El Colombiano / Plantón para denunciar los gaycidios en Medellín // |
Entre redes sociales y hoteles, aumenta preocupación por asesinatos de seis gais en Medellín.
Líderes LGBTIQ+ convocaron a varios plantones para rechazar estos homicidios y amenazas. Las autoridades detectaron patrones: encuentros por redes sociales y sevicia.
Edison Ferney Henao H. | El Colombiano, 2022-04-07
https://www.elcolombiano.com/antioquia/crece-miedo-en-medellin-por-asesinatos-similares-de-hombres-gays-BE17203130
Seis asesinatos de hombres homosexuales en lo que va del año en Medellín tienen sumida en la zozobra a la población LGBTIQ+. Un posible patrón en cuatro de los homicidios, que conectaría aplicaciones de citas, habitaciones de hotel y sevicia en los cuerpos de las víctimas, se ha convertido en una nueva amenaza. En las calles y redes sociales es evidente el miedo. “Ya uno no sabe en dónde ni en qué momento lo pueden atacar. Estamos en alerta roja”.
Esta afirmación de Jacques León, líder social de la comuna 8, canaliza el sentimiento que hoy se cierne sobre los miembros de esta población. Pactar un encuentro sexual mediante una plataforma ha significado una sentencia de muerte para algunos de estos hombres homosexuales, mientras que salir de fiesta o habitar sin temores el espacio público es ahora un lujo para quienes tienen una orientación sexual o identidad de género diversa.
La incertidumbre por los asesinatos hasta ahora registrados ha resultado en una “bola de nieve”. Esta semana se conocieron en redes sociales imágenes de supuestos sospechosos, además de relatos sobre presuntos ataques bajo condiciones similares.
Tan preocupante es la situación que en organizaciones como Casa Diversa, de la que hace parte León en la comuna 8, ahora llevan bitácoras con nombres, teléfonos y direcciones de quienes se sienten en riesgo cuando salen a la calle. Lo usan, dice, como un mecanismo alternativo para no tener más tragedias que lamentar.
Hasta los plantones en rechazo de esta espiral de violencia han sido rotulados mediante amenazas con panfletos anónimos. Estos, sin embargo, no han frenado los pedidos de justicia y medidas efectivas de protección por parte de las autoridades.
El pasado martes se adelantó en Barbacoas, centro de la ciudad, el primero de varios ejercicios de protesta proyectados para esta semana. En el lugar se dieron cita líderes sociales, activistas por los derechos humanos, familiares de las víctimas y autoridades municipales.
Con velas sobre el pavimento, que simularon la sigla LGBTIQ+, pidieron respeto por la vida y garantías para habitar la ciudad. El mismo pedido ha trascendido a otras ciudades del país, en las que han convocado a manifestaciones cerca a edificios institucionales y de la Fiscalía para reprochar lo que viene ocurriendo.
Seis víctimas mortales
La víctima más reciente fue Hernán Macías López, hombre de 28 años, oriundo de Florencia, Caquetá, quien fue encontrado sin vida en un hotel del centro de la ciudad. El hecho se registró hace siete días y las particularidades de la escena del crimen incrementaron la zozobra de esta población y de las autoridades.
Desnudo, atado de pies y manos, y sin rastros de ataque con otro tipo de arma fue hallado el cuerpo de este joven, quien había dejado su ciudad natal para emprender vida en Medellín.
Aunque la Fiscalía Seccional esgrime que los hechos todavía se encuentran en etapa de indagación y la Secretaría de Seguridad de la ciudad, a cargo de José Gerardo Acevedo, aún no consolida la hipótesis de que son crímenes conexos, tres de los cinco homicidios que precedieron al de Macías cargan con contextos y modalidades similares.
También atados y desnudos, con sábanas en sus cuellos, fueron encontrados Juan David López Alzate, de 31 años, asesinado el 28 de enero en su casa, en el barrio Antonio Nariño; Sahmir Javier González Sarmiento, de 28 años, encontrado sin vida en Las Acacias el 15 de febrero; y Juan Danilo Bedoya Román, de 30 años, quien murió el 15 de marzo en el barrio Las Estancias.
Hoteles, una práctica similar en la escena del crimen, robos posteriores al asesinato y encuentros pactados a través de redes sociales —al parecer sin presiones ni amenazas— integran los elementos preliminares de las investigaciones de estos casos.
Un vehículo blanco, detalle retratado por El Colombiano en una entrega previa, fue identificado en dos de las cuatro escenas del crimen mencionadas. Ese elemento, según fuentes judiciales y de activismo por los derechos LGBTIQ+, respaldaría la premisa de que es una práctica serial.
De los seis homicidios, sin embargo, dos ya cuentan con presuntos responsables, según información compartida por la Fiscalía. Uno es el de Osvaldo Adolfo Botero Giraldo, hombre de 45 años, quien fue encontrado sin vida en su casa en el barrio La Castellana el 11 de enero, con una correa amarrada al cuello y varias lesiones en el rostro.
Por este hecho, el ente investigador obtuvo medida de aseguramiento en contra de Dilan Rodríguez Gómez, un joven de 19 años, quien sería una de las tres personas que cargarían con imputaciones por homicidio agravado y hurto calificado.
Cristian Rafael Santos Macías, un ciudadano extranjero, fue capturado el 2 de febrero pasado y sería uno de los responsables por la muerte de Gustavo Alberto Arango Jaramillo, de 52 años, quien fue hallado sin vida, con varios golpes en su cuerpo y rostro, en un hotel de La Candelaria.
Crece el temor
Pese a estos avances por parte de la Fiscalía, y de la recompensa de $80 millones ofrecida por la Alcaldía de Medellín para quien brinde información sobre los cuatro casos aún no resueltos, el temor por perder la vida en espacios que antes eran seguros, según León, sigue en aumento.
Aunque el grado de vulnerabilidad ha sido constante en esta población, frecuentar sitios de esparcimiento o fiesta se volvió riesgoso y ahora solo implica incertidumbre. “No sabemos en qué momento puedan cometer otra agresión, puede ser en un acto, una reunión o un encuentro en el que rechacemos estos homicidios”.
Similar es el sentir de Mitchael Velásquez, activista drag queen, quien expone que estos actos de violencia han generado temor en su círculo cercano, por lo que se han redoblado esfuerzos para evitar salidas sin informar previamente, además de tomar mayores preocupaciones al generar contactos con extraños.
De hecho, Velásquez ha acompañado a denunciar episodios de violencia que han sufrido algunos de sus pares tras pactar encuentros vía redes sociales. “No conocía a ninguna de las víctimas, pero esta semana estuve acompañando un procedimiento de un chico que quedó de encontrarse con alguien y luego lo subieron a un carro. Terminó en el hospital y herido”.
Este panorama, según María Camila Arias, abogada de Colombia Diversa, recrea un patrón de violencia por prejuicio contra hombres homosexuales, quienes son apuñalados o asesinados en sus viviendas. “Cuando los cuerpos son encontrados, usualmente están amarrados y muestran signos de asfixia y tortura, así como golpes en diversas partes del cuerpo”.
Estos hechos podrían responder a dos razones: una aversión de los responsables por la orientación sexual de sus víctimas o una instrumentalización de su predilección que les permite determinar en qué contextos son más vulnerables y cuáles son los momentos y métodos más efectivos para atacar.
Respecto al papel de las plataformas de citas, explica Arias que estas se convierten en un canal apetecido por los perpetradores para acercarse a sus víctimas. “Crean perfiles falsos para seleccionar a sus víctimas y entablar diálogos. Si la persona accede, se fija una cita para, aparentemente, tener un encuentro sexual”.
Los crímenes, más que odio, retratan intolerancia y prejuicio. Esto, dice Velásquez, no debería volver a arreciar en la ciudad, que a hoy registra 256 episodios de violencia en contra de población LGBTIQ+ este año, según el rastreo de la Gerencia de Diversidad de Género e Identidades Sexuales.
“No sabemos de dónde provienen los panfletos y comunicados; no sabemos qué tan real es. Lo único que tenemos claro es que estamos en riesgo y necesitamos acciones inmediatas de las autoridades”, concluye León, para quien acordar una cita o salir de fiesta no debería representar riesgo alguno para nadie en esta ciudad.
Esta afirmación de Jacques León, líder social de la comuna 8, canaliza el sentimiento que hoy se cierne sobre los miembros de esta población. Pactar un encuentro sexual mediante una plataforma ha significado una sentencia de muerte para algunos de estos hombres homosexuales, mientras que salir de fiesta o habitar sin temores el espacio público es ahora un lujo para quienes tienen una orientación sexual o identidad de género diversa.
La incertidumbre por los asesinatos hasta ahora registrados ha resultado en una “bola de nieve”. Esta semana se conocieron en redes sociales imágenes de supuestos sospechosos, además de relatos sobre presuntos ataques bajo condiciones similares.
Tan preocupante es la situación que en organizaciones como Casa Diversa, de la que hace parte León en la comuna 8, ahora llevan bitácoras con nombres, teléfonos y direcciones de quienes se sienten en riesgo cuando salen a la calle. Lo usan, dice, como un mecanismo alternativo para no tener más tragedias que lamentar.
Hasta los plantones en rechazo de esta espiral de violencia han sido rotulados mediante amenazas con panfletos anónimos. Estos, sin embargo, no han frenado los pedidos de justicia y medidas efectivas de protección por parte de las autoridades.
El pasado martes se adelantó en Barbacoas, centro de la ciudad, el primero de varios ejercicios de protesta proyectados para esta semana. En el lugar se dieron cita líderes sociales, activistas por los derechos humanos, familiares de las víctimas y autoridades municipales.
Con velas sobre el pavimento, que simularon la sigla LGBTIQ+, pidieron respeto por la vida y garantías para habitar la ciudad. El mismo pedido ha trascendido a otras ciudades del país, en las que han convocado a manifestaciones cerca a edificios institucionales y de la Fiscalía para reprochar lo que viene ocurriendo.
Seis víctimas mortales
La víctima más reciente fue Hernán Macías López, hombre de 28 años, oriundo de Florencia, Caquetá, quien fue encontrado sin vida en un hotel del centro de la ciudad. El hecho se registró hace siete días y las particularidades de la escena del crimen incrementaron la zozobra de esta población y de las autoridades.
Desnudo, atado de pies y manos, y sin rastros de ataque con otro tipo de arma fue hallado el cuerpo de este joven, quien había dejado su ciudad natal para emprender vida en Medellín.
Aunque la Fiscalía Seccional esgrime que los hechos todavía se encuentran en etapa de indagación y la Secretaría de Seguridad de la ciudad, a cargo de José Gerardo Acevedo, aún no consolida la hipótesis de que son crímenes conexos, tres de los cinco homicidios que precedieron al de Macías cargan con contextos y modalidades similares.
También atados y desnudos, con sábanas en sus cuellos, fueron encontrados Juan David López Alzate, de 31 años, asesinado el 28 de enero en su casa, en el barrio Antonio Nariño; Sahmir Javier González Sarmiento, de 28 años, encontrado sin vida en Las Acacias el 15 de febrero; y Juan Danilo Bedoya Román, de 30 años, quien murió el 15 de marzo en el barrio Las Estancias.
Hoteles, una práctica similar en la escena del crimen, robos posteriores al asesinato y encuentros pactados a través de redes sociales —al parecer sin presiones ni amenazas— integran los elementos preliminares de las investigaciones de estos casos.
Un vehículo blanco, detalle retratado por El Colombiano en una entrega previa, fue identificado en dos de las cuatro escenas del crimen mencionadas. Ese elemento, según fuentes judiciales y de activismo por los derechos LGBTIQ+, respaldaría la premisa de que es una práctica serial.
De los seis homicidios, sin embargo, dos ya cuentan con presuntos responsables, según información compartida por la Fiscalía. Uno es el de Osvaldo Adolfo Botero Giraldo, hombre de 45 años, quien fue encontrado sin vida en su casa en el barrio La Castellana el 11 de enero, con una correa amarrada al cuello y varias lesiones en el rostro.
Por este hecho, el ente investigador obtuvo medida de aseguramiento en contra de Dilan Rodríguez Gómez, un joven de 19 años, quien sería una de las tres personas que cargarían con imputaciones por homicidio agravado y hurto calificado.
Cristian Rafael Santos Macías, un ciudadano extranjero, fue capturado el 2 de febrero pasado y sería uno de los responsables por la muerte de Gustavo Alberto Arango Jaramillo, de 52 años, quien fue hallado sin vida, con varios golpes en su cuerpo y rostro, en un hotel de La Candelaria.
Crece el temor
Pese a estos avances por parte de la Fiscalía, y de la recompensa de $80 millones ofrecida por la Alcaldía de Medellín para quien brinde información sobre los cuatro casos aún no resueltos, el temor por perder la vida en espacios que antes eran seguros, según León, sigue en aumento.
Aunque el grado de vulnerabilidad ha sido constante en esta población, frecuentar sitios de esparcimiento o fiesta se volvió riesgoso y ahora solo implica incertidumbre. “No sabemos en qué momento puedan cometer otra agresión, puede ser en un acto, una reunión o un encuentro en el que rechacemos estos homicidios”.
Similar es el sentir de Mitchael Velásquez, activista drag queen, quien expone que estos actos de violencia han generado temor en su círculo cercano, por lo que se han redoblado esfuerzos para evitar salidas sin informar previamente, además de tomar mayores preocupaciones al generar contactos con extraños.
De hecho, Velásquez ha acompañado a denunciar episodios de violencia que han sufrido algunos de sus pares tras pactar encuentros vía redes sociales. “No conocía a ninguna de las víctimas, pero esta semana estuve acompañando un procedimiento de un chico que quedó de encontrarse con alguien y luego lo subieron a un carro. Terminó en el hospital y herido”.
Este panorama, según María Camila Arias, abogada de Colombia Diversa, recrea un patrón de violencia por prejuicio contra hombres homosexuales, quienes son apuñalados o asesinados en sus viviendas. “Cuando los cuerpos son encontrados, usualmente están amarrados y muestran signos de asfixia y tortura, así como golpes en diversas partes del cuerpo”.
Estos hechos podrían responder a dos razones: una aversión de los responsables por la orientación sexual de sus víctimas o una instrumentalización de su predilección que les permite determinar en qué contextos son más vulnerables y cuáles son los momentos y métodos más efectivos para atacar.
Respecto al papel de las plataformas de citas, explica Arias que estas se convierten en un canal apetecido por los perpetradores para acercarse a sus víctimas. “Crean perfiles falsos para seleccionar a sus víctimas y entablar diálogos. Si la persona accede, se fija una cita para, aparentemente, tener un encuentro sexual”.
Los crímenes, más que odio, retratan intolerancia y prejuicio. Esto, dice Velásquez, no debería volver a arreciar en la ciudad, que a hoy registra 256 episodios de violencia en contra de población LGBTIQ+ este año, según el rastreo de la Gerencia de Diversidad de Género e Identidades Sexuales.
“No sabemos de dónde provienen los panfletos y comunicados; no sabemos qué tan real es. Lo único que tenemos claro es que estamos en riesgo y necesitamos acciones inmediatas de las autoridades”, concluye León, para quien acordar una cita o salir de fiesta no debería representar riesgo alguno para nadie en esta ciudad.
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