Imagen: La Opinión A Coruña / Carolina Iglesias // |
Carolina Iglesias ‘Percebes y grelos’ · Youtuber y cómica, ganadora del premio Marcela y Elisa: “A los que dicen que somos una generación de cristal, les recomiendo que vayan a terapia”.
“El no conocer a mucha gente bisexual fue lo que me impulsó a ser visible”.
Marta Otero Mayán | La Opinión A Coruña, 2021-05-16
https://www.laopinioncoruna.es/coruna/2021/05/16/dicen-generacion-cristal-les-recomiendo-51865120.html
La youtuber, guionista, cómica y presentadora gallega Carolina Iglesias, conocida como 'Percebes y grelos' , acaba de ser reconocida con el premio Marcela y Elisa que otorga la asociación ALAS A Coruña por su defensa y visibilización de los derechos del colectivo LGTB.
Acaba de ser reconocida con el premio Marcela y Elisa de la asociación ALAS. ¿Se esperaba un reconocimiento como este?
Para nada. Me ha hecho un montón de ilusión, y viniendo de mi tierra todavía más. Al final, cuando eres abiertamente bisexual no sabes si te va a perjudicar de alguna manera. Estás más expuesta, tienes que pasar por procesos que alguien heterosexual no pasa. Es una palmadita en la espalda, estoy muy contenta.
Sobre todo, porque todavía hay muy pocos referentes bisexuales. Es como un limbo que no se comprende del todo.
Total. De hecho, yo tardé mucho en asumir lo que era porque no tenía referentes muy claros. Todo lo que conocía era parte de un proceso; eran bisexuales pero acababan siendo homosexuales. Pensaba que yo no podía serlo. Eso me impulsó a ser visible yo: al no conocer a mucha gente bisexual, me di cuenta de lo importante que era decirlo. He recibido muchas respuestas de gente joven que me decía que yo le he animado a contárselo a sus padres o a sus amigos.
Habrá quien le diga que no le importa lo que usted sea. ¿Ser visible es un posicionamiento político?
Desde luego. Además, la gente que dice “no nos importa lo que tú seas, no hace falta que digas lo que eres”, suelen ser personas heterosexuales que nunca se han visto en la situación de tener miedo por contar que le gustan las personas de su mismo sexo. Eso es una cuestión de empatía. Hay gente que dice que no hacen falta las etiquetas, pero si eso hace que alguien se sienta bien porque se siente parte de un grupo, siguen siendo necesarias. De momento, la gente necesita formar parte de algo, mientras que lo “normal” sea ser heterosexual. Lo tienes que decir, porque hay sitios donde decirlo está penado con la muerte.
Es la ganadora más joven de este premio. ¿Está bajando la media de edad de los referentes?
Sí, y yo, aunque soy consciente de que soy joven, veo que hay gente todavía más joven que lo tiene clarísimo, que está muy implicada en temas LGTB y con el feminismo. Es muy emocionante porque ves que ahí está habiendo un avance y una evolución, me hace sentir orgullosa.
Utiliza su plataforma para reivindicar derechos de colectivos vulnerables a través del humor. ¿Es la forma más natural de normalizar ciertas cosas?
Yo es que no sé hacer las cosas de otra manera. Mi comedia tiene mucho de personal, y también de emocional. Se pueden tratar temas serios desde el humor y meterte de lleno. Es por donde quiero y necesito que evolucione la comedia, y es por donde la quiero llevar yo. No puedo hablar de algo que no me toque de cerca, aunque no sea de mí misma: el humor, la ironía y la retranca son las mejores maneras de mostrar las desigualdades, las injusticias, todo lo que está mal. A veces, la situación es tan irónica que no tienes ni que hacer un chiste.
¿Qué le dice a los ‘boomers’ que dicen que su generación es de cristal y les llaman ofendiditos?
Que vayan a terapia. Hay muchas cosas por las que ofenderse, si ellos no lo hacen, igual es porque tienen cosas tapadas que no han destapado. Nunca es tarde para ir a terapia y cuidarse.
‘Influencer’ para bien.
Si, yo qué sé. Si de repente me sigue gente en redes por mi trabajo, qué menos que recomendarles que se cuiden la cabeza, que vayan al psicólogo igual que van a otro tipo de médico. El poco poder que pueda tener me gustaría utilizarlo para esto.
¿Un gran poder conlleva una gran responsabilidad?
Sí, al final te la ponen un poco. La gente de Internet no podemos hacernos cargo de todo, pero al menos sí mostrar con normalidad que hay mucha gente que en su vida y en su entorno tiene una realidad muy distinta a la mía, por ejemplo, que siempre he tenido muy normalizado ir a terapia. Nadie de mi familia ha tenido ningún problema cuando les conté que era LGTB, son una familia ejemplar, y soy consciente de que no todo el mundo tiene la suerte de tener la familia que he tenido. Contar mi experiencia creo que puede ayudar a alguien cuya familia no sea tan normal.
Otro de los colectivos de los que es una gran defensora son los ‘millenials’. ¿Para cuándo un premio por eso?
Ya se me va a pasar el tiempo, ya empiezo a ser ‘boomer’. Soy consciente de mi juventud, pero ya no soy la más joven cuando llego a los sitios. La imagen de la gente joven la ha infundado gente vieja. Esa gente vieja que está en el poder no para de decepcionarnos. Aunar en los jóvenes todos los problemas que existen es injusto. Además, esos jóvenes tienen una familia que les ha educado así, algo de culpa tendrán también sus padres. Si ves a tu hijo en el desayuno y luego no lo ves hasta el día siguiente, entiende que te salga un poco perdido si no le haces ni puñetero caso. Simplemente, los ‘millenials’ no somos tan horribles, las generaciones anteriores lo han tenido difícil, y creo que estamos mejorando en muchas cosas. Cuando te dicen: “Es que yo a los 20 ya estaba casado”. Pues hombre, por suerte yo no. O los que tienen hijos para arreglar el matrimonio, que es una cosa que por suerte nuestra generación está dejando de hacer.
Dice que la imagen de la gente joven está impuesta por la gente mayor. Usted es una creadora de contenido que ha conseguido vivir de lo que le gusta: comentar programas, reivindicar la cultura pop. ¿Le suelen decir que para eso no hace falta tener talento?
Yo estuve años trabajando en la radio de guionista y presentadora, de colaboradora en televisión... Si trabajo de esto es porque no paro de trabajar, he decidido cultivar mis redes porque me divierte mucho, pero no se consigue nada sin trabajar muy duro. Animo a los que dicen que la gente de Internet no tiene talento a que se pongan a hacer cosas, que consigan seguidores. A ver si lo pueden hacer tan sencillo, porque yo creo que no lo es. Son muchos años de trabajo, en mi caso en muchos sitios, y eso que yo no soy el máximo referente de seguidores en redes. Los que tengo me los he trabajado diariamente, y eso es algo que no todo el mundo quiere hacer, dedicar su poco tiempo libre a las redes. A mí me compensa porque me siento muy libre en Internet, pero es difícil. Les animo a intentarlo.
Acaba de ser reconocida con el premio Marcela y Elisa de la asociación ALAS. ¿Se esperaba un reconocimiento como este?
Para nada. Me ha hecho un montón de ilusión, y viniendo de mi tierra todavía más. Al final, cuando eres abiertamente bisexual no sabes si te va a perjudicar de alguna manera. Estás más expuesta, tienes que pasar por procesos que alguien heterosexual no pasa. Es una palmadita en la espalda, estoy muy contenta.
Sobre todo, porque todavía hay muy pocos referentes bisexuales. Es como un limbo que no se comprende del todo.
Total. De hecho, yo tardé mucho en asumir lo que era porque no tenía referentes muy claros. Todo lo que conocía era parte de un proceso; eran bisexuales pero acababan siendo homosexuales. Pensaba que yo no podía serlo. Eso me impulsó a ser visible yo: al no conocer a mucha gente bisexual, me di cuenta de lo importante que era decirlo. He recibido muchas respuestas de gente joven que me decía que yo le he animado a contárselo a sus padres o a sus amigos.
Habrá quien le diga que no le importa lo que usted sea. ¿Ser visible es un posicionamiento político?
Desde luego. Además, la gente que dice “no nos importa lo que tú seas, no hace falta que digas lo que eres”, suelen ser personas heterosexuales que nunca se han visto en la situación de tener miedo por contar que le gustan las personas de su mismo sexo. Eso es una cuestión de empatía. Hay gente que dice que no hacen falta las etiquetas, pero si eso hace que alguien se sienta bien porque se siente parte de un grupo, siguen siendo necesarias. De momento, la gente necesita formar parte de algo, mientras que lo “normal” sea ser heterosexual. Lo tienes que decir, porque hay sitios donde decirlo está penado con la muerte.
Es la ganadora más joven de este premio. ¿Está bajando la media de edad de los referentes?
Sí, y yo, aunque soy consciente de que soy joven, veo que hay gente todavía más joven que lo tiene clarísimo, que está muy implicada en temas LGTB y con el feminismo. Es muy emocionante porque ves que ahí está habiendo un avance y una evolución, me hace sentir orgullosa.
Utiliza su plataforma para reivindicar derechos de colectivos vulnerables a través del humor. ¿Es la forma más natural de normalizar ciertas cosas?
Yo es que no sé hacer las cosas de otra manera. Mi comedia tiene mucho de personal, y también de emocional. Se pueden tratar temas serios desde el humor y meterte de lleno. Es por donde quiero y necesito que evolucione la comedia, y es por donde la quiero llevar yo. No puedo hablar de algo que no me toque de cerca, aunque no sea de mí misma: el humor, la ironía y la retranca son las mejores maneras de mostrar las desigualdades, las injusticias, todo lo que está mal. A veces, la situación es tan irónica que no tienes ni que hacer un chiste.
¿Qué le dice a los ‘boomers’ que dicen que su generación es de cristal y les llaman ofendiditos?
Que vayan a terapia. Hay muchas cosas por las que ofenderse, si ellos no lo hacen, igual es porque tienen cosas tapadas que no han destapado. Nunca es tarde para ir a terapia y cuidarse.
‘Influencer’ para bien.
Si, yo qué sé. Si de repente me sigue gente en redes por mi trabajo, qué menos que recomendarles que se cuiden la cabeza, que vayan al psicólogo igual que van a otro tipo de médico. El poco poder que pueda tener me gustaría utilizarlo para esto.
¿Un gran poder conlleva una gran responsabilidad?
Sí, al final te la ponen un poco. La gente de Internet no podemos hacernos cargo de todo, pero al menos sí mostrar con normalidad que hay mucha gente que en su vida y en su entorno tiene una realidad muy distinta a la mía, por ejemplo, que siempre he tenido muy normalizado ir a terapia. Nadie de mi familia ha tenido ningún problema cuando les conté que era LGTB, son una familia ejemplar, y soy consciente de que no todo el mundo tiene la suerte de tener la familia que he tenido. Contar mi experiencia creo que puede ayudar a alguien cuya familia no sea tan normal.
Otro de los colectivos de los que es una gran defensora son los ‘millenials’. ¿Para cuándo un premio por eso?
Ya se me va a pasar el tiempo, ya empiezo a ser ‘boomer’. Soy consciente de mi juventud, pero ya no soy la más joven cuando llego a los sitios. La imagen de la gente joven la ha infundado gente vieja. Esa gente vieja que está en el poder no para de decepcionarnos. Aunar en los jóvenes todos los problemas que existen es injusto. Además, esos jóvenes tienen una familia que les ha educado así, algo de culpa tendrán también sus padres. Si ves a tu hijo en el desayuno y luego no lo ves hasta el día siguiente, entiende que te salga un poco perdido si no le haces ni puñetero caso. Simplemente, los ‘millenials’ no somos tan horribles, las generaciones anteriores lo han tenido difícil, y creo que estamos mejorando en muchas cosas. Cuando te dicen: “Es que yo a los 20 ya estaba casado”. Pues hombre, por suerte yo no. O los que tienen hijos para arreglar el matrimonio, que es una cosa que por suerte nuestra generación está dejando de hacer.
Dice que la imagen de la gente joven está impuesta por la gente mayor. Usted es una creadora de contenido que ha conseguido vivir de lo que le gusta: comentar programas, reivindicar la cultura pop. ¿Le suelen decir que para eso no hace falta tener talento?
Yo estuve años trabajando en la radio de guionista y presentadora, de colaboradora en televisión... Si trabajo de esto es porque no paro de trabajar, he decidido cultivar mis redes porque me divierte mucho, pero no se consigue nada sin trabajar muy duro. Animo a los que dicen que la gente de Internet no tiene talento a que se pongan a hacer cosas, que consigan seguidores. A ver si lo pueden hacer tan sencillo, porque yo creo que no lo es. Son muchos años de trabajo, en mi caso en muchos sitios, y eso que yo no soy el máximo referente de seguidores en redes. Los que tengo me los he trabajado diariamente, y eso es algo que no todo el mundo quiere hacer, dedicar su poco tiempo libre a las redes. A mí me compensa porque me siento muy libre en Internet, pero es difícil. Les animo a intentarlo.
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