El Confidencial / Alba Noa // |
"Me da asco y rabia leer que porque soy trans puedo lesionar a una rival".
El Confidencial entrevista a Alba Noa, la única jugadora trans de la máxima división del rugby femenino español: "En el campo soy una más y me hacen sentir así. Es lo único que quiero".
Fermín de la Calle | El Confidencial, 2020-08-11
https://www.elconfidencial.com/deportes/rugby/2020-08-11/rugby-trans-deporte-lgtbi-club-majadahonda_2710459/
A sus 26 años, Alba Noa Castellano es apertura del Rugby de Club Majadahonda de la División de Honor femenina. Jugadora de 1,77 y 76 kilos, desvela en esta entrevista el problema al que se enfrenta como mujer trans después de conocerse la propuesta de World Rugby de vetar la participación de las mujeres transexuales en las competiciones internacionales. Norma que la Federación Española de Rugby puede implementar en sus competiciones, lo que impediría a Alba jugar la Liga y además le acarrearía consecuencias que no solo afectarían a su futuro deportivo.
Pregunta. Alba, ¿cómo llegas al rugby?
Respuesta. Empecé en la Universidad Complutense porque jugaba al fútbol sala en el Paraninfo y veía a las chicas que hacían rugby en los campos al lado. Se lo pasaban bien, terminaban cantando y aquello me llamó la atención. Desde el principio me gustó la idea de hacer equipo, de hacer amigas. Era algo que me atrajo. Entonces decidí probar y comencé jugando con Filosofía y Letras. Enseguida Rodrigo Bernal, el entrenador de Torrelodones, me invitó a jugar con ellas, justo cuando estaban empezando.
P. Siempre habías hecho deporte.
R. Había jugado al fútbol, baloncesto, tenis, natación… Siempre me gustó hacer deporte y el rugby me llamó la atención. Recuerdo la sensación de salir molida de los entrenamientos y de los partidos y aquello me encantó. Así que me federé y empecé a jugar. El primer día que bajé a entrenar, un miércoles, me llamó la atención lo de placar, como a todas las que empezamos en el rugby. Ese fin de semana había un amistoso y Rodrigo me convenció para bajar y jugar cinco minutos de ala. Al final jugué todo el partido y me lo pasé genial placando. Eso sí, con el cuello al revés…
P. Llegaste rápido a División de Honor.
R. El segundo año me llamaron para la madrileña Sub-23 y fui al Emergin de 7. Entonces me contactaron varios clubes. El cuerpo me pedía más nivel y Rodrigo habló con Majadahonda, porque allí tenía contactos. Les contó mi situación, así que me fui allí a jugar y me ahorré ir a otro club y tener que contar que era trans. Empecé de ala y luego de utility en la línea, jugando de todo. Ahora llevo más tiempo jugando de 10 porque tengo buen pie.
P. ¿Te han reprochado que seas trans en el campo alguna vez?
R. Personalmente no me han dicho nunca nada. Lo he hablado sin problema con quien se ha acercado a preguntarme. Una vez una chica me dijo que unas rivales habían comentado que yo era buena por ser transexual, lo cual es falso porque la hormonación termina por atrofiar tu musculatura y pierdes mucho. Pero como te decía, a mi directamente no me han dicho nunca nada. Eso no quita para haber vivido momentos difíciles. El año que iba a irme a Majadahonda, con la decisión ya tomada, me fui a Valladolid a verlas jugar en la Copa del Rey de 7. Uno de los días el equipo se reunió en círculo y hablaron de varios temas, entre ellos el de las chicas trans que jugaban al rugby. Y la verdad no fue agradable lo que escuché. No sabían nada de lo mío, y cuando meses después me convertí en compañera y supieron que era trans, me pidieron disculpas. Hay que conocer cada caso y a cada persona para opinar. El error es generalizar, como hace World Rugby.
P. ¿Has lesionado a alguien por tu corpulencia y musculatura?
R, ¿Lesionar? Sí, a mí misma. El año pasado me rompí el cruzado haciendo un contrapié porque se me quedó la rodilla clavada. Y este año me he roto el menisco por culpa de aquello. Pero yo no he lesionado a nadie nunca en un campo de rugby. Nada más que hay que verme jugar. Además, si hubiera habido episodios de lesiones provocadas por jugadoras trans, lo habríamos leído como se leyó el problema en Francia de las contusiones, donde hasta murieron jugadores. Esto no está pasando en los campos.
P. ¿Qué sentiste al leer que World Rugby planea vetar a las trans porque sois un peligro para la integridad de vuestras compañeras?
R. Una mezcla de asco, rabia y frustración. Quieren vetarnos en base a unos estudios que no son veraces y utilizan indicios e interpretaciones para generalizar, vetando a un colectivo en el que hay personas muy diferentes en peso, altura, potencia… Yo he cumplido ocho años hormonándome y no pueden comparar mi caso con alguien que empieza ahora a hacerlo. Aunque ojo, esa persona también tiene todo el derecho a hacerlo y a jugar. Deben estudiar cada caso, porque además no somos tantos. Es una cuestión de querer resolverlo o no. Pero se ha visto que prefieren generalizar y quitarse el problema de encima. Me duele leer que nosotras ponemos en peligro la integridad de nuestras compañeras y podemos ser lesivas para ellas. ¡Si hasta en mi equipo me insisten para que sea más dura en el contacto! Por un tema de coordinación, musculatura y hormonas, una da lo que da.
P. ¿Hay estudios hechos con jugadoras trans?
R. No hay estudios hechos a jugadoras en pleno proceso de hormonación. Yo en la Liga conozco jugadoras con problemas de testosterona y no pasa nada. Creo que deben estudiar los casos porque cada uno es diferente a los demás.
P. En División de Honor eres la primera y en España no sois muchas.
R. A mi me van a prohibir jugar al rugby porque he decidido visibilizar que soy trans, si no seguiría jugando tan normal. Conozco a otra chica en Madrid, que juega en de División de Honor, pero la legislación de la Federación Madrileña nos ampara.
P. ¿Cuándo te diste cuenta de que tu identidad de género no coincidía con tu sexo asignado?
R. Yo tengo dos hermanos, uno mayor y otro menor. Y de pequeña, cuando jugábamos en el colegio, no me sentía una chica, pero sí me sentía diferente a los chicos. Me fui informando por mi cuenta, a los 15 años lo hablé con mi hermano mayor y a los 17 me senté ante mis padres y se lo conté. Tengo la suerte de tener una familia abierta e inmediatamente nos fuimos al médico para informarnos sobre las decisiones a tomar.
P. ¿Cómo fue ese proceso?
R. Comenzó un proceso que terminó en una entrevista con un psiquiatra al que tienes que convencer que quieres ser una niña. Le tuve que mentir y decir cosas como que me gustaba el rosa, que jugaba con muñecas y que me gustaban los niños. Porque esa es otra, estamos en una sociedad tan machista que decir que eras trans y lesbiana o trans y gay, está mal visto. Y después de decir eso dieron el visto bueno a mi hormonación. Por experiencia personal te puedo asegurar que se trata de un proceso patologizante y más cuanto más pequeña eres.
P. ¿En quién te apoyabas cuando tenías que hablar de ello o preguntar algo?
R. En internet.
P. ¿Cómo...?
R. Soy muy tímida e insegura y me daba pánico consultarlo con nadie. Así que miré en internet y fui aprendiendo cosas sobre mí y lo que me pasaba, pero me ahorré la vergüenza de contárselo a nadie. En esto tengo que decir que el rugby me ayudó mucho, porque siempre fue un refugio al haber tanta diversidad de tamaños, musculaturas o pesos. Entendí que tenía un sitio, nadie me cuestionó mi forma de ser y comencé a quererme más por cómo era.
P. ¿Por qué das la cara ahora y visibilizas tu condición de trans?
R. Te voy a confesar algo, cada vez que he pensado si contarlo o no, siempre he encontrado más argumentos para mantenerme callada. Pero hemos llegado a un punto en el que hay que decirlo, porque no hay nadie que lo haya hecho. No quiero notoriedad, de hecho no vas a ver en mis redes nada al respecto. Solo quiero que se sepa que estoy aquí, que existo y que quieren quitarme el derecho a hacer el deporte que me gusta. Nunca he publicitado mi transexualidad, pero tampoco la he ocultado. Muchas compañeras y rivales lo saben y en estos días, desde que sacaste el artículo de lo de World Rugby, gente de otros equipos me ha escrito y mandado ánimos. Mis compañeras me han apoyado mucho, incluso hablan de ir a la huelga para que yo juegue si la Federación Española asume la norma de World Rugby. Me he sentido muy arropada y quiero agradecérselo a todo el mundo.
P. ¿Qué pasará contigo si la FER da luz verde a la norma de World Rugby y vetan tu participación en la Liga?
R. Si sale adelante lo de World Rugby, me despediré de mi sueño de jugar con las Leonas, que era algo que soñaba aunque sea muy difícil. Pero si además la FER secunda la norma, entonces no podré jugar en División de Honor y la verdad, después de las lesiones que he sufrido, volver a categoría regional me haría plantearme dejar el rugby. El problema es que esto va más allá, porque yo estudio en una Universidad privada con una beca de deportista que perdería. Si sale adelante esa norma, echaría abajo el 90% de mi vida actual.
P. ¿Crees que las jugadoras la pararán?
R. Soy optimista. Las jugadoras se han movilizado. Hay vídeos de jugadoras estadounidenses en contra y espero más movilizaciones de jugadoras y jugadores si intentan sacarlo adelante. Se trata de un problema de transfobia. Si ves los partidos en los que juego, soy el último mono en el campo. No lesiono a nadie. En el campo soy una más y me hacen sentir así. Es lo único que quiero. Ser lo mismo que el resto, no exijo más ni pido menos.
Pregunta. Alba, ¿cómo llegas al rugby?
Respuesta. Empecé en la Universidad Complutense porque jugaba al fútbol sala en el Paraninfo y veía a las chicas que hacían rugby en los campos al lado. Se lo pasaban bien, terminaban cantando y aquello me llamó la atención. Desde el principio me gustó la idea de hacer equipo, de hacer amigas. Era algo que me atrajo. Entonces decidí probar y comencé jugando con Filosofía y Letras. Enseguida Rodrigo Bernal, el entrenador de Torrelodones, me invitó a jugar con ellas, justo cuando estaban empezando.
P. Siempre habías hecho deporte.
R. Había jugado al fútbol, baloncesto, tenis, natación… Siempre me gustó hacer deporte y el rugby me llamó la atención. Recuerdo la sensación de salir molida de los entrenamientos y de los partidos y aquello me encantó. Así que me federé y empecé a jugar. El primer día que bajé a entrenar, un miércoles, me llamó la atención lo de placar, como a todas las que empezamos en el rugby. Ese fin de semana había un amistoso y Rodrigo me convenció para bajar y jugar cinco minutos de ala. Al final jugué todo el partido y me lo pasé genial placando. Eso sí, con el cuello al revés…
P. Llegaste rápido a División de Honor.
R. El segundo año me llamaron para la madrileña Sub-23 y fui al Emergin de 7. Entonces me contactaron varios clubes. El cuerpo me pedía más nivel y Rodrigo habló con Majadahonda, porque allí tenía contactos. Les contó mi situación, así que me fui allí a jugar y me ahorré ir a otro club y tener que contar que era trans. Empecé de ala y luego de utility en la línea, jugando de todo. Ahora llevo más tiempo jugando de 10 porque tengo buen pie.
P. ¿Te han reprochado que seas trans en el campo alguna vez?
R. Personalmente no me han dicho nunca nada. Lo he hablado sin problema con quien se ha acercado a preguntarme. Una vez una chica me dijo que unas rivales habían comentado que yo era buena por ser transexual, lo cual es falso porque la hormonación termina por atrofiar tu musculatura y pierdes mucho. Pero como te decía, a mi directamente no me han dicho nunca nada. Eso no quita para haber vivido momentos difíciles. El año que iba a irme a Majadahonda, con la decisión ya tomada, me fui a Valladolid a verlas jugar en la Copa del Rey de 7. Uno de los días el equipo se reunió en círculo y hablaron de varios temas, entre ellos el de las chicas trans que jugaban al rugby. Y la verdad no fue agradable lo que escuché. No sabían nada de lo mío, y cuando meses después me convertí en compañera y supieron que era trans, me pidieron disculpas. Hay que conocer cada caso y a cada persona para opinar. El error es generalizar, como hace World Rugby.
P. ¿Has lesionado a alguien por tu corpulencia y musculatura?
R, ¿Lesionar? Sí, a mí misma. El año pasado me rompí el cruzado haciendo un contrapié porque se me quedó la rodilla clavada. Y este año me he roto el menisco por culpa de aquello. Pero yo no he lesionado a nadie nunca en un campo de rugby. Nada más que hay que verme jugar. Además, si hubiera habido episodios de lesiones provocadas por jugadoras trans, lo habríamos leído como se leyó el problema en Francia de las contusiones, donde hasta murieron jugadores. Esto no está pasando en los campos.
P. ¿Qué sentiste al leer que World Rugby planea vetar a las trans porque sois un peligro para la integridad de vuestras compañeras?
R. Una mezcla de asco, rabia y frustración. Quieren vetarnos en base a unos estudios que no son veraces y utilizan indicios e interpretaciones para generalizar, vetando a un colectivo en el que hay personas muy diferentes en peso, altura, potencia… Yo he cumplido ocho años hormonándome y no pueden comparar mi caso con alguien que empieza ahora a hacerlo. Aunque ojo, esa persona también tiene todo el derecho a hacerlo y a jugar. Deben estudiar cada caso, porque además no somos tantos. Es una cuestión de querer resolverlo o no. Pero se ha visto que prefieren generalizar y quitarse el problema de encima. Me duele leer que nosotras ponemos en peligro la integridad de nuestras compañeras y podemos ser lesivas para ellas. ¡Si hasta en mi equipo me insisten para que sea más dura en el contacto! Por un tema de coordinación, musculatura y hormonas, una da lo que da.
P. ¿Hay estudios hechos con jugadoras trans?
R. No hay estudios hechos a jugadoras en pleno proceso de hormonación. Yo en la Liga conozco jugadoras con problemas de testosterona y no pasa nada. Creo que deben estudiar los casos porque cada uno es diferente a los demás.
P. En División de Honor eres la primera y en España no sois muchas.
R. A mi me van a prohibir jugar al rugby porque he decidido visibilizar que soy trans, si no seguiría jugando tan normal. Conozco a otra chica en Madrid, que juega en de División de Honor, pero la legislación de la Federación Madrileña nos ampara.
P. ¿Cuándo te diste cuenta de que tu identidad de género no coincidía con tu sexo asignado?
R. Yo tengo dos hermanos, uno mayor y otro menor. Y de pequeña, cuando jugábamos en el colegio, no me sentía una chica, pero sí me sentía diferente a los chicos. Me fui informando por mi cuenta, a los 15 años lo hablé con mi hermano mayor y a los 17 me senté ante mis padres y se lo conté. Tengo la suerte de tener una familia abierta e inmediatamente nos fuimos al médico para informarnos sobre las decisiones a tomar.
P. ¿Cómo fue ese proceso?
R. Comenzó un proceso que terminó en una entrevista con un psiquiatra al que tienes que convencer que quieres ser una niña. Le tuve que mentir y decir cosas como que me gustaba el rosa, que jugaba con muñecas y que me gustaban los niños. Porque esa es otra, estamos en una sociedad tan machista que decir que eras trans y lesbiana o trans y gay, está mal visto. Y después de decir eso dieron el visto bueno a mi hormonación. Por experiencia personal te puedo asegurar que se trata de un proceso patologizante y más cuanto más pequeña eres.
P. ¿En quién te apoyabas cuando tenías que hablar de ello o preguntar algo?
R. En internet.
P. ¿Cómo...?
R. Soy muy tímida e insegura y me daba pánico consultarlo con nadie. Así que miré en internet y fui aprendiendo cosas sobre mí y lo que me pasaba, pero me ahorré la vergüenza de contárselo a nadie. En esto tengo que decir que el rugby me ayudó mucho, porque siempre fue un refugio al haber tanta diversidad de tamaños, musculaturas o pesos. Entendí que tenía un sitio, nadie me cuestionó mi forma de ser y comencé a quererme más por cómo era.
P. ¿Por qué das la cara ahora y visibilizas tu condición de trans?
R. Te voy a confesar algo, cada vez que he pensado si contarlo o no, siempre he encontrado más argumentos para mantenerme callada. Pero hemos llegado a un punto en el que hay que decirlo, porque no hay nadie que lo haya hecho. No quiero notoriedad, de hecho no vas a ver en mis redes nada al respecto. Solo quiero que se sepa que estoy aquí, que existo y que quieren quitarme el derecho a hacer el deporte que me gusta. Nunca he publicitado mi transexualidad, pero tampoco la he ocultado. Muchas compañeras y rivales lo saben y en estos días, desde que sacaste el artículo de lo de World Rugby, gente de otros equipos me ha escrito y mandado ánimos. Mis compañeras me han apoyado mucho, incluso hablan de ir a la huelga para que yo juegue si la Federación Española asume la norma de World Rugby. Me he sentido muy arropada y quiero agradecérselo a todo el mundo.
P. ¿Qué pasará contigo si la FER da luz verde a la norma de World Rugby y vetan tu participación en la Liga?
R. Si sale adelante lo de World Rugby, me despediré de mi sueño de jugar con las Leonas, que era algo que soñaba aunque sea muy difícil. Pero si además la FER secunda la norma, entonces no podré jugar en División de Honor y la verdad, después de las lesiones que he sufrido, volver a categoría regional me haría plantearme dejar el rugby. El problema es que esto va más allá, porque yo estudio en una Universidad privada con una beca de deportista que perdería. Si sale adelante esa norma, echaría abajo el 90% de mi vida actual.
P. ¿Crees que las jugadoras la pararán?
R. Soy optimista. Las jugadoras se han movilizado. Hay vídeos de jugadoras estadounidenses en contra y espero más movilizaciones de jugadoras y jugadores si intentan sacarlo adelante. Se trata de un problema de transfobia. Si ves los partidos en los que juego, soy el último mono en el campo. No lesiono a nadie. En el campo soy una más y me hacen sentir así. Es lo único que quiero. Ser lo mismo que el resto, no exijo más ni pido menos.
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