Imagen: El Periódico / Las creadoras de la muestra |
Las lesbianas se reivindican contra la lesbofobia.
En el día de la visibilidad lésbica, las mujeres lesbianas y las lesbianas -tienen muy presentes las identidades disidentes- no solo exigen ser visibles, quieren, además, ser protagonistas. La muestra 'Lesbofòbia, vers i revers d'una violència patriarcal', en el Centre LGTBI de Barcelona, parte de experiencias vitales de sus autoras para reflexionar sobre la violencia estructural.
Helena López | El Periódico, 2021-04-25
https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20210425/dia-visibilidad-lesbica-lesbofobia-exposicion-creacion-positiva-barcelona-lgtbi-11676675
Juegan con el bordado, disciplina históricamente asignada a las mujeres; una losa en la infancia de varias generaciones. El título de la exposición, ‘Lesbofòbia, vers i revers d’una violència patriarcal’ fue cosido con punto de cruz por Toñi Varón, madre de Azahara Fuentes, una de las tres autoras de esta muestra colectiva, para ilustrar el programa de mano. "Mientras lo bordaba, se le removieron muchas cosas", apunta su hija. Otro bordado, este enorme y fruto del trabajo de Maria Viñola, recibe al visitante de la muestra, en el Centre LGTBI de Barcelona hasta el 16 de julio. Sus hilos de colores ayudan a tejer un mosaico que explora las violencias que reciben las lesbianas en la esfera más íntima a través de experiencias personales tanto de las propias artistas -Lara M. Pascual, Azahara Fuentes y Irene C. Matamala- como de otras mujeres que han participado de forma generosa en este trabajo colectivo realizado a petición de la entidad feminista Creación Positiva.
La semilla de 'Lesbofòbia...' tiene mucho que ver con la visibilidad lésbica, cuyo día se celebra este 26 de abril en una jornada reivindicativa en la que las lesbianas no solo quieren ser visibles, quieren ser protagonistas. Tiene también mucho que ver con poner nombre a las cosas que les suceden, ya que lo que no se nombra no existe, y en entender el origen de esas violencias -que no son hechos aislados, son una cuestión estructural- como primer paso para la reparación. "Cuando se habla de la lucha contra la homofobia no nos sentimos representadas", se sinceran las tres autores, muy conscientes de que el movimiento LGTBI hegemónico no es ajeno al sistema patriarcal y de la necesidad de tomar la palabra. Hablan en el Centre LGTBI, junto a Montse Pineda Lorenzo, coordinadora de incidencia política de la entidad que les hizo el encargo.
"Con esta exposición queríamos mostrar las violencias específicas que recibimos las mujeres lesbianas y las lesbianas [reivindican las identidades disidentes], que no se da solo en el espacio público, sino también en el privado, este último invisible y donde queríamos poner el foco", resume Pineda Lorenzo. Esa fue la idea que la entidad -que ya trabajó esta cuestión hace dos años en un documental con el mismo nombre- trasmitió a las artistas, que aprovecharon que la irrupción de la pandemia les dio un año más de margen para trabajar la idea (tenía que estrenarse en abril del 2020 y no han hecho hasta el 21) e ir mucho más allá (y mucho más profundo) de la simple exposición fotográfica que tenían en mente en un primer momento, cuando solo iban a tener un par de meses para preparar la exposición.
Reparar el dolor
Ante la pregunta "¿cuáles son esas violencias específicas que sufren las lesbianas?", C. Matamala pide cambiar el foco; cansadas de tener que estar siempre justificándose, siempre dando explicaciones. "La pregunta que nos hicimos fue, ¿esta exposición para qué tiene que servir? ¿Para quién? Hemos querido mirarnos a nosotras, ver cómo estamos, qué nos pasa, qué necesitamos, qué podemos hacer para reparar todo ese dolor; todo eso sin tener que responder a la mirada de los demás. Se trataba de llevarnos al centro a nosotras, y trabajar desde nosotras. Poner nuestras experiencias en común sin hacernos más daño", reflexiona la artista sin un ápice de arrogancia, en busca de un 'click' en la mente del interlocutor. Esa última idea de "sin hacernos más daño" es a la que más vueltas le han dado las tres amigas durante estos meses. Era muy importante denunciar sin revictimizar y mostrando toda la diversidad posible no solo de cuerpos. "Reivindicar el hecho lésbico como una acción política que va mucho más allá de con quién te acuestas", añade Pineda Lorenzo.
Las tripas del proceso creativo
"¿Cómo nos puede servir esta exposición? No queremos que sea un bajón, pero coño, estamos hablando de violencias", plantea una de las paredes de la exposición, que en todo momento muestra las tripas del proceso creativo, y no solo de este. C. Matamala puntualiza que, pese a que han querido poner el foco en ellas, y la obra se ha estrenado en el Centre LGTBI, esta no quiere ser una obra de autoconsumo. Su intención es moverla por otros espacios y que sirva par derribar muros. Sacudir conciencias y dejar al desnudo la estructura que sustenta esa fobia (el reverso). Luchar contra las violencias simbólicas, compartirlas y hacerlas visibles. "Queríamos que nuestra mirada, que es la del feminismo de base, autónomo, pudiera verse representada. Mostrar relatos de gente que no es nadie en los que todas pudiéramos encontrarnos, romper el aislamiento que frecuentemente envuelve y agrava las violencias recibidas", señala M. Pascual, quien pone como ejemplo claro la presunción de heterosexualidad: "Cuando dices que no, que tú no, empieza el castigo".
Un tiempo y un espacio
A las artistas les gustaría que la muestra sirviera para que las personas que la visiten tengan ese tiempo y ese espacio para pensar sobre esas violencias a veces invisibles. Para reconocerse en ellas, tanto como víctima, como verdugo.
Además de fotografías y decenas de escritos, la muestra incluye un vídeo de dos activistas con diversidad funcional que señalan el privilegio de las que no tienen ninguna discapacidad, en esa voluntad de no dejar a nadie atrás.
La semilla de 'Lesbofòbia...' tiene mucho que ver con la visibilidad lésbica, cuyo día se celebra este 26 de abril en una jornada reivindicativa en la que las lesbianas no solo quieren ser visibles, quieren ser protagonistas. Tiene también mucho que ver con poner nombre a las cosas que les suceden, ya que lo que no se nombra no existe, y en entender el origen de esas violencias -que no son hechos aislados, son una cuestión estructural- como primer paso para la reparación. "Cuando se habla de la lucha contra la homofobia no nos sentimos representadas", se sinceran las tres autores, muy conscientes de que el movimiento LGTBI hegemónico no es ajeno al sistema patriarcal y de la necesidad de tomar la palabra. Hablan en el Centre LGTBI, junto a Montse Pineda Lorenzo, coordinadora de incidencia política de la entidad que les hizo el encargo.
"Con esta exposición queríamos mostrar las violencias específicas que recibimos las mujeres lesbianas y las lesbianas [reivindican las identidades disidentes], que no se da solo en el espacio público, sino también en el privado, este último invisible y donde queríamos poner el foco", resume Pineda Lorenzo. Esa fue la idea que la entidad -que ya trabajó esta cuestión hace dos años en un documental con el mismo nombre- trasmitió a las artistas, que aprovecharon que la irrupción de la pandemia les dio un año más de margen para trabajar la idea (tenía que estrenarse en abril del 2020 y no han hecho hasta el 21) e ir mucho más allá (y mucho más profundo) de la simple exposición fotográfica que tenían en mente en un primer momento, cuando solo iban a tener un par de meses para preparar la exposición.
Reparar el dolor
Ante la pregunta "¿cuáles son esas violencias específicas que sufren las lesbianas?", C. Matamala pide cambiar el foco; cansadas de tener que estar siempre justificándose, siempre dando explicaciones. "La pregunta que nos hicimos fue, ¿esta exposición para qué tiene que servir? ¿Para quién? Hemos querido mirarnos a nosotras, ver cómo estamos, qué nos pasa, qué necesitamos, qué podemos hacer para reparar todo ese dolor; todo eso sin tener que responder a la mirada de los demás. Se trataba de llevarnos al centro a nosotras, y trabajar desde nosotras. Poner nuestras experiencias en común sin hacernos más daño", reflexiona la artista sin un ápice de arrogancia, en busca de un 'click' en la mente del interlocutor. Esa última idea de "sin hacernos más daño" es a la que más vueltas le han dado las tres amigas durante estos meses. Era muy importante denunciar sin revictimizar y mostrando toda la diversidad posible no solo de cuerpos. "Reivindicar el hecho lésbico como una acción política que va mucho más allá de con quién te acuestas", añade Pineda Lorenzo.
Las tripas del proceso creativo
"¿Cómo nos puede servir esta exposición? No queremos que sea un bajón, pero coño, estamos hablando de violencias", plantea una de las paredes de la exposición, que en todo momento muestra las tripas del proceso creativo, y no solo de este. C. Matamala puntualiza que, pese a que han querido poner el foco en ellas, y la obra se ha estrenado en el Centre LGTBI, esta no quiere ser una obra de autoconsumo. Su intención es moverla por otros espacios y que sirva par derribar muros. Sacudir conciencias y dejar al desnudo la estructura que sustenta esa fobia (el reverso). Luchar contra las violencias simbólicas, compartirlas y hacerlas visibles. "Queríamos que nuestra mirada, que es la del feminismo de base, autónomo, pudiera verse representada. Mostrar relatos de gente que no es nadie en los que todas pudiéramos encontrarnos, romper el aislamiento que frecuentemente envuelve y agrava las violencias recibidas", señala M. Pascual, quien pone como ejemplo claro la presunción de heterosexualidad: "Cuando dices que no, que tú no, empieza el castigo".
Un tiempo y un espacio
A las artistas les gustaría que la muestra sirviera para que las personas que la visiten tengan ese tiempo y ese espacio para pensar sobre esas violencias a veces invisibles. Para reconocerse en ellas, tanto como víctima, como verdugo.
Además de fotografías y decenas de escritos, la muestra incluye un vídeo de dos activistas con diversidad funcional que señalan el privilegio de las que no tienen ninguna discapacidad, en esa voluntad de no dejar a nadie atrás.
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