El Mundo // Rafael Miralles, víctima de violencia intragénero // |
Descartan la extorsión en el crimen de Campos y apuntan a un ataque de celos
La víctima, natural de Montuïri, se desangró tras recibir varias puñaladas. Se cree que fue un crimen pasional y que la víctima pretendía romper la relación. Las pruebas sugieren que el detenido no estaba siendo chantajeado.
Enrique Fueris / Elizabeth Sánchez | El Mundo, 2014-05-03
https://www.elmundo.es/baleares/2014/05/03/5364ac2be2704e64078b4572.html
Las pesquisas de la Guardia Civil apuntan a que el asesinato de Campos no estuvo motivado por un intento de extorsión, tal y como declaró el agresor al ser interrogado, sino que fue un crimen pasional desencadenado por el deseo de la víctima de acabar con la relación que mantenía con el ahora detenido.
Así lo confirmaban fuentes cercanas a la investigación del asesinato que a primera hora de la mañana del 2 de mayo había dejado al pueblo de Campos conmocionado. Marc Ferragut Pizá, vecino del municipio y de 53 años de edad, era detenido en su propio domicilio tras haber dado muerte a puñaladas al joven Rafael Gaspar Miralles Vich, de 22 años y natural de Montuïri.
La actitud del detenido fue de total cooperación con sus interrogadores. Sin embargo, su declaración sufrió una serie de vaivenes en la línea argumental que hicieron dudar de su veracidad. Si bien en un principio Ferragut, de 53 años, no admitía que hubiera relación sentimental alguna entre él y su víctima, al poco tiempo acabaría alegando no sólo que sí había existido dicha relación, sino que el joven Rafael Gaspar le había estado exigiendo cada vez más dinero a cambio de mantenerla en secreto.
Según aseguraba Ferragut, su matrimonio (se había casado hacía un año en Campos) pendía de un hilo que el joven de Montuïri podía decidirse a cortar en cualquier momento. Mientras tanto, Ferragut debería pagar por su silencio.
Una declaración que no concuerda con las pruebas recabadas por los investigadores de la Benemérita, entre ellas algunos vídeos en los que aparecen el joven y su asesino. En ellos aparecen imágenes que sugerirían que Ferragut en realidad no guardaba ningún temor por que se divulgara su relación con Miralles. Es más, todo apunta a que Ferragut estaba enamorado del joven y que no aceptó la decisión de éste de terminar con la relación. Asimismo, la reconstrucción de la historia apunta a un supuesto ataque de celos por parte del agresor al verse desplazado por una tercera persona en el orden de prioridades sentimentales de su víctima.
Durante la mañana siguiente los agentes estuvieron tomando declaración a los vecinos del detenido, quien residía en el número 30 de la calle Nicolau Oliver Fullana. Al parecer, la relación entre éste y su víctima tampoco era desconocida para algunos de ellos.
Por otro lado, los investigadores constataron que el consumo de drogas -especialmente cocaína- era un ingrediente habitual de los encuentros que Ferragut y Miralles habían estado manteniendo.
Ocurrió la mañana del 2 de mayo
Los hechos se produjeron poco antes de las diez de la mañana, en el número 30 de la calle Nicolau Oliver Fullana, aunque algunos vecinos declararon que la disputa venía prolongándose ya desde altas horas de la madrugada. Al parecer, Ferragut y Miralles discutían acaloradamente en el rellano del tercer piso, justo ante la puerta del domicilio del primero. En un momento dado, entraron en la casa y fue allí donde el ahora detenido asestó al joven varias puñadas que acabarían costándole la vida.
Los minutos siguientes, según relataría posteriormente, fueron de total azoramiento para Ferragut, que se atrincheró en el domicilio. Una dotación de la Guardia Civil alertada por una llamada de los vecinos llamó a la puerta del inmueble pero Ferragut se negó a abrir. Fueron los bomberos -una dotación del Parque de Llucmajor- los que tuvieron que acceder al interior desde el balcón y una vez allí franquear el paso a los agentes del Instituto Armado.
Atrincherado en casa
«Lo he matado, lo he matado». Mientras el autor del crimen confesaba, los agentes poco podían hacer por el joven apuñalado, quien ya estaba muerto a su llegada. El homicida fue detenido y conducido hasta dependencias policiales en Manacor. Allí fue donde Ferragut, casado y con hijos, reconoció haber actuado en reacción a las amenazas de extorsión de su víctima.
Una situación que al parecer, no era desconocida por algunos de los residentes, quienes llegaron a aseverar que sabían de la relación de su vecino con el joven de Montuïri y que éste «le estaba haciendo la vida imposible».
De no mediar requerimiento judicial extraordinario, el detenido permanecerá todo el fin de semana en los calabozos de Manacor y no será hasta el lunes cuando sea puesto a disposición del juez.
Por otra parte, mientras el detenido prestaba declaración, alrededor de las 14.30 horas se daba la orden en Campos para el levantamiento del cadáver. Hasta el lugar se habían desplazado agentes de la Policía Local de Campos, además de las dotaciones de Guardia Civil y de los Bomberos de Mallorca.
Tanto el joven asesinado como su familia eran muy conocidos en el pueblo de Montuïri. Rafael Gaspar se dedicaba a la producción audiovisual y se publicitaba como especialista en vídeos promocionales y de desfiles colegiales. El joven montuïrer compaginaba su afición por la cámara con el fútbol y el gimnasio, otras de sus pasiones.
Por su parte, el detenido es igualmente bien conocido en el pueblo de Campos, donde los vecinos lo describen como un hombre «simpático, servicial y muy amable». Casado recientemente con una campanera, ambos trabajan en un supermercado del municipio. Según relataron los vecinos de su finca, y a pesar de las tensiones existentes por la relación que algunos conocían, nunca se había presenciado ni oído una discusión subida de tono ni con la víctima ni con ninguna otra persona.
Así lo confirmaban fuentes cercanas a la investigación del asesinato que a primera hora de la mañana del 2 de mayo había dejado al pueblo de Campos conmocionado. Marc Ferragut Pizá, vecino del municipio y de 53 años de edad, era detenido en su propio domicilio tras haber dado muerte a puñaladas al joven Rafael Gaspar Miralles Vich, de 22 años y natural de Montuïri.
La actitud del detenido fue de total cooperación con sus interrogadores. Sin embargo, su declaración sufrió una serie de vaivenes en la línea argumental que hicieron dudar de su veracidad. Si bien en un principio Ferragut, de 53 años, no admitía que hubiera relación sentimental alguna entre él y su víctima, al poco tiempo acabaría alegando no sólo que sí había existido dicha relación, sino que el joven Rafael Gaspar le había estado exigiendo cada vez más dinero a cambio de mantenerla en secreto.
Según aseguraba Ferragut, su matrimonio (se había casado hacía un año en Campos) pendía de un hilo que el joven de Montuïri podía decidirse a cortar en cualquier momento. Mientras tanto, Ferragut debería pagar por su silencio.
Una declaración que no concuerda con las pruebas recabadas por los investigadores de la Benemérita, entre ellas algunos vídeos en los que aparecen el joven y su asesino. En ellos aparecen imágenes que sugerirían que Ferragut en realidad no guardaba ningún temor por que se divulgara su relación con Miralles. Es más, todo apunta a que Ferragut estaba enamorado del joven y que no aceptó la decisión de éste de terminar con la relación. Asimismo, la reconstrucción de la historia apunta a un supuesto ataque de celos por parte del agresor al verse desplazado por una tercera persona en el orden de prioridades sentimentales de su víctima.
Durante la mañana siguiente los agentes estuvieron tomando declaración a los vecinos del detenido, quien residía en el número 30 de la calle Nicolau Oliver Fullana. Al parecer, la relación entre éste y su víctima tampoco era desconocida para algunos de ellos.
Por otro lado, los investigadores constataron que el consumo de drogas -especialmente cocaína- era un ingrediente habitual de los encuentros que Ferragut y Miralles habían estado manteniendo.
Ocurrió la mañana del 2 de mayo
Los hechos se produjeron poco antes de las diez de la mañana, en el número 30 de la calle Nicolau Oliver Fullana, aunque algunos vecinos declararon que la disputa venía prolongándose ya desde altas horas de la madrugada. Al parecer, Ferragut y Miralles discutían acaloradamente en el rellano del tercer piso, justo ante la puerta del domicilio del primero. En un momento dado, entraron en la casa y fue allí donde el ahora detenido asestó al joven varias puñadas que acabarían costándole la vida.
Los minutos siguientes, según relataría posteriormente, fueron de total azoramiento para Ferragut, que se atrincheró en el domicilio. Una dotación de la Guardia Civil alertada por una llamada de los vecinos llamó a la puerta del inmueble pero Ferragut se negó a abrir. Fueron los bomberos -una dotación del Parque de Llucmajor- los que tuvieron que acceder al interior desde el balcón y una vez allí franquear el paso a los agentes del Instituto Armado.
Atrincherado en casa
«Lo he matado, lo he matado». Mientras el autor del crimen confesaba, los agentes poco podían hacer por el joven apuñalado, quien ya estaba muerto a su llegada. El homicida fue detenido y conducido hasta dependencias policiales en Manacor. Allí fue donde Ferragut, casado y con hijos, reconoció haber actuado en reacción a las amenazas de extorsión de su víctima.
Una situación que al parecer, no era desconocida por algunos de los residentes, quienes llegaron a aseverar que sabían de la relación de su vecino con el joven de Montuïri y que éste «le estaba haciendo la vida imposible».
De no mediar requerimiento judicial extraordinario, el detenido permanecerá todo el fin de semana en los calabozos de Manacor y no será hasta el lunes cuando sea puesto a disposición del juez.
Por otra parte, mientras el detenido prestaba declaración, alrededor de las 14.30 horas se daba la orden en Campos para el levantamiento del cadáver. Hasta el lugar se habían desplazado agentes de la Policía Local de Campos, además de las dotaciones de Guardia Civil y de los Bomberos de Mallorca.
Tanto el joven asesinado como su familia eran muy conocidos en el pueblo de Montuïri. Rafael Gaspar se dedicaba a la producción audiovisual y se publicitaba como especialista en vídeos promocionales y de desfiles colegiales. El joven montuïrer compaginaba su afición por la cámara con el fútbol y el gimnasio, otras de sus pasiones.
Por su parte, el detenido es igualmente bien conocido en el pueblo de Campos, donde los vecinos lo describen como un hombre «simpático, servicial y muy amable». Casado recientemente con una campanera, ambos trabajan en un supermercado del municipio. Según relataron los vecinos de su finca, y a pesar de las tensiones existentes por la relación que algunos conocían, nunca se había presenciado ni oído una discusión subida de tono ni con la víctima ni con ninguna otra persona.
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