Pasión y muerte del cura Deusto / Augusto D'Halmar.
Tafalla, Navarra : Txalaparta, 2020 [03-02].
212 p.
Colección: Gebara.
Premio Nacional de Chile 1942.
/ ES / NOV / Homoerotismo / Homosexualidad / Literatura
📘 ISBN 9788408223320 / 19,90 €
[.es] Augusto D’Halmar condensa en esta novela lo mejor de la literatura de principios del siglo XX, legándonos además un texto emblemático para la disidencia sexual de todos los tiempos, al narrar abiertamente, por vez primera en lengua castellana, una relación homosexual. La vida de Iñigo Deusto, un clérigo vasco en la treintena, empezará a cambiar cuando se vea obligado a huir de su Algorta natal para recalar en Sevilla. Allí conocerá al joven que hace las veces de monaguillo en su parroquia, Pedro Miguel, un apuesto adolescente gitano hispalense. El cura Deusto deberá enfrentarse, así, a un destino inexorable: entre ambos surgirá enseguida una relación de íntima amistad, que transitará desde la sublimación cristiana y el erotismo contenido hasta un dolor fatal y trágico. Tentado por el amor prohibido, ese que “no osa decir su nombre”, Deusto acabará cayendo en las garras del pecado, para, finalmente, acabar expiando su culpa. Porque "¿en qué puede importarnos lo que murmuren, mientras nosotros tengamos la conciencia tranquila?".
“La obra pertenece a esas novelas que se leen siempre con agrado, que despiertan interés y nos dejan la satisfacción de tomar contacto con un verdadero artista y escritor como lo fue Augusto D’Halmar” -Gonzalo Dago.
“Íñigo Deusto tiene algo de cada una de las tres grandes infieles de la literatura universal, tentación, caída y expiación. Pero su oposición es viril y funesta. Su encastillamiento es tan ignaciano y tan heroico que lo consume como una fiebre” - Augusto F. Prieto (El Correo de Andalucía).
“Aunque Augusto D’Halmar era chileno –o por eso– fue capaz [...] de forzar el antagonismo entre ese gitano y ese vasco que nos gritan sus raíces, y lo que significan. De reflejar la sensualidad, el vigor, de describir la música, la liturgia, los olores y los sabores; el embrujo de las fiestas, y los tráficos oscuros de una ciudad como no hay otra, edificada sobre una sombra alargada y poderosa que le tuvo que fascinar” - Augusto F. Prieto (El Correo de Andalucía).
Augusto D'Halmar. 1882 Valparaíso (Chile) – 1950 Santiago de Chile (Chile). Augusto Jorge Goeminne Thomson, más conocido como Augusto D'Halmar -apellido que adoptó de su bisabuelo-, hijo de una mujer de origen escocés y de un aventurero francés que la abandonaría posteriormente. Su madre murió cuando tenía 10 y fue criado por sus hermanastras en el seno de una familia de clase alta en una sociedad conservadora como la chilena de principios del siglo XX. Un hecho que condicionaría su vida y su literatura. Sus primeras publicaciones las hizo en los periódicos ‘La tarde’ y ‘La ley’. En 1900 llegó a la revista ‘Luz y sombra’. Dos años más tarde lanzó su primer libro, Juana lucero, que recrea la vida de la ciudad de Santiago a principios del siglo XX. Junto a otros escritores creó la Colonia Tolstoyana, un lugar de retiro para artistas del país. Era una parcela en donde se dedicaban a trabajar la tierra y a conectarse con la naturaleza, una de las creencias más grandes de D'Halmar. Alto, elegante, atractivo y gran orador, en 1907 entró en la carrera diplomática como cónsul en Calcuta, para emigrar después al Viejo Continente, instalándose durante 15 años en la Península Ibérica. Entre 1918 y 1924 publicó ‘Nirvana’, ‘Mi otro yo’ y ‘La sombra del humo en el espejo’. En 1924 apareció ‘Pasión y muerte del cura Deusto’, el mismo año que se convirtió en el primer ganador del Premio Nacional de Literatura chileno. Diez años después regresó a su patria, donde moriría con 68 años, aquejado de un cáncer de garganta. En su epitafio dice: “Nada he visto sino el mundo y no me ha pasado nada sino la vida”.
“La obra pertenece a esas novelas que se leen siempre con agrado, que despiertan interés y nos dejan la satisfacción de tomar contacto con un verdadero artista y escritor como lo fue Augusto D’Halmar” -Gonzalo Dago.
“Íñigo Deusto tiene algo de cada una de las tres grandes infieles de la literatura universal, tentación, caída y expiación. Pero su oposición es viril y funesta. Su encastillamiento es tan ignaciano y tan heroico que lo consume como una fiebre” - Augusto F. Prieto (El Correo de Andalucía).
“Aunque Augusto D’Halmar era chileno –o por eso– fue capaz [...] de forzar el antagonismo entre ese gitano y ese vasco que nos gritan sus raíces, y lo que significan. De reflejar la sensualidad, el vigor, de describir la música, la liturgia, los olores y los sabores; el embrujo de las fiestas, y los tráficos oscuros de una ciudad como no hay otra, edificada sobre una sombra alargada y poderosa que le tuvo que fascinar” - Augusto F. Prieto (El Correo de Andalucía).
Augusto D'Halmar. 1882 Valparaíso (Chile) – 1950 Santiago de Chile (Chile). Augusto Jorge Goeminne Thomson, más conocido como Augusto D'Halmar -apellido que adoptó de su bisabuelo-, hijo de una mujer de origen escocés y de un aventurero francés que la abandonaría posteriormente. Su madre murió cuando tenía 10 y fue criado por sus hermanastras en el seno de una familia de clase alta en una sociedad conservadora como la chilena de principios del siglo XX. Un hecho que condicionaría su vida y su literatura. Sus primeras publicaciones las hizo en los periódicos ‘La tarde’ y ‘La ley’. En 1900 llegó a la revista ‘Luz y sombra’. Dos años más tarde lanzó su primer libro, Juana lucero, que recrea la vida de la ciudad de Santiago a principios del siglo XX. Junto a otros escritores creó la Colonia Tolstoyana, un lugar de retiro para artistas del país. Era una parcela en donde se dedicaban a trabajar la tierra y a conectarse con la naturaleza, una de las creencias más grandes de D'Halmar. Alto, elegante, atractivo y gran orador, en 1907 entró en la carrera diplomática como cónsul en Calcuta, para emigrar después al Viejo Continente, instalándose durante 15 años en la Península Ibérica. Entre 1918 y 1924 publicó ‘Nirvana’, ‘Mi otro yo’ y ‘La sombra del humo en el espejo’. En 1924 apareció ‘Pasión y muerte del cura Deusto’, el mismo año que se convirtió en el primer ganador del Premio Nacional de Literatura chileno. Diez años después regresó a su patria, donde moriría con 68 años, aquejado de un cáncer de garganta. En su epitafio dice: “Nada he visto sino el mundo y no me ha pasado nada sino la vida”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.