Madrid : CSIC, 2012 [10]
224 p.
Colección: Colección Literatura Breve ; 22
ISBN 9788400095642
/ ES / ENS
/ Erotismo / Historia – Siglo XX / Mujeres / Literatura – Historia y crítica / Sexualidad
“La novela sugestiva” forma parte de las numerosísimas colecciones de novela corta que enriquecieron el panorama literario español de la primera mitad del siglo XX. Pertenece, además, a ese subgrupo de novela erótica o sicalíptica que, por su temática, murió con la dictadura franquista. Blas Vega identifica un total de 122 colecciones eróticas, pero Sánchez-Álvarez Insúa asegura que probablemente fueron muchas más. Entre esas colecciones sicalípticas destaca “La novela de hoy”, que, aunque no está dedicada en su integridad al erotismo, contiene numerosas novelas de alta temperatura sexual, pero, sobre todo, hay que mencionar colecciones como “La novela picaresca” (1922-1927, 222 títulos), “Fru-Fru” (1926-1930, 222 títulos), “La novela galante” (1918-1923, 300 títulos), “La revista galante: Afrodita” (1918-1923, 337 títulos), y, por fin, “La novela pasional” (1924-1928, 186 títulos), algunos de cuyos números está actualmente reeditando la editorial Renacimiento.
La colección “La novela sugestiva” es un breviario del «sexo de nuestros abuelos», parafraseando el título de Amando de Miguel. Nos cuenta, más que nada, cuáles eran las obsesiones de aquel entonces, entre ellas y en su lado más frívolo, las pantorrillas femeninas, la parte anatómica que más se resalta. Pero no todo son pantorrillas y brazos torneados, no todo son pechos marmóreos y muslos de nieve. Importan tanto o más los variopintos lugares del placer, como hemos señalado en esta introducción, así como los tipos masculinos y, sobre todo, porque ganan a éstos en complejidad e interés, los tipos femeninos. Por las páginas de “La novela sugestiva” se pasean cupletistas y cabareteras, cocotas y mantenidas, Lolitas impúberes y jamonas suculentas. Hay condesas, marquesas, campesinas, señoritas provincianas, pequeño burguesas y burguesas de alto postín. Muchas, además (o en vez) de vender sus encantos, trabajan en otra cosa y son doncellas, modistillas o taquimecas. Y todas aman, furiosa o lánguidamente, pero siempre con cierta inocencia y con perfecta inconsciencia. En “La novela sugestiva” el amor nunca es peligroso. El fantasma de la sífilis, tan presente y temido, «sólo» existe en la realidad, en los volúmenes médicos y en los manuales de sexología.
La colección “La novela sugestiva” es un breviario del «sexo de nuestros abuelos», parafraseando el título de Amando de Miguel. Nos cuenta, más que nada, cuáles eran las obsesiones de aquel entonces, entre ellas y en su lado más frívolo, las pantorrillas femeninas, la parte anatómica que más se resalta. Pero no todo son pantorrillas y brazos torneados, no todo son pechos marmóreos y muslos de nieve. Importan tanto o más los variopintos lugares del placer, como hemos señalado en esta introducción, así como los tipos masculinos y, sobre todo, porque ganan a éstos en complejidad e interés, los tipos femeninos. Por las páginas de “La novela sugestiva” se pasean cupletistas y cabareteras, cocotas y mantenidas, Lolitas impúberes y jamonas suculentas. Hay condesas, marquesas, campesinas, señoritas provincianas, pequeño burguesas y burguesas de alto postín. Muchas, además (o en vez) de vender sus encantos, trabajan en otra cosa y son doncellas, modistillas o taquimecas. Y todas aman, furiosa o lánguidamente, pero siempre con cierta inocencia y con perfecta inconsciencia. En “La novela sugestiva” el amor nunca es peligroso. El fantasma de la sífilis, tan presente y temido, «sólo» existe en la realidad, en los volúmenes médicos y en los manuales de sexología.
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