Imagen: ABC / Berkana lo tiene claro:'No al blanqueamiento...' |
Los derechos LGTBI se defienden no votando a Ayuso.
Son suficientes los antecedentes LGTBIfóbicos del PP como para que ahora intenten tomarnos el pelo posando con banderas arcoíris.
Arnau Ramírez | Huffpost, 2021-04-15
https://www.huffingtonpost.es/entry/los-derechos-lgtbi-se-defienden-no-votando-a-ayuso_es_6076c840e4b01654bb787700
Cuando se avecina una campaña electoral, a veces da la sensación de que casi todo vale. Que se puede prometer casi cualquier cosa. Que quienes nunca han hecho algo se atreven a afirmar que en el futuro sí lo harán. Incluso hay quienes, con pocos escrúpulos y mucha cara, utilizan a colectivos específicos como si de mercadería se tratara. Este es el caso de la candidata Isabel Díaz Ayuso, que lleva dos años de presidenta de la Comunidad de Madrid, durante esta precampaña para las elecciones autonómicas del próximo 4 de mayo.
En los últimos días hemos visto una carpa del PP en la calle Fuencarral, cerca de Chueca, con banderas LGTBI, trans y bisexuales. Incluso la propia presidenta Ayuso se ha paseado por la plaza Pedro Zerolo, en el corazón de Chueca, para hacerse una triste fotografía rodeada de exactamente nadie.
Ambos gestos, que podrían calificarse de campaña para lavar la imagen de Ayuso que llegó a la presidencia de la mano de la ultra derecha homófoba de Vox, tienen como objetivo blanquear su imagen ante un colectivo altamente movilizado y que sabe luchar como nadie por sus derechos. Pero, viendo la trayectoria de la presidenta madrileña y la de la gente que la acompaña, solo cabe pensar que el PP toma por tontos a los ciudadanos y ciudadanas LGTBI.
En solo dos años, Ayuso y compañía han demostrado que no solo sus socios de Vox beben de una LGTBIfobia más propia de otros tiempos, sino que el propio PP en Madrid y en el conjunto de España, destilan un odio hacia las personas que no sean barones blancos y heteros que difícilmente puede ser tapado por una carpa con banderas o una foto en Chueca.
Si el PP a nivel estatal ya recorrió la ley del matrimonio igualitario al Tribunal Constitucional o considera que blindar los derechos de las personas trans es algo innecesario y preocupante, a nivel de la Comunidad de Madrid no se han quedado cortos.
Desde 2019, el PP de Ayuso ha eliminado las charlas LGTBI en los centros educativos y ha negado la formación específica en materia LGTBI para el profesorado, sabiendo que el ámbito de la educación es fundamental para que las próximas generaciones crezcan en un ambiente de respeto y tolerancia. Sabiendo que pocas cosas pueden ser más salvajes y crueles que el ‘bullying’ a un niño o a una niña por su identidad de género o por su orientación sexual. Porque solo combatiendo el odio desde edades muy tempranas será posible erradicar la LGTBIfobia de todos los ámbitos de nuestras vidas.
Este odio al diferente tiene graves consecuencias, como por ejemplo las agresiones LGTBIfóbicas que siguen creciendo en los últimos tiempos en las calles de toda España y también en Madrid. Concretamente en la capital, si en el año 2019 se produjo casi un incidente de este tipo al día, en lo que llevamos de 2021 las cifras ya se han duplicado a dos incidentes diarios, según el Observatorio contra la Homofobia de Madrid. La presidenta defiende que estos datos son solo “casos puntuales” y no suponen una “prioridad” para su Gobierno. Probablemente porque gobierna con Vox y pretende seguir haciéndolo, pero también porque tanto ella como su partido nunca han sido defensores de los derechos de las personas LGTBI.
Pero no es solo una cuestión de dejadez de funciones, sino que los de Ayuso y la propia presidenta mantienen actitudes y declaraciones abiertamente homófobas. Intentó, sin éxito, derogar varios artículos de la ley LGTBI de Madrid porque “muchas familias se sentían atacadas” y rechazó la propuesta de los ultras de mover el Orgullo a la Casa de Campo “porque era un espacio para las familias”. Como si las personas LGTBI no tuviéramos familias o fuéramos seres estrambóticos que es mejor esconder. Los ataques del PP de Ayuso han sido constantes y muy ofensivos, llegando a recomendar artículos que tildaban, literalmente, como “seres monstruosos” a los homosexuales.
Son suficientes los antecedentes LGTBIfóbicos del PP como para que ahora intenten tomarnos el pelo posando con banderas arcoíris, las mismas que la homófoba presidenta madrileña se negó a colgar, por primera vez, en el balcón de Puerta del Sol en su primer año al frente de la Comunidad de Madrid. El próximo 4 de mayo, quienes deseen una sociedad menos salvaje y más humana ya saben a qué candidaturas no hay que votar.
En los últimos días hemos visto una carpa del PP en la calle Fuencarral, cerca de Chueca, con banderas LGTBI, trans y bisexuales. Incluso la propia presidenta Ayuso se ha paseado por la plaza Pedro Zerolo, en el corazón de Chueca, para hacerse una triste fotografía rodeada de exactamente nadie.
Ambos gestos, que podrían calificarse de campaña para lavar la imagen de Ayuso que llegó a la presidencia de la mano de la ultra derecha homófoba de Vox, tienen como objetivo blanquear su imagen ante un colectivo altamente movilizado y que sabe luchar como nadie por sus derechos. Pero, viendo la trayectoria de la presidenta madrileña y la de la gente que la acompaña, solo cabe pensar que el PP toma por tontos a los ciudadanos y ciudadanas LGTBI.
En solo dos años, Ayuso y compañía han demostrado que no solo sus socios de Vox beben de una LGTBIfobia más propia de otros tiempos, sino que el propio PP en Madrid y en el conjunto de España, destilan un odio hacia las personas que no sean barones blancos y heteros que difícilmente puede ser tapado por una carpa con banderas o una foto en Chueca.
Si el PP a nivel estatal ya recorrió la ley del matrimonio igualitario al Tribunal Constitucional o considera que blindar los derechos de las personas trans es algo innecesario y preocupante, a nivel de la Comunidad de Madrid no se han quedado cortos.
Desde 2019, el PP de Ayuso ha eliminado las charlas LGTBI en los centros educativos y ha negado la formación específica en materia LGTBI para el profesorado, sabiendo que el ámbito de la educación es fundamental para que las próximas generaciones crezcan en un ambiente de respeto y tolerancia. Sabiendo que pocas cosas pueden ser más salvajes y crueles que el ‘bullying’ a un niño o a una niña por su identidad de género o por su orientación sexual. Porque solo combatiendo el odio desde edades muy tempranas será posible erradicar la LGTBIfobia de todos los ámbitos de nuestras vidas.
Este odio al diferente tiene graves consecuencias, como por ejemplo las agresiones LGTBIfóbicas que siguen creciendo en los últimos tiempos en las calles de toda España y también en Madrid. Concretamente en la capital, si en el año 2019 se produjo casi un incidente de este tipo al día, en lo que llevamos de 2021 las cifras ya se han duplicado a dos incidentes diarios, según el Observatorio contra la Homofobia de Madrid. La presidenta defiende que estos datos son solo “casos puntuales” y no suponen una “prioridad” para su Gobierno. Probablemente porque gobierna con Vox y pretende seguir haciéndolo, pero también porque tanto ella como su partido nunca han sido defensores de los derechos de las personas LGTBI.
Pero no es solo una cuestión de dejadez de funciones, sino que los de Ayuso y la propia presidenta mantienen actitudes y declaraciones abiertamente homófobas. Intentó, sin éxito, derogar varios artículos de la ley LGTBI de Madrid porque “muchas familias se sentían atacadas” y rechazó la propuesta de los ultras de mover el Orgullo a la Casa de Campo “porque era un espacio para las familias”. Como si las personas LGTBI no tuviéramos familias o fuéramos seres estrambóticos que es mejor esconder. Los ataques del PP de Ayuso han sido constantes y muy ofensivos, llegando a recomendar artículos que tildaban, literalmente, como “seres monstruosos” a los homosexuales.
Son suficientes los antecedentes LGTBIfóbicos del PP como para que ahora intenten tomarnos el pelo posando con banderas arcoíris, las mismas que la homófoba presidenta madrileña se negó a colgar, por primera vez, en el balcón de Puerta del Sol en su primer año al frente de la Comunidad de Madrid. El próximo 4 de mayo, quienes deseen una sociedad menos salvaje y más humana ya saben a qué candidaturas no hay que votar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.