lunes, 11 de julio de 2022

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Buscan acabar con la "discriminación encubierta" del club Eguzki de La Concha.

El Ayuntamiento estudia ofrecer la construcción del vestuario de mujeres para terminar con la “excusa” esgrimida.
Carolina Alonso | Noticias de Gipuzkoa, 2022-07-11
https://www.noticiasdegipuzkoa.eus/donostia/2022/07/11/buscan-acabar-discriminacion-encubierta-club-5802350.html

El Ayuntamiento de Donostia estudiará sufragar las obras de creación de un vestuario para mujeres en las instalaciones del club deportivo Eguzki para terminar con la “discriminación encubierta” que se produce en esta instalación, que no forma parte de la red de polideportivos municipales.

Así lo aseguró este lunes en la comisión de Pleno de Servicios a las Personas la concejala de Proyectos y Obras, Duñike Agirrezabalaga, en respuesta a una interpelación de la corporativa Marta Huarte, de Elkarrekin Donostia, que quiso saber cuál es la razón “por la que el gobierno municipal no ha resuelto la problemática de este club deportivo, después de tantos años”.

Agirrezabalaga reconoció que el club, a pesar de utilizar instalaciones públicas, no cumple las leyes de igualdad. Añadió que la entidad cambió sus estatutos hace diez años para abrir la posibilidad de que las mujeres fueran socias, pero esta opción sobre el papel no se ha hecho realidad. “La directiva dice que no hay un espacio habilitado como vestuario con duchas para las mujeres, una realidad que esgrimen como motivo de la situación”, dijo la edil socialista.

Por ello, añadió, el Ayuntamiento iniciará conversaciones con el club y, si llegan a un acuerdo, ofrecerá financiar las obras, con un coste calculado de 36.000 euros hace unos años, para que la instalación pueda borrar la “actual discriminación encubierta”. “De ese modo no habrá excusas para que no ingresen mujeres como socias”, recalcó.

El club privado situado a pie de playa y fundado en 1925 solo para varones sigue casi un siglo después con la misma filosofía y 600 socios.

Se asienta en uno de los edificios de la sociedad municipal Balneario de la Perla, que es propiedad de Costas el Estado y tiene una concesión con la sociedad municipal, que finalizó en 2017 y debe volver a salir a concurso.

Aunque del exterior solo se aprecia el edificio de estilo balneario, dentro cuenta con seis minifrontones, salas de máquinas con vistas a la bahía y un recinto de billar, entre otras dependencias. Su salida directa a la playa es otro de sus alicientes.

La concejala de Proyectos y Obras recordó en la comisión que cuando Costas vuelva a sacar a concurso la concesión del edificio para un periodo de tiempo se podrá introducir la obligatoriedad de que entren mujeres como socias. Mientras llega este momento, que se espera inminente, la corporativa cree que es necesario “trabajar en llegar a acuerdos para terminar de una vez con la discriminación encubierta y que esto no se convierta en un conflicto como, por ejemplo, los alardes del Bidasoa”.

Para acceder a este club tienen preferencia los familiares de los socios. En 2012, el club modificó sus estatutos para que no solo los familiares varones de los socios pudieran optar a entrar en el privilegiado espacio deportivo, sino también las mujeres. En ese momento, sobre el papel, se abrió la puerta a que las mujeres fueran socias, pero la realidad es que las féminas no han entrado hasta el momento como miembros de pleno derecho

La polémica sobre la prohibición de socias mujeres en el Eguzki salió a la luz pública en 2017, después de que un socio presentase una queja ya que veía injusto que su hija no pudiera optar a ser socia de su club. La situación generó desencuentros entre algunos sectores de la entidad y entonces la directiva ya aludió a la ausencia de un local destinado a vestuario de mujeres para no facilitar su ingreso.

El Ayuntamiento admitió la irregularidad de la situación pero señaló que no podía cambiar las condiciones de un club privado, aunque estuviese en un local público.

El entonces corporativo socialista Ernesto Gasco manifestó: “Si tuviéramos que hacer una prórroga deberíamos de tomar en cuenta esta situación”. Y añadió que el Ayuntamiento podía actuar “en el continente, pero no en el contenido”. Un informe jurídico ratificó esa posición.

Por otra parte, Agirrezabalaga manifestó que hay “compañeros de todos los grupos políticos” del Ayuntamiento que son socios del Eguzki y les instó a trabajar de puertas adentro para poder cambiar la actual situación.

Aunque la situación discriminatoria es una realidad, el freno a la entrada de mujeres podría tener otros motivos, según algunos. Por ejemplo, que la entrada de un cierto número de mujeres como socias podría conllevar una reducción de socios varones por cuestiones de espacio, algo que no se argumenta de puertas para afuera pero que preocupa a más de uno.

Además, algunos temen también que un concurso público podría dar como resultado que no fuese el club Eguzki quien resultase ganador y que cualquier otra entidad deportiva pudiera hacerse con el uso de este privilegiado espacio, que lleva casi un siglo en manos de la misma entidad.

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