Imagen: El Mundo |
El escritor Marc Serena ha recorrido 15 países africanos para documentar la situación de los colectivos de gays, lesbianas y transexuales
Arturo Arnalte | El Mundo, 2014-04-22
http://www.elmundo.es/cultura/2014/05/22/537daf44268e3e513d8b456b.html
Durante siete meses, el escritor Marc Serena ha recorrido quince países de África para documentar la situación de los colectivos de gays, lesbianas y transexuales. Acaba de publicar sus experiencias en "¡Esto no es africano! De El Cairo a Ciudad del Cabo a través de los amores prohibidos" (editorial Xplora) que sale a las librerías coincidiendo con el Día mundial contra la Homofobia (17 de mayo) y el Día de África (25 de mayo) y probablemente sea el trabajo más completo y actualizado sobre la comunidad LGTB africana hasta la fecha.
Las noticias sobre la persecución a la minoría homosexual y transexual en África son cada vez más graves. ¿Cómo logró encontrar a los protagonistas de su obra?
En cada país fue distinto, pero tuve la suerte de conectar con la red de activistas africanos que está luchando día a día desde estos países. Son organizaciones ilegales, perseguidas y subterráneas, pero me ayudaron mucho. A través de una aplicación de móvil no hubiera sido posible: en la mayoría de estos países, uno de los principales problemas es la extorsión. Un mensaje SMS es suficiente para acabar en prisión.
¿Qué le hizo emprender ese viaje?
Soy crítico con la mayoría que asfixia a un grupo de gente que no quiere renunciar a su orientación sexual o identidad de género. El libro quiere dar voz a personas a quienes se considera una vergüenza nacional. Por eso, a pesar de tener el aspecto de inocente bitácora de viajes, este es un libro que no se publicará en ningún país de África.
¿Cuál es la historia personal que más le impactó?
En Nairobi conocí a John, un chico albino que también es gay. Le pueden matar por las dos cosas, pero me dijo que era peor ser gay. No lo entendía, porque su orientación sexual se puede esconder. Me hizo comprender que aún así, si eres albino, tienes quien te defienda; si eres gay, te pueden tratar peor que a un perro.
¿Cree que se puede hablar de África como un todo respecto a las actitudes homófobas?
África son muchas realidades distintas, pero siempre hay tan poco espacio para hablar de todo el continente que terminamos por generalizar. En verdad hay islas de libertad. En mi viaje visité Cabo Verde, donde a las mujeres trans se las respeta más que en nuestro país.
¿La homofobia en África es genuina o está instigada por los políticos?
El nivel máximo de homofobia que existe hoy está orquestado. Es posible gracias a la unanimidad que consigue quien controla medios de comunicación, gobierno, tribunales, iglesias y escuelas. Sólo así se entiende que en Etiopía un gay reciba el mismo trato que un terrorista. Detrás hay dinero de países como Arabia Saudí y Estados Unidos, que alimentan los mensajes de odio.
¿Es más fácil salir del armario para los cristianos que para los musulmanes?
Es lo mismo. África ha sido también colonizada a nivel religioso y ahora está dominada por una facción del islam y una religión cristiana muy intolerantes. En Kenia me narraron un cuento que decía que si das diez vueltas al árbol, puedes empezar como hombre y terminar siendo mujer. Una manera tradicional de contar la transexualidad. Hay palabras muy bonitas en distintas lenguas africanas para hablar de ser trans, gay, lesbiana... Incluso existen otros conceptos, como "hombre lesbiano" en Sudáfrica. Este libro es un elogio a la diversidad y riqueza de África.
¿Ve posibilidades de cambio?
Hay mucha gente que está luchando para que esto sea posible. Hay incluso mártires. Lo que pasa es que ahora mismo se están perdiendo muchas batallas.
En Occidente, ¿hay interés por la situación de estos colectivos?
Llevo tres años trabajando este libro y creo que ahora es el momento en el que existe más percepción de que las personas LGTB de otros países están sufriendo una situación injusta. No es un libro sólo para gays y lesbianas, lo es también para las personas preocupadas por los derechos humanos y la libertad.
Las noticias sobre la persecución a la minoría homosexual y transexual en África son cada vez más graves. ¿Cómo logró encontrar a los protagonistas de su obra?
En cada país fue distinto, pero tuve la suerte de conectar con la red de activistas africanos que está luchando día a día desde estos países. Son organizaciones ilegales, perseguidas y subterráneas, pero me ayudaron mucho. A través de una aplicación de móvil no hubiera sido posible: en la mayoría de estos países, uno de los principales problemas es la extorsión. Un mensaje SMS es suficiente para acabar en prisión.
¿Qué le hizo emprender ese viaje?
Soy crítico con la mayoría que asfixia a un grupo de gente que no quiere renunciar a su orientación sexual o identidad de género. El libro quiere dar voz a personas a quienes se considera una vergüenza nacional. Por eso, a pesar de tener el aspecto de inocente bitácora de viajes, este es un libro que no se publicará en ningún país de África.
¿Cuál es la historia personal que más le impactó?
En Nairobi conocí a John, un chico albino que también es gay. Le pueden matar por las dos cosas, pero me dijo que era peor ser gay. No lo entendía, porque su orientación sexual se puede esconder. Me hizo comprender que aún así, si eres albino, tienes quien te defienda; si eres gay, te pueden tratar peor que a un perro.
¿Cree que se puede hablar de África como un todo respecto a las actitudes homófobas?
África son muchas realidades distintas, pero siempre hay tan poco espacio para hablar de todo el continente que terminamos por generalizar. En verdad hay islas de libertad. En mi viaje visité Cabo Verde, donde a las mujeres trans se las respeta más que en nuestro país.
¿La homofobia en África es genuina o está instigada por los políticos?
El nivel máximo de homofobia que existe hoy está orquestado. Es posible gracias a la unanimidad que consigue quien controla medios de comunicación, gobierno, tribunales, iglesias y escuelas. Sólo así se entiende que en Etiopía un gay reciba el mismo trato que un terrorista. Detrás hay dinero de países como Arabia Saudí y Estados Unidos, que alimentan los mensajes de odio.
¿Es más fácil salir del armario para los cristianos que para los musulmanes?
Es lo mismo. África ha sido también colonizada a nivel religioso y ahora está dominada por una facción del islam y una religión cristiana muy intolerantes. En Kenia me narraron un cuento que decía que si das diez vueltas al árbol, puedes empezar como hombre y terminar siendo mujer. Una manera tradicional de contar la transexualidad. Hay palabras muy bonitas en distintas lenguas africanas para hablar de ser trans, gay, lesbiana... Incluso existen otros conceptos, como "hombre lesbiano" en Sudáfrica. Este libro es un elogio a la diversidad y riqueza de África.
¿Ve posibilidades de cambio?
Hay mucha gente que está luchando para que esto sea posible. Hay incluso mártires. Lo que pasa es que ahora mismo se están perdiendo muchas batallas.
En Occidente, ¿hay interés por la situación de estos colectivos?
Llevo tres años trabajando este libro y creo que ahora es el momento en el que existe más percepción de que las personas LGTB de otros países están sufriendo una situación injusta. No es un libro sólo para gays y lesbianas, lo es también para las personas preocupadas por los derechos humanos y la libertad.
DOCUMENTACIÓN
A la caza del homosexual en África
Muchos países del continente endurecen las penas para castigar a gays y lesbianas. El integrismo religioso está detrás del auge de homofobia, alentado por los gobiernos.
Alberto Rojas | El Mundo, 2014-01-18
http://www.elmundo.es/internacional/2014/01/18/52da82c9ca4741c0338b456d.html
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