miércoles, 6 de febrero de 2019

#hemeroteca #trans | La nueva fuerza del colectivo transexual que rompe esquemas

Imagen: La Vanguardia / Rosa Maria Maristany Y Fina Campas
La nueva fuerza del colectivo transexual que rompe esquemas.
La entidad Trans Baix Power, creada recientemente, está en conversaciones con otros ayuntamientos de la comarca para seguir creciendo y denunciar los problemas de discriminación que sufren.
Jose Polo | La Vanguardia, 2019-02-06
https://www.lavanguardia.com/local/baix-llobregat/20190206/4685076407/colectivo-transexual-baix-llobregat-trans-baix-power.html

“Para pasar de la tolerancia al respeto”, según define su presidenta y fundadora, Rosa Maria Maristany. Trans Baix Power Roses de Sant Feliu es una entidad creada recientemente en Sant Feliu de Llobregat pero con una clara “vocación de servicio comarcal”. Está integrada por personas transexuales que trabajan para acabar con los problemas discriminatorios que padecen. “La nuestra es una lucha diaria por el respeto a nuestra expresión de género”, añade.

Maristany lleva ya años luchando en su ciudad, pero a raíz del nacimiento de la nueva asociación quiere ampliar el foco. No está sola. “La idea es trabajar en red en el ámbito comarcal para defender la problemática trans en el Baix Llobregat”, cuenta Fina Campas, otra persona transexual que también forma parte de la entidad de nuevo cuño.

De momento dan charlas en institutos y escuelas de Sant Feliu, haciendo “pedagogía” entre los alumnos pero también entre el profesorado. También organizan actos y están comenzando a reunirse con los sindicatos para acabar con la discriminación que sufren en el ámbito laboral. “En Sant Feliu hemos roto esquemas”, considera Maristany. Están en conversaciones con otros ayuntamientos, como por ejemplo Molins de Rei, Sant Boi de Llobregat o Sant Just Desvern, y esperan que muy pronto su radio de actuación sea más amplio y vayan creciendo.

Es distinto ser transexual en una gran ciudad como Barcelona que en poblaciones más reducidas. “Hay muchos más problemas en las ciudades pequeñas o en los pueblos. En este tipo de localidades los prejuicios son más grandes”, opina Fina Campas. “Al final todo el mundo se conoce ”, argumenta. “Por eso mismo en Sant Feliu hemos roto esquemas”, insiste. Los prejuicios que padecen se agravan en los pueblos.

La secretaria de Igualtat de la Generalitat de Catalunya, Lluïsa Jiménez, valoró durante la presentación de Trans Baix Power que precisamente la asociación se creara “más allá de Barcelona porque a veces vivir en ciudades más pequeñas es más difícil”, según recoge el diario local Fet a Sant Feliu. “Son una muestra de empoderamiento y liderazgo, trabajar a su lado es un ejercicio de aprendizaje continuo”, afirmó la concejal de Igualdad del Ayuntamiento de Sant Feliu, Lídia Muñoz.

Esta entidad pretende crear un consejo TLGBI “con la T delante” porque “las luchas por la orientación sexual y la identidad de género son diferentes”. De hecho, según cuenta Fina Campas, dentro del colectivo LGTBI la T es “desconocida”. “Por eso somos tan necesarias”, argumenta. “Históricamente, nos han englobado dentro del mismo colectivo, pero lo cierto que es que ellas tienen un grado de integración más efectivo”, afirma.

Trans Baix Power ha vivido con mucha preocupación los recientes ataques al nuevo centro LGTBI impulsado en Barcelona. De hecho, algunas de sus componentes se han acercado a la capital catalana para ver en primera persona los destrozos y participar en las manifestaciones de protesta.

“Estoy muy preocupada por lo sucedido”, reconoce Fina Campas. “Creo que todo se debe al auge de la extrema derecha”, analiza la activista transexual. “Hay un repunte de violencia y creo que puede ir a más”, advierte consternada.

Trans Baix Power está formada por quince personas actualmente y aspiran a crecer porque son “la única asociación trans” de la comarca. Son muy combativas y no tienen pelos en la lengua. “Queremos empoderar y visibilizar, reclamamos respeto. Lo que buscamos es la inclusión social y efectiva”, remarca la presidenta. “La gente debe entender que ser transexual no es ser una prostituta”, agrega.

Sus problemas abarcan diferentes ámbitos sociales. Incluso alguna vez se han visto ninguneadas por políticos: “Durante la gran manifestación feminista del año pasado una concejal de Igualdad de una población del Baix Llobregat me dijo que estaba muy bien que los hombres diésemos apoyo, pero que teníamos que pasar a segunda fila. Le respondí que tenía una vagina más bonita que la suya”, revela sin tapujos. “Muchas veces el apoyo político a nuestro colectivo no pasa del ‘postureo’”, señala, matizando que en Sant Feliu se sienten muy bien tratadas. “Muchos vecinos y entidades nos han dicho que nos quieren, y eso es muy gratificante”, resuelve.

Claman cambios en diversidad de ámbitos sociales. Se quejan de que sus derechos son pisoteados en la justicia, la educación, la sanidad, el ámbito laboral, en la vivienda... “Me costó encontrar piso de alquiler por el simple hecho de ser transexual. Quizás se pensaban que quería organizar un prostíbulo”, denuncia Maristany. “La cantidad de prejuicios es tan grande...”, añade Campas. “Al final lo que buscamos es que la gente de la calle nos vea como personas normales y corrientes”, sintetiza.

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