvo, la ministra. Fue la primera que me habló del movimiento feminista y de las sufragistas. Nadie me lo había contado y fue abrirme una ventana deslumbrante.
- ¿Cómo llegó a plantearse un nuevo modelo de hombre?
- En la tesis, sobre participación política, vi que las mujeres no estaban. Eso me llevó a plantearme qué pintaba yo en esto que criticaba pero de lo que formaba parte. Y empecé un cambio personal: ¿qué pasa con los hombres? Hace falta una nueva construcción de la masculinidad.
- ¿Cómo va su lucha en la Red Feminista de Derecho Constitucional?
- Soy el único hombre de ese grupo de constitucionalistas cuyo fin es hacer una reflexión sobre el sistema constitucional desde un punto de vista feminista y plantear una reforma.
- ¿Por ejemplo?
- Que el principio de paridad estuviera en la Constitución y obligara a respetarlo y no pasaran cosas como las que hemos visto: en la mesa del Parlamento catalán de siete personas solo una era mujer.
- Hay muchas voces críticas en cuestiones de paridad... Ya sabe, aquello de "es que por ser mujer..."
- Bueno ahora hay un número de hombres solo por ser hombres. ¿Por qué se cuestiona la presencia equilibrada de mujeres si somos mitad y mitad? Como de manera natural no sale una paridad, pues habrá que obligar a ello. La ley de 2007 lo dice y no se cumple. Y no se cumple porque no hay carácter sancionador. Es uno de los defectos de las leyes de igualdad: que son un brindis al sol. En el Congreso no se llega al 39% de mujeres, y la Ley de Igualdad dice que ha de haber un mínimo de un 40% y no más de un 60% de otro sexo.
- ¿Y a nivel personal cómo trabaja el cambio?
- Una de las cosas que más me ha ayudado han sido las reuniones que hacíamos un grupo de hombres para hacer algo muy poco habitual entre los hombres: hablar de nuestras intimidades. Porque somos de contarnos las batallitas y nunca las fragilidades y pesares. En ese grupo trabajábamos eso. Es una perspectiva muy poco masculina que me permitió decir: Hay otra manera y mucho más satisfactoria de ser hombre.
- ¿Cuál?
- Uno que fuera consciente de que tiene privilegios y que esto no puede cambiar si no renuncia a algunos. Tenemos que denunciar las situaciones y dar un paso atrás si tenemos que darlo. Cuando me han pedido que participara en tribunales en la universidad y no había mujeres me he negado formar parte. Y ya hay algunos ejemplos de hombres jóvenes que se plantean de otro modo la paternidad, y no son militantes, lo hacen de modo inconsciente.
- ¿No es una manera de ejercer poder?
- Tampoco cocinaron hasta que entró en juego la palabra 'chef'. Claro, es una manera de ejercer poder y es algo que de nuevo nos da prestigio social: qué magnífico padre soy. Son cosas que hacéis vosotras y no se os reconocen y cuando las hacemos nosotros son un valor social. Por eso tenemos que cambiar las estructuras políticas.
- ¿Y nosotras?, ¿qué hacemos ante la presión: "llega tarde de trabajar y tiene hijos... no hace la compra nunca... etc."?
- Es que estáis acumulando heroísmos que a nosotros no se nos exigen. Asumís el doble o el triple que nosotros. Por eso hay que cambiar la manera de organizarse. Debería ser el tema central de la agenda política pero no se lo oigo a ningún grupo político.
- ¿Qué carga le quitaría a la mujer?
- El sentimiento de culpa y el concepto del amor romántico. La mujer está educada en el silencio, la culpa, y tener que demostrar mucho más lo que vale.
- ¿Y no cree que sería fundamental que nos aliáramos entre nosotras?
- Claro, el patriarcado ha sido la estrategia para dividiros. Mira los debates dentro del propio feminismo. Al patriarcado le interesa que estéis divididas. Si os peleáis, mejor. La filósofa Amelia Valcárcel dice algo fundamental: las mujeres tienen derecho a ser tan malas como los hombres y a equivocarse tanto como ellos. Partamos de ese derecho.
- ¿Qué modelo conocido de hombre citaría?
- Trump y Putin son para echarse a llorar. En la historia siempre han sido las mujeres las que en los conflictos bélicos han sido claves para la paz. En la dictadura argentina, en la antigua Yugoslavia. Ellas son las que dicen: no nos peleemos. El primer discurso que dio una mujer fue una matrona romana en el senado: "paren las guerras, son nuestros hijos los que mueren".
- Dice en el libro que el machismo no es patrimonio exclusivo de los heterosexuales...
- También hay gais muy machistas. Por tener una orientación sexual se presupone una sensibilidad especial, más sensible y no es así. Hay muchos gais que reproducen modelos patriarcales y machistas. No tiene nada que ver con la orientación, con quien te acuestes o te levantes sino con la construcción de una determinada masculinidad.
- ¿Por dónde empezamos?
- Estaría bien que un año los hombres tuvieran que vivir como mujeres y al contrario. Sentir las miradas y comentarios sobre una compañera. Yo no he estado nunca en una reunión que el director de departamento diga a un hombre: qué buen culo te hacen esos vaqueros.
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