Imagen: El Salto / Coloquio 'Filosofá' en la Sra. Pop, Sevilla |
El lenguaje se debate entre la corrección gramatical y la inclusión social. ¿Puede haber un punto de encuentro?
Fernando Montes Vázquez | El Salto, 2018-11-21
https://www.elsaltodiario.com/comunicacion/todas-todes-todxs-de-gramatica-e-inclusion
El lenguaje inclusivo está muy ligado a las corrientes feministas actuales y parte de la base de que el lenguaje establecido responde a una visión del mundo patriarcal, que desplaza e invisibiliza a las mujeres. Niega la neutralidad genérica del masculino, utilizado normalmente para designar a grupos mixtos, donde hay hombres y mujeres.
Según Juan Pablo Mora, tan solo existen en el mundo siete lenguas en las que se da el caso contrario: el femenino genérico se usa para designar ambos géneros. Por supuesto, si se entienden y aceptan las ideas fundamentales del feminismo, se hace evidente la necesidad de un cambio en la forma de comunicación imperante y el lenguaje inclusivo es la principal respuesta a esa necesidad. Frente a esta problemática, existen varias formas de lenguaje inclusivo que se pueden utilizar para evitar el sesgo a la hora de comunicar. En cuanto a cuál es la más idónea para ser llevada a la práctica, hay gran desacuerdo y en esto se centró buena parte del debate del pasado jueves.
Una de las posibilidades más polémicas y extendidas, especialmente en Internet, es la utilización de la ‘e’ para formar terminaciones que no respondan a un género u otro, por ejemplo ‘todes’ o ‘compañeres’. De esta forma se estaría incluyendo, no sólo a hombres y mujeres, sino también a personas que se definen como de género no binario, es decir, que no se consideran ni hombres ni mujeres. Este último es uno de los principales argumentos que esgrimen sus defensores frente a la utilización de otras alternativas como el desdoblamiento de género, consistente en el uso de ambos géneros (‘todos y todas’ o ‘los compañeros y las compañeras’). Otras variantes son el uso de la ‘x’ o del famoso ‘@’, que tanto se ha utilizado en las redes sociales desde su origen, sin embargo, estas opciones no resultan prácticas en la comunicación oral debido la dificultad o la inexistencia de una forma adecuada de pronunciación.
El femenino genérico también se cuenta entre las alternativas para hacer la comunicación más inclusiva. Se trata de utilizar el femenino para referir a grupos mixtos, especialmente aquellos que presenten una mayoría conformada por mujeres. Aquí es importante señalar que mientras siempre se ha entendido que las mujeres deben sentirse incluidas cuando se utiliza el masculino genérico, hay muchos hombres que suelen ofenderse cuando se da el caso contrario, abanderando la corrección gramatical para justificar este sentimiento. Si bien la Real Academia Española de la Lengua (RAE) es la que establece esta corrección lingüística, también es importante destacar que la función de la institución es recoger los usos de los hablantes, producto de sus necesidades comunicativas. El lenguaje es un ente en constante evolución y si todo el mundo se ajustase siempre a la norma, esta permanecería inmutable.
El uso del género neutro es otra posibilidad y quizá se trata de una de las soluciones más sencillas, puesto que no implica cambiar el lenguaje establecido, tan sólo sus construcciones. Consiste en la sustitución de palabras que presenten distinción de género por otras que carezcan de ella. Un ejemplo es ‘alumnado’ en lugar de ‘alumnos’ o ‘alumnos y alumnas’. Esta, en combinación con el desdoblamiento y el femenino genérico, es la opción por la que se decanta el colectivo feminista Sevilla Amazonas, cuyo argumento es que el uso de la ‘e’, la ‘x’, el ‘@’ o cualquier otra terminación sigue sin representar a la mujer dentro del lenguaje.
Frente al lenguaje inclusivo, existen voces en contra que niegan el sexismo del lenguaje. Este pensamiento supone ignorar, o bien el origen socio-cultural del lenguaje, o bien la existencia de un sistema patriarcal que ha dominado el ámbito socio-cultural a lo largo de la Historia, por lo tanto, entra en conflicto con los postulados feministas. La RAE, por su parte, sostiene el argumento de la economía del lenguaje para oponerse a su uso. El Gobierno del PSOE ya encargó a la institución la redacción de un informe con vistas a introducir el lenguaje inclusivo en la Constitución Española, sin embargo, y aunque los académicos siguen trabajando en la redacción de ese informe, las declaraciones de su director, Darío Villanueva, a EFE durante una entrevista el pasado julio, dejan entrever su escepticismo frente a cualquier tipo de cambio en el texto.
El concepto de la economía del lenguaje responde a la idea de que el lenguaje es eminentemente práctico, por lo que cualquier elemento que retrase o dificulte la comunicación es innecesario. Esto eliminaría alternativas como el desdoblamiento. Sin embargo, este argumento niega la posibilidad de que el lenguaje pueda ser una herramienta que permita producir cambios en el mundo en el que se desarrolla, más allá de la mera transmisión de información, y este fue otro de los puntos fuertes del coloquio. ¿Es la realidad la que condiciona el lenguaje o viceversa? A la hora de responder a esta pregunta durante el debate, la opinión más extendida fue la de que ambos se retroalimentan, de modo que sería más acertado reformularla para plantear hasta qué punto lenguaje y realidad se afectan entre sí. Solo respondiendo a esto se podrán establecer formas más eficaces de utilizar el lenguaje para crear un mundo más tolerante e inclusivo.
Los coloquios ‘Filosofá’ que se están desarrollando en la Sra. Pop, en Sevilla, son un perfecto reflejo del malestar social que existe respecto al lenguaje, con una gran afluencia y participación. La aparición de todas estas alternativas a la forma tradicional en la que se ha entendido la comunicación denota que este es un problema vivo y real, que merece la pena ser tratado y debatido en pro de la tolerancia y el entendimiento. Para el que trató acerca del lenguaje inclusivo, se invitó a Juan Pablo Mora, lingüista y profesor de Filología en la Universidad de Sevilla; Gloria, en representación del colectivo feminista no mixto de Sevilla Amazonas, y Marco Ibáñez Gordillo, graduado en Filología Francesa, políglota y esperantista.
22 nov. Sevilla
III Coloquio Filosofá en la Sra. Pop, en la Alameda de Hércules, Sevilla. En esta ocasión, con la transexualidad como eje. Sus temáticas giran por el momento en torno al feminismo, el género y la identidad sexual. La mecánica es sencilla: una serie de invitados exponen sus opiniones sobre el tema a tratar para pasar luego al debate abierto, de forma que todo el público pueda participar y expresar sus ideas. Cada dos semanas, José Daniel Verdejo Romero es el moderador e impulsor de esta serie de coloquios, dirigidos a enriquecer la perspectiva sobre estos temas y trasladar el debate a la calle.
Según Juan Pablo Mora, tan solo existen en el mundo siete lenguas en las que se da el caso contrario: el femenino genérico se usa para designar ambos géneros. Por supuesto, si se entienden y aceptan las ideas fundamentales del feminismo, se hace evidente la necesidad de un cambio en la forma de comunicación imperante y el lenguaje inclusivo es la principal respuesta a esa necesidad. Frente a esta problemática, existen varias formas de lenguaje inclusivo que se pueden utilizar para evitar el sesgo a la hora de comunicar. En cuanto a cuál es la más idónea para ser llevada a la práctica, hay gran desacuerdo y en esto se centró buena parte del debate del pasado jueves.
Una de las posibilidades más polémicas y extendidas, especialmente en Internet, es la utilización de la ‘e’ para formar terminaciones que no respondan a un género u otro, por ejemplo ‘todes’ o ‘compañeres’. De esta forma se estaría incluyendo, no sólo a hombres y mujeres, sino también a personas que se definen como de género no binario, es decir, que no se consideran ni hombres ni mujeres. Este último es uno de los principales argumentos que esgrimen sus defensores frente a la utilización de otras alternativas como el desdoblamiento de género, consistente en el uso de ambos géneros (‘todos y todas’ o ‘los compañeros y las compañeras’). Otras variantes son el uso de la ‘x’ o del famoso ‘@’, que tanto se ha utilizado en las redes sociales desde su origen, sin embargo, estas opciones no resultan prácticas en la comunicación oral debido la dificultad o la inexistencia de una forma adecuada de pronunciación.
El femenino genérico también se cuenta entre las alternativas para hacer la comunicación más inclusiva. Se trata de utilizar el femenino para referir a grupos mixtos, especialmente aquellos que presenten una mayoría conformada por mujeres. Aquí es importante señalar que mientras siempre se ha entendido que las mujeres deben sentirse incluidas cuando se utiliza el masculino genérico, hay muchos hombres que suelen ofenderse cuando se da el caso contrario, abanderando la corrección gramatical para justificar este sentimiento. Si bien la Real Academia Española de la Lengua (RAE) es la que establece esta corrección lingüística, también es importante destacar que la función de la institución es recoger los usos de los hablantes, producto de sus necesidades comunicativas. El lenguaje es un ente en constante evolución y si todo el mundo se ajustase siempre a la norma, esta permanecería inmutable.
El uso del género neutro es otra posibilidad y quizá se trata de una de las soluciones más sencillas, puesto que no implica cambiar el lenguaje establecido, tan sólo sus construcciones. Consiste en la sustitución de palabras que presenten distinción de género por otras que carezcan de ella. Un ejemplo es ‘alumnado’ en lugar de ‘alumnos’ o ‘alumnos y alumnas’. Esta, en combinación con el desdoblamiento y el femenino genérico, es la opción por la que se decanta el colectivo feminista Sevilla Amazonas, cuyo argumento es que el uso de la ‘e’, la ‘x’, el ‘@’ o cualquier otra terminación sigue sin representar a la mujer dentro del lenguaje.
Frente al lenguaje inclusivo, existen voces en contra que niegan el sexismo del lenguaje. Este pensamiento supone ignorar, o bien el origen socio-cultural del lenguaje, o bien la existencia de un sistema patriarcal que ha dominado el ámbito socio-cultural a lo largo de la Historia, por lo tanto, entra en conflicto con los postulados feministas. La RAE, por su parte, sostiene el argumento de la economía del lenguaje para oponerse a su uso. El Gobierno del PSOE ya encargó a la institución la redacción de un informe con vistas a introducir el lenguaje inclusivo en la Constitución Española, sin embargo, y aunque los académicos siguen trabajando en la redacción de ese informe, las declaraciones de su director, Darío Villanueva, a EFE durante una entrevista el pasado julio, dejan entrever su escepticismo frente a cualquier tipo de cambio en el texto.
El concepto de la economía del lenguaje responde a la idea de que el lenguaje es eminentemente práctico, por lo que cualquier elemento que retrase o dificulte la comunicación es innecesario. Esto eliminaría alternativas como el desdoblamiento. Sin embargo, este argumento niega la posibilidad de que el lenguaje pueda ser una herramienta que permita producir cambios en el mundo en el que se desarrolla, más allá de la mera transmisión de información, y este fue otro de los puntos fuertes del coloquio. ¿Es la realidad la que condiciona el lenguaje o viceversa? A la hora de responder a esta pregunta durante el debate, la opinión más extendida fue la de que ambos se retroalimentan, de modo que sería más acertado reformularla para plantear hasta qué punto lenguaje y realidad se afectan entre sí. Solo respondiendo a esto se podrán establecer formas más eficaces de utilizar el lenguaje para crear un mundo más tolerante e inclusivo.
Los coloquios ‘Filosofá’ que se están desarrollando en la Sra. Pop, en Sevilla, son un perfecto reflejo del malestar social que existe respecto al lenguaje, con una gran afluencia y participación. La aparición de todas estas alternativas a la forma tradicional en la que se ha entendido la comunicación denota que este es un problema vivo y real, que merece la pena ser tratado y debatido en pro de la tolerancia y el entendimiento. Para el que trató acerca del lenguaje inclusivo, se invitó a Juan Pablo Mora, lingüista y profesor de Filología en la Universidad de Sevilla; Gloria, en representación del colectivo feminista no mixto de Sevilla Amazonas, y Marco Ibáñez Gordillo, graduado en Filología Francesa, políglota y esperantista.
22 nov. Sevilla
III Coloquio Filosofá en la Sra. Pop, en la Alameda de Hércules, Sevilla. En esta ocasión, con la transexualidad como eje. Sus temáticas giran por el momento en torno al feminismo, el género y la identidad sexual. La mecánica es sencilla: una serie de invitados exponen sus opiniones sobre el tema a tratar para pasar luego al debate abierto, de forma que todo el público pueda participar y expresar sus ideas. Cada dos semanas, José Daniel Verdejo Romero es el moderador e impulsor de esta serie de coloquios, dirigidos a enriquecer la perspectiva sobre estos temas y trasladar el debate a la calle.
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