Imagen: El País / Marcha del Oegullo LGTBI en Sao Paulo |
El
Consejo Nacional de Justicia aprueba una resolución que obliga a los
funcionarios de los registros a casar a personas del mismo sexo.
Juan Arias | El País, 2013-05-14
https://elpais.com/sociedad/2013/05/14/actualidad/1368546045_328434.html
Juan Arias | El País, 2013-05-14
https://elpais.com/sociedad/2013/05/14/actualidad/1368546045_328434.html
El Consejo Nacional de Justicia de Brasil
(STJ), presidido por el juez Joaquim Barbosa, también presidente del
Supremo, ha aprobado este martes una resolución por 14 votos contra uno
que obliga a las notarías de todo el país a celebrar el matrimonio de
personas del mismo sexo, así como a convertir en matrimonio las uniones
estables de las mismas.
La decisión del STJ se ha
basado en la tomada en 2011 por el Supremo Tribunal Federal (STF), la
máxima Corte de Justicia del país, que consideró constitucional la unión
de los homosexuales en matrimonio civil.
Desde
entonces jueces de diferentes regiones del país comenzaron a admitir
peticiones de homosexuales y lesbianas que deseaban contraer matrimonio.
La opinión pública había forzado para que la Justicia legislase sobre
el tema en todo el territorio nacional sin dejarlo a la decisión
personal de cada juez. Es lo que propuso al STJ Barbosa, que acaba de
ganar la batalla casi por unanimidad y que aumentará ahora la alta
popularidad adquirida como juez instructor implacable del caso mensalão,
por el que ha condenado a la cárcel a numerosos políticos, empresarios y
banqueros.
La resolución del STJ es contundente.
Prevé que negarse a celebrar el matrimonio civil de homosexuales
implicará la “inmediata comunicación al respectivo juez que tomará las
providencias necesarias”.
En teoría la decisión del
STJ podría ser recurrida ante el plenario del Supremo por parte del
Congreso Nacional, que aún no ha aprobado el matrimonio gay. Sin
embargo, fue el propio Supremo el que se adelantó en 2011 a declarar
constitucionales tales uniones matrimoniales a la espera de los
congresistas que durante años, por presiones sobre todo de las iglesias
evangélicas, no se decidían a legislar sobre la materia.
En
la práctica parece difícil que el Supremo pueda legislar contra lo ya
aprobado, por lo menos mientras se mantenga el juez Barbosa en la
presidencia.
Sin embargo, en el Alto tribunal no hubo
unanimidad en su día. La mayoría de los magistrados votaron a favor de
la constitucionalidad de las uniones homosexuales, subrayando que con
ello quedaba reconocido el derecho de los mismos a contraer matrimonio
civil, pero una minoría se declaró favorable a que esa decisión fuera
ratificada por el Congreso.
Estos últimos años ha
habido una cierta tensión entre el Supremo y el Congreso, más liberal el
primero y más conservador el segundo, por el miedo de diputados y
senadores a no indisponerse con sus electorados cuando en ellos emerge
la presencia de evangélicos y católicos contrarios al reconocimiento del
matrimonio gay.
Ahora mismo existe una gran polémica
porque ha sido elegido presidente de la Comisión de Derechos Humanos el
diputado Marco Feliciano, pastor evangélico acusado de racista que
defiende que la homosexualidad es una enfermedad que debe ser curada y
que se opone radicalmente al matrimonio de personas del mismo sexo.
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