lunes, 8 de enero de 2018

#hemeroteca #memoria #vicentealeixandre | Memoria de Velintonia

Imagen: El Mundo / Vicente Aleixandre en el jardín de 'Velintonia'
Memoria de Velintonia.
Ricard Bellveser | El Mundo, 2018-01-08

http://www.elmundo.es/comunidad-valenciana/2018/01/08/5a522633468aeb43748b4592.html

A los 40 años de haber obtenido el Premio Nobel de Literatura y los treinta y tres de su muerte, Vicente Aleixandre (1898-1984) vive una hermosa primavera. En Málaga, a impulso del culto profesor Francisco Morales Lomas, se acaba de celebrar un Congreso sobre su obra y figura, en la que dos valencianos han tenido una presencia muy destacada, el escritor y catedrático valenciano Jaime Siles, a quien se le encargó la conferencia de apertura, y el también profesor y poeta valenciano Sergio Arlandis, que tuvo una memorable participación. A su vez se acaban de publicar varios libros, de entre los que quiero destacar uno de Fernando Delgado lleno de pulso, verdad e interés.

En cuanto a las sesiones de Málaga, es lógica la participación valenciana, inevitable al hablar del Nobel y Académico de la Real de la Lengua. Hace unos años, también en Málaga, se publicaron las 'Cartas a Jaime Siles' escritas por Aleixandre, en edición de Irma Emiliozzi, que desvelaron la confidente amistad que mantuvieron, y Arlandis es un experto en el miembro de la Generación del 27 -aunque sea, junto a Cernuda, el único que no aparece en la famosa foto del homenaje a Góngora, reunión que la semana pasada cumplió 90 años-, siendo, como ha acabado por ser, uno de sus autores más relevantes tanto por su influencia como por el reconocimiento internacional.

El escritor canario Fernando Delgado, Premio Planeta y Premio Azorín, destacado periodista y claro poeta, diputado en las Cortes Valencianas, acaba de publicar un libro de memorias que ha titulado 'Mirador de Velintonia. De un exilio a otros (1970-1982)' (Fundación José Manuel Lara, 2017), en el que reúne recuerdos de esos años, clavando la punta del compás en casa de Vicente Aleixandre, en la calle de Velintonia de Madrid, porque «en Velintonia no vivía Aleixandre, sino generaciones de poetas y amigos».

Ciertamente por allí desfilamos casi todos los poetas jóvenes de entonces, hasta el punto de que hay quien ha puesto en su biografía, no ausente de buen humor, «yo no pasé por Velintonia» para singularizarse. El de Delgado, crónica sincera, es un libro amable, atrevido, periodístico, testimonial, lírico, sincero y con una carga notarial que lo hace especialmente grato, en su evidente complicidad generacional.

No se trata de un ejercicio de memorialismo maquillado de literatura, sino que es literatura, a tramos muy brillante, y foto fija de unos años madrileños, que tenían su eco en otras partes del territorio nacional. El resultado es un retrato de Aleixandre, un autorretrato velazqueño que hace Delgado de sí mismo, ambas cosas lo son muy a su manera, y además un retrato de grupo con premio nobel al fondo.

En el Congreso de Málaga de hace unos días, Siles centró su intervención en señalar las influencias literarias que se dieron en Vicente Aleixandre, una, la suya, en los escritores jóvenes del momento sobre los que su 'Espadas como labios', 'La destrucción o el amor', 'Historia del corazón' o sus experimentos irracionalistas, dejaron huella clara, pero a su vez Aleixandre sorbió los libros que le llevaban los jovencísimos poetas que o bien le visitaban en Velintonia, o escribían sobre su obra y al opinar sobre ella, desvelaban sus estéticas, sus modelos, los nuevos gustos en una España muy atrapada por la poesía social y el recorte de libertades.

Por el libro de Delgado desfilan un buen número de escritores valencianos. Tiene una presencia continuada el poeta de Oliva y miembros de la Real Academia Francisco Brines, los catedráticos y poetas Jaime Siles y Guillermo Carnero a quien reconoce como el poeta más interesante de ‘Los Novísimos’ junto a Pere Gimferrer, ambos, en un principio, de estéticas similares. Se pasean por sus páginas Francisca Aguirre o Vicente Molina Foix, y hablando como aquí se habla de los distintos exilios, vemos pasar, cargados con sus propias anécdotas, al escritor parisino-valenciano-mexicano Max Aub, por supuesto a Juan Gil-Albert o a Tomás Segovia «pero cada uno de nuestros escritores exiliados vivió su destierro de distinta manera y cada uno de ellos lo sufrió de semejante o variado modo» exilio interior y exterior, se entiende, y de ellos Aleixandre fue «la más destacada figura del exilio entre los que se quedaron», incluso otras miradas como p.e. la de Fernando Vizcaíno Casas y muchas noches untadas de alcohol en el Café Gijón, en Oliver, en Bocaccio y otros salones de perdición poética. En fin, amenísimo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.