Imagen: El Salto |
Somos nosotras, aquellas a quien se pretende infructuosamente empujar hacia los armarios, las que tomamos la palabra para explicar que este pin del odio nos afecta, y no solo a nosotras: también a las familias no tradicionales y al alumnado LGTBIQ+. Queremos alzar la voz y pulsar la alarma acerca de los efectos que sobre nuestra existencia y sobre la propia infancia conlleva esta iniciativa del pin parental en el contexto educativo que bloquea vidas, cuestiona identidades y alienta violencias.
Helena Martín Alonso / María Hontoria / Elena García-Oliveros / Marichu Hinojal | El Salto, 2020-03-01
https://www.elsaltodiario.com/lgtbiq/carta-abierta-de-maestras-y-profesoras-bolleras-el-pin-del-odio
Desde la Plataforma de Encuentros Bolleros, algunas compañeras de la escuela pública hemos decidido manifestar nuestro punto de vista sobre el veto parental, solapadamente integrado por el gobierno del Partido Popular en la Comunidad de Madrid en las recientes instrucciones para el próximo curso académico.
El llamado pin parental se dirige contra personas concretas. Su objetivo es bloquear identidades específicas y censurar el discurso de la diversidad. Habilita un bloqueo que impide a niñas, niños y niñes socializar con todo tipo de identidades. Ese pin parental abre la puerta de modo sencillo a anular partes de la realidad social.
Una parte del profesorado somos lesbianas, gais, bisexuales, transexuales. Somos esas identidades disidentes que pretenden borrar del imaginario colectivo con esta iniciativa, desacreditar como profesionales y docentes, poniendo en cuestión nuestra identidad como algo que limita en lugar de enriquecer el proceso de enseñanza y aprendizaje y la relación con nuestro alumnado. ¿Es nuestro desempeño profesional y nuestra vocación por la educación pineable, borrable, desechable o desdeñable?
En nuestros centros tenemos alumnado a quienes se ha pretendido excluir siendo llamados maricones, marimachos, raros. Sin embargo, ahora enfrentan violencias directas de las instituciones que pretenden su segregación en ciertas actividades. ¿Cómo se van a sentir en los patios tras saber que algunos de sus compañeros y compañeras “han sido autorizados” a no asistir a una charla que pretende proveer de información relativas a la educación sexual y visibilizar la diversidad de orientaciones e identidades sexuales? ¿Cuál es el objetivo pedagógico de esta iniciativa? ¿Qué mensaje transmite esta combinación numérica que censura la dignidad de sus maestras y maestros, de su profesorado, de su alumnado? Enseñándoles a pinear a los demás, ¿no les estamos dando la clave del odio?
El mensaje adoctrinador que pretende transmitir en las aulas es otro ataque más dentro de un afán claro por desacreditar, desmantelar y destruir el espíritu de equidad de la Escuela Pública. Frente a este dogmatismo fascista del odio y el señalamiento, responderemos con responsabilidad y firmeza, cumpliendo la normativa existente al respecto. La identidad no es un debate, la visibilización es un derecho de todas las personas. Frente a tal hostigamiento respondemos que vuestros márgenes son nuestro centro. Y lo hacemos juntas, colectivamente, por una educación integradora de todas las identidades LGTBIQ+, feministas, racializadas, con diversidad funcional y de todas aquellas personas miembros de esta sociedad plural de la que somos parte.
Requerimos de manera urgente que las comunidades educativas luchen unidas en contra de la implementación de este pin parental. Os alentamos a #pinearalfascismo, a unirnos y salir a la calle para mostrar que somos más las personas que creemos en la visibilidad y el respeto que las que lo hacen en el fascismo y la exclusión de la diversidad. Posicionémonos con firmeza contra quienes construyen un entorno de hostilidad real, de destrucción de los puentes del diálogo y de la escucha, de conciliación de todas las formas de estar en el mundo.
El llamado pin parental se dirige contra personas concretas. Su objetivo es bloquear identidades específicas y censurar el discurso de la diversidad. Habilita un bloqueo que impide a niñas, niños y niñes socializar con todo tipo de identidades. Ese pin parental abre la puerta de modo sencillo a anular partes de la realidad social.
Una parte del profesorado somos lesbianas, gais, bisexuales, transexuales. Somos esas identidades disidentes que pretenden borrar del imaginario colectivo con esta iniciativa, desacreditar como profesionales y docentes, poniendo en cuestión nuestra identidad como algo que limita en lugar de enriquecer el proceso de enseñanza y aprendizaje y la relación con nuestro alumnado. ¿Es nuestro desempeño profesional y nuestra vocación por la educación pineable, borrable, desechable o desdeñable?
En nuestros centros tenemos alumnado a quienes se ha pretendido excluir siendo llamados maricones, marimachos, raros. Sin embargo, ahora enfrentan violencias directas de las instituciones que pretenden su segregación en ciertas actividades. ¿Cómo se van a sentir en los patios tras saber que algunos de sus compañeros y compañeras “han sido autorizados” a no asistir a una charla que pretende proveer de información relativas a la educación sexual y visibilizar la diversidad de orientaciones e identidades sexuales? ¿Cuál es el objetivo pedagógico de esta iniciativa? ¿Qué mensaje transmite esta combinación numérica que censura la dignidad de sus maestras y maestros, de su profesorado, de su alumnado? Enseñándoles a pinear a los demás, ¿no les estamos dando la clave del odio?
El mensaje adoctrinador que pretende transmitir en las aulas es otro ataque más dentro de un afán claro por desacreditar, desmantelar y destruir el espíritu de equidad de la Escuela Pública. Frente a este dogmatismo fascista del odio y el señalamiento, responderemos con responsabilidad y firmeza, cumpliendo la normativa existente al respecto. La identidad no es un debate, la visibilización es un derecho de todas las personas. Frente a tal hostigamiento respondemos que vuestros márgenes son nuestro centro. Y lo hacemos juntas, colectivamente, por una educación integradora de todas las identidades LGTBIQ+, feministas, racializadas, con diversidad funcional y de todas aquellas personas miembros de esta sociedad plural de la que somos parte.
Requerimos de manera urgente que las comunidades educativas luchen unidas en contra de la implementación de este pin parental. Os alentamos a #pinearalfascismo, a unirnos y salir a la calle para mostrar que somos más las personas que creemos en la visibilidad y el respeto que las que lo hacen en el fascismo y la exclusión de la diversidad. Posicionémonos con firmeza contra quienes construyen un entorno de hostilidad real, de destrucción de los puentes del diálogo y de la escucha, de conciliación de todas las formas de estar en el mundo.
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