El Periódico / Fotograma de 'La amiga de mi amiga' // |
'La amiga de mi amiga': un homenaje 'queer' a Éric Rohmer.
La directora Zaida Carmona presenta en el D'A Film Festival su ópera prima, ‘La amiga de mi amiga’, una fiesta de celebración de la identidad coescrita con Marc Ferrer.
Beatriz Martínez | El Periódico, 2022-04-30
https://www.elperiodico.com/es/ocio-y-cultura/20220430/la-vida-de-mi-amiga-homenaje-queer-eric-rohmer-da-film-festival-barcelona-13591839
En 'La amiga de mi amigo', de Eric Rohmer, se establecían combinaciones entre dos parejas de jóvenes como una especie de juego amoroso repleto de posibilidades. ¿Qué pasaría si se adaptara este esquema al ambiente queer de Barcelona? Es lo que plantea 'La amiga de mi amiga', el primer largometraje de Zaida Carmona, que ha escrito junto a otro francotirador del 'underground' de la capital como es Marc Ferrer.
En ella, la propia Zaida encarna a una joven un tanto neurótica, obsesionada con el amor y repleta de inseguridades. Tras la ruptura con su novia regresará a Barcelona donde se reencontrará con su grupo de amigas inmersas en la intelectualidad catalana. Entre ellas, encontramos a la artista musical Rocío Saiz, a la directora Alba Cros o la cantante Aroa.
«Durante el confinamiento me obsesioné con el cine de los 90 y con Rohmer. Así que me puse a escribir un guion sobre mi entorno, sobre las máscaras que cada uno llevamos mientras establecía un juego de espejos entre la realidad y la ficción, casi como si se tratara de una metapelícula, que es un género que me gusta mucho», nos cuenta la cineasta en conversación por Zoom.
El resultado es una pequeña obra inundada de frescura, de desinhibición y de besos, muchos besos, en la que late de forma constante el espíritu pop. Ahí está como leit motiv el tema de Christina Rosenvinge (que tiene un cameo en la película) 'Tú por mí', una versión de 'Lady Dilema' de Carlos Berlanga, camisetas de Papa Topo, las visitas al cine Zumzeig para ver un ciclo de Eric Rohmer o las referencias a ensayos feministas. 'La amiga de mi amiga' es, en definitiva, una fiesta de celebración de la identidad.
Zaida Carmona quería que fuera una película con referentes positivos. ¿Por qué el cine de lesbianas debe tener siempre un carácter trágico? «Creo que festejar la identidad también es un acto reivindicativo. Me gusta mucho una frase de Brigitte Vasallo que dice: ‘que lo mamarracho no nos quite lo político’. No quería que los personajes fueran ejemplificadores. A veces a las feministas LGTBI se nos exige eso, pero yo no tenía la intención de representar a todo un colectivo. Quería hacer una película de amigas. Son lesbianas, sí, pero son amigas».
Lesbianas invisibilizadas
¿Por qué hay tan poco cine protagonizado por lesbianas en nuestro país? «Las lesbianas hemos estado muy invisibilizadas, por ser LGTBI y por ser mujeres. Es cierto que la cosa está cambiando, pero muy lentamente, y en la mayoría de los casos, las películas que se hacen están dirigidas por hombres que nos sexualizan. Es algo histórico y faltan referentes. Lo que no se nombra no existe, ya sabes, y lo que no se ve, tampoco», continúa Zaida Carmona.
La directora conoció a Marc Ferrer (autor de obras tan iconoclastas como 'Puta y amada' o '¡Corten!') mientras ambos estudiaban la carrera de Comunicación Audiovisual en la Pompeu Fabra y desde entonces se convirtieron en amigos. Su imaginario y sus referentes son muy similares, de manera que sus respectivas obras se encuentran conectadas de alguna manera. «Marc ha sido una fuente de inspiración para mí, sobre todo porque me ha inculcado que las películas, hay que hacerlas como sea. Sin él, no hubiera sido capaz de dar el paso para hacer la mía».
En ella, la propia Zaida encarna a una joven un tanto neurótica, obsesionada con el amor y repleta de inseguridades. Tras la ruptura con su novia regresará a Barcelona donde se reencontrará con su grupo de amigas inmersas en la intelectualidad catalana. Entre ellas, encontramos a la artista musical Rocío Saiz, a la directora Alba Cros o la cantante Aroa.
«Durante el confinamiento me obsesioné con el cine de los 90 y con Rohmer. Así que me puse a escribir un guion sobre mi entorno, sobre las máscaras que cada uno llevamos mientras establecía un juego de espejos entre la realidad y la ficción, casi como si se tratara de una metapelícula, que es un género que me gusta mucho», nos cuenta la cineasta en conversación por Zoom.
El resultado es una pequeña obra inundada de frescura, de desinhibición y de besos, muchos besos, en la que late de forma constante el espíritu pop. Ahí está como leit motiv el tema de Christina Rosenvinge (que tiene un cameo en la película) 'Tú por mí', una versión de 'Lady Dilema' de Carlos Berlanga, camisetas de Papa Topo, las visitas al cine Zumzeig para ver un ciclo de Eric Rohmer o las referencias a ensayos feministas. 'La amiga de mi amiga' es, en definitiva, una fiesta de celebración de la identidad.
Zaida Carmona quería que fuera una película con referentes positivos. ¿Por qué el cine de lesbianas debe tener siempre un carácter trágico? «Creo que festejar la identidad también es un acto reivindicativo. Me gusta mucho una frase de Brigitte Vasallo que dice: ‘que lo mamarracho no nos quite lo político’. No quería que los personajes fueran ejemplificadores. A veces a las feministas LGTBI se nos exige eso, pero yo no tenía la intención de representar a todo un colectivo. Quería hacer una película de amigas. Son lesbianas, sí, pero son amigas».
Lesbianas invisibilizadas
¿Por qué hay tan poco cine protagonizado por lesbianas en nuestro país? «Las lesbianas hemos estado muy invisibilizadas, por ser LGTBI y por ser mujeres. Es cierto que la cosa está cambiando, pero muy lentamente, y en la mayoría de los casos, las películas que se hacen están dirigidas por hombres que nos sexualizan. Es algo histórico y faltan referentes. Lo que no se nombra no existe, ya sabes, y lo que no se ve, tampoco», continúa Zaida Carmona.
La directora conoció a Marc Ferrer (autor de obras tan iconoclastas como 'Puta y amada' o '¡Corten!') mientras ambos estudiaban la carrera de Comunicación Audiovisual en la Pompeu Fabra y desde entonces se convirtieron en amigos. Su imaginario y sus referentes son muy similares, de manera que sus respectivas obras se encuentran conectadas de alguna manera. «Marc ha sido una fuente de inspiración para mí, sobre todo porque me ha inculcado que las películas, hay que hacerlas como sea. Sin él, no hubiera sido capaz de dar el paso para hacer la mía».
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