Lorca, entre Rodríguez Rapún y Ramírez de Lucas
Luis María Ansón | El Cultural, 2013-09-20
http://www.elcultural.es/revista/opinion/Lorca-entre-Rodriguez-Rapun-y-Ramirez-de-Lucas/33309
Juan Ramírez de Lucas me aseguró que la relación de amor que mantuvo con Federico García Lorca -él tenía 17 años, el poeta 37- se distinguió por la apacibilidad y el sentimiento profundo. Nada tiene que ver ese amor con los “Sonetos del amor oscuro”, plagados de quejas, de reproches, de doloridas expresiones.
“...yo me puse a llorar y tú reías, tu desdén era un dios, las quejas mías momentos y palomas en cadena”, escribe el poeta. Y más adelante: “Mi dolor era un grupo de agonías sobre tu débil corazón de arena”. Las ausencias de Rafael Rodríguez Rapún, su actitud a veces desdeñosa, la relación íntima con mujeres, la dureza de trato, todo ello responde al verso tantas veces en lamento de Federico en sus Sonetos del amor oscuro. Cuando el amante ausente se digna en llamarle por teléfono, el poeta escribe: “...mi llanto prendió por vez primera coronas de esperanza por el techo”.
“No me dejes perder lo que he ganado -le ruega Federico a Rafael- y decora las aguas de tu río con hojas de mi otoño enajenado”. Las llagas producidas en la carne viva por el desdén del amante hacia el poeta enamorado abrasan los versos. Federico escribe: “donde sin sueño, sueño tu presencia entre las ruinas de mi pecho hundido”. El poeta quiere “llorar” la “pena” que le sacude y convertir su “llanto” y sus “sudores” en “eterno montón de duro trigo”. Y se queja de forma estremecedora: “Que lo que no me des y no te pida será para la muerte, que no deja ni sombra por la carne estremecida”. Más tarde, Federico le dice a su amante esquivo: “…en vano espero tu palabra escrita”. Y añade: “Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas, tigre y paloma, sobre tu cintura en duelo de mordiscos y azucenas. Llena, pues, de palabras mi locura o déjame vivir en mi serena noche del alma para siempre oscura”.
En la “Primera palabra” de la semana pasada revelaba yo una parte, solo una parte, de la conversación que mantuve en mi despacho del ABC verdadero con Juan Ramírez de Lucas el día en que se publicaron los “Sonetos del amor oscuro”. Yo no sabía a quién estaban dedicados aquellos poemas que habíamos descubierto y que, por su calidad, convertían a Lorca en el primer poeta español del siglo XX, por encima de Guillén y Juan Ramón, de Aleixandre y Alberti, de Machado y Salinas. Juan me aseguró que, aunque él fue el último amor del poeta, aquellos poemas estaban dedicados a Rodríguez Rapún, el anterior amante incierto de Federico. Maltrataba Rafael a Lorca y "era tan cerdo que se acostaba con mujeres”, me dijo Ramírez de Lucas, tumultuosamente indignado, y con esa frase titulé yo mi artículo anterior.
La lectura sosegada de los “Sonetos del amor oscuro”, con su reguero de reproches y lamentos, reflejan la relación a veces borrascosa entre Rapún y Lorca. Parece claro que es así. Rafael Rodríguez Rapún, heterosexual, estudiante de ingeniería, soldado del ejército republicano, secretario del Teatro Universitario La Barraca, hombre de gran sensibilidad e incierto comportamiento, murió abatido por el fuego del dictador Franco un año después del asesinato de Federico García Lorca. Conviene, en todo caso no confundirse ni perderse entre las ramas. Lo de menos es la anécdota de quién fue el destinatario de los “Sonetos”. Lo que de verdad importa es, como me dijo en Isla Negra Pablo Neruda, la calidad de los poemas, su estremecimiento profundo, su belleza inextinguible.
“...yo me puse a llorar y tú reías, tu desdén era un dios, las quejas mías momentos y palomas en cadena”, escribe el poeta. Y más adelante: “Mi dolor era un grupo de agonías sobre tu débil corazón de arena”. Las ausencias de Rafael Rodríguez Rapún, su actitud a veces desdeñosa, la relación íntima con mujeres, la dureza de trato, todo ello responde al verso tantas veces en lamento de Federico en sus Sonetos del amor oscuro. Cuando el amante ausente se digna en llamarle por teléfono, el poeta escribe: “...mi llanto prendió por vez primera coronas de esperanza por el techo”.
“No me dejes perder lo que he ganado -le ruega Federico a Rafael- y decora las aguas de tu río con hojas de mi otoño enajenado”. Las llagas producidas en la carne viva por el desdén del amante hacia el poeta enamorado abrasan los versos. Federico escribe: “donde sin sueño, sueño tu presencia entre las ruinas de mi pecho hundido”. El poeta quiere “llorar” la “pena” que le sacude y convertir su “llanto” y sus “sudores” en “eterno montón de duro trigo”. Y se queja de forma estremecedora: “Que lo que no me des y no te pida será para la muerte, que no deja ni sombra por la carne estremecida”. Más tarde, Federico le dice a su amante esquivo: “…en vano espero tu palabra escrita”. Y añade: “Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas, tigre y paloma, sobre tu cintura en duelo de mordiscos y azucenas. Llena, pues, de palabras mi locura o déjame vivir en mi serena noche del alma para siempre oscura”.
En la “Primera palabra” de la semana pasada revelaba yo una parte, solo una parte, de la conversación que mantuve en mi despacho del ABC verdadero con Juan Ramírez de Lucas el día en que se publicaron los “Sonetos del amor oscuro”. Yo no sabía a quién estaban dedicados aquellos poemas que habíamos descubierto y que, por su calidad, convertían a Lorca en el primer poeta español del siglo XX, por encima de Guillén y Juan Ramón, de Aleixandre y Alberti, de Machado y Salinas. Juan me aseguró que, aunque él fue el último amor del poeta, aquellos poemas estaban dedicados a Rodríguez Rapún, el anterior amante incierto de Federico. Maltrataba Rafael a Lorca y "era tan cerdo que se acostaba con mujeres”, me dijo Ramírez de Lucas, tumultuosamente indignado, y con esa frase titulé yo mi artículo anterior.
La lectura sosegada de los “Sonetos del amor oscuro”, con su reguero de reproches y lamentos, reflejan la relación a veces borrascosa entre Rapún y Lorca. Parece claro que es así. Rafael Rodríguez Rapún, heterosexual, estudiante de ingeniería, soldado del ejército republicano, secretario del Teatro Universitario La Barraca, hombre de gran sensibilidad e incierto comportamiento, murió abatido por el fuego del dictador Franco un año después del asesinato de Federico García Lorca. Conviene, en todo caso no confundirse ni perderse entre las ramas. Lo de menos es la anécdota de quién fue el destinatario de los “Sonetos”. Lo que de verdad importa es, como me dijo en Isla Negra Pablo Neruda, la calidad de los poemas, su estremecimiento profundo, su belleza inextinguible.
"Rapún era un cerdo que se acostaba con mujeres"
Luis María Ansón | El Cultural, El Mundo, 2013-09-13
http://www.elcultural.es/version_papel/OPINION/33272/Rapun_era_un_cerdo_que_se_acostaba_con_mujeres
Hace un año, Alberto Conejero conversó largamente con Tomás Rodríguez Rapún, casi centenario, hermano de Rafael, el amante de García Lorca. Consultó con Margarita, hija de Tomás, los archivos familiares. Habló con Toña, la amiga de María, hermana de Rafael; con Alfonso, hijo de Paulino García-Toraño, que fue durante la guerra incivil compañero de trinchera del amante de Lorca; con Ian Gibson y con J. C. Rubio.
El resultado de estas conversaciones y de una investigación exhaustiva ha permitido a Alberto Conejero escribir una obra de teatro, “La piedra oscura”, que he leído estremecido por una profunda emoción. Rafael Rodríguez Rapún fue herido en agosto de 1937 en un ataque aéreo del bando nacional cerca de Bárcena. Fue trasladado al Hospital Militar de Santander, donde falleció el 18 de agosto, un año después del asesinato de Lorca. Alberto Conejero inventa una conversación entre Rafael Rodríguez Rapún y Sebastián, soldado de 20 años que le custodia la noche en que, de madrugada, será fusilado. El dramatismo del diálogo en capilla se acentúa cuando Rafael revela sus amores con Lorca y termina pidiendo a su carcelero que, al concluir la guerra, hable con Modesto Higueras o con Rafael Martínez Nadal para salvar los últimos escritos del poeta granadino en su piso de la calle de Alcalá, que, por cierto, visité hace años de la mano de Caballero. Rafael insta al soldado a que recupere dos obras de teatro, “El público” y “La piedra oscura”, y, sobre todo, los “Sonetos del amor oscuro”. Y todo se acaba. Suena el golpear de los verdugos mientras Rafael se dirige al muro de ejecución y se hace el oscuro final.
Pablo Neruda me encomendó en 1964 la búsqueda de los “Sonetos del amor oscuro” que Federico le había leído metido en la bañera en julio de 1936. “Eran de una belleza increíble”, me dijo el poeta. Tras mil vicisitudes que he explicado en reiteradas ocasiones, el 17 de marzo de 1984 el ABC verdadero se apuntó la mayor exclusiva cultural de la historia del periodismo español, publicando los once sonetos del amor oscuro. El “scoop” dio la vuelta al mundo. Para Alberto Conejero, el destinatario de esos sonetos era Rafael Rodríguez Rapún. Martínez Nadal, con el que hablé en Londres, pensaba lo mismo y también el entorno del poeta y de su amante. A la muerte de Juan Ramírez de Lucas, hace tres años, surgieron voces de su entorno que señalaron al escritor fallecido como el destinatario de los sonetos. Manuel Francisco Reina, que es un hombre muy inteligente y excelente novelista, se inclina en “Los amores oscuros” por Juan Ramírez de Lucas.
A mí me trae sin cuidado quién inspiró los poemas. Para la historia de la Literatura solo quedará su belleza inextinguible. “Los Sonetos del amor oscuro” han convertido a Lorca en el primer poeta español del siglo XX, por encima, de Guillén, de Juan Ramón, de Aleixandre, de Alberti, de Machado…
Me siento, sin embargo, en la obligación de dejar constancia de mi experiencia personal. Juan Ramírez de Lucas trabajó conmigo durante largos años como crítico de Arquitectura. El día en que ABC publicó los sonetos, se presentó en mi despacho a las cuatro de la tarde. Mantuve una conversación de cinco horas con él. Guardo las notas, como hago de forma habitual. Me exigió confidencialidad absoluta y respeté siempre mi promesa. “Yo soy -me dijo nada más entrar- el último amante de Federico García Lorca”. Me dejó perplejo. Después me explicó que por ser menor de edad no se pudo ir en el verano del 36 con el poeta a México, lo que le hubiera salvado la vida. Estaba emocionado con la publicación de los sonetos y por eso me abrió su alma de par en par. Me explicó su relación con Lorca de forma minuciosa. “O sea, que los poemas están dedicados a ti” -le dije-. “No, por supuesto que no”, me contestó. “Mi relación con Federico fue una maravilla. Tranquila, apacible, sin problemas. Él me doblaba la edad y yo estuve siempre rendido de admiración”. “Entonces…” -le dije-. “Los poemas -aseguró- los escribía Federico pensando en Rafael Rodríguez Rapún, que apenas le hacía caso, que le desdeñaba y le traía por la calle de la amargura”. “Era tan cerdo -concluyó Juan Ramírez de Lucas, indignado- que se acostaba con mujeres”.
Los sonetos, en efecto, están plagados de reproches, de quejas y lamentos que nada tienen que ver con la apacibilidad del último amor de Federico con Juan Ramírez de Lucas. Pero no vale la pena entrar en el debate. Escribo estas líneas para alentar a los empresarios teatrales españoles a que estrenen “La piedra oscura”.
El resultado de estas conversaciones y de una investigación exhaustiva ha permitido a Alberto Conejero escribir una obra de teatro, “La piedra oscura”, que he leído estremecido por una profunda emoción. Rafael Rodríguez Rapún fue herido en agosto de 1937 en un ataque aéreo del bando nacional cerca de Bárcena. Fue trasladado al Hospital Militar de Santander, donde falleció el 18 de agosto, un año después del asesinato de Lorca. Alberto Conejero inventa una conversación entre Rafael Rodríguez Rapún y Sebastián, soldado de 20 años que le custodia la noche en que, de madrugada, será fusilado. El dramatismo del diálogo en capilla se acentúa cuando Rafael revela sus amores con Lorca y termina pidiendo a su carcelero que, al concluir la guerra, hable con Modesto Higueras o con Rafael Martínez Nadal para salvar los últimos escritos del poeta granadino en su piso de la calle de Alcalá, que, por cierto, visité hace años de la mano de Caballero. Rafael insta al soldado a que recupere dos obras de teatro, “El público” y “La piedra oscura”, y, sobre todo, los “Sonetos del amor oscuro”. Y todo se acaba. Suena el golpear de los verdugos mientras Rafael se dirige al muro de ejecución y se hace el oscuro final.
Pablo Neruda me encomendó en 1964 la búsqueda de los “Sonetos del amor oscuro” que Federico le había leído metido en la bañera en julio de 1936. “Eran de una belleza increíble”, me dijo el poeta. Tras mil vicisitudes que he explicado en reiteradas ocasiones, el 17 de marzo de 1984 el ABC verdadero se apuntó la mayor exclusiva cultural de la historia del periodismo español, publicando los once sonetos del amor oscuro. El “scoop” dio la vuelta al mundo. Para Alberto Conejero, el destinatario de esos sonetos era Rafael Rodríguez Rapún. Martínez Nadal, con el que hablé en Londres, pensaba lo mismo y también el entorno del poeta y de su amante. A la muerte de Juan Ramírez de Lucas, hace tres años, surgieron voces de su entorno que señalaron al escritor fallecido como el destinatario de los sonetos. Manuel Francisco Reina, que es un hombre muy inteligente y excelente novelista, se inclina en “Los amores oscuros” por Juan Ramírez de Lucas.
A mí me trae sin cuidado quién inspiró los poemas. Para la historia de la Literatura solo quedará su belleza inextinguible. “Los Sonetos del amor oscuro” han convertido a Lorca en el primer poeta español del siglo XX, por encima, de Guillén, de Juan Ramón, de Aleixandre, de Alberti, de Machado…
Me siento, sin embargo, en la obligación de dejar constancia de mi experiencia personal. Juan Ramírez de Lucas trabajó conmigo durante largos años como crítico de Arquitectura. El día en que ABC publicó los sonetos, se presentó en mi despacho a las cuatro de la tarde. Mantuve una conversación de cinco horas con él. Guardo las notas, como hago de forma habitual. Me exigió confidencialidad absoluta y respeté siempre mi promesa. “Yo soy -me dijo nada más entrar- el último amante de Federico García Lorca”. Me dejó perplejo. Después me explicó que por ser menor de edad no se pudo ir en el verano del 36 con el poeta a México, lo que le hubiera salvado la vida. Estaba emocionado con la publicación de los sonetos y por eso me abrió su alma de par en par. Me explicó su relación con Lorca de forma minuciosa. “O sea, que los poemas están dedicados a ti” -le dije-. “No, por supuesto que no”, me contestó. “Mi relación con Federico fue una maravilla. Tranquila, apacible, sin problemas. Él me doblaba la edad y yo estuve siempre rendido de admiración”. “Entonces…” -le dije-. “Los poemas -aseguró- los escribía Federico pensando en Rafael Rodríguez Rapún, que apenas le hacía caso, que le desdeñaba y le traía por la calle de la amargura”. “Era tan cerdo -concluyó Juan Ramírez de Lucas, indignado- que se acostaba con mujeres”.
Los sonetos, en efecto, están plagados de reproches, de quejas y lamentos que nada tienen que ver con la apacibilidad del último amor de Federico con Juan Ramírez de Lucas. Pero no vale la pena entrar en el debate. Escribo estas líneas para alentar a los empresarios teatrales españoles a que estrenen “La piedra oscura”.
Los amantes ocultos en los sonetos de amor de Federico García Lorca (y 2)
¿Quién inspiró los «Sonetos del Amor Oscuro»? No hay una pista única, sino un conjunto inextricable de nombres y experiencias. En los versos del poeta, la historia se refleja en infinitos espejos
Isabel M. Reverte | ABC, 2012-09-04
http://www.abc.es/20120904/cultura-libros/abci-garcia-lorca-amantes-sonetos-201209031950.html
Lorca: la historia oculta de los sonetos de amor (1)
Cuando ABC, en 1984, dio a conocer los sonetos de amor de Federico García Lorca, produjo un «terremoto» cultural. Este reportaje desvela la historia de esos textos desde la caja fuerte hasta su publicación. Quién los tenía, quién hizo que circularan de forma clandestina y quién decidió editarlos por fin
Isabel M. Reverte | ABC, 2012-09-03
http://www.abc.es/20120902/cultura-libros/abci-lorca-historia-oculta-sonetos-201209021620.html
Si el hombre pudiera decir lo que ama
Isabel M. Reverte desvela en su reportaje a los autores de la edición pirata de los Sonetos del Amor Oscuro de Lorca
Jesús García Calero | ABC, 2012-09-02
http://www.abc.es/20120902/cultura-libros/abci-hombre-pudiera-decir-201209021642.html
Sonetos del amor oscuro
Bajo el Signo de Libra, 2009-11-18
http://bajoelsignodelibra.blogspot.com.es/2009/11/sonetos-del-amor-oscuro.html
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WIKIPEDIA
Sonetos del amor oscuro
http://es.wikipedia.org/wiki/Sonetos_del_amor_oscuro
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