Julen Zabala · Miembro de EHGAM | Noticias de Gipuzkoa, 2007-05-17
Julen Zabala · EHGAM | Diario de Noticias de Alava, 2007-05-18
Desde hace tres años diferentes organizaciones en defensa de los derechos humanos, pero especialmente de los derechos de gays, lesbianas y hombres y mujeres transexuales (en adelante GLT) están promoviendo la institucionalización del día 17 de Mayo como Día Internacional de Lucha contra la Homofobia, la Lesbofobia y la Transfobia. Se ha elegido esta fecha porque en tal día del año 1990 la Organización Mundial de la Salud desclasificó la homosexualidad como enfermedad mental, otro paso más en el reconocimiento social de la población GLT.
El pasado 26 de Abril, el Parlamento Europeo propuso, una vez más, instituir el citado día internacional el 17 de Mayo, pidiendo además la despenalización de la homosexualidad en todo el mundo. La realidad que viven las personas gays, lesbianas, transexuales y otras minorías sexuales sigue siendo trágica en la mayor parte del mundo, según un reciente informe de la Asociación Internacional de Gays y Lesbianas (ILGA). 91 países siguen considerando delito las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, estableciendo penas que van desde multas hasta cadena perpetua e, incluso, condenas a pena de muerte.
Por poner algún ejemplo, podemos indicar la lamentable situación que las personas GLT están padeciendo en Jamaica, donde la homofobia sigue institucionalizada y la ley condena la sodomía a increíbles penas de cárcel, incluso en prácticas consentidas y realizadas de forma privada. La persecución no es sólo institucional sino también social, de modo que las personas sospechosas de orientación homosexual son perseguidas y linchadas.
En noviembre de 2005, Steve Harvey, activista jamaicano por los derechos humanos y la diversidad sexual, fue asesinado, al igual que otros activistas que con valentía se atrevieron a hacer público su desafío a la violencia homofóbica. Desde la organización Jamaica Aids Support, desde 1997, trabajó con la población más vulnerable y marginada, comprometido en la lucha contra el VIH-Sida.
Por poner otro ejemplo, el pasado 9 de Mayo, la comisión del parlamento [mexicano] que promueve la institucionalización del 17 de Mayo como Día contra la Homofobia reveló que durante los últimos cinco años unas mil personas han sido asesinadas por móviles relacionados con la homofobia, la lesbofobia y la transfobia [en México]. Estos datos, realmente escalofriantes, nos demuestran a quienes vivimos en latitudes más favorables, y muy en especial a gays, lesbianas y transexuales asentados en el arcoíris, que nos queda demasiado por hacer para normalizar asuntos relacionados con la orientación sexual y la identidad de género.
Y esto no ocurre únicamente en países del llamado Tercer Mundo. El Parlamento Europeo, en la citada sesión, condenó asimismo los comentarios de diferentes líderes políticos y religiosos, que incitan al odio y a la violencia, haciendo hincapié en el caso de Polonia. En este país, que, no olvidemos, pertenece a la Unión Europea, se está dando durante los últimos años una enorme persecución a la población GLT por parte del gobierno de extrema derecha. Desgraciadamente no es el único caso, puesto que en Letonia, como lo denuncia Amnistía Internacional, también han saltado todas las alertas y podemos decir que en toda Europa se siguen dando lamentables casos, más o menos extendidos, de homofobia, lesbofobia y transfobia.
La resolución del Parlamento Europeo se elaboró, en esta ocasión, a raíz de que Roman Giertych, ministro de educación y presidente de la ultraconservadora Liga de las Familias Polacas, propusiera, sin éxito por el momento, una ley para penalizar lo que él denomina “propaganda” homosexual en Polonia. Esta ley prohibiría al profesorado que se declarara homosexual impartir clases en las escuelas, expulsándolo del sistema educativo, y prohibiría, además, hablar de homosexualidad en sentido positivo en los colegios y otras instituciones académicas.
Roman Giertych, entre otras cosas, declaró: “Ninguna agrupación con trasfondo ideológico, incluidas las asociaciones de homosexuales, tiene derecho a hacer propaganda en las escuelas. Los padres mandan a sus niños a las escuelas para que estudien, no para que estén expuestos a propaganda. En Polonia todos estamos de acuerdo en este punto.”
Pero el acoso a la homosexualidad no es el único, puesto que los gobernantes de Polonia están inmersos en un proceso de caza de brujas, con la aprobación de la llamada Ley de Lustración, que pretende dar certificados de limpieza de sangre a la población polaca que demuestre que no colaboró con los servicios de información del aparato comunista. Además se pretende borrar esa parte de la historia polaca, eliminando cualquier cosa que lo recuerde: desde reconocimientos a los brigadistas internacionales, monumentos o nombres de vías públicas. Nada debe quedar en pie, ni mucho menos la memoria histórica.
Polonia nos debe preocupar, y mucho, porque se trata de un país con el que compartimos la Unión Europea, y no podemos permitir que el totalitarismo que allí gobierna quede impune. Debemos mostrar nuestra solidaridad con la población GLT y, especialmente, con el activismo que, en durísimas condiciones, sale a la calle para defender sus derechos.
Aquí mismo, sin ir más lejos, se producen graves casos de homofobia, lesbofobia y transfobia, prácticamente a diario y en innumerables ámbitos, como el laboral o el educativo. Muchos casos de mobbing o bullying no son sino acoso homofóbico o transfóbico, pero siguen tratándose como tema tabú y ni afloran ni son denunciados como tal.
Las discriminaciones a la población GLT siguen siendo constantes. La Diputación Foral de Gipuzkoa, por poner un último ejemplo, acaba de asumir, sin realizar valoración crítica alguna, el endurecimiento de la normativa para la adopción por parte de las autoridades chinas, que discrimina, entre otras personas, a gays y lesbianas. La Diputación no sólo no promueve el boicot a estas adopciones, sino que ha reproducido, sin sonrojo alguno, en un comunicado las condiciones discriminatorias, advirtiendo a las parejas adoptantes que se abstengan de realizar solicitud alguna si no cumplen los requisitos. No es de recibo colaborar con la agencia china de adopciones, cuando impone tales discriminaciones, aquí superadas legalmente, y cuando en aquel país se vulneran los más elementales derechos humanos.
EHGAM quiere sumarse, como otras organizaciones en defensa de los derechos GLT, a la conmemoración del 17 de Mayo como Día Internacional contra la Homofobia, la Lesbofobia y la Transfobia, solidarizándose con todas las personas gays, lesbianas y hombres y mujeres transexuales que sufren por todo el mundo, con nuestro máximo reconocimiento a quienes luchan por nuestros derechos. Solicitamos a todos los agentes sociales que aprovechen esta jornada para reflexionar sobre estas cuestiones y que las asuman también como propias, pues afrontar y combatir la homofobia, la lesbofobia y la transfobia es una tarea común a quienes propugnan una sociedad más justa. Finalmente dedicamos esta jornada a Aimar Elosegi Ansa, el joven hernaniarra que el pasado 23 de Abril nos dejó, cansado de sentirse diferente, harto de los prejuicios imperantes y víctima de la transfobia. Su testimonio nos da un nuevo impulso para seguir en nuestra lucha.
El pasado 26 de Abril, el Parlamento Europeo propuso, una vez más, instituir el citado día internacional el 17 de Mayo, pidiendo además la despenalización de la homosexualidad en todo el mundo. La realidad que viven las personas gays, lesbianas, transexuales y otras minorías sexuales sigue siendo trágica en la mayor parte del mundo, según un reciente informe de la Asociación Internacional de Gays y Lesbianas (ILGA). 91 países siguen considerando delito las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, estableciendo penas que van desde multas hasta cadena perpetua e, incluso, condenas a pena de muerte.
Por poner algún ejemplo, podemos indicar la lamentable situación que las personas GLT están padeciendo en Jamaica, donde la homofobia sigue institucionalizada y la ley condena la sodomía a increíbles penas de cárcel, incluso en prácticas consentidas y realizadas de forma privada. La persecución no es sólo institucional sino también social, de modo que las personas sospechosas de orientación homosexual son perseguidas y linchadas.
En noviembre de 2005, Steve Harvey, activista jamaicano por los derechos humanos y la diversidad sexual, fue asesinado, al igual que otros activistas que con valentía se atrevieron a hacer público su desafío a la violencia homofóbica. Desde la organización Jamaica Aids Support, desde 1997, trabajó con la población más vulnerable y marginada, comprometido en la lucha contra el VIH-Sida.
Por poner otro ejemplo, el pasado 9 de Mayo, la comisión del parlamento [mexicano] que promueve la institucionalización del 17 de Mayo como Día contra la Homofobia reveló que durante los últimos cinco años unas mil personas han sido asesinadas por móviles relacionados con la homofobia, la lesbofobia y la transfobia [en México]. Estos datos, realmente escalofriantes, nos demuestran a quienes vivimos en latitudes más favorables, y muy en especial a gays, lesbianas y transexuales asentados en el arcoíris, que nos queda demasiado por hacer para normalizar asuntos relacionados con la orientación sexual y la identidad de género.
Y esto no ocurre únicamente en países del llamado Tercer Mundo. El Parlamento Europeo, en la citada sesión, condenó asimismo los comentarios de diferentes líderes políticos y religiosos, que incitan al odio y a la violencia, haciendo hincapié en el caso de Polonia. En este país, que, no olvidemos, pertenece a la Unión Europea, se está dando durante los últimos años una enorme persecución a la población GLT por parte del gobierno de extrema derecha. Desgraciadamente no es el único caso, puesto que en Letonia, como lo denuncia Amnistía Internacional, también han saltado todas las alertas y podemos decir que en toda Europa se siguen dando lamentables casos, más o menos extendidos, de homofobia, lesbofobia y transfobia.
La resolución del Parlamento Europeo se elaboró, en esta ocasión, a raíz de que Roman Giertych, ministro de educación y presidente de la ultraconservadora Liga de las Familias Polacas, propusiera, sin éxito por el momento, una ley para penalizar lo que él denomina “propaganda” homosexual en Polonia. Esta ley prohibiría al profesorado que se declarara homosexual impartir clases en las escuelas, expulsándolo del sistema educativo, y prohibiría, además, hablar de homosexualidad en sentido positivo en los colegios y otras instituciones académicas.
Roman Giertych, entre otras cosas, declaró: “Ninguna agrupación con trasfondo ideológico, incluidas las asociaciones de homosexuales, tiene derecho a hacer propaganda en las escuelas. Los padres mandan a sus niños a las escuelas para que estudien, no para que estén expuestos a propaganda. En Polonia todos estamos de acuerdo en este punto.”
Pero el acoso a la homosexualidad no es el único, puesto que los gobernantes de Polonia están inmersos en un proceso de caza de brujas, con la aprobación de la llamada Ley de Lustración, que pretende dar certificados de limpieza de sangre a la población polaca que demuestre que no colaboró con los servicios de información del aparato comunista. Además se pretende borrar esa parte de la historia polaca, eliminando cualquier cosa que lo recuerde: desde reconocimientos a los brigadistas internacionales, monumentos o nombres de vías públicas. Nada debe quedar en pie, ni mucho menos la memoria histórica.
Polonia nos debe preocupar, y mucho, porque se trata de un país con el que compartimos la Unión Europea, y no podemos permitir que el totalitarismo que allí gobierna quede impune. Debemos mostrar nuestra solidaridad con la población GLT y, especialmente, con el activismo que, en durísimas condiciones, sale a la calle para defender sus derechos.
Aquí mismo, sin ir más lejos, se producen graves casos de homofobia, lesbofobia y transfobia, prácticamente a diario y en innumerables ámbitos, como el laboral o el educativo. Muchos casos de mobbing o bullying no son sino acoso homofóbico o transfóbico, pero siguen tratándose como tema tabú y ni afloran ni son denunciados como tal.
Las discriminaciones a la población GLT siguen siendo constantes. La Diputación Foral de Gipuzkoa, por poner un último ejemplo, acaba de asumir, sin realizar valoración crítica alguna, el endurecimiento de la normativa para la adopción por parte de las autoridades chinas, que discrimina, entre otras personas, a gays y lesbianas. La Diputación no sólo no promueve el boicot a estas adopciones, sino que ha reproducido, sin sonrojo alguno, en un comunicado las condiciones discriminatorias, advirtiendo a las parejas adoptantes que se abstengan de realizar solicitud alguna si no cumplen los requisitos. No es de recibo colaborar con la agencia china de adopciones, cuando impone tales discriminaciones, aquí superadas legalmente, y cuando en aquel país se vulneran los más elementales derechos humanos.
EHGAM quiere sumarse, como otras organizaciones en defensa de los derechos GLT, a la conmemoración del 17 de Mayo como Día Internacional contra la Homofobia, la Lesbofobia y la Transfobia, solidarizándose con todas las personas gays, lesbianas y hombres y mujeres transexuales que sufren por todo el mundo, con nuestro máximo reconocimiento a quienes luchan por nuestros derechos. Solicitamos a todos los agentes sociales que aprovechen esta jornada para reflexionar sobre estas cuestiones y que las asuman también como propias, pues afrontar y combatir la homofobia, la lesbofobia y la transfobia es una tarea común a quienes propugnan una sociedad más justa. Finalmente dedicamos esta jornada a Aimar Elosegi Ansa, el joven hernaniarra que el pasado 23 de Abril nos dejó, cansado de sentirse diferente, harto de los prejuicios imperantes y víctima de la transfobia. Su testimonio nos da un nuevo impulso para seguir en nuestra lucha.
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