Cartel de Zinegoak 2021 |
Zineuskadi, 2021-03-29
https://www.zineuskadi.eu/es/entrevistas/TAG_urlTcon_es_VALUE/en-720/
Pau Guillén realiza con nosotros una primera valoración del Festival Zinegoak de este año, que ha contado con varias novedades como su presencia en la plataforma Filmin, por ejemplo, y realiza balance de cómo ha evolucionado el festival en los 10 años que lleva como director, cargo que ha decidido abandonar este año.
¿Qué balance realizáis de esta última edición de Zinegoak?
Nada más terminar hicimos una pequeña valoración y la verdad es que es muy positiva. Íbamos con un poco de miedo, porque no sabíamos muy bien cómo organizar un festival de cine con las circunstancias tan especiales que tenemos en la actualidad. Antes de empezar decidimos seguir apostando por la presencialidad, porque es parte de nuestra esencia, pero siendo conscientes de la necesidad de que el festival contara también con una parte online. Sin ella, a día de hoy, era imposible pensar que pudiera salir bien. Todas las proyecciones se han presentado primero presencialmente, y posteriormente estaban disponibles en Filmin, una plataforma que nos daba la opción de tener una sala de proyección virtual.
Habéis contado con una gran respuesta del público, ¿no?
Sin duda, ha sido muy buena. Teniendo en cuenta que las salas están con unos aforos muy limitados, hemos contado con más de 2000 participantes en las diferentes actividades que hemos organizado presencialmente. Es una cifra muy baja si la comparas con la de otros años, pero a la vez es mucha gente si analizas las circunstancias actuales. Se notaba que el público tenía ganas de ir a las salas, y han agradecido mucho la apuesta que hemos hecho por la presencialidad. En Filmin hemos alcanzado los 15 000 visionados, una barbaridad; nos ha sorprendido muchísimo la acogida que ha tenido.
Además, habéis aprovechado este año “especial” para incorporar novedades. ¿Cómo las valoráis?
Este tiempo de parada lo hemos utilizado para analizar la labor que hacemos, lo que nos ha permitido reorganizar algunas cosas, y nos ha gustado mucho la experiencia. Las proyecciones que hemos realizado en los cines Golem de Bilbao han funcionado muy bien, así como los cortometrajes que hemos emitido en Bilborock. Hacía tiempo que nos planteábamos tener una sede del festival que no fuera en el entorno de Bilbao, y este año hemos pensado que era el momento perfecto para probarlo, para acercar el cine a la gente. Hemos organizado una sede en Lekeitio y la valoración también ha sido muy positiva. Hemos tenido actividad de manera simultánea en las dos ciudades durante tres días. Por ejemplo, había charlas de forma simultánea y podías interactuar con las dos sedes.
¿Os planteáis mantener el formato online en próximas ediciones vistos estos buenos resultados?
Lo vamos a analizar. Filmin puede estar presente de muchas maneras, como una segunda pantalla, como este año, o igual podemos mantenernos de forma presencial y que la plataforma online sea el espacio donde la gente pueda acceder a las películas que han participado en Zinegoak. Creo que hay muy buenas opciones con respecto a Filmin, y trataremos de ver cuál es la que mejor encaja con nuestra filosofía y con la línea que queremos seguir en el festival.
Después de 10 años has decidido que es el momento de hacerse a un lado...
Así es. Desaparezco de la dirección, quiero alejarme un poco de esa responsabilidad, aunque seguiré ayudando en labores de organización, y vamos a crear un comité de dirección. Después de 10 años, estoy muy satisfecho de cómo ha evolucionado todo, pero creo que no estoy todo el tiempo que necesito en Bilbao como para seguir asumiendo este cargo. Considero que alguien que dirige un festival tan importante, y que es la cabeza visible, debe estar conectado con la ciudad y debe vivirla. Me parece que era el momento de hacerme a un lado, antes de que se convirtiera en un problema. Es bueno parar y darle una vuelta a todo.
Por lo que se desprende de tus palabras, no será únicamente un relevo en la dirección...
Queremos que este cambio sea un poco más profundo. El festival sabemos que funciona bien en la ciudad de Bilbao; la gente nos reconoce, tenemos las actividades claras y es una herramienta que hemos conseguido para hablar de diversidad sexual, que es nuestra finalidad principal como asociación. Podemos tratar este tema desde la cultura, y cada año lanzamos un mensaje concreto. Consideramos que nuestra labor ayuda a visibilizar conceptos relacionados con la sexualidad y la diversidad de nuestra sociedad. Sabiendo que esto ya funciona, tenemos que ver cómo poder seguir evolucionando. Vamos a aprovechar esta parada y este cambio para hacer un proceso de reflexión interna.
¿Cuál será tu rol en Zinegoak?
Todavía no lo tenemos claro. De entrada parece que crearemos un comité de dirección en el que yo estaría presente. A partir de ahí, hay que ver qué nuevos pasos se van a dar. En la primera reunión de valoración sí que hemos decidido que no vamos a romper con lo anterior. Se van a mantener muchas cosas, por lo que yo podré aportar mi granito de arena.
Echando la vista atrás, ¿cómo ha evolucionado el festival desde que entraste hace 10 años?
Ha evolucionado a muchos niveles. De ser un evento de cuatro días ha pasado a ser de dos semanas de actividad principal y de mes y medio de otras actividades. Empezamos con ocho películas y este año, que han sido menos, hemos tenido cerca de 30 largometrajes y otros tantos cortometrajes, además de diversos eventos. Yo creo que lo más importante tiene que ver con el objetivo del festival, que nació con la necesidad de crear espacios de conexión entre la gente LGTBI+ y también como una herramienta de empoderamiento. Creo que eso ha evolucionado como la propia sociedad; las formas de relacionarse son otras y el festival se percibe como algo que va más allá de ese espacio de referencia. A día de hoy prima esa función de herramienta de sensibilización hacia una sociedad general a través de los carteles, de los lemas... Se visibilizan con naturalidad imágenes que hace unos años hubieran sido chocantes.
Aunque se ha evolucionado mucho, todavía queda camino por recorrer, ¿no?
Sin duda. Este año el cartel iba en esa línea: reflejaba a tres personas con pelos de colores. Lanzábamos el mensaje de que lo importante es ver que tenemos a una generación completa que se ha educado y ha crecido con otras herramientas en torno a la diversidad sexual, y que les ha permitido entenderse y construirse como personas de una manera mucho más sana, sin tener la sensación de ser un bicho raro o de estar fuera de la sociedad. Es importante entender que las personas somos muy diversas, que nuestra sociedad lo es, y cuanto más amplia sea esa mirada hacia la diversidad, más rica es la sociedad.
¿Qué balance realizáis de esta última edición de Zinegoak?
Nada más terminar hicimos una pequeña valoración y la verdad es que es muy positiva. Íbamos con un poco de miedo, porque no sabíamos muy bien cómo organizar un festival de cine con las circunstancias tan especiales que tenemos en la actualidad. Antes de empezar decidimos seguir apostando por la presencialidad, porque es parte de nuestra esencia, pero siendo conscientes de la necesidad de que el festival contara también con una parte online. Sin ella, a día de hoy, era imposible pensar que pudiera salir bien. Todas las proyecciones se han presentado primero presencialmente, y posteriormente estaban disponibles en Filmin, una plataforma que nos daba la opción de tener una sala de proyección virtual.
Habéis contado con una gran respuesta del público, ¿no?
Sin duda, ha sido muy buena. Teniendo en cuenta que las salas están con unos aforos muy limitados, hemos contado con más de 2000 participantes en las diferentes actividades que hemos organizado presencialmente. Es una cifra muy baja si la comparas con la de otros años, pero a la vez es mucha gente si analizas las circunstancias actuales. Se notaba que el público tenía ganas de ir a las salas, y han agradecido mucho la apuesta que hemos hecho por la presencialidad. En Filmin hemos alcanzado los 15 000 visionados, una barbaridad; nos ha sorprendido muchísimo la acogida que ha tenido.
Además, habéis aprovechado este año “especial” para incorporar novedades. ¿Cómo las valoráis?
Este tiempo de parada lo hemos utilizado para analizar la labor que hacemos, lo que nos ha permitido reorganizar algunas cosas, y nos ha gustado mucho la experiencia. Las proyecciones que hemos realizado en los cines Golem de Bilbao han funcionado muy bien, así como los cortometrajes que hemos emitido en Bilborock. Hacía tiempo que nos planteábamos tener una sede del festival que no fuera en el entorno de Bilbao, y este año hemos pensado que era el momento perfecto para probarlo, para acercar el cine a la gente. Hemos organizado una sede en Lekeitio y la valoración también ha sido muy positiva. Hemos tenido actividad de manera simultánea en las dos ciudades durante tres días. Por ejemplo, había charlas de forma simultánea y podías interactuar con las dos sedes.
¿Os planteáis mantener el formato online en próximas ediciones vistos estos buenos resultados?
Lo vamos a analizar. Filmin puede estar presente de muchas maneras, como una segunda pantalla, como este año, o igual podemos mantenernos de forma presencial y que la plataforma online sea el espacio donde la gente pueda acceder a las películas que han participado en Zinegoak. Creo que hay muy buenas opciones con respecto a Filmin, y trataremos de ver cuál es la que mejor encaja con nuestra filosofía y con la línea que queremos seguir en el festival.
Después de 10 años has decidido que es el momento de hacerse a un lado...
Así es. Desaparezco de la dirección, quiero alejarme un poco de esa responsabilidad, aunque seguiré ayudando en labores de organización, y vamos a crear un comité de dirección. Después de 10 años, estoy muy satisfecho de cómo ha evolucionado todo, pero creo que no estoy todo el tiempo que necesito en Bilbao como para seguir asumiendo este cargo. Considero que alguien que dirige un festival tan importante, y que es la cabeza visible, debe estar conectado con la ciudad y debe vivirla. Me parece que era el momento de hacerme a un lado, antes de que se convirtiera en un problema. Es bueno parar y darle una vuelta a todo.
Por lo que se desprende de tus palabras, no será únicamente un relevo en la dirección...
Queremos que este cambio sea un poco más profundo. El festival sabemos que funciona bien en la ciudad de Bilbao; la gente nos reconoce, tenemos las actividades claras y es una herramienta que hemos conseguido para hablar de diversidad sexual, que es nuestra finalidad principal como asociación. Podemos tratar este tema desde la cultura, y cada año lanzamos un mensaje concreto. Consideramos que nuestra labor ayuda a visibilizar conceptos relacionados con la sexualidad y la diversidad de nuestra sociedad. Sabiendo que esto ya funciona, tenemos que ver cómo poder seguir evolucionando. Vamos a aprovechar esta parada y este cambio para hacer un proceso de reflexión interna.
¿Cuál será tu rol en Zinegoak?
Todavía no lo tenemos claro. De entrada parece que crearemos un comité de dirección en el que yo estaría presente. A partir de ahí, hay que ver qué nuevos pasos se van a dar. En la primera reunión de valoración sí que hemos decidido que no vamos a romper con lo anterior. Se van a mantener muchas cosas, por lo que yo podré aportar mi granito de arena.
Echando la vista atrás, ¿cómo ha evolucionado el festival desde que entraste hace 10 años?
Ha evolucionado a muchos niveles. De ser un evento de cuatro días ha pasado a ser de dos semanas de actividad principal y de mes y medio de otras actividades. Empezamos con ocho películas y este año, que han sido menos, hemos tenido cerca de 30 largometrajes y otros tantos cortometrajes, además de diversos eventos. Yo creo que lo más importante tiene que ver con el objetivo del festival, que nació con la necesidad de crear espacios de conexión entre la gente LGTBI+ y también como una herramienta de empoderamiento. Creo que eso ha evolucionado como la propia sociedad; las formas de relacionarse son otras y el festival se percibe como algo que va más allá de ese espacio de referencia. A día de hoy prima esa función de herramienta de sensibilización hacia una sociedad general a través de los carteles, de los lemas... Se visibilizan con naturalidad imágenes que hace unos años hubieran sido chocantes.
Aunque se ha evolucionado mucho, todavía queda camino por recorrer, ¿no?
Sin duda. Este año el cartel iba en esa línea: reflejaba a tres personas con pelos de colores. Lanzábamos el mensaje de que lo importante es ver que tenemos a una generación completa que se ha educado y ha crecido con otras herramientas en torno a la diversidad sexual, y que les ha permitido entenderse y construirse como personas de una manera mucho más sana, sin tener la sensación de ser un bicho raro o de estar fuera de la sociedad. Es importante entender que las personas somos muy diversas, que nuestra sociedad lo es, y cuanto más amplia sea esa mirada hacia la diversidad, más rica es la sociedad.
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