Diario Sur / Fotograma de la nueva 'Queer as Folk' // |
Vuelve 'Queer as Folk': por qué debemos reivindicar la serie que mostró cómo vivía el colectivo LGTBI.
Russel T. Davis, creador de 'Years and Years' y del 'Queer as Folk' británico, relanza un proyecto que aún no tiene fecha de estreno en España, y que parte con la dificultad de alcanzar las cotas de relevancia que obtuvo entre 2000 y 2005 la versión americana.
Iván Gelibter | Diario Sur, 2022-06-29
https://www.diariosur.es/pantallas/series/vuelve-queer-folk-20220628181204-ntrc.html
No era casualidad que sonara 'Proud' de Heather Small. Se trataba de las primeras secuencias de un hito televisivo que muchos han olvidado, pero no así los acordes de una canción convertida para la comunidad LGTBI en todo en un himno. «Puedo sentir cómo mi alma asciende, y nadie puede detenerme», rezaba el estribillo mientras 'Sunrise' Justin hacía su debut en escena. Acababa de nacer 'Queer as Folk', una serie pionera que ponía en el centro de la trama a gays y a lesbianas; el espejo 'mainstream' en el que toda una generación se miró para verse reflejado por primera vez en su vida.
Emitida entre 2000 y 2005 en Estados Unidos a través de Showtime (en España no llegaría hasta 2006), la serie alcanzó las cinco temporadas. 83 capítulos con una trama argumental plagada de altibajos, políticamente incorrecta y a la que se acusó de muchas cosas desde sectores propios y ajenos al colectivo. Sus personajes -todos blancos y físicamente normativos- pasan buena parte del tiempo de fiesta, teniendo sexo y drogándose. Entonces, hubo quienes consideraron (hay que ponerse en el contexto social de hace veinte años) que aquello hacía un flaco favor a la comunidad, como si ésta tuviera que dar ejemplo. El asunto llegó a tal punto que los productores -liderados por sus creadores, Ron Cowen y Daniel Lipman- tuvieron que hacer una anotación a pie de capítulo en la que recordaban que 'Queer as Folk' no representaba a todo el colectivo, sino que relataba la historia de una serie de personajes ficticios.
Pero las críticas sobre el argumento y el estilo (en el que se incluían escenas de sexo explícito) no solo llegaron desde los sectores más reaccionarios de la sociedad americana. Dentro de la comunidad LGTBI hubo quien tampoco vio con buenos ojos que el primer producto televisivo de masas abiertamente homosexual lo protagonizaran unos chavales a los que les gustaba pasárselo bien. Ese puritanismo gay (que aún existe) pretendía que los personajes fueran una réplica gay del modo de vida del americano heterosexual. Un concepto -este último- con el que los guionistas estuvieron jugando toda la serie a través del personaje de Michael, pero que luego destruyen en el penúltimo capítulo de la serie.
Tras casi morir en un atentado en la discoteca Babylon, el hijo de Debbie (que está casado y tiene dos hijos, uno adoptado y otra por inseminación) es invitado a dar un discurso en el que se le pide que cuente por qué quiere ser uno más. «Tengo una pareja y dos hijos maravillosos, un hogar, un pequeño negocio. La verdad es que soy como vosotros», afirma Michael, para interrumpir su discurso y ponerle la verdadera voz que pretendía la serie. «Esa no es la verdad. Sí, igual que vosotros quiero ser feliz. Quiero algo de seguridad, un poco de dinero extra en mi bolsillo. Pero en muchos sentidos, mi vida no se parece en nada a la vuestra. ¿Por qué debería serlo? En la comunidad gay tenemos dragqueens y 'daddies' de cuero, transexuales y parejas con niños (...). Ser diferentes es lo que nos hace a todos iguales. Es lo que nos hace... familia».
Pasado y futuro de 'Queer as Folk'
Se ha trasladado la idea de que 'Queer as Folk' ha envejecido mal. Y eso a pesar de que muchos de los temas que tocaba la serie siguen formando parte de asuntos que afectan a la comunidad LGTBI en 2022. Más allá del debate sobre la supuesta falta de compromiso, la complicación para formar parejas y el rechazo a la monogamia como estructura única, la serie se acerca a otras vivencias relevantes. El sexo sin protección y el VIH, el excesivo consumo de drogas, unas primigenias 'chem sex' (demostrando que no es una práctica inventada ayer), y también la industria de la pornografía amateur, hoy elevada a fenómeno mundial debido a plataformas como OnlyFans.
Pero, ¿de dónde viene el concepto de 'Queer as Folk'? Un par de años antes de que se estrenara la que luego sería un éxito internacional, Russel T. Davis ( 'Years and Years', 'It's a Sin') estrenó en Reino Unido un producto homónimo en el que Aidan Gillen ( 'Juego de tronos') ejercía como protagonista. Aquella serie de dos temporadas y apenas diez capítulos era demasiado estereotipada y estaba plagada de situaciones un tanto absurdas, aunque ya se podía entrever el estilo estético y narrativo del creador.
Casi 25 años después, es el propio Russel T. Davis el encargado de relanzar el nuevo 'Queer as Folk', producida por Universal Cable Productions y emitida en Estados Unidos en Peacock (aún no se sabe qué ocurrirá en España). Según el tráiler y la información que la productora ha hecho pública, la serie comienza con el atentado en una discoteca de Nueva Orleans; un hecho que no solo recuerda a la matanza de Pulse en Orlando de 2016 (en la que murieron 49 personas), sino que recoge el testigo que dejó la versión americana, cuyo final -precisamente- sucede tras la explosión de una bomba con víctimas mortales en plena actuación de Cyndi Lauper.
Aunque pueda parecer un producto atractivo para los fans de la serie original, el nuevo 'Queer as Folk' se enfrenta a varios problemas que pueden hacer de esta versión algo intrascendente e incluso decepcionante. El principal atractivo de las historias originales de Justin, Michael, Emmett, Ted, Brian y compañía era que no había nada similar. Nadie se había propuesto retratar sin complejos las vivencias de unos treintañeros gays en un país occidental, y menos aún sin esconder el sexo. Para muchos, aquel 'Queer as Folk' supuso la primera ocasión en la que veían una felación de un hombre a otro; y eso es algo que este 'reboot' no puede conseguir. El panorama audiovisual ya tiene varias propuestas que tratan estas cuestiones; algunas de ellas con un éxito notable, como 'Euphoria'.
Aun así, este no es el mayor riesgo que tiene el relanzamiento. Si algo poseía la original (la versión americana) era que le daban igual las críticas y los comentarios negativos. Huía de lo políticamente correcto y no tenía especial cuidado por elementos como la diversidad racial. Incluir personajes de todo tipo siempre es un acierto si no se hace con un calzador, porque entonces la consecuencia es hacer un producto como 'And Just Like That...' (la secuela de 'Sexo en Nueva York'), en el que nadie se siente ofendido aunque la trama sufra por ello.
El personaje de Michael Novotny lo decía en 2005, y la premisa sigue presente. En el mundo LGTBI hay parejas monógamas con hijos, travestis, personas más o menos afeminadas con la misma validez unas que otras, transexuales, drogas, sexo seguro (e inseguro), diversión, drama, un excesivo culto al cuerpo e historias terribles. Dejar fuera solo una parte de ello ya supondrá un error en el punto de partida. 'Queer as Folk' es un éxito si consigue que un señor de treinta se vea representado con sus amigos, que unos padres entiendan por qué tienen que apoyar a sus hijos, pase lo que pase, o que un joven estudiante de 18 años perdido en una ciudad que no conoce sepa que algún día podrá ser igual de feliz que los personajes a los que adora. Y si no ocurre así, citando de nuevo a Novotny, hay que tener en mente lo que cantaba la diosa del colectivo, la 'lady of the Disco', Gloria Gaynor: 'We will survive'.
Emitida entre 2000 y 2005 en Estados Unidos a través de Showtime (en España no llegaría hasta 2006), la serie alcanzó las cinco temporadas. 83 capítulos con una trama argumental plagada de altibajos, políticamente incorrecta y a la que se acusó de muchas cosas desde sectores propios y ajenos al colectivo. Sus personajes -todos blancos y físicamente normativos- pasan buena parte del tiempo de fiesta, teniendo sexo y drogándose. Entonces, hubo quienes consideraron (hay que ponerse en el contexto social de hace veinte años) que aquello hacía un flaco favor a la comunidad, como si ésta tuviera que dar ejemplo. El asunto llegó a tal punto que los productores -liderados por sus creadores, Ron Cowen y Daniel Lipman- tuvieron que hacer una anotación a pie de capítulo en la que recordaban que 'Queer as Folk' no representaba a todo el colectivo, sino que relataba la historia de una serie de personajes ficticios.
Pero las críticas sobre el argumento y el estilo (en el que se incluían escenas de sexo explícito) no solo llegaron desde los sectores más reaccionarios de la sociedad americana. Dentro de la comunidad LGTBI hubo quien tampoco vio con buenos ojos que el primer producto televisivo de masas abiertamente homosexual lo protagonizaran unos chavales a los que les gustaba pasárselo bien. Ese puritanismo gay (que aún existe) pretendía que los personajes fueran una réplica gay del modo de vida del americano heterosexual. Un concepto -este último- con el que los guionistas estuvieron jugando toda la serie a través del personaje de Michael, pero que luego destruyen en el penúltimo capítulo de la serie.
Tras casi morir en un atentado en la discoteca Babylon, el hijo de Debbie (que está casado y tiene dos hijos, uno adoptado y otra por inseminación) es invitado a dar un discurso en el que se le pide que cuente por qué quiere ser uno más. «Tengo una pareja y dos hijos maravillosos, un hogar, un pequeño negocio. La verdad es que soy como vosotros», afirma Michael, para interrumpir su discurso y ponerle la verdadera voz que pretendía la serie. «Esa no es la verdad. Sí, igual que vosotros quiero ser feliz. Quiero algo de seguridad, un poco de dinero extra en mi bolsillo. Pero en muchos sentidos, mi vida no se parece en nada a la vuestra. ¿Por qué debería serlo? En la comunidad gay tenemos dragqueens y 'daddies' de cuero, transexuales y parejas con niños (...). Ser diferentes es lo que nos hace a todos iguales. Es lo que nos hace... familia».
Pasado y futuro de 'Queer as Folk'
Se ha trasladado la idea de que 'Queer as Folk' ha envejecido mal. Y eso a pesar de que muchos de los temas que tocaba la serie siguen formando parte de asuntos que afectan a la comunidad LGTBI en 2022. Más allá del debate sobre la supuesta falta de compromiso, la complicación para formar parejas y el rechazo a la monogamia como estructura única, la serie se acerca a otras vivencias relevantes. El sexo sin protección y el VIH, el excesivo consumo de drogas, unas primigenias 'chem sex' (demostrando que no es una práctica inventada ayer), y también la industria de la pornografía amateur, hoy elevada a fenómeno mundial debido a plataformas como OnlyFans.
Pero, ¿de dónde viene el concepto de 'Queer as Folk'? Un par de años antes de que se estrenara la que luego sería un éxito internacional, Russel T. Davis ( 'Years and Years', 'It's a Sin') estrenó en Reino Unido un producto homónimo en el que Aidan Gillen ( 'Juego de tronos') ejercía como protagonista. Aquella serie de dos temporadas y apenas diez capítulos era demasiado estereotipada y estaba plagada de situaciones un tanto absurdas, aunque ya se podía entrever el estilo estético y narrativo del creador.
Casi 25 años después, es el propio Russel T. Davis el encargado de relanzar el nuevo 'Queer as Folk', producida por Universal Cable Productions y emitida en Estados Unidos en Peacock (aún no se sabe qué ocurrirá en España). Según el tráiler y la información que la productora ha hecho pública, la serie comienza con el atentado en una discoteca de Nueva Orleans; un hecho que no solo recuerda a la matanza de Pulse en Orlando de 2016 (en la que murieron 49 personas), sino que recoge el testigo que dejó la versión americana, cuyo final -precisamente- sucede tras la explosión de una bomba con víctimas mortales en plena actuación de Cyndi Lauper.
Aunque pueda parecer un producto atractivo para los fans de la serie original, el nuevo 'Queer as Folk' se enfrenta a varios problemas que pueden hacer de esta versión algo intrascendente e incluso decepcionante. El principal atractivo de las historias originales de Justin, Michael, Emmett, Ted, Brian y compañía era que no había nada similar. Nadie se había propuesto retratar sin complejos las vivencias de unos treintañeros gays en un país occidental, y menos aún sin esconder el sexo. Para muchos, aquel 'Queer as Folk' supuso la primera ocasión en la que veían una felación de un hombre a otro; y eso es algo que este 'reboot' no puede conseguir. El panorama audiovisual ya tiene varias propuestas que tratan estas cuestiones; algunas de ellas con un éxito notable, como 'Euphoria'.
Aun así, este no es el mayor riesgo que tiene el relanzamiento. Si algo poseía la original (la versión americana) era que le daban igual las críticas y los comentarios negativos. Huía de lo políticamente correcto y no tenía especial cuidado por elementos como la diversidad racial. Incluir personajes de todo tipo siempre es un acierto si no se hace con un calzador, porque entonces la consecuencia es hacer un producto como 'And Just Like That...' (la secuela de 'Sexo en Nueva York'), en el que nadie se siente ofendido aunque la trama sufra por ello.
El personaje de Michael Novotny lo decía en 2005, y la premisa sigue presente. En el mundo LGTBI hay parejas monógamas con hijos, travestis, personas más o menos afeminadas con la misma validez unas que otras, transexuales, drogas, sexo seguro (e inseguro), diversión, drama, un excesivo culto al cuerpo e historias terribles. Dejar fuera solo una parte de ello ya supondrá un error en el punto de partida. 'Queer as Folk' es un éxito si consigue que un señor de treinta se vea representado con sus amigos, que unos padres entiendan por qué tienen que apoyar a sus hijos, pase lo que pase, o que un joven estudiante de 18 años perdido en una ciudad que no conoce sepa que algún día podrá ser igual de feliz que los personajes a los que adora. Y si no ocurre así, citando de nuevo a Novotny, hay que tener en mente lo que cantaba la diosa del colectivo, la 'lady of the Disco', Gloria Gaynor: 'We will survive'.
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